2022 (Isabel)

Isabel A: Había un tipo en el sanatorio, mamá. Cuando llegó tenía la cabeza recién rapada. Lo habían mandado ahí después de que su mujer había muerto de leucemia.. Estaba deshecho. Como yo. O más que yo. Como si tuviera los todos huesos rotos, esa clase de impresión daba. Le daban pastillas. Las mismas que a mí, las azules. Lo sé porque el tipo se las guardaba bajo la lengua y después me las mostraba. No eran muy puntillosos con ese aspecto de la terapia, mamá, no mucho. Pero lo que importa es el tipo. Se llamaba Germán y era profesor. Eso me contó. Hacía clases en un instituto. Era experto en historia de Chile, me dijo. Pero no hablaba de eso mucho. Decía que esa parte de su vida se había ido cuando ella se había muerto. Borrado de un plumazo, decía Germán. A negro. No puedo penetrar más allá de cierto momento porque el dolor me ciega, decía mientras tomábamos té. El dolor no me deja pensar, no me deja respirar y el cuerpo se me paraliza, decía y yo lo escuchaba mientras bebíamos ese té, sentados en el comedor del sanatorio, mirando por los ventanales el desierto al atardecer. Eso decía Germán y luego sacaba un cuaderno y me leía sus poemas. Era raro escucharlo, mamá. Sus poemas no parecían poemas. Sus poemas no estaban escritos en verso. Hablaban de refrigeradores y lavadoras. Había uno que detallaba la cantidad de los botones del delantal de una de las monjas. Y él iba así, botón por botón, hablando del blanco, de las arrugas y pliegues de la ropa. Era como si compusiera un rostro o el mapa de una ciudad. Así eran los poemas de Germán, mamá. Fríos, como cadáveres pero se trataba de cosas, de objetos y él los hacía lucir como cadáveres, como cuerpos muertos. A mí, a veces, me daba risa. Él venía en las tardes y me leía uno. Escribía con lápiz Bic en una pequeña libreta. Tenía una letra mínima, inentendible. Era un ritual que se repetía día a día: todos esos atardecer amarillos del norte yo escuchaba poemas sobre bicicletas o cubos de basura como si fueran acuarelas o imágenes de personas muertas. Por supuesto, al principio no entendía nada pero, con el tiempo, llegaron a gustarme: veía como le crecía lentamente el pelo a Germán y pensaba que eso tenía que ver con los poemas. El pelo y que me gustaran. Eso pasaba casi todo el tiempo. Sólo una vez Germán me leyó otra cosa: un día domingo, de invierno. Se había largado a llover. Una de esas lluvias que en el norte destruyen todo. Una lluvia casi bíblica, mamá. En la tele mostraban a la gente anegada en el sur, personas arriba del techo de sus casas con los brazos extendidos y esperando ser rescatadas por helicópteros de la inundación. En el norte no era para tanto, pero el temporal transformaba el desierto en un mar de barro. En el sanatorio habían goteras. Las monjas colocaban basureros de plástico para recoger el agua. Mientras llovía, mirábamos el agua caer y comíamos pan con palta con Germán, de eso me acuerdo, cuando él sacó la libretita y se puso a leer. Era un poema largo, de varias páginas, escrito con esa letra chiquitita y apretada con la que anotaba todo. Estábamos frente a frente. Yo podía ver las hojas de Germán y ver cómo, a veces, más allá, en el borde de la página el lápiz se le disparaba, las líneas se le transformaban en rayas, borrones, palabras tachadas. Germán no me miraba al leerlo. No recuerdo el título, ni sus palabras exactas sino de lo que hablaba, mamá. El poema de Germán se refería a un viaje por el metro en Santiago y detallaba las caras de la gente muda, que subía y bajaba estaciones en silencio mientras miraba la publicidad amarillenta, desvaída y escuchaba las ruedas, pisando la mugre del suelo, esquivando la basura que se acumulaba en las esquinas de las boleterías. Germán narraba cómo era un día cualquiera en Santiago mientras tomaba el trayecto que hacía de su casa al trabajo todos los días. No parecía un poema frío sino más bien como una película. O una teleserie, mamá. Una teleserie mal filmada, como esas escenas de relleno que ponen para demostrar que el tiempo avanza, que la cosa va para alguna parte. Germán lo leía sin exaltarse, como respirando hacia dentro. Algunas palabras no se le entendían, yo me las perdía. De eso hablaba hasta casi el final. O los dos tercios. Porque luego el poema daba un giro. Se doblaba como se dobla un papel. O se quebraba tal y como se quiebra el ala de un pájaro. Un sonido hueco, lleno de aire que se desvanece en el acto. Así cambiaba: porque el que hablaba, que era Germán, que debía ser Germán, decidía no ir a trabajar y metía en una iglesia donde velaban a alguien. Y en el poema Germán contaba que el que velaban era un amigo suyo de infancia, que se había suicidado luego de haber incendiado su casa para luego saltar por la ventana. Trabajaba de actor pero no le iba muy bien en la vida, en general. Había ido a la tele, a un programa de concursos y se había burlado de él un animador con cabeza de cerdo. Alguna vez había sido una promesa en el mundo del radioteatro. El poema decía que la cabeza de cerdo era literal, que no metaforizaba nada. Pero también podía ser una máscara teatral. A su amigo muerto, cuando estaba vivo, la mujer con los hijos lo habían abandonado. Y en el poema, en la vida, Germán miraba la cara de su amigo en el ataúd. Su amigo, por cierto, había recitado un poema de Gabriela Mistral en la televisión. En la iglesia no más había deudos que él. Hacía frío, decía Germán en el poema. Hacía frío, me decía Germán y en el poema él miraba la cara de su amigo y se quedaba allí un rato. Ahí terminaba el poema. En Santiago, con el paisaje helado, en una mañana cualquiera, con un muerto a la vuelta de la esquina. Un día en la vida. Pero sabes qué creo, mamá: creo que Germán hablaba de mi papá. Podía ser él. Y yo me lo imaginé así. Así de lejos. Así de cerca porque me di cuenta de que, aunque no lo conociera, Germán hablaba de mi papá. Que mi papá era ese amigo suyo que estaba en el ataúd en esa iglesia vacía. Era a mi papá al que Germán miraba en silencio mientras su propio poema terminaba, mientras el desierto nos cubría con su lluvia, transformándose en un lodazal lejano que amenazaba con convertirse en un aluvión de fango que podía venir desde el horizonte a sepultarnos una vez que llegara la noche, mamá.

Críticas a Harry Potter and The Deathly Hallow

Harry PotterA continuación los comentarios sobre Harry Potter and The Deathly Hallows, desde dos perspectivas opuestas: La del crítico-fan y la del crítico-despiadado-e-indolente. Francisca Solar y Camilo Marks, respectivamente.

La Dulce Cara del Final
Por Francisca Solar

Dado el sufrimiento mundial por el fin de la serie Harry Potter, vaya una disculpa de antesala para todos los fans, pero la verdad es esta: gracias a Dios The Deathly Hallows es el séptimo, último y definitivo tomo. Pero no por lo que usted cree. En lugar del libro oscuro y siniestro que muchos esperaban luego de El Misterio del Príncipe, esta última entrega ha sido una brillante y luminosa despedida. JK Rowling ha retirado su obra en el mejor momento, en lugar de alargar el elástico hasta que no diera más, error que tantos otros autores han cometido. La decisión ha sido correcta, mesurada y acertada, dándonos un cierre que se convierte, sin lugar a dudas, en el mejor y más inspirado volumen de esta exitosa saga. Continue reading «Críticas a Harry Potter and The Deathly Hallow»

EL ESPÍRITU DE LOS ANDES

23 de Abril, 2012

Ayer enfrentamos por primera vez a los SU-30 Flanker venezolanos. Inteligencia ya nos había informado de vuelos rasantes en la frontera boliviana y todos esperábamos ansiosos el primer combate. Los Cóndores detectó a dos Flanker que sobrevolaban espacio aéreo chileno y enviaron a Cáceres (Aucán) y Castro (Manque) para interceptarlos. Tuvieron su primer bautismo de fuego y les fue bien. Derribaron a un Flanker y el otro escapó. Recibimos la noticia con júbilo y ansiosos en conocer los detalles del enfrentamiento. Mañana o pasado llegará el informe de inteligencia.

Antes de acostarme salgo a la pista y fumo un cigarrillo. Nuestra base de campaña que hemos desplegado al interior está bien equipada y su ubicación es desconocida para los bolivianos. Desde aquí podremos apoyar a nuestras tropas con mejores tiempo de respuesta. Es muy probable que también nuestra escuadrilla enfrente a los Flanker venezolanos. Nadie lo dice, pero esta es una oportunidad única. Nos hemos preparado para esto y estamos ansiosos de vivirlo. No tengo miedo. Sé que ganaremos.

27 de Abril, 2012

Hoy realizamos nuestra primera misión de combate, cerca de la frontera, para apoyar a nuestras tropas en tierra. Husar y Peuco destruyeron dos sistemas de lanzacohetes Tor, usando nuestras bombas JDAM stand-off. Fenrir y Elkan atacaron una columna de blindados, mientras Jasón, Vectra y yo dábamos cobertura área. Ningún Flanker se presentó.

De vuelta a la base hicimos nuestros informes de posvuelo junto a un reporte para Inteligencia y para nuestro Comando de Combate en Santiago.

Por la tarde sucedió algo extraordinario. Vimos a un Cóndor sobrevolar la base. Nunca había visto uno. Sus alas son impresionantes. Parecía un bombardero. Su sombra se paseó por la pista y por las paredes de nuestras instalaciones. Lo celebramos como una buena señal, ya que somos la escuadrilla “Cóndor Sur”. Meneses me dice que el Cóndor es el Espíritu de los Andes. Que para los antiguos pueblos altiplánicos es inmortal.

El Cóndor se elevó por encima de nuestras miradas y voló hacia las montañas. Desde nuestra base Los Andes se ven imponentes y rozan el cielo. Meneses me cuenta que los Cóndores suelen morir estrellándose en las montañas cuando su vida se apaga. Le creo.

Vuelvo a mi habitación. Meneses se queda en el borde de la pista mirando hacia las montañas.

30 de abril, 2012

En nuestra quinta salida detecté a un UAV volando casi a ras de piso, a unos 20 kilómetros. Lancé mi Python y pude derribarlo. De vuelta comentamos lo sucedido y enviamos el informe a Inteligencia. De alguna forma nos sorprende ver aviones sin piloto en manos de los bolivianos. Es claro que están siendo suministrados por Israel, China y otros países que violan el bloqueo que ha impuesto Naciones Unidas.

Lo que nos preocupa es que el UAV estaba cerca de nuestra base. ¿Nos habrá detectado? Si es así, necesitaremos apoyo de nuestras tropas y algunos sistemas de misiles antiaéreos de más alcance, porque nuestros Oerlikon y Stinger no podrán cubrir alturas mayores.

El Coronel ordena doblar nuestro patrullaje y aumentamos los turnos.

05 de Mayo, 2012

Vectra fue derribado hoy, a unos 120 kilómetros de la base. Creemos que lo alcanzó un R-77 que salió disparado de un Flanker y que probablemente Vectra no pudo detectar a tiempo.

La noticia nos entristece. Vásquez, indicativo Vectra, era un tipo muy querido. El Coronel ordenó recoger sus cosas y enviarlas en el Hércules que salió con rumbo a Cerro Moreno. Mañana habrá un oficio religioso. El Coronel le escribió una carta a su esposa.

El derribo nos obliga a cambiar nuestras tácticas de vuelo. Armado con los R-27ER y R-77, el Flanker mantiene cierta ventaja sobre nosotros y nos obligará a volar defensivamente. Enviamos el informe a nuestro Comando de Combate, solicitando de forma urgente confirmar todo el arsenal que posean los venezolanos en sus aviones.

La verdad es que confío en el AIDEWS de mi F-16. Nuestros sistemas integrados constan de RWR pasivo de alerta radar, junto al jammer electromagnético de amplio espectro. Se supone que con ello somos capaces de detectar y perturbar las emisiones de radares y también de misiles de guiado por radar activo/semiactivo. Nuestros Amraam C-120 son también muy efectivos y si bien el F-Pole nos complica, creo que podríamos atacarlos con cierta facilidad.

Pero el derribo de Vectra nos dice que nada es seguro. Bueno, para eso hemos sido entrenados, nos dice Ramírez, nuestro Comandante de Escuadrilla.

10 de Mayo, 2012

Ramírez nos reúne por la mañana. Malas noticias. De acuerdo a lo informado por nuestro Comando de Santiago, los venezolanos estarían usando misiles R-27ER Alamo y posiblemente una variante del R-77 denominada Astarot. La información fue suministrada por el Agregado Aéreo norteamericano en Santiago, así que debe ser cierta. Recibimos la noticia como un funeral. Concluimos que eso fue lo que derribó a Vásquez.

Los Astarot son misiles furtivos de largo alcance desarrollados en conjunto por los rusos y chinos. Fueron probados en la Guerra del Caspio por la Fuerza Aérea de Kazajastán. Recuerdo que un oficial norteamericano me contó en Texas del derribo de dos F-22 durante la guerra. Me dijo que los pilotos nunca supieron qué los liquidó. Creían que se trata de esos R-77. Meses después los rusos hicieron pública la existencia del misil, declarándolo infalible.

No tenemos contramedidas suficientes para enfrentarlos. Los norteamericanos trabajaban en ello cuando nos destinaron al norte. El Coronel ordena mantenerse en tierra y sólo realizar misiones estrictamente necesarias. Preparamos entonces unas tácticas de acercamiento para enfrentar a los Flanker en combate dogfight, tal cual lo hicieron Manque y Aucán. Es arriesgado pero no queda otra opción. Sólo enfrentándolos mano a mano tendremos posibilidades de derribarlos.

Sin embargo, ello nos deja sin capacidad operativa a larga distancia. Tendremos que ir en su búsqueda o esperar que se acerquen para lidiar con ellos.

Por la tarde Ramírez me pregunta por Meneses. Me dice que no lo visto en todo el día. Lo encontré en su avión. Un operario pintaba unas líneas negras en la cola del avión. Le pregunto a Meneses qué significa.

Me dice que es la señal de nuestra escuadrilla para decirnos a nosotros mismos que nadie debe salir con vida de la batalla. Le digo que no sabía que teníamos esa distinción y que esperaba salir con vida de esta guerra.

Meneses se da vuelta y me dice que todos vamos a morir. Que todos tenemos que morir.

Sus palabras me dejan de una pieza y vuelvo a mi habitación. Pienso en ellas hasta que me quedo dormido.

15 de Mayo, 2012

Hoy perdimos a Cáceres, Saez y Meir. Volaban en dirección noreste para aliviar a una brigada que se encontraba cercada por fuerzas peruano-bolivianas, cuando fueron atacados por cinco Flankers desde unos 50 kilómetros.

Ya no hay duda, no podemos enfrentarnos contra los venezolanos en igualdad de condiciones. Sus Astarot son infalibles. Algunos están muy nerviosos y otros especulan sobre la posibilidad de evacuar la base y trasladarnos al sur.

Comenzamos a preguntarnos en silencio quién será el próximo.

17 de Mayo, 2012

Despierto en medio de la noche. La base está en silencio y la mayoría está durmiendo. La verdad es que hace rato que no puedo conciliar el sueño.
Me levanto y voy al baño. Tomo un poco de agua y mojo mi cabeza. Contemplo mi rostro en el espejo y noto que ya no es el mismo de hace unas semanas. No es cansancio ni falta de sueño. Por primera vez veo rastros de temor delineando todo mi rostro.
Me coloco los pantalones y la chaqueta. Al salir, veo la noche estrellada reclamando el dominio de todo.
Camino por la pista hacia los hangares. Saludos a los guardias y les ofrezco un cigarrillo.
Nuestros F-16 están en los bordes de la pista, alejados unos cincuenta metros de ella y rodeados de pequeños montículos. Están cubiertos de lonas especiales activas, que logran producir camuflaje óptico durante el día y distorsionar las imágenes captadas por los satélites.
Paso cerca de mi F-16 y luego camino hacia donde está el de Meneses, que logro distinguir por las líneas negras que tiene pintadas en la cola. Al acercarme, puedo ver que está dentro del avión. Le pregunto qué hace. Pero no me contesta. Sus ojos me miran desde la oscuridad de la cabina y luego se cierran.
Vuelvo a mi habitación. Me acuesto pensando en que para algunos esta situación debe ser muy difícil de soportar.

18 de mayo, 2012

Hoy perdimos a Meneses. Su avión partió en la mañana junto a Sanhueza en una misión de reconocimiento y luego de un encuentro con Flankers bolivianos perdimos contacto. Sanhueza dice que Meneses logró derribar a un Flanker y que luego el avión desapareció con rumbo hacia los Andes perseguido por los Flankers.
Durante la mañana guardamos un minuto de silencio por Meneses. El Coronel informa a nuestro Comando de Combate de lo ocurrido, señalando a Meneses como “perdido en acción”. Solicitó que fuerzas especiales vayan en la búsqueda de los restos del avión y de su cuerpo.
Por la tarde, salgo a caminar por la pista y observo a Los Andes. Ortega me dice que tenemos que cumplir el turno de la noche. Vuelvo a mi puesto. Una extraña sensación me acompaña.

No sé por qué, pero siento que Meneses sigue vivo.

20 de Mayo, 2012

Durante el día escuchamos informes de la guerra. Las cosas no andan muy bien. Nuestras tropas han sufrido fuertes pérdidas y los peruanos han hundido dos fragatas. A cambio mandamos al fondo del mar tres de sus submarinos.
Naciones Unidas pide un alto a fuego y algunos países ya están preparando una fuerza de paz para enviar a la zona. Rumores indican que los argentinos han concentrado sus tropas en la frontera y que Brasil ha hecho lo mismo en el límite con Venezuela. Ecuador ha llamado a movilización nacional.
Nuestro Comandante en Jefe nos hace llegar un mensaje diciendo que la vida de nuestro país está en peligro y que debemos pelear hasta el final.

21 de Mayo, 2012

Es de noche y me encuentro en la cabina de mi F-16. El Coronel ha ordenado que los pilotos que cumplen turno duerman en los aviones para despegar apenas nos ataquen. Años atrás, en 1978, nuestros pilotos dormían en sus cabinas esperando el ataque de los argentinos. Esa vez, nuestros pilotos de F-5 sabían que si despegan no volverían con vida, pues los aviones no contaban con catridge de eyección. Ahora esperamos el ataque de los Flankers y sabemos que lo más probable es que nos derriben.
Pienso en Meneses la noche que lo vi en su cabina. Quizás sabía lo que iba a ocurrir. Por eso las líneas negras en su rostro y en la cola de su avión.
De pronto veo una silueta caminar por la pista. Por la indumentaria parece un piloto. Abro la cabina y trato de ver quién es.
La silueta se aleja y al bajar del avión llamo para ver quién es. No me responde.
Corro por la pista buscando al piloto, pero no está en ninguna parte. Me dio vuelta y entonces escucho mi nombre.
Entonces veo a Meneses a unos veinte metros en el medio de la pista, observándome.
Corro desesperado hacia él, pero no logro alcanzarlo. Sin embargo se mantiene frente a mí.
Trato de hablarle pero no puedo. Pareciera que no me escuchara. Se acerca tranquilamente y distingo las líneas negras cruzando su rostro.
Meneses me mira fijamente y luego señala con su brazo en dirección a Los Andes. Da entonces media vuelta y se aleja por la pista.
Grito su nombre pero no escucho mi voz. Trato de moverme pero no puedo. Y entonces amanece rápidamente y alcanzo a contemplar a un Cóndor volando hacia el cielo.
Ortega me despierta. Me pregunta por qué estoy gritando. Estoy bañado en sudor dentro de la cabina. Le digo que era un sueño.
Ortega sonríe y me dice que el turno ha terminado.

23 de mayo, 2012


Nos enteramos que las tropas peruano-bolivianas avanzan hacia Iquique y Antofagasta. Nuestro mando nos ordena evacuar la base esa misma noche, pero somos atacados por bombarderos Vulcan. Usamos algunos Stinger y los Oerlikons para tratar de derribarlos, pero vuelan a mucha altitud y se ponen fuera de nuestro alcance. El enemigo ya conoce nuestra posición y sólo es cuestión de tiempo para que nos ataquen directamente.

El Coronel ordena destruir todo el material que pueda caer en manos del enemigo y prepararnos para la evacuación.

24 de Mayo, 2012

Un Exocet destruye nuestro radar. Otro impacta en el hangar destruyendo tres aviones. Los misiles eludieron nuestros sistemas de vigilancia e hicieron temblar toda la base. Murieron quince hombres y el incendio se extendió por dos horas. Perdimos gran parte de nuestra gasolina y ya no podremos evacuar nuestros aviones. El Coronel fue herido de gravedad y Ramírez asume el mando provisional.

En medio de la confusión logramos apagar el incendio, y rescatar a los heridos. No dormimos en toda la noche, y sólo por la mañana algunos lograron conciliar el sueño. Nos organizarnos para distribuir la comida y el agua. Al llegar la noche, Ramírez ordena apagar las luces por turnos para no agotar el generador.

Ya no recibiremos abastecimiento desde el aire. No hay cobertura aérea. El último Hércules despegó en la mañana con los heridos y el Coronel.

02 de Junio, 2012

Perdimos comunicación satelital con nuestro mando. Ya no sabemos qué ocurre. Recibimos señales del exterior en la radio a pila de Jiménez. Las cosas marchan mal. Parece que nuestras tropas se han replegado hacia el sur, y estamos virtualmente en territorio enemigo.

Todos están escribiendo cartas y entregándolas a un compañero. Algunos dejan mensajes en algún rincón de la base. Le pido a Jiménez que guarde mi diario por si soy derribado.

08 de Junio, 2012

Nos atacaron cinco Flanker. Esta vez, logramos despegar en medio del fuego, pero Ortega tuvo que volver porque lo ametrallaron completamente. Su F-16 aterrizó a duras penas. Logré derribar un Flanker y desde tierra inutilizaron otro con un Mistral. Sin embargo, dos Flanker se colaron detrás de mí y no tuve más remedio que alejarme rápidamente. Desde la base me gritaron que volviera para dispararles con los Mistral, pero los Flanker me cortaron el camino. Logré esquivar un misil y elevé mi avión tratando de dar un giro y colocarme detrás de ellos. En menos de un segundo, la visión se nubló y comencé a perder el conocimiento. Detrás de mí, podía casi escuchar las ráfagas de disparos de los Flanker. El avión comenzó a sacudirse y busqué la palanca de eyección.
De pronto un destello de luz iluminó el reflejo de la cabina. Fue sólo cosa de segundos. Logré controlar el avión y pude dar vuelta.
Entonces lo vi. Primero, la bola de fuego apagándose y los escombros del Flanker cayendo a través de cielo. El otro Flanker se alejó rápidamente y hubiese podido apuntarle de no ser por el otro avión que volaba cerca de mí. Era un F-16, pero supe inmediatamente que era imposible. Lo supe porque sabía quién era. Las líneas negras dibujadas en la cola eran inconfundibles.
Por la radio grité su nombre, pero no hubo respuesta. Antes que pudiera acercarme, el avión tomó impulso y se alejó hacia el este. Iba a seguirlo cuando noté que ya no me quedaba combustible. De la base me llamaban desesperados preguntándome qué diablos sucedía.
Volví. Al bajar los hombres se acercaron con júbilo celebrando mi pequeña victoria. Ortega salió sin daños, pero su F-16 ya no puede volar. Ramírez ordenó desarmarlo y usarlo como suministro de repuestos. Todos me preguntaban cómo logré derribar al Flanker.
Les dije que había sido Meneses. Todos se quedaron en silencio. El Comandante me pidió un informe y después de leerlo me dijo que el radar sólo captó a tres aviones. Que la pérdida de Meneses me había afectado. Me ordenó tomar dos días de descanso.

11 de Junio, 2012

Vimos pasar a lo lejos dos Mirage Pantera que venían hacia la base, perseguidos por tres Flanker que les cayeron encima. El primer Mirage alcanzó a derribar a un Flanker pero fue aniquilado. Por la radio de nuestros aviones escuchamos impotentes los gritos del piloto. El segundo Mirage fue alcanzado por fuego de cañones y Ramírez le ordenó eyectarse. Pero el avión tomó impulso, dio un giro hacia las nubes y al dar la vuelta se abalanzó contra el Flanker que lo perseguía. El impacto hizo estallar ambos aviones y una bola de fuego iluminó el cielo. Nos quedamos atónitos, mientras los otros Flanker se retiraban.

Algunos hombres se dejaron caer, abatidos y con lágrimas en los ojos. Todo fue muy rápido y ni siquiera alcanzamos a despegar. No hubiésemos podido hacer nada.

Nadie lo dice, pero estamos perdiendo la guerra. Los Pantera son nuestros aviones más viejos y estaban retirados. Probablemente nuestra flota de F-16 y Eurofighter ha sido anulada. Sin fuerza aérea, la guerra está prácticamente perdida.

Sin embargo, la imagen del Mirage chocando contra el Flanker nos estremece y hace estallar nuestros corazones. Después del llanto de algunos, nuestros semblantes cambian. Sea lo que sea, tenemos que estar preparados para lo que venga.

Por la noche me pinto la cara con líneas negras atravesando mi rostro.

12 de Junio, 2012

Ya casi no nos queda gasolina. Realizamos vuelos de diez a veinte minutos sólo para patrullar un perímetro reducido donde se encuentra la base. La pista casi es inoperable. Desde la distancia podemos ver relámpagos de luz. Debe ser la artillería boliviana que bombardea Antofagasta.

Ramírez nos ordena cavar unas trincheras y crear un perímetro defensivo. Usamos algunas bombas de los aviones para utilizarlas como minas. Repartimos los fusiles HK y Galil y desmantelamos dos cañones cuádruples anti-aéreos para la defensa terrestre. Ya no estamos en condiciones de enfrentar ataques aéreos. Nos replegamos a lo que queda del edificio de comunicaciones.

Cumplo mi primer turno vigilando el perímetro.

14 de Junio, 2012

Hoy perdimos a nuestro Comandante de Escuadrilla, Claudio Ramírez. Cumplíamos una misión de exploración buscando alguna zona que nos permitiera evacuar por tierra. Volábamos por sobre las nubes, cuando perdí comunicación con él. No es mucho más lo que puedo decir. Ya no me quedan palabras para expresar lo que siento.

Al volver debo asumir el mando. Ordeno prepararnos para un ataque aéreo inminente.

Camino por la pista sumido en una gran depresión. Con sorpresa, descubro que no es miedo ni pena por el hecho de morir, sino por la derrota inminente.

16 de Junio, 2012

Nos atacaron con todo. Todo nuestro personal de tierra fue alcanzado. Tengo suerte de seguir con vida.

Algunos yacen muertos tirados sobre la pista y los escombros. Otros permanecen heridos en lo que queda de la enfermería. Les damos morfina pero no es suficiente. Gutiérrez no aguanta el dolor por la falta de sus piernas y me pide que le dé un tiro. No puedo hacerlo. Fuimos compañeros de generación y gracias a él pude aprobar matemáticas avanzadas en la Escuela. Antes que pueda detenerlo Jiménez se acerca y le dispara en la sien.

Enterramos algunos cuerpos. Otros quedan atrapados en las ruinas o en la pista. Estamos exhaustos y el calor hace que el hedor sea insoportable.

Trato de dormir y sólo escucho el llanto ahogado de Jiménez.

21 de Junio, 2012

La base es sólo silencio y muchas ruinas. Mi F-16 está en el último hangar que queda en pie. Es el único avión que está operativo. Sólo tengo gasolina para un vuelo de quince minutos. No es suficiente para alcanzar nuestras líneas, donde quieran que estén.

Muchos de los heridos están agonizando. No podemos hacer nada. Algunos se han desmayado y mueren en medio del sueño.

La noche reclama el dominio de todo y con Jiménez abrimos las últimas latas de carne. Comemos en silencio. Cada uno se pregunta para sí mismo, quién será el último.

22 de Junio, 2012

Por la mañana me despierto con un disparo. Corro a lo que queda de la sala de comunicaciones y encuentro a Jiménez con un tiro en su cabeza. En su radio a pila escucho la noticia que toda la segunda región está en manos del enemigo. Las tropas regulares deben estar ya muy cerca.

25 de Junio, 2012

Son mis últimas palabras. Escribo esto dentro de la cabina de mi F-16. He dormido en ella esperando el momento. Y sé que en alguna parte los Flanker esperan que despegue para derribarme.

La base es un cementerio. El último herido dejó de respirar poco antes del anochecer. Llevé su cuerpo al costado de la pista y lo cubrí con tierra, pero el viento quitaba la arena de su rostro una y otra vez. Caí exhausto, llorando de impotencia.

27 de Junio, 2012

Dios mío, soy el último. Toda la escuadrilla Cóndor Sur ha sido derribada. Llevo dos días sin comer y me queda poco agua.

El día se extingue y la noche se esparce por todo el paisaje. Puedo ver a los lejos luces moviéndose de un lado para otro. Son peruanos y bolivianos sin duda. Se están acercando y llegarán muy pronto.

Mi nombre es Francisco Saavedra, Capitán de la Fuerza Aérea de Chile. Fecha de nacimiento, 5 de enero de 1982. Edad, 30 años. Indicativo, Sabre.

Mi nombre es Francisco Saavedra y soy el último. Todos han muerto o desaparecido. Permanezco en mi cabina leyendo mis anotaciones durante todo el día. Me pregunto donde está quien las ha escrito. Porque él es el último. Yo aún no he terminado. Sigo vivo. Y mi F-16 sigue intacto, esperando. Escucho mi respiración y sólo gracias a eso sé que sigo aquí. Pienso en Ramírez, Ortega, Sanhueza, Meir, toda mi escuadrilla. Pienso en el fin. Pienso en mis padres y en la gente que amo. Le quito el seguro a mi pistola y cierro los ojos.

Espero el momento.

De pronto, los sistemas se encienden y el motor toma su impulso. Los rieles bajo las alas están vacíos. Los cañones no tienen munición. Pero en el reflejo de la cabina veo las líneas negras surcando mi rostro. Soy el último.

El avión se eleva y la base queda atrás. No es necesario ver el radar para sentir al enemigo que se aproxima. Después de todo, un Cóndor no siente miedo. Jamás verás a un ave sentir compasión por sí misma. El Cóndor acepta su destino, por la razón o la fuerza, como un eterno retorno. Vuela hacia el fin de sus días cuando todo ha concluido.

Enfilo hacia los Andes, mientras el sol muere lentamente hacia el oeste. Entonces una silueta inconfundible aparece cerca de mí, volando como un sueño.

El avión permanece junto a mí conduciéndome hacia los Andes, donde las aves milenarias reclaman el dominio de su especie.

Ahí, donde los Andes rozan el cielo del Cono Sur…

De acuerdo al informe evacuado por la segunda división del Ejército boliviano, el Capitán Francisco Saavedra fue encontrado muerto en la cabina de su avión F-16, producto de un disparo efectuado por su arma de servicio. Junto a él, fue hallada una libreta con anotaciones que dan cuenta de lo ocurrido en la Base de campaña “Atlante” desplegada por la Fuerza Aérea de Chile durante el reciente conflicto con Bolivia y Perú.

Los cuerpos de los efectivos que operaron en la Base Atlante fueron entregados por el Gobierno de Bolivia a la Cruz Roja Internacional, organismo que a su vez entregó los cuerpos al Gobierno de Chile. Sin embargo, el cuerpo del Capitán Esteban Meneses sigue estando desaparecido como asimismo su avión F-16.

Al respecto, los informes de la inteligencia de las fuerzas aéreas de Bolivia y Perú han concluido que el Capitán Emilio Meneses es el piloto guerrillero que ha estado operando en el territorio chileno ocupado por las fuerzas peruano-bolivianas durante los últimos cinco meses. Los informes de posvuelo y de naves derribas dan cuenta de un avión con características similares a un F-16 Block 50, el cual formó parte del inventario de la Fuerza Aérea de Chile.

Se estima que dicho F-16, a quien los pilotos bolivianos llaman comúnmente el “Espíritu de los Andes” ha sido el causante de más de 15 derribos en los últimos tres meses.

Los combates en la zona ocupada siguen causando numerosas víctimas.

Department of Defense Intelligence Agency
Report 6789-4
“Chilean F-16 Fighter”
Classified

De qué estan hechas las niñas

«La esencia femenina es multiforme y heteróclita. y yo, yo funciono a base de mecanismos silenciosos e iluminados que se conjugan y reorganizan a la perfección -como armonía pura, un poco disonante. no hay ninguna zanja infranqueable en mi interior ni tampoco alguna dicotomía intolerable. contengo mis sentires en una homeostasis salvaje regulada por ese mismo gran principio que mueve las piezas cósmicas. no es el karma universal: es el equilibrio suave y profundo que proviene de (you name it). mi conciencia transparente invita porque está expuesta con brutalidad sincera.

Me gusta ser mina. me gusta esto de tener un cuerpo suave y con curvas. me gusta que filósofos cotidianos y de cátedra nos considerenenigmas y kerimas: enigmas velados, desvelados y vueltos a velar – casi un objeto de culto hermenéutico. me gusta tener orgasmos más intensos que los de cualquier hombre. quiero vestirme de rosado y andar en una camioneta gigante. quiero tener un pony y estudiar literatura dura. quiero ser una estrella porno. quiero ser una princesa». Toncy Dunlop.
Hace unos meses este texto me voló la cabeza, era yo, vista y escrita a través de la lengua dura y mojada de, hasta ese momento, una nenita desconocida.

Y ahí salté yo, en medio de la batalla de zombies que significó este ligero cambio del “taucito”, donde ellos gritaban y se engullían unos a otros para vomitarse de vuelta en una lucha sin fin, donde se dió a luz al tau de baradit…sí, ahí salté yo, diciéndoles que quería hacer un tau de minas y para minas, rosado y negro, con porno y ternura mezcladas en una vorágine de niñas con lágrimas en los ojos y cables saliéndoles por el cuello. Quería ver un tau que realmente me dieran ganas de leerlo, que me hiciera algún click.. así que , con la inconsciencia que me caracteriza, me embarqué en esta navecita que va echando humito rosado.
Y no quise hacer lo mismo de siempre… poner a las dinosaurias de la sci-fi, esas que escriben como nenes, sino a las chicas que desde el fin del mundo estamos haciendo algo de escándalo, chilean riot grrrls. Asi que agarré a mis amigas, sangre de mi sangre y las golpeé con ternura para que se pusieran a trabajar. Y el resultado está aquí. Podría haber mucho más, quedo con la sensación de que se puede seguir con este estilo, tratando de darle una vocecita a nosotras, que también estamos gritando en medio de esos zombies locos y sedientos de máquinas.

Y esto no sigue una línea más que mostrarnos tal como somos:, tiernas, ñoñas, duras, violentamente sinceras, calientes, inocentes, misteriosas, y profundamente divergentes.

Espero que les guste, pues a mí me gustó mucho armar esta revista, sentí que armaba un pequeño bocadito de hojaldre relleno de crema pastelera y nitroglicerina, sintiendo que tan sólo me asomaba a un universo nuevo, lleno de colores y sensaciones extrañas.
Espero que con los textos, las entrevistas y las ilustraciones logren asomarse también, logren sentir un poco de qué están hechas las niñas.

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El sexo de los ángeles

(la ciencia ficción escrita y las mujeres)

«Juro que: Renuncio a casarme salvo como compañera libre. Seré conocida solamente por el nombre de mi madre. No me entregaré a ningún hombre salvo por mi propio placer y deseo. Tendré hijos sólo para mí y por mi propia elección. No recurriré a ningún hombre en busca de apoyo o socorro. Y juro que las Amazonas Libres, todas y cada una de ellas, serán para mí como mi misma sangre, sólo a ellas deberé lealtad y ninguna recurrirá a mí en vano.»
(Juramento de las Amazonas Libres. Marion Zimmer Bradley).

Aun cuando es una mujer la que da comienzo de manera consensuada al género de la ciencia ficción (Mary Shelley en 1818 con “Frankenstein o el moderno Prometeo” donde los principales personajes son hombres, la criatura y su “padre”), si nos limitamos estrictamente a la cantidad, es por todos sabido que las mujeres escritoras de CF siguen siendo muy pocas. Por ejemplo en los premios del género, Nebula: de 40 galardonados, se ha otorgado sólo a 9 mujeres (con 13 premios). Hugo: de 53 galardonados se ha otorgado sólo a 8 mujeres (también con 13 premios. Aquí dejo fuera a Susana Clarke y a JK Rowling pues no han escrito libros de CF). Asimismo, el título de Gran Maestro de la Ciencia Ficción (Damon Knight Memorial) sólo lo han obtenido Ursula K. Le Guin y Anne McCaffrey (de un total de 20 galardonados). Comparativamente hablando, las mujeres escritoras son pocas y vemos además que los nombres galardonados son casi siempre los mismos: Louis McMaster Bujold, Ursula K. Le Guin, Connie Willis y en menor medida CJ Cherryh. Además, el hecho de vivir en países no anglosajones dificulta el conocimiento de más autoras, por la falta de traducciones al español, que son inexistentes o ya inencontrables en nuestro país (como es el caso de Kate Wilhem, Vonda McIntyre, Joanna Russ, Lisa Tutle, etc).

Lamentablemente, la idea general que existe sobre la relación de las mujeres escritoras y la CF es que éste ha sido el vehículo perfecto sólo para hablar sobre la situación de las mujeres y que muchas lo han usado para convertirse en voces autorizadas para hablar de temas feministas a ultranza; hecho resaltado de continuo en antologías y referencias y que incluso encuentra eco en la creación en 1991 durante la WisCon (convención mundial de CF con orientación feminista) del premio anual James Tiptree Jr. (paradójico seudónimo de la escritora de fantasía y CF Alice Sheldon) que se concede a autores de CF y fantasía que contemplen cambios en los tradicionales roles de género, en algún aspecto fundamental de la sociedad). Sin embargo, debemos tener presente que en un primer momento era necesario hablar del tema desde una perspectiva más “militante”, por así decirlo, como reacción natural a la visión que existía de las mujeres en la CF de los años cincuenta profundamente misógina. Así, muchas escritoras escogieron la CF para hablar sobre feminismo o temáticas de construcción social de la sexualidad, inversión de roles tradicionales, etc; primero en un plan “militante” y luego con discusiones complejas e integradoras sobre ambos géneros, donde fuera interesante describir cómo el rol de las mujeres no se limitara a seguir el patrón determinado por la sociedad y resultara iluminador imaginarse incluso que sucedería cuando un ser humano conoce a los integrantes de una raza alienígena donde su identidad sexual no es fija, ya que pueden ser hombre y también mujer de forma completamente natural (“La mano izquierda de la oscuridad” de Ursula K Le Guin), o cuando las mujeres resultan ser independientes totalmente de los hombres en una lectura nueva del mito de las Amazonas, en la trilogía de las Amazonas Libres de la saga de space opera Darkover de Marion Zimmer Bradley, o cuando las relaciones de poder entre hombres y mujeres se encuentren invertidas como en “La puerta al país de las mujeres” de Sheri S Tepper.

Entre las obras cumbre de este tipo de feminismo radical si se quiere llamarle se encuentra: “El hombre hembra” de Joanna Russ y “La serpiente del sueño” de Vonda McIntyre, ambos libros que muestran a mujeres realizando trabajos (y en puestos de poder) considerados tradicional e inconscientemente como propios de hombres y que hablan sobre mujeres que se labran sus propios destinos a través de viajes iniciáticos.

La ciencia ficción también es un vehículo para explorar posibilidades e imaginar que es lo que sucedería en un futuro cercano o lejano. En cierta medida permite construir sueños o pesadillas que funcionen como una suerte de advertencia de qué es lo que podría suceder en el futuro si no cambiamos lo que sucede hoy o como una suerte de proyección de que es lo que se desea ahora. Aquí es donde encontramos distopías como la de Margaret Atwood: “El cuento de la criada”, en la cual unos Estados Unidos post apocaliptico reconvertido al puritanismo con graves problemas de fertilidad, consigue solucionar a medias el problema estableciendo una estricta jerarquía de castas para las mujeres, la cual es ordenada por colores, donde las mujeres que aún son fértiles (que visten de rojo) son propiedad de determinados dirigentes y desempeñan para ellos una mera labor reproductiva.

Otro problema que existe sobre las mujeres escritoras y la CF es que hay toda una legión de ideas pre-concebidas, que en realidad corresponden a características atribuidas al género femenino y que se traspasan de manera casi osmótica a cualquier tarea que desempeñen, en este caso, la literatura de género (CF, claro está): una mayor sensibilidad, emotividad, una mayor preocupación por el lenguaje (escritura pulida), un desarrollo de personajes complejos que son los que dan espesor a la trama dramática, preferencia por las relaciones sociales o humanas (lo que llamaríamos CF “soft”) sobre temas militaristas o de orden estrictamente técnico o de ciencias “duras” (“CF hard”). Creo que resulta claro que estas características no son privativas del género femenino y si bien hay ejemplos notables de estupendo trabajo de personajes (por ejemplo la saga de Miles Vorkosigan de Louis McMaster Bujold, que se sostiene casi por sí sola en este hecho), gran descripción de actitudes y situaciones humanas enfrentadas a situaciones propias de la CF como los viajes en el tiempo (“El día del juicio final”, “Por no mencionar al perro” de Connie Willis); existen grandes autores que han explorado estos temas con maestría.

Al discutir acerca del género de los autores y las características en la escritura de unos y otros resulta fácil caer en discusiones eternas sobre el sexo de los ángeles, creo que es preferible disfrutar los libros independiente del género de su autor y darles la oportunidad de hablarnos de temas contingentes, de discutir claro, sobre el sexo de los ángeles.

Una pluma delicada y fuerte

Nos colgamos de la pregunta fundamental sobre la existencia freak. ¿Se nace o se hace?. Decidimos plantearlo de forma más difícil y nos remitimos a una nena freak:. ¿Presentan un perfil definido? ¿Cuáles son los hitos que la marcan? ¿Son diferentes de sus símiles hombres?

Junto a Francisca Solar tratamos de responder estas preguntas y, como era la idea, terminamos hablando de pequeñas confidencias. Abocada a los libros desde muy pequeña el perfil de ñoña se encontraba íntimamente ligado al aislamiento, la obsesión por lo sobrenatural y la precocidad. La identidad freak se adosó a ella como una enfermedad indeseable pero, con el tiempo, se transformó en un rasgo distintivo y singular que eligió adoptar. Suena familiar. Quizás nos encontramos con un prototipo de la feminidad freak, alejada de los estereotipos que la asocian con la inestabilidad mental. Un espacio donde convergen la intuición y lo morboso. La delicadeza de la mano con las guaguas momificadas.

¿A: Comencemos por tu novela recién publicada, la Séptima M. Esta está basada en hechos reales que sucedieron en el sur de Chile, en Aysén. ¿Qué nos puedes decir del lugar que te inspiró para hacer tu novela?

F: En Aysén hay una importante percepción de abandono. Están abandonados legalmente, civilmente, por todos lados. Tienen unos parajes maravillosos, un turismo virgen que bien administrado podría generar muchísimos recursos. Pero no se sienten chilenos. Lo primero que me llamó la atención sobre Aysén fueron los suicidios. Partieron el ´97 y recién el 2001 salió una pequeñísima noticia en La Nación, creo.

A: ¿Pasó algo con tu novela y la gente cercana al caso?

F: Cuando fui a escena a reportear traté de dejar claro a todos con los que hablaba que yo no estaba haciendo un reportaje ni un libro periodístico.Yo estaba haciendo una novela, un intento por ficcionalizar esto. Pero para ficcionalizarlo necesitaba saber de verdad lo que estaba pasando. En un momento me costó que entendieran mi idea pero, en general, la gente estaba súper dispuesta a darme información con tal de que esto se supiera. Como fuera. Como parodia, como novela, como fuera pero que se supiera.

A: ¿Y cómo nacen en ti las ganas de escribir sobre esos suicidios, sobre ese tema?

F: Como te digo, recién el 2001 se supo un par de cosas. Yo le encontraba atractivo al hecho que fueran suicidios en serie y que, en el fondo, no tuvieran “explicación”. Se hablaba de gente depresiva o drogada. En el minuto en el que, efectivamente, decidí seguir el caso fue cuando la ministra en visita en ese momento, la ministra Araneda, dio una conferencia de prensa diciendo que, para ella, la solución del caso era enrejar el puente General Ibáñez, el puente de Puerto Aysén, porque estaba endemoniado y que “llamaba a los jóvenes a lanzarse al río”. Yo pensé que si la ministra en visita del caso dice eso con, en ese minuto, 12 suicidios, es porque algo estaba pasando. Seguí el caso desde Santiago y se me dio la oportunidad, un verano, de ir a Puerto Aysén. Pasé unas semanas allá y saqué muchas fotos. Parece un pueblo fantasma. Calles y calles y calles con casas abandonadas, tapiadas, con muy poca gente. Mucha lluvia. Llueve 300 de los 365 días de año.

S. ¿Tú lograste acercarte a alguna especie de explicación del fenómeno o supiste de alguien más que le diera alguna explicación?

F: Que yo sepa no. No parecía haber interés. 12 suicidios en Puerto Aysén, no le importan a nadie. La “solución del caso” es súper clara, para todos, y tiene que ver con una red de narcotráfico donde está metido todo el mundo. Piensa que el desempleo y el analfabetismo son altísimos por la deserción escolar. No hay ninguna fuente de ingreso excepto la droga. Y en el asunto están metidos gente de investigaciones, militares, o sea, obviamente es un caso que está entorpecido por todos lados porque nadie quiere que se sepa. Las muertes son asesinatos de testigos claves o gente que se quizo salir de la red.

S: ¿Es primera vez que a ti te llama la atención este tipo de noticias. Casos sin resolver, paranormales?

F: No, toda la vida. Desde chica yo recortaba noticias de casos sin resolver. Me encantaban. Y lo paranormal es lo primero que se relaciona a lo “sin resolver”. Me encanta el “Semanario de lo Insólito”. Esas noticias sobre guaguas momificadas, el tipo que sobrevivió en la nieve comiéndose la ropa. Nunca he podido olvidar la portada que trataba de una mujer de 60 años que fue al médico porque se pensó que tenía apendicitis y resulta que tenía una guagua momificada de 30 y tantos años. Había estado embarazada, nunca supo y el feto había muerto. Me he nutrido mucho de esos casos que al final tú no sabes si son verdaderos o no, pero son muy entretenidos. Bueno, mi segunda novela está inspirada en un caso aparecido ahí.

S: ¿Te ha sucedido algún fenómeno sobrenatural, paranormal en tu vida que recuerdes?

F: Con extraterrestres ninguno, por más que quiera. Estoy convencida que mientras más creas menos se te aparecen. Pero tuve una especie de premonición cuando nació mi hermano más chico que va a cumplir 12 años. Tiene Síndrome de Down. Una horas antes de que él naciera tengo una especie de visión, como soñar despierta, donde estoy protegiendo a un niño con Síndrome de Down en mi sala de clases, de los insultos de mis compañeros. Fue un segundo, y me llamó mucho la atención.. Una hora y media hora después nace mi hermano chico. Yo lo recibí con una paz enorme porque, en cierto modo, yo ya sabía que él venía. Esa ha sido la única experiencia que he tenido. Pero a pesar de que es la única que he tenido yo estoy convencida que pasa, que sucede.

S: En una entrevista leí que decías que el fanfic era tu escuela. ¿Nos puedes contar sobre eso?

F: Yo desarrollé mi escritura por el fanfic. Nunca participé en ningún concurso, nunca estuve en un taller literario. Empecé a escribir a los 13 años, y en buena medida fue porque llegó Internet a mi colegio. Yo, como fanática de los Archivos Secretos X empecé a buscar información de la serie y me encontré con algo llamado fanfiction. En esta páginas personas escribían sus propias historias sobre la serie. Era un forma muy fácil, muy entretenida de desarrollar pluma y de hablar de algo que te volaba la cabeza. Me sentí como si me hubieran regalado el sueño del pibe. Y empecé a escribir de inmediato. Esta es una práctica que es con seudónimo y no lo haces por plata ni por gloria sino por diversión. El único objetivo es recibir feedback porque las críticas se hacen en una relación de pares. Eso, en el fanfic, se valora muchísimo. Todos estos años recibiendo esas críticas, esos malos comentarios y buenos comentarios fue lo que me permitió escribir como escribo ahora. Y obviamente seguir puliéndome. La gente que me ha leído toda la vida es la gente que me lee ahora.

A: Hablemos un poco de cuando eras niña. De alguna manera ¿te sentías diferente al resto? ¿Cómo lo pasaste de niña?

F: Siempre me he sentido distinta. Ahora yo lo tengo más asumido, por eso me pesa menos.Creo que lo pasé peor que otras niñas pero me sirvió. Yo pasaba todos mis recreos desde 1° a 5° básico en la biblioteca. Leyendo, leyendo, leyendo. Me gustaban las palabras nuevas y aprenderme su significado. En ese sentido no me quejo. Lo pasaba muy bien leyendo y haciendo listas de palabras y ejercitando en ese sentido. Me sirvió mucho porque hoy hago charlas en distintos colegios donde me invitan para entregar mi experiencia de cómo la lectura me cambió la vida, cognitivamente. Estoy convencida de que a mí me ha ido muy bien intelectualmente en la vida por todo lo que yo leí. La lectura te permite incorporar un montón de habilidades. Pero es tan poco lo que se lee en Chile, tan poco lo que se comprende lo que se lee que todas esas técnicas no existen, que a los niños hay que enseñárselas aparte.

A: Después, en la adolescencia. ¿Cómo te fue?

F: Ahí confluyeron varias cosas. Yo era de esas niñas con anteojos poto de botella, tridimensionales. Y a fines de cuarto básico llegaron a Chile los lentes orgánicos. En el momento en que me saqué los lentes me surgieron un montón de amigas. Y yo soy rencorosa porque tengo buena memoria. Quinto básico fue un año bastante difícil porque yo estuve muy dividida entre aceptar la propuesta de “vamos a jugar” o negarme. Dejar mi refugio en la biblioteca después de tantos años era una decisión difícil. Pero empecé a congeniarlos. Fue cuando dejé de pasar los recreos en la biblioteca que empecé a escribir.

S: ¿Alguna vez te clasificaron como “ñoña”?

F: Nerd, Freak, Geek. Obvio, toda la vida. Pero ahora lo llevo como un estandarte.

S: ¿Tú crees que eso está relacionado con la soledad, con el vuelco hacia lo fantástico, con los libros?

F: Obvio, todo tiene que ver con todo. Tú te sientes diferente y el resto se encarga de recordarte a cada segundo lo diferente que eres. Y eso te provoca un aislamiento porque nadie quiere estar metida en un grupo donde te molesten todo el rato. Para mí la lectura era entrar a un mundo paralelo muchísimo más acogedor que mi realidad. No sólo encontré en la lectura una vía de escape sino que me encontré con las letras, me enamoré de la estética de las letras. Esa, por muchos años, fue la única relación que tenía con mis compañeros; les cambiaba mi tarea de matemáticas por los cuadernos de caligrafía.

S: ¿Tú crees hay más hombres “ñoños” que mujeres?

F: Yo creo que tiene que ver con un concepto muy machista de esta sociedad. Es más lapidario socialmente ser un hombre freak que una mujer freak. A las mujeres como que las dejan ser. Pero a los hombres les piden que se ubiquen y que cambien.
Yo he vivido toda mi vida con el epíteto de freak o geek, que en un momento pesa un montón, sobre todo cuando uno es más chica, los niños son súper crueles. Pero ya llega un momento en que te das cuenta de que es parte de tu identidad. Y que no tiene nada de malo. No te hace menos persona o menos valioso.

A: ¿Cómo llegaste a esa conclusión?

F: Escribir fanfics me ayudó. Encontrar, a través de Internet, que había gente en todo el mundo que tenía mis mismos gustos, que no estaba sola. En el minuto en que encontré a un grupo de gente, en mi mismo país, en mi misma ciudad, que se reunía a ver episodios de los Archivos Secretos X se me abrió el mundo. Me refugié mucho en eso, mucho tiempo. Yo creo que todavía estamos en esa transición, en una sociedad en que lo burlesco se concentra en lo distinto. Creo que es una transición que todavía se está haciendo en el país y es un poco la bandera de lucha que yo llevo, de poder decir o validar lo diferente. De que lo diferente a ti es, simplemente, otra mirada. Igual de válida, igual de real. Lo que intento hacer con mis novelas es presentar una estructura que rompe bastante con el canon, sobre todo con el de la novela tradicional latinoamericana. Yo quiero abrir otro camino, paralelo. No tiene que ver con que uno salga para aplastar al otro o que tenga que sobrevivir solo uno, que es una mentalidad súper chilena. Yo creo que pueden existir dos buenos a la vez.

S: Francisca, de los millones de fanfic writers que están en la red ¿por qué piensas que fuiste tú la elegida para entrar al sistema pagado, formal de la escritura?

F: Todavía no lo se. Cuando uno empieza a escribir fanfiction, lo hace por dos razones; por diversión, desahogo de fan y para poder desarrollar la escritura. Pero estás en un campo de non profit. Aquí nadie gana nada y eso es algo transversal, mi excepción confirma la regla. En relación a mi fanfic, creo que se dieron muchas cosas para que resaltara. No por la calidad propiamente de la escritura sino por el contexto en el que se publicó. Yo hice un fanfic de un libro aún no publicado en español, lo que es muy raro. Por eso cuando salió la versión en español del quinto libro de Harry Potter yo tenía un fanfic homologable a un sexto libro. Eso por una parte. Llamé la atención. El otro punto es que muy pocos fanfics se dan la lata de cubrir todas las aristas que tiene un libro de Harry Potter; el misterio central, el transversal, la vida de los profesores, todo el año académico propiamente, la vida de cada personaje y la evolución de cada uno con la relaciones ya anteriores. Y yo empecé a darme esa lata. Ya en febrero cuando la gente leyó el quinto tomo y se encontró con mi fanfic, muchísimos de ellos se confundieron y pensaron que estaban ante el sexto libro original. Y comenzó a correrse la voz, que es la forma más rápida de hacer saber algo. Y un día salió una noticia muy chica en el Mercurio, sobre mí. Pocos días después se dispararon las visitas y me botaron la página. Una amiga, que administra el foro de Archivos Secretos X en español, me hizo una página para colocar mi fanfic. Actualmente tengo casi 300.000 lectores pero tengo claro que la gente que lee mi fanfic no son fans míos sino de Rowling y de Harry Potter. Leen lo mío como merchandising.

S: ¿Y tú novela, por la temática, sería una forma de despegarte un poco de esto?

F: Sí. Cuando tuve las ofertas de la editorial creían que yo escribía fantasía épica. Yo sostuve que escribía otra cosa y les presenté mi proyecto, que aceptaron igual. Me quería desmarcar de la fantasía épica porque hoy en día es lo más fácil, tiene muchos seguidores, pero yo creo que se va a agotar pronto, si es que no está agotado ya.

A: ¿has hecho cosplay alguna vez?

F: De Scully, obvio. Una vez fuimos a un programa para Halloween. Y para los estrenos de Harry Potter yo tengo mi capa, la varita y la corbata.

S: ¿Aún eres fanática de algo?

F: Obvio. Expedientes Secretos X y Harry Potter. Fiel a mis dos fanatismos. A Expedientes X les debo todo. Por ellos encontré el fanfic, no me canso de verlos…

A: ¿Qué personaje te gusta más?

F: ¿De la serie? Obviamente Mulder es más atractivo pero a mí me gusta más Scully, me gusta mucho su personaje. No me basé en Scully para hacer a Sophie (protagonista de la Séptima M) pero quería ir para allá.

S: ¿Algo más que nos quieras contar?

F: El segundo tomo de la saga sale ahora en septiembre. No puedo decir cómo se llama solo que es la continuación y que está inspirado en un caso real que ocurrió en Perú, en la frontera amazónica. Pero la novela esta ambientada en Colombia. Es el mismo panorama, se podría decir, la traté en Colombia porque la crucé con la realidad de las FARC.

A: Bueno, ha sido súper entretenido conocerte. Muchas gracias por todo.

Vibraciones Felinas, por Toncy Dunlop

Gato_aristóteles es enorme, y de su gigantesca cabeza emergen, como propulsados por fuerzas cósmicas y brutales, cinco cuernos rosados y brillantes. Ella lo maneja como una diosa y el felino la ama -qué importan los cinco metros de diferencia cuando se ama- porque ellos se envuelven y revuelcan en la relación más extraña que he visto.

La chica gato, la de los cabellos brillantes y los ojos húmedos, no puede dejar de tocarlo y él ronronea con mecanismos de limpieza metálica mientras destruye el suelo con las garras duras que se contraen y relajan ante todo el placer líquido que le recorre las venas de . Sé perfectamente lo que está sintiendo – conozco el cosquilleo que le producen las suaves descargas eléctricas en la piel, la seductora tibieza del fluido interno. Yo mismo diseñé al felino con un potencial de placer sideral. Continue reading «Vibraciones Felinas, por Toncy Dunlop»

Cronopaisajes, o como trascender las barreras del tiempo

El tiempo en nuestras vidas es una variable que avanza inexorablemente, siendo imposible detener ese constante “tic tac”. Desde antaño el hombre ha soñado con poder controlar esta variable, ya sea volviendo al pasado para evitar o bien provocar acontecimientos catastróficos… o simplemente por diversión. En su defecto, viaja al futuro, mostrando generalmente un final bastante apocalíptico de la vida sobre el planeta tierra, asociado a una condición inconscientemente destructiva del ser humano.

El pionero y más homenajeado escritor de viajes en el tiempo es H.G Wells con su novela “La máquina del tiempo” (1895), novela que se ha llevado a la pantalla grande en más de una ocasión. Posteriormente, muchos novelistas continuaron especulando y asombrándonos con historias donde nos sitúan en el jurásico o nos llevan a conocer el fin del planeta tierra.

Einstein, dentro de sus investigaciones, nos aportó una luz de esperanza sobre esta materia, sosteniendo que si se logra viajar a grandes velocidades sería posible ir al pasado, especulando también sobre los “agujeros negros” y “agujeros de gusano”, objetos que absorben tanto materia como luz, logrando que sus campos gravitacionales sean tan grandes que podrían invertir el flujo del tiempo. Stephen Hawking, continuó con los estudios del físico más aplaudido del siglo XX, complementando sus teorías donde agrega que “si se combina la teoría general de relatividad de Einstein con la teoría cuántica, el viaje en el tiempo comienza a parecer una posibilidad”.

En vista que aún no es posible manejar el tiempo, la alternativa que nos queda es soñar, y para ello nada mejor que los 26 relatos que Peter Haining y Miquel Barceló antologan en “Cronopaisajes, historias de viajes en el tiempo”. Cuidado con confundir esta antología con la novela “Cronopaisaje” (Timescape en el original) de Gregory Benford.

Haining y Barceló compilan relatos en donde se muestra las múltiples posibilidades de los viajes en el tiempo, inclsuo en momentos nos sitúa en líneas de tiempo que varían de la nuestra en tan sólo tres minutos, como en “Hombre en su tiempo” de Brian W. Aldiss. Aquí se presenta un astronauta, que regresa de una expedición a Marte, con una línea de tiempo desfasada con la terrestre.

Nos percatamos que la máquina del tiempo no es él único medio para poder viajar. Kathy Benedict, en “Del tiempo y Kathy Benedict” (William F. Nolan) puede dar fe de eso, pues producto de una gran ola que azotó su bote, viaja 100 años al pasado. En “Nelly tiró de la punta” (Richard Hughes), el tiempo se encuentra colgando de un árbol y Nelly puede invertirlo con solo tirar de la punta.

Para realizar viajes premeditados a otras épocas, claramente es necesario algún medio de transporte, que en su gran mayoría es de altos costos. Puede presentarse la persona que enfoque su viaje a mejorar la calidad de vida del ser humano, aunque a veces este deseo podría acarrear consecuencias nefastas, como sucede en “La mortal misión de Phineas Snodgrass” (Frederik Poul). Phineas pretende mejorar la salud de nuestros ancestros romanos enseñándoles a mejorar la calidad de vida, pero no piensa que 2.000 a 3.000 años más tarde la población del mundo será tan alta que la superficie terrestre no soportará tal cantidad de habitantes. También podemos utilizar la máquina como el enlace a un lugar de recreación e irse un fin de semana a cazar dinosaurios, llevando al presente el trofeo. En “Un arma para un dinosaurio” nos encontramos con la esencia del hombre, la cacería, ese deporte tan antiguo que comenzó por instinto de supervivencia, y que hoy en día es considerado un deporte exótico y exclusivo. L. Sprague de Camp logra hacernos recapacitar con respecto a esta práctica, el que puede ocasionar de forma irremediable la extinción de especies, y nos muestra una alternativa para poder continuar ejerciendo este deporte: viajar ya sea al cenozoico, triácico o jurásico. Otros personajes viajan al pasado intentando cambiar la historia, eliminando figuras y monumentos emblemáticos o bien retroceden en el tiempo intentando eliminar la progenie de su esposa, pero los protagonistas de “Los hombres que asesinaron a Mahoma” (Alfred Bester) no tienen conocimiento de que todos los cambios que realicen en el pasado no repercutirán en el futuro y que finalmente tendrán un amargo desenlace.

El ladrón y estafador continuará existiendo, ya sea en el siglo XX o XXV, donde lo plasma C.M Kornbluth en “Estafador Temporal”. Otro de los tópicos del viaje en el tiempo es encontrarse con grandes poetas o artistas. En “Misterio Mayor” (José Mallorquí) Tooth viaja a encontrarse con Shakespeare para dilucidar el verdadero origen de sus obras, sin saber que eso iba a traer consigo confusiones mayores. Grendel Briaton en “A través del tiempo y el espacio con Ferdinand Feghoot” sitúa a Wagner en el futuro, acusándolo de plagiador.

Las razones para viajar por el tiempo son muchas, pues atienden a los gustos y necesidades de cada individuo, siendo la mayoría de ellos premeditados. A.C Clarke en “Todo el tiempo del mundo” nos envía viajeros para poder rescatar escritos de la tierra, trayendo consigo un collar de perlas que permite detener el tiempo de aquel que la utiliza. A nivel astronómico Asimov se da el gusto de manejar el futuro. En “La inestabilidad” juega con la expansión y contracción del universo, produciendo un mortal cambio temporal.

El atractivo que genera teorizar sobre los viajes en el tiempo es enorme. Se han generado un sinnúmero de películas y series televisivas que lo tienen como tema central. Esa magia de encontrarse con paradojas tales como encontrarse vivo y muerto a la vez o convertirse en su propio abuelo, han situado al viaje en el tiempo en uno de los tópicos más utilizados en la ciencia ficción.

Tras descubrir el mundo de Cronopaisajes nos encontramos con los temores, tristezas y esperanzas de la humanidad, buscando a través del tiempo una solución a estas problemáticas.

No me queda más que invitarlos a abrocharse el cinturón y viajar en esta fantástica cápsula temporal.

Cómo ser científica y no morir en el intento

Me pidieron que escribiera un artículo científico divulgativo para un especial dedicado a las mujeres, así que me tomé la libertad de dejar a un lado la divulgación por un momento para reflexionar un poco acerca de la condición de mujer, pero sin apartarme de la ciencia.

Algunos de ustedes quizás encuentren estas líneas algo polémicas. Debo aclarar que todo lo que diré aquí está basado exclusivamente en mi experiencia personal y no debe en ningún caso tomarse como un caso general. Ni como otra cosa que una opinión personal.

No me interesa repetir hasta la saciedad ese tema tan explotado en el pasado y que se relaciona con las vida profesional de una mujer dedicada a la ciencia. Para eso pueden leer multitud de ensayos. Al contrario, hoy quiero pensar un poco en voz alta sobre la vida personal del científico y, más allá, la vida personal de la científica.

Cuando uno empieza a estudiar una ciencia pura en la universidad, la vida es muy parecida a la de cualquier estudiante de otra carrera. Hay clases, hay tareas, hay exámenes, pero también hay (siempre según la personalidad de cada quien) fiestas, amigos y amigas, novios o novias, juegos de video, libros… en general, diversiones. Pero llega el momento de la tesis de grado. Y empiezas a quedarte hasta la noche. O a ir a la universidad los feriados y fines de semana. Allí empieza a perfilarse el carácter del científico. Yo recuerdo haber ido a entregarle a mi tutor la versión final de la tesis un 24 de diciembre a las dos de la tarde. Lo más difícil fue convencer al vigilante de la universidad de que iba a eso, y que no me movían oscuras y aviesas intenciones.

Y es que la vida de un científico está marcada por una investigación tras otra, en la que uno piensa todo el tiempo, en la que uno se deja absorber hasta la saciedad… o hasta que mamá te obliga a salir de allí. Lo malo es que luego llegas a una edad en la que ya no hay mamá que te saque del pozo. Suele ser el caso cuando creces. Entonces, suerte y que consigas una esposa que te mantenga “vivo”, aunque sea a base de alimentación intravenosa. ¿Y la científica? A buscarse un esposo que haga otro tanto. ¡Problema! ¿De dónde sacamos un hombre así?

Veamos cómo han vivido algunas científicas importantes a lo largo de la historia.

Aspasia (siglo II A.C.), doctora especializada en obstetricia, fue mujer de Pericles (famoso orador y político ateniense). Émilie de Breteuil (1706 – 1749), autora de un libro de física, se casó por conveniencia con el Marqués de Châtelet y tuvo numerosos amantes, entre los que se cuenta Voltaire. María Agnesi (1718 – 1799), la creadora, entre muchas otras cosas, de la curva matemática conocida como “bruja de Agnesi”, nunca se casó. Marie Anne Paulze (1758 – 1836) trabajó durante 23 años en química con su esposo Antoine Lavoisier. Mary Fairfax (1780 – 1872), matemática y astrónoma premiada por la Royal Society, se casó con un hombre que no aprobaba su formación intelectual, por lo que tuvo que esperar hasta enviudar tres años más tarde para poder dedicarse a la investigación. Ada Byron Lovelace (1815 – 1852), la madre de la programación informática, se casó con un hombre de carácter débil, pero existen rumores que dicen que fue amante de su tutor, Charles Babbage (el padre de la computadora). Sofía Kovalevskaya (1850 – 1891), matemática premiada por la Academia de Ciencias de París en 1888, estuvo casada con Vladimir Kovalevsky, paleontólogo. Marie Curie (1867 – 1934), Premio Nóbel de Física en 1903 y de Química en 1910, estuvo casada con Pierre Curie, físico francés. Gerty Cori (1896 – 1957), médico y Premio Nóbel de Fisiología en 1947, estuvo casada con su colega, Carl Cori, con quien compartió el premio. Irene Joliot-Curie (1897 – 1935) ganó el Premio Nóbel de Química en 1935, conjuntamente con su marido. María Goepert-Mayer (1906 – 1972), Premio Nóbel de Física en 1963, estuvo casada con un químico. Dorothy Crowfoot (1910 – 1994), Premio Nóbel de Química en 1964, se casó con un historiador, Thomas Hodgkin, quien fuera Director del Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Ghana. Gertrude Elion (1918 – 1999), Premio Nóbel de Fisiología y Medicina en 1988, nunca se casó.

Como ejemplos más cercanos y contemporáneos: en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) de España, la mayor parte de las físicas están casadas con físicos de su mismo instituto o de institutos afines. Más aún, en un proyecto de investigación cualitativa realizado por el RAGCyT (Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología) en 1996 se realizaron una serie de entrevistas, que muestran mujeres solas y sin hijos, o casadas con colegas.

No es tarea fácil encontrar detalles de la vida personal de las científicas contemporáneas, pero yo puedo hablar un poco acerca de las doctoras en física de mi universidad. Una soltera. La otra casada con un físico. Una tercera también casada con un físico. La cuarta que recuerdo, también casada con un físico. Por cierto que los doctores que conozco se reparten en casados con científicas, casados con amas de casa, solteros y divorciados. Hablo de que lo más usual parece ser que las mujeres que se dedican a la física suelen buscar, cuando buscan, hombres que trabajen en ciencia también, preferiblemente física, a juzgar por mis observaciones. Y los físicos hombres rara vez, por no decir nunca, se casan con mujeres profesionales y competitivas, a menos que sean científicas también.

Dacil Cruz, en su artículo Historia de la participación de las mujeres de mi país en ciencias e ingeniería, dice que una relación de pareja sólo puede durar si ambos comparten los mismos intereses, y que es por ello que la estabilidad de la relación puede depender en gran medida de que ambos sean de carreras afines. Pero ella horada un poco más en esta idea para concluir que “debe ser un hombre que tenga una mentalidad abierta pues sabe que es posible que puedas sobresalir más que él y que es posible que no seas la típica ama de casa”. Y Dacil termina diciendo que esos hombres existen y que, usualmente, son ingenieros e investigadores.

Mi planteamiento es que un hombre puede dedicarse a la ciencia y más o menos llevar una familia, siempre y cuando tenga una esposa “a la vieja usanza”, es decir, un ama de casa o incluso una profesional, con un carácter más bien tirando a sumiso y comprensivo. O una mujer que también se dedique a la ciencia. ¿Por qué? Pues por lo que dije más arriba: Porque la ciencia es tremendamente absorbente. La mujer lo tiene un poco más difícil, porque los hombres sumisos y comprensivos no son muy comunes. Y menos en nuestras sociedades latinas, las cuales, por mucho que nos duela decirlo, siguen siendo bastante machistas. Por cierto que está además un detallito adicional, y es el de los celos: Lo más probable es que los compañeros de investigación de nuestra dama científica sean hombres.

Hay un punto adicional que se relaciona con la discriminación de género, de la que ya dije que no iba a hablar, pero que influye en lo que pretendo mostrar aquí. Y es que una científica querrá ser reconocida por sus trabajos, resistiéndose a que su vida personal sea conocida por otros. Comentarios como “sí, ella es muy buena investigadora, pero vieras cómo descuida a sus hijos”, que generan crítica destructiva, o “sí, ella es muy buena investigadora, pero claro, no tiene una familia de la que ocuparse”, que tácitamente amalgaman el éxito a un dudoso exceso de tiempo libre, son justamente los que ellas pretenden evitar guardando celosamente los detalles de su vida personal. La verdad es que yo, como mujer, no las culpo.

Emilce Dio Bleichmar, en su artículo titulado Dos, tres, muchas Curie: Subjetividad de la mujer científica, menciona, basándose en estadísticas obtenidas de trabajos anteriores, que las mujeres casadas publican más artículos científicos que las solteras, y las que tienen hijos lo hacen más que las que no. La autora del artículo analiza estos datos que aparentemente contradicen mi tesis, y termina por darme la razón. Ella dice que el 80% de las mujeres entrevistadas en ese estudio estaban casadas con científicos, y que ellas publicaban un 40% más que las que estaban casadas con profesionales no científicos. Y va más lejos: Emilce asegura que la maternidad cumple un papel concentrador, en la forma del sacrificio del tiempo dedicado al ocio. Cito a la autora: “La maternidad les exigió una dedicación tal que les llevó a abandonar cualquier actividad distinta del trabajo y del cuidado de los hijos.” Así, al abandonar las actividades “superfluas” de su vida, la mujer se concentra en los hijos y en el trabajo, redundando en una mayor productividad científica.

Lo que yo afirmo, coincidiendo con Dacil Cruz y con Emilce Dio Bleichmar, es que una mujer puede dedicarse a la investigación científica y tener una familia feliz, incluso en Latinoamérica. Pero eso sí, sola o con un compañero que sepa de qué va el tema de la ciencia.

He dicho.

Referencias

Emilce Dio Bleichmar, Dos, tres, muchas Curie: Subjetividad de la mujer científica, Ciranda Internacional de Información Independiente.

Dacil Cruz, Historia de la participación de las mujeres de mi país en ciencias e ingeniería, IEEE Región 9 – América Latina.

Elvira Moya de Guerra, Juana Bellanato, Araceli Flores, Mª José García-Borge, Beatriz Gato, Marta I. Hernández, Andrea Jungclaus, Isabel Márquez, Josefa Masegosa y Ascensión del Olmo, Mujeres en ciencias y tecnologías físicas en el CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas – CSIC.

Diana Mafia, ¿Es sexista la ciencia? (Cómo probar la discriminación en las comunidades científicas con las mismas herramientas de la ciencia), Hannah Arendt Instituto de Formación Cultural y Política.