Llueve ácido al fin del mundo

INT. CAFÉ EL PASEO, VALPARAÍSO. ATARDECER

El salón está con las luces encendidas, todo es de metal y madera, unos alambiques de bronce incrustados en las paredes y una escalera caracol con aires victorianos dan el aspecto de estar navegando en el Nautilus de Julio Verne.
En la mesa cercana a la barra del bar estamos Marcelo Novoa y yo, disfrutando un capuccino vienés y conversando acerca de la carta de apoyo que me dará para Día Zero, mi próxima película y primer largometraje.
En esa conversación le comento a Marcelo sobre mi búsqueda musical para el film y él, amablemente, me recomienda un dúo electrónico llamado “Lluvia Ácida” proveniente de Magallanes. Marcelo me explica que ellos mezclan la electrónica y los sonidos industriales con instrumentos indígenas como ocarinas, palos de agua, charangos, etc y que además son asiduos consumidores de CF y Fantasía.

INT. LIVING CASA. NOCHE

En todo el viaje de regreso a casa pensé en la música de la película. Me siento frente al ibook y digito la url que me dio Novoa www.lluviaacida.cl, a primera vista me interesan.

Me contacto con Rafael Cheuquelaf, integrante de Lluvia Ácida, vía e-mail y al poco rato se concreta la entrevista de una de las bandas más australes del planeta.

Para comenzar ¿Quiénes son y qué es el proyecto Lluvia Ácida, cuál es el génesis de ustedes?

–Lluvia Ácida nace en 1994, como un proyecto de ruidismo casero de Héctor Aguilar, que en ese momento era vocalista de una banda de thrash metal llamada INFIDEL. En 1995 yo, Rafael Cheuquelaf, tomo conocimiento de esta idea y me integro a ella. Desde ahí en adelante, hemos desarrollado un trabajo constante de composición y publicación de discos, evolucionando desde un estilo frío y de perfil duro hacia un mestizaje de sonidos. Hoy somos un dúo que cultiva el género de la canción electrónica, que usa tantorecursos digitales y analógicos, así como instrumentos de viento y percusión latinoamericanos.

Ustedes se declaran ‘consumidores de CF’. ¿Esto influye en su música?

–Sí, desde el momento mismo en que nos conocimos. Vivimos a tres cuadras de distancia, pero ninguno sabía de la existencia del otro hasta que un conocido en común nos presentó a propósito de nuestros gustos literarios y musicales. Recuerdo haber mirado juntos muchas películas e intercambiado libros de autores como Arthur C. Clarke, Phillip K. Dick, Brian Aldiss, Stanislaw Lem, entre muchos otros. En Simulación (1996), nuestro primer disco, hay un tema dedicado a Hugo Correa llamado Los títeres y otros dos a Lovecraft, Hypnos y Marginalia. Y el primer tema del disco, llamado Sol verde, se inspira en una película de los años 70 llamada Soylent Green, que muestra un futuro apocalíptico de hambre y sobrepoblación. A pesar que nuestra música se ha orientado cada vez más a tratar temas de la realidad actual o histórica de Magallanes, siempre está presente la CF, que más que un género literario para mí es una actitud ante el arte y la vida. Es la conciencia de que lo que hoy es, mañana ya no será. O sea, que la realidad es perpetuo cambio y que no hayverdades permanentes. Es una idea libertaria y subversiva.

Con respecto a lo anterior, ¿Qué los inspira?

–Nuestra inspiración es el contraste entre la industria y los paisajes solitarios de la Patagonia. Aquí existe un ambiente ‘rural –industrial’, en donde lo tecnológico se hace presente en medio de parajes hostiles a la vida humana. Por ejemplo, en las plataformas petrolíferas en medio del Estrecho de Magallanes, en los yacimientos de gas en Tierra del Fuego, o en las bases antárticas. Por ello, nuestra música tiene poco que ver con la mayor parte de la música electrónica cultivada en Santiago o otras ciudades del país, que tiene una clara finalidad hedonista y es moldeada por las modas impuestas por los medios de comunicación. Nosotros no cultivamos una temática ‘urbana’ y nuestro sonido no es amniótico, tiene asperezas y busca situar al oyente en los parajes que nos inspiran, sacándolo de su casa y de su ciudad. Siempre hemos dicho que nos consideramos una mezcla de Francisco Coloane con Kraftwerk, la banda alemana fundacional del techno. Nuestros discos tienen un componente de aventura fronteriza y fueron hechos con un ánimo alejado de la globalidad. No usamos la música electrónica para sentirnos ciudadanos del mundo, sino para mostrar nuestra identidad patagónica al resto del planeta.

Cuéntennos acerca del proyecto «Antartikos», entiendo que es su más reciente trabajo.

–Es un disco que narra la historia geológica, biológica y humana de la Antártica, la última gran frontera de la Tierra. Es un tema que siempre nos ha atraído, a través de libros y documentales. Es un continente que ha sido escenario de historias conmovedoras y que aún guarda muchos secretos. Imagínate que los mapas lunares son más precisos y detallados que los de la Antártida. En Punta Arenas tenemos un contacto cotidiano con el tema y cuando miro los grandes rompehielos que atracan en el puerto, pienso que esos buques al servicio de los institutos polares internacionales son lo más parecido a naves espaciales exploradoras que voy a ver en mi vida. El disco fue rechazado por el Fondo de la Música, pero pudimos publicarlo en coproducción con el Instituto Antártico Chileno.

Hemos podido presentarlo en Santiago, en lugares como la Sala Master de la Radio Universidad de Chile y en la Sala SCD. Pero nuestro gran sueño está pendiente: presentar el disco en el mismo lugar que lo inspiró y ser los primeros que ofrezcan un concierto de música electrónica en el continente blanco. Al menos uno de nosotros ha logrado acercarse bastante, ya que en este momento Héctor se encuentra trabajando en un buque de pesca a la altura de las Georgias del Sur. Se ha contactado conmigo por medio de teléfono satelital y me ha contado que su barco ha pasado al lado de grandes témpanos. De experiencias como esa se alimenta nuestra música.

Por lo que vi en su página también cuentan con proyectos audiovisuales, la mayoría con temas de fantasía. ¿Alguna razón en particular?

–Hemos hecho algunos cortometrajes, aparte de nuestros videoclips propiamente tal. Dos de ellos están inspirados en obras de mi primo Oscar Barrientos, escritor de reconocida trayectoria e incluido en la antología Años Luz: Mapa Estelar de la CF en Chile. Yo veo esos cortos como una extensión de nuestra propuesta estética, que es mirar nuestro entorno inmediato con otros ojos e imaginar situaciones radicalmente distintas a lo que llamamos ‘normal’.

¿Qué es EOLO y por qué el nombre?

–EOLO es el nombre del dios griego del viento y de nuestro sello. Su logo es una representación gráfica de una turbina eólica. Es una imagen que para nosotros simboliza el único futuro viable, el de la reconciliación entre lo tecnológico y lo telúrico. En el caso de Magallanes, el viento es parte de nuestra vida y es un recordatorio del poder de la naturaleza austral, a veces benéfico, a veces letal.

Volviendo a su música. Independientes totales en la región más austral del mundo. ¿Cuál es el universo musical
magallánico, que los mueve?

–Magallanes está separado del resto del país por 500 kms. de hielo y recibió influencias culturales distintas a las de Chile en general. Imagínate que hasta los años 30 los magallánicos no tenían derecho a voto y la zona no era considerada región, sino como un territorio con un gobernador militar. Algo así como una colonia, pero que había logrado desarrollarse gracias a capitalistas audaces y sin escrúpulos. Al mismo tiempo que Punta Arenas encendía el primer alumbrado eléctrico del país, en Tierra del Fuego se cobraba una libra esterlina por cada cabeza de indígena Selk’nam. Así que el aislamiento ha marcado nuestra cultura, para bien y para mal. En lo musical, las influencias primarias son el folclor de la Patagonia Argentina y el de Chiloé, además de algunas manifestaciones heredadas de inmigrantes croatas. Aún hoy el folclor es la música que más vende en la región. También hay muchas bandas de rock de todos los estilos, e incluso una escena bastante desarrollada de hip hop. Pero siendo honestos, somos un caso especial, pues no tocamos en pubs y nuestras presentaciones son eventos especiales, que requieren una preparación cuidadosa. Y me parece que los músicos de acá siguen teniendo una mentalidad provinciana, en el sentido de idealizar lo que pasa en la capital y copiar todo lo que ven en televisión. Lo curioso es que a veces nos hemos sentido más comprendidos fuera que dentro de nuestra propia tierra, aunque lentamente nos hemos convertido en parte integral de la actual cultura magallánica.

¿Electrónica o industrial?

–Para nosotros no hay mayores distinciones, ya que en nuestro caso usamos la electrónica para emular timbres de tipo maquinal. Una fuente de inspiración constante para mí ha sido la pequeña industria metalúrgica. Mi abuelo tenía una y yo siempre iba allá, para escuchar los sonidos de los fierros y de las soldadoras, me parecía increíble y envolvente. Aún hoy me detengo cuando escucho un sonido interesante que sale de algún taller.

Según el archicitado Rodrigo Fresán, un país sin CF es un país sin futuro. ¿Cuál es su visión de nuestro Chile contemporáneo?¿Hay futuro?

–Claro que Chile tiene un futuro, ¿pero de que tipo? Veamos el presente primero: un país con grandes desigualdades sociales, gobernado por una clase política insensible desde una capital que parasita de las regiones. Hay algo que me molesta profundamente cuando veo los noticieros y leo los diarios y es el que se hable de Chile como una unidad homogénea, cuando en realidad solo se está pensando en Santiago. Mi idea del futuro es magallánica y patagónica, con imágenes de una economía sustentable y con un estatus de autonomía política. Si parece improbable, voy a contar lo siguiente: cuando Héctor y yo nos conocimos, especulábamos acerca una hipotética independencia, en onda CF. Años después, hay una bandera regional que está más presente que la chilena, que aquí simboliza a las Fuerzas Armadas y al Estado en general, pero no a nuestra tierra. Sé que estas ideas molestan a mucha gente, pero te aseguro que es lo que piensan miles de personas y no se atreven a expresar por temor a ser llamados antipatriotas. Estuve hace unos meses en Arica y vi en terreno la relación fría que tienen los chilenos con los peruanos y los bolivianos. Puro nacionalismo de ambas partes. Eso no se da entre los magallánicos y los argentinos patagónicos, y a pesar de cualquier medida que se tome desde Buenos Aires o Santiago, la relación va a seguir profundizándose. Esa es mi visión del futuro: autosuficiencia y hermandad entrelos pueblos australes para enfrentar los grandes desafíos que se vienen, que tendrán que ver con el Cambio Climático y el Fin de la Era del Petróleo. Al menos es el futuro con el que yo sueño.

Tú eres de apellido Cheuquelaf, sangre indígena corre por tus venas y usas la tecnología como arma para tu discurso. Me recuerdas a los personajes de Baradit (Ygdrasil) dónde lo tradicional se mezcla en forma violenta con lo hi tech, ciberchamanismo le llaman. ¿Cuánto de ese orgullo está en tú música?

–Es interesante que me preguntes eso, a propósito de lo anterior. En estricto rigor, soy descendiente de mapuche sólo en parte, ya que mi abuelo paterno ya era mestizo. Y por el lado de mi madre tengo ascendencia croata, belga y chilota. O sea que soy el resultado de varios flujos migratorios que confluyeron en Magallanes. Pero respecto a mi parte indígena, si estoy muy conciente de ella y siento una gran empatía con la cultura mapuche. Cuando he estado en los lugares que mis ancestros cultivaron, algo en mí es tocado. Hace unos años descubrí algo muy interesante. Resulta que el apellido Cheuquelaf se traduce literalmente como “ñandú de la pampa” y se originó hace siglos, no en Chile, sino en la Patagonia Argentina. Incluso encontré un pictograma que lo representa, una pintura rupestre con forma de ave corredora. De ahí el apellido cruzó los Andes en épocas prehispánicas, dando origen a un linaje en el que hubo varios caciques. Finalmente, mi padre llegó siendo niño a Magallanes y dejó la zona de La Frontera y el apellido regresó al mundo patagónico. Al pensar en ello, entendí mi relación con este lugar del mundo: de alguna manera yo era parte de una historia circular, de regreso a la raíz. Y yo me sirvo de la música para expresar esa idea. La historia de la música es una historia tecnológica, pero por primera vez siento que tenemos un abanico más amplio para explorar. Para mí, pueden convivir instrumentos de cualquier naturaleza, electrónicos y acústicos, si están al servicio de una idea clara. Creo eso se produce en nuestro caso, ya que sabemos quienes somos y qué queremos.

¿Algún próximo proyecto viene pronto?

–Nuestro nueva publicación la lanzamos en septiembre, que consiste en un DVD y un CD compilatorios, llamados ambos Elemental. Estos reúnen el trabajo de una década y lo mostraremos ante toda la comunidad. Algo más ambicioso es una cantata dedicada a la Federación Obrera de Magallanes, un colectivo anarcosindicalista de principios del siglo XX que llegó a ser muy poderoso y que finalmente fue exterminado por el estado chileno y la oligarquía local. Es una historia de lucha colectiva que merece ser recordada, porque el mundo actual se está pareciendo cada vez más al que ellos querían cambiar. Esperamos editar ese disco el 2007 o 2008.

¿Tocatas en Santiago o Valparaíso para verlos pronto en vivo?

–Por el momento no tenemos planes de tocar fuera de la región, la última vez fue en enero pasado en Santiago, ya que nos invitaron al Festival Teatro a Mil. Salir de aquí es difícil por el tema de los pasajes aéreos, que no son nada baratos. Si lo piensas bien, resulta que Buenos Aires es más cerca y más barato desde Santiago que Punta Arenas. Pero siempre hemos encontrado la manera de salir por lo menos una vez al año. Para nosotros es muy importante salir de la región y conocer nuevos públicos, de los cuales aprendemos tanto como ellos aprenden de nosotros. Solo así crecemos como músicos y como personas. Cuando pensamos que cada viaje es el último, ya se está gestando uno nuevo. ¡Así que es posible que nos veas tocar y comprueben si somos todo lo que se dice de nosotros!

© 2006, Rafael Cheuquelaf / Raul Pinto.

Austro Mutandis

Hace un par de meses en el café Rialto de Viña del Mar (me gusta este café porque se llama como un personaje de Jack Vance, ‘Rialto el Prodigioso’) Marcelo Novoa me comentó que había tomado conocimiento de una banda de Magallanes que se inspiraba en la cf: Lluvia Ácida. ¡Pero si yo los conozco!, dije inmediatamente, pero luego me pregunté… ¿de donde los conozco? Y fue así como los procesos mnemónicos comenzaron a operar y recordé a un individuo con el que fui compañero de curso hace como veinte años: Héctor Aguilar a quien todos conocían como Nego. Novoa me comentó que saldría algo sobre Lluvia Ácida en Puerto de Escape, pero antes que se publicara aquello y en mi calidad de editor de Tauzero, leí la entrevista que Raúl Pinto efectuara al otro miembro de Lluvia Ácida: Rafael Cheuquelaf. Nuevamente Mnemosine me susurró al oído y dije: yo a este tipo lo conozco, ¿o no? Escribí al mail de Lluvia Ácida y me respondió Rafael, quien está a cargo obligatoriamente de las relaciones públicas. El diálogo que se dio fue así:

Yo: “A ti te recuerdo del Liceo de Hombres pero en realidad no sé si llegamos a conocernos. Fuiste alumno de Hanny Berger en artes plásticas, ¿no? recuerdo haber visto u oído sobre un trabajo tuyo realizado con vinagre…”
Rafael: “Acertaste, fui alumno de Hanna Berger en el Liceo de Hombres. Y el Nego es ahora una especie de nómade moderno, que trabaja en varias cosas en lugares aislados de Magallanes. Una pregunta, tienes que ver algo con Sergio Amira? Porque yo sé que él fue amigo del Nego en la enseñanza básica. Yo lo conocí de pasada en un taller de dibujo, hace muchos años…”
Así que también conocía a Rafael Cheuquelaf aunque francamente sigo sin recordar nada de ese curso de dibujo salvo al profesor que era un tipo muy amargado que según me cuenta Rafael hasta el día de hoy usa la misma chaqueta. Rafael tuvo la amabilidad de enviarme todo el material de su banda (que no es poco) y junto al inefable e infalible rmundaca nos dijimos: Lluvia Ácida se merece un especial en TauZero, empezando por una entrevista-charla más extensa que la proporcionada por el amigo Pinto. Así que aquí vamos.

Yo estudié con Nego en el colegio (séptimo y octavo básico) y mucho me parece que Francisco Barría (Panchi) era hermano de un compañero de curso al que le decíamos “Chanchín”. ¿Me equivoco?

–Efectivamente, el Panchi es hermano de “Chanchín”. Claro que a él yo lo conocía por “Wicket” (el Ewok más famoso de la galaxia), un sobrenombre que le pusieron en la época del Liceo de Hombres.

Sí, ahora que lo mencionas recuerdo lo de Wicket, aunque considerando su contextura física más se asemejaba al Jefe Chirpa o incluso al Wampa.
¿Qué fue de Panchi? ¿Porque no siguió en Lluvia Ácida?

–Bueno, ahí lo que sucedió es que Panchi, que fue compañero de curso mío en el Liceo de Hombres, perdió el interés en LLUVIA ÁCIDA. No sé si le dio lata que me haya involucrado y se sintió fuera de lugar, o bien no le gustó lo que el Nego quería hacer: música electrónica en vez de ruidismo casero. Quizás hubo algo de ambos. Pero nunca nos hemos dejado de saludar. El estudió Técnico en Turismo en la Universidad de Magallanes y viaja de vez en cuando al Paine a trabajar. Él es una de las personas de nuestro ya largo pasado musical.

¿Cual era ese amigo en común que mencionas en el documental, ese que sirvió de nexo entre Nego y tú?

–Bueno, en realidad no era un amigo íntimo, más bien un conocido del cual no me acuerdo el nombre. Es un tipo muy extraño, al que conocíamos como “Ratonil” o “Nariz con ojo” (por lo narigón, se entiende), dedicado en su tiempo libre a traficar libros y discos. Si querías algo raro y difícil de conseguir, como un libro de García Márquez en rumano, bueno, ¡él te lo conseguía! Y a cambio de nada, sólo un poco de atención, pues era un tipo bastante solitario.

Mmm, me recuerda a Luis Saavedra.

Resultó que Ratonil conseguía artículos tanto para Héctor como para mí. Una tarde, en medio de un campeonato de ajedrez que teníamos con otros tipos, él me comenta acerca de alguien que vivía cerca de mi casa al que le gustaba la música electrónica. Y así empezó todo esto, con un trivial encuentro para intercambiar cassettes de Kraftwerk y de Depeche Mode.

Creo que fue en 1989 cuando supe de la existencia del Thrash Metal gracias a Nego, quien era un acérrimo fan de dicho tipo de música. Aun no tenía una banda (que supe por el documental se llamó Infidel) pero sí planeaba sacar un fanzine llamado Disneylandia si mal no recuerdo. ¿A ti te llamo la atención el thrash, el grindcore, death o cualquier tipo de música metalera en tu vida?

–La verdad es que no mucho, pero solo por ignorancia, no porque la encontrara mala. Es más, no escuchaba mucha música en mi época escolar, estaba más interesado en los cómics y en todo lo que fuera plástica en general. Aunque después empecé a valorar esa vertiente musical, en realidad cualquier cosa que se saliera de la norma. El thrash siempre lo encontré muy formal, demasiado virtuosismo ahí para mi gusto. En ese sentido me identifico más con el punk de los 70’s y el noise, siempre me ha interesado más los timbres que la cantidad de notas por segundo. Pero Nego es un metalero de corazón, de hecho hace poco volvió a cantar un tema de Infidel en un evento el año pasado. Y te puedo decir que sí sacó el fanzine Disneylandia y después otro llamado Possesor Terror. Se contactó con un montón de gente interesante dentro del estilo musical que abordaba. Pero eso es parte de su pasado primigenio. El siempre me dice que fue el único metalero de Punta Arenas que realmente evolucionó, que el resto se quedó pegado en lo mismo. ¡Y le encuentro toda la razón!

Digievolucionó querrás decir. Bueno, cuando escuchamos a Maiden vemos que tampoco han evolucionado nada (pese a que Armando Rosselot asegure lo contrario). El primer disco solista de Bruce Dickinson me gustaba mucho, ahí había un sonido diferente a Maiden, más Bowie, mas glam, mas T–Rex. ¿Has realizado música en proyectos solistas o con otra gente que no sea Nego en estos últimos diez años?

–Sí, la verdad es que he ocupado todo el tiempo libre que he tenido para hacer música, con o sin Nego (pero de preferencia con él). Publiqué tres discos con el seudónimo de NEBULA, proyecto solista que he presentado en vivo y que ha estado incluido en varias antologías chilenas y extranjeras. Y el primer disco de nuestro sello fue de un proyecto electrónico llamado LUMANIA, que grabamos con una amiga llamada Carol Vieytes y que ahora se dedica al diseño multimedia en Santiago. Pero LLUVIA ACIDA siempre está presente, es el único proyecto musical con el que realmente he logrado expresarme plenamente y recibir algún grado de respuesta.

Volviendo a Iron Maiden debo confesar que es una de las bandas que me ha marcado. Desde niño veía el Magnetoscopio Musical (que transmitían los domingos antes de los dibujos animados) y mis recuerdos de infancia están plagados de videos musicales, no sólo de Maiden, sino de otras bandas heavy metal como Twisted Sister, Accept, DIO y AC/CD. Cuando estaba en séptimo u octavo básico y era compañero de Nego, recuerdo que gracias a el se reactivó mi interés en Maiden e incluso fuimos juntos a comprar El Número de la Bestia a esa tienda en el caracol (¿te acuerdas como se llamaba?). En el documental cuentas que el re-diseño del logo que te encargaron marcó un antes y un después en Lluvia Ácida. Creo detectar una influencia del isotipo de Maiden en aquel diseño, ¿fue esto algo conciente de tu parte? ¿Escuchaste alguna vez a Maiden? Yo hasta el día de hoy los escucho aunque hasta el último disco antes que Dickinson se marchara.

–¡La tienda de la cual hablas es “Artecor” y todavía existe! Bueno, pasando al tema de Iron Maiden, sé que el Nego era un fanático de ellos. Yo no, pero me gustaban dos cosas: el tema Number of the Beast y las carátulas de los discos, no tanto el “Eddie”, sino los ambientes surreales en que aparecía.

Derek Riggs era el responsable de las portadas de Maiden y de los distintos looks de Eddie. Riggs fue artista exclusivo de Iron Maiden por años e irónicamente tras una década, descubrió que su ‘fatiga crónica’ se debía a envenenamiento por metales pesados. Y no me refiero al metal pesado al que estaba expuesto por su relación con Maiden sino a cosas como el mercurio en el agua y las tapaduras de sus muelas. La condición de Riggs lo hace sumamente sensible al metal, ¡el tipo se estaba envenenando sin saberlo! Pero volvamos al logo de LLUVIA ACIDA.

–Que horrible lo que me acabas de contar…, pero bueno, cosas peores pasan a cada rato. En esa época yo estaba pegado con H. R. Giger y por ahí había una conexión. El logo que diseñé para LLUVIA ÁCIDA tenía más que ver con una estética industrial, es como una placa de metal. La verdad es que cuando escuchaba los sonidos de los talleres metalúrgicos del barrio (mi abuelo tenía uno), no lo asociaba al Heavy Metal, sino a algunos pasajes de los primeros Depeche Mode, que era la música con la que rayaba en ese momento.

Bueno, si recuerdas mi casa (que se inundó por completo en ese aluvión del 87 u 88) estaba al lado de un enorme taller mecánico llamado Tovarias así que también tuve mi cuota de ruido industrial. Sobre Depeche, People are People tiene esos ruidos industrial al comienzo, ¿no? Es curiosa la relación entre la música y la literatura. Pablo Castro admite ser más influenciado por la música a la hora de escribir que otra cosa y dentro de sus grupos favoritos están Frontline Assembly, Rammstein y por supuesto Depeche Mode. Rammstein que versionó Stripped de Depeche, con un video donde se usan imágenes de las olimpiadas alemanas del Reich (pero donde no se ven swastikas ni a Hitler por ningún lado por supuesto). Rammstein me parece un grupo interesante a nivel visual más que nada ya que musicalmente no son distintos a Maiden en lo que a evolución se refiere. ¿Qué opinas de ellos?, ¿no han realizado nunca un cover?, ¿considerarían hacerlo? ¿Algún tema que a Nego o a ti les gustaría versionar?

-Nosotros tenemos esa misma influencia que mencionas, sólo que llegamos a eso por vías distintas, yo por el tecnopop y Nego por el death metal y el noise. En mi caso, a mí me parecía increíble la idea de una banda que no usara ni guitarras ni baterías tradicionales. Recuerdo haberme enamorado de ese concepto al ver una foto de Depeche Mode en vivo (en la época del disco 101), que un compañero de curso que se sentaba al lado mío tenía pegada en la tapa de un cuaderno. Ese concepto me sigue pareciendo futurista, a pesar que hoy se habla de “retrofuturismo”, “electroclash” o de otras lecturas revivalistas de ciertos timbres analógicos o de la primera generación de tecnología digital. Incluso a nosotros mismos nos han calificado de grupo “ochentero”, con una connotación tanto negativa como positiva. Cuando llevas haciendo música el tiempo que llevamos nosotros, te das cuenta que se trata de valoraciones cíclicas, que siempre vienen del mundo “urbano” (detesto esa palabra) santiaguino, en que tanto el snob como el ignorante (a menudo son lo mismo) están sometidos a los vaivenes de las modas y se camuflan con cualquier tendencia que parezca ‘cool’. Y, por supuesto, estas modas son dictadas en su mayoría desde el Primer Mundo e imitadas de un modo que inspiraría lástima a un europeo, creo yo.

Yo recuerdo con mucho cariño mis días de universidad en que mi única compañía era la música de Depeche Mode, Front 242, Front Line Assembly y otros similares. A los Rammstein los descubrí después y me gustaron al tiro, aunque viéndolo en retrospectiva, era más por su onda media wagneriana. Me gusta la idea de una banda que solo cante en alemán, aunque su envase musical sea bastante cercano al común del metal (con algunas programaciones). Me gustan sus videos y el uso que le dan a la imaginería nazi, ya que la usan como otros usan el satanismo o la pornografía dura. Siempre me llamó la atención que provoque más alarma una banda que utilice esos recursos expresivos que, por ejemplo, un cineasta. Eso lleva a pensar que la música es una expresión de tipo directa que no pasa por la racionalidad del oyente, va directo a sus emociones y estas son vistas como peligrosas por las clases dirigentes. ¿No decía Lenin que la forma más rápida de destruir una sociedad era por medio de la música? Sobre si hemos realizado covers, la respuesta es sí, lo hemos hecho. El primero fue Muevan las Industrias”, que para nosotros es un tema perfecto. No le sobra ni le falta nada. Pero no nos gustó el resultado, ya que es demasiado parecido al original, solo que un poco más rápido y con bajos más intensos. Y de ahí recién el año pasado nos animamos a versionar otras cosas. Tenemos un disco de siete temas del folclor magallánico en clave electrónica, citando a gente como Taller Alturas y Patagonia Cuatro, entre otros. Esperamos publicarlos algún día, ofrecen relecturas interesantes de temas que son parte del inconsciente colectivo local. Otra cosa que hicimos fueron dos temas de Víctor Jara, La partida (tiene un ritmo a lo ‘Trans Europe Express’) y El derecho de vivir en paz (en onda hip hip–industrial). Tocamos La partida la última vez que actuamos en Santiago, en enero pasado, con un soporte de imágenes de la época de la UP (marchas, trenes y mineros del cobre) y gustó bastante. Y El derecho de vivir en paz lo mostramos en un homenaje a Víctor Jara que se hizo el año pasado en Punta Arenas en presencia de su viuda y con muy buena recepción. Aún así, el hacer covers no es algo que nos entusiasme mayormente, ya que el poco tiempo que tenemos lo aprovechamos en cristalizar nuestras propias ideas, que todavía son hartas.

Cuando yo regresé de Inglaterra a mediados de 1992, Nego aun escuchaba Death y Thrash Metal pero también a Depeche Mode, Kraftwerk y Pink Floyd (de hecho se quedó con varios cassettes originales que me pidió prestados y nunca me devolvió el muy maldito, jejeje). Nos vimos poco durante aquel tiempo (yo estuve sólo cuatro meses antes de radicarme en Santiago), pero fue entonces cuando supe de la existencia del proyecto Lluvia Ácida. Curiosamente yo también estaba metido en la producción de experimentos sonoros, en Inglaterra junto a un tipo llamado Michael Vorhees (sí, Vorhees, igual que el de Martes 13) teníamos un dúo de electrónica experimental, yo componía, cantaba en español y me encargaba de plagar los temas con samplings. A mi regreso a Punta Arenas seguí con mis experimentos, tenía un sintetizador Yamaha y grabé algunas cosas de forma precaria bajo el nombre de Industrial Pollution. En esa epoca mis grupos favoritos eran KLF, Ministry, Nine Inch Nails, Faith no More, Beastie Boys y The Pop Will Eat Itself, entre otros. De no haberme ido de Punta Arenas, tal vez podría haber sido integrante de Lluvia Ácida, ¿o ustedes son como los Sith, sólo dos?

–Nego siempre me habló de ti, me contaba que te habías estudiado en Birmingham y lo decía con sincera admiración (él es una de las personas menos envidiosas que conozco). Qué interesante que me preguntes esto, porque Nego siempre me mencionaba tus gustos musicales y más de una vez pensamos que hubiera sido genial que estuvieras por estos lados. Hubiera sido un poco menos solitario el asunto. Pero, al menos en esa época, creíamos que ya habías tenido contacto con realidades más amplias que la nuestra y que era probable que no te interesara nada de acá. Un prejuicio, en todo caso, nacido de un provincianismo que estamos superando. La verdad es que siempre hemos sido sólo dos porque nunca nos hemos topado con alguien que compartiera nuestros objetivos, no porque seamos unos maniáticos egocéntricos. De más que podrías haber sido el tercer LLUVIA ACIDA, aunque no sé si te hubiera gustado el rumbo que tomamos. Quizás hoy sonaríamos muy distinto, o quizás no.

En el documental cuentas como fue el encuentro con Nego… me recordó un número de Ultimate X–Men donde Charles Xavier cuenta sobre la primera vez que conoció a otro mutante como él, a Magneto, y como la amistad se dio inmediatamente como algo natural. Esta pregunta, que parece de perogrullo, me parece sin embargo vital: ¿son tú y Nego amigos, más allá de Lluvia Ácida?

–Sí, somos muy amigos. No sólo se trata de juntarse a hacer música, se trata de compartir un sueño. Y también divertirse en cosas más triviales, viendo películas y tomándose una cerveza. Ambos hemos pasado momentos difíciles y siempre nos hemos apoyado. Después de diez años, te das cuenta que este proyecto musical ha durado más que relaciones de pareja o que otras amistades. Y se ha vuelto una parte esencial de nuestra vida. Es la parte irreductible, la que no transamos ni vendemos.

Sí, no es muy distinto a lo que ocurre con TauZero, Rodrigo Mundaca y myself. No llevamos tanto tiempo como ustedes sacando adelante nuestro proyecto, pero a estas alturas si no nos hemos mandado a la mierda creo que nunca lo haremos lo que auspicia una larga vida a Tau. En serio, creo que no podrías encontrar a dos tipos más diferentes que rmundaca y yo, nuestros gustos, referentes y cosmovisiones no podrían diferir más y supongo que eso es lo que hace que TauZero siga existiendo. En un nivel subconsciente y empujados por la forma en que vivimos hoy en día gran parte de las personas percibe a los otros en términos de rivales, de enemigos incluso. ¡Para qué hablar de las rivalidades literarias!, remitiéndonos sólo a algunos ejemplos nacionales: célebres eran las rencillas entre Huidobro, Neruda y De Rokha a quienes Eduardo Anguita bautizó como los tres antimosqueteros (todos contra uno y uno contra todos). O la rivalidad militante de los Mandrágora contra Neruda, o recientemente los enfrentamientos entre los ‘chicos de Marín’ y sus detractores, Zurita despotricando contra Bisama, Bisama enojándose con Marcelo Novoa, Novoa mandándome a la mierda a mí… Espera, esto aún no ocurre, debo estar vislumbrando un futuro posible… ¿Decías?

–Decía… Ah, bueno, la rutina diaria ya está llena de mediocridad y uno tiene que obedecer constantemente a cambio de dinero, haciendo cosas que en el fondo te interesan un bledo. Pero esta parte no la toca nadie y cualquier diferencia de opinión la conversamos directamente, sin ningún intermediario. Ya a estas alturas sabemos quienes somos y para que sirve cada uno, pero no hemos perdido las ganas de explorar nuevas posibilidades. Nosotros no tenemos grandes expectativas con esto, por lo que cualquier reacción favorable a nuestras creaciones, ya sea dentro o fuera de la región, nos conmueve y nos motiva a seguir, seguir y seguir hasta que ya no se pueda más.

Dices que sorprendentemente vivías a sólo unas cuantas cuadras de ese otro mutante llamado Nego y que nunca se habían conocido. De hecho y según me cuentas tu vivías a sólo UNA cuadra de mi casa y tampoco nos conocimos nunca (bueno, lo del curso de dibujo no cuenta por que al parecer no conversamos mucho, ¿no?). Yo he ido a Punta Arenas varias veces de vacaciones pero aun así nuestros caminos seguían sin cruzarse… Al parecer fue finalmente la ciencia ficción lo que posibilitó el encuentro. De verdad parece increíble que tipos que vivían tan cerca unos de otros, con intereses comunes no se conocieran antes o más.

–Si cosas como esa pasan en Punta Arenas, imagínate en Santiago. Millones de personas que se cruzan diariamente, pensando en el de al lado más como un posible enemigo que como un potencial amigo. Por eso, pienso yo, es tan importante cultivar pasiones, sobre todo las estéticas. Porque gracias a ellas es posible forjar nuevas amistades y retomar contacto con otras personas que rozaron tu vida. Si no fuera por LLUVIA ACIDA, Héctor probablemente nunca hubiera vuelto a saber de ti y yo no estaría conversando contigo. Y quién sabe, puede ser que algún día toquemos por donde estés tú ¡y celebremos ese encuentro como corresponde!

Sí, leyendo el Necronomicón en las playas conconinas para despertar a Chtulhu de su largo sueño, aunque no descarto regresar a Punta Arenas pese a no haber comido calafate ni babosear el lustroso dedo gordo del “indio” del monumento a Magallanes. Es bonita la plaza que fue escenario del video para Hotel Kosmos, sobretodo cuando ha caído nieve. Lo otro que es impresionante es el cementerio de Punta Arenas. En 1997 hice una exposición en la Galería Azul de Arte (de la cual fui curador y organizador) junto a dos buenos amigos: Ignacio Gumucio (hermano de Rafael) y Pablo Chiuminatto. Este último me dijo que el cementerio de Punta Arenas no tenía nada que envidiarla al Pere Lachaise de París (y Pablo vivió un tiempo en París). Tras el aluvión me mudé a Lautaro Navarro con Angamos, al lado del cementerio (de hecho de mi ventana se veían los nichos). Siempre iba a pasear al cementerio, incluso llevaba a mis pololas. ¿Cuál es tu relación con dicho lugar? ¿Filmará LLUVIA ACIDA un video allí algún día?

–Bueno, la Plaza de Armas que se ve en el video de Hotel Kosmos ya fue reformada, en un estilo que si bien no es feo, la hace demasiado parecida a otras del país. Onda estilo Bicentenario. Y el cementerio es un lugar fascinante sin duda. Sí tenemos un video con imágenes de allí, es de un tema del disco Magallania (2001) que se llama Plegaria, pero no está incluido en el DVD Elemental, por un tema de calidad de imagen. Pero no descarto volver a hacer algo parecido. De hecho, en el nuevo disco que vamos a empezar a componer va a aparecer sí o sí.

¿Estudiaste periodismo en Valdivia? Recuerdo haber visto una muy impresionante colección de freaks en la Universidad, terneros mutantes y bichos raros. ¿Tuviste la oportunidad de verlos?

–Yo estudié cinco años en Valdivia, así que durante nuestros primeros años LLUVIA ÁCIDA solo funcionaba en vacaciones de verano e invierno. Una vez, en 1998, el Nego me pasó a ver y aprovechamos de tocar en la Sala Ainilebu de la Corporación Cultural de Valdivia, junto a una banda de unos amigos llamada LADOSCURO. Nos caían muy bien, pero no tenían nada que ver con nosotros, eran algo así como La Ley con bases más tecno. Pero fue muy entretenido, pues era primera vez que tocábamos fuera de Punta Arenas. Tienes razón sobre la colección de terneros deformes de la UACH, estaba en la Escuela de Veterinaria y después los trasladaron al Museo “Carlos Adwanter” en la Isla Teja. ¡Bien impactantes los bichos en verdad!

En Valdivia vi la primer Batman de Tim Burton, aquel mítico verano de 1989. ¿Cómo convierto esto en una pregunta? Er… Tierras Magallánicas es un proyecto en el que Lluvia Ácida puso la banda sonora que no es muy distinto a lo que Danny Elfman hizo en Batman (lo logré). Recuerdo que a Metrópolis también le agregaron banda sonora pero a cargo de Freddy Mercury y otros cantantes pop de la época (la música de Lluvia Ácida sería más adecuada para el clásico de Fritz Lang ahora que lo pienso). Lluvia Ácida tiene una importante carga visual de la cual tú eres también responsable. ¿Qué cineastas, compositores de bandas sonoras o directores de videos te interesan o han influido en tu trabajo?

–Mis influencias visuales van por las películas de David Lynch, Andrei Tarkovsky, la ciencia ficción distópica de los 70’s, Star Wars y Star Trek (¡nunca he creído que ambas sagas se excluyan!), videoclips de Anton Corbijn, Chris Cunninghan, entre otros. También yo agregaría como influencias estéticas el Constructivismo Soviético, La Bauhaus, el Expresionismo Alemán, el Cine Negro, el Arte Precolombino, la Nueva Canción Chilena y la fotografía de registro de la Patagonia de comienzos de siglo XX. Sobre bandas sonoras, tengo una pequeña colección que incluye gente como John Williams, Jerry Goldsmith, Angelo Baladamenti, Howard Shore, Maurice Jarré, Wojciech Kilar, Nino Rota, entre otros tantos. Pero mi otra gran influencia es el cómic, concretamente Batman y series de la línea Vértigo de DC Comics, como los fundamentales The Sandman y Hellblazer. En general soy un fanático de la obra de Alan Moore, Neil Gaiman, Grant Morrison y Garth Ennis. Son tipos que renovaron todo el lenguaje del cómic y todavía no vemos en su totalidad las consecuencias de su obra.

Pues yo también aprecio mucho la obra de Alan Moore y Grant Morrison. Gaiman no me gusta tanto, leí su libro Humo y espejos y no era nada del otro mundo aunque si tenía una notable y perversa relectura a Blanca Nieves. Mis influencias a la hora de escribir (y de pintar también) proceden del cómic y de autores como Moore, Morrison, Warren Ellis y Kurt Buziek principalmente. De hecho hay un cuento mío en Aurora Bitzine titulado Anti 4 x F que dedico a Ellis y Morrison. Cuando por primera vez leí la Doom Patrol de Morrison allá por 1996 fue una experiencia casi equiparable a la de Ezequiel. Un verdadero punto de inflexión en mi manera de entender el proceso creativo y el arte en general. También ayudó la concordancia de Morrison con William Burroughs que ya se había convertido en todo un referente literario para mí.

–Que excelente es conversar con alguien que le da al cómic la importancia que merece. Bueno, Humo y espejos no es lo más notable que ha escrito Gaiman. Aparte de The Sandman, a mi me gustan sus novelas gráficas, como Violent Cases y Mr. Punch. ¿Viste Mirrormask, la película con guión suyo y con la dirección de Dave Mackean? A mí me gustó mucho, infantil y adulta al mismo tiempo, tenebrosa y luminosa a la vez. De Morrison he leído menos, tengo pendiente leer The Invisibles (para poder opinar si los Wachoswky la plagiaron). Oye, cambiando bruscamente de autor, el otro día vi el trailer de 300, la película basada en el cómic de Frank Miller. A mí me dejó estúpido, ojalá sea tan buena como aparenta.

Yo estoy a la espera de la película de los Transformers, vi una escena donde un helicóptero militar llega a una base, y sin que nadie cache nada, se transforma y empieza a dejar la cagaá. Putas, se me pusieron todos los pelos de punta. Pero volviendo a nuestro tema principal, ¿qué me puedes contar sobre Magallania?

Magallania, fue un videoclip con aspiraciones de cortometraje que hicimos en 2001. De hecho lo presenté en un festival local de cortos, pero no ganó. Sí se convirtió en el primer video que dirigí, siendo los actores el Nego y mi polola de entonces, Verónica Gallardo. Está grabado en Hi8 y en blanco y negro, en una playa a dos cuadras de mi casa, que estaba bastante más sucia que ahora. Recuerdo que trasladamos un maniquí como parte de la utilería y el viento casi lo derribó. Tiene una luz muy dura, algo frecuente aquí, lo cual le da una atmósfera algo radioactiva a la imagen. Ese video lo usamos para promocionar el disco del mismo nombre, que fue el primero que mostramos en Santiago, con una actuación en la SCD Bellavista, apenas una semana después de presentarlo en Punta Arenas. Ese momento fue como el fin de nuestra adolescencia musical, pues adquirimos más seguridad y fe en nuestra propuesta.

¿Me podrías contar algo sobre Mantiza? El encuentro de un músico thrasher y un new romantic parece tan probable como el de la máquina de coser y el paraguas de Lautreamont.

–MANTIZA fue una banda creada por Cristián Ponce en Punta Arenas en 1992. Yo me integré al poco tiempo de creada y durante un par de años fuimos un trío y posteriormente un quinteto, con un sonido bien extraño para el contexto magallánico, una suerte de banda dark con la torpeza de los primeros punk que después evolucionó a un tipo de ‘grunge progresivo’. El primer disco lo grabamos en 1995, se llamó El Refugio y fue el primero editado en un formato profesional y promocionado en serio en Magallanes por una banda de rock. Aprendí muchas cosas en ese período de mi vida musical, sobre todo en el ámbito de la grabación. Pero todo en MANTIZA giraba alrededor de la creatividad de Cristián y sus letras eran reflejo de su críptico mundo interior, así que yo no tenía mucha cabida ahí. Aunque sí compusimos juntos, sobre todo después de la disolución del quinteto, cuando grabamos Final del juego (título sacado de un cuento de Julio Cortázar). Pero nunca me sentí totalmente compenetrado en este proyecto. Por ello acepté inmediatamente la propuesta del Nego para dar impulso musical a LLUVIA ÁCIDA. Mientras que con MANTIZA tocaba teclados que apenas se oían, con LLUVIA ÁCIDA desde el principio tuve mucho que aportar. Durante un tiempo milité en ambos proyectos, siendo ambos parte del sello HARIJAN, pero a la larga esto se salió de las manos. Se empezó a cocer una mezcla explosiva de desconfianza, resentimiento y envidia. Y a principios de 2001, rompimos violentamente con Cristián y su hermano Jaime. Fue algo muy doloroso, sobre todo para mí, ya que los conocía desde casi diez años y éramos de verdad muy cercanos. Pero Nego y yo decidimos no bajar los brazos. Puesto que habíamos sido expulsados de un sello, tuvimos que crear el nuestro: EOLO. Con él que editamos todos nuestros discos y el de otros amigos que nos han propuesto publicarlos. ¡Y en eso estamos todavía!

En el documental haces alusión al olvido y escuchando y viendo la producción de Lluvia Ácida se ve que el olvido es algo contra lo cual ustedes combaten creativamente. Que me podrías decir con respecto al olvido y, en extensión, a la aparente mala memoria nacional.

–Creo que lo único cierto y seguro en el universo es que esté desaparecerá, al menos la versión en que actualmente estamos viviendo. Por ello el concepto mismo de eternidad parece vacío y sin cabida en el prosaico orden de las cosas. Pero sí existe en nuestros sueños, que son el reino de las cosas que nunca fueron, que no son y que nunca serán (estoy citando a The Sandman). Para nuestra mente, un instante breve puede prolongarse por días, años o siglos. Imaginamos conceptos como Eones o Gugoles, enormes cantidades de tiempo que nunca experimentaremos. Lo mismo pasa con las sociedades humanas, que están destinadas a desintegrarse para dar paso a otras. Pero la memoria, una de las capacidades distintivas de nuestra especie, es algo que nos salva de ser simples barcos de papel en la tempestad. Es la capacidad de saber de donde vienes y donde terminarás y que es lo que sucedió antes en el lugar por donde caminas. Si el arte es un combate contra el olvido, LLUVIA ÁCIDA es una lucha para perpetuar algo en un lugar donde cuesta levantar cualquier cosa. Magallanes está poblado hace más de 12.000 años, pero aquí se sigue considerando que la historia comenzó con la llegada de los europeos. Y eso tú lo puedes extrapolar a toda Latinoamérica, un continente donde la enorme mayoría no tiene rasgos caucásicos ni habla inglés y que tiene un riquísimo acervo cultural que constituye sabiduría para pocos y motivo de vergüenza para muchos. Yo creo que la memoria es algo frágil y que puede ser manipulada con una facilidad aterradora. Cuando pienso en la política chilena pasada y actual, recuerdo las historias de Phillip K. Dick, en que el pobre ciudadano a pie está inmerso en realidades diseñadas por poderes que no alcanza a distinguir, hasta el punto de no saber quién es realmente. Como artista, siempre me digo que tenemos derecho a reclamar el dominio de nuestra propia memoria, porque es lo único realmente nuestro. Y en el caso de LLUVIA ÁCIDA, esto no es pura palabrería. Nuestro próximo proyecto es una cantata sobre la Federación Obrera de Magallanes, un colectivo anarco-sindicalista que logró muchos avances hasta su exterminio en los años 20. Este es un tema sobre el cual aún hay un pesado manto de silencio y nosotros vamos a ayudar a ponerlo de nuevo sobre la mesa.

Lo de llamarse ‘Lindo amanecer en Magallanes’ era una broma de Nego, ¿no?

–¡Medio en broma, medio en serio! Lo que sucedió es que un conocido profe de música de Punta Arenas, el ‘Polo’ Romero (una especie de Italo Passalacqua local), en un espacio televisivo de ITV PATAGONIA criticó nuestro nombre, por considerarlo poco positivo. “¿Qué es eso de LLUVIA ÁCIDA?, ¡que feo! ¿Por qué no algo así como ‘Lindo amanecer en Magallanes’?” Así que cuando nos entrevistaron en el siguiente programa, hicimos un chiste sobre eso. Algo tan sutilmente bizarro que había que ponerlo en nuestro documental La dinámica del frío.

Sí, ubico a Polo Romero y sé que las comparaciones con Passalacqua se extienden más allá del simple gusto por la ópera. Él era un referente para muchos músicos o aspirantes a músicos jóvenes. Romero vivía junto a una radio, no recuerdo su nombre (parece que era Divina) pero era de un amigo de mi abuelo, Galmier Morales. Estaba al lado de la no tan famosa plaza de las focas… recuerdo una vez que fui de vacaciones y para mi sorpresa habían pintado cada una de las cuatro focas de la pileta de distinto color, ¡qué kitsh! Por ahí cerca había también una casa que en una muralla exhibía un mosaico muy extraño, como con una suerte de Moai alienígena o algo por el estilo.

–Sí, bueno, Polo Romero es un personaje algo controvertido, siempre figurando por cosas extrañas. Pero sé que hizo cosas importantes por la enseñanza musical en Punta Arenas, así que mejor no pelarlo más. Aunque te podría contar algo ‘off the record’ (ja, ja, ja!).

El primer tema que escuché de Lluvia Ácida fue Endurance y es junto a Sarmiento uno de mis favoritos. Mi primera reacción al oírlo fue de algo similar a Inti Illimani mezclado con The Future Sound of London. Una especie de Pato Manns electrónico… y la interpretación vocal se me antojó equiparable a la de Miguel Barriga y ¡oh sorpresa! Ahí veo en el documental al Sr. Barriga presentándolos en una tocata. Muchos recordaran a Sexual Democracia por sus canciones graciosas y pueriles, pero Barriga y los suyos tenían algunas interesantes composiciones como Sudamérica Suda que tuvo un video que hasta rotó en MTV. Sea como sea y como me pasó al leer el manuscrito de Ygdrasil de Jorge Baradit, el sonido de Endurance me noqueó como sólo algo nuevo pero con una gran tradición detrás puede hacerlo. Siguiendo con el ejemplo de Ygdrasil, esta magnífica novela de Baradit es muy nueva y contemporánea pero a la vez hunde sus raíces en el pasado, en las tierras que nutren y fortifican nuestro territorio. Es cf con color local, con identidad, algo que a ustedes les preocupa mucho y que se nota también. ¿Que me dices de la identidad y las raíces tuyas y de Lluvia Ácida?

–Endurance es un tema importante para nosotros. No sólo porque es parte de nuestro disco Antartikos y porque cuenta la odisea de uno de nuestros héroes, Sir Ernest Schakleton (que sobrevivió dos años varado en la Antártida, hasta ser rescatado por el Piloto Pardo). También lo es por su sonido, un híbrido entre tecnología y sonidos acústicos. También la forma de cantar tiene algo de arcano, no es realmente un tema de esta época. Y creo que transmite un sentido de aventura que siempre hemos buscado en nuestra música. Tú mencionaste al Pato Manns con toda razón. Soy un admirador de sus primeros discos, de hecho hay uno en mi equipo en este momento. Te voy a contar un talla: hace un par de años, el estuvo aquí a la vuelta de mi casa, en el quincho de los Buljan (¿te acuerdas de esa familia del barrio?). Nos pusimos a cantar juntos Arriba en la cordillera, yo tocando la guitarra. El me corregía los acordes, pero el huevón estaba tan curado que ¡yo tenía que corregirle la letra! Sé que suena bizarro, pero te juro que eso pasó.

Bueno, Manns vive aquí en Concón, no es precisamente mi vecino pero está en las inmediaciones. ¿Has leído alguna novela de Manns? Hace poco sacó una. En Concón también vive un poeta cuya obra me parece notable, Claudio Bertoni.

–Lo único que he leído de Manns es El corazón a contraluz, que trata de Julius Popper, un aventurero rumano que edificó un verdadero feudo en la isla de Tierra del Fuego. Claro que fantasea mucho y como relato de histórico no tiene nada, solo debes disfrutarlo como literatura, sin otra pretensión. A Bertoni lo he leído poco, cosas que publican en revistas o en la red, pero sí sé que es un tipo bastante desenfadado, que ve con distancia la admiración que su obra causa. Pasando a otro tema, ¿en serio mi voz parece la del Miguel Barriga? En un sitio web llamado www.disorder.cl mencionaron eso, ¡pero de una manera muy negativa! Ese comentario era sobre nuestra actuación en el festival PATAGONICA 2004, en que fuimos los únicos que cantamos y tocamos instrumentos acústicos. Para algunos talibanes de la electrónica fue una especie de sacrilegio, pero para otros fue un aporte. Sexual Democracia igual fue una banda que aportó, porque bajo esa fachada de grupo chistoso, los tipos tenían un cuento sureño que lograron popularizar. En lo personal, el Miguel Barriga se portó súper bien con nosotros. Gracias a él pudimos tocar por primera vez en Santiago en la Sala SCD, donde presentamos el disco Magallania. Imagínate que el tipo se consiguió plata con Entel Chile y nos la envió para que compráramos nosotros los pasajes de avión y puso a sus roadies a nuestra completa disposición. Si eso no es ser buena onda, ¿qué otra cosa sería?

Buena tela el flaco. Barriga también estuvo metido en la organización de Fixion 2000, aquella convención de ciencia ficción, fantasía, cómics, juegos de rol y todo lo concebiblemente ñoño que fue la causa por la cual me metí en serio en la literatura. Otro punto nodal más.

–No sabía que le gustara tanto el tema. Ojalá nos lo encontremos de nuevo un día de estos, de verdad que nos cayó muy bien. De nuevo cambio de tema: tengo hartas ganas de leer Ygdrasil. He leído varios artículos sobre ella y ya parece bastante claro que es un punto axial en la ciencia ficción chilena y latinoamericana, una suerte de contestación amerindia a Neuromante y The Matrix (¿estarás de acuerdo tú y el autor?).

Yo creo que Jorge estaría muy de acuerdo con dicha definición, aunque te aseguro que, por lo menos en mi opinión, Ygdrasil le tira cancha, raya y lado a Gibson y sobretodo a los Wachoswky.

El tema de las raíces es una de nuestras preocupaciones y de ahí volvemos al tema de la memoria. ¿Quiénes somos realmente? Yo lo tengo más o menos claro, sé que soy descendiente de mapuche, un pueblo que en algún momento de su historia emigró desde la actual Patagonia Argentina hasta la Araucanía. Mi propio apellido, Cheuquelaf, es un testimonio de ello. Significa ‘ñandú de la pampa’, una imagen definitivamente patagónica. También desciendo de croatas y de chilotes, ambos también pueblos de emigrantes. Pero si lo piensas bien, ¿qué pueblo no proviene de inmigrantes? LLUVIA ÁCIDA es una expresión de multiculturalidad, pero no de globalización acrítica, sino más bien de asumir que los magallánicos somos frutos de distintas culturas que encontraron en este confín del mundo su segundo hogar.

Pero Cheuquelaf es sólo uno de tus apellidos, el otro es Bradasic. Es decir, podrías haberte llamado perfectamente Rafael Bradasic y gente como Pinto jamás habría salido con aseveraciones onda: “Tú eres de apellido Cheuquelaf, sangre indígena corre por tus venas…” (sic). No tengo a mano los estudios sobre la genética nacional, pero Me parece que la gran mayoría de los chilenos, incluyéndome a mí y a Pinto, tenemos sangre indígena corriendo por nuestras venas. La excepción supongo serán la clase alta de ascendencia visigoda, por que hay quien asegura que los españoles que llegaron a Chile eran visigodos. Mi bisabuelo paterno llegó desde Grecia a Punta Arenas, por ejemplo, y de ahí mezcló sus genes con una chilena. Mis bisabuelos maternos llegaron desde España, y sus hijos que eran 100% europeos mezclaron sus genes con chilenos… O sea, a estas alturas, ¿Quién no es un mestizo?, ¿un crisol de etnias? Por lo demás el concepto de raza está comprobado obsoleto en términos científicos.

–Bueno, Raúl Pinto me preguntó sobre que significaba para mí llevar un apellido paterno mapuche. Esa pregunta no me parece errada, no porque crea que un apellido o ascendencia me hace genéticamente especial o algo así, sino porque un apellido, queramos o no, es portador de cultura. Si no me apellidara Cheuquelaf igual me interesaría por el pueblo mapuche, pero no podría citarte ciertas historias familiares que se han traspasado a lo largo de 300 años. Recuerda que los mapuches cultivan la oralidad e incluso tienen ‘géneros’ que no tienen paralelo fuera de su sociedad. Por ejemplo, el ‘ñitram’, que traducido aproximadamente significa ‘conversación con uno mismo frente a otra persona (pero sin hablarle a ella) mirando una fogata’. Si yo no me apellidara Cheuquelaf, creo que nunca me hubiera preocupado por entender esa idea. Hace un tiempo, en Bariloche, encontré un pictograma que representaba al ñandú, que fue algo así como un ave totémica para algunos antepasados míos y eso me emocionó mucho, pues me sentí conectado con un pasado remoto del cual solo soy una prolongación. También me emocionó escuchar a mis padres contarme sobre una visita que hicieron en verano a Croacia y su descripción de la isla de Brac, en la costa de Dalmacia. Y también he escarbado en la rama chilota de la familia de mi madre. Yo nunca he creído en el concepto de ‘raza’, es excluyente y a la vez eficiente como herramienta de manipulación política. Yo creo en las culturas y todos somos el resultado de una sumatoria de ellas y, de alguna manera, todos somos semillas de las culturas del futuro. Creo legítimo interesarse en las culturas a las que pertenecieron tus ancestros y comprobar si hay algo de ellas en ti. Yo lo he comprobado de manera personal e íntima y creo que eso nace de una elección que cualquiera puede tomar o rechazar. Como dijo Borges, porqué limitarse a una cultura, si podemos aspirar a todas. Para mí se trata de eso. La biología solo por sí misma no puede describir la increíble complejidad de una sola persona, solo la cultura termina de dar algún sentido a su existencia y el lugar que ocupa en el tiempo.

Así que en Perú estuvieron segundos en el ranking de las FMs, codeándose con Ramazzoti, Big Daddy y la Torroja. ¿Como ves la proyección internacional de Lluvia Ácida? En vuestro caso a diferencia (y excúsame los ejemplos) de la Ley, Los Tres, Lucybell o Saiko el radicarse en México seria un atentado contra el concepto mismo que anima al grupo, ¿no? A lo que me refiero es: pareciera que Lluvia Ácida no puede hacerse desde otro lugar que no sea Magallanes. La región es como el tercer integrante, ¿no? Sin ella no serian lo mismo.

–Es interesante que me preguntes eso, porque ahí está uno de los pilares de nuestro proyecto. Mira, nosotros nunca hemos criticado a nadie que se vaya de su terruño a tomar lo que éste ya no puede ofrecerle. Hablábamos hace un momento de la inmigración y de su importancia como formadora de nuevas culturas. Pero nosotros aspiramos a otra cosa, a algo ambicioso. La pregunta que formulamos es: ¿Será posible aprovechar las herramientas de la globalización para dar a conocer al resto del planeta quién eres tú y donde vives, sin renunciar a tu residencia e identidad? Digo que responder a esta pregunta es ambicioso, porque es difícil hacer arte aquí. Me refiero a un arte con objetivos altos. Tienes que soportar muchos ninguneos y escuchar demasiadas tonteras. Debes aceptar que cualquier tipo que se vaya de aquí y consigue algo de fama mediática, aunque sea a base de estupideces, es más valorado que nosotros, los que escogimos quedarnos y dotar a esta región de una nueva estética y de otra forma de contemplarse a sí misma. Más que un tercer integrante, nuestra tierra es la sustancia de nuestra música. Si nos fuéramos de aquí de manera permanente, todo lo que hemos cantado y grabado carecería de sentido, o al menos perdería toda conexión con nosotros, como si ya no fuéramos integrantes de LLUVIA ÁCIDA, sino de otra cosa. A veces nos hemos preguntado hasta cuando podemos mantener esa línea, cuanto material nos da nuestra tierra para seguir creando. Y cada cierto tiempo, aparece un nuevo tema, una nueva aventura de investigación, composición y grabación. Y después de cada disco y su promoción, siempre viene lo mejor: ¡el siguiente disco! Disfrutaremos de esa sensación todo el tiempo que podamos.

¿Que me dices de la recepción local? ¿Es Lluvia Ácida un grupo que escuchan sólo ciertos ‘iluminados’?, ¿música para músicos? ¿Son algo más que una ‘curiosidad’ para los medios? ¿Sienten que a nivel local son valorados como corresponde o debiera corresponder de acuerdo a vuestros propios estándares?

–Creo que ocupamos un lugar dentro de la cultura magallánica, pero la inmensa mayoría solo nos conoce por el nombre. Obviamente que para los medios locales seguimos siendo una rareza, en medio de un ambiente musical tan retrógrado como este, pero siento que la gente que nos ha escuchado nos respeta y ha entendido de manera clara cual es nuestro propósito. No tenemos problemas con la difusión mediática, incluso tenemos más facilidades en ese sentido que una banda de Santiago. Siempre pienso que todavía no se ha reconocido completamente nuestro aporte, pero sí vamos rumbo a eso, lo que en ningún caso se va a materializar en dinero o fama. Yo me conformo con que nos recuerden como un proyecto comprometido y original, original en el sentido de tener conexión con su origen. No llamaría ‘iluminados’ a quienes gustan de nuestra música, por muy pocos que sean. Son simplemente personas que se sienten fascinadas con los mismos temas que a nosotros nos importan. Y hay entre ellas músicos y no músicos. Todos tienen en común esto: que no les atraen las bandas ‘virtuosas’, sino las que portan ideas y nosotros definitivamente ofrecemos eso. Nosotros no creemos en la música como evasión y siempre van a haber personas que valoren eso, no importa si les guste el rock, el folclor o la electrónica.

De los videos me interesó particularmente Austro Mutatis, dirigido por Leonardo Medel. En dicho video ustedes a través de sus aparatos electrónicos convocan a una musa en lo que parece un teletransportador defectuoso ya que solo al final se vuelve corpórea por completo. Me recordó ciertos videos de Floria Sigismondi para Marilyn Manson y el stop motion de Harryhausen por supuesto. ¿Qué me puedes contar de este video?

–Ese video lo dirigió nuestro amigo Leonardo Medel, que hoy integra el Colectivo SURE, responsable de videos de artistas como Rosario Mena, Muza, Electrodomésticos y Gepe. Pero sus primeros videoclips, sino me equivoco, los hizo con nosotros. El es un fanático del stop motion y tiene una paciencia increíble para animar objetos y personas (¡pobrecitas!). Y le encanta… ¡Floria Sigismondi! Ese video lo hicimos en la casa de su mamá y él había acabado de salir de Cuarto Medio y varios compañeros suyos integraron el equipo de grabación. Nuestra musa holográfica se llama Daniela Kovacic, una talentosa pintora que actualmente estudia en Santiago. El Leo nunca quedó muy conforme con el resultado, pero a nosotros nos gusta mucho ese video, refleja muy bien la canción y su ánimo de transformación.

Supe por mi hermano que Daniela estudia en la Universidad donde yo hago clases, y que incluso es profesora ayudante. Ella fue polola de un amigo de mi hermano que a su vez es el hermano menor de un amigo mío de infancia: Juan Ramón Fernández Morrison alias ‘el Pollo’ que fue mi partner entre tercero y sexto básico allá en el campamento ENAP de Cullen, en Tierra del Fuego. Mi hermano también me comentó que tu primo Oscar Barrientos (antologado al igual que yo en Años Luz y cuyos libros de cuentos ambientados en Puerto Peregrino me han maravillado) pololeaba con una profesora de él. Mi hermano participó en un concurso de cortos donde también se presentó Austro Mutatis (ni él ni ustedes ganaron) y por último, tengo un cuadro de 1995 al cual titulé Austro Mutandis (no ‘mutatis’ pero bastante parecido) que ha servido de portada para el primer libro de poemas de mi amigo Armando Rosselot titulado Huesos de pollo bícefalo. Los puntos de conexión suman y siguen.

–Sorprendente, pero no tanto si lo piensas un poco. Basta con que ambos hayamos vivido en Magallanes y tengamos inquietudes y personas que las compartan cerca nuestro.

Tierra de Espectros es una de las formas en que Lluvia Ácida combate el olvido. Una colección de relatos de fantasmas, de experiencias sobrenaturales que hasta incluyen alienígenas. Se dice que Punta Arenas es una zona caliente en cuanto a avistamientos de OVNIs, yo nunca he visto uno (y mucho menos un fantasma) y si bien creo que el fenómeno existe, descarto que sean visitantes ‘extraterrestres’ y me irrita el vínculo que se hace entre los platillos voladores y al literatura de ciencia ficción. ¿Has visto algo raro en Punta Arenas?, ¿Qué opinas de los OVNIs? ¿Crees que OVNIs y fantasmas son parte de un mismo fenómeno como plantean ciertos investigadores?

–Mira, yo he visto un par de luces extrañas, pero nada que califique de ‘nave espacial alienígena’. Aunque muchos conocidos míos fueron testigos de un avistamiento hace más de diez años, cuando un enorme objeto sobrevoló Punta Arenas. Vi una filmación que hicieron y la cosa parecía el ‘Enterprise’ en la oscuridad. Así que no sería tan tajante en negar cualquier posibilidad de actividades alienígenas. Pero entiendo tus reservas sobre el tema, de hecho yo igual las tengo. Hay demasiado charlatán aprovechándose de la credulidad de la gente. Cuando con Nego grabamos Tierra de espectros, recolectamos historias de fantasmas contadas por gente de nuestra ciudad de distintas edades y ocupaciones (para después combinarlas con nuestra música). Pero no con la actitud de parasicólogos, sino más bien de antropólogos que estaban escarbando en las raíces de nuestra cultura. El miedo a la muerte y a lo que no vemos es universal, pero toma formas distintas en cada rincón del planeta. Para mí los OVNIS son parte de lo mismo. Es una forma concreta de nuestros temores y esperanzas. Antes eran las carrozas de los dioses y las hadas los que secuestraban gente. Obviamente que los mitos se ponen a tono con la tecnología (y no creo que al revés) y con la llegada de la era atómica se populariza el fenómeno OVNI. Quizás ya se están creando nuevos mitos y supuestos fenómenos paranormales relacionados con las actuales tecnologías informáticas y de telecomunicaciones. Pienso que se va a volver a la idea de los ‘Intraterrestres’, habitantes invisibles del planeta y popularizados por los ocultistas de principios del siglo XX, pero ya no surgirán desde el fondo de la Tierra, ¡sino que desde nuestras pantallas de plasma! Ahora, todo esto que acabo de decir se va a ir a la basura el día que veamos en CNN el arribo de una flota alienígena. Ahí se acabó la discusión…

Bueno, si vienen en son de guerra y son como los de Shyamalan, nos conseguimos unas pistolas de agua y cagaron, jejeje.

¡Bastante estúpidos serían si se les ocurre invadir un planeta cubierto en un 70% de agua!

Me dio mucha risa esa entrevista en Via X con Pia Ciccero y el Chico Jano. Nego tenía una cara de “cállate ahueonao” todo el rato y el chico ese decía: ¡que looooooooco! ¿Es idea mía o estaban un poco fuera de lugar? ¿Quien era el tercer tipo que estaba ahí? ¿Has escuchado a Lulu Jam?

–Ese ha sido uno de nuestros momentos más curiosos, sin duda. Ellos fueron muy simpáticos con nosotros, pero es difícil explicar nuestras ideas en un programa así, con música a todo volumen y con ese formato tan pendejo. Pero hicimos lo que pudimos. El que estaba al lado nuestro es Hugo Espinoza (aka Mika Martini), ex integrante de Ud. No!, y estábamos con él promocionando una tocata conjunta en La Batuta en mayo de 2003. El es uno de nuestros mejores amigos hasta el día de hoy y es parte del netlabel PUEBLO NUEVO, que sin duda es uno de los fenómenos más importantes de la nueva electrónica chilena. Una anécdota: la Pía Ciccero me dijo al final del programa que ojalá LLUVIA ÁCIDA y LULU JAM tocaran juntos algún día. Y yo le dije ¡ojalá, pues! A veces uno tiene que hacer esas cosas. Esto de la farándula, oye… (¡ja, ja, ja!). En todo caso, como proyecto mercenario de Daniel Vigliensoni LULU JAM es todo un acierto, ¡realmente lograr hervir hormonas! No toda la música tiene que ser tan seria, ¿no te parece?

¡Dime eso tú! A veces encuentro que LLUVIA ACIDA es demasiado serio. Ustedes no harían por puro wevear un cover de Erasure por ejemplo. Cómo que da la impresión que toda su música debe tener una justificación, un contexto histórico–regional, ser fruto de una investigación…

¿Tú crees que somos demasiado serios? ¡La verdad es que como personas no lo somos mucho! Y eso hace que nos volquemos a temas que no son para reirse precisamente. Suena contradictorio, pero así es. Y solo hablamos de temas que en verdad nos interesan. Y esos temas no justifican nuestra música, sino que esa música refleja nuestras inquietudes. Creo que ya hay bastante gente que juega a la parodia bastante mejor de lo que podríamos hacerlo nosotros. Eso del “kitsh” y el culto al plástico no me interesa mucho. Para que LLUVIA ÁCIDA hiciera covers de cosas “ultrapop” tendríamos que tener una necesidad que no sentimos, la de querer hacer reír al mismo tiempo que tocamos.

Como Les Luthiers

Para nosotros la música es un acto de construcción y concentración. Te doy un dato: antes de cada tocata nosotros ensayamos unas tres o cuatro veces como mínimo, porque en vivo cantamos y tocamos instrumentos tanto electrónicos como acústicos, no estamos mirando laptops. Creo que tenemos tanto que dar y tan poco tiempo para hacerlo que uno ya tiene clara sus prioridades. Pero eso no significa que no nos riamos con un tema de Sinergia, por darte un ejemplo. ¡Tan graves no somos tampoco!

En una entrevista radial dices: “quizás se podría decir que dentro de unos siglos la Antártida va a ser considerado el lugar donde el hombre se entrenó para explorar otros mundos.” Una gran frase sin duda. El continente blanco y la cf están íntimamente ligados, ahí tenemos Frankestein por ejemplo… ¿Has leído las aventuras de Arthur Gordon Pym y esa suerte de continuación de Lovecraft llamada En las montanas de la locura? ¿Has leído a Miguel Serrano?

–La Antártida es una de nuestras obsesiones y la compartimos con mucha gente. Una vez un escritor conocido mío, que hace años filmó un documental allá, me miró directo a los ojos y me dijo: “¿tú también tienes la fiebre, no es cierto?“. Es que los territorios polares son una especie de lienzo en blanco en donde los hombres vuelcan su imaginación. La Antártida es el lugar más hostil y primitivo del planeta y, como le comentaba a Raúl Pinto, es menos conocido que la superficie de la Luna. Es un territorio lleno de misterios, del cual conocemos solo su superficie. Por supuesto que he leído las obras de los escritores que me mencionas (te faltó “La esfinge de hielo” de Julio Verne).

Volviendo a Miguel Serrano, él ya en 1948 cuando publicó su ensayo La Antártica y otros mitos, dice que el Polo Sur es el sexo del mundo, su parte sensible e irracional, en las antípodas del Norte lógico y utilitario. Serrano especula que la Antártica puede ser en realidad al Atlántida, desplazada de su posición original por cataclismos y otros fenómenos geológicos. Serrano al igual que Verne y John C. Symmes (que influyó en Jeremiah Reynolds, impulsor de la primera expedición norteamericana a la Antártida), Serrano cree en la teoría de la Tierra hueca y ve en el Polo una acceso a ella. Debo confesar aquí y ahora, que no he leído La esfinge de hielo. ¿Qué me puedes contar de ella?

–La esfinge de hielo de Verne también es una continuación de Las aventuras de Arthur Gordon Pym. La escena final es inolvidable, cuando llegan a un Polo Sur coronado por una montaña magnética de color negro que atrae todo el metal a su alcance, desarmando barcos y matando a cuanto explorador intenta acercarse. Los protagonistas, con ropas desprovistas de metal, logran aproximarse y descubren un cadáver todavía pegado en la roca. Son imágenes muy poderosas, creo yo. Y sobre Lovecraft, debo decir que obra es una de las influencias primarias de LLUVIA ÁCIDA. El Nego me prestó hace diez años Las montañas de la locura y su argumento jamás se me ha olvidado. También he leído a Miguel Serrano. Más allá de sus creencias políticas (que no comparto en absoluto), es súper interesante constatar que a través de él se expresa toda una suerte de conspiranoia antártica: la expedición nazi al Polo Sur, la toma de posesión del territorio bautizado como Nueva Suavia (que fue real según mapas descubiertos recientemente), las supuestas bases enterradas en el hielo que habrían refugiado a los últimos nazis. De hecho, se menciona por ahí el dato acerca de la cantidad de soldados y submarinos destacados en Noruega que, en vez de rendir sus armas, simplemente habrían desaparecido. O el testimonio de balleneros de las Islas Malvinas que dijeron haber sido asaltados por un submarino alemán… en 1947. Más que a supuestos extraterrestres, habría que poner atención a esos hechos medios anómalos. Otro caso:

¿Has oído hablar del Lago Vostok? Es un gigantesco lago enterrado bajo 3.000 metros de hielo, el cual ha generado una serie de especulaciones. A principios de los 90, supuestamente se evacuaron bases que estaban cerca del lago y según testimonios apareció un equipo de la NSA (la más poderosa agencia de inteligencia de EE.UU.). Se habló de un virus o de contaminación radioactiva, pero nunca se aclaró oficialmente el motivo de esta presunta evacuación. Hace poco, se detuvo una perforación que se estaba haciendo para llegar al agua del lago. Se adujo como motivo la posible contaminación de un medio ambiente primitivo que se habría preservado bajo el hielo durante 40 millones de años. Suena razonable, pero las dudas de muchos aun persisten.

En la misma entrevista Nego también se manda una frase para el bronce, al ser consultado por el locutor (otro compañero del liceo, Reiner Canales) sobre si acaso Vangelis había hecho algo con la Antártida responde: “si pero él (Vangelis) es griego y vive en una isla en Grecia, muerto de calor po’h hueon”. Ahí tenemos una clara muestra de la “identidad” de Lluvia Ácida, de cómo el trabajo de ustedes sería una apropiación mas genuina del territorio y me hace recordar también ese fiero y hasta a veces justificado recelo del magallánico hacia los forasteros y el “norte” que es todo desde Puerto Montt para abajo (o arriba, depende como el globo terráqueo se mire). Supongo que Nego tiene razón, y Vangelis grabando Antarctica sería tan raro como Lluvia Ácida grabando Atenas. Pero por otro lado el nombre “Antartikos” está en griego, y su sello Eolo es el nombre del dios griego del viento… ¿en tu opinión, no podría Vangelis adoptar la misma actitud que Nego? Jejeje.

–Mmmmm, a ver… Bueno, es cierto lo que tú dices sobre nuestro afán de apropiarnos de lo que consideramos “nuestro espacio”. Pero los espacios físicos y culturales no están nunca totalmente separados de otros. Por ejemplo, el solo nombre ‘Antártida’ ya nos remite a la antigua Grecia, que es uno de los sustratos más importantes de la cultura occidental. Y el nombre de nuestro sello, EOLO, da cuenta de esa misma conexión. Esas palabras podrían haber sido latinas o germánicas, pero resultaron ser griegas, lo que realmente importa es lo que significan. En realidad el Nego se refería a otra cosa, no a la calidad musical ni a la honestidad de Vangelis (de hecho el Nego tiene el disco Antarctica), sino al valor que frente a eso tiene nuestra propuesta. Nuestro disco “Antartikos” tal vez no sea mejor, y definitivamente no es más famoso. Pero es la expresión de artistas que viven muy cerca del tema que aborda y creo que eso en sí mismo ya es algo especial. Tú mismo me decías anteriormente que no nos ves como un proyecto musical operativo fuera de nuestro contexto. Vangelis es conocido a nivel mundial porque compone una música preciosa más que por ser griego (aunque sigue siendo evidente en su sonido que lo es). Nosotros no aspiramos a ese status, no creo que nuestra música sea para un público amplio. Lo es solo para quienes se interesen de verdad en las temáticas que planteamos. Y afortunadamente, los interesados son muchos más de los que creíamos. Yo creo que un artista puede abordar el tema que se le antoje, pero ponte en nuestro lugar para entender nuestro punto de vista. Cada cierto tiempo tengo noticias de música inspirada en los selk’nam, por darte un ejemplo, compuesta por alguien desde Europa o en Santiago. Y puede haber sido hecha por un excelente e informado compositor. Pero algo va a faltar, eso que para mí es un componente telúrico, difuso pero real. Y eso no nos falta a nosotros, porque componemos sobre cosas cercanas a nuestra experiencia. Somos personas que han viajado por su región por aire, mar y tierra, hemos tocado el hielo con las manos y soportado los vientos de la pampa. Conocemos nuestra historia y hemos conversado que gente que sabe aún más de ella. Vangelis perfectamente podría grabar un bello disco sobre la Patagonia tal como lo hizo sobre la Antártida, pero el tema sería para el una abstracción, una expresión de paisajismo. Nosotros no hacemos música multifuncional y que sea bella solo por su sonido, sino que nos involucramos a fondo en el tema. Básicamente, contamos historias a través de medios acústicos.

El interés de Lluvia Ácida por exploradores como De Agostini puede sin mucha imaginación compararse a su exploración musical. Esto lo digo porque me parece que las temáticas de Lluvia Ácida refuerzan la identidad del proyecto, es una tautología pero después de todo y como diría Duchamp, todo es tautología.

–Es interesante lo que me dices, porque uno se pregunta a veces si el tema de la identidad es lo que te inspira o si realmente es uno el que ha creado su propia idea de identidad. La experiencia de ponerle nuestra música al documental Tierras Magallánicas de Alberto de Agostini nos dio una respuesta. Resultó que editarlo fue muy fácil, ya que a pesar de no quitarle ni un solo cuadro, la música se acomodaba perfectamente a las imágenes. No solo en ambientación, sino que también a nivel rítmico. Muchas personas me han preguntado si la música la compusimos especialmente para el documental y se sorprenden cuando les digo que no, que es una selección de nuestra discografía. Yo llamo a eso una ‘confluencia estética’. Creadores de épocas distintas estaban pensando en lo mismo y eso permitió superar la barrera del tiempo, pues nuestras visiones no se contrapusieron, sino que se complementaron. Cuando veas el documental te vas a dar cuenta de ello.

¿Cuál es tu visión u opinión sobre el extermino de los pueblos originarios de Magallanes?

–Es una horrible cicatriz que se ha querido mantener más o menos oculta. Digo más o menos porque actualmente ya es un hecho de conocimiento público que los capitalistas a los que se llama “pioneros” cometieron un etnocidio, pero sobre las ganancias que eso reportó para esos criminales de cuello y corbata y para sus actuales descendientes… no se habla. Así que falta mucho para recuperar plenamente ese fragmento de memoria trágica. A veces olvidamos que la historia está pavimentada de cadáveres, generalmente de inocentes sacrificados por el poder del dinero. Eso es lo que pasó aquí. Y si hay algo que siempre estará presente en el Magallanes actual y futuro es la ausencia de sus primeros habitantes. Cuanto conocimiento se perdió, cuanta belleza y sabiduría desaparecieron, nunca lo sabremos del todo. Lo único que tenemos son fragmentos de culturas enteras y ya eso es muy valioso para las generaciones venideras. Te cuento algo más. El año 2001, antes de grabar Tierra de espectros, recibí un encargo muy especial. La familia de Ursula Calderón, residente de Villa Ukika, Isla Navarino, y una de las últimas yaganas con dominio de su idioma original, deseaba registrar en nuestro estudio algunos relatos y canciones que ella todavía guardaba en algún rincón de su memoria. Por medio de la gestión de su hija Julia González y de Patricia Estivill, logramos concertar una jornada de grabación. Y llegó a nuestra sala de ensayo una anciana tímida y discreta, de ojos oscuros que miraban detrás de gruesos cristales y que con dificultad se acomodó frente al micrófono. “Ya, abuela, cuéntenos una historia”, le dijimos. Entonces algo cambió en la habitación, cuando con un delgado y susurrante hilo de voz la anciana comenzó a tejer historias que parecían datar de los inicios del tiempo. De sus labios brotaban imágenes que con el curso de los relatos se tornaban bellas o escalofriantes, hombres que se metamorfoseaban en animales o rocas que tomaban la forma de monstruosos gigantes. Escenarios como el Canal Beagle y el archipiélago austral, que nos resultaban familiares, tomaban una nueva y alucinante forma. A pesar de la precariedad técnica de nuestra grabación, en que los ruidos de la ciudad no están del todo ausentes, buena parte del ambiente que se creó en esa sesión quedó captado.

Después de aquella singular jornada, nuestra música comenzó a presentar cambios significativos. Seguía teniendo una base electrónica, pero comenzaron a asomarse timbres acústicos, de instrumentos de cuerda, viento y percusión. En lo temático, dejamos de fantasear con temas alejados de nuestra realidad circundante y comenzamos a investigar aspectos poco difundidos de nuestro entorno. El resultado fue el disco Tierra de espectros (Eolo, 2002), una colección de relatos fantasmales magallánicos combinados con nuestra música. Allí incluimos un fragmento de la narración de Ursula Calderón para el tema Los Hanush (hombres salvajes y peludos de la mitología yagana, que secuestraban mujeres y mataban niños). Fue presentando ese tema en una radio en Coyhaique, en el año 2003, que me enteré de su fallecimiento. Ahora solo nos queda su voz, en un registro que se había convertido en uno de los últimos restos de una cultura. Una que había sobrevivido durante miles de años en los confines del planeta, y que ahora enfrenta la amenaza del olvido. Esperamos editar este material algún día.

Justamente Los Hanush es el tema que me pareció más ‘terrorífico’ de Tierra de espectros. La Sra. Ursula habla sobre el hanush como quien intentara explicarle la existencia de un animal llamado perro a un extraterrestre, con toda la naturalidad del mundo. El hanush parece representar la esencia misma de ‘el otro’, ese ser de cuerpo velludo, qué como el Enkidú de Gilgamesh representa el ‘lado salvaje’ (saludos a Lou Reed) de la humanidad, esa criatura que amenaza con robarse a nuestros hijos y a las mujeres también en las que engendrará más hanush.

–Imagínate lo que fue escuchar esas historias de labios de una anciana de ochenta años. Fue como si algo la poseyera, como haber grabado la voz de un fantasma a través de sus labios. Nosotros lo disfrutamos mucho, ya que siempre nos ha llamado la atención la increíble galería de personajes maléficos que surgieron de la mente de las etnias australes. De hecho, en varios discos de LLUVIA ÁCIDA hay temas bautizados con sus nombres, como ‘Ayayema’ (espíritu kaweskar de las pesadillas), ‘Walichu’ (señor tehuelche de la muerte) y ‘Kawtcho’ (ser de tres metros de altura, rojo, con púas en la cabeza y dedos en forma de garfios). Como bien dices tú, si examinas esos personajes, encontrarás correspondencias con los mitos de otras culturas. Es porque el hombre, no importa en qué época y en que lugar, siempre le temerá a las mismas cosas: a la naturaleza, a la oscuridad y a la muerte.

¿Qué me puedes contar de Mankacen y Ud. No?

–Ellos son amigos y destacados músicos de la escena electrónica de Santiago. MANKACEN es el seudónimo de Alejandro Albornoz. MANKACEN en lengua selk´nam (alguna vez hablada en toda la isla de Tierra del Fuego) significa “cazador de sombras” y fue el sobrenombre que los indígenas le pusieron al misionero y fotógrafo Martín Gusinde. El fue miembro fundador de los pioneros del tecno en Chile, una banda llamada Artekknia que funcionó desde 1985 hasta 1995, dejando un disco llamado La última tierra. Hoy Alejandro está dedicado a la composición de música electroacústica y ha actuado en importantes escenarios, como el Festival de Bourges (Francia). UD.NO! es otra cosa, es el proyecto de otro buen amigo llamado Claudio Pérez, que está orientado al ciberjazz y al downtempo. Con él actuamos en La Batuta el 2003, donde presentó un excelente video de su disco Conexión Domeyko, su primer disco y que es un homenaje al científico polaco del mismo nombre (fundador de la mineralogía en Chile). Ellos dos, más otro amigo llamado Cristian Reyes (aka ANDROID), forman un grupo llamado COLECTIVO ELECTRONICO DE SANTIAGO, dedicado básicamente a la improvisación en vivo. El día anterior a la presentación de Antartikos, en la Sala Master en 2005, nos juntamos con Mankacen y UD. NO! A crear algunos temas. Estuvimos toda una tarde y salieron cuatro temas y material para un videoclip que yo edité aquí en Punta Arenas. El disco, que aún no tiene título, está esperando a ser editado. Es bien surreal y me parece que en algún momento hay darlo a conocer.

En una entrevista con Vladimiro Mimica, Hugo Espinoza (que es presentado como el ‘productor’ en Santiago de Lluvia Ácida) dice que al igual que al grupo Zinatel compuesto por un par de ex miembros de Illapu los anima la mezcla de electrónico y folclor. Habiéndolos escuchados a ustedes, a Gepe / Gepinto y sabiendo la existencia ahora de Zinatel te pregunto: ¿crees que se esta surgiendo un nuevo movimiento, estilo, subgénero o como se llame o son casos aislados? ¿La innovación de Lluvia Ácida es equiparable a la fusión de rock y folclore de Los Jaivas, por ejemplo?

–Nuestro ‘productor’, el ya mencionado MIKA MARTINI, también está trabajando en una interesante fusión de sonidos electrónicos y de viento andinos. Así que definitivamente tenemos algo en común con su búsqueda. ZINATEL está más en el plano de la canción, pero igualmente es interesante. Los tipos son buenos instrumentistas y por supuesto que lo que hacen es mucho más audaz que Illapu. Lo chistoso es que se lo dijimos y ellos pusieron cara de felicidad y dijeron “¿no es cierto que sí?”. Es interesante la postura que está surgiendo, en cuanto al rescate de sonidos folclóricos y su fusión con propuestas más actuales. Ahora que me mencionas a GEPE, te cuento que el estuvo hace unos días en Punta Arenas, actuando para un par de eventos que ayudé a gestionar. Estuve oficiando de asistente personal y llevándolo a conocer la ciudad. Nos llevamos tan bien que terminé alojándolo en mi casa y grabándole un tema en nuestro estudio, tema al cual LLUVIA ÁCIDA ya aportó con algunos arreglos. Me gustó su propuesta, la encontré honesta, emotiva y con una fuerza que solo da la sencillez. Espero que trascienda y se ponga por encima de cualquier moda pasajero en que la prensa quiera encasillarlo. Sobre esta mixtura entre lo folclórico y lo moderno, no tengo muy claro cual es nuestro lugar en este fenómeno, porque nosotros no nos consideramos parte del panorama musical chileno. O sea, vivimos en Chile porque hay un aparato administrativo que así lo dictamina y un buen montón de patriotas de uniforme (que están unos pocos años y se van sin dejar nada), pero lo que se considera ‘chileno’ es más que nada lo proveniente del Valle Central. Y nosotros estamos demasiado lejos como para ser una parte realmente activa de cualquier movimiento que está a 3.000 kms. de Magallanes. Ahora, sí creo que hemos llegado a coincidir con otros colegas en cuanto al rumbo que podría tomar la electrónica chilena. Digo “podría” porque no descalifico ninguna propuesta distinta a la nuestra. Ah, LOS JAIVAS son uno de nuestros grupos de cabecera. Obviamente ni soñamos igualar el impacto que ellos tuvieron en la música latinoamericana, pero creemos que ellos siempre serán una inspiración para quienes apuesten por fusionar lo tradicional y lo moderno. Pero sí que sería absolutamente increíble que alguien dentro de unos años, dijera “LLUVIA ACIDA hizo con la electrónica lo que Los Jaivas con el rock”. No sería un mal epitafio para este dúo.

Ningún escarabajo fue herido durante la filmación de Transpatagonia, ¿verdad?

–Te aseguro que ese pobre insecto fue bien tratado, como corresponde al actor de un video de LLUVIA ÁCIDA. Tengo una fijación con grabar imágenes de animales muertos (si revisas nuestro DVD “Elemental” vas a descubrir más de uno), ¡pero a los animales vivos los trato con mucho cariño!

Hace unos días hablaba con los santiaguinos que vinieron para una serie de actividades en Punta Arenas, entre otras cosas sobre el tema de la muerte. Ellos me contaban acerca de lo peligroso de las poblaciones, la delincuencia y todo eso. Aquí tenemos el mismo problema, pero aún así Punta Arenas sigue siendo un refugio. Yo creo que la naturaleza y la muerte van de la mano, sobre todo en esta zona. Ves animales muertos en la carretera, escuchas muchas historias sobre pescadores, ovejeros o trabajadores del petróleo que encontraron una muerte horrible en algún paraje solitario. Y me parece importante abordar ese tema por medio del arte.

TAUZERO
Octubre de 2006

Dispositivo Josephson

Para poder entrar de lleno al tema debo hacer referencia a la trilogía El Paralaje Neanderthal, de Robert Sawyer, cuya trama gira alrededor de un portal abierto entre dos dimensiones, producto de un computador cuántico en la otra dimensión, una copia de la tierra donde la especie dominante son los neanderthal y no los cromagnon.

En la nuestra se vienen desarrollando prototipos de computadores cuánticos desde hace tiempo, y en el momento en que sean viables darán un impulso al desarrollo tecnológico comparable al paso de la regla de cálculo a una Workstation de cuatro procesadores en paralelo y con una cantidad obscena de memoria RAM.

Procesando con cuántica
La computación cuántica comienza donde termina la Ley de Moore, que según cálculos se agotará alrededor del 2020, cuando la miniaturización llevará los circuitos al nivel de átomos y moléculas. Sin embargo, a diferencia del computador que abre el portal en El Paralaje, en esta dimensión tenemos computadores cuánticos bastante primitivos aún.

Uno de los renombrados en su tiempo fue el IBM Research5-qubit, que contiene cinco qubits: cinco átomos de flúor dentro de una molécula especialmente diseñada, de modo que los núcleos del flúor interactúen entre sí como bits de memoria. Para ponerla a prueba se empleó un problema conocido como «localización del orden», que consiste en la localización del periodo de una función particular, lo cual es típico de muchos problemas matemáticos básicos necesarios para aplicaciones informáticas como la criptografía, por ejemplo.

El problema puede ejemplificarse considerando un número determinado de habitaciones y un mismo número de pasillos ubicados al azar, algunos de los cuales conducen a una misma habitación. Se supone que, en cierto momento, una persona que avance por los pasillos y recorra las habitaciones volverá al punto de partida. El problema consiste en calcular, con el menor número de iteraciones, el número mínimo de transiciones que se requerirían para volver al punto inicial. El computador cuántico resolvió el problema en un sólo paso, mientras que uno convencional requeriría de hasta cuatro pasos.

Si bien el potencial de la computación cuántica es inmenso, y los últimos avances han sido muy prometedores para su desarrollo, quedan aún enormes retos por delante, antes de que estas máquinas sean accesibles al público. Si bien los computadores cuánticos serán fundamentales para la elaboración de bases de datos y para resolver problemas matemáticos complejos, es improbable que puedan usarse para procesamiento de palabras, o para navegar por Internet.
Podría especularse que los computadores cuánticos aparecerán mucho más temprano que tarde en centros de alta tecnología y complejos militares, pero a pesar de todo su potencial los computadores cuánticos no serían nada sin casi un siglo de investigación y desarrollo en superconductores.

Los superconductores

Los superconductores son metales y aleaciones que presentan cero resistencia a la corriente eléctrica a temperaturas muy bajas, típicamente inferiores a 13°K. Los superconductores se han empleado para construir electroimanes poderosos, pero las temperaturas necesarias para que estos materiales presenten propiedades superconductoras son demasiado bajas, lo que ha impedido que su uso se haya difundido.

En 1911, el científico holandés Heike Kamerlingh Onnes de la Leiden University logró bajar la temperatura del mercurio a 4ºK y observó una extraña característica en él. Se dio cuenta que la resistencia eléctrica del mercurio a esa temperatura repentinamente desapareció, fenómeno que bautizó como superconductividad.

Años más tarde, en 1933, los científicos Walter Meissner y Robert Ochsenfeld descubrieron que los materiales superconductores tienen la capacidad de repeler un campo magnético actuando como material diamagnético. Esto fue conocido más tarde como Efecto Meissner, y se ha descubierto que es tan fuerte que puede hacer levitar un imán colocado sobre un superconductor.

El primer avance teórico ampliamente aceptado sobre la superconductividad fue hecho en 1957 por los físicos norteamericanos John Bardeen, Leon Cooper y John Schrieffer, el cual fue llamado la Teoría BCS (por las iniciales de cada apellido) y que les hizo merecedores del Premio Nobel en Física en el año 1972. Esta teoría explica la superconductividad de elementos y aleaciones simples con temperaturas cercanas al cero absoluto, pero no es válida en la explicación del fenómeno a temperaturas mayores.

Un descubrimiento increíble sobre superconductividad fue hecho en 1986, cuando Alex Müller y Georg Bednorz, investigadores del IBM Research Laboratory, crearon un compuesto cerámico superconductor con la más alta temperatura registrada hasta entonces: 30°K. Este descubrimiento, (que les hizo merecedores del Premio Nobel de Física en el año 1987), fue notable, ya que generalmente las cerámicas son empleadas como aisladores puesto que no conducen corriente eléctrica.

Fue así como una nueva época en la historia de los superconductores nació dando paso a los superconductores de alta temperatura. Investigadores de todo el mundo empezaron a “crear” cerámicas de cualquier posible combinación para obtener superconductores de mayor temperatura. Actualmente, el récord mundial de temperatura para un superconductor de alta temperatura (conocidos como HTS: High Temperature Superconductor) es de 138°K, pero ello será tema para un artículo posterior.

Brian D. Josephson

Maliciosamente omití en la sección anterior al físico británico Brian David Josephson, nacido en 1940 en Cardiff (Glamorgan, Gales), que predijo a los 22 años que la corriente eléctrica podría fluir entre dos materiales superconductores. Antes de obtener su doctorado en 1964, Josephson se interesó en la superconductividad, y empezó a explorar las propiedades de una juntura entre dos superconductores, que sería conocida después como Unión Josephson.

Josephson demostró teóricamente en 1962 que en este tipo de unión los pares de Cooper (la asociación de dos electrones), que dan al superconductor su resistencia nula, son capaces de pasar de un lado a otro a través del aislante por efecto túnel (fenómeno mediante el cual los electrones, operando como onda, pueden penetrar sólidos; había sido estudiado anteriormente por los físicos Esaki y Giaever).

El efecto túnel entre dos superconductores podía tener características muy especiales, como por ejemplo el flujo de electrones a través de una capa aislante sin la aplicación de voltaje; al aplicar un voltaje, la corriente deja de fluir y oscila a gran frecuencia; se puede decir que el conjunto se comporta como si fuese un nuevo superconductor más grande a pesar de la resistencia del aislante. Éste es el efecto Josephson y es aplicado en instrumentos capaces de detectar campos magnéticos muy débiles .

Cuando Josephson propuso esta idea, era tan increíble que ni siquiera su director de tesis quiso ser coautor. El artículo fue enviado a una revista que por aquel entonces era nueva, con la esperanza que ante la necesidad de material publicaran casi cualquier cosa; el artículo se publicó y más tarde Josephson recibiría el premio Nobel de física en 1973, junto a Esaki y Giaever.
La experimentación confirmó el efecto, y su aplicación a su vez reforzó la anterior Teoría BCS. Aplicando los descubrimientos de Josephson con superconductores, los investigadores de IBM habían ensamblado para 1980 un computador experimental de velocidades de cálculo de 10 a 100 veces superior que aquellas logradas con los chips de silicio convencionales de la época.

La unión Josephson

Como mencioné en el párrafo anterior, el efecto Josephson puede emplearse en la detección de campos magnéticos muy débiles. De hace un tiempo se han venido empleando uniones Josephson para medir campos magnéticos con extrema precisión, circuitos electrónicos, puertas lógicas, amplificadores y células de memoria entre otras aplicaciones.

En el régimen clásico la unión Josephson se comporta como un inductor (bobina), pero hace un tiempo se predijo que también se puede comportar como una capacitancia (condensador) si la unión es lo suficientemente pequeña.

Ahora Per Delsing y un equipo de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia, e independientemente, Pertti Hakonen y sus colaboradores de la Universidad Tecnológica de Helsinki y del Instituto Landau de Física Teórica de Moscú han observado este comportamiento capacitivo por primera vez.

Uno de los problemas de diseño de un computador cuántico es que las múltiples superposiciones de estado, que permitirían la ejecución de innumerables operaciones simultáneamente, son tan frágiles que el intento de leerlas las destruye. Este comportamiento capacitivo podría usarse para medir, sin destruirlo, el estado cuántico de los qubits en un futuro computador cuántico. De hecho, Hakonen ha usado este modelo para leer el valor de un qubit sin alterar su valor.
Según Mika Sillanpaa, en un futuro la unión Josephson podría usarse para operaciones a gran escala en ordenadores cuánticos; y la inductancia y capacitancia de la unión Josephson juntas podrían permitir la construcción de nuevos tipos de dispositivos electrónicos tales como amplificadores paramétricos de bajo ruido.

Límites actuales al rendimiento de los computadores

El progreso en la tecnología computacional basada en semiconductores ha sido espectacular en las últimas décadas. Pero mientras las densidades en los circuitos se verán incrementadas en el futuro, será más difícil mejorar la velocidad de procesamiento, y, en particular, el rendimiento de los sistemas. Ocurre así porque el calor generado por la operación de los chips semiconductores de alto rendimiento ya es tan grande que no puede ser transferido directamente desde el chip al fluido refrigerante (por ejemplo el aire, en un sistema de escritorio o un portátil).
El chip debe en cambio unirse a disipadores de calor para incrementar la interfase sólido—líquido (usualmente una placa en contacto con aire impulsado por un ventilador en los computadores actuales) y prevenir las fugas termales con temperaturas excesivas en el chip. Sin embargo los disipadores de calor son, por necesidad, voluminosos, y no permiten empaquetamientos densos en el chip.

Puesto que las señales eléctricas viajan a velocidad finita – de hecho, no más de 1.5 cm en 100 ps en líneas de transmisión – es evidente que las conexiones deben mantenerse pequeñas de forma que los retrasos de las señales dentro del chip y a través del circuito no disminuyan la alta velocidad de procesamiento del computador.

Puede decirse que mejoras en la velocidad de procesamiento bajo los 100 ps son inconsecuentes para sistemas computacionales de alto rendimiento, a menos que el enfriamiento y el empaquetamiento del chip pueda revolucionarse de forma similar. La unión Josephson, con su baja disipación de potencia y alta velocidad de procesamiento inherente, provee la respuesta a ambos problemas.

Potencial del efecto Josephson

El potencial de los hipotéticos computadores cuánticos basados en esta nueva tecnología desafía la imaginación: velocidades de cálculo más de diez veces superior a la velocidad actual de los computadores más rápidos de hoy día, con lógica miniaturizada que disipa menos de una milésima de la potencia de los actuales dispositivos basados en semiconductores VLSI (Very Large Scale Integration, integración a muy alta escala).

Dos atributos de los computadores cuánticos basados en el efecto Josephson tienen la clave de este gran potencial: velocidad de cálculo de 10 ps o menos y disipación de potencia para cada elemento medido en uW. Características impresionantes como estas no se consiguen fácilmente. Para alcanzar la superconductividad, los dispositivos Josephson deben enfriarse a 4ºK por inmersión en helio líquido. La física de estos dispositivos involucra una mezcla de mecánica cuántica, electromagnetismo y teoría de superconductores.

Gracias a su baja disipación de potencia, las uniones Josephson eliminan la necesidad de elaborar disipadores de calor, requeridos por los actuales chips semiconductores de alto rendimiento. Sin disipadores de calor, un empaquetamiento (integración) más denso puede ser logrado, resultando en una reducción tanto del tamaño general del computador como del retraso de la señal entre los chips.

La refrigeración directa de los dispositivos Josephson por inmersión en helio líquido, a pesar de requerir una ingeniería cuidadosa, es enteramente factible hoy en día: los criostatos de helio ya están actualmente en uso para una variedad de aplicaciones.

Pros y contras de la baja temperatura

Puesto que los dispositivos Josephson operan a sólo unos pocos grados sobre el cero absoluto, deben sumergirse en helio liquido. Hirviendo a presión atmosférica, el helio liquido mantiene una temperatura de 4.2ºK. La baja temperatura es a la vez beneficiosa y dañina.

Un aspecto beneficioso es que cables superconductores pueden ser usados muy delgados, lo que ayuda al proceso LSI. Otro beneficio de las temperaturas muy bajas es que el ruido (distorsión de las señales) a causa de la energía termal es aproximadamente 90 veces menor a 4ºK que a 350ºK, donde los dispositivos semiconductores usualmente operan.

Reacciones químicas y físicas tales como difusión, corrosión y electromigración están también virtualmente detenidas a 4ºK. Éstos y otros factores ofrecen el potencial para una operación ultraconfiable, a condición de que, por supuesto, no se presenten nuevos tipos de falla producidos por el ambiente de baja temperatura, tales como expansión termal: un potencial problema que puede resolverse eligiendo los materiales adecuados.

Por otra parte, la necesidad de ambientes de baja temperatura supone un costo agregado de mantenimiento por el criostato y los refrigeradores de helio liquido, además de los inconvenientes de mantener y dar servicio a computadores en un ambiente criogénico.

Volando sin red

Cuando la actual tecnología de superconductores de alta temperatura sea superada, requiriendo de temperaturas de 165-170ºK para operar (puede sonar mucho, pero no es menos que la temperatura de un congelador doméstico) podremos ver desarrollos que hoy son materia de ciencia ficción.

Podrá haber computadores lo suficientemente rápidos para albergar inteligencias artificiales que puedan interpretar simultáneamente o que puedan ejecutar software de interpretación de modo que reemplacen a las actuales secretarias, mucho más eficientes y menos adictas a conversar por teléfono.

Estos computadores podrán tener la suficiente capacidad de cálculo de modo de poder mantener proyecciones actualizadas al minuto de la economía mundial, y de todos los posibles escenarios dependiendo del movimiento de los índices económicos, así como proporcionar un análisis estadístico minucioso de las diferentes tendencias en el comercio mundial.

Tal vez podrá realizarse el proyecto del túnel submarino Nueva York – Londres, previamente simulado informáticamente para lograr el mejor diseño. Si alguna vez se ejecuta el proyecto de la pirámide de la bahía de Tokio, probablemente en su proyección se encontrará involucrado un computador cuántico.

Probablemente cuando los primeros computadores cuánticos entren en operación de forma confiable serán parecidos a UNIVAC, que ocupaba una gran habitación herméticamente sellada y que operaba a una temperatura constante de 50ºC: verdaderos mastodontes a los que el acceso estaba restringido a personas del mundo académico y militar. Nadie pensaba en esos años que muchas veces la capacidad de UNIVAC hoy podía encontrarse en algo tan diminuto como un reproductor de mp3, sumergido en las profundidades de un bolsillo o una cartera.

Tal vez un par de siglos después de la masificación de la computación cuántica, con superconductores a temperatura ambiente baratos y confiables, la humanidad será tan tecnodependiente que tal vez las decisiones importantes serán dejadas a cargo de un computador, que decidirá el rumbo de los países y de los proyectos científicos. La prensa escrita será de autoría de alguna IA, y la administración de pequeñas empresas y estados estará en manos de algún computador cuántico corporativo.

Si soñar no cuesta nada, probablemente todos llevaremos un computador cuántico en un implante que se dedique a grabar en forma permanente nuestro entorno, conectarse inalámbricamente a una base de datos, ordenar una pizza, interpretar simultáneamente cuando estemos visitando un país de lengua desconocida, dar aviso en caso de emergencia, recordar las citas y las fechas importantes, todo ello energizado por la temperatura corporal o por un generador hemodinámico.

Lo cierto es que cada vez que nuestra tecnología informática da un salto hacia delante, también el desarrollo da un gran paso; esperamos que la capacidad que proporcionen los computadores cuánticos sea empleada no para planear la obliteración del algún difuso y probablemente inexistente Eje del Mal, sino para el desarrollo de curas para enfermedades que hoy no son curables, para la recuperación del medio ambiente y la exploración de nuevos lugares.

Para normal

Que Burroughs haya alcanzado una edad tan avanzada es un homenaje a los poderes regeneradores de una vida intensa, vivida de punta a punta. Mas de medio siglo de consume Intensivo de drogas no logro apagar su espíritu notablemente lucido ni su humor filoso y helado. La última vez que lo vi en Londres, hace algunos anos, estaba encorvado y se cansaba muy rápido, pero no era muy diferente del personaje ya legendario al que conocí por primera vez a principios de los 60 en su departamento de Duke Street en St. James.

La revista Esquire me había pedido que escribiera un retrato suyo, pero Burroughs, aunque me recibió con mucha cortesía, –era muy desconfiado. Ya estaba obsesionado por el funesto poder de los imperios mediáticos. Mientras su joven amiguito, que tenia tatuado «love” y «hate” en las articulaciones de los dedos, cortaba un polio al homo, Burroughs describía la manera mas eficaz de acuchillar a un hombre y matarlo. Y todo esto con un ojo puesto sobre las puertas y las ventanas. “La CIA me vigila, Estacionan su camioneta de la tintorería enfrente de mi casa”, me confió. No creo que se burlara de mí. Su imaginación estaba repleta de cosas extrañas salidas de series del tipo «Increíble pero real», de novelas policiales pulp y, en lo que concierne a las camionetas de tintorería, de películas de espionaje hollywoodenses de los anos de la Guerra Fría. Cuando Burroughs hablaba del complot de la revista Times para conquistar el mundo, lo hacia con seriedad. Rechace la misión de Esquire, porque entendí que nada de lo que escribía podría hacer justicia, incluso de lejos, a la imaginación increíblemente paranoica de Burroughs. Cambió poco con el tiempo, y en verdad no lo necesitaba –su extraño genio era el espejo perfecto de su época, e hizo de el escritor más importante y original de la posguerra. Ahora no nos quedan mas que los novelistas de carrera.

© The Guardian, 4 de agosto de 1997

El sobreviviente

Lo vimos por última vez en el reciente video de U2. Elegante a pesar de su edad y de su paso de anciano, con su eterno sombrero y sus anteojos negros estilo Al Capone, fiel hasta el fin en su fascinación por el mundo del crimen. El 2 de agosto, a la edad de 83 años, murió William Seward Burroughs. Al hígado reventado de Kerouac, al corazón exhausto de Allen Ginsberg, se agrega ahora el de Burroughs, completando la desaparición de las principales figuras de la Beat Generation. Durante los últimos veinte anos, vimos a Burroughs pasear su frágil silueta de icono rockero por el backstage, on stage o in the studio, junto a Lou Reed, Bowie, Laurie Anderson, Disposable Heroes Of Hiphoprisy, Kurt Cobain. Su extensa obra esta repleta de intuiciones geniales acerca del mundo contemporáneo. Una y otra vez, podemos leer en ella: el virus más peligroso para el hombre es la palabra. Varias generaciones de escritores, músicos y cineastas aprendieron de Burroughs como manipularla y triturarla, con las tijeras y pinzas del cut-up, su famoso método de collage. Porque si el lenguaje es un virus, el universo alucinado de la obra de Burroughs no deja de servirnos de antidote. Androginia antes que homosexualidad, biopolítica y experiencias límite antes que drogas, virus mortal, deseo mortífero de velocidad que lleva a sus personajes a gozar muriendo. Y, sobre todo, el control informático del Estado: Burroughs murió pero sigue sonando, y nosotros somos sus pesadillas.

¿Cuando y por que empezó a escribir?

Empecé a escribir alrededor de 1950; tenía entonces treinta y cinco años; aparentemente no hubo ninguna motivación fuerte. Simplemente intentaba poner por escrito, en un estilo más o menos directo, periodístico, algo sobre mis experiencias con la adicción y los adictos. No tenía otra cosa que hacer. Escribir me daba algo que hacer cada día.

¿Por que empezó a consumir drogas?

Bien, simplemente, estaba aburrido. Aparentemente no tenia mucho interés en convertirme en un exitoso ejecutivo publicitario ni en ninguna otra cosa, ni en vivir la clase de vida que Harvard diseña para uno. Después de que me convertí en adicto en Nueva York, en 1944, las cosas empezaron a ocurrir. Me metí en algunos problemas con la ley, me case, me mude a Nueva Orleans y después me fui a México. Creo que las drogas son interesantes especialmente como medio químico de alterar el metabolismo y alterar por lo tanto aquello que llamamos la realidad, que yo definirla como un esquema de observacion mas o menos constante.

¿Las visiones de las drogas y las visiones del arte no se mezclan?

Nunca. Los alucinógenos producen una serie de estados visionarios, pero la morfina y sus derivados disminuyen la conciencia de los procesos interiores, del pensamiento y las emociones. Matan el dolor, pura y simplemente. Están absolutamente contraindicados para cualquier trabajo creativo, e incluyo en las contraindicaciones el alcohol, la morfina, los barbitúricos, los sedantes…

¿Usted considera que la adicción es una enfermedad pero también un drama humano, de importancia central?

Absolutamente. Es tan simple como la manera en que alguien llega a convertirse en un alcohólico. Se empieza a beber, eso es todo. Le gusta, bebe, y después alguien se convierte en alcohólico. Estuve expuesto a la heroína en nueva York… es decir, andaba por allí con gente que la consumía; yo la ingerí, los efectos fueron placenteros. Seguí consumiéndola y me convertí en un adicto. La idea de que la adicción es de algún modo una enfermedad psicológica es, creo yo, totalmente ridícula. Es tan psicológica como la malaria. Es todo cuestión de exponerse. También hay formas espirituales de adicción. Cualquier cosa que pueda hacerse químicamente puede hacerse de otras maneras, es decir, si es que tenemos suficientes conocimientos de los procesos involucrados. Muchos policías y agentes de narcóticos son precisamente adictos al poder, a ejercer una cierta clase de poder perverso sobre personas indefensas. Droga limpia, la llamo yo… rectitud; ellos son rectos, y si perdieran ese poder, sufrirían tremendos síntomas de abstinencia. Los narcóticos, entonces, perturban la percepción normal… Y provocan, en cambio, un arbitrario deseo de imágenes. Si las drogas no estuvieran prohibidas en los Estados Unidos, serian el perfecto vicio de la clase media. Los adictos cumplirían con su trabajo y después volverían a casa para consumir la enorme dosis de imágenes que los espera en los medios de comunicación de masas. A los yonquis les encanta ver televisión o leer un periódico o una revista. Billie Holliday dijo que supo que estaba dejando las drogas cuando dejo de gustarle ver televisión.

Usted parece estar primordialmente interesado en puentear la estructura consciente, racional, hacia la que la mayoría de los escritores dirigen sus esfuerzos.

No sé nada con respecto al sitio hacia el que la ficción se dirige habitualmente, pero yo me dirijo, de manera bastante deliberada, hacia el área que denominamos sueños. ¿Qué es precisamente un sueño? Una cierta yuxtaposición de palabra e imagen. Recientemente he hecho muchos experimentos con los álbumes de recortes. Leo en los periódicos algo que tal vez me recuerda algo que he escrito, o que tiene alguna relación con eso. Recorto la foto o el artículo y lo pego en el álbum junto a las palabras de mi libro. O puedo estar caminando por la calle y de repente veo una escena de mi libro, y la fotografío y la pongo en mi álbum. En otras palabras, he estado muy interesado en la precisa manera en que la palabra y la imagen se relacionan, de manera asociativa extremadamente compleja. Los álbumes de recortes son ejercicios para expandir la conciencia, para enseñarme a pensar en bloques asociativos en vez de en palabras. Las palabras, al menos tal como las usamos, pueden interponerse en el camino de lo que yo llamo experiencia no-corporal. Ya es hora de que pensemos en dejar atrás el cuerpo.

¿Por qué es deseable ese estado sin palabras?

Creo que es una tendencia evolutiva. Creo que las palabras son una manera de hacer las cosas con rodeos, como si avanzáramos en un carro tirado por bueyes, que son instrumentos torpes que finalmente serán dejados de lado, probablemente mas pronto de lo que creemos. Es algo que ocurrirá en la era espacial. Casi todos los escritores serios se niegan a abrirse a las cosas que está haciendo la tecnología. Yo nunca he podido entender esa clase de temor, esa especie de reverenda supersticiosa por la palabra. Dios mío, dicen, no se puede recortar así las palabras. ¿Por qué no puedo?

¿Qué ofrece al lector la tecnica del cut-up que no le ofrezca la narrativa convencional?

Cualquier fragmento narrativa o cualquier fragmento, digamos, de imágenes poéticas, esta sujeto a cierto número de variaciones, todas las cuales pueden ser interesantes y validas por derecho propio. Una pagina de Rimbaud recortada y reacomodada ofrecerá imágenes bastante nuevas. Imágenes de Rimbaud –verdaderas imágenes de Rimbaud–, pero nuevas. Los cut-up establecen nuevas conexiones entre imágenes, y en consecuencia el espectro de visión de uno se expande.

¿Cree que el público puede eventualmente ser entrenado para responder a los cut-up?

Por supuesto, porque los recortes hacen explícito un proceso psicosensorial que de todos modos funciona todo el tiempo. Alguien esta leyendo un periódico, y sus ojos siguen la columna del modo lógico adecuado, una idea por vez, una oración por vez. Pero subliminalmente esta leyendo las columnas de ambos costados y es consciente de la persona que esta sentada a su lado. Eso es un cut-up. Yo estaba sentado en una cafetería de Nueva York, tomando un café. Pensaba que allí, uno se siente verdaderamente encajonado, como si viviera dentro de una serie de cajas. Miré por la ventana y había un gran camión de Yale… Eso es un cut-up, una yuxtaposicion de lo que ocurre afuera y de lo que uno esta pensando. La mayoría de la gente no ve lo que ocurre a su alrededor. Ese es mi principal mensaje para los escritores: por amor de Dios, tengan los ojos abiertos. Adviertan lo que ocurre alrededor.

Usted considera que hay esperanzas para la raza humana, pero al mismo tiempo esta alarmado porque los instrumentos de control se vuelven cada vez mas sofisticados.

La gente que trabaja con encefalogramas y con ondas cerebrales señala que algún día será posible instalar, en el momento del nacimiento, una antena de radio en el cerebro, que controle el pensamiento, los sentimientos y la percepción sensorial. En realidad, que no solo controle el pensamiento sino que haga imposibles ciertos pensamientos. Pero al mismo tiempo que los instrumentos de control se hacen mas sofisticados, también se vuelven más vulherabies. Time, Life, Fortune aplican un sistema de control mas complejo y efectivo que el del calendario maya –que postulaba como debía sentirse todo el mundo en un determinado momento–, pero también es mucho mas vulnerable, por ser tan enorme y mecanizado. Es posible redirigir una maquina. Un sargento técnico puede arruinar toda la maquinaria. Nadie puede controlar la operación completa. Viene el capitán y dice: “Bien, muchachos, en marcha”. Ahora bien, ¿quién sabe que botones hay que apretar? ¿Quién sabe como mandar para arriba las cajas de Spam, al sitio al que van, y como llenar los formularios? El sargento lo sabe. El capitán no lo sabe. Mientras haya sargentos, la maquinaria puede desmantelarse, y todavía podemos salir con vida de todo esto.

Mary McCarthy lo ha caracterizado como un utopista amargo. ¿Es correcta la definición?

Definitivamente pretendo que lo que digo sea tornado literalmente, si, para que la gente sea consciente de la verdadera criminalidad de nuestra época, para que puedan distinguir las marcas. Toda mi obra esta dirigida en contra de aquellos que, por estupidez o conscientemente, están abocados a hacer estallar el planeta o a hacerlo inhabitable. Como la gente de la publicidad, estoy preocupado por la precisa manipulación de palabra e imagen para crear una acción, no para salir a comprar una Coca Cola, sino para crear una alteración de la conciencia del lector. Sabe, me han preguntado si de estar en una isla desierta sabiendo que nadie vería nunca lo que yo pudiera escribir, lo mismo seguiría escribiendo. Mi respuesta es un enfático sí. Seguiría escribiendo para tener compañía. Porque estoy creando un mundo imaginario –siempre es imaginario– en el que me gustaría vivir.

El sobreviviente

Entrevista: Conrad Knickerbocker

The Paris Review

Foto Renaud Monfourny

Confesiones de escritores – Narradores 2 (El Ateneo). Traducción de Mirta Rosenberg, 263 páginas.

Un maullido para Burroughs

En estos días, los periodistas informaron sobre la muerte de William Burroughs, anunciando que desaparecía el último beatnik. Como de costumbre tenían el naipe con varios ases menos, y jugaron una carta muy desprolija. Es cierto que la profiláctica muerte se ha llevado ya a muchos de los genios beat o a los vinculados al movimiento (Kerouac, Ginsberg, el cineasta Cassavetes), pero queda tanto paño por cortar que no más el año pasado el Whitney Museum de Nueva York organizó una exposición acerca de como la cultura beat había influido en la nueva América. Entre cientos de nota­bles sobrevivientes están el poeta Ferlinghetti, Gregory Corso, y colegas negros como Leroy Jones. La obra maestra de Burroughs es El almuerzo desnudo, cuya reducción fílmica pudo ver­se el año pasado esporádicamente en Santiago. La novela fue publicada en París, el año 1959, y en Nueva York en 1962, hazaña que provocó la ruina de su edi­tor Barney Rosset, quien debió vender todos sus bienes para pagar la defensa legal del libro perseguido con el cargo de obscenidad. En verdad, el grueso del capital ya se le había ido antes pagando a los abogados de Henry Miller, su otro autor conflictivo.

El almuerzo desnudo se basa en las notas que el novelista tomó durante una fase de profunda adicción a las drogas. El narrador, en primera per­sona, se llama William Lee, y es un especie de máquina registradora de una marejada de fantasías surrealistas, nutridas de pesadillas y deshilvanadas sin la menor ambición de constituir un argumento. Con todo, una y otra vez da cuenta expresiva de su alienación e impreca al autoritarismo. La fama de este carnaval de alucinaciones le robó visibilidad a otras novelas de Burroughs, las que combinan enérgicamente imperfección con genialidad. Entre ellas, mis favoritas son Nova express, una sátira a la vida moderna a través de las aventuras de unos gángsters interplanetarios, y Los chioos salvajes, una ficción sobre revolucionarios homosexuales.

La mayor parte de la obra de Burroughs no ha sido traducida al español, ya sea por lo sórdido de su lírica procaz como por lo arduo que resulta verter su inglés espasmódico al español Con todo, la edición que existe en Anagrama de El almuerzo desnudo, aunque salerosa, retiene la feroz vitalidad del origi­nal y uno puede ver con nitidez en que sentido esta obra cumple con el itinerario beat: liberación de prejuicios y tabúes, rebelión contra la censura, oposición a la maquinaria de la industria militarista, presencia de otra espiritualidad como una corriente margi­nal de la tendencia dominante, desprecio de la sociedad comercial, y sobre todo, santificación del camino como sentido de la vida, tal cual se ve en este dialogo escrito por Kerouac:

–Tenemos que partir y no parar hasta que lleguemos.

–¿A dónde vamos, compadre? –No sé, pero tenemos que ir hacia allá.

Hay que decir que la citada novela nutre sus horrores de la imaginación drogadicta, pero no es una santificación de la droga. El autor logró salvarse e iniciar su recuperación justo cuando “ha­cia un año que no me bañaba ni me cambiaba de ropa, ni me la quitaba mas que para meterme una aguja cada hora en aquella carne fibrosa, como madera gris, de la adicción terminal.” exxDe allí que en la introducción, Burroughs embiste a los traficantes pidiendo a sus angélicos lectores que se libren de ellos y que miren bien, muy bien, el camino de la droga antes de recorrerlo y liarse con malas compañías. Culmina: “Te lo dice uno que sabe.”

Pocos llegaron a enterarse de que en el último tiempo, largo, flaco y librado de la adicción tras un tratamiento con apomorfina, el autor nacido en Saint Louis se fue a vivir a Kansas en compañía de varios gatos, pero hechizado básicamente por dos: Fletch y Ruski. Con ternura, ingeniosa observación y suave prosa de anciano, da cuenta de la vida de estos felinos que lo acompañaron hasta su final en The Cat Inside (Viking).

Traduzco uno de mis fragmentos favoritos, acerca de un arisco minino gris que codiciaba ser habitante de su casa: “Al extremo del porche estaba el gato gris y a su lado un enorme gato blanco al que no había visto antes. Entonces, el animal blanco avanzó hacia mí, y se frotó contra la mesa, lenta, cautelosa-mente. Finalmente se enroscó en mis pies, ronroneando. Claramente el gato gris me lo había mandado para que le hiciera el primer contacto.” exxQuerido maestro: permítame este últi­mo maullido con mucho cariño.

Antonio Skármeta Show Cultural, Revista Caras nº 245, 14 de septiembre de 1997.

Irrupciones en la cámara gris

Por Alfredo Hauchecorne*Cuando llegué a Nueva York a fines de los años 1970’s la actividad cultural del bajo Manhattan era casi nula debido principalmente a los drug-dealers. El barrio estaba prácticamente abandonado pero aún así contaba con uno de los centros poéticos más importantes de Nueva York, el Nuyorican Poets Café del escritor puertorriqueño Miguel Algarín.

Algarín fue uno de los precursores de un movimiento literario en el Nueva York de los 70 cuyas características principales eran, por una parte, dar voz a la gran comunidad puertorriqueña residente en los Estados Unidos y por la otra, mezclar el inglés y el español para reflejar las singularidades de una comunidad que hablaba español en su casa e inglés en la calle. Este movimiento de los llamados Nuyorican writers, compuesto sobre todo de poetas y dramaturgos, tuvo su gran momento gracias al estreno de varias obras teatrales en el Public Theater de Joseph Papp, particularmente Short Eyes, de Miguel Piñero. El éxito de esta obra de teatro fue la clave del fichaje de Piñero en Hollywood, donde lo llamaron para que escribiera el guión para uno de los episodios de Kojak. Piñero le pidió a Algarín que fuera con él porque nunca había volado (él sólo salía de Nueva York para ir a la cárcel.) El día que llegaron les dieron unos guiones para corregir que eran malísimos y en menos de media hora los dos escritores puertorriqueños se inventaron un diálogo tremendo y Telly Savalas se lo memorizó y le gustó tanto que desde ese día los pusieron en la nómina. Piñero y Algarín se quedaban despiertos noches enteras inventando capítulos para series como Kojak y Baretta; se bebían una botella de ron y lo que salía era un tiroteo tras otro, pero la acción siempre reflejaba el dilema entre la moral y la ley y las circunstancias sociales de la vida del delincuente que lo impelían a delinquir. Eran guiones que no tenían nada que ver con las típicas series de televisión, en las que por primera vez en Estados Unidos salían latinos en la pantalla y se reflejaba algo de la vida de barrio. A parte de este éxito comercial, que sirvió para abrir por primera vez las puertas de la televisión en Estados Unidos a muchos latinos, este grupo de escritores comenzó a experimentar con una literatura bilingüe y con el uso del spanglish como forma de reflejar la realidad de una población latina que se desenvolvía en un medio anglosajón.

Esta innovación literaria provocó en un principio críticas furibundas de los puristas del idioma, que no se daban cuenta que estos escritos no eran más que un fiel reflejo de una realidad neoyorquina particular. Algarín, que para entonces había obtenido un doctorado en literatura, fundó poco después de esto el Nuyorican Poets Café (Algarín sigue hasta el día de hoy presentando justas poéticas y obras multiculturales representativas del Lower East Side o Loisaida, como se hispaniza el nombre de este tradicional barrio de inmigrantes de Manhattan.) Un libro editado por él sobre la poesía en dicho centro, Aloud: Voices from the Nuyorican Poets Café, ganó el prestigioso American Book Award de 1994, nada menos que el tercero de estos premios para Algarín pero en realidad no es de Miguel Algarín de quien pretendía hablar sino de William Burroughs.

Conocí a William Burroughs gracias a Algarín quien a su vez lo había conocido por intermedio de Allen Ginzberg. Por esa época Ginzberg, Gregory Corso y Lawrence Ferlinghetti iban al Nuyorican Poets Café a leer sus creaciones y Burroughs se dejaba caer los fines de semana con los últimos capítulos de su novela que leía a los obreros puertorriqueños que venían a beberse un vaso de vino o de cerveza por 50 centavos. Estos obreros boricuas escuchaban ensimismados a ese anglosajón que no tenía vínculo alguno con la experiencia latina. Pero la profundidad con que él veía la vida y la forma en que leía con esa voz nasal inconfundible, penetraba en las mentes de esa gente que siempre celebraba sus ocurrencias. Es increíble, pero ese viejo antipático, burgués, blanco, anglosajón hacía reír a todos los boricuas a carcajadas: a trabajadores de fábrica que no tenían referencia literaria alguna. De acuerdo a Algarín el puertorriqueño era capaz de sentarse y disfrutar con la prosa difícil y ácida de Burroughs debido a la tradición de los tabaqueros de comienzos de siglo, cuyo gremio socialista estableció lectores que leían literatura y textos políticos a los trabajadores mientras liaban el tabaco. Las apariciones de Ginzberg en el Nuyorican Poets Café por otro lado eran una mezcla de literatura con placer. Los poemas de Ginzberg tenían una temática homosexual muy fuerte lo que chocaba mucho al puertorriqueño, que es muy machista. Pero era interesante porque la razón de ser del Nuyorican Poets Café era permitir la libre expresión de ideas y sentimientos, sin ningún tipo de coacción, en el Nuyorican participé de varios poetry slams en los que autores y público podían competir y juzgar la poesía y la interpretación, en un ambiente colectivo. El resultado era una cosa totalmente natural, la gente venía al café sin esperar nada y de pronto se veían envueltos en cinco horas de poesía, pero me estoy desviando del tema: mi primer encuentro con el tío Bill.

1977, a pocas semanas de conocer a Miguel Algarín, éste me encargó retratar a William Burroughs para un artículo. El lugar de reunión: El Bunker, una enorme bodega en de concreto blanco y sin ventanas el sur de Manhattan que el poeta John Giorno había convertido en un loft y al que se accedía sorteando no pocos clochards tumbados a la entrada. El mobiliario era de lo más sucinto, algunas sillas, un escritorio metálico de segunda y una vieja Underwood sobre la que Burroughs escribía todos los días de cara contra la pared. ¿Por qué vivía Bill en ese barrio sórdido?, pues porque andaba corto de dinero. Durante mucho tiempo su familia le había enviado 200 dólares por mes y lo que en Tánger era más que suficiente en Nueva York no le alcanzaba. Sus libros no se vendían muy bien y Burroughs debía hacer lecturas públicas para ganarse la vida. Así dio giras como un cantante pop por los Estados Unidos, Europa, Roma, Zurich, Berlín… Recuerdo una lectura verdaderamente magistral de sus escritos a la que tuve la oportunidad de asistir en octubre de 1981 en el Palace de París (en dicha ocasión Bill amplificó su voz cuánto quería con la ayuda de un pedal wa-wa), pero volvamos a 1977.

De William Seward Burroughs yo no sabía gran cosa en aquel entonces fuera de las superficiales; que era homosexual, que era drogadicto y que había asesinado a su esposa. Luego de la breve sesión fotográfica Algarín se enfrascó junto a un tal James Grauerholz y el biógrafo Victor Brockis en la revisión de un sinnúmero de hojas desordenadas. Me aprestaba a retirarme cuando el delgado y elegante escritor (a quien todos llamaban Bill) me invitó a tomar unas copas.

–¿Eres mexicano? –me preguntó Bill, con una voz que parecía provenir desde una vieja vitrola. Asentí para no entrar en explicaciones.–Yo diría que eres francés –aventuró.

-Mi abuelos paternos eran franceses –le dije–. ¿Usted vivió en Ciudad de México, verdad?

–Residí en ciudad de México entre 1948 y 1950 –explicó Bill–. Mis vecinos mexicanos de clase-media sospechaban que yo era un drogadicto y los niños me gritaban en la calle: “Vicioso”. Vivíamos en una casa de dos pisos detrás de Sears Roebuck. Yo estaba estudiando en la Universidad la historia y el lenguaje de los Mayas y Aztecas. Los universitarios solían reunirse en el bar El Botín, en ese bar le disparé a un ratón con una pistola calibre 22. ¿Te gustan los deportes?

–No realmente –le dije–. ¿Y a usted, le gustan?

–Nah –respondió–. A mí tampoco me agradan los deportes, aunque debo admitir que me gustan las pistolas. En México siempre andaba armado pero aquí es contra la ley, tengo, sin embargo, algunos artefactos interesantes… Bill se levantó de su silla y se encaminó hacia lo que parecía ser un baúl, lo abrió y extrajo un cuchillo y un rifle de aire comprimido que puso en mis manos, junto a un dardo de acero.

–Chris Stein me regaló esto –dijo Bill (aludiendo al guitarrista del grupo Blondie) y comenzó a asestar puñaladas al aire como si estuviera batallando contra bestias incorpóreas.

Mientras Bill ejecutaba su danza cargué el dardo en el rifle. En ese momento una cucaracha grande como un ratón asomó sus antenas del baúl abierto, se descolgó del borde y comenzó a alejarse rápidamente.

–¡Dispara! –gritó Bill levantando la espada sobre su cabeza–. ¡Dispara! Apunté al insecto, jale el gatillo y le erré como por dos metros. El escritor bajó su espada como un general derrotado y dando un par de zancadas alcanzó al bicho aplastándolo con el pie derecho.

–La idea era darle al jodido insecto, no a la muralla –musitó Bill retornando a su silla y dejando el cuchillo sobre la mesa–. Bueno, supongo que se necesita algo de práctica para darle a un objetivo en movimiento. Sobre todo a una presa tan pequeña.

–Sí, necesito practicar nunca había tenido un rifle entre mis manos –dije apoyando el arma contra el muro.

–¿Ni siquiera uno de aire comprimido? –preguntó Bill estupefacto.

–No, ni siquiera uno de estos.

–Pero debes haber jugado con armas de juguete cuando niño.

–Sí, claro, pero es distinto, con esas no puedes matar.

–Sí, es cierto, con esas no se puede matar. ¡Qué lastima!

–¿Ha matado a alguien? –pregunté casi al mismo tiempo que recordaba el absurdo incidente que lo había llevado a asesinar a su esposa en México.

–Yo también he tenido algunos disparos desacertados –respondió Bill con una especie de tristeza atérmica–. Insectos he matado muchos, fui exterminador ¿sabes?, exterminador de insectos. Debo haber eliminado unos cuantos miles de esas alimañas pero la verdad es que cualquier intento de erradicarlos de la faz de la tierra es inútil, podemos matar insectos individualmente, como las arañas; pero no podemos substraernos del continuum insectoide. ¿Crees que la forma de vida dominante en el planeta somos nosotros? Te equivocas, no somos más que unos recién llegados, ¿sabes cuanto tiempo separa a nuestros linajes?, nada menos que 600 millones de años.

–Mi abuela Geraldine tenía un insectario, coleccionaba insectos.

–Esa, mi joven amigo, es una afición que no muchos comparten.

–Las mariposas son bellas.

–Una excepción, tan solo una excepción –dijo Bill mientras observaba los reflejos en la hoja del cuchillo– a la mayoría de la gente no le agrada compartir su hábitat con cucarachas, pulgas o moscas. La forma en que los insectos se reproducen y alimentan, esas dos funciones biológicas tan cruciales para los seres vivos, son radicalmente distintas a las de nosotros. No podemos leer las expresiones de los insectos, no sabemos que piensan, ni siquiera sabemos si piensan del todo, como dice Wills los insectos son inexpresivos por naturaleza, ya que usan sus esqueletos afuera. Puedo sentir empatía por un león devorando una presa por ejemplo ya que al menos parece disfrutarlo pero cuando la mantis hembra arranca la cabeza de su cónyuge para gatillar el reflejo copulatorio lo hace con una ausencia total de amor, odio, o cualquier otra emoción con la cual pudiéramos remotamente relacionarnos. Un ebrio le toma una foto a un monstruo marino en algún lago brumoso o alguien filma a un simio escabulléndose entre los árboles y el mundo entero se maravilla de estas supuestas y prodigiosa criaturas. Yo me pregunto: ¿para que preocuparse por estos monstruos inexistentes cuando hay literalmente millones de organismos enigmáticos viviendo junto a nosotros, e incluso sobre nosotros, y hasta dentro de nuestro propio cuerpo? ¿A quien le importa el Yeti o el monstruo del lago Ness cuando tenemos criaturas que habitan en las raíces de nuestras pestañas como el Demidex Folliculurum o en nuestros intestinos como la Lombriz Solitaria?

–Cierto –murmuré–, muy cierto.

–¿Que crees que fue primero, el intestino o la lombriz solitaria? –inquirió Bill.

–No entiendo la pregunta –le contesté.

–No es una pregunta en realidad sino más bien un epigrama. Piensa esto: la interioridad significa intrusión y colonización. La identidad propia es finalmente un síntoma de la invasión parasitaria, la expresión de fuerzas que se originan desde fuera de nosotros, como el lenguaje por ejemplo. El lenguaje es un virus, el lenguaje es al cerebro lo que la lombriz solitaria es para el intestino o algo aún peor ya que es posible encontrar un espacio digestivo libre de parásitos pero nunca encontraremos un espacio mental incontaminado. Huellas de ADN alienígena se despliegan en nuestros cerebros de la misma forma que lombrices en nuestras entrañas. No sólo el lenguaje sino la totalidad de la conciencia humana es básicamente un mecanismo viral. El lenguaje es un mecanismo de reproducción cuyo propósito no es indicar o comunicar un contenido dado sino perpetuarse y replicarse a si mismo. El problema con la mayoría de las hipótesis comunicacionales es que ignoran estas funciones, presentado ingenuamente al lenguaje como un método para transmitir información. La verdad es esta: el lenguaje, como los virus o el capital, está completamente vacío y su aparente contenido es solo una parasitación de un significado contingente cuyo fin es la auto-valorización y auto-proliferación. Fuera del medio no hay otro mensaje.

–Si el lenguaje no puede entenderse entonces en función de contenido de información –argumenté– menos podrá entenderse sobre la base de su forma y estructura.

–Exacto –replicó Bill–, el lenguaje no representa al mundo: interviene el mundo, invade el mundo, se apropia del mundo. No es que el lenguaje no se refiera a nada real sino que el lenguaje mismo se ha vuelto más real que la realidad. Yo sostengo que el parasitismo y la simbiosis fueron las fuerzas conductoras de la evolución de la mente humana. El virus invasor del lenguaje y sus hospedadores evolucionaron gradualmente hacia una relación de dependencia mutua de forma tal que el otrora organismo invasor se convirtió gradualmente en parásito crónico, primero, más tarde en pareja simbiótica, y, finalmente, en una parte indispensable de la esencia del hospedador. Steinpiatz afirma que el virus de mutación biológica, denominado Virus B-23, se encuentra contenido en la palabra. Liberar este virus de la palabra podría ser más mortífero que liberar el poder del átomo porque todo odio, todo dolor, toda lujuria se encuentran contenidos en la palabra. Yo propongo la teoría de que un virus es una unidad muy pequeña de palabra e imagen y sugiero que esas unidades pueden activarse biológicamente para que actúen como tendencias comunicables del virus. Comencemos con tres magnetófonos en El jardín del Edén por ejemplo, el magnetófono 1 es Adán, el magnetófono 2 es Eva y el magnetófono 3 es Dios, que degeneró después de Hiroshima en el Feo Americano o bien; el magnetófono 1 es el mono macho en un indefenso frenesí sexual al tiempo que el virus le estrangula, el magnetófono 2 es el mono hembra arrulladora que se sienta encima de él a horcajadas y el magnetófono 3 es LA MUERTE. Hablando de magnetófonos, la reproducción en situación puede producir unos efectos muy curiosos, ¿sabes? La reproducción de las grabaciones de un accidente puede provocar otro accidente, cuando regresé a Londres en 1966 ya había descubierto esto, había acumulado una cantidad considerable de datos y desarrollado una tecnología. Estaba hospedándome en el Rushmore Hotel aquella época y llevé a cabo una serie de operaciones: grabaciones en la calle, inserto de otro material, reproducción en las calles, recuerdo que había insertado coches de bomberos y mientras que reproducía esta cinta en la calle pasaron coches de bomberos. Quien realice experimentos parecidos durante un período de tiempo descubrirá más “coincidencias” de las que permite la ley de los promedios. Uno de los casos más sorprendentes al respecto se refiere al Dr. Carl Jung y su igualmente renombrado maestro, el Dr, Sigmund Freud. En una discusión sobre parapsicología, en 1909, Freud y Jung perdieron los estribos. Precisamente entonces, oyeron un súbito sonido de explosión procedente de la biblioteca de Freud. Los dos quedaron sorprendidos, eso es un ejemplo de los llamados fenómenos catalíticos, dijo Jung. ¡Oh, vamos!, ¡eso es mierda de vaca!, exclamó Freud. Se equivoca Herr profesor, respondió Jung, y para demostrar mi punto de vista predigo que en un momento se producirá otro grave informe. Freud y Jung guardaron silencio y entonces: una segunda explosión. En 1972, el Dr. Robert Harvie, psicólogo de la Universidad de Londres leía en voz alta a un amigo este episodio cuando cayó ruidosamente una lámpara de la sala de Harvie al suelo. Y en 1973, una tal Margaret Green informó que mientras leía el mismo pasaje acerca de Freud y Jung en un tren, la ventana estalló repentinamente. Algunos científicos hablan de fuerza psiónica o bioplasma…

Se produjo un silencio ominoso, como si ambos esperáramos que estallara la botella o algo.

–¿Otro vaso de vodka? –preguntó Bill al cabo de unos minutos. La conversación se prolongó sólo un poco más ya que se me hacía tarde para una cita a cenar con mi novia francesa de aquel entonces. Antes de marcharme Bill me obsequió un pequeño y algo deteriorado libro de cubierta verde para subsanar el hecho que su escritura me fuera desconocida. Cuando me retiré del mítico Bunker, Algarín, Bockris y Grauerholz aún seguían de cabeza entre los manuscritos.El libro que Bill me había regalado era El Almuerzo Desnudo, en una edición de Grove Press de 1962. Hasta el día de hoy lo conservo.

Con respecto a la historia de este notable libro vale la pena recordar lo siguiente: Burroughs trabajó desde 1957 a 1959 en reunir los manuscritos para El Almuerzo Desnudo, lo que significó seleccionar y editar miles de páginas. Kerouac y Ginsberg ayudaron a Burroughs en Tangier en 1957 y Gysin y Sinclair Beiles de Olympia Press hicieron otro tanto en Paris en 1959. Una vez que Maurice Girodias de Olympia publicó El Almuerzo Desnudo en Francia en 1959, Grove Press comenzó los preparativos para su publicación en los Estados Unidos, concientes de los posibles problemas legales. El amante de Lady Chatterley, Aullido y Trópico de Cáncer eran objeto de censura judicial en aquel tiempo y el servicio de Aduana tenía órdenes de confiscar todas las copias del Almuerzo traídas de Francia. Luego que Grove publicara El Almuerzo Desnudo en 1962 tuvo que defender la novela contra la censura de los académicos, de la Oficina Postal de los Estados Unidos, del Departamento de Aduana, y de los gobiernos estatales y locales ante la corte de Boston, además de preparase para hacer lo mismo en Los Ángeles. El caso en Los Ángeles fue sobreseído en 1965 pero el juez de Boston determinó declarar El Almuerzo Desnudo obsceno. El caso fue apelado en la Corte Suprema de Massachussets y la decisión del juez de Boston fue revertida en 1966. El juicio de Boston marcó un precedente muy importante al ser el último gran juicio de censura de una obra literaria en los Estados Unidos. ¿Qué tal me pareció El Almuerzo Desnudo? Recuerdo que leí cinco o seis párrafos y de inmediato me di cuenta que estaba ante la obra del escritor más importante de lengua inglesa surgido tras la Segunda Guerra Mundial (ese juicio ha cambiado hasta el día de hoy y a pesar que mi propia escritura no sea muy semejante a la de Burroughs sí puedo afirmar que de no ser por él nunca me habría atrevido a escribir.) La nueva visión que presentaba El Almuerzo Desnudo era una forma experimental derivada de la pintura, la fotografía, el montaje cinematográfico y el Jazz (justamente las manifestaciones artísticas que principalmente me interesaban.) La técnica básica que Burroughs eligió emplear es la yuxtaposición, llamado collage o montage en las artes visuales. La estructura de El Almuerzo Desnudo es un montaje de “rutinas” que teóricamente pueden ser leídas en cualquier orden. Burroughs anuncia esta estructura en el “Prefacio atrofiado”cuando dice, Puedes meterte en El Almuerzo Desnudo en cualquier punto de intersección y La Palabra está dividida en unidades que juntas forman una pieza y así deben de ser tomadas, pero las piezas pueden ser consideradas en cualquier orden.

A fines de 1977 me trasladé a Francia pero seguí adquiriendo los libros de Bill y escribiéndole alguna carta de vez en cuando. No recuerdo como me enteré de su fallecimiento pero fue aquel mismo día, el 2 de abril de 1997. Habiéndosele siempre escatimado al chamán de las letras un lugar entre los ilustres maestros de la pluma el establishment literario del orbe prodigó sólo pálidos obituarios, una excepción a esto fueron las cálidas líneas que mi buen amigo Antonio Skármeta dedicó a Bill en su columna de la, algo superficial, revista Caras. Antonio me contó que estaba leyendo uno de los libros de Burroughs pocos días antes que este zarpara rumbo a las Tierras de Occidente. El libro era The Adding Machine y de acuerdo a Antonio justo se había detenido en un ensayo que llevaba por título Inmortalidad antes de conocer la noticia. Recuerdo que le comenté que a Bill le hubiera agradado la ironía.

©Alfredo Hauchecorne, 1998. Publicado originalmente en Revista del Fondo de Cultura Económica, México.

*Alfredo Hauchecorne recortó su perfil entre los escritores latinoamericanos durante fines de la década del ‘70 y principios de los ’80 con el pulso de obras de poesía como Mi otro yo tenebroso (1978), Amphisbaena (1979) y su aclamada novelas Crisálida (1982) y El sueño de la razón (1985) Estudió pintura en el Bellas Artes del D. F. Mexicano pero abandonó la carrera para dedicarse de lleno a la poesía, en 1976 se trasladó a Nueva York donde gracias a su trabajo como fotógrafo tomó contacto con artistas, poetas e intelectuales de la talla de Allen Ginzberg, William Burroughs y John Cage. A fines de 1977 Hauchecorne cambiaría Nueva York por Madrid donde publicaría el grueso de su obra y residiría hasta su regreso a Chile en 1989.

Grandes éxitos de un viejo indecente

Parece irónico que, poco antes de morir, Burroughs haya participado en el video Last night on Earth (Ultima noche en la Tierra), el reciente singlbe de U2. Pero su relación con la música siempre fue intensa. El año antepasado, Island Records lanzo Spare Ass Annie, una placa donde aparecía leyendo sus grandes éxitos, extractos de sus libros, sobre una porfiada base hip-hop que pusieron los Disposable Heroes of Hiphoprisy, el ultimo álbum de ellos antes de transformarse en Spearhead.

Hace un año Rhino –la compañía disquera de este estilo llamado spoken word (palabra hablada) volvió a la carga con la reedición de la colección Burroughs 65, simplemente titulada Call me Burroughs. Como ya es costumbre, la depravación, la decadencia, la adicción, lo subversivo y lo propiamente humano son los tópicos que Burroughs exaltaba con su monótono acento del Medio Oeste, vestido de una suerte de lógica perversa. Su estrecha relación con la cultura popular se prueba con que, a los 79 anos, haya accedido a grabar Just One Fix junto al líder de Ministry y The «Priest” they call him con Kurt Cobain; más aún tomando en cuenta que odiaba el rock ‘n roll.

En los límites de la ciudad de Lawrence, Kansas, se escondía este hombre ajeno, forastero a la vorágine del American Way y que terminó convirtiéndose en un gurú. Y ahora su figura se multiplicara por tres, quizás barriendo al mito de Jack Kerouac. Este William Burroughs es el padre de los beats, el abuelo del punk, el tipo al que qente como Allen Ginsberg o Jack Kerouac llamaban para pedirle un poco de inspiración. Y pese a todo el fenomenal avance de las comunicaciones, y por tanto la creación del monstruo del mass-media, Burroughs vivió sus últimos años siendo un alienado, una oveja neqra de las letras y el arte americano.

Volví a pensar en William Burroughs, por lo de su muerte, pero también por lo del reciente aniversario del suicidio de Kurt Cobain. El poeta guardaba un muy buen recuerdo deK urt: “un chico dulce, amable y educado”, lo describiría tiempo después. Al conocer y adentrarme más en el fenómeno Burroughs tiene mucho sentido el que Cobain haya tocado a su puerta, como quien va a pedir una taza de azúcar. Quería encontrarle significado a lo que a veces no lo tiene, saber como mantenerse vivo y lúcido a la vez, equilibrándose sobre la cuerda floja de su vida. El juicio final de Burroughs fue: Cobain no aprendió a vivir en soledad.

William Burroughs mató accidentalmente a Joan, su segunda esposa, de un disparo en un mortal juego de Guillermo Tell, pero con balas. Eso fue en México en 1953. Totalmente borracho. “He llegado a la horrenda conclusión de que nunca me hubiese convertido en un escritor sino fuese por la muerte de Joan –dijo alguna vez–, y me he dado cuenta en que grado este evento ha motivado e influenciado mi escribir… la muerte de Joan me trajo a este mundo con el espíritu maligno y me manipuló de tal forma que terminé en una lucha interna de por vida en la que no tengo otra opción que escribir.”

Lo que hizo de la vida de Burroughs algo muy extraño fue que a los 79 años de edad –vividos como un extranjero luego de sobrevivir a 20 anos de adicción a la heroína, de la muerte de su esposa. de haberse autoexiliado en Tánger, de ser homosexual en la era macho de John Wayne y de ser un escritor que se atrevió a hablar de pandillas de cerdos sicoticos– se haya convertido en lo que es ahora: un ídolo. Vimos a William en Drugstore Cowboy. En la adaptación de David Cronenberg de su novela El almuerzo desnudo, historia que escribió basándose en su propia vida. Y hace poco hasta la firma Nike ocupo su figura en spots de televisión y prensa.

Si miran con atención la carátula del inmortal Sgt Peppers lonely Hearts Club Band (The Beatles) puede que reconozcan el rostro lánguido de William Burroughs. Ese fue su primer paso a la inmortalidad. Estado en que se preservara perenne porque lo dijo John Lennon: Nadie te ama cuando estas viejo y gris/Todo el mundo te ama/cuando estas enterrado dos metros bajo tierra. Álbum: Walls and Bridges.

Alfredo Lewin Zona de contacto, número sin identificar del año 1997

The end is always near

Nombre: James Douglas Morrison
Alias: Jim, El Rey Lagarto
Grupo de filiación: The Doors
Nació en: Melbourne, Florida, EE.UU., el 8 de Diciembre de 1943
Falleció en: Paris, Francia, el 3 de julio de 1971

Nombre: William Seward Burroughs
Alias: Uncle Bill, William Lee, el Hombre Invisible
Grupo de filiación: Beatniks Nació en: St. Louis, Missouri, EE.UU., el 5 de febrero de 1914
Falleció: en Lawrence, Kansas, EE.UU., el 2 de agosto de 1997

Nombre: James Howlett
Alias: Wolverine, Logan, Arma-X, Patch
Grupos de filiación: X-Men, Alpha Flight, Fantastic Four, Clan Yashida, New Avengers, etc.
Nació en: Alberta, Canadá, a mediados del siglo XIX
Falleció en: un par de futuros alternos que no llegaron a ocurrir

De la anterior lista estoy seguro que mis potenciales lectores estarán familiarizados con al menos una de las personas citadas, porque he de hablar de personas y no de personajes ya que los tres son para mí igual de reales, ya que, cómo diría Miguel de Unamuno en Tres novelas ejemplares y un prólogo: ¿Cuál es la realidad íntima, la realidad real, la realidad eterna, la realidad poética o creativa de un hombre? Sea hombre de carne y hueso o sea de los que llamamos ficción, que es igual. Porque Don Quijote es tan real como Cervantes; Hamlet o Macbeth tanto como Shakespeare…

Es muy probable que de las tres prominentes figuras que he llamado a comparecer en mi escrito los dos James: Morrison y Howlett se disputen el cetro al más popular, de hecho tal vez no sería mala idea verlos enfrentados a muerte en el Celebrity DeathMatch de MTV, pero dudo que Jim Morrison fuese un digno rival para el mutante de las garras de adamantium, aunque ciertamente que se han visto resultados insospechados en el programa de Johnny Gomez y Nick Diamond. Tal vez si fuese una pelea de relevos, Morrison podría acudir a Ray Manzarek para que aburriera hasta la muerte a Wolverine con uno de los interminables solos de su órgano hammond, sabemos lo sensibles que son los oídos de Logan. Pero si se trata de una pelea de relevos Wolverine podría tener de compañera a Dazzler, que como todo marvel-zombie sabe puede convertir el sonido en energía y hacer estallar en pedazos a Manzarek y su órgano tal y cómo ocurre al final del video para Epic de Faith no More.

¿Será necesario que me adentre en la biografía de Bill, Jim y Logan antes de exponer las redes que los conectan? Tal vez valga una breve reseña, después de todo siempre cabe la posibilidad que estas notas posean algún propósito pedagógico para las nuevas generaciones (lo que no deja de ser discutible).

El Rey LagartoJim Morrison se interesó tempranamente por la literatura, era un alumno sobresaliente y poseía un CI de 149. Estudió Artes Teatrales en la Universidad de California y junto a su compañero de estudios Ray Manzarek (tecladista), John Densmore (en batería) y Robbie Kriger (guitarra), formaron el grupo que bautizarían en 1965 como The Doors, nombre proveniente del libro sobre la mezcalina de Aldous Huxley titulado The Doors of Perception, a su vez una cita un poema de William Blake: If the doors of perception were cleansed / All things would appear infinite. El primer álbum de la banda data de 1967 e incluía clásicos como Break on Through (to the Other Side) y The End. En julio de 1967 la banda tuvo su primer hit con Light My Fire.

Tal y como los beatniks a fines de los 1950’s intentaron unir el jazz y la poesía, Morrison encontró en la música una forma de canalizar su proyecto poético añadiéndole aspectos teatrales. El mítico alter ego de Morrison, el Rey Lagarto, apareció por vez primera en al álbum Waiting for the Sun (1968) en un poema impreso en el interior de la carátula del vinilo llamado Celebration of the Lizard King. Morrison decidió “explorar los límites de la realidad” abusando del alcohol y las drogas lo que afectó notablemente su performance artística. En 1969 en un concierto en Miami, Jim fue acusado de exposición indecente al mostrar su pene a una audiencia de 10.000 personas y fue arrestado luego del concierto para no provocar un estallido de violencia en el público. Luego de esto Jim tomó distancia de sus fans, se dejó crecer la barba y dedicó su tiempo a proyectos que no involucraban a los otros Doors. Morrison estuvo sentimentalmente ligado a Pamela Courson a quien llamaba su “compañera cósmica” y a Linda Ashcroft pero contrajo nupcias con la crítica de rock Patricia Kennealy en 1970.

Luego de finalizar las grabaciones para L.A. Woman, Morrison huyó a París donde esperaba seguir una carrera literaria. Su primer libro, The Lords and the New Creatures, fue publicado por Simon and Schuster en 1971. El 3 de Julio de 1971, Jim fue hallado muerto en el baño y enterrado en el cementerio Pére Lachaise de París, desde donde algún fanático robaría su lápida posteriormente. La única persona en ver el cadáver de Morrison fue Pamela Courson que llamó a un médico quien firmó un certificado de muerte ilegible y de quien nunca se volvió a saber. La causa del fallecimiento fue señalada como un ataque cardíaco.

Uncle BillJim Morrison murió a los 27 años mientras que William Burroughs a los 83 por lo que imaginarán lo extensa que es su biografía en comparación.

Desde muy temprano William Burroughs fue considerado como un joven brillante pero extraño y “algo siniestro”. Bill nació en una familia prestigiosa y acaudalada, su abuelo paterno, quien se llamaba igual que él, inventó una máquina calculadora que derivó en máquina registradora, mientras que la madre de Bill, Laura Lee, era descendiente del general confederado Rober E. Lee. Su padre, Mortimer Burroughs, poseía la compañía The Burroughs Corporation. Pese a esto y a recibir la mejor educación que un entorno social y familiar como el suyo podía ofrecer (incluyendo Harvard), Bill dejó todo de lado y se marchó a Nueva York donde se involucraría con criminales de baja calaña, drogadictos y toda clase de perdedores aparentemente sólo por “diversión”. Pese a que muchas familias acomodadas hubiesen exiliado inmediatamente a tal oveja negra los padres de Bill aceptaron su estilo de vida y no le privaron de su generosa mesada. Bill llegó incluso a estudiar medicina en Viena pero solo por seis meses ya que hubo de huir de regreso a casa ante la inminente invasión Nazi.

En 1940, Bill estuvo internado en un hospital psiquiátrico durante un mes luego de cortarse un dedo para impresionar a uno de sus amantes. Dos años después fue llamado a enlistarse para luchar en la Segunda Guerra Mundial pero fue descartado ya que el Ejercito de los Estados Unidos no deseaba pacientes mentales entre sus filas (menos aún si estos eran pacientes mentales gays). Desechado por su país, Bill permaneció en Nueva York en compañía de sus amigos criminales y desempeñándose de exterminador de plagas, obrero de una fábrica, redactor y barman. Para ese entonces Bill ya se drogaba habitualmente con benzedrina, morfina y heroína y, además de los delincuentes de poca monta su círculo de amistades lo componían junkies, homosexuales, e intelectuales jóvenes que incluían a los estudiantes de la Universidad de Columbia Allen Ginsberg y Jack Kerouac.

Durante esta época Bill conoció a la inteligente y hermosa Joan Vollmer, con la que dejó de lado sus preferencias homosexuales y contrajo nupcias. Fue un periodo feliz de drogadicción, orgías y discusiones de alto nivel intelectual para Bill que terminaron con su arresto por falsificar recetas médicas para obtener droga. Poco después, Joan fue internada por una psicosis derivada de su prolongado uso de benzedrina. Apenas Joan salió del manicomio y Bill logró solucionar sus problemas legales, ambos abandonaron Nueva York dirigiéndose a Texas a cultivar naranjas. Durante este vida de granjeros Joan dio a luz a William Burroughs III (ella ya tenía una hija de cuatro años de un matrimonio anterior). Los Burroughs parecieron “sentar cabeza” y Bill estaba contento de poder disparar sus armas a su antojo al poseer un terreno de tierra tan amplio como la granja. Pronto se les unió un viejo amigo junkie y el consumo de alcohol y drogas empezó nuevamente.

Alrededor 1948 la familia Burroughs se mudó de Texas a Nueva Orleáns y de ahí a México donde Bill comenzó a redactar en 1950 su primer libro a instancias de un viejo compañero de Harvard. El manuscrito se título Junkie. Complacido con los resultados, Bill escribió otro libro semi-autobiográfico llamado Queer. Pese a que Junkie fue publicado en 1953 en formato pulp, Queer no encontraría una editorial que se atreviese a publicarlo sino hasta 1986. El 7 de septiembre de 1951, un alcoholizado Bill mató a Joan de un disparo en la cabeza jugando a Guillermo Tell. Fue detenido por imprudencia criminal y encarcelado mientras esperaba su juicio. El abogado de Bill consiguió que lo liberaran bajo fianza pero luego el mismo abogado terminó matando a alguien y huyendo del país. Bill optó por seguir su ejemplo y comenzó su periplo por América del Sur en busca de la ayahuasca usada por los chamanes, supuestamente más poderosa aún que el LSD en sus efectos alucinógeno-místicos.

Luego Bill se trasladó al Norte de África he hizo de Tánger su residencia. Tánger era un paraíso de droga y jovencitos que se prostituían, el sitio ideal para Bill. Durante esta época comenzó a gestarse el célebre Almuerzo Desnudo.

Kerouac y Ginsberg ayudaron a Burroughs en Tánger en 1957 a reunir y editar los manuscritos dispersos y Gysin y Sinclair Beiles de Olympia Press hicieron otro tanto en Paris en 1959. Una vez que Maurice Girodias de Olympia publicó El Almuerzo Desnudo en Francia en 1959, Grove Press comenzó los preparativos para su publicación en los Estados Unidos, concientes de los posibles problemas legales. El amante de Lady Chatterley, Aullido y Trópico de Cáncer eran objeto de censura judicial en aquel tiempo y el servicio de Aduana tenía órdenes de confiscar todas las copias del Almuerzo… traídas de Francia. Luego que Grove publicara El Almuerzo Desnudo en 1962 tuvo que defender la novela contra la censura de los académicos, de la Oficina Postal de los Estados Unidos, del Departamento de Aduana, y de los gobiernos estatales y locales ante la corte de Boston, además de preparase para hacer lo mismo en Los Ángeles. El caso en Los Ángeles fue sobreseído en 1965 pero el juez de Boston determinó declarar El Almuerzo Desnudo obsceno. El caso fue apelado en la Corte Suprema de Massachussets y la decisión del juez de Boston fue revertida en 1966. El juicio de Boston marcó un precedente muy importante al ser el último gran juicio de censura de una obra literaria en los Estados Unidos.

La nueva visión que presentaba El Almuerzo Desnudo era una forma experimental derivada de la pintura, la fotografía, el montaje cinematográfico y el Jazz (justamente las manifestaciones artísticas que principalmente me interesaban.) La técnica básica que Burroughs eligió emplear es la yuxtaposición, llamado collage o montage en las artes visuales. La estructura de El Almuerzo Desnudo es un montaje de “rutinas’”que teóricamente pueden ser leídas en cualquier orden. Burroughs anuncia esta estructura en el Prefacio atrofiado cuando dice, Puedes meterte en El Almuerzo Desnudo en cualquier punto de intersección y La Palabra está dividida en unidades que juntas forman una pieza y así deben de ser tomadas, pero las piezas pueden ser consideradas en cualquier orden.

Luego de esto y mientras residía en París, Bill se obsesionó con la técnica del “cut up” desarrollada por su amigo Brion Gysin en 1959 cuyos resultados literarios pueden apreciarse en Nova Express y que Bill no sólo se limitó a la palabra escrita sino también a las imágenes fotográficas y grabaciones sonoras (de estas experiencias llegó a la idea del lenguaje como virus). Bill también se involucro por aquel entonces con la Cientología del escritor de ciencia ficción convertido en gurú L. Ron Hubbard, pero a medida que se involucraba más en la “Iglesia” Bill descubrió que Hubbard era un fascista cuyo único interés era el control mental de su seguidores para asegurarse su lealtad y dinero. Bill abandonó la Cientología y denunció todo lo que había visto allí.

Bill continuó explorando nuevas formas de liberar la mente del control del lenguaje así mismo como explotar su rol de celebridad underground que lo llevaría desde aparecer en la célebre carátula del Sgt. Pepper de los Beatles a colaborar con músicos y bandas tales como Ministry, Skinny Puppy, Laurie Anderson, the Disposable Heroes, R.E.M, U2, etc.

Bill también apareció en un par de películas como Drugstore Cowboy de Gus van Sant y Even Cowgirls Get the Blues.

Como ironía final cabe señalar que el autor de obras tan perturbadoras y revolucionarias siempre fue recordado por quienes le conocieron como una persona extremadamente amable y educada.

Arma-XWolverine debutó en las páginas de Incredible Hulk #181 (noviembre, 1974) siendo presentado como “el primer superhéroe canadiense” (aunque técnicamente hablando, Wolverine apareció inicialmente en la última página de Incredible Hulk #180). En su primera misión presentada a los lectores, Wolverine fue enviado por su gobierno a detener la monstruosa furia destructiva de Hulk y el Wendigo y podría perfectamente haber caído en el limbo de los segundones luego de esto de no ser por el ya clásico Giant-Size X-Men #1. Tras cinco años durante los cuales habían estado a punto de ser cancelados, Marvel entregó a los mutantes en manos de Len Wein y Dave Cockrum, los que en una decisión sin precedentes para aquella época, ensamblaron un grupo con personajes de países que no fueran Estados Unidos, y etnias que no fueran la anglosajona. Tras su encuentro con Hulk, Wolverine fue reclutado por el Departamento H para tomar el mando de Alpha Flight y es cumpliendo dichas funciones que lo encuentra Charles Xavier quien estaba en la búsqueda de mutantes que le ayudaran a rescatar a sus pupilos de las manos de Krakoa, la isla viviente. Una vez derrotado Krakoa, Wolverine decide permanecer con los X-Men al enamorarse de Jean Grey.

Wein sólo realizaría guiones para los números 94 y 95 de esta exitosa nueva etapa dejando el título en manos de su asistente Chris Claremont que se encargaría de relatar las aventuras mutantes durante diecisiete años interrumpidos (a partir del número 96 hasta el 279 de la colección).

Cuando Wolverine pasó a engrosar las filas de los X-Men, Claremont decidió que había que darle algún poder ya que además, no le agradaba la idea que las garras de adamantium fueran parte de los guantes, ya que cualquiera que se hiciera con ellos podría ser Wolverine. Por esto Claremont decidió que las mortíferas zarpas retráctiles provendrían de los antebrazos del canadiense, revelándose posteriormente que no sólo estas, sino todo el esqueleto de Wolvie era de adamantium.

Claremont además estableció que Wolverine era mayor de lo que originalmente se había planeado agregándole además el factor de curación y el background samurai que le ayudaría a controlar sus excesos salvajes. En cuanto al origen del adamantium de Wolverine, Claremont lo vincula con el proyecto de armas especiales canadiense denominado Arma-X y da pistas que el proceso mediante el que este metal puede ser adherido a células óseas habría sido robado a un noble japonés llamado Lord Dark Wind. Las circunstancias mediante la cual Wolverine llega a obtener el adamantium son descritas en Arma X, publicada originalmente en 1990 en los números del 72 al 84 de Marvel Comics Presents con guión y dibujo de Barry Windsor-Smith. Arma X nos muestra a un Logan secuestrado por un grupo de científicos (con el Dr. Cornelius a la cabeza) que además de inyectarle el adamantium lo someten a un complejo lavado de cerebro, implantes de memorias falsas y a duros entrenamientos que incluían luchar contra lobos, osos salvajes y tigres siberianos. A cargo del proyecto está un misterioso personaje conocido sólo como el Profesor, el que a su vez parece trabajar para un desconocido con el que se comunica vía telefónica.

La idea detrás del proyecto Arma X era la creación de supersoldados que luego serían devueltos a la vida pública como “durmientes”, sujetos con memorias adulteradas que llevarían vidas comunes y corrientes hasta ser despertados para cumplir órdenes. Un software denominado Shiva sería el encargado de vigilar a los supersoldados que, en caso de descubrir su verdadera naturaleza, serían eliminados mediante el uso de robots (Wolverine logró engañar a Shiva haciéndole creer que lo había matado).

Junto a los X-Men, Wolverine enfrentó amenazas de todo tipo, pero no fue sino hasta su enfrentamiento con Omega Red que comenzó a dudar de los recuerdos que poseía. Los recuerdos de haber sido un Samurai en Japón; un operativo mercenario para el Servicio Central de Inteligencia; y un hombre salvaje en los bosques canadienses, bien podrían ser falsos debido a los extensos implantes mnemónicos a los que fuera sometido por Cornelius y compañía.

Logan tiene por lo menos un recuerdo verdadero de su pasado: haber conocido al Capitán América durante la Segunda Guerra Mundial, hecho que fue verificado por este último y que ha sido llevado a la pantalla tanto en la serie de X-Men para Fox Kids (donde Wolverine y el Capitán América luchan contra el nazi Cráneo Rojo) como en X-men: Evolution (que los muestra en un operativo de rescate en un campo de concentración, del cual Logan salva a un joven Magneto).

Los hechos descritos en Arma X supuestamente transcurren poco después de la segunda guerra mundial, por lo que no se sabe nada de Wolverine hasta que es encontrado por James Hudson (líder de Alpha Flight) y su esposa Heather, durante su luna de miel en el parque Wood Buffalo National, donde Logan aparentemente habría estado viviendo como un animal salvaje desde que se escapara del proyecto Arma X. Los Hudson ayudaron a Logan a rehabilitarse y cuando el mutante estuvo de nuevo en forma se unió al Departamento H del gobierno canadiense con el nombre clave de Wolverine. A partir del crossover Atracciones Fatales es que Wolverine descubre que las garras que él creía producto del proyecto Arma X son en realidad extensiones de su propio esqueleto, la forma en que se entera de esto sin embargo no podría ser más dolorosa: durante una batalla en la estación espacial Avalon, Magneto le extrae el adamantium a Wolverine a través de sus poros (X-Men #25). Como argumento adicional es revelado que el adamantium estaba previniendo a Wolverine de seguir mutando, sin el metal Logan fue convirtiéndose rápidamente en un ser de instintos feroces y sentidos agudizados hasta extremos insoportables (Wolverine #92). Como resultado de esto Wolverine abandona a los X-Men hasta que Xavier vuelve a solicitarle ayuda para rescatar a sus pupilos de otra amenaza: la invasión Falange.

Posteriormente Logan es capturado por el enloquecido hijo de Cable: Tyler Dayspring (alias Genesis) con el propósito de convertirlo en uno de sus jinetes. Genesis había obtenido adamantium destruyendo el cuerpo del mercenario conocido como Cyber, y planeaba recrear el proceso mediante el que se había unido el indestructible metal al esqueleto de Wolverine. Esta vez sin embargo Logan rechaza el implante e involuciona a un estado semi-salvaje con un factor de curación aún más acelerado. La novia de Daredevil, Elektra, se encargaría de recuperar al hombre ‘atrapado’ al interior de la bestia.

Durante siete años Wolverine permaneció sin adamantium y los lectores se dividieron entre los que querían que el metal fuera enlazado nuevamente al esqueleto de Logan y los que no (a una pequeñísima minoría nos daba lo mismo). Ganaron los primeros, y en el aniversario número 25 en las páginas del Wolverine #145, Logan recupera el indestructible metal. Esta no es la única sorpresa ya que este número además nos revela que un Skrull había estado reemplazando al verdadero Logan desde Uncanny X-Men #371 siendo este impostor el que moriría a manos del más temible de los Jinetes del Apocalipsis, ¡qué a su vez no sería otro sino el mismísimo Wolverine!

El 2001 Joe Quesada, Bill Jemas y Paul Jenkins decidieron que ya era hora de contar el verdadero origen de Wolverine, cosa que hicieron junto a Andy Kubert en una miniserie de seis números titulada Origin.

Origin transcurre a fines de 1880 y está narrada desde el punto de vista de Rose, una chica canadiense, que tras quedar huérfana, es llevada a trabajar para los Howletts, una rica familia que reside en una vasta hacienda. Los Howletts conforman un curioso grupo: el señor de la casa parece un buen tipo, pero su esposa vive encerrada en su habitación y Rose descubre accidentalmente que luce marcas de garras en su torso. El hijo de este matrimonio, James, es un niño enfermizo y sensible. Ninguno de ellos parece haberse recobrado de la misteriosa muerte del hermano mayor de James pocos años antes. El abuelo, patriarca de la familia, es un viejo amargado que constantemente le reprocha a su hijo John, ser demasiado blando. Además están Thomas Logan, el capataz alcohólico que detesta a sus patrones (aunque ha tenido un affaire con la Sra. Howlett), y su hijo apodado Dog, que en un principio establece amistad con James y Rose pero que posteriormente se vuelve contra ellos a causa del constante abuso físico al que le somete su padre.

Logan es despedido luego que su hijo mata al perro de James, durante la noche ambos entran armados a la casa de los Howlett tomando por rehén a Rose a la que obligan llevarlos al dormitorio de sus patrones, una vez allí Logan intentará convencer a la Sra. Howlett que se marche con ellos. Pero en eso entra John y Logan lo mata de un disparo. El joven James que ha sido despertado por el ruido se encuentra con la sangrienta escena y su poder mutante se manifiesta en la forma de garras de hueso con las que asesinará a Logan y rasgará el rostro de Dog. Tras estos terribles hechos la madre de James se suicida y este huye de casa siendo encontrado por Rose que sin saber que hacer, acude al abuelo Howlett que les dará dinero para que desaparezcan. Y así, James y Rose, abandonan Alberta y se dirigen hacia British Columbia en Canadá donde llegan a un pequeño pueblito minero donde deciden trabajar para ganarse el alimento. Cuando le preguntan a James cual es su nombre Rose se adelanta y responde “Logan” (no olviden que James estaba siendo buscado por las autoridades). Smitty, el tipo a cargo de la mina entabla amistad con los jóvenes fugitivos y James, o mejor dicho Logan, además de trabajar como minero se convierte en un hábil cazador y en el macho alfa de una manada de lobos, con los que se terminará marchando luego de matar accidentalmente a Rose de la cual tanto él como Smitty, se habían enamorado (éste es un resumen del artículo W de Wolverine publicado en el x-pecial mutante del Calabozo del Androide #1, julio 2003).

Vasos comunicantesLuego de estas breves biografías ya podemos encontrar ciertas afinidades entre nuestros sujetos de estudio. Para empezar tanto para William Burroughs como para Jim Morrison su principal interés era la escritura (algo que no vemos presente en Wolverine, aunque sabemos que es un buen lector (gracias a los seis primeros números que Greg Rucka y Darrick Robertson realizaron del título) entre cuyos autores predilectos destacan principalmente autores norteamericanos como Henry Thoreau, Edgard Allan Poe, Chuck Palahniuk y Joseph Heller, autor éste último de la clásica novela anti-guerra Catch-22 (1961).

Algo que une a los tres: el Séptimo Arte, Wolverine ha aparecido (encarnado competentemente por Hugh Jackman) en las tres entregas de X-Men, Bill actuó él mismo en películas y cortos y Jim Morrison apareció (interpretado por Val Kylmer) en la película de Oliver Stone y en el olvidable filme El Mundo de Wayne 2 (que según recuerdo le causó ciertos problemas a Mike Myers con los herederos de Morrison).

Otro ente aglutinador: Los Simpsons. Ésta serie ya ha pasado a convertirse en algo así como el aleph de Borges ya que pareciera contenerlo todo. ¿William Burroughs?, referencia a la versión cinematográfica de David Cronenberg para El Almuerzo Desnudo en el episodio 3F17, Bart on the Road (31, marzo, 1996). ¿Jim Morrison?, referencias en el episodio 7G03 Homer’s Odyssey (21, enero 1990) donde Homero canta The End y en Selma’s Choice (9F11, 21, febrero 1993) donde una intoxicada Lisa proclama ser “La Reina Lagarto”. ¿Wolverine?, episodio DABF13 I Am Furious Yellow (28, abril, 2002) nos muestra a Stan Lee en persona (o en dibujo) reemplazando un cómic de la tienda El Calabozo del Androide por una de X-Men con Logan en la portada.

Podríamos, además, añadir otros detalles demasiado obvios que unen a Bill, Jim y Logan: su anhelo de libertad, su condición de rupturistas, su confrontación con la ley, etc. Pero ahora me voy a concentrar en conexiones mucho más específicas que los vinculan a los tres.

En cuanto a la relación Burroughs-Morrison el 15 de noviembre del 2000 fue lanzado al mercado por el sello Elektra Stoned Immaculate–The Music of the Doors, un disco tributo con la participación de los miembros originales de la banda. Este álbum difiere de los tributos usuales en ese aspecto y en el que además de las bandas “jóvenes” se incluyeron a músicos que fueron de influencia para los propios Doors como los bluseros John Lee Hooker y Bo Diddley. Bill participa de éste álbum con Is Everybody In?, una de las composiciones más destacables donde le podemos oír recitando The Celebration of the Lizard King mientras Morrison le acompaña en forma de sampleo gritando y repitiendo “is everybody in?”

En lo que a la relación Morrison-Burroughs respecta todo lo que sé es que El almuerzo desnudo fue una de las tantas lecturas de Jim de acuerdo a cierto fan acérrimo de los Doors que consulté. El mutante de las garras de adamantium por su parte cita tanto a William Burroughs como a Jim Morrison en dos de sus cómics. El primero corresponde al Arma-X #3 con guión de Larry Hama (1995) como decía el bueno de Billy Burroughs… “paranoia sólo es conocer la verdad”.

La cita a Jim Morrison acontece en la última página de la miniserie Snikt! (2003) De Tsutomo Nihei, Cómo decía ese tal Morrison, el futuro es incierto y el final está siempre cerca, murmura Wolverine tras regresar del futuro precisamente y aludiendo a una de las canciones mas bluseras de los Doors, Roadhouse Blues, la primera del álbum Morrison Hotel donde Jim canta: Well, I woke up this morning, and I got myself a beer / Well, I woke up this morning, and I got myself a beer / The future’s uncertain, and the end is always near. Tanto para Jim Morrison como para William Burroughs el fin (al menos de su existencia biológica) ya llegó, mientras que Wolverine seguirá viviendo al filo de la muerte. Sea como sea e independiente de niveles y méritos, los tres ya han alcanzado la inmortalidad en la memoria colectiva.

Callejones oníricos

El controvertido director de cine David Cronenberg, luego de filmar Festín desnudo, un collage cinematográfico sobre la vida y la obra de William Burroughs (1914-1997) opinó: “Bill no es un contemporáneo, es como si estuviese viajando en el no-tiempo del inconsciente y sustrajera claves desde el futuro. Es un ladrón de tiempo. Es como Picasso, después de él fue muy difícil pintar como antes, con Burroughs sucede algo parecido y muchos de los escritores del siglo XXI serán influenciados por su escritura”, Burroughs no es un experimentador de lenguajes en el mismo sentido que lo podían ser Jarnes Joyce o William Faulkner. Sus innovaciones técnicas sobre la escritura no intentan crear estructuras nuevas de narración sino que están dirigidas a descubrir la trampa siniestra que se oculta para el ser humano en el lenguaje. Así lo señala en la canción que realizara junto a Laurie Anderson: “El lenguaje es un virus”. Para Burroughs hay un factor ajeno a la voluntad que manipula a los seres humanos creando el sufrimiento y reprimiendo el éxtasis a través de las palabras que se utilizan.

Tratar de entender los experimentos con la escritura de Burroughs desde el punto de vista puramente literario es un error. No solo se propuso escribir mal, sino que además los tiburones que quería pescar en las tinieblas de su inconsciente solo podían ser atrapados con una estrategia de elusión continua de las cadenas asociativas: “Como explicar con pal­abras un complot en el que las palabras son justamente su principal entramado. Entre las sinapsis del pensamiento, están ocultos esos telegramas alienígenas que constituyen el guión indeseado de nuestra conducta”, sostiene el escritor.

Inscrito en la generación beat, junto a Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Gregory Corso, entro otros, Burroughs se diferencia notablemente de los poetas y narradores que integraron el grupo por la peculiaridad de sus ideas.

Drogadicto por decisión propia, homicida de su esposa, homosexual tardío, gurú del rock idolatrado por Laurie Anderson, Patty Smith, Tom Waits, Lou Reed, David Bowie, Kurt Cobain y hasta los U2, su figura sobrepasa la de un escritor para convertirse en un verdadero investigador de los excesos y los misterios que conforman el espacio de “lo siniestro” en la vida humana. Mi educación es el libro póstumo de Burroughs. Los textos que lo integran fueron escritos desordenadamente a lo largo de muchos años sin la intención de publicarlos. Se trata precisamente de sueños, viajes oníricos, apuntes de otro mundo, reflexiones y visiones obsesivas que ya se hallan presentes en sus obras más importantes: Almuerzo desnudo, Expreso Nova, El trabajo y, sobre todo, en la trilogía Ciudad de la noche roja.

“¿Soy una mujer o un hombre? Qué hago dentro de este yo muerto? Puedo sentir el limpiaparabrisas limpiando las huellas de los sueños que se desvanecen como pisadas en la nieve o como la arena que arrastra el viento. ¿Quién se oculta tras las brumas del sueño y nos cuenta quienes somos para impedir que recordemos?”. Deslizarse por las páginas de este libro, es recorrer los callejones oníricos que nos sumergen en el territorio de una pesadilla congelada, con paisajes desoladores y miedos recurrentes; un sitio donde el tráfico secuencial de la lógica ha sido saboteado y donde estamos liberados hasta de la muerte: “He intentado varias veces matarme en los sueños, pero siempre permanezco, es imposible morir”.

Mi educación puede ser utilizada por el lector experto en Burroughs como una bitácora para recorrer todas las obsesiones y búsquedas del escritor presentes en el resto de su obra. Pero también puede ser leído como un intento audaz de un hom­bre fríamente desesperado por caminar despierto en los laberintos del sueño.

Enrique Symns Suplemento Diagonal #6 de El Metropolitano, 27 de julio de 1999