Transmission: el descubrimiento de Santiago

Según los registros históricos, la ciudad conocida como Santiago fue descubierta el 18 de mayo de 1980 por Ian Kevin Curtis, el líder de la conocida banda manchesteriana, Joy Division. El roquero/explorador post-punk dio con la ciudad tirándose de un avión y descendiendo en paracaídas cerca del Jumbo de Bilbao. De inmediato entendió la magnitud de su hallazgo, pocas veces en la historia se ha descubierto una ciudad prístina sin uso y sin la huella violadora de la humanidad (los únicos casos que precedían este descubrimiento eran Praga y Buenos Aires, ambos descubiertos en 1977 por el ya mitológico Iggy Pop). Curtis se tomó varias semanas recorriendo las avenidas, calles, pasajes y los túneles del metro de la urbe, registrando cada detalle en un cuaderno negro.
Al hacerse público el hallazgo, una ola inmigrante tomó posesión de la ciudad; primero los micreros en sus máquinas amarillas, luego un millar de políticos sobre zancos, después —habitantes, perros, moscas, maní, etc…

la obra literaria de Augusto Pinochet

«Villa Grimaldi, la antología de cuentos que publicó Augusto Pinochet durante el gobierno de Allende es un hiato destacable en su producción. Las razones son varias: por un lado venía a romper el silencio en que se había sumido el autor desde principios de la década de los 50; segundo, señala su compromiso con el gobierno de la Unidad Popular; y tercero, daba muestras de una versatilidad de estilos y un aprendizaje de las técnicas narrativas inaudito en un autor de su edad. Ya entrado en la cincuentena Pinochet adscribe estilísticamente a la corriente de los novísimo narratore, como señalaría Cedomil Goic en su periodización de la literatura latinoamericana. En Villa Grimaldi hay ecos de la literatura beat yanqui, del gesto antipoético parriano y hasta retazos del compromiso social de la generación del ‘38. Publicado en 1971 resulta ser un texto que entra en perfecta sintonía con los de los autores más jóvenes como Tiro Libre de Antonio Skármeta y Concentración de bicicletas de Carlos Olivarez. Mirado en relación a su época, los cuentos de Pinochet dan cuenta de la estética paulista que vino a imperar en las formas de representar el mundo para los narradores chilenos, después de la reforma universitaria.
Pinochet crea viñetas vívidas de la época y para eso se sirve de los recursos que tenga a mano: la corriente de conciencia en “Chasqui”, la historia de un universitario prostituto torturado por su amante; el juego con los márgenes en “Yupanqui”, donde una mujer de clase popular narra detalladamente los abusos a los que la somete su patrón; el recuento bibliográfico en “Sales de baño” trata de la imposibilidad de un adolescente de encontrar la foto de su padre, para luego enterarse de que es uno de los asesinados en la masacre del Seguro Obrero. Heterógea, la antología trabaja con la idea de la formulación de un paisaje urbano y no se priva de las citas al contexto. Desfilan desde alusiones a la música popular (la Nueva Ola, el primer disco del Pollo Fuentes, los pretty faces criollos) hasta juegos/homenajes literarios donde se hace referencia a la cultura beat (en “Máquinas parlantes” hay un largo diálogo de Lawrence Ferlinghetti con Allen Ginsberg en la librería City Ligths de San Francisco, donde éste refiere sus experiencias en un Santiago de Chile gris, donde aún rondaba el criollismo) pasando por guiños políticos de compromiso con la izquierda (epígrafes sacados de discursos de Allende, Mario Palestro y Edwin Juica).
“El color del canario” es el cuento más logrado de un libro tan sólido como necesario.
En dicho relato se mezcla la obsesión por la modernidad del autor con sus resabios militares. Las vicisitudes de Cayo C., un soldado expulsado del ejército por conducta indecorosa operan a nivel simbólico como señas que remiten al desmoromiento institucional chileno. Cayo C. no sólo es expulsado del ejército sino que participa activamente en un proceso de sedición de las tropas.
Las citas a Patria y Libertad y el asesinato de Schneider apenas están diluidas en la trama y la escritura templa con vigor la melancolía: “Cayo miró por los barrotes al pelotón que hacía sus prácticas de guerra en el patio, esa mañana. Recordó que le gustaba ser uno de ellos y que disfrutaba de participar en esas maniobras. Se sentía parte de algo en ese entonces, reflexionó. Acercó su cabeza al agujero infecto que llamaban ventana y escuchó los gritos de odio a Perú que entonaban los conscriptos como único mantra mientras pensaba en la compleja trama que lo había llevado a donde estaba, en cada uno de sus meandros de sangre y odio. Siguió mirando por la ventana un rato. Cuando se cansó de la visión se tiró en el colchón pulgoso que hacía de cama. Deseó tener un cigarrillo…”

Urzúa, Ignacio. Las mejores obras literarias chilenas. Ed. Universitaria, Santiago, 1992

Insomnolencia: una ucronía microhistórica


El pasado 19 de octubre cada objeto, estructura, persona, animal, ente vegetal y elemento molecular fue retirado de las coordenadas que hoy conocemos como la Región Metropolitana, para ser reemplazado de forma instantánea por una réplica exacta de cada objeto, estructura, persona, animal, ente vegetal y elemento molecular desaparecido. Una sustitución perfecta.
La próxima vez que se lleve a cabo (el 8 de diciembre 2022) las cosas no saldrán tan bien, los otros yo-es que nos sustituirán vendrán con una pequeña deficiencia… un detalle que se extraviará durante el proceso de suplantación —nuestros reemplazos nos encarnarán sin sueño. Al no poder dormir, en pocos días sucumbirán, dando paso a la locura e, inevitablemente, fallecerán sin entender por qué. Entonces… y sólo entonces, sus ojos lograrán producir la esquiva y codiciada descarga mucopurulenta.

Imagine that the universe sprang into being five minutes ago, exactly as it then was, with a population that “remembered,” and physical structures that “recorded,” a wholly unreal past.
-Bertrand Russell

Diario 1

02 de Septiembre de 1977

Querido diario;
Hoy despertamos asustados.
Papá no quiso que viéramos televisión ( una Antu, plástica que se la compró el año pasado en el centro con mamá gracias al ahorro de bonos y trabajos en la municipalidad), y tuve que llevarme a mis hermanos a mi pieza para jugar para que no supieran lo que pasa.
Yo sí se lo que pasa.
Se va a armar la guerra con Argentina. Según mi papá todo era culpa de los soviéticos «maricones», que no nos ayudaron contra la intervención y el bloqueo norteamericano. Nos pudieron haber ayudado unos años antes y ahora los gringos mandan a los Argentinos para que no se repitiera lo de cuba el 62 y derrocar al gobierno de Allende por medio de la invasión y los terroristas de derecha.
Si hay guerra, cago. Tengo 19 y no hay vuelta, no tengo ni una pifia y los Argentinos están ocupando las islas. Videla es un hijo de puta y un títere.

STEAM PRAT

Su existencia era por tanto evidente,
el hecho en si no podía negarse,
y la emoción producida en el mundo entero
por tan sobrenatural descubrimiento
resultaba más que comprensible…
Julio Verne

LA BRUMA DE LA MAÑANA formaba una pálida cortina sobre la bahía de Iquique. Delante y arriba, en la cofa del palo trinquete, el vigía del Huascar trataba de distinguir alguna forma en medio de la neblina.
21 de Mayo, 1879.
-¿Qué hay?-, preguntó un oficial, parado de pie junto a la torre principal de artillería.
El centinela negó con la cabeza.
El oficial miró al capitán Miguel Grau, quien asomó su gruesa figura por la escotilla del puente de mando. Le dijo que no había novedades.
-A media marcha-, ordenó el comandante, regresando de inmediato a su lugar tras el timón Se quitó la gorra y miró hacia la popa, cerca se distinguía la silueta maciza de la fragata Independencia. Los dos buques de guerra más poderosos de la escuadra peruana iniciaban su cacería de chilenos. La misión era clara: despejar el puerto de Iquique y hundir las unidades enemigas que lo bloqueaban.
-Aumente dos cuartos-, indicó Grau. Sabía que aquello revelaría su presencia, pero era un riesgo válido. Los buques a su mando eran rápidos y sigilosos, mas el humo de dos chimeneas altas, con las calderas devorando toneladas de carbón no pasarían desapercibas. Humos al norte, no tardarían en identificar en las cofas chilenas. Confiaba que la ventaja de la fuerza inclinara la balanza a su favor.
Las frías aguas eran cortadas por el espolón del Huascar. Grau llamó a su primer oficial y le ordenó cargar la artillería frontal. Luego tomó asiento y dedicó los siguientes minutos a revisar el informe del espía. La Esmeralda y la Covadonga, una vieja corbeta de madera y una cañonera con aún más años de servicio, no parecían ser rivales. Ni siquiera eran naves útiles para cerrar un puerto. El capitán peruano frunció el ceño, no era tonto, llevaba años dirigiendo naves de batalla y la movida de los chilenos era una trampa por donde se le mirara. Lo advirtió a sus superiores, pero nadie le hizo caso, las órdenes eran órdenes. Nadie podía ser tan ingenuo, tampoco tan idiota. Arturo Prat, leyó la identidad del comandante de la Esmeralda. El nombre le era familiar, pero no podía recordar por qué, ni dónde.
-¡Palos delante!-, gritó el joven marino, encaramado en la cofa del monitor.
Grau se asomó por los ventanales de la torre. El sol otoñal comenzó a despejar las nubes y la costa se apreciaba llana. Entonces los vio, los mástiles del enemigo, pequeños a la distancia, solitarios como tumbas.
-Velocidad de ataque-, ordenó.
Las calderas del Huascar rugieron al aumentar las revoluciones de la propela. Metros atrás, la mole de la Independencia repitió la maniobra de su nave hermana. La batería de proa también apuntó hacia los chilenos. El Huascar iniciaría el ataque, la Independencia limpiaría lo que quedara.
Los buques chilenos ni siquiera se inmutaron.
-Algo acá no está bien-, murmuró Grau. –Fuego a discreción-, ordenó.
Uno de los cañones de la batería doble, montada en una torreta giratoria, apuntó al frente de la Esmeralda. Tres minutos después, un proyectil con cuatrocientos kilos de explosivos tronó sobre la superficie, trazando un arco limpio contra la corbeta adversaria.
Una columna de agua se levanto frente a la Esmeralda. Grau aguardó antes del siguiente movimiento. Nada sucedió. Pidió un catalejo y miró al enemigo. Ni una sola alma sobre cubierta, la Covadonga también aparecía abandonada. Ya no cabía duda, era una trampa. Nervioso se asomó a la borda y miró hacia los cuatro puntos del horizonte. Estaba seguro que el Blanco o el Cochrane, alguno de los blindados chilenos, no demorarían en echárseles encima.
El oficial de armas miró al comandante.
-Apunte al castillo de proa-, ordenó Grau.
La torre del Huascar chirreo sobre su base articulada, ubicando los cañones gemelos en posición de tiro. Grau bajó la mirada. El estruendo llenó de vapor y humo la cubierta del monitor. Dos proyectiles silbaron a pocos metros de la superficie del mar hasta impactar en la proa de la Esmeralda. La corbeta adversaria voló por los aires, inflamando sus maderas descubiertas. El palo frontal se vino abajo, arrastrando en sus cuerdas a gran parte del empenaje.
Y nadie hizo nada.
A esas alturas, Grau ya tenía claro que las cosas no estaban bien. Tomó el altavoz y ordenó máquinas en retroceso. Pero la trampa ya estaba cerrada y los cazadores cazados.
Por un monstruo que cayó del cielo.
Fue el debut público del Valparaíso, la primera aeronave blindada de la historia. La respuesta a la eterna pregunta de si éramos capaces de hacer volar un buque de guerra. Un prodigio de la ingeniería, conseguido gracias al poder de la metahulla, el milagroso mineral verde oscuro que hacía sólo un par de años fuera descubierto en las minas de la provincia de Arauco, en el sur de Chile. Piedra milagrosa, cuyo descontrol energético terminaría cambiando para siempre el estatus de Chile en el concierto internacional. Y el Valparaíso fue sólo uno de sus primeros usos. Un acorazado de sesenta metros de eslora, artillado con torres más grandes que la del Huascar y propulsado por mástiles rotatorios. Un pesado y mortífero mastodonte volador, adelantado en décadas a los globos dirigibles que por aquellas mismas fechas hacían furor en Europa.
Ruidoso y rodeado de vapores blancos, el Valparaíso giró hasta situarse en vuelo estático a treinta metros por sobre las cabezas de los marinos peruanos, muy por encima del alcance de las baterías más pesadas del Huascar y la Independencia, a distancia de tiro sólo de armas livianas, como fusiles y ametralladoras, todas inservibles ante las placas de metal que rodeaban el leviatán de velas batientes.
Carlos Condell, comandante del monitor aéreo Valparaíso, exigió la inmediata rendición de los buques peruanos. Grau, tratando de calmar el pavor de sus hombres, prefirió no responder. Los motores de su nave estaban en reversa. Condell volvió a repetir la advertencia. Esta vez la acompañó con un disparo que detonó metros tras la popa del Huascar.
-El próximo irá directo a su timón, capitán Grau-, dijo la voz del chileno.
Ellos también tenían buenos espías, pensó el comandante peruano.
Y entonces el primer error. Presos del pánico, los hombres de Guillermo Moore, capitán de la Independencia, decidieron enfrentar al desigual adversario. Se ubicaron en la proa de la nave y usando ametralladoras y cañones livianos abrieron fuego contra el coloso que les aleteaba encima. Balas de calibre liviano rebotaron contra el blindaje del Valparaíso, rozando apenas la unidad chilena.
-Carguen la batería principal-, ordenó Condell.
Un portalón se abrió al estribor del Valparaíso. Entre chirridos de cadenas y placas metálicas asomó un cañón largo y grueso, de un calibre mayor a cualquier arma pesada usada a la fecha sobre un buque de guerra.
Desesperado, Grau intentó comunicarse con su colega de la Independencia, rezando para que sacara rápido la fragata de allí. Pero Moore sólo atinaba a seguir disparando.
A la orden de Condell, marinos chilenos cargaron el cañón con una bala explosiva de metahulla. Entre el ruido de los fusiles peruanos, apuntaron al centro de la Independencia, justo a un costado de la chimenea. Entonces vino el disparo. Seco y hueco, un rayo verde impactó directo contra el mayor buque peruano. Segundos después, el aire que rodeaba al buque fue consumido y convertido en gas explosivo. El estallido sacudió millas a la redonda, levantando una bola de agua y fuego, que convirtió a un poderoso buque de guerra de dos mil toneladas y tres mástiles en una estela de cenizas. Nada mayor a cinco centímetros quedó de la antes magnífica fragata Independencia.
Y antes de que Grau y sus subalternos atinaran a reaccionar, la batería secundaria del Valparaíso dañó el timón y la hélice impulsora del monitor con un tiro certero. A los hombres del Huascar les quedaron sólo dos caminos: rendirse ante la bandera chilena o dispararse antes de que un pié enemigo tomara posesión del ayer orgullo de la escuadra peruana. Algunos eligieron la segunda alternativa.

Caudillismo latinoamericano: Evo Mauricio

En la forja de América se han dado muchos casos de caudillismo psico- trópico, ninguno tal como la historia de Evo Mauricio. Venido desde la identidad babilónica Testar en su vimana ofreció una solución definitiva al sufrimiento panindígena: huir hacia el futuro.
Era un momento (1920) en que Baricia, un pequeño pueblo del interior de América, se declaraba en bancarrota. La Confederación de Máquinas de Neumann (CoMaN), el verdadero dueño del país, decidió activar la Repartición de Pobreza. Enviando el contrato de propiedad, que había sido firmado el año 1320 d.c. por el emperador Groucho I, al organismo rector del comercio geológico-semántico, el Magisterio de Ladrones (Nantes, Francia), la CoMaN se aseguraba ejecutar las cláusulas 51 y 52, que eliminaba la magnetósfera que impedía el ingreso de tecnología de la Confederación. Mediante poderosos pulsos electromagnéticos ingresó y ordenó la expulsión inmediata de los nigromantes sepias, verdes y blancos. Con ello, también se entregaba el territorio para emplazamiento de un gigantesco astropuerto.

Evo Mauricio fue uno de los nigromantes sepias, alertado de su expulsión por el Vórtice de la Estrella, en Testar. Apenado consultó el Árbol de Sangre y concibió el futuro de su pueblo bebiendo de su savia roja. En su visión, Baricia no era más Baricia, no existía, y su gente dormía en su buche, frente a un precipicio, a salvo. Esperanzado volvió al país en su artefacto no-euclidiano, atravesando los cuatro mares temporales de la Antrosfera. Al llegar se encontró con una tierra asediada por zancudos y voladores eléctricos, que devoraban las montañas y bebían las lagunas, destrozándolo todo. Enfurecido, los eliminó con un mantra de secuencia infinita. Luego de convencer a otros nigromantes sepias, Jor-Gél, de Al’paz, Ardevass, de Suez, Cassotr, de Hletri, y Ramira, de Tierra-2, pudieron expulsar la invasión invocando entidades intraterrestres e irradiando con Beta-R a los invasores hasta la muerte. No obstante era inútil tal esfuerzo. La entidad de la Gran Mano bajó sobre el corazón de América y anuló la nigromancia, ensombreciendo vastos territorios psíquicos e inutilizando los colores sepias, verdes, blancos. Incluso el negro, el color más poderoso, tuvo su retirada hacia las esferas concéntricas del Alma.

Sabiéndose asediado, pero tranquilo, Evo Mauricio soñó un sueño gestáltico. Arropándose en la energía chamánica, que cada bariciano ostenta en forma potencial, les habló a todos para que vistieran la prenda que les regalaba a cada uno. Al despertar todos los habitantes se aplicaron el parche psico-temporal que los desmaterializó hacia un universo de bolsillo creado por Mauricio, despoblando Baricia y burlando La Gran Mano. La Confederación, materialista y poco dada a la reflexión inútil, se apoderó de Baricia en un festín de terraformación que duró sesenta años.

Evo Mauricio se transmutó en un gran sapo cornudo con la ayuda de sus amigos sepias, en otras latitudes. En el estanque de su universo de bolsillo, engulló a cada larva bariciana. Setenta millones de almas en gestación. Con un poderoso salto se proyectó al futuro, hacia el fin del mundo. Allí regurgitó la Ciudad del Borde, hecha de fibra de metal de araña, mirando hacia el cenit, despeñándose en la fractura del mundo que lleva hacia el corazón de diamante de la Tierra. Detenido el tiempo, la caída es irrelevante. Evo Mauricio y su pueblo duermen en la Ciudad del Borde del Fin del Mundo, respirando una vez cada cinco millones de años.

Evita vive en el mall


Chile 1946: Juan Domingo Perón, un inventor santiaguino que reside en Providencia es elegido Presidente de la Republica. Una mañana de octubre recibe una visita inesperada de su ministro de defensa, conocido simplemente como el Astrólogo (existen rumores de que es el artífice de un complot de dominación mundial involucrando el KKK), éste interrumpe el desayuno del mandatario para informarle que el Proyecto Huemul en Aysén ha sido un éxito. Según el informe, un físico importado a Chile, Ronald Richter, ha logrado algo que solamente existe en teoría —la fusión nuclear. Seis meses después Perón manda a su esposa al proyecto en Aysén; su visita confirma que todo ha sido un engaño. La instalación secreta no contiene instrumentos delicados ni registros de semejante logro, en su lugar hay treinta toneladas de periódicos chinos, del tipo que utilizan para fabricar fuegos artificiales. Está humillación es el comienzo de la caída del gobernante populista. Finalmente resulta en la elección de Jorge Alessandri (1958).
Lo curioso: Eva Perón fallece de cáncer en el Hospital Militar de Concepción (1952). En 2003, un programa televisivo de tipo sensacionalista investiga los rumores que atormentan la tumba de Evita. Confirman que toda la vegetación rodeando la sepultura se ha marchitado. El Ministerio de Salud Pública exhuma los restos embalsamados. Analizan el cadáver y detectan niveles apocalípticos de radiación ionizante. Actualmente Evita yace debajo de un Starbucks en el Parque Arauco (a unos ochenta metros de profundidad). El café no sabe bien.

El ex-planeta tendrá visita

Vía: APL website

Sonda New Horizon en el Cinturón de Kuiper En estos días una sonda de la NASA está enviando sus primeras imágenes de Júpiter. Eso ya es un hecho científico importante, pero lo es más aún el que el gigante gaseoso sea solo una parada intermedia de la misión.

La sonda de espacio profundo «New Horizons» despegó en Enero del 2006, y su destino en el 2015/16, es el sistema doble Plutón/Caronte. La misión extendida tratará de lograr acercamientos a objetos de la región conocida como Cinturón de Kuiper ( el hogar de los cometas de período corto, los que orbitan el Sol a una distancia entre 30 UA y 50 UA.)

New Horizons es la primera misión a un nuevo planeta desde Voyager (hace largos 30 años).
Esperemos que el ánimo del degradado ex-planeta Plutón mejore con esta visita!

Alastair Reynolds


Creo que vale la pena conocer un poco de la obra de Alastair Reynolds. Este escritor galés, al parecer no muy traducido al español, se está posicionando como uno de los máximos exponentes de la “ciencia ficción donde la ciencia está bien”. Si bien no todas sus novelas y cuentos están ubicados en un mismo universo, sus obras clave hasta el momento son consistentes y permiten ir explorando la riqueza de un futuro humano lamentablemente muy, pero muy posible. Los dejo con partes de un artículo que ayuda a entender la riqueza, y oscura potencia, de la obra de este autor.

Extractos de un artículo ubicado en: http://www.espejosdelarueda.org/

EL UNIVERSO DE REVELATION SPACE

Nos encontramos ante una de las space opera de mayor calidad y mas ambiciosa de los últimos tiempos, imprescindible para todo buen lector de ciencia ficción. De momento parece que la saga se cierra con cuatro novelas, tres de ellas más directamente relacionadas (Espacio Revelación, Redemption Ark, y Absolution Gap) y Ciudad Abismo que posee una relación mas indirecta. Aun así y a pesar de la conveniencia de leer en orden las más directamente relacionadas para una mejor comprensión, cada novela mantiene una importante auto referencia que permite leerlas independientemente sin excesivos problemas.

La trama general que une los hilos de las subtramas desarrolladas en cada una de las novelas transcurren a lo largo de varias décadas, pero básicamente es un relato de la humanidad y cómo en su expansión se encuentra abocada a una situación que puede conllevar a su exterminio al enfrentarse al legado de una milenaria raza de oscuras intenciones con respecto a cualquier otra vida inteligente ajena a ella misma.

Lo primero que hemos de comentar al lector es que no se espere algo «tradicional», por un lado porque el autor tiene una peculiar y muy creativa manera de narrar, bastante atractiva y que logra que uno desee no despegarse de la silla hasta que no termine de leer los acontecimientos y, en segundo lugar, por el futuro de la expansión de la humanidad que Reynolds nos describe. No esperes encontrarte con una civilización con un alto desarrollo tecnológico que la ha elevado moralmente como raza, ni tampoco con una tecnología clara, limpia y neutra. Aquí la colonización del espacio por parte de la humanidad se ha realizado, como no podía ser menos, en medio de graves guerras y conflictos y muy pronto lo heterogéneo se ha impuesto, dando lugar a una variada y compleja gama de subculturas humanas realmente extrañas, que a pesar de ello (como la vida misma) con sus problemas y conflictos son capaces de mantener comunicación y… negocios. Y por supuesto, el desarrollo tecnológico no ha sido limpio ni neutral ni ha supuesto una elevación moral de la humanidad, esta sigue con las mismas lacras de siempre, ambición, poder, guerra, fanatismo religioso, búsqueda desaforada del placer, también como no, aspectos positivos, aunque quedan empantanados por la ambientación oscura, gótica que parece más propia de una pesadilla pseudo tecnológica.

La humanidad, en su diáspora en el vigésimo sexto siglo, por toda la galaxia se ha encontrado con muchas menos civilizaciones alienígenas de las que cabría esperar en un lugar tan rico y apropiado para la vida. Eso sí, ha encontrado varios restos arqueológicos muy inquietantes de civilizaciones extrañamente extinguidas. Las leyes de la relatividad siguen inviolables, eso quiere decir que los viajes espaciales pueden tardar muchos años entre lugares distantes lo que ha provocado esa heterogeneidad de evolución de las diferentes culturas humanas, solo la hibernación hace posible esos viajes, aunque uno puede tardar 50 años en llegar a su destino y cuando llegara allí, la situación de ese planeta o sistema podría no ser como él esperase… De hecho, así vemos que sucede en Yellowstone, uno de los planetas con mayor desarrollo tecnológico, que ha sucumbido a una extraña plaga que afecta a la tecnología provocando extrañas mutaciones.

Así pues la humanidad se ha fracturado en su diáspora, ayudada por los inevitables problemas de comunicación causados por los límites que la relatividad produce en los viajes espaciales. Tenemos por ejemplo a los demarquistas que han intentado mantener el espíritu de la humanidad, explorando en complejos experimentos políticos y sociales toda la herencia cultural que a veces han producido estallidos de gran creatividad y otras veces han llevado a auténticas catástrofes. Tienden a jugar mucho con ingeniería genética para salvaguardar (los privilegiados) una inmortalidad casi real, que de hecho puede prolongarse mas allá del cuerpo (protegido por nanomaquinas regenerativas) ya que guardan copias de si mismos en discos duros de avanzados ordenadores a la espera de nuevos cuerpos si son necesarios, aunque dependen, y mucho de los avances tecnológicos de los Ultras, una facción de la humanidad que vaga por el espacio en naves que alcanzan una velocidad similar a la de la luz y cuyos cuerpos han transformado casi en un híbrido humano-maquina, convirtiéndose en una cultura casi alienígena.

Extractos de un artículo ubicado en: http://www.espejosdelarueda.org/