Desde 1944 hay un hombre que vive debajo de la Biblioteca Nacional. Observa un punto oscuro que yace dentro del laberinto de libros. Jamás aparta la mirada. Conoce el nombre de cada uno de nosotros. Sus labios apenas se mueven. Susurra nuestros apellidos en la penumbra. Cuando termina, lo hace de nuevo, cambiando el orden. Sigue así, como si buscara una combinación…
Hoy me dicen que ha fallecido.
No sé… quizás la halló.
Hoy me dicen que ha fallecido.
No sé… quizás la halló.
Me contaron que el personaje de la biblioteca, antes de morir, se miró al espejo y su imagen le devolvió la del último ciudadano en la tierra…