Hay pocas ocasiones en que uno se puede encontrar con alguien que calce con el mote de “maestro”, tan manoseado, repetido y endosado a cualquier peatón con alguna dosis de talento. Cuando conocí el trabajo de Martín Cáceres, la palabra se me vino a la mente de inmediato. De paso surgió la eterna pregunta: ¿Cómo es que nadie sabe de este verdadero tesoro oculto que ha vivido bajo las narices de todos nosotros durante tanto tiempo? Cómo es que no está en la primera línea deslumbrándonos a todos con su imaginería espectacular, construyendo el imaginario fantástico nacional que tana falta nos hace.
En fin, en la entrevista se responden algunas de estas interrogantes y nos enteramos un poco más quién es este Martín, tan conocido en el estrecho círculo de la ilustración y el comic, pero tan desconocido para el resto de los mortales como nosotros.
B: Hola Martín. Hagamos una entrevista inusual, digamos, empezar preguntando por qué Chile es un mal lugar para un ilustrador de tu talento. Así, sin anestesia.
C: No creo que eso pase por una cuestión de talento. Creo que el tema de la ilustración aquí en Chile nunca ha terminado de desarrollarse, es un tema inconcluso, trunco. El medio publicitario o editorial no privilegia tanto la ilustración como la fotografía, por ejemplo, Lo que ha minimizado el área de un mercado de por sí pequeño. Eso ha ido restringiendo la cultura de la gente respecto a este tema. Es una actividad mirada con cierto menosprecio y mucha ignorancia. Es un círculo cerrado compuesto por una oferta que es en general temática y financieramente poco atractiva, y por ilustradores nuevos que prefieren emigrar a otros mercados.
B: ¿Y cuál sería la salida óptima para este círculo, como para convertirlo en espiral ascendente?
C: Un cambio cultural. Un Cambio en la percepción de un instrumento de expresión visual tan válido como otros. Sobre todo por los que están a cargo, que por lo general son los que nunca se enteran de nada.
B: ¿Es una manera de decir que quienes están «a cargo» hoy, no tienen la cultura necesaria para apreciar y valorar cuestiones que les parecen «suntuarias»? Lo de recambio me suena a, «los ñoños de ayer serán los gerentes del mañana».
Je, algo así.
B: Es decir, ¿tu crees que el ilustrador mismo no puede hacer nada para superar el status quo que sufre hoy? ¿Qué el cambio debe venir de factores externos?
C: ¡Todo lo contrario! El principal factor de cambio es el propio ilustrador. No se puede depender de ese factor externo, por que eso implicaría que la situación va a seguir igual. El ilustrador debe tomar la iniciativa a través de la mejora de su trabajo, de asumir una mística profesional y de entender que puede ser un factor de cambio. El ilustrador debe ir a golpear las puertas.
B: Cuéntame un poco cómo comenzaste en esto de la ilustración, cuándo tuviste esa felicidad de sentir que «estoy haciendo lo que me gusta».
A ver….En segundo básico un día nos leyeron el cuento de Blancanieves, y luego nos pidieron que dibujáramos la parte que más nos había gustado. Mientras dibujaba la escena del “espejito, espejito”, me pasó algo bien raro, tuve una especie de iluminación divina, no se, pero fue algo muy concreto. Supe que dibujar era lo que me gustaba hacer, que mi realización como persona iba a ser a través del dibujo. Tenía siete años. Mi hermano tiene ese cuaderno, un cuaderno Colón de croquis, de hojas verdes. Hace años lo vi, y tuve una sensación de enorme nostalgia.
A partir de ahí ya no paré de dibujar. Mi paso por el colegio y el liceo fueron mis años de entrenamiento, fueron años donde sin saberlo estaba formando una disciplina de trabajo. A veces pienso que el dibujo, mi obsesión por dibujar, me hizo soportable el colegio, que es una de las peores experiencias de mi vida. Nunca aprendí nada. No me interesaba aprender nada, aparte del dibujo y de las materias que me atraían. No tenía cuadernos, y los que tenía estaban todos rayados.
Lo más curioso, es que mis viejos jamás, nunca, me reprimieron. Todo lo contrario. Siempre tuve papel y lápiz. Siempre me dejaron en mi rincón dibujando
B: Y dentro de este oficio que te gusta desde los 7 años, ¿hay temas en particular por los que te sientas atraído? ¿Cuáles son esos mundos particulares y por qué te atraen?
C: Los temas que me atraen son los temas con los que uno crece y en los que va descubriendo la vocación. Mi relación con las imágenes es muy temprana: En mi casa siempre hubo historietas y libros, y todos los fines de semana íbamos al cine del barrio. Aprendí a leer una imagen antes que un texto, cosa que hice muy tardíamente, con las historietas del Mampato. Todo lo que veía lo dibujaba, y creo que mi gusto por el tema genérico de la aventura viene de ahí, cuando tenía seis o siete años. Todo esto me dio el background visual que usaría más adelante.
Tengo temas que para quienes me conocen son casi obsesiones. La historia, La guerra, en especial la segunda guerra mundial. La fantasía y todo lo que eso puede englobar, desde robots hasta monstruos Lovecraftianos. Pero más allá del género mi preocupación siempre ha sido el hombre, el ser humano enfrentado a una situación límite, ir más allá de la mera realidad cotidiana. En este contexto siempre me ha obsesionado la violencia como vehículo de estas preocupaciones, y no el sexo o el erotismo, por ejemplo, que gráficamente no me llama para nada la atención. Una vez trabajé con Max Carvajal haciendo comic porno para un editor francés, y realmente nunca me he aburrido tanto con una historieta (El guión, además, era horroroso). Por eso me atrae tanto, por ejemplo, el género de la ucronía, porque puedo crear una realidad alterna, y construir un mundo tan creíble como el real. Y por lo mismo, mi otra obsesión es la documentación, a partir de la cual puede crearse un universo conceptual y funcionalmente coherente.
B: Hablando de editores franceses, nunca te he preguntado abiertamente por tus trabajos para el extranjero ¿Por qué no me cuentas cuáles han sido? ¿Cómo se ha hecho los contactos y cuál ha sido la recepción de parte de esos editores?
C: De las cosas que he hecho, la mayoría se han hecho acá. He hecho algunas cosas para afuera, y muchas de ellas no se han concretado. Siempre he tenido muy buena relación con los guionistas extranjeros con los que he compartido algún proyecto, pero por diversas razones estos no han prosperado. El cómic es una actividad que exige dedicación total, y es muy difícil hacer un trabajo profesional si te dedicas a otras cosas. En mi caso, hubo un tiempo en que las clases me absorbieron y dejé de lado todo lo que tenía que ver con el comic. Incluso he tenido que dejar algunos proyectos por el factor tiempo. Es un tema que me produce mucha desazón.
B: Sin modestia, man. Hay un trabajo con Alan Moore por ahí. Cuéntanos al menos de esa experiencia. Cómo te contactaron y cómo fue el desarrollo del proyecto «Magical Mistery Moore», las correcciones, el workflow and all of that.
C: Para ese trabajo me contactaron de una editorial española, Sulaco ediciones. El encargado del proyecto, Art Brooks, quería que participara en un libro en el que se iban a ilustrar las letras de canciones escritas por Alan Moore. Esto ya lo habían hecho antes, pero Moore nunca había quedado satisfecho con el resultado. Me mandaron el «guión» y mandé los lápices que fueron revisados por Moore, que le dió el visto bueno, de una historia de 8 páginas. Luego se publicó en España el libro «Magical Mistery Moore». Con cierto retraso recibí mi paga y algunos ejemplares. Hasta ahí todo bien.
Luego me enteré que Brooks (el seudónimo de un peruano) había sido separado de Sulaco. Pero al parecer este señor tenía los derechos de la obra de Moore en su poder, y le vendió el proyecto a Avatat Press de USA, libro por el que yo-ni nadie que participó en el-recibió un peso. Luego armó un libro homenaje a Moore donde nuevamente no recibí nada. De todo esto me enteré por el editor de Avatar y por internet. En todo caso puedo decir que dibujé un guión de Moore, y que fue muy fácil hacerlo, ya que especifica la puesta en página y detalla la descripción de cada viñeta.
B: Eso es interesante, también ¿Cuál es la modalidad de trabajo de Alan Moore? Por lo que dices parece que el tipo controla bastante la puesta en página de sus guiones, ¿te parece bien eso?
C: Son maneras de trabajar. Para algunos dibujantes puede ser muy cómoda la posibilidad de que el guionista le indique la puesta en página. . Por lo que se, Es común en Moore trabajar así. Especifica el vestuario, el ambiente, etc. Aquí podríamos discutir si la puesta en página (la distribución de las viñetas) es tarea del guionista o del dibujante. Los guionistas que lo hacen tienen un sentido visual y narrativo tal que les permite hacer esta parte del guión, en relación con lo que están contando. Moore usa puestas muy clásicas y en apariencia estáticas, pero que causan un gran efecto según se leen las historias. ¿alguien habría escrito Watchmen con la misma diagramación página tras página? algo parecido pasa en From Hell. Otros dibujantes prefieren lo contrario, plantear ellos la puesta en página. Cada cual ocupa el método que más le acomoda.
B: Pasando a otro tema. Circula una leyenda que dice que durante su vista a Chile, Moebius habría tenido la oportunidad de ver y alabar tu trabajo, ¿es cierto aquello?
C: Es cierto. Cuando vino acompañado de Jodorowsky, vió Lebbeus Rahn, que aún no estaba completo. Estuvo harto rato mirándolo, y me dijo que estaba muy bien y le llamó mucho la atención la documentación de la historia.
B: Parco y modesto. A mi me contaron un poco más.
Martín, me gustaría que describieras tu modalidad de trabajo, tu «estilo». En el fondo, me gustaría que me contaras qué buscas con tu trazo y manera particular de dibujar. En quiénes te ves reflejado y a quién de tu oficio admiras directamente.
C: Mi trabajo refleja lo que siento acerca de ciertos temas en términos visuales. Para mí la historia tiene que tener un soporte gráfico determinado por lo que se está contando. Puede parecer obvio, pero es el punto en que puedes marcar diferencias importantes. Es como enfocas tu dibujo, como lo posicionas dentro del trabajo global. A partir de esto busco lograr un impacto visual no solo desde el dibujo en si, sino también, y sobre todo, desde lo conceptual. Me he decantado por un dibujo lineal, desprovisto de sombras, que me obliga a una representación detallada, como si estuviera usando un bisturí en vez de un lápiz. Muchos creen que mi influencia directa es Moebius, pero las fuentes originales de mi constructo visual yo las buscaría en los dibujos y grabados medievales y renacentistas, y en dibujantes argentinos. Moebius llegó después.
Admiro el trabajo de gente que se ha esforzado en hacer un buen trabajo, sólido y profesional, que me gusta aunque tenga un registro muy diferente al mío. Desgraciadamente son pocos por ahora, pero Internet ha ido creando redes y núcleos de dibujantes e ilustradores que pueden prometer. El tiempo dirá.
B: Tu manera de dibujar es particularmente realista, ¿qué opinas del manga y la fuerza con la que ha entrado en los dibujantes jóvenes?
El manga es un universo cultural muy interesante, donde hay cosas notables. Me atraen autores como Masamune shirow o Katsuhiro Otomo, o historias como Blame. Son autores cuyas historias y soluciones gráficas las siento más cercanas a mi sensibilidad como dibujante. Si el manga sirve como punto de partida para una renovación artística o estlística, genial. pero esto lo está haciendo muy poca gente, los mas capacitados. El resto se está limitando a copiar el modelo original hasta la saciedad.
B: Hace un par de meses, hablando con Alvaro Bisama, le comenté algo que tu habías escrito y me dijo asombrado: “¿Martín Cáceres, el de Lebbeus Rahn? Hablemos de Lebbeus Rahn, cuéntame en qué consistió el proyecto, su formato, su desarrollo técnico, de qué se trata, cuánto tiempo te tomó…en fin…hagamos el making off de Lebbeus Rahn, extended edition.
C: Hagamos memoria…a fines de los Ochenta yo había participado en varias de las revistas que circulaban por ahí, como Äcido!, Bandido, Matucana. La mayoría de las historias las publiqué en Bandido, y para esta revista pensé en hacer una serie en capítulos, una serie de aventura con ingredientes fantásticos. Al final se publicó como libro, que creo fue bastante bien recibido. Lebbeus Rahn es el típico ejemplo de historieta como vehículo para mostrar lo que uno sabe, y donde el guión es una excusa para dibujar determinadas cosas. El guión nunca ha sido mi fuerte, y se nota harto aquí. Es la parte más débil, supongo. Me tomó cerca de un año dibujar las 50 páginas, las que iba escribiendo a medida que dibujaba, porque no tenía un guión completo sino un story line más bien difuso…La historia en sí misma no era muy complicada, pero de alguna manera me las arreglé para que la mayoría de la gente no la entendiera. La ambienté en Francia durante la Primera Guerra, y en un principio quise que uno de los personajes fuera mi bisabuelo, Charles Renere Larue, que estuvo ahí. No se porqué desistí de la idea. Ahora creo que fue una mala decisión.
Fue la primera historia donde empecé a dibujar con rotuladores, o plumones micropunta. Me sirvió para definir un sistema de trabajo que seguí usando de ahí en adelante: Un boceto pequeño de la página, como estudio de la puesta en página. Luego, el boceto a tamaño, donde hacía un dibujo lo suficientemente preciso para traspasarlo al soporte original, terminarlo allí y entintar. El formato era el de la revista Bandido, que era más o menos el europeo. El formato de comic-book americano aún no regresaba al mercado. Temáticamente están todas las cosas que me atraen dibujar, y donde caí definitivamente en la obsesión de la documentación previa al trabajo visual.
Lebbeus Rahn fue el primer intento que hice para entrar al mercado francés. De Humanoides Associes respondieron que, si bien era un trabajo interesante, aún no estaba maduro. Por ahí debe andar el fax.
B: Ahí hay otra leyenda en torno a tu trabajo: la famosa y apócrifa “Segunda parte de Lebbeus Rahn” ¿Qué hay de cierto. Existe, se está preparando?
C: Después de publicar el libro, empecé de inmediato la segunda parte. Cuando tenía unas diez páginas, empecé paralelamente a dibujar otra historia, llamada Odiseus. Era una especia de mito de Ulises en clave de ciencia ficción. Aquí me preocupé más del guión, y el dibujo es más suelto y seguro que en Lebbeus Rahn. Odiseus se publicó por capítulos en la revista Arte9, a mediados de los 90. Cuando la revista se cerró con 40 páginas publicadas, yo ya estaba en el tema de la docencia, y me empecé a distanciar de estas historias. Recuerdo también que al leer Rork, de Andreas, me desconcertó descubrir algunas similitudes con lo que había hecho con Lebbeus, y eso quizás haya influido en mis ganas de seguir con la saga.
Es cierto que la segunda parte de Lebbeus Rahn ya parece leyenda urbana, pero hace un tiempo empecé a pensar seriamente hacer un nuevo Lebbeus, una versión definitiva. Empecé con el diseño conceptual, sin apuro, como parte de un trabajo muy personal, aunque esta vez no me importaría trabajar con un guionista.
B: Hablando de trabajar con guionistas y ya acercándonos a la actualidad. Por estos días estás trabajando en un proyecto de comic con guión adaptado, un comic a partir de un cuento llamado Karma Police.
¿Puedes contarnos qué te motivó a aceptar el proyecto, de qué se trata y cómo ha resultado esa experiencia para ti como dibujante?
C: Me involucré en este proyecto por lo que te decía antes: la motivación viene del desafío que desde lo visual me impone un relato, y Karma Police me pareció muy atractivo desde ese punto de vista, independiente de su calidad literaria. El guión plantea además algunas exigencias narrativas que va a ser interesante resolver. Por otra parte, el autor-Jorge Baradit, autor de Ygdrasil- no tiene experiencia previa con guiones de comics, pero tieme muy claro lo quiere contar, y como. Aparte de algunos detalles irrelevantes, resolvió muy bien el guión.
Karma Police es un relato que pertenece al universo de Ygdrasil, que leí comenzado el proyecto. Es parte de la historia de Mariana, miembro de Karma Police, una unidad policial y antiterrorista de elite, una especie de secta fanática que sobrevive entre la maquinaria subterránea que mantienen con vida a Santiago. Si bien en un principio jorge insistió en que la locación debía ser un Santiago común, llegamos a plantear un futuro relativamente cercano, con una ciudad un poco mas caótica y deteriorada. Como dibujante, ha sido muy cómodo trabajar en este proyecto, ya que Jorge tiene clara la película, y sus historias son riquísimas visualmente. Hicimos un trabajo previo de concept que sirvió para acercar posturas, y debo reconocer que más allá de las peladuras de cable es un tipo súper riguroso con lo que hace. Desde un principio insistí en un dibujo muy detallado y barroco, que fuera una lente que mostrara en detalle este universo delirante, bizarro. No vamos a tener ninguna contemplación con los lectores.
B: Para finalizar ¿Tienes algún sueño inconcluso, algún deseo secreto? ¿Un proyecto que te gustaría llevar adelante?.
C: Hay hartos proyectos dando vueltas. No solo de comic, de ilustración, concept, incluso estoy trabajando en el diseño de un juego de cartas. El problema es el tiempo que le puedes dedicar a cada uno. Al final muchas de estas ideas van quedando tiradas en el camino. Me gustaría poder concretar, poder llevarlas a término. Todos mis sueños, deseos y frustraciones tienen que ver con eso.
B: Martín, te agradezco el tiempo y la molestia. Estoy seguro que cada día iremos escuchando más y más acerca de tu maravilloso trabajo. Gracias![x]
visita: http://www.ergocomics.cl/mcaceres