Apoquindo

El dibujante Christiano, cuya obra admiro, citó en su blog a este blog, particularmente a un relato que yo escribí. Retoma un hecho que, como muchos, pero no como todos, sigue ocurriendo en la eternidad: el tiroteo de la policía a miembros del movimiento Lautaro sobre una micro en Apoquindo, en 1993. Los lautaristas acababan de asaltar un banco y huían en una micro. Carabineros subió y disparó, transformando en colador a los lautaristas, al vehículo y a un par de civiles, porque la micro estaba llena de civiles que pedían a gritos que no dispararan. Horas más tarde Enrique Krauss, ministro del Interior, presentó su renuncia, pero el presidente Aylwin no la aceptó, y declaró que justificaba plenamente el actuar de carabineros.

No soy exacto en este relato. Para algunos cada palabra y cada declaración y cada impacto de bala está grabado a fuego en sus recuerdos. Para mí el asunto se desdibuja, porque a la vez que se inscribe en la eternidad de forma indeleble sus bordes tiemblan y se pierden. En mi anterior ucronía refería, al pasar, cómo una de las balas llevaba una información importante que viajaba de formas no tradicionales, se diría mágicas, desde una persona a otra a lo largo de los años. Como casi todos los relatos, incluso los fantásticos, éste no lo inventé. Tampoco lo observé, lo que también es usual. Me lo contó alguien. Un niño.

El lazo que nos unía es obvio, y duró sólo un par de meses. En ese tiempo lo vi unas tres veces, y hablamos a fondo sólo la última. Era un niño que el 2007 tenía once años y vivía en La Florida. Un pokemón, como se llegó a decir en Chile a los púberes de estos días. Confuso y ofuscado, enojón y tímido, pero también asustado. No soy bueno hablando con la gente, así que menos me sale hablar con los niños, pero encontramos un punto en común cuando me mostró sus dibujos. Cómics, me dijo. Tras comentar un par de títulos entendí que ni él ni yo habíamos leído mucho del género, pero que a ambos nos gustaba la idea: dibujos y textos, poesía verbal y poesía en trazos, películas congeladas en un ángulo imposible. No lo dijo así él, obvio. Lo pensé yo. Lo que él hizo fue, después de un rato, mostrarme los dibujos de la gran obra que tenía planeada.

«Es la aventura de un superhéroe», me dijo, y me lo mostró: un joven poco destacable con ojos japoneses. Pero junto al único y rayado dibujo del héroe estaban los villanos. Grandes, con hojas borroneadas completas para ellos solos, dibujados con grafitos gruesos y pintura y acuarela sobre un confuso bosquejo de lapiceras bic negros y azules. No soy artista plástico pero alcancé a darme cuenta de que no tenía mucha técnica. Y no soy psicólogo pero alcancé a darme cuenta de que había algo profundo y sórdido saliendo a través de esos dibujos. Y tengo las emociones un poco congeladas pero alcancé a notar que detrás de esos villanos deformes había algo pugnando por hablar, una historia de esas que no pueden contarse y que quedan en imágenes, en bocetos frustrantes, en citas falsas a otras personas.

El pokemón me comenzó a contar sobre cada uno de sus monstruos. La mayoría eran militares: mezcla de marine de película gringa y gordo chileno grosero y grasiento. Eran militares en rasgos como una insignia sobre una sombra de sangre, o una gorra con estrellas partida en trozos viscosos. Llevaban cuchillos largos como brazos, tenazas que «te dan electricidad y te matan», metralletas con varios cañones retorcidos, ratas grises con sonrisas pepsodent mordiendo manchas rosadas en las piernas de mujeres. Sí, ratas entre las piernas de mujeres. Pero también estaban los otros. «Son todos fantasmas», me dijo el niño. Los otros eran fantasmas blancos que no mataban con sus manos pero asustaban y te hacían perder el alma. Tenían heridas por todo el cuerpo de donde salían niñas que gritaban y le mordían el cuello a la gente, y cigarros encendidos saliéndoles de los ojos y algunos estrangulaban a otros con cosas rojas que, según me dijo el niño, eran banderas. Y todos ocupaban hojas y hojas de oscuridad, de confusión y de recuerdos, porque eran recuerdos, porque mi amiguito me explicaba la historia cerrando los ojos para recordar mejor.

La historia no tenía mucha forma, como ya dije. El no la tenía clara: se suponía que en algún momento, al final, llegaba su héroe (el que tenía un solo dibujo ocupando una pequeña hoja en blanco, perdida entre los croquis de los villanos) y los vencía y todo terminaba bien, pero él no tenía claro cómo iba a ser, y sólo sabía que sería al final de toda su historia. Y en la historia se demoraba en peripecias donde los villanos-fantasmas querían destruir la ciudad, salían de las alcantarillas y andaban por la calle a veces visibles y a veces invisibles, asustando a la gente y matando a algunas de ellas, haciendo que los perros se volvieran locos y mordieran a todo el mundo, transformando el vidrio de los ventanales en miel podrida y el agua de los baños en un líquido negro, y todos se estaban preparando para el gran asalto, el ataque final. Y esa batalla iba a ocurrir en un lugar llamado Apoquindo.

«Lo que quieren es matarlos a todos», me dijo el pokemón, y me explicaba que los villanos se iban a subir con sus armas a una micro en calle Apoquindo y que dispararían al mismo tiempo que todos los fantasmas que en ese instante estarían subidos a todas las micros y todos los trenes y todos los automóviles del país disparando y explotando. Había varias hojas donde había tratado de dibujar la batalla, pero estaban todas negras: al querer ir dibujando más cosas encima, «balas y más balas», se había transformado todo en una nube negra donde, muy pequeña, aparecía una manchita verde que era todo lo que quedaba de su héroe.

«Pero eso todavía no pasa», me dijo para terminar, «y tengo que hacer que pase y que el héroe los salve, pero todavía no se me ocurre cómo». Yo terminé de escucharlo, y tuve ganas de leer la historia completa, pero sabía que para eso simplemente tenía que ir a los diarios y a los archivos de prensa a buscar la historia de la balacera de Apoquindo. Y ahí supe que el niño no se había inventado la historia, y tanteé sólo un poco las noches de relatos que habían cavado un nido de balas y rencores en su cabeza. «¿Quién te inspiró?», le pregunté.

«Mi abuelo», me dijo. Apuntó al techo. Recuerden: La Florida, una de esas casas nuevas de tres pisos en barrios aspiracionales y pobres. «Mi abuelo estuvo en la micro y me contó que se escapó disfrazado para que no lo mataran.»

«¿Tu abuelo era una de los civiles en la micro?». No, hizo con la cabeza. «¿Era lautarista?» No. Igual que ustedes, yo no quise creerlo, pero entonces tuve que preguntar. «¿Tu abuelo era paco?»

Se quedó mirándome, pero al final volvió a hacer que no con la cabeza. «Mi abuelo era uno de los fantasmas», me respondió.

No quise decir nada. No quiero, ahora, mentirles. No recuero si se me erizaron los pelos o alguna de esas reacciones físicas que en los relato se utilizan como recurso para hablar del miedo. No tuve miedo, porque aunque todo parezca tomar derroteros fantásticos, la realidad es la realidad y no el delirio. Y este país es un país ordenado y sin pesadillas, y no existen fantasmas grises y fantasmas negros avanzando cada día con nosotros en las calles susurrándonos los ecos del pasado de sangre y del futuro vacío y blanco, y es mentira que el destino de nuestro país y nuestro continente sea un baño de sangre, y que sea un destino que ya haya ocurrido. No tuve miedo: simplemente me quedé esperando que la hermana de mi amiguito artista subiera a buscarme al segundo piso porque nos teníamos que ir. Ojos verdes hermosos, pelo rubio sin ser de clase alta, sin haber tenido que pasar salvo por casualidad por avenida Apoquindo en la comuna de Las Condes. Carla, le dije, dime algo. Tu abuelo. ¿Tu abuelo es de derecha o de izquierda?

Ella usó esos magníficos ojos verdes para mirar a su hermanito con cara de enojo, para mirarme a mí con cara de hielo, y luego me respondió: «eso no importa, Medrano. En esta casa no hablamos de política.»

Debriefing 2


De: Coronel Ignacio Vera. Regimiento Reforzado Nº 3 «Yungay».
Para:
– S.E. Felipe Harboe. Presidente de la Republica.
– Comandante en Jefe Oscar Izurieta.
Fecha: 23/10/2009. Dia 17.
Tipo de Documento: 1-S(I)

//Evaluacion Tactica:
Rescate de S.E. Presidenta Michelle Bachelet fallido. NOTAS: Encontramos a la Presidenta en un avanzado estado de asimilacion. Fue exterminada de acuerdo a los procedimientos reglamentarios.
Supresion del nodo del SIC parcialmente exitosa. NOTAS: El nodo no ha podido ser destruido completamente. Detalles en la seccion de evaluacion estrategica.
Prueba de Emisores de Pulso exitosa. NOTAS: Los asimilados continuan luchando una vez activado el pulso. Detalles en el resumen de operacion.
Captura de especimen parcialmente exitosa. NOTAS: El especimen estuvo expuesto a un pulso, por lo que su utilidad puede estar comprometida.

Bajas: 12% de la fuerza operativa. 18% Material. 11% Heridos. 7 tanques Leopard 2A4 y 15 carros blindados MOWAG.
Bajas Enemigas: Desconocida. 600-750 estimada.

Resumen de la Operacion:
Estableciendo una base de operaciones en Tiltil y luego de reintegrar los remanentes del Regimiento de infanteria Nº6 «Buin» procedimos a un asalto frontal al Nodo Polpaico del sistema interconectado central ubicado 8 kilometros al sur. Para esto contamos con el apoyo de la FACH, el cual consistio en 5 aviones A-36 «Firefly» sacados de retiro en vista de la situacion.
Tras el bombardeo, envie a la columna blindada apoyada por cuatro compañias de infanteria de apoyo que establecieron combate a las 13:04. Las lluvias primaverales jugaron a nuestro favor permitiendonos localizar y destruir piquetes enemigos. Esto sugiere que CYBERSYN ocupa sistemas Infrarrojos de deteccion.
Estando a 2 kilometros de la estacion,a las 13:45 las lluvias cesaron y CYBERSYN contraataco enviando 3 grupos antitanques y una unidad previamente desconocida. El aspecto de esta unidad, provoco panico entre la infanteria, la cual rompio filas y dejo el campo libre para las unidades anti-tanques. (Adjunto video de la nueva unidad, bautizada por la tropa como «Tren-tren»(TT), al parecer por su tamaño.) Antes de ser destruido, un tanque logro dispararle al TT, debilitandolo.
Viendo como la moral caia rapidamente, ordene activar el Emisor. Si bien no desactivo a los asimilados como estaba previsto, la desorganizacion que provoco entre el enemigo, y la descordinacion en la unidad TT, permitio abrir una brecha hasta el nudo, con lo cual una seccion logro penetrar a la instalacion. La oposicion fue luego metodicamente eliminada. TT cayo muerta luego de 5 impactos de cohetes.
La seccion, comandada por el Sargento Primero Hector Melinao, era parte de la brigada de zapadores y contaba con material de demolicion y sistemas de monitoreo. La unidad se abrio paso por la instalacion sufriendo bajas. Se reorganizo el grupo en dos escuadras de 15 hombres cada una, las cuales siguieron adentrandose hasta el nucleo del sistema electrico, destruyendolo parcialmente a las 16:19.
Se deduce de la transmision que habian por lo menos dos unidades TT mas en estado de reposo.
Al retirarse del lugar, Melinao informo por radio de un asimilado con las caracteristicas fisicas de la Presidenta y espero por consejo.A las 17:23 ordene personalmente su exterminio. Una vez eliminado, se confirmo la identidad del asimilado como la de la Presidenta, mas alla de cualquier duda razonable. Se procedio al exterminio de una quincena de asimilados no-combatientes, los cuales no opusieron resistencia. Adjunto las grabaciones y video del suceso.
Las dos escuadras a cargo de Melinao se encontraron con las unidades remanentes de CYBERSYN en retirada. Sabiendo lo que les esperaba si eran capturados vivos, Melinao siguio combatiendo hasta quedar sin balas. Organizo una carga a la bayoneta despues de eso.
Encontramos un asimilado sobreviviente en el teatro de operaciones. Fue capturado por el cabo segundo Nicolas Avendaño.
A las 19:32 di por terminada la operacion, y replegue mis fuerzas hasta Tiltil, sin novedades hasta llegar a la locacion.

//Comentarios:

·Las Tren-tren (TT) no se comparan a nada que hayamos enfrentado antes Son de naturaleza mas organica que otros asimilados y estan «construidas» en base a varios asimilados. Son especialmente perturbadoras y solo por su tamaño una de ellas puede enfrentarse a una compañia. Estan advertido del contenido grafico del video.
· El emisor de pulso confirma la teoria de que CYBERSYN es una inteligencia colectiva o remota: Al eliminar los componentes de comunicacion electronicos, los asimilados expuestos no se adaptan a nuevas situaciones. De ser asi, los pulsos son nuestra principal arma.
· El especimen capturado respalda la teoria de la inteligencia remota de CYBERSYN:
Sigue apretando el disparador y recargando un arma que no posee.
· He ordenado un ascenso póstumo a Melinao al grado de Suboficial Mayor, asi como el de toda su sección en un grado.
· Una vez terminado el estado de sitio, presento formalmente mi renuncia al ejército.

//Evaluacion estratégica:

– Las operaciones de rescate siempre terminan con >75% de bajas, sin rescatar una sola persona capturada por CYBERSYN. Este tipo de operaciones debe cesar.
– Sugiero utilizar los dispositivos de pulso una vez que la intensidad del combate se estabiliza: Alcanza su maxima utilidad.
– Debemos aceptar la propuesta de la ONU de los bombardeos de saturacion en Santiago. Cualquier otra alternativa es imposible de realizar con las fuerzas actuales.
– La disminucion del suministro energetico a CYBERSYN parece disminuir su capacidad de produccion y asimilacion. Sugiero ocupar toda la division para atacar otro nodo.

Autor del texto: Lucas Rodillo vía Baradit

Sub Aether – 006

Laskov despertó a una mañana de invierno como cualquier otra. La escasa luz grisácea se filtraba por las ventanas y desde su lecho pudo ver a Sánchez arrodillado junto al fuego, preparando café. Cerró los ojos y se confortó en el olor del desayuno.
Despertó de nuevo y pareció que nada había cambiado. La Penumbra hacía eso, la misma luz, o falta de ella, todo el día(o falta de él). Sánchez no estaba. Le había dejado una taza de café cerca del lecho, pero ya estaba fría La bebió de todas maneras, y luego se levantó. Caminó alrededor de la habitación, estirándose, y orinó desde el pequeño balcón, suponiendo que a nadie le importaba.
Volvió a acostarse y cuando pestañeó Sánchez había vuelto y cocinaba la cena. Una lata de porotos, como en Sonora. Sánchez lo miró preocupado, le preguntó si estaba bien. Laskov asintió en silencio, mientras se sentaba. Revisó entre sus cosas, y le tendió su pocillo para que se lo llenara. Comieron en silencio, lenta, melancólicamente. Laskov no quería preguntar, no quería pensar en eso, hasta que el silencio se volvió incómodo. Sánchez lo rompió:
“No se que mierda son”
Silencio.
“Alejandro, ¿me escuchas?”
Silencio. La penumbra dio paso a la oscuridad. El fuego crepitó omnipresente. Laskov comenzó a respirar más fuerte.
“No vendrán esta noche, no por un par de semanas más.”
Laskov solo lo miró, fijamente.
“Lo sé porque lo he contado. Cada 14 o 16 días. Siempre de noche.”
“¿Desde cuando?” Ronco. La garganta agarrotada por la inactividad, y los gritos reprimidos.
“Desde que sucedió. Esto” Sánchez hizo un gesto que parecía indicar el mundo. Desde la Penumbra, quería decir.
“¿Y por qué? ¿Por qué a Viña, por qué acá?”
“No lo se. ¿No los habías visto antes?”
Silencio, de nuevo. Laskov recordó noches de viaje, resplandores, destellos lejanos, fosforescencias. Quizá su mente estaba inventando todo. Nunca durmió en una ciudad, les tenía miedo. Nunca entró en ellas de noche.
“Creo que nos buscan a nosotros”, dijo Sánchez con cautela, atento a la reacción del otro.
“¿A nosotros?” Frío, distante. Si lo veía científicamente no era tan terrible.
“Sobrevivientes. Gente viva.”
“Gente.”
“Ya se llevaron todo lo demás, los cadáveres. Y si quisieran llevarse algo más ya lo habrían hecho. Claramente buscan algo, y no se que más podría ser.”
“Tiene sentido. ¿Sabías que vendrían anoche?”
“Lo olvidé, con tu llegada y todo eso. Tampoco era seguro. Podría haber sido hoy, o dos noches atrás.”
La conversación se volvió metódica, científica, lejana. Laskov había aprendido a no sufrir sus miedos más de lo necesario. No valía la pena, afrontarlos cuando no estaban ahí. Conversaron un rato más, evitando siempre hablar directamente de ellos, de las patas. Venían desde el mar, o seo creía Sánchez. Llevaban luz con ellos y no había mucho más que decir. Laskov dio la charla por concluida, dijo buenas noches y se durmió de inmediato. Soñó que dormía en la playa, pero se veía a si mismo dormir. El rumor de patas arrastrándose contra la arena lo llenaba de pánico, pero era un miedo latente, que no se desbordaba. Pasaba una eternidad tendido en la arena, siempre a punto de colapsar. Luego todo se iba a negro. Despertó, aliviado, cuando un rayo de sol le llegó desde la ventana, calentándole el rostro. Feliz, trató de sentarse en su lecho y entonces despertó de verdad.
Ese día se levantó temprano. Sánchez lo llevó al Marga-Marga donde pudo bañarse y lavar sus cosas. “No bebas del Estero” fue el único comentario. Hundido hasta los muslos en el flujo del río, desnudo salvo por su máscara de gas, se preguntó de donde vendría el agua. No había visto lluvia en meses, pero no se había alejado de la costa. ¿Quizá en las montañas? El estero corría con mucha más fuerza de lo que recordaba, otro signo de como la naturaleza se comía a la ciudad.
Salió y se secó con algo que parecía una frazada. Recogió su ropa empapada y, envuelto en la manta, caminó de vuelta hacia el Palacio. Cuando llegó Sánchez se ocupaba en otro de sus fogones, este a un costado del edificio, y le hizo señas para que se acercara.
“Seca tu ropa acá” le dijo a través de su mascarilla. “Es la única manera de que seque bien.” Tosió un poco, caía mucho polvo esa mañana. Laskov recordó algo y luego de dejar su ropa tendida subió rápidamente a la habitación. Cuando bajó traía consigo otra máscara como la que llevaba puesta.
“Ten”, se la pasó a Sánchez. “La andaba trayendo por si las moscas”.
Sánchez se puso la máscara y se quedaron mirando un rato, sabiendo que era chistoso pero no exactamente por qué. Luego siguieron con sus asuntos, papá Marciano e hijo Marciano, ahora una familia feliz. Laskov dio un paseo alrededor de la manzana. Cuando ya no podía verlo su amigo, se dio el lujo de caminar desnudo por las calles. Fue en dirección hacia el mar hasta que le pareció escuchar ladridos en la lejanía, y pensó que mejor daba la vuelta. Era lo mismo: casas derruidas, el ocasional esqueleto, y hasta algo que podría haber sido un auto, años ha.
Se vistió para almorzar mientras Sánchez cocinaba otra lata de porotos. Iba a terminar odiando los porotos, aunque Sánchez opinaba lo contrario. Cada día sabían mejor. Luego se sirvieron café, que caliente sabía mucho mejor.
“¿Has explorado?” Laskov inició la sobremesa.
“Solo lo necesario. Busqué comida hasta sentirme aprovisionado. También fui al Hospital. Ahí encontré las mascarillas, y me hice un botiquín.”
“¿Y el resto? ¿Los cerros?”
“No. Tengo lo que necesito. Tenemos, quiero decir.”
“Pueden haber más sobrevivientes.”
Sánchez se encogió de hombros. “Bien por ellos”.
“¿Ese es tu plan entonces? ¿Vivir aquí hasta que se te acabe la comida y morir de hambre? ¿Y si no se acaba morir de viejo?”
“Si. Es el mismo plan que tuve siempre. El mismo plan que tenían todos. No voy a complicarme más de la cuenta solo porque al mundo se le ocurrió acabar.”
“Pero no se ha acabado. Estoy yo, estás tu. Puede haber otros, otras…”
“¿Que estás pensando?”
“Mujeres, tienen que quedar mujeres…”
Aquí Sánchez rió fuertemente. «Esta noche duermes afuera, malandrín»
«¡No!» Laskov sintió el enojo subir por su pecho, se calmó. «No es eso. Necesitamos mujeres, al menos una mujer»
«¿Para qué?»
Laskov hizo una pausa dramática y miró a su alrededor. A las casas hechas pedazos, a las enredaderas que lo cubrían todo.
«¿Como que para qué? ¿Para que más? Hay que ponerle fin a todo esto.» Un exagerado gesto con el brazo. «Hay que ponerse serio de una vez, y empezar a repoblar esta ciudad de mierda».

Premio Nacional de Literatura

Ya casi no viene gente, y lo entiendo. La primera vez esto estaba lleno, más de diez mil personas. Mucho más. Neruda descendió sobre la plaza, el poncho ondeando al viento. Huidobro apareció de la nada, severo, seco e impecable bajo la lluvia. Se dijeron algo sin mirarse, pero se ha olvidado. Nadie recuerda las palabras. Sólo los golpes.

Pelearon durante una hora. Murieron más de tres mil personas. Sobreviví escondido en una grieta en la fachada de La Moneda, causada por un buen golpe de Pablo. Escuché las explosiones acurrucado junto a una anciana, respirando polvo, mirando el cielo. Ese combate lo ganó Neruda. Nadie encontró nunca el cadáver de Huidobro.
Han pasado más de 50 años, y ha habido algunos combates interesantes, sin duda. El del 69 fue sangriento y absurdo, divertido, intenso. Un verdadero anticombate, mi favorito después del del 45.
Desde entonces, de mal en peor. Zurita ganó el premio en el 2000, pero su pelea dejó sin virgen al Cerro San Cristóbal. Sólo murieron 37 personas. De Lafourcade no se ha vuelto a saber nada.
Luego Volodia… aburrido. Un viejo de cuarenta metros y dos mil toneladas de peso. Ni siquiera los rayos de neutrinos de Bolaño y las garras de antimateria de Varas pudieron con él.
Yo estoy viejo, muy viejo, y mi memoria falla. He seguido viniendo todas las veces, pero no es como antes. Sólo yo y unos cuantos niños grabándolo todo con sus teléfonos, esperando a que alguien muera o algo se derrumbe mientras los postulantes se pelean por el premio.
Dicen que está hecho de estrellas.

Fotografía: Vicente Huidobro se estrella contra la fachada del palacio de gobierno tras un puñetazo especialmente certero de Pablo Neruda. El Mercurio, 1945.

La vieja persona de Chile

There was an Old Person of Chili,
Whose conduct was painful and silly;
He sate on the stairs, Eating apples and pears,
That imprudent Old Person of Chili.

El anterior fragmento de The Book of Nonsense (Londres, 1862) de Edward Lear ha fascinado a académicos y estudiosos chilenos por más de dos siglos. El primero que intentó descubrir la identidad de la vieja e imprudente persona chilena de conducta penosa y estúpida que comía manzanas y peras en una escalera fue el notable poeta Juan Luis Martínez. De acuerdo a Sergio Meier, estudioso de la Kabbalah y amigo personal de Martínez, el poeta tras veinte años de estudios descubrió la identidad de la vieja e imprudente persona de conducta penosa, pero la habría escondido entre las páginas de su principal obra: La nueva novela (1985).

Según Meier, Martínez habría hecho esto para que la identidad de la vieja e imprudente persona pudiera ser entendida sólo por las almas sabias, santas e iluminadas por el saber, para que al igual que la Alquimia no fuese descifrada por los necios, para que permaneciera sólo accesible a las almas pacientes y a los espíritus refinados que se hayan apartado de la ciénaga del mundo y estén limpios del lodo de la codicia. Al ser consultado sobre si él había conseguido descifrar el nombre de la vieja persona chilena que comía manzanas y peras, Meier declaró «aún estar trabajando en ello».

EXXXTREME

VIOLACION ONLINE COLAPSA LA RED

La transmisión en vivo del rapto y violación de la sex symbol local Marianné Osorio reventó a la internet local. Aglomeraciones de hombres se dieron en cita para contemplar el abuso colectivo a la llamada nueva diosa de Morandé con Compañía.

Santiago, 2011. A las 21:15 de ayer martes, el sueño erótico de miles de chilenos se hizo realidad. Marianné Osorio, la voluptuosa reina de la noche, la nueva fantasía de ese costoso burdel que es Morandé con Compañía, estaba completamente desnuda y amarrada sobre un catre de un lugar no identificado de Santiago de Chile. Dos minutos después fue rodeada de encapuchados que procedieron a violarla en lo que amenazó en convertirse en la mayor transmisión pornográfica simultanea en la historia de internet. Sin embargo, cuando Osorio estaba a punto de ser penetrada, un corté bajó el telón y dejó a miles de fanáticos en estado de paja interrumpida. Consultadas las autoridades, estás negaron estar detrás del blackout, argumentando que se debió a una sobrecarga por conexiones simultaneas a la banda ancha, que se calculó en casi 2 millones de usuarios al mismo tiempo. La gerencia de internet de VTR declaró esta mañana no haber sido capaz de mantener la red arriba, mismo comunicado que se repitió en otros proveedores de comunicación electrónica. “Ojalá existiera el viagra electrónico”, bromeo Agustín Milosevic gerente de red de BTM Aconcagua.
“Me quede con la penca lista, pero putah la mina rica”, dijo Juan (13), un menor consultado esta mañana por nuestro matutino. Roberto (15) añadió, “nos juntamos con seis amigos a ver como se pinceleaban a la socia y no paso nada. Pura teta no más”. German (33), un abogado de la contraloría, “ver ese culo perfecto penetrado con violencia, siempre ha sido un sueño, pero estos desgraciados me apagaron la tele”. Y así las reacciones de frustración se han repetido a lo largo del país.
Descubierta hace menos de un año en un reality del canal católico, Marianné (17) llamó de inmediato la atención por sus curvas, sobre todo por sus enormes pechos que no tuvo empacho en confesar habían sido el regalo de cumpleaños número 15 de su madre. Tras sonados romances con futbolistas y declaraciones del estilo de “Cristian me ha deseado desde que me vio. El sabe que entre mis carnes y los huesos de Diana no hay comparación. Ella puede ser compañía, pero yo soy placer. Ya saben, una mina sin tetas es un amigo”, fue reclutada por el estelar del pueblo, que de inmediato la puso por encima de otras diosas.
El impacto de la “menor de edad” fue equivalente a una bomba atómica. Marianné Osorio, los “pechos y el trasero oficial de Chile”, como fue bautizada tras ser coronada como madrina de la selección, se convirtió rápidamente en el cuerpo más retratado en la portada de este diario durante el año pasado. El premio de mujer más deseada de Chile fue un aliciente más a la vertiginosa carrera de esta morena, nacida en Curicó y criada por su madre en Conchali, la que siempre se obsesionó porque su niña se convirtiera en estrella de la televisión.
Deseada, envidiada, repetida hasta el cansancio, la nueva morena de Chile se convirtió en mito en cosa de meses, por eso nadie se sorprendió cuando un grupo, nominado como los Santos Violadores apareció en internet difundiendo videos y fotos tomadas de publicaciones masculinas, amenazando con raptar y violar a la chica, evento que pretendían transmitir a través de internet, para calmar el deseo de miles de machos chilenos, “la gran perra merece ser emperrada” fue el slogan del grupo. “Lo que pretendemos es un evento de acción social para saciar el hambre sexual que ella misma ha producido entre nuestros trabajadores y hombres de negocios”. Ella misma se lo tomó a broma, aunque contrató a un par de guardaespaldas conseguidos a través de la propia productora.
Pero las insinuantes fotos en bikini con que posó en noviembre pasado para el primer número de la revista Chismes&Pajas fue la gota que rebalsó el vaso. Los Santos Violadores anunciaron que el rapto y el ultraje público se concretaría antes de marzo. Y así fue. La chica fue secuestrada hace dos días. Y aunque en un principio las autoridades manifestaron que todo obedecía a una campaña publicitaria del canal, con el paso de los días la realidad le terminó ganando la partida a la ficción. Y tal como fue anunciado en andanadas de correos masivos, ayer a las 9 de la noche, el deseo de cientos de machos criollos de ver a Marianné Osorio en traje de Eva se concretó. Un evento pajero a nivel subcontinental que se vio interrumpido por el corte antes de que se iniciara la violación. Sin embargo, y para el goce de nuestros lectores, Los Santos Violadores comunicaron hace sólo unas horas que el video del abuso, que incluye una penetración anal colectiva será distribuido a través de un correo masivo. Agregaron además que las fotos del evento ya fueron compradas por tres revistas masculinas y que antes del viernes, la bella Marianné estará de regreso en su casa. El mail anunció además que las próximas víctimas de esta campaña social masturbatoria serán Yesenia Castillo del reality Pelotón 4 y la argentina Verena Varutti de Zorras Metropolitanas, la teleserie adulta de Chilevisión.
Avisamos a nuestros lectores que mañana a primera hora el video en formato you tube estará disponible en el home de la versión electrónica de nuestro diario.

La Liga Chilena de caballeros


Ahora que la guerra del ’79 terminó, se han desclasificado cientos de archivos considerados confidenciales en tiempos de conflicto. Uno de ellos, quizá el más interesante, dice relación con la aparición de un personaje extraño sobre el que se han tejido innumerables leyendas. El teniente Alejandro Bello y su aeronavegador, arma decisiva en el triunfo sobre la alianza Perú-Boliviana.
(ver cuento de Alberto Rojas en Alucinaciones.txt)

Archivo 78-CCDH-G.

Operación Martillo del Norte.

El teniente Bello, Arturo Prat, el cacique Kallfukura, un invunche, el ingeniero alemán Karl Flach y la machi Alerayén, penetran en las instalaciones subterráneas peruanas en Calama y destruyen sus laboratorios productores de nitroglicerina y gases mostaza.

Operación Estrella Solitaria.

El teniente Bello, Ignacio Carrera Pinto, Karl Flach, la machi Alerayén, un chamán selknam y Alsino, se enfrentan a los ejércitos de totora y barro que kallawayas bolivianos fabricaban en Tiwanaku, con tecnología inglesa y ayuda de la sección americana teosófica de madame Blavatsky.

Operación Campo lindo.

El teniente Bello, fray Camilo Subercaseaux, el cacique Kallfukura, Arturo Prat, Karl Flach, Mampato González y un cavernícola de nombre desconocido, destruyen en el mar las plataformas flotantes peruanas que traían hordas de mongoles y animales fantásticos monstruosos para producir un desembarco y conquista mágica de Chile en el puerto de Valparaíso.

Operación Cruz del Sur.

El teniente Bello, Martín Rivas, La sargento Candelaria, el guía chilote y brujo de la recta provincia, Martín Sarmiento; el demonio selknam Kotaix y un pelotón de soldados chilenos al mando de Ignacio Carrera Pinto, se enfrentan a las montoneras de pillanes y brujos montados en cóndores que protegen las ciudades móviles que avanzan por la patagonia argentina en dirección a Chile, buscando obtener territorios de un país en guerra. Los cañones trasandinos, con bombas ambáricas y pulsos de energías desconocidas, destruyen día y noche las montañas buscando crear un paso fronterizo artificial para las ciudades blindadas de los argentinos, asesorados por un oscuro personaje de apellido Nemo.

fin del archivo

La Columna de Claudio Sánchez


Finalmente, tras más de cinco semanas en tribunales, el viernes recién pasado se dictó sentencia en el publicitado caso Ucronía Chile.

El escritor Jorge Baradit, que se hiciera conocido hace un par de años tras la publicación de su novela Ygdrasil, fue condenado a tres años de presidio remitido y dos sesiones de condicionamiento social. El resto de los 25 acusados y colaboradores habituales del sitio web recibieron condenas más leves, con excepción del escritor Francisco Ortega, quien se enfrentará a un pelotón de fusilamiento en los próximos días.

El caso Ucronía se suma de esta manera a los más de cien juicios por uso indebido de la info-red y hace resurgir las dudas sobre la capacidad censora y vigilante del Departamento de Infocrimen de la Policía de Investigaciones.

Si bien en sus inicios el popular «blog» tenía como única intención fantasear sobre la existencia de mundos distintos al nuestro (una «ucronía» es, por definición, una historia contrafactual, un relato que tomando prestados elementos históricos reales, recrea, retuerce o lisa y llanamente inventa otros ficticios), lo cierto es que en el último tiempo se había ido transformando en un peligroso pasquín dedicado a la burla y la disidencia.

Originalmente, los textos publicados en Ucronía Chile eran breves y ligeros, y exploraban con cierta torpeza estas rutas alternativas enfocándose principalmente en los mitos religiosos y los descubrimientos científicos de los siglos XX y XIX. Sin embargo, a medida que el número de integrantes del club aumentaba, y específicamente desde la incorporación del mencionado inconformista Francisco Ortega, los relatos empezaron a elucubrar sobre posibilidades mucho más desagradables e incómodas.
(Diario PATRIA Y LIBERTAD, domingo 20 de enero de 2008)

Un breve repaso de los temas tocados por estas ucronías bastará para dar una idea, ya que afortunadamente los escritos en sí mismos han sido completamente eliminados tanto de la info-red como de las computadoras de los autores. «¿Qué hubiera pasado si Rusia y Alemania no hubieran sido aliadas?», es uno de los ejemplos más suaves, o «¿y si la bomba no hubiese caído en Baltimore?», un disparatado relato en el que los americanos descubren la energía atómica antes que los alemanes. Peores son las fantasías que especulan sobre un mundo en el que Hitler hubiera continuado su carrera artística sin convertirse en el Salvador Ario, siendo la más atroz de todas una en la que la sociedad se ha corrompido al punto de permitir la mezcla indiscriminada de razas, ¡e incluso la elección de líderes políticos negros!

Si bien hay muchos otros relatos más ingenuos y aceptables (en uno bastante cómico, por ejemplo, un pequeño poblado campesino en Inglaterra sigue resistiéndose a la incorporación al Reich gracias a una poción que les da hiperfuerza, pese a haber transcurrido más de cincuenta años desde el final de la Guerra), otros tantos no son más que un semillero de ideas sediciosas, un peligro acechando para enraizar en la mente del info-viajero descuidado, un soplo de apoyo sobre las brasas de los grupos anarquistas y anti-nacionalistas que lamentablemente siguen apareciendo esporádicamente por todos lados.

Es por eso que no debemos repantigarnos satisfechos por el decreto de los tribunales frente a este caso, sino preocuparnos y aumentar nuestra vigilancia. La ciencia ficción, ese pequeño y travieso bastardo de la literatura, puede ser a veces divertida, relajante y hasta útil (sin el Frankenstein de Mary Shelley, quién sabe si seguiríamos enviando judíos a los hornos en lugar de convertirlos en trabajadores autómatas), pero no debemos olvidar que también puede ser molesta y peligrosa, y su poder sobre las mentes débiles no es despreciable (¿acaso no fue provocada la trágica depresión económica del ’50 por el infame panfleto de Orwell?).

Si a eso sumamos el acelerado, casi descontrolado crecimiento de la info-red, no es raro que Baradit y su pandilla de «ucronistas» hayan acabado como han acabado. Esperemos que todos los que amenazan la aria estabilidad del Reich caigan más temprano que tarde, y que el Departamento de Infocrimen decrete de una vez por todas un toque de queda informático efectivo.

texto ®Guayec Perdomo

Los insaciables


Ayer estaba mirando el espejo y de pronto vi esta imagen. La imprimí oprimiendo un paño sumerjido en solución fotosensible contra mi estómago. Ahora vivo en la clandestinidad. Investigaciones de Chile se llevó mis mejores años, no lo soporté más. La CNI, la DINA, el Mossad, ahora el FBI…ya no puedo más. Parezco 10 años más viejo de lo que soy realmente. Mi cuerpo produce fotografías de eventos peligrosos, si al menos fueran banalidades me podría ganar la vida en algún espectáculo, pero soy un «scanner», un proyector de asesinatos políticos, conspiraciones, atentados terroristas y nacimientos de futuros serial killers o líderes religiosos suicidas, aviones en llamas y genocidios.

Mi cuerpo produce fotografías.

Ya no puedo más…
No se qué significa esta imagen…ya no me interesa como antes, de todas maneras.