por Juan Carlos Sánchez
Aprendiendo a jugar con la oscuridad
He oído incontables comentarios acerca de lo oscura que es Episodio III, pero tras un montón de promesas no cumplidas para cada una de las partes anteriores, el término oscuro en torno a la saga de Lucas se siente tan falso como pretencioso para un cineasta cuya grandeza se ha visto sumergida por una abismante falta de autocrítica.
Contrastando con esto, hace unas noche oía el comentario que J. Michael Straczynsky para el episodio Racing the Night, de su spin off de Babylon 5, Crusade, donde revelaba su interés por seguir un estilo mucho mas oscuro y cercano al terror, lo que iba a incluir muertes y desapariciones de algunos personajes principales.
En otras palabras, sin querer, me he encontrado ante un solo término para definir dos creaciones vinculadas al género de anticipación, donde la magnitud de su significado ya es evidente en uno de ellos mientras que en otro parece un ejercicio tardío (por no decir el último recurso de salvación) de alguien que ya ha muerto demasiado por la boca.
Y aunque no me guste decirlo, George Lucas cambió el mundo, devolvió el interés por las antiguas series de aventuras espaciales tipo Flash Gordon y de pasó marcó la siguiente etapa en la revolución de efectos especiales, pero al mismo tiempo banalizó la ciencia ficción cinematográfica quitándole todo su poder como un género surgido para explorar la condición humana. Con Star Wars, Lucas jugó con la superficialidad y la inconsistencia, sin perjuicio que en el proceso tuviera algunos notables aciertos. Siendo más especifico El Imperio Contraataca marcó el debut de Yoda, el maestro de la incompetencia, cuyo descontrolado egocentrismo y contradicciones hace evidente porqué Anakin se transformará en el temido Darth Vader; sin embargo resulta sorprendente el tono dramático alcanzado en muchos otros elementos del filme, desde la derrota rebelde hasta la lucha entre Luke y Vader, quizás lo mejor de toda la saga.
Con El Regreso del Jedi la situación no fue muy distinta, desde un principio Lucas se vio aproblemado por “su falta de visión” al querer titular el filme de una forma que contradecía lo que sus personajes predicaban y que terminó siendo el título de Episodio III. Esto era solo un presagio ya que el conflicto entre los guerreros de luz y tinieblas terminó siendo una jugarreta donde el poderoso jedi moría por su propia boca desde el principio cuando se enfrentaba al monstruo de Jabba. Nuevamente la mano salvadora iba a ser la cataclísmica batalla entre el padre y el hijo, en una secuencia que evidentemente daba para notables segundas lecturas, el resto se perdía en los efectos especiales y cambios argumentales de último minuto (la hermana de Luke, por ejemplo).
Tras todo esto vino un receso de varias décadas donde el imperio de Lucas recaudó millones rearmando sus productos en incontables versiones siempre prometiendo (y no cumpliendo) versiones definitivas de la trilogía. A esto hay que sumar numerosos libros e historietas cuya validez argumental se vio completamente menospreciada con el estreno de La Amenaza Fantasma, el capitulo mas débil de la saga, un compendio de los pecados de Lucas.
Persecución en círculo
Recuerdo que cuando supe del nuevo filme todo hacia presagiar algo sorprendente en todos los aspectos, uno de los rumores mas fuertes era que el personaje Liam Neeson, Qui-Gon Jinn era el padre de Anakin e incluso circuló una foto de una pelea que nunca se vio en Tatoine entre Obi Wan y Darth Maul (Incluyendo la leyenda que Obi era el clon perfecto creado en secreto por los jedis). Siendo honestos argumentalmente La Amenaza Fantasma fue un insulto a la inteligencia de los espectadores, una historia donde un grupo de gente arranca de un planeta invadido en busca de una ayuda que nunca se les da y que los obliga a regresar para usar lo que ya tenían disponible (en otras palabras un viaje inútil). Como si fuera poco era aberrante ver como los Jedis eran supremos portadores de un exacerbado ego que nublaba su inteligencia en todo lo que debían hacer, incluyendo algo tan evidente como descubrir que la reina Amidala se ocultaba entre sus sirvientes, sumado al hecho de estar sometidos a una serie de reglas (por ejemplo: el celibato, ser entrenados desde niños) cuyo sentido nunca se aclaró.
El punto más bajo (y que todos conocen) fue Jar Jar Binks, un personaje cuya única utilidad fue mostrar otra raza “inteligente” dentro de un gigantesco planeta (que podría haber tenido muchas otras) para enfrentar un sólo crucero (de mas de veinte que se ven en órbita), todo para que el ya sabido futuro emperador, Palpatine, tenga un mejor lugar en el senado (en un supuesto ejercicio de política cuya lógica y complejidad era superada hasta por el filme Calabozos y Dragones) y encontrar a un mocoso superdotado que nadie se da tiempo de cuidar de forma responsable.
Pero bueno muchas de las lecciones se aprendieron y El Ataque de los Clones, marcó una notable evolución respecto a su predecesora, pero no entorno a la trilogía anterior. Por el contrario Lucas trató de rescatar parte de las glorias pasadas estableciendo un fuerte vínculo entre los clones y el cazarecompenzas favorito de la galaxia: Boba Fett, con su padre Jango. Sus constantes inconsistencias, sin embargo, tuvieron su punto más bajo en la masacre de los jedis en Geonosis, los grandes guerreros de la república eran asesinados en su incompetencia por usar una espada para defenderse de incontables cañones láser (un ejemplo notable de lo inútil de esto se vio en esa joya del anime llamada Rurouni Kenshin sin olvidar tampoco El último Samurai). Situación que por cierto se contradijo aun más en un episodio del dibujo animado Clone Wars, donde un acelerado Mace Windu hacía todo lo que no hizo en Episodio II arrasando un gigantesco ejército de robots con sus propias manos. Aunque en realidad más grave fue la batalla entre el Conde Dooku y Yoda, la razón: limitaban todo el mítico poder de una especie a unos cuantos trucos y la destreza en el uso de la espada, bajo esas condiciones ser jedi parecía un mal chiste donde la condición esencial es aparentar lo que no se es.
Más grave aún fue la elección de Hayden Christensen como el joven Anakin, rol cuyo gigantesco peso que el actor fue incapaz de sostener restándole dramatismo a la historia indistintamente la buena química que tuvo con Natalie Portman.
Un paso dentro de la oscuridad era como Anakin masacraba a los torturadores de su madre poco después que esta falleciera en sus brazos, en una secuencia que solo fue descrita de palabras del personaje y que de paso confirmaba que la mayor ironía de Lucas es el haber creado a unos caballeros cuyas espadas rara vez se veían cortando algo que no fuera metálico.
Este hecho ponía en evidencia un grave problema: la poca capacidad de George para saber cuando dejar el campo de lo infantil en pos de un argumento que por lógica requiere un tratamiento adulto. Esto lo había obviado en A New Hope, con su heroico final cuya dura realidad debía conducir todo a un funeral en vez de una premiación; en otras palabras el tema de la guerra se banalizaba, un conflicto donde vidas se perdían era tomado como un juego de niños (y que para empeorar más las cosas el conflicto seguía), y que en La Amenaza Fantasma tenía su punto culminante cuando el precoz Anakin se arrancaba con una nave de combate a luchar contra los villanos de turno (lo que encajaba con algunos comentarios de Obi Wan en A New Hope, solo que no era esperable esto de un niño).
El camino a la adultez
Hay que reconocerlo, hacer un filme cuyo argumento sea coherente y profundo para un adulto y al mismo tiempo entretenido y no nocivo para un niño es algo muy complicado. No es fácil encontrar trabajos como la adaptación de la novela de Michael Ende: La Historia Sin Fin o en un caso más reciente las dos entregas de Spider-Man. Pero en cada situación es posible comprobar como sus guionistas han sabido usar de forma responsable los elementos con que arman la historia sin caer en graves inconsistencias.
Querámoslo o no cualquier cineasta, o escritor serio sabe muy bien que la creación de un argumento oscuro supone que su obra no debe estar orientada a todo público. Por dar un ejemplo: los seguidores de El Castigador desde un principio esperaban que el filme fuera calificado R en Estados Unidos (y en Chile mayores de 14 para que después padres se quejen de como la violencia daña a sus hijos), lo que era una garantía de fidelidad al estilo agresivo del vengador marveliano. “El Caso Lucas” ya había tenido un desastre con la secuela de Conan, personaje eminentemente adulto que vio vulnerada toda su esencia en su simplista y emotiva continuación.
Volviendo a Straczynsky (Babylon 5 y Crusade), su saga por años había estado marcada por un canon netamente adulto, lo que significaba un estricto control argumental para evitar una desviación por las rutas más sencillas de lo comercialmente atractivo.
Esto implicaba también evadir uno de los vicios del concepto de la adultez y
también oscuridad: el uso de la violencia y el sexo de forma “gratuita”; pero aplicado a este factor eso termina muchas veces obedeciendo a una actitud más infantil que la de alguien responsable, sin perjuicio el placer que pueda brindar. Tomando por ejemplo la filmografía de David Lynch, el sexo y la violencia por excesiva que sea, va acompañada de una reflexión o exploración psicológica que la hace trascender a un mero recurso comercial a algo que en algunos casos bordea lo didáctico (Terciopelo Azul).
Pero bueno antes de seguir, para quienes no la conocen bien y a modo de resumen: Babylon 5 es una saga de cinco años donde la raza humana, concretamente en una estación espacial, es el centro de una serie de grandes acontecimientos que marcaran la evolución de un importante sector de la galaxia donde esta involucrada la Tierra.
Una brutal guerra que por poco y causa la desaparición de los terrícolas obliga la construcción de un sitio neutral para que se reúnan diplomáticos buscando evitar nuevos conflictos. Sin embargo el origen y futuro de Babylon 5 está atado a un grupo de antiguas razas que secretamente han observado y controlado la vida de todas las especies surgidas posteriormente a ellos, preparando una serie de estratagemas para una gran guerra que si no es frenada puede causar la aniquilación de todas las criaturas vivientes.
Con esto Straczynsky tomó parte del esquema de Star Wars (y también Star Trek) para disectarlo con la profundidad que Lucas no supo realizar (y que la gente de la otra gran saga no quería tomar), partiendo de como surge una guerra desde el interior de una especie, sus efectos tanto a nivel micro como macrosocial y las duras consecuencias.
Si bien no hay un imperio, hay varias poderosas razas que constituyen una gran amenaza para otros mundos, la más terrible de todas las Sombras, temibles criaturas que parecen surgidas de una pesadilla y cuya presencia está tan arraigada en todos los mundos que los mismos personajes principales deben actuar con extrema cautela para no provocarlos. Contrariamente a ellos están los Vorlon, cuya impredecible personalidad mantiene siempre la duda de cual es su verdadero rol en la guerra que ha de venir. Sin los jedis de Lucas, Straczynsky crea el Anla’shock o en inglés Rangers, un grupo de guerreros entrenados en diversas técnicas de combate cuya principal arma es una larga vara (denn’bok) pero que no están limitados al uso de otro dispositivos para defenderse si las circunstancias lo requieren (en otras palabras no son tan tontos para usar la vara contra una ametralladora).
Para complementar aún más todo, cada personaje tiene su propia historia y ciclo evolutivo que paulatinamente va arrojando nueva información sobre diversos ángulos de algunos acontecimientos, por ejemplo: mientras que el Capitán Sheridan tiene su momento de gloria en la guerra mimbari, la embajadora Delenn ofrece su crucial rol en este conflicto que en aquel entonces los hacia a ambos enemigos.
Siempre refiriéndose a Tolkien o a alguno que otro autor clásico (como Asimov y su línea de transportes), Joe mantuvo una abrumante consistencia argumental incluso en el anunciado fin de Babylon 5 donde se confirmaban muchos acontecimientos que habían insinuado o mencionado de forma superficial, pero también dejando algunos intencionalmente fuera, incluyendo las aún mas grandes ramificaciones de la gran guerra. De esta forma era posible expandir de forma lógica su universo en otras sagas que eran susceptibles de ser tratadas en las novelas o en lo que seria la creación del spin off, Crusade, que como mencionaba en un principio, supuso la oportunidad de profundizar en aquellos aspectos que ya se sabia que eran oscuros en B5, concretamente la relación entre la Tierra y las poderosas Sombras, cuyo resultado más conocido eran una macabras naves de las que se puede suponer que se usaban componentes humanos (no precisamente pilotos voluntarios y conscientes).
A diferencia de lo ocurrido con Lucas o la franquicia de Star Trek, Babylon 5 está profundamente unida a Straczynsky, cuya hasta ahora notable imaginación e ingenio difícilmente da espacio a otros autores que no sean aquellos que él ha autorizado para ofrecer ciertas líneas argumentales bajo su supervisión. Desgraciadamente el escaso apoyo y la incompetencia de algunas compañías (como el Scifi Channel y Warner Brothers) ha traído consigo el no aprovechamiento de muchas interesantes historias pendientes como por ejemplo: los errores de los vorlon, la existencia de al menos dos razas mucho más peligrosas que las vistas en la guerra, la supervivencia de los tecnomagos… en fin todo un universo por explorar que depende de un solo hombre cuyo trabajo hasta el momento ha sido impresionante pero… no comercialmente del todo rentable.
Camino en tinieblas
Es muy fácil criticar el infantilismo de George Lucas ante la gran cantidad evidencia que lo delata, especialmente ante el apego que mantiene con sus personajes que hacía de las muertes (y presentaciones) algo casi ceremonial.
En cambio, con Straczynsky, la vida y la muerte rondaban como dos perros delimitando su terreno; los cliffhanger (hechos impactante que cambian todo) desde el primer año se convirtieron en un recurso obligatorio de los finales de temporada, cuando el presidente de la Tierra es asesinado (no Bush), el jefe de seguridad es atacado quedando en coma y el capitán se va. Nuevas preguntas iban surgiendo… pero las respuestas llegaban y con una abrumadora e incuestionable lógica que encajaba perfectamente en todo lo que se veía. Babylon 5 cada año se tornó más compleja pero al mismo tiempo se iba haciendo mas coherente, esto sin perjuicio que hubieran historias que no llegaron a desarrollarse (Los secretos de Talia por ejemplo). A diferencia de Lucas, el trabajo de Joe estaba limitado tanto por el presupuesto como el apoyo de los ejecutivos de Warner Brothers, quienes a pesar de ser concientes que el principal episodio de la segunda temporada de Babylon 5 había ganado el premio Hugo, siguieron limitando el soporte a la serie lo que motivó a Straczynsky a retirarse de una posible tercera nominación por tercer año consecutivo a modo de protesta.
Lo positivo de esto fue que el bajo presupuesto obligaba a Joe y su apoyo “logístico” (Harlan Ellison) a ser mucho mas meticuloso con los guiones a fin de evitar todo derroche económico, memorable fue el episodio Comes the Inquisitor un ejemplo de lo mucho que se puede hacer con el mínimo de recursos. Dicho sea de paso, fue un episodio que tomó varios temas tanto dentro del contexto de la guerra que se iba a iniciar como un mito popular para profundizarlos a sorprendentes niveles filosóficos.
Mientras Lucas hizo del tema de la guerra un mero entretenimiento, Straczynsky la trató con la mayor seriedad posible llegando a niveles que bordeaban lo escalofriante, como en el capitulo A Late Delivery from Avalon donde el actor Michael York era un ex cañonero cuya responsabilidad en el conflicto mimbari, aunque fue indirecto, lo había conducido a la locura.
La esencia de Babylon 5 radica en el constante cambio tanto en los argumentos como en la personalidad de cada uno de los individuos siempre atado a un patrón evolutivo conforme a la interacción tanto con nuevos como antiguos elementos. Lo que implicaba que villanos como los clásicos, llenos de maldad e imposibles de toda redención eran escasísimos e incluso los que parecían encajar perfectamente dentro de tales características tarde o temprano tenían la oportunidad de mostrar sus facetas ocultas u orígenes que lo condujeron a este rol en algunos casos a través de las novelas (Morden).
El termino de Babylon 5 suponía un brillante futuro dado que TNT había invertido en la producción del último año, (cuando ya estaba cancelada la serie a finales del cuarto) e incluso estaban solicitando más productos. De esto vendrían tres películas para televisión (In the Beginning, Thirdspace, The River of Souls) y un piloto para una nueva serie que continuaría los acontecimientos de B5: Crusade. Este nuevo proyecto implicaba una gran oportunidad de ahondar en aspectos más oscuros, A Call To Arms era un filme épico que ahondaba en las graves consecuencias de la gran guerra, cuando una raza liberaba un virus en la Tierra para vengar la perdida de sus amos. Sin embargo fue el inicio de un conflicto entre Straczynsky y la productora, ésta última buscaba darle un tomo más comercial a Crusade, ya que la encontraban muy “cerebral”. Lo que trajo consigo lamentables cambios como la creación de un episodio que introdujera de forma muy obvia y lenta a los personajes en reemplazo del que se tenía originalmente planeado Racing the Night donde se mostraba claramente el carácter rebelde de los personajes principales, que iba a ser determinante para los futuros acontecimientos. Mas allá de su función de introducir personajes y vínculos Warzone como primer episodio nunca obtuvo el nivel de popularidad de aquellos con argumento mas complejo como The Path of Sorrows, donde la tripulación del Excalibur encontraba a una pacifica criatura que los confrontaba con sus grandes traumas dándoles la oportunidad de superar el dolor. De esta forma Straczynsky brillantemente se las ingeniaba para explorar tanto la personalidad de los personajes principales como dar más detalles de otros acontecimientos que intencionalmente había omitido en la cronología, todo con cierto sentido reflexivo.
Incluso se dio el tiempo de reírse del fenómeno OVNI y particularmente de los X-Files con Visitor from Down Street, el menos serio episodio de la saga, donde una suerte de Mulder y Scully extraterrestres llegaban a la nave por casualidad huyendo de un siniestro agente planetario que formaba parte de una organización donde supuestamente los terrícolas estaban trabajando para conquistar su planeta. Por cierto esta humorada no impidió que Straczynsky y Chris Carter comenzaran a trabajar en un proyecto titulado tentativamente The World on Fire en un intento por salvar el reino de Carter que se venía al suelo tras la cancelación de Millenium, el proyecto no perduró por presión de los estudios.
Para entonces Crusade estaba condenada a la cancelación, por ser un producto sin fines netamente comerciales que cumplieran con las desquiciadas exigencias de TNT, que según uno de los diversos comentarios que circulaban, la productora quería una versión espacial de Guardianes de la Bahía, lo que se fundamentó en algunas bromas que se hicieron al interior de los episodios incluyendo el cambio de vestuario, medida que Straczynsky corregía en uno de los guiones no filmados (difundidos por él en cierto sitio Web) donde el capitán se deshacía de los
nuevos trajes usando alguna mentira de último minuto.
De cualquier forma tanto en la vida real como en el mundo imaginario de Joe, Crusade fue un breve proyecto cuyo plan era intentar emular el mito de los caballeros de la mesa redonda y de paso las cruzadas. La espada: una nave extremadamente poderosa única en su tipo, un (tecno) mago, un grial que buscar: la cura al virus que posteriormente iba a desatar la mas grande cruzada: liberar a la tierra de la influencia de las Sombras.
El problema y también virtud con los proyectos de Straczynsky es que como dirían sus personajes: “nada es lo que aparenta”. No es como Lucas donde desde un principio se sabe muy bien quienes son los buenos y los malos, mientras que los pocos secretos que se van revelando no son de gran peso ante lo predecible que son las circunstancias. Con Matthew Gideon, Joe saca al prototipo de héroe correcto que tenía en el Capitán de B5, John Sheridan, y pone a un individuo agresivo, extremadamente manipulador y perspicaz pero al mismo tiempo leal con quienes lo apoyan.
Como ya mencioné en párrafos anteriores en Racing the Night, las reglas del juego del nuevo mundo de Straczynsky son completamente distintas a las anteriores: Gideon hace una peligrosa apuesta sobre el éxito de su misión que acorta el tiempo estimado para que dure la serie a menos de lo que se planteo en un principio. La relación entre los personajes ya se encuentra establecida especialmente el principal y Galen, con quien tiene una comunicación que bordea lo irónico, como dos tipos duros que tratan de marcar muy bien su territorio.
Todo para una perfecta conclusión donde se confirma la frase dicha en el párrafo anterior y de paso establecer lo que se mostraba como una de las líneas argumentales mas oscuras e interesantes de la saga, posible respuesta a la única pregunta que no responde el capitán en los créditos y que define todo: “¿en quien confías y a quien sirves?”.
En otras palabras, Joe ya no tiene que jugar con introducciones inocuas o pueriles que seguirán de episodios con poco peso filosófico o existencialista, lo hecho en el ya mencionado brillante episodio Comes the Inquisitor puede desarrollarse en todo su potencial sin que esto caiga en algo repetitivo y monótono. Quienes hayan leído algunas otras historias de Straczynsky, particularmente la saga de historietas Midnight Nation, coincidirán que el autor es capaz de tomar una visión extremadamente profunda del ser humano y su evolución bajo una perspectiva dinámica, interesante y entretenida, algo que se manifiesta cabalmente en Crusade, sin perjuicio que esto incluya episodios o situaciones en que los personajes vivan experiencias hilarantes (el ya mencionado Visitors from Down Street, además de las manías de Gideon).
Respecto a los tres guiones que nunca se filmaron Value Judgements, To the Ends of the Earth, The End of the Line: El primero vuelve a explorar una historia pendiente, la guerra telépata y sus consecuencias, mientras los últimos dos definen lo que será el camino de destrucción de Gideon, producto de sus obsesiones y secretos, además de lo que vendrá cuando la cura sea encontrada, que según Joe iba a ser mas pronto de lo posible. Un futuro increíble de lo que pudo ser una de las mas entretenidas, profundas y originales series de ciencia ficción de todos los tiempos frenado por ambiciones de mentes pequeñas adictas a las palomitas de maíz y el buen descanso neuronal, pero con tipos como Straczynsky, Whedon, Twohy, Nolan dado vueltas aún en diversos campos el futuro es más brillante para los amantes de la ciencia ficción adulta, de lo que fue para el capitán Gideon.
Episodio III La masacre de Lucas
Tras sus dos cuestionados primeros episodios Lucas consiguió que uno de sus filmes alcanzara el nivel de respeto de su anterior trilogía y lo hizo nuevamente usando las herramientas de otro.
Y es que Episodio III es un filme hecho con la maestría de John Harrison (Done) para mostrar una historia que todos quieren ver con sus grandes falencias ocultas con mucha e incuestionable inteligencia.
Un trabajo cuya efectividad vi comprobada cuando un amigo la consideró mejor que todos los filmes de Star Trek juntos. Personalmente (preparen los palos) es aberrante esta afirmación, ya que si bien el dicho “en gustos no hay nada escrito” es claro, el nuevo filme de Lucas abusa de los mas graves pecados de toda su saga.
La historia que ya todos conocen: Anakin el joven jedi junto con Obi Wan se acercan al fin de las Guerras Clones, instancia que pondrá a Skywalker frente a frente a sus conflictos internos con los jedis trazando su camino al lado oscuro y transformación en el gran Darth Vader. Para quienes hayan visto meticulosamente tanto los filmes anteriores como los espectaculares trailers, la historia ya está clara: si bien Anakin es todo un héroe de guerra, el desconsiderado e inescrupuloso trato del consejo jedi no sólo ha limitado su enorme potencial sino también esta frenando su futuro. En medio de esto, mas allá de la figura paterna y siempre correcta de Obi Wan, el canciller Palpatine con muchísimo más criterio y cuidado se ha convertido en su mejor aliado al valorar todo el poder que presenta el jedi así como dando salida a sus frustraciones producto de las cuestionables políticas jedi que al final serán la arena con que cubrirán su tumba. El descubrimiento del gran secreto del canciller (de forma demasiado obvia) junto con el temor a perder a Padmé, terminarán por liberar la rabia de Anakin conduciendo la formación del imperio y la destrucción de los caballeros.
Contrariamente a lo que muchos querrían, el argumento de Episodio III no es nada de novedoso, no por el hecho que Lucas haya arrojado pistas sobre esto mas de veinte años atrás, sino por estar fuertemente ligado al tema del bien y el mal dentro del ser humano o en otras palabras como un individuo bondadoso no esta ajeno de usar todo su potencial para provocar el caos.
Esto supone la exploración del concepto de la maldad como algo que para muchos es que la sociedad (o la vida) moldea al hombre en muchos casos corrompiéndolo o impulsándolo como un ser constructivo. Esto ha terminado siendo caldo de cultivo para incontables filmes especialmente los de la otra gran franquicia Star Trek en cuya última película el capitán Picard se enfrentaba a un atormentado clon suyo que le mostraba el camino que pudo haber seguido de no haber tenido tantas oportunidades en la vida. Con Anakin la situación no es distinta, Qui Gon Jinn vio en él el individuo que devolvería la gloria a los jedis (traería equilibrio a la fuerza), mas el consejo Jedi dirigido por el egomaniaco de Yoda le cerró las puertas en vez de buscar otras alternativas más misericordiosas (palabra que en el filme se comprueba no conocen estos caballeros) para orientar sus capacidades, esto sería la segunda gota para la semilla oscura.
El trabajo de Jinn es tomado por Palpatine quien no trepida en ir explorando la personalidad del joven jedi en busca de todo aquello que sus semejantes subestiman, especialmente sus profundos traumas, los cuales el mismo Yoda conocía y menospreció (siempre usando alguna frase filosófica pero sin sentido constructivo en lo que podríamos llamar una suerte de burocracia filosófica).
Esta claro que las emociones son un obstáculos en el camino de estos guerreros, pero Lucas impuso esta regla de forma estrepitosa sin profundizar en como esto anulaba la compasión como elemento esencial para contrarrestar la maldad, lo que resulta particularmente irrisorio dado que los jedi se supone que son la encarnación del bien y Obi Wan manifiesta su deseo de no matar a su joven aprendiz dejándolo quemándose vivo en los bordes de un río de lava ¿no es eso maldad?; lógicamente esto garantiza un señor Vader con armadura pero es una burla para todo lo que promovió Lucas con sus caballeros, especialmente si se considera lo terrible que es ser quemado vivo (e ilógico que no haya muerto en tales condiciones).
Dicho sea de paso, la idea de controlar la emotividad se contradice en numerosas ocasiones como en la primera parte con el furioso ataque de Obi Wan a Darth Maul luego que éste matara a su maestro (y que por cierto nadie del consejo le recriminó), mientras que ocasionalmente hemos visto a un alegre Yoda, quien incluso en su primera aparición había hecho una broma a Luke. Científicamente hablando nuevos y numeroso estudios están arrojando mayores beneficios para las actitudes alegres o positivas, lo que no precisamente ha de contradecir un comportamiento responsable, sin embargo el mismo mundo de los Jedi, (con su cuestionable celibato) muestra elementos que anulan el uso de estos factores que van contra lo que los llaman el lado oscuro. Concretamente se habla mucho en contra del odio y el miedo, pero ya habíamos dicho la falta de la compasión y mas importante aún el amor. Los principios de estos caballeros deberían estar sustentados en esto, que si bien socialmente está extremadamente usado, cualquier estudioso de la literatura puede redescubrir como los autores clásicos hicieron al explorar formas tan profundas como originales para abordar su rol en la existencia. Con los Jedi, Lucas dice dar vida a una encarnación del bien pero sus características están a unos pasos de una ineficiente maquina de matar y muchos más de lo que por lógica debería contrarrestar el poder del tan temido lado oscuro.
Volviendo al plano argumental, otro vicio del creador de esta saga es que hizo demasiado claro el camino de Anakin, pero no ahonda más allá en las implicancias internas ni mucho menos en las, ya mencionadas, grandes contradicciones de los jedis (su abrumante falta de criterio y poder, especialmente para percibir lo evidente), su interés como siempre es entretener sin importar cuan superficial sea su historia; en el proceso hace prácticamente ceremoniales las evidentes referencias o vínculos con la trilogía anterior (Chewbacca, el nombramiento Vader –ya lo había hecho con R2-D2 poniendo en el tapete una grave contradicción en la relación humano-robot–) mientras que no se molesta en solucionar otras líneas argumentales pendientes como una razón lógica para que Yoda y Obi Wan arranquen (siendo que ambos se muestran más poderosos que los Sith) y se escondan en un universo plagado de formas de vida inteligentes a las que podían haber instruido en el camino de los jedi, contrariamente a los Sith que son tan agresivos y ambiciosos que no hay mas de dos porque se matarían entre ellos.
Sé que hay elementos para contar más acontecimientos que eliminen estas incoherencias pero contrariamente a lo que hace Straczynsky, Lucas promete y no cumple (no olviden el pasado de Qui Gon), lo que resulta mas negativo ante la facilidad con que rescribió los argumentos surgidos en “supuestas” obras complementarias, vale decir: libros y cómics.
Ya en las anteriores trilogías era visible como Lucas tomaba elementos de filmes y novelas clásicas tratándolos como si fueran creaciones suyas, incluso corre el rumor que si Asimov estuviera vivo lo habría demandado por hacer de Coruscant una copia de Trantor de la saga Fundación. El turno ésta vez fue nuevamente Dune, el nacimiento de Luke y Leia termina siendo una vulgar copia de los hijos de Paul Atreides, cuya madre muere al darlos a luz de una forma mucho mas lógica (la droga que tomaban los fremen había tenido graves efectos), sólo que esta vez recurre a la receta más simple que es matarla de pena (como toda una gran madre para la cual sus hijos no tienen valor). Todo esto al mismo tiempo que el nacimiento de Darth Vader en una secuencia que mezcla la creación de Frankestein con el típico recurso del filme de acción donde el héroe grita al perder a su ser mas querido.
Es incuestionable que Episodio III es un filme entretenido, visualmente espectacular, con muy bien logradas escenas y una buena banda sonora que se mantiene magistralmente al mismo nivel que las otras parte, pero argumentalmente peca de demasiado ambiciosa y superficial extremadamente predecible e inconsistente (sin olvidar la mala actuación de Christensen). Contrariamente a otras grandes sagas como El Señor de los Anillos, Jackson supo mantener un equilibrio entre el nivel de los efectos y el potencial del guión sin dejar que el primero le restara fuerza al segundo en cada una de sus partes, Lucas se aprovecha del viejo truco del héroe torturado para potenciar el terreno ganado con tanta batalla y de paso ocultar sus enormes fallas argumentales ofreciendo un final que esta lejos de alcanzar la oscuridad que tanto se ha hablado pero que encaja mejor que cualquiera de las otras partes en todo lo que dijo en su primera trilogía evitando todas las contradicciones que sepultaron La Amenaza Fantasma y El Ataque de los Clones.
Quizás la gran falla de Lucas es: el no haber escrito toda la saga de una sola vez como un todo (uno de los grandes aciertos de Tolkien que favoreció el proyecto de Jackson) dándose tiempo suficiente para ir perfeccionándolo con el paso de los años en vez de ir sacando elementos de filmes y libros que le gustaban para hacer un collage donde en una primera vista todo es perfecto pero a la segunda las se hace claro como no encajan. Estos puntos son la esencia de la calidad de Babylon 5, ya que lo que en un principio se creyó una mala copia de Star Trek (que por cierto el guión del piloto estuvo en manos de Paramount mucho antes que fuera creado DS9) con el paso de los meses fue tomando mayor consistencia y apoyo del público al ir descubriendo como cada elemento del pasado o futuro que se revelaba iba encajando perfectamente como la “novela para televisión” a la que se refería su creador. Algo parecido en el caso de la animación a la legendaria adaptación que hizo Carl Macek de Macros: Robotes, quien estableció una línea argumental difundida en libros y cómics que rellena los vacíos en cada una de las generaciones.
Toda creación del ser humano es inevitablemente el resultado de la influencia de su mundo, sin importar el género y los elementos ya que inevitablemente su mensaje está atado a una respuesta que debe producirse en su existencia y para ello debe ir tomando partes de la realidad, Lucas puede amar a cientos de autores y cineastas, puede haber tomado millones de cosas así como ninguna, pero al final todo lo que haga se reduce a un solo factor: falta de perfeccionismo. La Guerra de las Galaxias es una revolución en entretenimiento y efectos especiales, cuyo estandarte de arena es sostenido fielmente por sus fanáticos que irónicamente contradiciendo los preceptos jedis son guiados por su pasión a la franquicia.
Lo bueno es que influyó una generación de forma tanto positiva como negativa, por un lado surgieron tipos James Cameron, Luc Besson, Roland Emmerich que se alimentaron del espéctaculo visual en perjuicio de la consistencia argumental, mientras que detractores como Ridley Scott y David Lynch hicieron su camino construyendo maravillosas obras sustentadas en sólidos guiones, piezas que palidecerán ante la maquinaria técnica de Lucas, pero que el tiempo les ha dado un sitial de acero donde no falta quienes sacamos un paño para hacerlos relucir una vez mas.
Hablando de Oscuridad: The Passing of the Technomages
Antes de Episodio III y poco después de la cancelación de Crusade, Straczynsky anunció la entrega de los argumentos (y detalles inalterables) para una nueva trilogía de libros (posterior a Legions of Fire) que iban a narrar los orígenes del personaje más popular de la serie: Galen, resolviendo de paso diversas incógnitas tanto de este fallido proyecto como del programa que le dio vida.
A diferencia de trilogías literarias anteriores (la mencionada Legions of Fire y la saga de los Psy Corps), The Passing of the Technomages, que fue escrito por Jeanne Cavelos, tiene grandes semejanzas con otras sagas ajenas al universo de Straczynsky, como es el caso de Harry Potter y particularmente los recientes filmes de George Lucas.
A simple vista esto pareciera inevitable dado que la autora escribió un texto técnico de Star Wars, sin embargo algunos de los libros se publicaron antes del estreno de las últimas películas.
Pero bueno, la historia comienza con Casting Shadows, donde un joven Galen se reúne con otros estudiantes que en medio de una celebración donde se graduaran como tecnomagos. Sin embargo los rumores del regreso de las temidas Sombras y el descubrimiento de un peligroso hechizo por parte del personaje principal, lo llevará una nefasta misión que cambiará para siempre su existencia y la de todos sus semejantes.
De esto vendrá The Summoning Light, donde tras los terribles descubrimientos de Galen, los Tecnomagos montarán una operación para evitar la gran guerra que se aproxima mientras el joven tecnomago irá nuevamente a las líneas enemigas tratando de frenar un posible y catastrófico ataque.
Para que el puzzle se complete con Invoking Darkness: Tras el gran sacrificio hecho para evitar el exterminio, los tecnomagos finalmente descansan en su refugio conscientes que el peligro es inminente: los miembros de la orden que se aliaron con las Sombras comienzan a destruir lo poco que queda del pasado de Galen obligándolo a iniciar una cacería que incluye uno de los mas grandes villanos de Babylon 5.
El mundo de los Tecnomagos se parece mucho al de los jedis, son seres poderosos, sometidos a un estricto código de conducta supervisado por el Círculo. Poco a poco Jeanne Cavelos, al igual que lo planteó Lucas, irá mostrando como estos seres están entrando en una etapa de decadencia donde sus propios valores chocan con un enemigo que siempre ha estado entre ellos a la espera de atacar con todas sus fuerzas. En medio de esto se encuentra Galen, un atormentado joven que empieza a mostrar dotes tipo “Anakin”, gran poder e inteligencia que son menospreciadas por el Círculo que se niega a enfrentar en su totalidad la situación en que se encuentran (¿Habrá un Yoda dando vueltas?).
Esto trae consigo la sorpresiva caída de algunos miembros en el “lado oscuro” donde las Sombras les proveen del ancestral secreto de sus habilidades, que se mantiene frenado por el código que siguen fielmente, por una razón cuya lógica dejaré en manos de los posibles futuros lectores.
Galen tiene todas las características para ser considerado el Anakin de Babylon 5, que incluye un profundo dolor e ira contra sus semejantes, sin considerar el haber enfrentado la decisión del personaje de Lucas si unirse a las Sombras para salvar la vida de la única mujer que ha amado. Y es que Jeanne Cavelos a diferencia de Lucas no juega con situaciones adultas tratadas como si fueran infantiles, el tema de los tecnomagos, la oscuridad que hay tras un ser atormentado y como nuestras decisiones nos atan muchas veces a un futuro mas funesto de lo imaginable están en cada etapa de la existencia de Galen. Mientras Harry Potter se precia de ser muy santo y Anakin cae de forma obvia en los planes de Palpatine, Galen existe con el mundo de ambos personajes lidiando con el amor y el odio que debe cargar todo ser vivo, esa ambivalencia con que nos movemos. Ya en el primer libro somos testigos de sus grandes sacrificios, mientras (al igual que Episodio II) Galen libera parte de su furia que tanto buscan las Sombras, para que finalmente encuentre el camino indicado en el personaje menos esperado de todos: Morden. Para quienes no lo conocen, Morden es el representante humano de las Sombras en B5, el individuo que negocia con las razas creando las trampas que causarán la gran guerra, mas su vida fue un misterio que incluso Neil Gaiman se negó a revelar cuando lo resucitó para el episodio que su amigo Straczynsky le entregó para guionizar. Si se trata de comparaciones, este individuo encaja como una suerte de Palpatine sin poderes que busca seducir a todo individuo con cierto potencial destructivo, con la diferencia que esta completamente al servicio de la oscuridad sin mostrar una real ganancia de su labor.
Cavelos ya había hecho lo suyo con este personaje en el libro precuela de B5 The Shadow Within (del cual se dice, pero no encaja del todo, como antecedente de esta trilogía), sin embargo a través de Galen, fiel al estilo de Straczynsky, entrega una faceta mucho mas profunda y distinta a lo que se había hecho antes revelando de paso una importante pieza de este universo (Ojo fanáticos de B5 que esto tiene que ver con el futuro de Londo).
Straczynsky y Cavelos pueden escribir muchas cosas de las que pudo haber tomado algo Lucas así como otros cineastas, pero lo mejor de todo y que desgraciadamente no han capturado es la capacidad de mantenerse fiel a la evolución de los personajes y sus complejas personalidades sin caer en la tentación de darle preponderancia a la acción. Por el contrario la violencia en Babylon 5 está profundamente atada a lo épico y trágico, el futuro de Galen y su raza esta unido inevitablemente al entendimiento y destrucción de su pasado que conforma la gran debilidad que los ha llevado a los conflictos con las Sombras (algo que le causa problemas en Crusade) y eso inevitablemente implica la necesidad de sacrificar algo, el fin de una historia y el nacimiento de otra, del correcto manejo de estos elementos incluyendo la confrontación moral de estos dilemas conforman una visión adulta que Lucas no logró manejar en su trilogía y el universo de Straczynsky ha dominado por tanto tiempo; algo que de tratarse con humildad y cuidado aunque fuera una copia sería digno de ser valorado y respetado por las futuras generaciones, al constituirse en una lección que necesitamos todavía aprender.
por Juan Carlos Sánchez