Santa Graciela

La Reina, Santiago de Chile. Nov. 1979

“¿TE DUELE blanquito?” El Gordo me repite una y otra vez la pregunta. Espera que le responda, quiere quebrarme, escuchar mis gritos, que le pida clemencia. Conozco a los de su tipo, trabajé con uno muy parecido, y no voy a darle ese gusto. Está enojado, enfurecido, casi impotente. Siento sus golpes a la altura de mis riñones, sólo una leve molestia, no mayor a una sacudida. Le sonrío. Eso le da más rabia. Vuelve a golpearme, una, dos, tres, cuatro veces.

Sus compañeros lo llaman Gordo, a pesar de que no es el más grueso de los cinco tipos que Continue reading «Santa Graciela»

EXXXTREME

VIOLACION ONLINE COLAPSA LA RED

La transmisión en vivo del rapto y violación de la sex symbol local Marianné Osorio reventó a la internet local. Aglomeraciones de hombres se dieron en cita para contemplar el abuso colectivo a la llamada nueva diosa de Morandé con Compañía.

Santiago, 2011. A las 21:15 de ayer martes, el sueño erótico de miles de chilenos se hizo realidad. Marianné Osorio, la voluptuosa reina de la noche, la nueva fantasía de ese costoso burdel que es Morandé con Compañía, estaba completamente desnuda y amarrada sobre un catre de un lugar no identificado de Santiago de Chile. Dos minutos después fue rodeada de encapuchados que procedieron a violarla en lo que amenazó en convertirse en la mayor transmisión pornográfica simultanea en la historia de internet. Sin embargo, cuando Osorio estaba a punto de ser penetrada, un corté bajó el telón y dejó a miles de fanáticos en estado de paja interrumpida. Consultadas las autoridades, estás negaron estar detrás del blackout, argumentando que se debió a una sobrecarga por conexiones simultaneas a la banda ancha, que se calculó en casi 2 millones de usuarios al mismo tiempo. La gerencia de internet de VTR declaró esta mañana no haber sido capaz de mantener la red arriba, mismo comunicado que se repitió en otros proveedores de comunicación electrónica. “Ojalá existiera el viagra electrónico”, bromeo Agustín Milosevic gerente de red de BTM Aconcagua.
“Me quede con la penca lista, pero putah la mina rica”, dijo Juan (13), un menor consultado esta mañana por nuestro matutino. Roberto (15) añadió, “nos juntamos con seis amigos a ver como se pinceleaban a la socia y no paso nada. Pura teta no más”. German (33), un abogado de la contraloría, “ver ese culo perfecto penetrado con violencia, siempre ha sido un sueño, pero estos desgraciados me apagaron la tele”. Y así las reacciones de frustración se han repetido a lo largo del país.
Descubierta hace menos de un año en un reality del canal católico, Marianné (17) llamó de inmediato la atención por sus curvas, sobre todo por sus enormes pechos que no tuvo empacho en confesar habían sido el regalo de cumpleaños número 15 de su madre. Tras sonados romances con futbolistas y declaraciones del estilo de “Cristian me ha deseado desde que me vio. El sabe que entre mis carnes y los huesos de Diana no hay comparación. Ella puede ser compañía, pero yo soy placer. Ya saben, una mina sin tetas es un amigo”, fue reclutada por el estelar del pueblo, que de inmediato la puso por encima de otras diosas.
El impacto de la “menor de edad” fue equivalente a una bomba atómica. Marianné Osorio, los “pechos y el trasero oficial de Chile”, como fue bautizada tras ser coronada como madrina de la selección, se convirtió rápidamente en el cuerpo más retratado en la portada de este diario durante el año pasado. El premio de mujer más deseada de Chile fue un aliciente más a la vertiginosa carrera de esta morena, nacida en Curicó y criada por su madre en Conchali, la que siempre se obsesionó porque su niña se convirtiera en estrella de la televisión.
Deseada, envidiada, repetida hasta el cansancio, la nueva morena de Chile se convirtió en mito en cosa de meses, por eso nadie se sorprendió cuando un grupo, nominado como los Santos Violadores apareció en internet difundiendo videos y fotos tomadas de publicaciones masculinas, amenazando con raptar y violar a la chica, evento que pretendían transmitir a través de internet, para calmar el deseo de miles de machos chilenos, “la gran perra merece ser emperrada” fue el slogan del grupo. “Lo que pretendemos es un evento de acción social para saciar el hambre sexual que ella misma ha producido entre nuestros trabajadores y hombres de negocios”. Ella misma se lo tomó a broma, aunque contrató a un par de guardaespaldas conseguidos a través de la propia productora.
Pero las insinuantes fotos en bikini con que posó en noviembre pasado para el primer número de la revista Chismes&Pajas fue la gota que rebalsó el vaso. Los Santos Violadores anunciaron que el rapto y el ultraje público se concretaría antes de marzo. Y así fue. La chica fue secuestrada hace dos días. Y aunque en un principio las autoridades manifestaron que todo obedecía a una campaña publicitaria del canal, con el paso de los días la realidad le terminó ganando la partida a la ficción. Y tal como fue anunciado en andanadas de correos masivos, ayer a las 9 de la noche, el deseo de cientos de machos criollos de ver a Marianné Osorio en traje de Eva se concretó. Un evento pajero a nivel subcontinental que se vio interrumpido por el corte antes de que se iniciara la violación. Sin embargo, y para el goce de nuestros lectores, Los Santos Violadores comunicaron hace sólo unas horas que el video del abuso, que incluye una penetración anal colectiva será distribuido a través de un correo masivo. Agregaron además que las fotos del evento ya fueron compradas por tres revistas masculinas y que antes del viernes, la bella Marianné estará de regreso en su casa. El mail anunció además que las próximas víctimas de esta campaña social masturbatoria serán Yesenia Castillo del reality Pelotón 4 y la argentina Verena Varutti de Zorras Metropolitanas, la teleserie adulta de Chilevisión.
Avisamos a nuestros lectores que mañana a primera hora el video en formato you tube estará disponible en el home de la versión electrónica de nuestro diario.

HORROR EN GERMANIA

El salvaje atentado terrorista, que ayer en la mañana destruyó La cúpula del Salón del Pueblo en la Ciudad de Germania fue adjudicado al Frente Lincoln de Liberación Américana.

(Desde Alemania Imperial. Septiembre 12, 2001, enviado especial de El Mercurio). La historia del mundo cambió radicalmente ayer a las 9 de la mañana. A esa hora, dos aviones comerciales Dornier Do 899 de dos pisos, propiedad de Lufthansa, que habían despegado treinta minutos antes desde el Aeropuerto Internacional Adolf Hitler de Frankfurt, alteraron su ruta de vuelo para entrar sin permiso al espacio aéreo restringido dela Ciudad de Germania.

A las 9 con un minuto el primero de los cuatrimotores se desplomó sobre el hemisferio poniente del Salón del Pueblo causando estupor entre quienes transitaban por el downtown de la ex Berlín. Pero la sorpresa y el horror no terminó allí. Tres minutos después, un segundo Do 899 cayó en la parte alta del oriente de la gran cúpula. Dañado en su estructura principal, el domo de 300 metros de alto, construido por Albert Speer en 1946 se vino al suelo a las 9 con 15 minutos provocando un caos y un estruendo que estremeció a toda la capital del imperio.

Como es ampliamente sabido, el Volkshalle o Salón del Pueblo, fue encargado por el primer Führer, Adolf Hitler, a su arquitecto personal, Albert Speer, como parte del plan de reconstrucción urbana de Berlín, que concluyó con la refundación de la ciudad bajo el nombre de Germania, la «nueva Roma», en 1955. Tanto Hitler como Speer soñaban con un símbolo arquitectónico monumental que no tuviese parangón en el mundo y que representara la victoria del III Reich. En 1946 comenzaron las obras que se extendieron por 4 años y que concluyeron en la cúpula plateada de 300 metros de alto que se convirtió en signo de la nueva cultura. Desde su inauguración hasta el día de ayer, el Volkshalle fue la maravilla arquitectónica más reproducida en sellos postales, afiches y fotografías a lo largo del mundo. Un ícono urbano, conclusión magnífica de sueños y grandezas que ayer fue destruido por el odio de la humanidad.

Tras el atentado, la Luftwaffe cerró el espacio aéreo de Germania realizando vuelos continuos con cazas e interceptores para evitar un nuevo acto de similar envergadura. También se pidió a la policia civil la detención y registro, bajo ley marcial, a todos los extranjeros, residentes y turista, tanto en la capital como en otros centros urbanos de Alemania.

A las 11 de la mañana, la oficina central de Lufthansa declaró que otro de sus aviones había sido secuestrado. Se trató de un bimotor Do 699 con 120 pasajeros que finalmente fue avatido por los misiles de un FW-670 a 60 milas al sur de Germania. Desde entonces los aeropuertos de todo el imperio se encuentran cerrados, suspendiéndose incluso el servicio transatmosférico e hipersónico a Japón y Patagonia. En horas de la tarde de ayer, en conferencia de prensa, el Führer, que tras los eventos fue trasladado al zeppelin imperial Bismark, declaró que el Reich pondrá todos sus recuersos en encontrar y castigar a los culpables. Esta mañana y para evitar posibles actos en su contra, el emperador fue trasladado en un transbordador a la estación espacial presidencial Hindenburgh.

Al cierre de la edición de este matutino, el Frente para la Liberación Americana Abraham Lincoln se adjudicó el atentado. Declararon que sus acciones continuarán afectando al Imperio y que su objetivo es acabar con la vida del que llaman «heredero de Satanás». La Central de Inteligencia SS, ha declarado que el lider de esta organización, un ex heredero de una fortuna de preguerra convertido en cabecilla extremista, llamado John Fitzgerald Kennedy, quien incluso trabajó como agregado cultural del gobierno colonial américano en Germania entre 1961 y 1963, ya ha sido identificado, apuntando su base de operaciones en Potomac City, urbe mediana levantada en las ruinas de Washington DC, destruida tras el bombardeo atómico de 1944. Las autoridades han desestimado que el Frente Lincoln tenga en su poder armas nucleares.

Para garantizar la seguridad del imperio, las plataformas de ataque orbitales Tirpitz y Graff Zeppelin se encuentran desde esta mañana en posición estática sobre territorio norteamericano apuntando sus misiles nucleares V-9 contra las principales ciudades de la colonia . También nos fue informado que el grupo 4 de la Flota Atlántica, que incluye los portaaviones Scharnshorst, Koning y Graff Himmler sarparon esta mañana desde Southampton, en la colonia inglesa, para bloquear la zona de Delaware, cercana a Potomac City y Nueva Manhattan, en el estuario del Hudson.

Desde la Santa República conjunta Chileno-Argentina de Patagonia, las autoridades ofrecieron su solidaridad con el Imperio Germánico, declarando que pondrán a su dispocisión todos los medios para perseguir, apresar y castigar a las fuerzas de odio contra nuestra gloriosa cultura. La dirección de inteligencia, DINA, que se hiciera imperialmente celebre por la captura y fusilamiento de los lideres terroristas separatistas sudamericanos Salvador Allende, Fidel Castro, Ernesio Guevara y Victor Jara en 1977, enviarán hoy en la tarde en un vuelo especial desde Buenos Aires a sus diez mejores agentes para apoyar las tareas de la SS.

HORROR EN PROVIDENCIA


Lo que comenzó como una pelea entre skaters se convirtió en un hecho de sangre y destrucción sin presendentes en nuestra ciudad. La Intendencia y el gobierno decretaron estado de emergencia en Santiago de Chile.

Ayer, a eso de las 18:00, en la esquina de 11 de Septiembre con Carlos Antúnez, un grupo de ocho skater atacaron a Bruno Banderas, estudiante de física de la Universidad Católica. Pero lo que comenzó como un hecho más de delincuencia estudiantil se transformó en un confuso incidente que ha amenazado la seguridad nacional entera. Trascendió que Banderas, junto a su novia Betsabé Bravo transitaban tranquilamente por el lugar, cuando un grupo de menores de edad molestaron a la mujer. Banderas reaccionó para defender a su acompañante, lo que produjo la ira de los menores quienes saltaron sobre el estudiante de 24 años para golpearlo con sus skaters. Testigos presenciales han declarado que un golpe en la cabeza lo dejó tirado, sangrando e inconciente en el suelo, pero que eso no detuvo a los agresores, quienes continuaron golpeandolo y pateándolo sobre el pavimento como si quisieran matarlo. Fue entonces cuando se escuchó un bramido estruendoso y Banderas se puso repentibamente de pie convertido en un gigante de casi 3 metros de alto y la piel verde brillante, ante la mirada incrédula de todos los que transitaban por el lugar. Una mujer, identificada con las iniciales M.A.C, dependiente de una farmacia del lugar, declaró a nuestro diario, «ví al muchacho ensangrentado y tirado en el suelo y pensé que estaba muerto, pero entonces, y de la nada, se levantó y gritó como un animal salvaje. Fue un rugido como de león. Luego su piel se puso verde brillante y creció hasta convertirse en un gigante, pensé que se acababa el mundo».
Banderas, o lo que fuera en que se había convertido, tomó a sus agresores y literalmente los partió en dos, repartiendo sus restos y vísceras por todo el lugar. Luego absolutamente descontrolado, saltó sobre la interesección de Providencia con La Concepción y arremetió contra vehículos del Transantiago, a los cuales destruyó como si estuvieran hecho de papel. Esto ocasionó el rápido actuar de Carabineros quienes abrieron fuego contra el monstruo, sin embargo los disparos no le hicieron daño, por lo contrario lo fortalecieron en fuerza y tamaño. En cosa de veinte minutos, el céntrico sector se había copado de al menos 200 heridos y 13 muertos, incluidos los 8 atacantes de Banderas.
La criatura luego se encaminó hacia Plaza Italia, arrasando con calles, vehículos y atacando con especial vehemencia a pandillas de jóvenes reunidos en esquinas y parques. Diez grupos de punks, skater, emos y pokemones fueron literalmente despedazados, elevando el número de muertos a 80, en su mayoría mayoría menores de edad.
A las 19:00 y tras destrozar las vías del metro entre las estaciones Baquedano y Salvador, el monstruo trepó hasta lo más alto de la Torre Telefónica donde ha permanecido, enfrentandose a helicópteros del Ejército y carabineros, derribando un aparato de la policía uniformada que cayó sobre el puente Pio Nono, matando a 12 curiosos que observaban los desconcertantes eventos.
Betsabe Bravo, novia de Banderas, declaró que el joven sufrió hace unos meses un accidente en un reactor de rayos gamma de los laboratorios de física de la UC, evento que pudo causar esta monstruosa y destructiva transformación. La facultad de Ciencias Matemáticas y de Ingeniería de la UC no han querido declarar nada al respecto.
Bruno Banderas se encuentra cercado por fuerzas armadas en el helipuerto de la Torre Telefónica, pero se ha ordenado no abrir fuego ya que al ser atacado, su reacción podría gatillar una nueva ola de devastación, esta vez afectado Santiago Centro…

VUELO 19

Y cuando el teniente Charles Taylor volvió en sí, se descubrió tirado en medio de una habitación circular. Todo era blanco, brillante e insoportablemente limpio. Sacudió su cabeza e intentó juntar las partes más recientes de su memoria. Sólo recordó el sol. Ese sol brillante y naranjo que de la nada surgió junto al sol de siempre. Y luego el horizonte esfumándose y la luz, más luz… Luz, más luz y silencio…
Taylor descubrió que no estaba solo. Un hombre delgado y vestido de negro lo observaba. Era joven y usaba un bigote pequeño y ridículo. El oficial de la marina norteamericana se levantó rápido y sacando la pistola que llevaba al cinto apuntó al extraño.
-No se mueva -le dijo.
-Tranquilo, teniente, no vengo a hacerle daño -le contestó el recién aparecido, con un acento extraño y alargado, como si el inglés no fuera su idioma natal.
-¿Dígame dónde estoy? -prosiguió Taylor, sin bajar su arma.
-Creame, ni yo lo sé. Y llevó un buen tiempo aquí arriba.
-¿Arriba?
-Es una forma de decir.
-Dónde están mis hombres.
-Sus hombres y sus aviones están bien. Es mejor que vaya calmándose, teniente Taylor.
-¿Cómo sabe mi nombre?
-No es lo único que sé, pero ya entenderá muchas cosas. Confío en que pronto podremos trabajar bien juntos.
-¿Y usted quien es?
-Primero guarde su arma.
Taylor lo dudó un momento, pero después bajó la pistola.
-Bien, así es mejor. Mi nombre es Alejandro Bello y soy piloto de la Fuerza Aérea Chilena. Y como usted, hace algunos años me perdí volando. Pero ellos ha guardado bien mi nave.
-¿Ellos?
-Si, ellos, no sabemos quienes son ni de donde vienen, pero están aquí, entre nosotros.
Taylor no respondió.
-Lo entiemdo, teniente, yo me sentí igual cuando me tomaron, pero todos nos hemos acostumbrado.
-¿Todos?
-Mi estimado teniente, debe creerme cuando le digo que no somos ni seremos pocos…

DICKENSLOGIA: UNA UCRONIA DE NAVIDAD

El General miró la hora. 23:45 marcaban las gruesas manillas del viejo reloj de bronce que colgaba en la pared tras la mesa del comedor. Recordó cuando lo habían comprado, hacía ya más de veinte años en un mercado de pulgas de Frankfurt. A Lucía no le había gustado, él debió insistirle y agregar la promesa de regresar por un vestido de fiesta a una tienda elegante de la ciudad alemana.
En la sala, sus hijos y los hijos de sus hijos miraban los regalos apilados bajo el pino, aguardando con ansias las campanadas de medianoche para abalanzarse sobre ellos. En la cocina, la mujer del militar discutía con las empleadas acerca del modo en que debía servirse la cena.
El General estaba nervioso, no aterrado, pero si inquieto. Así eran estas fechas. Odiaba que llegaran el 25 de diciembre, odiaba que él se apareciera y le mostrara sus próximos días. Y sobre todo odiaba esa maldita seguridad de saber que esta navidad era la primera del resto de su vida. Sueños y pesadillas, navidades pasadas, presentes y futuras. Afuera, en la calle, un país desordenado y enfermo, calentado por un verano seco y furioso. El sol tenía la culpa de todo, estaba seguro. El militar lo odiaba, prefería mil veces el nublado del invierno y la forma de la lluvia sobre Santiago de Chile.
23:55. El general fue hasta la cocina y le dijo a su mujer que necesitaba retirarse un momento a su estudio.
-Siempre haces lo mismo en noche buena, atrasas la cena y los regalos -le respondio ella, sin mirarlo, mientras trozaba la pechuga de un pavo gordo que le habían enviado desde el sur.
-Tengo que hacerlo.
-No, no tienes que hacerlo.
-Por favor no me molestes…
-¿Te pasa algo?
-Es la navidad, mujer. Sabes que la navidad me pone así. Desde que…
-¿Desde qué, Augusto?
-Desde nada -cortó y abandonó la cocina, recordando la primera vez que se le aparecieron los fantasmas. La primera vez en que tuvo claro los números, las fechas de sus malditos próximos días.
El General entró al despacho, cerró la puerta, se sentó tras su escritorio y esperó. Y apenas escuchó a las campanas de medianoche resonar en el viejo reloj de la habitación donde aguardaba su familia, sintió que él había llegado. Un hielo cortante, como escapado del mismo infierno recorrió cada pared y cada estante, luego la niebla, aún más helada. Y en medio de ella la figura espectral del fantásma de la navidad futura. Negro y silencioso, encapuchado y sin formas reconocibles, eterno y maldito. Un sinónimo de la muerte, enmarcado en el espítitu de una fecha con un sentido tan particular. El General recordó que la primera vez que se le apareció, él era apenas un niño y el terror casi lo hizo desfallecer. Con el tiempo su imagen, su hielo y su frialdad se hicieron más familiares, tan cotidianos como el acto de besar en la frente a su mujer antes de dormir.
Augusto Pinochet miró al fantasma y le sonrió, fue un acto mecánico, sin emociones, sin nada.
-Feliz navidad -le dijo.
El fantasma no respondio.
-Gloria en el cielo y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
El fantasma no respondió.
-Pero tu y yo no sabemos de eso, verdad.
El fantasma no respondió.
-Esta es la última navidad que vienes, ¿verdad?
El fantasma no respondió.
-Me lo imaginaba, de ahora en adelante me las tengo que arreglar solo. En navidad y en el resto del año.
El fantasma estiró su huesuda mano derecha hasta un calendario de escritorio, que miraba al militar junto a un lapicero de plata.
-25 de diciembre de 1972 -leyó en voz alta Pinochet -lo sé, sólo faltan 9 meses. ¿Puedo preguntarte algo?
El fantasma no respondió.
-Esto no puede echarse para atrás, cierto.
El fantasma no respondió.
-Por supuesto que no. Lo que está marcado, así debe ser.
Y cuando el General se dio vueltas, el fantasma ya no estaba. Nunca más estuvo. Miró la hora en su reloj de bolsillo, las doce con dos minutos, era buen momento para cenar y abrir regalos. El próximo año iba a ser complicado. El fantasma navideño ya no volvería más, pero pronto tendría otros espectros con quienes tratar. Algunos más terribles.

Ciencia ficción: El Futuro de Chile

Fracisco Ortega

(artículo originalmente publicado en revista Muy Interesante, julio 2007. Reproducido con permiso del director)

Vivimos en un país fantástico y bajo esa premisa una nueva camada de escritores se ha embarcado en la misión de aventurar cómo serán nuestros próximos días. Esta es la historia, el pasado y el renacer de la fantaciencia criolla.

El ciberespacio es un animal marino.
En el fondo de sus intestinos, tras las sucesivas cortezas de software abandonado, bajo los estratos de códigos en desuso y fantasmas digitales; una marea en lenguaje de máquina llora de temor al escuchar los murmullos y chasquidos de dientes que arañan el “otro lado”.
—Ayúdame, Magdalena—, susurra entre el óxido y las líneas de programación mutiladas que ennegrecen los bordes.
—¡Montenegro! Voy a entrar a la net—, gritó la mujer mientras caminaba hacia la pared para extraer los line-in de conexión. “Viejo hardware cableado, nada más seguro”, pensó antes de hundir el aparato en su vagina y esperar los efectos con los dientes apretados. Dos sondas se desplegaron y se engancharon a sus ovarios, cada una con un pequeño anzuelo de cobre. El dolor fue intenso, pero breve, necesario para levantar la frecuencia mental hasta los niveles de tráfico de la net. Ese nivel funcionaba con la misma frecuencia humana del dolor físico extremo.
Magdalena abrió los ojos de su segunda cabeza y no notó la diferencia, salvo que Rayén Montenegro, el cadáver digitalizado que servía de estructura para el software del edificio, estaba de pie frente a ella, mirándola con la peor cara de odio que había visto en su vida.
—Estoy a tus órdenes—, masculló sin quitarle los ojos de encima. El largo cabello negro de la IA astral flotaba en el aire como si estuviera sumergida en un lago turbio de musgo, con el sol entrando en extraños reflejos sobre su rostro aplastado, su cráneo quebrado, sus hombros dislocados.
—Necesito entrar al bunker de las corporaciones.
Montenegro cambió levemente de color y comenzó a sangrar por el oído.
—Son empresas privadas. Si descubren que ingresamos a una empresa privada desde una terminal estatal…
—No te estoy preguntando.
Montenegro comenzó a derramar un líquido espeso. El charco bajo ella crecía en un perfecto círculo.
—El acceso al Bunker Corporativo es un acto de fe.
Magdalena no recordaba haber tenido una pistola en la mano.
—No sabes si es una trampa, no sabes si es el acceso. Sólo dispárate en la boca.
Magdalena no lo dudó, apuntó el revolver y se voló la cabeza. Ella misma iba dentro de la bala que penetró en su interior, hacia su propio cielo. Metió la mano por la boca y se sacó el password como a un gusano. Abrió el cielo con un cuchillo—coder y la introdujo a través de la hemorragia. El conjuro se extendió en la forma de una plaga de langostas por todo el organismo, en una infección que tenía la forma de Magdalena a los 8 años, volando a 28.8 cuadros por segundo por los amplios espacios de las catedrales de su inconsciente.

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MI PRIMERA VISITA A GERMANIA (1)


Tomado de Las Memorias del Canciller Arturo Kieber-Latorre
Ediciones Dobleverso. Mayo, 2039

«Tenía 10 años cuando acompañé a mi padre a Germania, la ciudad más fabulosa que vio el mundo moderno, la nueva Atlántida de Albert Speer, el faro que marcó el año cero de la nueva civilización. Fue en julio de 1984 y papá trabajaba para el ministerio de relaciones exteriores durante el segundo periodo de Allende. Las relaciones entre el Neosocialismo chileno y el III Reich no podían ser las mejores, sobre todo en lo referente a intercambio tecnológico. Era la época del esplendor cibernético chileno, de los primeros robots, aquellos que la prensa bautizó Dígitos y que cuantos malestares nos dieron en las siguientes décadas.
«Tres años del fin de la guerra fría y Alemania había abierto sus puertas a los países de la orbita socialista, dentro de los cuales Chile era uno de los más privilegiados. Claro, faltaba mucho para la gran crisis latinoamericano y nuestro país era entonces apenas una línea en la costa Pacífica del subcontinente. Aun existían Ecuador, Perú y Venezuela y nadie aventuraba soñar con las actuales Confederación Bolivariana, Amazonia del Norte, Amazonia del Sur y Unión Patagónica, menos aun con la guerra del 2003.
«Papá había viajado varias veces a Germania y la casa estaba llena con fotos de la gran ciudad que regía los destinos del mundo libre. El trayecto fue tranquilo. Yo y mi infantil fanatismo por los aviones estabamos desbordantes. Después de un vuelo sobre los Andes en un Tupolev de Lan Chile llegamos a Buenos Aires donde embarcamos en un transatmosférico Heinkel de Lufthansa. El salto suborbital entre el Río de la Plata y Frankfurt fue de apenas 4 horas, la tecnología alemana no sólo era adelantada, también confortable. En Frankfurt hicimos transbordo a un zeppelin para vuelos locales, una nave enorme y silenciosa, dotada de rotores inclinables y una barquilla para 400 pasajeros sentados. Sé que papá quería llegar a Germania en el riel de alta velocidad y que cedió a la lentitud del zeppelin para darme en el gusto. El sabía bien como se disfruta la primera vista de Germania desde el aire. Y como el sobrecogedor espectaculo podía cambiar para siempre la percepción del mundo que se tiene cuando uno es niño. Con los años y cada vez que pienso en el fatídico destino de Germania no puedo evitar dejar caer una lágrima. La arquitectura, la belleza de su calles, su legado a la humanidad, su simétrica perfección… todo perdido por un capricho de la naturaleza. En fin… El dirigible cubrió en tres horas la distancia entre Frankfurt y Germania. Recuerdo que el día estaba nublado y los verdes campos de la tierra patria alemana luchaban por colarse entre los jirones de nube. El primer indicio de nuestro arribo a la capital Europea fueron dos ME-978, de la Guardia Urbana de la Luftwaffe que aparecieron a un costado del zeppelin para rastrear que todo estuviera en orden en la nave, tras los atentados suicidas del 77, aquello era un trámite obligado a cualquier vehículo volante que se acercara al espacio aéreo de la capital del Reich. Entonces apareció. Las nubes se abrieron y la nueva Roma deslumbró sus mármoles y piedras perpetuas ante mis ojos de infante. El gran Domo del pueblo relució su cúpula colosal contra los ventanales del dirigible, atochados de turistas con cámaras fotográficas. La mayor ciudad del mundo, el espectáculo urbano por excelencia, una joya contra la decadencia de Londres y Nueva York… (continuará)

YGRIEGA (2ª Parte)

“LOS MUERTOS no envían correos electrónicos”, fue la reacción automática de mi novia cuando le conté lo que había sucedido en la mañana.
-Ni siquiera saben escribir, menos usar internet-, agregó, como si estuviera muy segura de lo que estaba diciendo. –Pero te va a pagar bien, así que yo me quedaría cómodamente en silencio y haría lo que me pidieran-, agregó con su mejor cara de perra oportunista.
Dio un tercer trago a su jugo de frambuesa y me pidió que le sacara un cigarrillo del bolso que colgaba tras el respaldo de mi silla. Metí la mano y a tientas busqué la cajetilla entre sus cuadernos y tonteras. Sin mirar cogí uno y se lo pasé, lo encendió con cuidado y lo apretó con fuerza entre sus labios.
-Mmm…-, pronunció en la primera aspirada. Un fósforo quemado humeaba en el centro de un cenicero de plástico pintado con la union jack, al lado de una caja con el dibujo de una flor en el dorso. Me acordé de que como a los ocho o diez años intenté comenzar una colección de cajitas de fósforos y estampillas, aunque no estuve mucho tiempo en eso. Dos o tres meses a lo más. Ni siquiera alcancé a juntar un número respetable, pero me conseguí algunas bastante bonitas de Dinamarca y Hungría, de la década de 1930. Algo valían , no sé cuanto, tampoco que fue de ellas.
Me quedé mirando el brazo izquierdo de mi novia, que le caía desnudo del tirante del jumper. La curación seguía allí: grande y blanca, dos vendas dobladas alrededor y por encima de una pelota de algodón. Le cubría desde el hombro hasta poco más arriba del codo.
-¿Todavía te duele?
-Más que la cresta, pero menos que antes.
-Ojalá valga la pena.
-Valdrá, tu también deberías hacerte una. En serio, las cicatrices rules.
-Como los tatuajes, el piercing y toda esa porquería.
-Los tatuajes son para maricas, además que si un día estás de malas vas y te lo borras, it´s so easy. Esto es eterno, como la vida misma. Te duele y te queda-. Se tocó con cuidado la herida y no pudo disimular el dolor. Se la hizo la semana pasada y estuvo dos días llorando sin mover el brazo. Entre sollozos y lágrimas me contó que cuando estuviera seca iba a tener la forma de un infinito, “esa especie de ocho, pero con un espiral de caracol en cada extremo”.
–Tal vez tenga problemas en el colegio-, añadió pasando un dedo por encima de la curación, sin tocarla, -pero me da lo mismo, no sería la primera vez, además me salvan las notas. Me saque un seis cinco, hoy en geometría. Ven, dame un beso.
Doblé mi cuerpo por encima de la mesa y le metí la lengua hasta la garganta. Ella me mordió los labios y yo giré la palma de mi mano derecha hacia arriba, como si fuera una gran araña moribunda. Mi novia levantó un poco su cuerpo y se las ingenió para poner una de sus tetas sobre la copa de mi mano. No llevaba sostén y el pezón se sentía duro y grande. Debería llevarla al baño y hacérselo aquí mismo. Comencé a mojarme.
-¿Pero tu jefe no fue el único que recibió el mail, verdad?-, me dijo, apartando sus formas de mi lado.
-Supongo…-, murmuré más que caliente. –Lo enviaron a un destinatario múltiple. A la lista de clientes escogidos, los que pagaban mejor, qué se yo…
-¿Quién más estará en esa lista?
Levanté los hombros y noté lo vacío que estaba el lugar. Miré la hora, ya debería estar de regreso en la oficina.
-Apuesto a que hay varios famosos, políticos, curas…-, prosiguió ella, torciendo la boca en su gesto más infantil y encantador.
-Supongo-, repetí-, él no me habló del resto, sólo de su caso… Sabes-, dudé, -no debería haberte contado nada, tal vez me maten por hacerlo-, exageré.
-No seas paranoico.
-No lo soy, pero uno nunca sabe.
-Ya, no te hagas el idiota y cuéntame más. Quiero saber toda la historia…
La miré, ya era demasiado tarde para arrancarme del lugar. Acercó su rostro, un brillo malicioso danzaba en sus pupilas cada vez más grandes.
-Dale-, insistió.
-Era uno de sus clientes más fieles-, comencé. Enseguida (y a mi modo) interpreté mucho de lo que mi jefe me había confesado en la mañana, cuando me trajo de Victoria a Temuco en su BMW plateado, nunca me había subido a uno. Fue rara la sensación de correr a casi ciento cincuenta kilómetros por hora en un auto más caro que la vida misma, por una carretera vigilada por milicos y pacos más preocupados de las quemas y asaltos mapuches que de los excesos de velocidad.
-Dicen que se tragaba todo-, explotó mi novia casi al final del cuento.
-Tu también.
-Pero yo no soy ni puta ni famosa. Además sólo te lo hago a ti y no te cobro. Eso no tiene glamour.
-Pensé que yo era glamoroso.
-Algo.
-Se acostó como diez veces con ella-, en realidad no tenía idea-. Además era cliente diario de los cortos pornográficos que tenía en su sitio. Me contó que le había dedicado algunos.
-En serio
-Si…-, vacilé, -o sea, eso me contó él. El huevón se gastó lo que no voy a ganar en años en esa perra.
-No le digas así.
-Bueno, en la señorita-, exageré. –En fin, el asunto es que según mi jefe, hubo algo más entre ellos, una especie de lazo emocional. Parece que Igriega le contó hartas cosas de su vida.
-¿Qué cosas?
-Ni idea, no me las dijo.
-Para mí, que el viejo se enamoró de ella y punto…
-No estoy tan seguro.
-…
-¿Qué?
-Nada.
-…
-Nada… ¿que cuando nos vamos a tomar un boos?
-No empecemos de nuevo.
-Latero.

CERRÉ LA PUERTA y me bajé los pantalones. Lo hice sólo por costumbre porque no tenía ganas de cagar ni de nada parecido. Afuera, en el baño, un par de compañeros de oficina hablaban de unas perritas que habían conocido anoche. Una tenía un nombre raro, como alemán, y follaba rico.
Me acomodé sobre la taza y desdoblé la hoja que llevaba guardada en el bolsillo trasero de mi pantalón, aún estaba tibia.

To: one@enrednet.cl
From: desarrollo4@enrednet.cl
Subject: Re: No hablaré del final
———–ORIGINAL MESSAGE———–
To: Y
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Subject: No hablaré del final
¿Seremos capaces de ordenar, designar y abarcar el destino? Me gustaría comenzar a contarles historias. Historias lejanas, historias amarillas de polen, historias rojas y dudosas. Historias en que soy una virgen vestida de pétalos a la que le besan los pies. De la que no escapan los unicornios del bosque oscuro. Quiero que conozcan esos besos negros, llenos de vientos calurosos y húmedos que me han dado forma. Me gustaría estar aferrada a ustedes, entrelazada con sus brazos, protegiéndonos de un mal que no existe y que es tan lleno, tan grande y tan delicioso, más que el bien. Siempre ha sido así, pero ustedes eso ya lo saben. Silencio. Se han dado cuenta de que un silencio calmo nos invade. Y eso es bueno, después de todo las palabras no significan nada y se olvidan. Además que todo lo que eventualmente podría decirles ya se ha dicho. Por hoy, por esta mañana que ya se hace día, es todo. Los quiero mucho. Descansen hermosos, donde quiera que estén. Y.

Me puse de pié, arrugué el papel y lo tire dentro de la taza. Se fue empapando lentamente hasta que se hundió poco más de la mitad, como si fuera un pequeño iceberg. Pensé en las palabras de Igriega y lo único que pude concluir era que no entendía nada. El mail era como un mal poema en prosa, una sucesión de lugares comunes y frases cursis redactadas por un fanático de Tolkien. Me bajé el cierre del pantalón y meé sobre lo que aún flotaba del papel hasta hundirlo, luego tiré la cadena. Es muy cierto eso de que la vida tiene más vueltas que una oreja.