23 de Abril, 2012
Ayer enfrentamos por primera vez a los SU-30 Flanker venezolanos. Inteligencia ya nos había informado de vuelos rasantes en la frontera boliviana y todos esperábamos ansiosos el primer combate. Los Cóndores detectó a dos Flanker que sobrevolaban espacio aéreo chileno y enviaron a Cáceres (Aucán) y Castro (Manque) para interceptarlos. Tuvieron su primer bautismo de fuego y les fue bien. Derribaron a un Flanker y el otro escapó. Recibimos la noticia con júbilo y ansiosos en conocer los detalles del enfrentamiento. Mañana o pasado llegará el informe de inteligencia.
Antes de acostarme salgo a la pista y fumo un cigarrillo. Nuestra base de campaña que hemos desplegado al interior está bien equipada y su ubicación es desconocida para los bolivianos. Desde aquí podremos apoyar a nuestras tropas con mejores tiempo de respuesta. Es muy probable que también nuestra escuadrilla enfrente a los Flanker venezolanos. Nadie lo dice, pero esta es una oportunidad única. Nos hemos preparado para esto y estamos ansiosos de vivirlo. No tengo miedo. Sé que ganaremos.
27 de Abril, 2012
Hoy realizamos nuestra primera misión de combate, cerca de la frontera, para apoyar a nuestras tropas en tierra. Husar y Peuco destruyeron dos sistemas de lanzacohetes Tor, usando nuestras bombas JDAM stand-off. Fenrir y Elkan atacaron una columna de blindados, mientras Jasón, Vectra y yo dábamos cobertura área. Ningún Flanker se presentó.
De vuelta a la base hicimos nuestros informes de posvuelo junto a un reporte para Inteligencia y para nuestro Comando de Combate en Santiago.
Por la tarde sucedió algo extraordinario. Vimos a un Cóndor sobrevolar la base. Nunca había visto uno. Sus alas son impresionantes. Parecía un bombardero. Su sombra se paseó por la pista y por las paredes de nuestras instalaciones. Lo celebramos como una buena señal, ya que somos la escuadrilla “Cóndor Sur”. Meneses me dice que el Cóndor es el Espíritu de los Andes. Que para los antiguos pueblos altiplánicos es inmortal.
El Cóndor se elevó por encima de nuestras miradas y voló hacia las montañas. Desde nuestra base Los Andes se ven imponentes y rozan el cielo. Meneses me cuenta que los Cóndores suelen morir estrellándose en las montañas cuando su vida se apaga. Le creo.
Vuelvo a mi habitación. Meneses se queda en el borde de la pista mirando hacia las montañas.
30 de abril, 2012
En nuestra quinta salida detecté a un UAV volando casi a ras de piso, a unos 20 kilómetros. Lancé mi Python y pude derribarlo. De vuelta comentamos lo sucedido y enviamos el informe a Inteligencia. De alguna forma nos sorprende ver aviones sin piloto en manos de los bolivianos. Es claro que están siendo suministrados por Israel, China y otros países que violan el bloqueo que ha impuesto Naciones Unidas.
Lo que nos preocupa es que el UAV estaba cerca de nuestra base. ¿Nos habrá detectado? Si es así, necesitaremos apoyo de nuestras tropas y algunos sistemas de misiles antiaéreos de más alcance, porque nuestros Oerlikon y Stinger no podrán cubrir alturas mayores.
El Coronel ordena doblar nuestro patrullaje y aumentamos los turnos.
05 de Mayo, 2012
Vectra fue derribado hoy, a unos 120 kilómetros de la base. Creemos que lo alcanzó un R-77 que salió disparado de un Flanker y que probablemente Vectra no pudo detectar a tiempo.
La noticia nos entristece. Vásquez, indicativo Vectra, era un tipo muy querido. El Coronel ordenó recoger sus cosas y enviarlas en el Hércules que salió con rumbo a Cerro Moreno. Mañana habrá un oficio religioso. El Coronel le escribió una carta a su esposa.
El derribo nos obliga a cambiar nuestras tácticas de vuelo. Armado con los R-27ER y R-77, el Flanker mantiene cierta ventaja sobre nosotros y nos obligará a volar defensivamente. Enviamos el informe a nuestro Comando de Combate, solicitando de forma urgente confirmar todo el arsenal que posean los venezolanos en sus aviones.
La verdad es que confío en el AIDEWS de mi F-16. Nuestros sistemas integrados constan de RWR pasivo de alerta radar, junto al jammer electromagnético de amplio espectro. Se supone que con ello somos capaces de detectar y perturbar las emisiones de radares y también de misiles de guiado por radar activo/semiactivo. Nuestros Amraam C-120 son también muy efectivos y si bien el F-Pole nos complica, creo que podríamos atacarlos con cierta facilidad.
Pero el derribo de Vectra nos dice que nada es seguro. Bueno, para eso hemos sido entrenados, nos dice Ramírez, nuestro Comandante de Escuadrilla.
10 de Mayo, 2012
Ramírez nos reúne por la mañana. Malas noticias. De acuerdo a lo informado por nuestro Comando de Santiago, los venezolanos estarían usando misiles R-27ER Alamo y posiblemente una variante del R-77 denominada Astarot. La información fue suministrada por el Agregado Aéreo norteamericano en Santiago, así que debe ser cierta. Recibimos la noticia como un funeral. Concluimos que eso fue lo que derribó a Vásquez.
Los Astarot son misiles furtivos de largo alcance desarrollados en conjunto por los rusos y chinos. Fueron probados en la Guerra del Caspio por la Fuerza Aérea de Kazajastán. Recuerdo que un oficial norteamericano me contó en Texas del derribo de dos F-22 durante la guerra. Me dijo que los pilotos nunca supieron qué los liquidó. Creían que se trata de esos R-77. Meses después los rusos hicieron pública la existencia del misil, declarándolo infalible.
No tenemos contramedidas suficientes para enfrentarlos. Los norteamericanos trabajaban en ello cuando nos destinaron al norte. El Coronel ordena mantenerse en tierra y sólo realizar misiones estrictamente necesarias. Preparamos entonces unas tácticas de acercamiento para enfrentar a los Flanker en combate dogfight, tal cual lo hicieron Manque y Aucán. Es arriesgado pero no queda otra opción. Sólo enfrentándolos mano a mano tendremos posibilidades de derribarlos.
Sin embargo, ello nos deja sin capacidad operativa a larga distancia. Tendremos que ir en su búsqueda o esperar que se acerquen para lidiar con ellos.
Por la tarde Ramírez me pregunta por Meneses. Me dice que no lo visto en todo el día. Lo encontré en su avión. Un operario pintaba unas líneas negras en la cola del avión. Le pregunto a Meneses qué significa.
Me dice que es la señal de nuestra escuadrilla para decirnos a nosotros mismos que nadie debe salir con vida de la batalla. Le digo que no sabía que teníamos esa distinción y que esperaba salir con vida de esta guerra.
Meneses se da vuelta y me dice que todos vamos a morir. Que todos tenemos que morir.
Sus palabras me dejan de una pieza y vuelvo a mi habitación. Pienso en ellas hasta que me quedo dormido.
15 de Mayo, 2012
Hoy perdimos a Cáceres, Saez y Meir. Volaban en dirección noreste para aliviar a una brigada que se encontraba cercada por fuerzas peruano-bolivianas, cuando fueron atacados por cinco Flankers desde unos 50 kilómetros.
Ya no hay duda, no podemos enfrentarnos contra los venezolanos en igualdad de condiciones. Sus Astarot son infalibles. Algunos están muy nerviosos y otros especulan sobre la posibilidad de evacuar la base y trasladarnos al sur.
Comenzamos a preguntarnos en silencio quién será el próximo.
17 de Mayo, 2012
Despierto en medio de la noche. La base está en silencio y la mayoría está durmiendo. La verdad es que hace rato que no puedo conciliar el sueño.
Me levanto y voy al baño. Tomo un poco de agua y mojo mi cabeza. Contemplo mi rostro en el espejo y noto que ya no es el mismo de hace unas semanas. No es cansancio ni falta de sueño. Por primera vez veo rastros de temor delineando todo mi rostro.
Me coloco los pantalones y la chaqueta. Al salir, veo la noche estrellada reclamando el dominio de todo.
Camino por la pista hacia los hangares. Saludos a los guardias y les ofrezco un cigarrillo.
Nuestros F-16 están en los bordes de la pista, alejados unos cincuenta metros de ella y rodeados de pequeños montículos. Están cubiertos de lonas especiales activas, que logran producir camuflaje óptico durante el día y distorsionar las imágenes captadas por los satélites.
Paso cerca de mi F-16 y luego camino hacia donde está el de Meneses, que logro distinguir por las líneas negras que tiene pintadas en la cola. Al acercarme, puedo ver que está dentro del avión. Le pregunto qué hace. Pero no me contesta. Sus ojos me miran desde la oscuridad de la cabina y luego se cierran.
Vuelvo a mi habitación. Me acuesto pensando en que para algunos esta situación debe ser muy difícil de soportar.
18 de mayo, 2012
Hoy perdimos a Meneses. Su avión partió en la mañana junto a Sanhueza en una misión de reconocimiento y luego de un encuentro con Flankers bolivianos perdimos contacto. Sanhueza dice que Meneses logró derribar a un Flanker y que luego el avión desapareció con rumbo hacia los Andes perseguido por los Flankers.
Durante la mañana guardamos un minuto de silencio por Meneses. El Coronel informa a nuestro Comando de Combate de lo ocurrido, señalando a Meneses como “perdido en acción”. Solicitó que fuerzas especiales vayan en la búsqueda de los restos del avión y de su cuerpo.
Por la tarde, salgo a caminar por la pista y observo a Los Andes. Ortega me dice que tenemos que cumplir el turno de la noche. Vuelvo a mi puesto. Una extraña sensación me acompaña.
No sé por qué, pero siento que Meneses sigue vivo.
20 de Mayo, 2012
Durante el día escuchamos informes de la guerra. Las cosas no andan muy bien. Nuestras tropas han sufrido fuertes pérdidas y los peruanos han hundido dos fragatas. A cambio mandamos al fondo del mar tres de sus submarinos.
Naciones Unidas pide un alto a fuego y algunos países ya están preparando una fuerza de paz para enviar a la zona. Rumores indican que los argentinos han concentrado sus tropas en la frontera y que Brasil ha hecho lo mismo en el límite con Venezuela. Ecuador ha llamado a movilización nacional.
Nuestro Comandante en Jefe nos hace llegar un mensaje diciendo que la vida de nuestro país está en peligro y que debemos pelear hasta el final.
21 de Mayo, 2012
Es de noche y me encuentro en la cabina de mi F-16. El Coronel ha ordenado que los pilotos que cumplen turno duerman en los aviones para despegar apenas nos ataquen. Años atrás, en 1978, nuestros pilotos dormían en sus cabinas esperando el ataque de los argentinos. Esa vez, nuestros pilotos de F-5 sabían que si despegan no volverían con vida, pues los aviones no contaban con catridge de eyección. Ahora esperamos el ataque de los Flankers y sabemos que lo más probable es que nos derriben.
Pienso en Meneses la noche que lo vi en su cabina. Quizás sabía lo que iba a ocurrir. Por eso las líneas negras en su rostro y en la cola de su avión.
De pronto veo una silueta caminar por la pista. Por la indumentaria parece un piloto. Abro la cabina y trato de ver quién es.
La silueta se aleja y al bajar del avión llamo para ver quién es. No me responde.
Corro por la pista buscando al piloto, pero no está en ninguna parte. Me dio vuelta y entonces escucho mi nombre.
Entonces veo a Meneses a unos veinte metros en el medio de la pista, observándome.
Corro desesperado hacia él, pero no logro alcanzarlo. Sin embargo se mantiene frente a mí.
Trato de hablarle pero no puedo. Pareciera que no me escuchara. Se acerca tranquilamente y distingo las líneas negras cruzando su rostro.
Meneses me mira fijamente y luego señala con su brazo en dirección a Los Andes. Da entonces media vuelta y se aleja por la pista.
Grito su nombre pero no escucho mi voz. Trato de moverme pero no puedo. Y entonces amanece rápidamente y alcanzo a contemplar a un Cóndor volando hacia el cielo.
Ortega me despierta. Me pregunta por qué estoy gritando. Estoy bañado en sudor dentro de la cabina. Le digo que era un sueño.
Ortega sonríe y me dice que el turno ha terminado.
23 de mayo, 2012
Nos enteramos que las tropas peruano-bolivianas avanzan hacia Iquique y Antofagasta. Nuestro mando nos ordena evacuar la base esa misma noche, pero somos atacados por bombarderos Vulcan. Usamos algunos Stinger y los Oerlikons para tratar de derribarlos, pero vuelan a mucha altitud y se ponen fuera de nuestro alcance. El enemigo ya conoce nuestra posición y sólo es cuestión de tiempo para que nos ataquen directamente.
El Coronel ordena destruir todo el material que pueda caer en manos del enemigo y prepararnos para la evacuación.
24 de Mayo, 2012
Un Exocet destruye nuestro radar. Otro impacta en el hangar destruyendo tres aviones. Los misiles eludieron nuestros sistemas de vigilancia e hicieron temblar toda la base. Murieron quince hombres y el incendio se extendió por dos horas. Perdimos gran parte de nuestra gasolina y ya no podremos evacuar nuestros aviones. El Coronel fue herido de gravedad y Ramírez asume el mando provisional.
En medio de la confusión logramos apagar el incendio, y rescatar a los heridos. No dormimos en toda la noche, y sólo por la mañana algunos lograron conciliar el sueño. Nos organizarnos para distribuir la comida y el agua. Al llegar la noche, Ramírez ordena apagar las luces por turnos para no agotar el generador.
Ya no recibiremos abastecimiento desde el aire. No hay cobertura aérea. El último Hércules despegó en la mañana con los heridos y el Coronel.
02 de Junio, 2012
Perdimos comunicación satelital con nuestro mando. Ya no sabemos qué ocurre. Recibimos señales del exterior en la radio a pila de Jiménez. Las cosas marchan mal. Parece que nuestras tropas se han replegado hacia el sur, y estamos virtualmente en territorio enemigo.
Todos están escribiendo cartas y entregándolas a un compañero. Algunos dejan mensajes en algún rincón de la base. Le pido a Jiménez que guarde mi diario por si soy derribado.
08 de Junio, 2012
Nos atacaron cinco Flanker. Esta vez, logramos despegar en medio del fuego, pero Ortega tuvo que volver porque lo ametrallaron completamente. Su F-16 aterrizó a duras penas. Logré derribar un Flanker y desde tierra inutilizaron otro con un Mistral. Sin embargo, dos Flanker se colaron detrás de mí y no tuve más remedio que alejarme rápidamente. Desde la base me gritaron que volviera para dispararles con los Mistral, pero los Flanker me cortaron el camino. Logré esquivar un misil y elevé mi avión tratando de dar un giro y colocarme detrás de ellos. En menos de un segundo, la visión se nubló y comencé a perder el conocimiento. Detrás de mí, podía casi escuchar las ráfagas de disparos de los Flanker. El avión comenzó a sacudirse y busqué la palanca de eyección.
De pronto un destello de luz iluminó el reflejo de la cabina. Fue sólo cosa de segundos. Logré controlar el avión y pude dar vuelta.
Entonces lo vi. Primero, la bola de fuego apagándose y los escombros del Flanker cayendo a través de cielo. El otro Flanker se alejó rápidamente y hubiese podido apuntarle de no ser por el otro avión que volaba cerca de mí. Era un F-16, pero supe inmediatamente que era imposible. Lo supe porque sabía quién era. Las líneas negras dibujadas en la cola eran inconfundibles.
Por la radio grité su nombre, pero no hubo respuesta. Antes que pudiera acercarme, el avión tomó impulso y se alejó hacia el este. Iba a seguirlo cuando noté que ya no me quedaba combustible. De la base me llamaban desesperados preguntándome qué diablos sucedía.
Volví. Al bajar los hombres se acercaron con júbilo celebrando mi pequeña victoria. Ortega salió sin daños, pero su F-16 ya no puede volar. Ramírez ordenó desarmarlo y usarlo como suministro de repuestos. Todos me preguntaban cómo logré derribar al Flanker.
Les dije que había sido Meneses. Todos se quedaron en silencio. El Comandante me pidió un informe y después de leerlo me dijo que el radar sólo captó a tres aviones. Que la pérdida de Meneses me había afectado. Me ordenó tomar dos días de descanso.
11 de Junio, 2012
Vimos pasar a lo lejos dos Mirage Pantera que venían hacia la base, perseguidos por tres Flanker que les cayeron encima. El primer Mirage alcanzó a derribar a un Flanker pero fue aniquilado. Por la radio de nuestros aviones escuchamos impotentes los gritos del piloto. El segundo Mirage fue alcanzado por fuego de cañones y Ramírez le ordenó eyectarse. Pero el avión tomó impulso, dio un giro hacia las nubes y al dar la vuelta se abalanzó contra el Flanker que lo perseguía. El impacto hizo estallar ambos aviones y una bola de fuego iluminó el cielo. Nos quedamos atónitos, mientras los otros Flanker se retiraban.
Algunos hombres se dejaron caer, abatidos y con lágrimas en los ojos. Todo fue muy rápido y ni siquiera alcanzamos a despegar. No hubiésemos podido hacer nada.
Nadie lo dice, pero estamos perdiendo la guerra. Los Pantera son nuestros aviones más viejos y estaban retirados. Probablemente nuestra flota de F-16 y Eurofighter ha sido anulada. Sin fuerza aérea, la guerra está prácticamente perdida.
Sin embargo, la imagen del Mirage chocando contra el Flanker nos estremece y hace estallar nuestros corazones. Después del llanto de algunos, nuestros semblantes cambian. Sea lo que sea, tenemos que estar preparados para lo que venga.
Por la noche me pinto la cara con líneas negras atravesando mi rostro.
12 de Junio, 2012
Ya casi no nos queda gasolina. Realizamos vuelos de diez a veinte minutos sólo para patrullar un perímetro reducido donde se encuentra la base. La pista casi es inoperable. Desde la distancia podemos ver relámpagos de luz. Debe ser la artillería boliviana que bombardea Antofagasta.
Ramírez nos ordena cavar unas trincheras y crear un perímetro defensivo. Usamos algunas bombas de los aviones para utilizarlas como minas. Repartimos los fusiles HK y Galil y desmantelamos dos cañones cuádruples anti-aéreos para la defensa terrestre. Ya no estamos en condiciones de enfrentar ataques aéreos. Nos replegamos a lo que queda del edificio de comunicaciones.
Cumplo mi primer turno vigilando el perímetro.
14 de Junio, 2012
Hoy perdimos a nuestro Comandante de Escuadrilla, Claudio Ramírez. Cumplíamos una misión de exploración buscando alguna zona que nos permitiera evacuar por tierra. Volábamos por sobre las nubes, cuando perdí comunicación con él. No es mucho más lo que puedo decir. Ya no me quedan palabras para expresar lo que siento.
Al volver debo asumir el mando. Ordeno prepararnos para un ataque aéreo inminente.
Camino por la pista sumido en una gran depresión. Con sorpresa, descubro que no es miedo ni pena por el hecho de morir, sino por la derrota inminente.
16 de Junio, 2012
Nos atacaron con todo. Todo nuestro personal de tierra fue alcanzado. Tengo suerte de seguir con vida.
Algunos yacen muertos tirados sobre la pista y los escombros. Otros permanecen heridos en lo que queda de la enfermería. Les damos morfina pero no es suficiente. Gutiérrez no aguanta el dolor por la falta de sus piernas y me pide que le dé un tiro. No puedo hacerlo. Fuimos compañeros de generación y gracias a él pude aprobar matemáticas avanzadas en la Escuela. Antes que pueda detenerlo Jiménez se acerca y le dispara en la sien.
Enterramos algunos cuerpos. Otros quedan atrapados en las ruinas o en la pista. Estamos exhaustos y el calor hace que el hedor sea insoportable.
Trato de dormir y sólo escucho el llanto ahogado de Jiménez.
21 de Junio, 2012
La base es sólo silencio y muchas ruinas. Mi F-16 está en el último hangar que queda en pie. Es el único avión que está operativo. Sólo tengo gasolina para un vuelo de quince minutos. No es suficiente para alcanzar nuestras líneas, donde quieran que estén.
Muchos de los heridos están agonizando. No podemos hacer nada. Algunos se han desmayado y mueren en medio del sueño.
La noche reclama el dominio de todo y con Jiménez abrimos las últimas latas de carne. Comemos en silencio. Cada uno se pregunta para sí mismo, quién será el último.
22 de Junio, 2012
Por la mañana me despierto con un disparo. Corro a lo que queda de la sala de comunicaciones y encuentro a Jiménez con un tiro en su cabeza. En su radio a pila escucho la noticia que toda la segunda región está en manos del enemigo. Las tropas regulares deben estar ya muy cerca.
25 de Junio, 2012
Son mis últimas palabras. Escribo esto dentro de la cabina de mi F-16. He dormido en ella esperando el momento. Y sé que en alguna parte los Flanker esperan que despegue para derribarme.
La base es un cementerio. El último herido dejó de respirar poco antes del anochecer. Llevé su cuerpo al costado de la pista y lo cubrí con tierra, pero el viento quitaba la arena de su rostro una y otra vez. Caí exhausto, llorando de impotencia.
27 de Junio, 2012
Dios mío, soy el último. Toda la escuadrilla Cóndor Sur ha sido derribada. Llevo dos días sin comer y me queda poco agua.
El día se extingue y la noche se esparce por todo el paisaje. Puedo ver a los lejos luces moviéndose de un lado para otro. Son peruanos y bolivianos sin duda. Se están acercando y llegarán muy pronto.
Mi nombre es Francisco Saavedra, Capitán de la Fuerza Aérea de Chile. Fecha de nacimiento, 5 de enero de 1982. Edad, 30 años. Indicativo, Sabre.
Mi nombre es Francisco Saavedra y soy el último. Todos han muerto o desaparecido. Permanezco en mi cabina leyendo mis anotaciones durante todo el día. Me pregunto donde está quien las ha escrito. Porque él es el último. Yo aún no he terminado. Sigo vivo. Y mi F-16 sigue intacto, esperando. Escucho mi respiración y sólo gracias a eso sé que sigo aquí. Pienso en Ramírez, Ortega, Sanhueza, Meir, toda mi escuadrilla. Pienso en el fin. Pienso en mis padres y en la gente que amo. Le quito el seguro a mi pistola y cierro los ojos.
Espero el momento.
De pronto, los sistemas se encienden y el motor toma su impulso. Los rieles bajo las alas están vacíos. Los cañones no tienen munición. Pero en el reflejo de la cabina veo las líneas negras surcando mi rostro. Soy el último.
El avión se eleva y la base queda atrás. No es necesario ver el radar para sentir al enemigo que se aproxima. Después de todo, un Cóndor no siente miedo. Jamás verás a un ave sentir compasión por sí misma. El Cóndor acepta su destino, por la razón o la fuerza, como un eterno retorno. Vuela hacia el fin de sus días cuando todo ha concluido.
Enfilo hacia los Andes, mientras el sol muere lentamente hacia el oeste. Entonces una silueta inconfundible aparece cerca de mí, volando como un sueño.
El avión permanece junto a mí conduciéndome hacia los Andes, donde las aves milenarias reclaman el dominio de su especie.
Ahí, donde los Andes rozan el cielo del Cono Sur…
De acuerdo al informe evacuado por la segunda división del Ejército boliviano, el Capitán Francisco Saavedra fue encontrado muerto en la cabina de su avión F-16, producto de un disparo efectuado por su arma de servicio. Junto a él, fue hallada una libreta con anotaciones que dan cuenta de lo ocurrido en la Base de campaña “Atlante” desplegada por la Fuerza Aérea de Chile durante el reciente conflicto con Bolivia y Perú.
Los cuerpos de los efectivos que operaron en la Base Atlante fueron entregados por el Gobierno de Bolivia a la Cruz Roja Internacional, organismo que a su vez entregó los cuerpos al Gobierno de Chile. Sin embargo, el cuerpo del Capitán Esteban Meneses sigue estando desaparecido como asimismo su avión F-16.
Al respecto, los informes de la inteligencia de las fuerzas aéreas de Bolivia y Perú han concluido que el Capitán Emilio Meneses es el piloto guerrillero que ha estado operando en el territorio chileno ocupado por las fuerzas peruano-bolivianas durante los últimos cinco meses. Los informes de posvuelo y de naves derribas dan cuenta de un avión con características similares a un F-16 Block 50, el cual formó parte del inventario de la Fuerza Aérea de Chile.
Se estima que dicho F-16, a quien los pilotos bolivianos llaman comúnmente el “Espíritu de los Andes” ha sido el causante de más de 15 derribos en los últimos tres meses.
Los combates en la zona ocupada siguen causando numerosas víctimas.
Department of Defense Intelligence Agency
Report 6789-4
“Chilean F-16 Fighter”
Classified