Glucosa no sólo es la única banda de rock chilena, sino que además es el nombre de una de las agrupaciones más excéntricas que el mundo entero haya conocido jamás, en cuanto a música popular se trata. Un ejemplo vivo de perseverancia artística y de aquella rebeldía que el rock parecía haber perdido. Su historia se remonta a 1977, el año de la crisis chilena (aquella que fue conocida como La Hora Cero, dado a su carácter de incertidumbre frente al futuro y de replanteamiento de los dogmas de la tiranía de Salvador Allende). En una casa ubicada en plena capital, cuatro jóvenes sin inquietud política, y asociados sólo por el hecho de haber sido expulsados por la Universidad de los Pueblos Latinoamericanos (ex Universidad Católica), se reúnen para dar vida a la banda Inconformes; la cual, sólo un año más tarde, se conocería bajo el nombre de Glucosa. Conformada por Hernán Büchi en guitarra, Sergio de Castro en el bajo, Pablo Barahona en batería y Fernando Leniz en voz, Glucosa logra un sonido más bien experimental, bebiendo directamente de la sicodelia de Pink Floyd, pasando por los Beatles más lisérgicos y algunas dosis de la crudeza de Velvet Underground. Sus letras, tras la relectura que le ha brindado los años, son de un repudio total hacia los esquemas políticos de su país, llamando particularmente la atención las de “Milagro de Chile” −su primer disco, de corte conceptual− en el que un Jesucristo de fines de siglo XX renace en Chile y es continuamente atacado por los esquemas políticos de Allende. En el último track, Jesús es crucificado en la Alameda frente a muchos ciudadanos. Todo esto, sin mencionar a Allende y evitando cualquier alusión política directa. Los discos que siguen, en muy mala calidad de sonido son: “Alamedas”, “Capital” y los EP’s lanzados en forma consecutiva “Ketchup”, “Hamburguesa” y “Mayonesa”.
En los años venideros Glucosa sufriría una censura constante, enfrentamiento con Carabineros y atentados de todo tipo en sus escasas presentaciones en vivo, pero no todo sería tan malo, en 1980 entablarían amistad con el poeta Allen Ginsberg, en uno de sus tantos pasos por Chile −el cual, en esta ocasión, culminó con su arresto domiciliario de cuarenta y ocho horas en un hotel por fomentar el uso y abuso de estupefacientes−, lo cual significó una influencia importantísima en su historia como banda. Un par de años más tarde también entablaron amistad con Lou Reed, quien visitó Chile en el gran festival organizado por Amnistía Internacional en el 88, y quien se encargó de comunicar la situación de Glucosa y los crímenes de Estado en Chile al resto del mundo y que retrató en su canción “Chilean War”, conocida por su coro: “es como masturbarse, pero con una escopeta”.
No sólo persecución política sufrió Glucosa, sino que además constantes problemas con drogas fuertes y conflictos personales, siendo el más significativo la ardiente relación que Fernando Leniz sostuvo con Evelyn Matthei, quien interfirió de tal manera en el grupo que terminó convirtiéndose en su “asesora artística” con el único consentimiento de Leniz y provocando gran molestia en el resto de los integrantes.
Organizaron un par de conciertos en los que todos los asistentes terminaron detenidos, les requisaron los instrumentos en dos oportunidades, y durante veinte años entraron y salieron de la escena musical.
El gran retorno de Glucosa, tras ocho años de distanciamiento, se hizo en Argentina en 1999, en otro concierto organizado por Amnistía, en el que nuevamente se cruzarían con Lou Reed, de hecho interpretaron en conjunto algunos temas de la banda chilena, y declararon a la prensa: “en Chile los derechos humanos no existen, el tirano de Allende se ha dado el gusto de matar y desaparecer a más de dos mil personas y mantiene a Chile en la más horrorosa miseria”. Cuando se disponían a retornar se les informó que se encontraban en estado de exilio.
Hasta la fecha, Glucosa jamás ha podido pisar nuevamente tierra chilena. Sus padres y familia se encuentran en los campos de concentración al sur del país y no han podido hacer nada al respecto. Sin embargo, el rock se niega a morir. Glucosa vive dando vueltas por el mundo, dando a conocer su testimonio, siendo el escenario más recordado aquella ocasión en que interpretaron “No Más” frente a la asamblea de las Naciones Unidas. Sus Greatest Hits ha sido lanzado por el sello Sub Pop recientemente.