Erie Street 446, apartamento 513, quinto piso. Cuando gozo de algún tiempo libre me gusta ir caminando a la playa de la calle Ohio, sólo para contemplar el mar. Nunca entro al agua, sigo preguntándome cómo es que no sé nadar. Nadie se tomó la molestia en enseñarme y nunca creí que fuera útil, ¿para qué ir por debajo del agua si podías correr sobre ella?
Me siento extraño sin mi uniforme, me siento vacío cuando no estoy trabajando. En la esquina de mi edificio está aquel loco de la pancarta que vive pregonando el advenimiento del Götterdämmerung. Alguna vez fue ministro de la Iglesia de Continue reading «[Bitácora Metahumana]: Lunes 18 julio de 2005»
Hay consenso en que lo que mejor caracteriza al mundo moderno, es el uso intensivo y masivo de la tecnología. Es tan amplia su penetración en la sociedad, que es difícil encontrar algún ámbito del quehacer humano en que se prescinda de ella, y entre los usuarios se genera un nivel de dependencia tal, que para muchos puede resultar inimaginable la existencia, si se ven privados de algunos de los tantos artilugios que nos acompañan en la vida cotidiana. Por otra parte, esta tecnología avanza a un ritmo tan vertiginoso, que nadie deja de sorprenderse -ni siquiera los especialistas- de la
El cuarto donde la niña estaba era un minúsculo cubículo sin ventanas donde apenas cabía el lecho donde permanecía postrada. Su existencia prolongándose tan solo debido al constante trabajo de máquinas a las que había estado conectada desde el momento de su nacimiento. Sumida en el silencio y la oscuridad, incapaz de mover un solo músculo, quizás destinada a una muerte temprana. Pero los años habían transcurrido y había vivido para llegar a ser testigo de esos días.
Confieso que hasta hace unas pocas semanas no tenía idea de la existencia de esta novela de 
Las luces de la sala se apagaron y el silencio del público permitió escuchar una banda sonora imponente. Luego, las imágenes de religiosos en el Vaticano, realizando el rito posterior a la muerte de un Papa. En seguida, el otro fundamento de la trama de la película: Una recreación del 
El 11 de mayo de 2001 murió
La última vez que lo vi chupaba con desesperación el cañón amargo de un revólver, finalmente decidido pero incapaz de apretar el gatillo por segunda vez. La sangre se acumulaba en su oreja y formaba un charco negro en el suelo, del que todos se alejaban más con asco que con compasión. La primera bala había esquivado el cerebro como había podido, arañando sólo el lóbulo parietal derecho y haciendo astillas el hueso al salir del cráneo. Sus ojos permanecían abiertos, pero no creo que viera algo más que las baldosas azules y blancas del piso del comedor. Con la lengua enroscada en torno al
Primero fueron los perros.