Grandes éxitos de un viejo indecente

Parece irónico que, poco antes de morir, Burroughs haya participado en el video Last night on Earth (Ultima noche en la Tierra), el reciente singlbe de U2. Pero su relación con la música siempre fue intensa. El año antepasado, Island Records lanzo Spare Ass Annie, una placa donde aparecía leyendo sus grandes éxitos, extractos de sus libros, sobre una porfiada base hip-hop que pusieron los Disposable Heroes of Hiphoprisy, el ultimo álbum de ellos antes de transformarse en Spearhead.

Hace un año Rhino –la compañía disquera de este estilo llamado spoken word (palabra hablada) volvió a la carga con la reedición de la colección Burroughs 65, simplemente titulada Call me Burroughs. Como ya es costumbre, la depravación, la decadencia, la adicción, lo subversivo y lo propiamente humano son los tópicos que Burroughs exaltaba con su monótono acento del Medio Oeste, vestido de una suerte de lógica perversa. Su estrecha relación con la cultura popular se prueba con que, a los 79 anos, haya accedido a grabar Just One Fix junto al líder de Ministry y The «Priest” they call him con Kurt Cobain; más aún tomando en cuenta que odiaba el rock ‘n roll.

En los límites de la ciudad de Lawrence, Kansas, se escondía este hombre ajeno, forastero a la vorágine del American Way y que terminó convirtiéndose en un gurú. Y ahora su figura se multiplicara por tres, quizás barriendo al mito de Jack Kerouac. Este William Burroughs es el padre de los beats, el abuelo del punk, el tipo al que qente como Allen Ginsberg o Jack Kerouac llamaban para pedirle un poco de inspiración. Y pese a todo el fenomenal avance de las comunicaciones, y por tanto la creación del monstruo del mass-media, Burroughs vivió sus últimos años siendo un alienado, una oveja neqra de las letras y el arte americano.

Volví a pensar en William Burroughs, por lo de su muerte, pero también por lo del reciente aniversario del suicidio de Kurt Cobain. El poeta guardaba un muy buen recuerdo deK urt: “un chico dulce, amable y educado”, lo describiría tiempo después. Al conocer y adentrarme más en el fenómeno Burroughs tiene mucho sentido el que Cobain haya tocado a su puerta, como quien va a pedir una taza de azúcar. Quería encontrarle significado a lo que a veces no lo tiene, saber como mantenerse vivo y lúcido a la vez, equilibrándose sobre la cuerda floja de su vida. El juicio final de Burroughs fue: Cobain no aprendió a vivir en soledad.

William Burroughs mató accidentalmente a Joan, su segunda esposa, de un disparo en un mortal juego de Guillermo Tell, pero con balas. Eso fue en México en 1953. Totalmente borracho. “He llegado a la horrenda conclusión de que nunca me hubiese convertido en un escritor sino fuese por la muerte de Joan –dijo alguna vez–, y me he dado cuenta en que grado este evento ha motivado e influenciado mi escribir… la muerte de Joan me trajo a este mundo con el espíritu maligno y me manipuló de tal forma que terminé en una lucha interna de por vida en la que no tengo otra opción que escribir.”

Lo que hizo de la vida de Burroughs algo muy extraño fue que a los 79 años de edad –vividos como un extranjero luego de sobrevivir a 20 anos de adicción a la heroína, de la muerte de su esposa. de haberse autoexiliado en Tánger, de ser homosexual en la era macho de John Wayne y de ser un escritor que se atrevió a hablar de pandillas de cerdos sicoticos– se haya convertido en lo que es ahora: un ídolo. Vimos a William en Drugstore Cowboy. En la adaptación de David Cronenberg de su novela El almuerzo desnudo, historia que escribió basándose en su propia vida. Y hace poco hasta la firma Nike ocupo su figura en spots de televisión y prensa.

Si miran con atención la carátula del inmortal Sgt Peppers lonely Hearts Club Band (The Beatles) puede que reconozcan el rostro lánguido de William Burroughs. Ese fue su primer paso a la inmortalidad. Estado en que se preservara perenne porque lo dijo John Lennon: Nadie te ama cuando estas viejo y gris/Todo el mundo te ama/cuando estas enterrado dos metros bajo tierra. Álbum: Walls and Bridges.

Alfredo Lewin Zona de contacto, número sin identificar del año 1997