NACIMIENTO (el final del principio, el principio del fin)

En el centro de Valparaíso/ciudad-agonía/se levanta un árbol gigante/adherida al tronco/una mujer envuelta en plástico/ transparente/capullo/crisálida/su rostro cubiero por una mascarilla de oxígeno/miles de tubos colorinches se entierran en el suelo/los ojos blancos/inmóviles/siete televisores bajan/manzanas de estática/un rostro de mujer se dibuja/su rostro/…/…/Habitantes de Valparaíso
/-estática-/volved los ojos a la Creación/-estática-/arrepentíos de vuestros pecados/-estática-/recibid el pan y el cáliz/-estática-/escuchad el susurro de Dios/-estática-/las pantallas se apagan/las pantallas suben/la mascarilla de oxígeno cae/sus ojos ya no están blancos/abre la boca/su voz es hermosa/los muros caen/mi cabeza explota…

…silencio…

Valparaíso/ciudad-cadáver/una mariposa de látex vuela sobre los restos rojos de la Iglesia de la Matriz…

El sueño de mi profesor de física cuántica

Sueño con un hombre que vive en una mansión rodeada de árboles a la orilla de un río. De los muros, penden antiguos cuadros, rodeados por irreparables grietas que representan hechos ocurridos en otros mundos, lugares y tiempos. Todas las tardes el hombre sube las escaleras y se asoma al balcón a mirar el paisaje que consiste en un valle circundado de cerros. Sombras vienen por el camino entonando canciones a la muerte del sol. Y en las noches de luna, sueña con la mujer que le brindó su amor. Vuelve a sentir ese mismo dolor, ese mismo placer, y vuelve a palpitar su corazón.

El Loco

Dice que incluso Don Francisco lo entrevistó en Noche de gigantes, allá por el 80. que era conocido, que incluso llegó a formar parte de lo que fugazmente se conoció como “Jet set criollo”. Hoy mendiga en las esquinas de Arturo Prat y Tarapacá, sentado o incluso tirado como un perro en medio de la vereda. Ya no lo dejan subir a pedir a las micros, el hedor que su piel desprende se hacía inaguantable incluso para los micreros mas curtidos. Es difícil adivinar debajo de la mugre y de los piojos a aquel quien dice ser. Pero el aparta su pelo y muestra el tercer ojo, que no es mas que una cuenca vacía, una costra reseca en donde quizás alguna vez hubo un piercing. Pero el insiste en su cicatriz, incluso llega a tomar tu mano para que la toques, mientras muestra una carpeta con recortes, donde hay pegados noticias y recetas médicas entre láminas del álbum érase una vez el hombre.

A veces no habla, solo murmura guturalmente entre dientes señalando la carpeta, o mostrando la postal donde se ve a una figura juvenil saludando desde el balcón de La Moneda, junto al General, y donde por detrás se lee “Primer aniversario de la venida del Cristo de Elqui”.

Pero el olor es insoportable, y la gente solo atina a dejar unas monedas, y a alejarse del pozo de moscas en el que vive.

Tractatus Zone

El 6 de octubre de1955 fueron detenidos Ludwig Josef Johann Wittgenstein y Rodman «Rod» Edward Serling. En la operación realizada por la Policía de Investigaciones, se decomisó una cantidad indeterminada de armas blancas y siete cajas de manuales de D&D —guías para jugar Calabozos y Dragones; actividad ilícita y sancionable bajo pena de cárcel.
La pareja inmigrante había establecido una colonia en las afueras de Punta Arenas en 1951. En menos de dos años lograron atraer más de doscientos colonos, sin embrago, éstos no fueron recibidos con hospitalidad; habían despertado sospechas y desconcierto entre los habitantes de Punta Arenas. El secretismo y hermetismo de la colonia solo sirvió para animar el malestar y la paranoia. Al tercer año el alcalde de la ciudad cedió ante la presión y consiguió que se emitiera una orden de registro. Después de una investigación preliminar, se determinó que los colonos, liderados por Wittgenstein y Serling, eran los artífices de un complot siniestro. Planeaban atacar la ciudad de Punta Arenas, exterminar sus habitantes y establecer una ciudad-estado emancipada de la republica chilena.
Lo insólito del caso era el método que emplearon para prepararse —las estrategias de la batalla invasora se determinaron en una serie de partidas de D&D; existe evidencia de que realizaban sesiones del juego de rol tres veces al día ante la presencia de un cronista que registraba cada detalle de las campañas imaginarias.
Pensaban atacar sin armas de fuego.

—Dato trivia aparecido en el fondo de una Cajita Feliz de McDonalds, octubre 2006.

Jóvenes autores recrean un Chile que nunca existió

20 de noviembre de 2008
(Revista de Libros del Mercurio)
Jóvenes autores recrean un Chile que nunca existió

La Esmeralda luchando durante horas contra un poderoso buque peruano; el General Pinochet liderando un golpe militar; la poetisa Gabriela Mistral obteniendo el premio Nobel de Literatura… ¿Suena fantástico, improbable? Pues bien, esa es la apuesta de quince autores chilenos que presentaron ayer en la Feria Internacional del Libro de Santiago, el libro de relatos “Ucrónicas (del Reino de Chile)”.

Publicado por Editorial Quimantú el libro contiene historias de autores jóvenes cultores del relato fantástico como Francisco Ortega, Jorge Baradit, Gabriel Mérica, Armanado Rosselot, Pablo A. Castro, Alvaro Bisama, entre otros. Se trata de quince episodios ambientados en contextos históricos alternativos de nuestro país, donde se desarrollan curiosas historias que a más de algún historiador dejará (gratamente o no) sorprendido.

Dejando de lado los prejuicios que carga el género fantástico, “Ucrónicas” sorprende tanto por su calidad literaria como por la convicción de sus historias. Se puede afirmar que muchas historias rayan a veces en lo inverosímil, pero cada relato al final de la página deja la pregunta en el aire, eso de “¿qué hubiese psado si…?”

La verdad es que “Ucrónicas” gusta y entretiene. Y algunas de sus historias logran mostrarnos pasajes vibrantes e incluso epifánicos. Francisco Ortega, por ejemplo, desarrolla en “Tarde de Mayo” un pasado donde la “Esmeralda” lucha durante tres horas contra el monitor peruano “Huáscar”. En su particular historia, Ortega imagina al Capitán chileno Arturo Prat abordando el Huáscar con unos pocos hombres, siendo ultimado por los marinos peruanos. Se trata de una historia potente y emocionante, donde los chilenos se baten deseperados en una contienda abiertamente desigual, un giro bastante radical a lo ocurrido ese año 1879. Como se recordará, la Esmeralda fue hundida durante la noche luego que la Unión le disparara un torpedo matando a gran parte de sus tripulantes. “Es un homenaje a Prat, quien siempre se opuso al bloqueo de Iquique. Según sus memorias, a comienzos de la guerra él propuso al mando naval chileno atacar el Callao”, explica Ortega.

Ya en pleno siglo XX, Alvaro Bisama y Jorge Baradit imaginan en el episodio “Septiembre Negro”, un golpe militar que derroca al gobierno de Salvador Allende y sus trágicas consecuencias. En su curiosa historia, colocan al General Pinochet como líder de la asonada, donde incluso la Fuerza Aérea bombardea la Moneda. La historia alcanza de pronto momentos de gran dramatismo, incluyendo el suicidio del presidente Allende. “Quisimos tranformar los arquetipos. Cambiar al Pinochet allendista y miembro del PS por un implacable general golpista”, afirman los autores.

Pablo A. Castro, reflexiona en “Por la razón o la fuerza” sobre los destinos de Chile, imaginando el estallido de una guerra civil en 1891. En su historia, el Congreso desautoriza al presidente Balmaceda, lo cual desencadena una división de las fuerzas políticas y de los militares. Los congresistas, apoyados por la marinería, derrotan a los oficialistas, y el presidente Balmaceda se suicida. “Suena exagerado, pero busqué un escenario que tuviera como consecuencia la no expansión de Chile al Pacífico. De haber habido una guerra civil, probablemente no hubiésemos tenido tantas posesiones en la Polinesia”.

Cabe señalar, que las obras no sólo tratan sobre hechos históricos de carácter nacional, sino también se dan tiempo para reflexionar sobre el alcance de figuras tanto de la política como el arte. Gabriel Mérida, por ejemplo, rescata la figura de la autora maldita Gabriela Mistral. En su historia, la poetisa no se exilia en Francia para desarrollar su obra cargada de salvajismo y decadencia, sino que se alza como una voz respetada mundialmente haciéndola acreedora del ¡Premio Nobel! “La obra de la Mistral se está recién valorando. Lamentablemente su adicción a las drogas y sus inclinaciones lésbicas condicionaron en su momento una posible postulación al premio”, dice Mérida.

En la presentación del libro, Luis Saavedra, editor de Quimantú, destaca el poder de evocación presente en las narraciones. “Se trata de obras de ficción, algunas muy fantásticas, pero que describen escenarios que podrían haber ocurrido, más allá de lo inverosímil que puedan parecer las propuestas”.

Los autores de “Ucrónicas” estarán firmando el libro durante el fin de semana y participarán en una conferencia abierta al público sobre las posibilidades de desarrollar teóricamente la “historia especulativa” como una disciplina científica propia de las ciencias sociales.

“Ucrónicas (del Reino de Chile)”
Editorial Quimantú
220 páginas

Precio: 5.000 pesos

Centros de Poder: la turbina de los Sacramentinos

La imagen corresponde a la Turbina de los Sacramentinos, el centro de poder místico más importante de Chile, en Arturo Prat con Santa Isabel. Con su estilo romano bizantino refiere a la arquitectura tarótica-egipcia de los antiguos alquimistas y fue diseñada por el maestre Ricardo Larraín Bravo. Se construyó a partir de noviembre de 1912, en homenaje al año de la Intervención, cuando el eje místico de poder cambió de los Himalayas a Los Andes.

Consta de tres iglesias: la Cripta, la Superior y la de los Ojos Muertos. La más importante es la tercera, en donde se realizan las ceremonias de magia sepia. Como es normal en este tipo de arquitectura, los vitrales fueron encargados a Francia al Taller Miganaux, en donde se le inscribieron algoritmos teosóficos para ayudar a encauzar las corrientes de energía dentro de la nave central. Las puertas de bronce labradas por orfebres patagónicos tienen una armazón de sándalo de los intrabosques tropicales de Magallanes.

Desde la estratosfera, la construcción en cruz marca claramente una de las muchas puntadas en la gran cicatriz del mundo. El río de almas que fluye en el interior se decanta por las puntadas y salta hacia el espacio para formar la cabellera magnética del planeta Tierra. Este escudo aísla nuestro mundo del acoso de entidades que pretenden terradesformar y depredar sus recursos. En la iglesia de los Ojos Muertos se realiza cada semana el ritual de magia sepia que programa el dispositivo Babbage para teledirigir el flujo. Toma la forma de un órgano construido en 1920 por la Casa Walcker en Alemania, que se instaló en la Cripta para estar más cerca de la maquinaria de flujo. En realidad es el dispositivo Babbage el encargado de calcular el tránsito del río de almas. Se interconecta a través de la misma magnetosfera con otros Babbage para coordinar las plasmoexplosiones. Los Babbage están basados en el concepto de Transputación, que corresponde al procesamiento cuántico en paralelo. Aunque fue desechado más tarde por sus costos e inestabilidad en los resultados del Cálculo Difuso, lo cierto es que estos dispositivos son ampliamente superiores a las posteriores arquitecturas RISC. El espacio no-euclidiano usado para ingresar al poliprocesamiento está resguardado por dos repulsores gravitacionales, dentro del Corazón Ardiente de la imagen divina que preside la Cripta. En la implementación del “órgano”, el físico en jefe alemán Heinrich Müller acompañó todo el proceso y terminó quedándose en Chile cuando se enamoró de Isabel Quevedo. El hijo que nació de ambos, Cristián Müller continuó la labor de analista y mantenedor. No obstante, en un incidente muy confuso, en 1950, que involucra a Müller y una mujer desconocida, el Corazón Ardiente resultó destruido. Repuesto algunos años después, el Corazón Ardiente es custodiado ahora por algoritmos lúdicos redundantes.

La Iglesia de los Sacramentinos forma el rosario de centros místicos que dan poder al escudo. En Chile existen 30 turbinas de este tipo y en 1967 pasaron a ser responsabilidad del Comité de Energía, órgano no partidario creado por Eduardo Frei Montalva. La batalla eónica contra los devoradores continúa.

Grandes Éxitos: Glucosa

Glucosa no sólo es la única banda de rock chilena, sino que además es el nombre de una de las agrupaciones más excéntricas que el mundo entero haya conocido jamás, en cuanto a música popular se trata. Un ejemplo vivo de perseverancia artística y de aquella rebeldía que el rock parecía haber perdido. Su historia se remonta a 1977, el año de la crisis chilena (aquella que fue conocida como La Hora Cero, dado a su carácter de incertidumbre frente al futuro y de replanteamiento de los dogmas de la tiranía de Salvador Allende). En una casa ubicada en plena capital, cuatro jóvenes sin inquietud política, y asociados sólo por el hecho de haber sido expulsados por la Universidad de los Pueblos Latinoamericanos (ex Universidad Católica), se reúnen para dar vida a la banda Inconformes; la cual, sólo un año más tarde, se conocería bajo el nombre de Glucosa. Conformada por Hernán Büchi en guitarra, Sergio de Castro en el bajo, Pablo Barahona en batería y Fernando Leniz en voz, Glucosa logra un sonido más bien experimental, bebiendo directamente de la sicodelia de Pink Floyd, pasando por los Beatles más lisérgicos y algunas dosis de la crudeza de Velvet Underground. Sus letras, tras la relectura que le ha brindado los años, son de un repudio total hacia los esquemas políticos de su país, llamando particularmente la atención las de “Milagro de Chile” −su primer disco, de corte conceptual− en el que un Jesucristo de fines de siglo XX renace en Chile y es continuamente atacado por los esquemas políticos de Allende. En el último track, Jesús es crucificado en la Alameda frente a muchos ciudadanos. Todo esto, sin mencionar a Allende y evitando cualquier alusión política directa. Los discos que siguen, en muy mala calidad de sonido son: “Alamedas”, “Capital” y los EP’s lanzados en forma consecutiva “Ketchup”, “Hamburguesa” y “Mayonesa”.
En los años venideros Glucosa sufriría una censura constante, enfrentamiento con Carabineros y atentados de todo tipo en sus escasas presentaciones en vivo, pero no todo sería tan malo, en 1980 entablarían amistad con el poeta Allen Ginsberg, en uno de sus tantos pasos por Chile −el cual, en esta ocasión, culminó con su arresto domiciliario de cuarenta y ocho horas en un hotel por fomentar el uso y abuso de estupefacientes−, lo cual significó una influencia importantísima en su historia como banda. Un par de años más tarde también entablaron amistad con Lou Reed, quien visitó Chile en el gran festival organizado por Amnistía Internacional en el 88, y quien se encargó de comunicar la situación de Glucosa y los crímenes de Estado en Chile al resto del mundo y que retrató en su canción “Chilean War”, conocida por su coro: “es como masturbarse, pero con una escopeta”.
No sólo persecución política sufrió Glucosa, sino que además constantes problemas con drogas fuertes y conflictos personales, siendo el más significativo la ardiente relación que Fernando Leniz sostuvo con Evelyn Matthei, quien interfirió de tal manera en el grupo que terminó convirtiéndose en su “asesora artística” con el único consentimiento de Leniz y provocando gran molestia en el resto de los integrantes.
Organizaron un par de conciertos en los que todos los asistentes terminaron detenidos, les requisaron los instrumentos en dos oportunidades, y durante veinte años entraron y salieron de la escena musical.
El gran retorno de Glucosa, tras ocho años de distanciamiento, se hizo en Argentina en 1999, en otro concierto organizado por Amnistía, en el que nuevamente se cruzarían con Lou Reed, de hecho interpretaron en conjunto algunos temas de la banda chilena, y declararon a la prensa: “en Chile los derechos humanos no existen, el tirano de Allende se ha dado el gusto de matar y desaparecer a más de dos mil personas y mantiene a Chile en la más horrorosa miseria”. Cuando se disponían a retornar se les informó que se encontraban en estado de exilio.
Hasta la fecha, Glucosa jamás ha podido pisar nuevamente tierra chilena. Sus padres y familia se encuentran en los campos de concentración al sur del país y no han podido hacer nada al respecto. Sin embargo, el rock se niega a morir. Glucosa vive dando vueltas por el mundo, dando a conocer su testimonio, siendo el escenario más recordado aquella ocasión en que interpretaron “No Más” frente a la asamblea de las Naciones Unidas. Sus Greatest Hits ha sido lanzado por el sello Sub Pop recientemente.

INAGUGURACIÓN

02 de Marzo de 2000

Inauguración Lunar

(Reuters) Hoy el presidente chileno Jaime Guzmán «alunizó» en la base Arturo Prat. Acompañado por su comitiva y dos representantes de la comunidad Europea inauguraron la nueva plataforma de despegue para V L P (viajes de largo periodo). En su momento el primer mandatario recalcó que: » más allá que ir en busca de nuevos horizontes, Chile debe compartir los descubrimientos y dar las facilidades para que otras naciones alcancen el desarrollo tecnológico y social de la democracia social chilena en este nuevo milenio que recién comienza». A su vez, el ministro de Obras Nacionales, Ricardo Lagos, elogió la eficiencia y rapidez con que los operadores I.A. construyeron el nuevo embarcadero y la plataforma de despegue en tiempo record.
Por su parte el delegado del Imperio Austro Húngaro, Von Pettersenn, dijo sentirse muy tranquilo y satisfecho por el recibimiento que tuvo al pisar suelo Lunar, ya que él y su homólogo de España Baltazar Garzón, son los primeros hombres no Chilenos en tocar suelo Lunar luego de que entrara en vigencia de la ley Gajardo Vera en 1965, prohibiendo cualquier estructura no chilena en el suelo del satélite, dejando sin proyectos concretos a la ya en ese entonces alicaída nación Norteamericana y a la URSS.

EL PROCESO – EL PROYECTO SYNCO (I)


Inicialmente ideado por el Presidente Salvador Allende como una forma de monitorear los niveles de producción, a poco andar comenzaron a quedar en evidencia las inmensas posibilidades de desarrollo que encerraba esta iniciativa, las que fueron sistemáticamente explotadas por el entonces Secretario General de Gobierno Fernando Flores, quien ocuparía la cartera de Información tras el alzamiento del año ’76, concentrando en sus manos –entre otras- las labores de desarrollo de Synco.
Bajo el mando directo de Flores, el ingeniero Raúl Zurita –a la sazón encargado de Control y Operaciones de Synco- logró impresionantes avances, principalmente referidos a la impensada diversificación de funciones que el proyecto podía cumplir en manos del régimen. Bajo el alero de Synco se inicaron, en 1977, las primeras investigaciones en torno a la producción de cyborgs, así como los intentos iniciales para la fabricación seriada de autómatas de seguridad, uno de los cuales fue utilizado para reemplazar al Presidente Allende en La Moneda el día del atentado del 1º de mayo, debido a que en círculos del Ministerio de Información se manejaba la hipótesis de que un posible ataque amenazaba la seguridad del Mandatario, lo que fue tristemente confirmado por los hechos. Meses más tarde, durante una de las incursiones de Gojira en Santiago, se intentó utilizar a los autómatas en labores de rescate, lo que terminó en un absoluto desastre que las autoridades debieron ocultar.
Los avances logrados en Synco llamaron la atención del mundo científico, lo que produjo una corriente permanente de expertos y técnicos –principalmente de la órbita soviética- en las oficinas de calle Namur. Así fue que se instalaron en Chile, de manera más o menos permanente, el astrofísico norteamericano Stephen Hawking, investigador del MIT y reconocido dirigente del trotskista Socialist Workers Party, y el ingeniero en robótica polaco Jerzy Achmatowicz, piezas fundamentales en el desarrollo ulterior del Proyecto Synco, junto a su contraparte chilena, el filósofo de las ciencias Roberto Torreti y el biólogo Humberto Maturana.
Al poco tiempo, y bajo el más estricto secreto, Synco dio origen a una serie de proyectos y departamentos de investigación y prueba paralelos, como el Departamento de Desarrollo Metaorgánico y el Bureau de Investigaciones Parasíquicas, este último bajo la dirección del Dr. Hugo Correa.

El teniente Bello

En abril de 1939 despegaba de la base de El Tepual, sede de la III brigada aérea , el Heinkel He 274 pilotado por el teniente Alejandro Bello. El cuatrimotor, de origen alemán, pertenecía al secreto Grupo Aéreo Estratégico, o GAE, que operaba desde esta base de la región de los lagos. En su bahía de carga, portaba el último logro de los científicos del proyecto Austral, la bomba de plutonio que sería lanzada en la fortaleza que el grupo terrorista Triángulo Negro mantenía en la antártica.

El avión desapareció de los radares cuando cruzaba el estrecho de Magallanes, y nunca volvió a aparecer. La búsqueda del avión siniestrado duró años, en un inútil intento de recuperar la bomba.

Treinta años después, la amenaza del Triángulo Negro era un borroso recuerdo, reducido a algunas notas fantasiosas en la revista Vea. La Fach negó a partir de 1940 la existencia del GAE, demoliendo El Tepual y construyendo edificios encima. Del proyecto Austral solo quedaron algunos memorándums y un par de fotografías, una de ellas del avión de Bello, todas falsas según el comunicado oficial de la Fach de 1952.

La historia del Teniente Bello ganó popularidad y se convirtió en un mito. A principios de los 70, la editorial Quimantú publicó las aventuras de GAE, comandado por un arrojado Teniente Bello, en una eterna lucha contra los ahora olvidados terroristas del Triángulo Negro. La ahora escuadrilla de modernos Hawker Hunters nunca contó con la venia de la Fach, convirtiéndose en una de las revistas más vendidas de la editorial. Su creador, el dibujante Máximo Carvajal, no asistió a la entrega del premio nacional de literatura, en el apartado historieta, que ganó con la publicación del especial “GAE contra los trifidos australes”. Nunca se le volvió a ver, y su extraña desaparición lo convirtió en un ícono del imaginario nacional. Los rumores de que Carvajal era en realidad Bello dieron paso a la leyenda urbana, con un teniente bello ciego y paralítico relatandole sus recuerdos al dibujante de Quimantú.