EL PROCESO – LA RESISTENCIA (I)

Zúñiga separó los cables uno a uno, con lentitud, intentando que la angustia que lo inundaba no se convirtiera en un temblor de manos que terminara por mandar todo a la mierda. Como si todo pudiera irse aún más a la mierda de lo que ya se había ido tras la caída de Belarus en Valparaíso y los fusilamientos de la Plaza Presidente Roosvelt; como si quedara alguna posibilidad, todavía, de que La Organización pudiera detener, o al menos disminuir, los efectos de la última reversión síquica que el Gobierno había implementado, esta vez en la Zona Norte del Protectorado, en las cercanías de los depósitos de uranio de Chuquicamata.
Comprobó que el Geiger funcionara correctamente, para luego calibrar los niveles de radiación a emitir por el dispositivo preparado por Riquelme. Todo parecía funcionar bien, pese al nerviosismo, el sudor frío y los retorcijones, que le impedían visualizar correctamente las probabilidades de éxito de la operación. Palpó el cañón de plasma, que portaba en la cartuchera de la pierna derecha desde su ingreso a La Organización, y un leve dejo de tranquilidad le recorrió el espinazo. “Al infierno no se viaja solo”, pensó, y ajustó el reloj para que activara el mecanismo expansivo a las 4:37 de la madrugada.
La hora en que el Presidente Flores volvía al búnker tras su visita nocturna al Distrito de los Párvulos.

Albatros grises

Que muera conmigo el misterio que esta escrito en los tigres
Jorge Luis Borges, La escritura del dios.

“No pertenecer es cargar con el peso de uno mismo”, pensaba Marcos César mientras caminaba con una tranquilidad artificial bajo la sequedad y el frío de La Paz. Cruzó el lobby con su tarjeta de acceso en la mano izquierda –pues era zurdo– y subió a su habitación en el séptimo piso. Todo estaba ya ordenado, y a modo de adiós miró por la ventana la masiva urbanidad de la capital andina. Luego tomó sus maletas, se despidió del botones y en la esquina de Merino con Sucre subió a un taxi. Intentó sin suerte esquivar la conversación del conductor, y sin más alternativa, terminó por atrincherarse en los monosílabos.

Sorpresivamente arribó al Aeropuerto 21 minutos antes. Sin saber que hacer, y para no levantar sospechas, tomó un café con nutrasweet y compró souvenires. Al rato, por el altoparlante se escuchó cuatrocientos cincuenta y uno, y Marcos César entendió que el momento había llegado. “Es el sonido de la Providencia”, pensó mientras pagaba 15 dólares por una remera I (heart) Bolivia. Mientras se alejaba de la zona de tiendas miro con desagrado el “Made in China” escrito en la etiqueta.

Antes de llegar a la puerta de embarque se detuvo. Giró su cabeza para ver si alguien lo seguía y se encontró, por última vez, con su sombra expatriada. “Por Abaroa”, dijo en entre dientes, mientras su mente se colmaba de una arrebato trágico y glorioso, que lo llevó como autómata, siguiendo pasos inequívocos y discretos, hasta el lugar 17A del vuelo 4-5-1 de LAN.

Sentado al lado de la ventanilla, se sorprendió con su pasaporte en mano. Sus ojos, en realidad todo su sistema, se detuvo como en stand-by y aunque el documento se encontraba a 23 cms de su rostro, sus sinapsis se lanzaron a través de kilómetros de tiempo suspendido.

En 0,11 segundos, que es lo que Marcos César demoraba en parpadear, se proyectó el cortometraje de una vida, y una historia de humillación. En Talca estaba junto a su madre querida y queridísima, que lo acostumbró a comer empanadas, omitir las erres y eses y a abusar de los diminutivos. Perra. Más lejos, extrañamente en cámara lenta, hablaba su padre sobre su amada sierra y lo peligroso de la conexión chilena para su carrera. Héroe. Pero a su madre no le importaban los sentires oficialistas, y sin consultar, armada con sus cuantiosos pesos chilenos, sembró su sangre huasa en La Paz. Compró una casa, como quien instala un cuartel, y se paseó frente a Palacio Quemado, totalmente sorda, ciega y muda a su minusvalía étnica.

La dirigencia, el partido, el estado, el selecto pueblo de los poderosos, no pudo omitir tal invasión, y la chilena y el bastardillo chileno quedaron estampados como una mancha vergonzosa y pública en la vida funcionaria del padre. A 4000 metros de altura, la familia se precipitó cubierta en desgracia, hasta caer a nivel del mar. Hasta el subsuelo del escalafón de la ya no tan nueva elite indígena, que perdonaba, con creciente comodidad la corrupción y el gusto por los vinos franceses, pero no olvidaba la gran usurpación. Una cosa es robar por el bien del país de uno, otra es ser hijo del ladrón extranjero.

Ascendió el párpado, se desnudó la pupila y las imágenes ya no eran sepia. Marcos César volvió al avión y guardó su pasaporte chileno en el bolsillo derecho de su chaqueta de lino. Esperar el despegue fue un non-issue y pasó los minutos posteriores mirando con inusual interés las instrucciones de la azafata para lidiar con una situación de emergencia. Pasaron unos cuantos minutos para que pidiera un trago. No había vodka. Sólo vino chileno y cerveza paceña. Aceptó el vino sin antes soltar una carcajada irónica. La azafata ni se inmutó y continuó moviendo el carrito de servicio, mientras Marcos César miraba algo máas nervioso por la ventanilla y dejaba sobre la mesita del respaldo la copa.

Siete minutos más tarde Marcos Cesar vio al tigre. Este se acercaba con exquisita elegancia por el pasillo y parecía esquivar y atravesar –simultáneamente– a la azafata. El felino brillaba, como sobresaturado. A su alrededor, nada. Sólo veía su blanco y negro –era albino–. La realidad se doblaba sobre si misma y la geometría perdía el sentido y todos sus axiomas. Marcos César miraba con detención cuasi-catatónica una línea cualquiera, cuando se dio cuenta que podía contar –¡eran finitos! – los 111 puntos que la componían. Observó el número 44 de la serie –de izquierda a derecha– y un mandala floreció épicamente a través de él. Los sentidos cedieron y se volvió imposible diferenciar un aroma de un color. El punto ahora era el cosmos, y el cosmos no era otra cosa que un gran orgasmo.

Marcos César ya no estaba ni era. El éxtasis colmó cada una de sus celular nerviosas. Su pupila parecía amanecer mientras los tendones de sus manos vibraban como cuerdas de una siniestra y desconocida banda sonora. Pero todo era leve e imperceptible. Había sido diseñado de esa forma, como un efecto escrito químicamente en minúsculas. Pero claro, él no lo sabía. Para entonces su psiquis se había dislocado, como cuando una rama se parte en dos. En ese momento el bastardillo chileno se había convertido en un Divergente. Un soldado suicida sin capacidad de sentir compasión o piedad, porque en él ya no había conciencia.

Los Divergentes no tenían sustrato emocional. Ni siquiera memoria. Sólo se les decía que serian héroes. El resto, los objetivos, el plan, eran enquistados quirúrgicamente en lo más primitivo de su hipotálamo. Se reemplazaban algunos patrones por otros. Donde antes estaba el acto reflejo de salivación, se quemaban –ese era el nombre técnico– un nuevo condicionamiento. Y así se les enviaba, llenos de gloria y entusiasmo, pero ciegos. El resto era simple: colocarlos en el lugar preciso, a la hora adecuada y esperar que el catalizador –la versión tercermundista de la píldora roja– activara los patrones previamente quemados. En el caso de Marcos César, el catalizador había sido un jarabe para la tos evidentemente adulterado.

En el avión Marcos César difícilmente estaba solo. A su lado, delante o incluso detrás, esperaban sin saberlo otros potenciales Divergentes. Luego de la primera operación se había comprendido que era necesario aplicar redundancia para no repetir otro fracaso. Varios Divergentes en un solo vuelo. Todos aislados, incomunicados. Ninguno consciente de ser parte del engranaje. Sin duda cada uno con buenos motivos. Redimir vergüenzas adolescentes, pagar deudas monumentales, salvar la vida de un padre secuestrado o el peor de todos, amor a la patria. Marcos César se escudó en este uúltimo, pero en realidad tenía escrito en toda su frente el primero. Como si le importase a alguien.

Lo que sucedió luego en el vuelo 4-5-1 La Paz-Santiago es difícil de precisar. El cuadro, sin duda, fue dantesco para quienes se vieron rodeados de mujeres, hombres y niños levantándose de sus asientos de forma espasmódica, balbuceando. Algunos con sangre en las manos tras eliminar a un número indeterminado de pasajeros, otros ejecutando acciones triviales, pero probablemente más necesarias, como lanzar el equipaje de mano hacia la cola del avión.

Finalmente tres Divergentes se reunieron entre las filas 15 y 16. Se abrazaron y besaron en la boca uno tras otro. Sus sexos y edades no vienen el caso. Lo importante era lo funcional, la saliva químicamente marcada que de lengua en lengua era pasada y cerraba el círculo, como quien asegura el mecanismo de una bomba de tiempo.

Todo eso sucedía mientras el 737 de LAN se lanzaba en picada. Segundos antes de estrellarse, el triunvirato -Marcos César incluido- había estallado, disparando desde sus entrañas y en todas direcciones siete litros, el equivalente a 20.000 dosis, de una cadena genéticamente modificada de Machupo, el virus que hace siglos diezmó poblaciones enteras en la selva Boliviana. Solo hubo un error de cálculo. La aeronave cayó a 70 Km. de Santiago, sobre un despoblado. Pero ya habría oportunidad de mejorar y dar en el blanco. Albatros –el termino operativo para un potencial Divergente– sobraban y el dinero fluía como desde la tierra misma, a boca de pozo.

Operativo en clínica pirata

En una clínica clandestina de la comuna de Cerro Navia fueron arrestados los clones de conocidas figuras de la televisión, que se aprestaban a cometer diversos ilícitos, como suplantación de identidad y estafas con documentos públicos adulterados. Entre los arrestados se encuentran clones de Rafael Araneda, Felipe Camiroaga y Mario Kreutzberger, evidenciando la popularidad de estas estrellas, que los ha convertido en la “novedad del año” en materia de clonaciones piratas. Canales de televisión, radios y otros medios ya han interpuesto las querellas correspondientes contra las personas que resulten responsables del grave atentado a la dignidad y credibilidad del artista verdadero, según señaló un abogado de TVN.

En el operativo se detuvo además a un sujeto que aseguraba ser un clon de José Alfredo Fuentes, cantante. Al comprobarse que no existía tal artista, se le dejó en libertad.

Diario La Tercera, Noviembre de 2006

Bicentenary

ADVICE

Bicentenary Celabration # 3

On the way to the celebration of the bicentenary of our independence, the goverment of the United States of South America want YOU to help the brothers of North America by selling
the Green Stamp and use it for post mailing. Each stamp will help with A$ 0.2, this money will be send to our banks in Canadian Guyana every month.
In God we trust.

John Smith XX
King of United States of South America
Huelen City, State of Chili, March 1988

El Dia S


11 de junio de 1993.

El Ministerio del Interior, en conferencia de prensa ofrecida esta mañana, declaró haber finalizado exitosamente el proyecto «Memoria Nacional». Esta iniciativa, conocida hasta hace un año atrás como «Proyecto Tironi», busca intervenir la memoria colectiva y operar cambios de conducta y motivación a través de la modificación de recuerdos y situaciones traumáticas.
El Ministro Fernando Flores, entregó un completo cronograma acerca del Día S. Programado para el próximo 18 de septiembre, será el momento en que la historia del país será reorganizada en pequeños y grandes aspectos. Por ejemplo, luego de ese día nadie recordará el atentado en avioneta contra la Torre Santa María, ejecutado por extremistas peruanos anexionistas; nadie recordará a Eugenio Marticorena, líder espiritual del país e hijo bienamado de la patria, asesinado por su propio hijo luego de encontrarlo abusando de su hija de 7 años; todos recordarán haber perdido ese partido contra Brasil que nos dejó fuera del Mundial y suspendidos para el siguiente, para no tener que recordar el fatal accidente aéreo que nos dejó sin una generación completa de los más finos futbolistas, incluído Martín Cáceres, el portentoso delantero ariqueño y estrella del Manchester United; y por supuesto, nadie recordará el fallido intento de golpe militar contra la naciente República Nacionalista, el 8 de agosto de 1963, llevado adelante por el coronel Bachelet y el Capitán Schneider, que tanta división y desastre social trajo a nuestro país. En cambio, todos recordaremos otro Golpe, aún no revelado por las autoridades, que será situado en el año 1973. Los nombres de los involucrados no han sido dados a la luz para evitar atentados contra el proyecto, este Golpe es clave en el futuro desarrollo de los eventos a cambiar y fue la única solución que encontró la Comisión para dar un salto drástico en los eventos.
La lista de nuevos roles para personas claves en el cambio está custodiada bajo siete llaves en el ministerio del interior, aunque ya se han levantado voces denunciando corrupción y coimas para conseguir roles relevantes. Emblemático ha sido el caso de Miguel Enríquez, oscuro empleado de la Fiscalía, que habría pagado fuertes sumas para ser recordado como un mártir de la lucha contra la inexistente dictadura del general Pinochet (hecho necesario, según los ingenieros de la historia, para construir el Chile que queremos para el 2010). Los rumores también apuntan a supuestos castigos encubiertos aplicados a opositores al régimen, destinaciones humillantes y cargos intrascendentes para grandes estadistas, por ejemplo, el gran presidente de la Democracia Cristiana, Mario Kreutzberger, sería destinado a un programa de bailes en Televisión aún por definir.
El ejército de Chile, en coordinación con el ministerio y la comisión interdisciplinaria «Dia S», confirmaron que toda la producción estará lista para el dia convenido. La Comisión ha trabajado durante los últimos 25 años fabricando cada elemento necesario para dar coherencia al cambio. Se han fabricado millones de fotografías, accidentes de terreno, monumentos y archivos de periódicos, se han levantado pueblos completos para justificar el nacimiento de un único niño, se han destruido ciudades completas para mantener en pie un árbol determinante para algún evento menor, a la vez que se ha destruido numerosa evidencia de hechos cuestionados por la propia comisión («purgados», dice el ministerio).
Durante el día de mañana, una comitiva secreta se dirigirá al cerro San Cristóbal para enterrar bajo toneladas de concreto, una cápsula con la auténtica historia de Chile. Está programada para emitir una señal de radio, con un mensaje en clave, en exactamente 100 años a partir del día S.
Para hoy en la tarde están programadas las primeras manifestaciones en contra de la iniciativa, aunque de más está decir que ésta cuenta con la aprobación de una mayoría aplastante de ciudadanos que prefieren «olvidar el pasado, para construir un mejor mañana», como reza el slogan del proyecto.
Todo está preparado. El próximo 18 de septiembre de 1993, a las 11:59 PM, entraremos al 18 de septiembre de 1991 y al inicio de una nueva etapa en la construcción de «Chile:2010», el más ambicioso proyecto que Estados Unidos ha desarrollado para la región en los últimos 100 años.

AP(Reuteres)

Chico de Michigan crea un reactor de fusión

El chicoVia Slashdot.

Me duele la cabeza y espero que no sea una broma de Josh Lindenmuth. Pero suena tan clásicamente a ciencia-ficción que qué importa.

Detroit Free Press cuenta que Thiago Olson, un chico de Michigan de 17 años, ha creado un pequeño dispositivo de fusión en el sótano de la casa de sus padres. La máquina usa una carga de 40.000 voltios y gas de deuterio para crear una pequeña reacción que, según dice, parece «una intensa bola de energía». El dispositivo del joven no es obviamente un reactor autosustentable, pero aún así demuestra que la tecnología de fusión se ha vuelto más accesible. Esto apunta a un esperanzador futuro en donde reactores de fusión de gran escala sean económicos y ampliamente usados.

Más detalles siguiendo el enlace.

Matiné

Hace cuatro días supe algo. Lo leí en un foro. Es algo que nos ocurrió… a todos. No está en nuestras memorias. Pasó hace casi tres semanas; el 31 de octubre. Vimos una película. Todos. No sé dónde, pero la vimos. Tampoco sé qué película era. No sé qué significa esto. Supe que la cinta quedó grabada en nosotros… como una suerte de registro inconsciente. A veces me duele la cabeza. Los días pasaron y nadie supo nada… hasta hace cuatro días.
El post del foro decía:
Si deseas saber, cierra los ojos. ahora espera… espera… paciencia… lo verás.
Esa noche lo hice.
Esperé. Primero nada. De a poco una silueta. Inmediatamente, el rectángulo de una pantalla de cine. Después… un vacío en mi pecho…
Repito. No sé qué significa. Ayer el doctor me dijo que tengo un cálculo. Hoy lloré seis veces, no entiendo por qué. Escribo esto por necesidad… y para que también sepan.

Spam recibido esta mañana y derivado a mi Junkmail.