…Y la isla era una isla

Ha terminado un viaje de seis años. Un viaje extrañísimo. Y si bien desde la mitad del viaje empecé a disfrutar del recorrido evitando que la ansiedad por el final me arruinara el paseo, en este último tramo mi relajo se fue a las pailas y empecé a pasarla mal.

Soy de los que abominé de la sexta temporada. Consideré que la inclusión del flashsideways (fsw) era una pérdida de tiempo para la construcción dramática ya que no había manera de que me involucrara emocionalmente en ella, al ser, de suyo, una línea alternativa, una versión de segunda mano, algo que sabemos, no perdurará. Por otra parte, la acción en la isla había desviado el foco hacia “el humo negro” y sus objetivos, algo con lo que no teníamos ningún tipo de conexión y que ni siquiera entendíamos bien. Continue reading «…Y la isla era una isla»

Más Dan Simmons

Hiperion
Siguiendo con Dan Simmons, aquí les va el enlace de su página web. Ahí se dice que hay películas en proyecto. Por mi ojalá. ¿Sólo rumores?, espero que no, ya que necesito una película mejor que las de la saga Star Wars para ver, con eso no quiero decir que los efectos especiales y la historia en algún momento no fue interesante, pero ya no, por lo menos para mi.

¿Por qué el mundo necesita a Superman?

por Jorge Baradit M.

Si Lois Lane no pudo escribir el artículo, al menos déjenme intentarlo a mí.

¿Por qué el mundo necesita a Superman? Creo que la pregunta se responde sola, ¿no? Basta con mirar CNN, la vieja copuchenta de la cuadra en esta era global, que te dice al oído lo mal que está todo; de cómo Osama parece que se está metiendo con la mujer del vecino, de Georgie que al parecer gusta de encargar ropa interior femenina que no es precisamente para su señora, de cómo Juanito fabrica bombas nucleares en el patio de atrás de su casa; o de Juanita, que llevó sandwiches de lomitos cortados de los cadáveres de sus padres a la toma del Carmela Carvajal.

En fin, NUNCA hemos estado más necesitados de un hermano mayor que nos diga lo mal que lo estamos haciendo, que nos zamarree y nos diga que no hay que descuartizar, rostizar, bombardear, envenenar a nuestro prójimo. Rogamos, igual que los psicópatas asesinos, que llegue el policía adecuado y recibamos nuestro merecido porque no nos vamos a detener nunca. ¡¡Dios!!!…¡Si, tú!!!…¡allá arriba!!!!…es que no te diste cuenta que el primer hijo que mandaste no resultó??!!! Fué como mandar a Mahatma Ghandi a parar los stealth que destrozaron Bagdad. No, Dios, las cosas no funcionan así. Fué una buena idea, lo admito. Eso de inocular en cada persona el amor por el prójimo para asegurarnos de que todos viviríamos happily ever after no funcionó…no pasaron cien años y ya estábamos amando al prójimo a espada limpia. Esta película te lo dice a gritos, necesitamos que nos envíes a your only son otra vez, pero en versión cowboy!! que vaya por ahí amándonos pero kicking tha bad guy asses también!! Alguien que no dependa de la realpolitik o que no responda a los intereses de las transnacionales o que necesite el apoyo de tal o cual facción para defender al pobre peatón de las Isapres y de los suicidas explosivos. Alguien limpio, bueno y amoroso que nos defienda, que ponga el pecho ante las balas de los malditos, porque hay que decirlo: esto es como si los matones y pesados del curso se hubieran hecho cargo de todo el colegio. Los hijos de papi y los tontones de 1.80 mt manejan ésto y no hay carabinero que nos defienda porque trabajan para ellos, ni cura que nos defienda porque trabajan para ellos, ni gobieno que nos defienda porque los financian ellos. Por eso inventamos superhéroes, porque lloramos por alguien que nos defienda DE VERDAD. Somos huérfanos, estamos abandonados, desde que tu otro hijo se fué estamos solos y a expensas de los lobos y las hienas, desamparados cuando prometiste defendernos. Mándanos a tu único hijo de nuevo, por la cresta, pero en versión John Wayne, amable con las mujeres, bien peinado y buena onda con los niños. Alguien que de verdad pueda hacerle frente a los matones del curso que nos quitan el almuerzo y nos sacan la cresta cuando quieren, de los georgies, los adolfos, los osamas, los sharones y los augustos señores de la patria.

¿Por qué el mundo necesita a Superman? Porque nos están sacando la cresta y tú no haces nada.

Se que me cuesta un poco que alguna película me guste del todo. Pero también es cierto que hay temas en los que no puedo ser objetivo. Para ser más franco todavía, comenzaron los títulos con esa música que ustedes conocen y quedé más entregado que novia en luna de miel. Mi corazoncito latiendo allá por 1979, sentado en el cine Velarde de Valparaíso, volvió a latir hoy y frente a eso no hay mucho por hacer.

Pero intentaré ser objetivo: la película es ¡la raja! Si bien no tiene un ritmo fácil y se toma su tiempo en comenzar a contar la historia, uno agradece que no hayan cedido a la tentación de hacer un nuevo producto muscular y adrenalínico lleno de ritmo frenético. Los estudios estaban concientes que ésta debía ser una buena película, “”cine” como le gusta decir a algunos amigos.

Desde que escuché del proyecto, hace ya varios años, me preguntaba ¿para qué? Batman de Burton pasó de moda, envejeció, había que actualizarla. Pero el SUPERMAN (1978), de Richard Donner, es una película definitiva. La película sigue siendo joven, fresca, contemporánea. Hacer un nuevo Superman era tan estúpido como hacer un remake de A NEW HOPE. Gracias a dios los estudios entendieron lo mismo y se embarcaron, sensatamente, en una película que entroncara con la anterior, usando lugares comunes, iconografía y homenajes hasta el cansancio (si, admito que casi me cansé. Si la señorita Tessmaker…perdón…miss Kowalski, llegaba a decir que su mamá vivía en las tierras que desaparecerían vomitaba ahí mismo), pero, ¿en qué estaba?..ah, si….siendo cochinamente condescendiente con una película de un guión tan lleno de hoyos como un queso grouyere. SUPERMAN RETURNS (Bryan Singer, 2006). Es tan grande el peso de la historia que hay momentos en que se vuelve un espéctáculo de trivia, como reconocer a Glenn Ford en una de las fotos sobre el piano de Martha, la escena donde Superman baja con el auto de los frenos cortados de la misma manera en que aparece en la famosa portada de Action Comics, el meteorito robado pertenece al mismo evento que el de 1978 (Addis Abbeba), y un largo etcetera. Pero, en fin, nadie le hubiera perdonado a la Warner vendernos un Superman estilo Tim Burton, como el que se perpetraba hace 10 años atrás, ni siquiera uno sin el mítico cachirulo en la frente, así de claro estaba lo que había que hacer. A pesar de que el homenaje se pasa de rosca y hay momentos en que el deja vu deja lugar a la certeza de que hay gato encerrado (no puede ser el mismo conflicto de aumentar la plusvalía de bienes raíces que aún no existen, por dios!), el espectador se deja llevar por los hechos suavemente aún cuando las razones para las cosas que ocurren no tengan patas ni cabeza (bien, finalmente entró a ver una película acerca de un hombre que vuela).

Quizá lo más interesante de la película es la manera como insisten cada cierto tramo en la divinidad de Kal-el, en un declarado paralelismo con Cristo. Porque la película es mesiánica, Hay un espíritu que habla diciendo haber enviado “a su único hijo” para ayudar a los seres humanos, está la escena de la mujer encontrando “la tumba vacía” y al resucitado desaparecido; Serrano mencionaría que es kristiana (con k) y seguramente haría notar el biotipo ario de kal-el (el “obermensch”) y su relación con la Hiperbórea ártica, las bases arias en el polo, el rayo verde y la tecnología de cristales. Es una película mesiánica, es el Cristo de la segunda venida, poderoso y destructor. Un poco gay eso si, pero qué estereotipo masculino de hoy no lo es?

Lo que nunca entendí era de qué le servía al guión que Superman “volviera de Krypton”. No sirvió para nada más que para hacer un juego de palabras con el título y la expectativa marketera. Lois se podría haber casado igual, todo habría podido suceder sin ese pie inicial que no fué desarrollado en absoluto. No hubo conflicto interior en Kal el después de saberse solo en el universo, después de confirmar quie toda su raza estaba extinta, nada, solo tomó sus maletas y volvió a sentarse a su escritorio como si nada. Quizá los gringos querían perdonarle el no haber estado ahí para el “septiembre 11” y haber detenido esos aviones. De hecho los 5 años coinciden perfecto.

En fin, como veo que no voy para ningún lado, prefiero detenerme aquí y confesar mi incapacidad para analizar esta película. No me pueden pedir que mantenga mi mente equilibrada cuando el azuloso rescata un avión en plena caída, y se pasa toda la película evitando que ocurran esas cosas que en la realidad ocurren y destrozan nuestro corazón. Cuando reparte second chances a diestra y siniestra y evita que tengamos pesadillas con esos momentos en que nuestra vida cambió y no hubo ningún encapado que lo evitara. Cuando soñamos con ese accidente que destruyó nuestro futuro, con ese instante en que un revólver, o un avión, o un tren se cruzan en nuestros caminos y nada hay por hacer. Sups es un sueño doloroso, una esperanza del mismo tamaño del problema: imposible.

Cómo analizar, entonces, el sueño imposible de toda la humanidad?

Se puede, la película está llena de problemas, pero, ¿sabes qué? prefiero quedarme con el gustito a cine Velarde, año 1979, y la emoción que todavía tengo en el corazón. Para lo otro está Pasalacqua.

Jorge Baradit M.

tres puntos de intersección

La película más noticiosa, publicitada, esperada, y finalmente vista en Chile durante el año 1999 fue sin lugar a dudas La amenaza fantasma, de la cual no pocos seguidores de la Guerra de las Galaxias salimos totalmente defraudados. 1999 también fue el año de M. Night Shyamalan y su Sexto Sentido, de la obra póstuma del sobrevalorado Stanley Kubrick, de Neo y sus piruetas cyberpunk, del regordete Brendan Fraser luchando contra una poco creíble momia generada por computador, del insoportable Bellini y del Rumpy y su Chacotero sentimental. Pero el panorama no fue tan malo cómo parece, aquél último año de la década y el siglo nos deparó la llegada por primera vez de obras de Kitano, Oliveira, Imamura, Kiarostami, y de títulos como Post coitum, Estación Central y ¿Habrá nieve en navidad?

En lo que a mi respecta la mejor película de 1999 fue Carretera Perdida de David Lynch, que por razones que sólo competen a las grandes distribuidoras llegó con un par de años de atraso. Ya antes de entrar a la sala de cine padecía de un ligero dolor de cabeza que se fue acrecentando a medida que avanzaba el film. Lo primero que pensé, cuando logré pensar luego de engullir dos aspirinas, fue que éste filme de Lynch guardaba ciertas semejanzas con El Almuerzo Desnudo, película basada en el libro homónimo de William Burroughs. Sobre estas semejanzas es que más de seis años más tarde, re-escribo el presente artículo.

The Naked Lunch

Partamos con El Almuerzo Desnudo. Éste filme data de 1991 y fue dirigido por David Cronenberg. La película no es una trascripción literal del libro sino más bien un ensayo ficcionado sobre Burroughs y el nacimiento de su célebre novela. Más que sobre las drogas y la adicción trata sobre el proceso creativo, sobre la relación entre el autor y su obra. Para alimentar su película, Cronenberg se sirve no sólo de El Almuerzo Desnudo sino también de otros libros cómo Junky y ¡Exterminador!, asimismo como de la propia biografía de Burroughs. Estos detalles biográficos son a su vez más metafóricos que literales.

Llevar a la pantalla El Almuerzo Desnudo era un proyecto largamente ambicionado por Cronenberg que entretanto rodó otras cuatro películas más y perdió una cantidad considerable de tiempo escribiendo y preparando un proyecto basado en un relato de Philip Dick que se acabaría rodando siete años después por Paul Verhoeven: Total Recall (que en Chile se conoció con el pueril titulo de El Vengador del Futuro). Con respecto a la temeraria aventura de filmar lo por muchos considerado “infilmable”, Cronenberg declaró: El hecho mismo que se considerase a El Almuerzo Desnudo imposible de filmar significa que soy libre para inventar algo nuevo. Si trabajas con un libro de Stephen King, lo cuales son eminentemente filmables, de inmediato estas constreñido por el marco de expectativas del público. Con El Almuerzo Desnudo no ocurre eso, nadie espera ver el libro convertido en película por lo que no saben realmente con qué se van a encontrar en la pantalla

El Almuerzo Desnudo comienza con Bill Lee (Peter Weller), un exterminador de insectos en la Nueva York de 1953. Lee aún no es un escritor, o por lo menos no a la manera que sus amigos Hank y Martín (modelados a partir de Jack Keoruac y Allen Ginzberg respectivamente, y a quienes vemos discutiendo en una cafetería), lo son. De acuerdo a Hank el método de escritura más apropiado radica en la exhaustiva revisión y corrección de los borradores hasta que cada palabra sea la perfecta; Martín en cambio, insiste que cualquier tipo de revisión conflictúa la naturaleza misma del acto creativo al censurar las ideas e imágenes que primero acuden a ala mente. Entra en escena Lee y es consultado por sus amigos en torno al asunto que les ocupa. Exterminen todo pensamiento racional, es su recomendación.

Cuando Lee regresa a su casa encuentra a su esposa Joan (Judy Davis), con una aguja hipodérmica de insecticida clavada en su pecho. Lee comprende entonces el por qué de la disminución de su polvo amarillo mata-insectos. Es una volada muy literaria dice Joan. Una volada kafkiana… Me hace sentir como insecto. Lee es llevado posteriormente a una estación de policía por dos agentes de narcóticos que están convencidos que es él quien está usando el polvo adictivo. Tras un breve interrogatorio los policías depositan sobre la mesa un enorme escarabajo que usan para “catar” la sustancia amarilla. El escarabajo le revela a Lee que en realidad es un agente secreto y que además debe matar a su esposa, una agente enemiga de InterZona, territorio productor de droga de África del Norte. Lee golpea al bicho con su zapato y huye. Asustado por lo que considera una alucinación, Lee visita al Doctor Benway (Roy Scheider) quien, para lograr que Joan deje el hábito, le prescribe otra droga –un polvo hecho con la carne negra del ciempiés acuático brasileño–, que le recomienda mezclar con el insecticida. Lee prueba la efectividad del compuesto en el mismo y tras encontrar a Joan fornicando con su amigo Hank sobre el sillón de su departamento (mientras Martín lee un fragmento del Almuerzo Desnudo), informa a su esposa que es el momento de realizar su “rutina de Guillermo Tell”. Hank se retira y Joan coloca un vaso de vidrio sobre su cabeza, que será atravesada por una bala ante los impertérritos ojos de Martin.

Tras éste hecho Lee se refugia en un bar, donde conoce a una extraña criatura llamada Mugwump (chaquetero en la traducción al español), quien lo felicita por la misión cumplida y le entrega un pasaje a InterZona, desde donde deberá redactar y enviar reportes regulares. Lee intercambia su revolver por una máquina de escribir Clark Nova y a la salida se encuentra con sus dos amigos que le advierten que la policía esta tras él por la muerte de Joan.

Lee huye a InterZona y siguiendo las instrucciones del Mugwump, comienza a redactar informes en su confiable máquina de escribir portátil que de cuando en cuando se transforma en una especie de escarabajo que habla a través de un orificio anal bajo sus alas.

Lee se encuentra con varios personajes en Interzone, como Hans (Robert A. Silverman), dueño de una fabrica de carne negra, y Tom y Joan Frost (Ian Holm y Judy Davis), dos escritores norteamericanos modelados a partir de Paul y Jane Bowles. Joan, resulta ser idéntica a la fallecida esposa de Lee. Éste, siguiendo las instrucciones del Mugwup, la seduce instándola a escribir pornografía en la máquina de su esposo, la que se transforma en una especie de vagina sanguinolenta. El acto de necrofilia ectoplásmica es interrumpido por el ama de llaves-dominatrix de Joan, quien luego resulta ser Fedela… que luego resulta ser el Dr. Benway.

Cronenberg ha eludido sabiamente la tarea de trasladar el libro directamente a la pantalla y ha optado por un guión que trata metafóricamente sobre el proceso y los factores que influenciaron la creación de El Almuerzo Desnudo que además retrata muy bien dos de los aspectos más interesantes de Burroughs, el de satirizador social paranoico y el de escritor de ciencia ficción (en su novela Burroughs se nos presenta como un continuador de Jonathan Swift al mismo tiempo que precursor del cyberpunk). La película puede ser considerada por los espectadores más impresionables como obsesiva y extraña, pero no es ni un tercio de lo pertubador que es el libro. El filme de Cronenberg posee una historia de amor heterosexual que no está presente en la novela, hay menos insectos por centímetro cúbico de metraje y menos énfasis en los aspectos de control totalitario, las temáticas homosexuales son minimizadas y la adicción a la heroína es reemplazada por la del polvo amarillo. El Almuerzo Desnudo de Cronenberg es, ciertamente, una fusión de dos personalidades artísticas, …como si hubieran pasado por el transportador genético de La mosca (Weinrichter). Con respecto a la proximidad de Cronenberg con el mundo de Burroughs, el primero declaró: Su obra forma parte de mi sistema nervioso hasta el punto de que todos mis filmes contienen algún elemento suyo. La primera vez que leí a Burroughs, lo que sentí fue una sensación de reconocimiento.

Lost Highway

El guión de ésta película es el fruto de la colaboración entre David Lynch y Barry Gifford, autor de Wild at Heart: The Story of Sailor and Lula, llevada al cine por Lynch en 1990 (la inspiración para Carretera Perdida nace justamente de un párrafo leído por Lynch en la novela Night People, de Gifford.) Lynch, además de declarar que su película es un relato de horror negro (noir) del siglo XXI, la comparó con una cinta de Möbius. En efecto, Carretera Perdida es una película circular, como La Jetée o 12 Monos, como El Almuerzo Desnudo, hasta cierto punto, pero no nos adelantemos.

Los protagonistas de Lost Highway son Fred Madison (Bill Pullman), un saxofonista de jazz y su esposa Renee (Patricia Arquette). Al comienzo de la película se hace evidente que la pareja está teniendo problemas de comunicación y es más, Fred sospecha que su mujer está engañándolo con otro, sospecha que es reafirmada cuando Renee se niega a acompañar a Fred a su concierto de esa noche, además de no contestar el teléfono cuando éste la llama. Al llegar a su casa sin embargo, Fred encuentra a Renee dormida. Al día siguiente, una cinta de video aparece en la puerta de los Madisons. El contenido de la cinta es una breve toma del frontis de la casa. Esa noche, tras hacer el amor desganadamente, Fred ve por uno segundos a Renee con el rostro de un desconocido. Otro video es encontrado por la mañana, aparentemente filmada en el dormitorio, ésta cinta muestra a Fred y Renee durmiendo pacíficamente. Ante tal muestra de invasión a la privacidad los Madisons llaman a la policía. ¿Tienen una videocámara?, pregunta uno de los oficiales. No, Fred las odia, responde Renee a lo que Fred acota: Me gusta recordar las cosas a mi manera. No necesariamente tal y como ocurrieron.

Por la noche pareja asiste a una fiesta en casa de Andy, un amigo de Renee (a quien Fred creé haber visto con su esposa entre el público la noche del concierto). Fred, que no se siente muy cómodo en aquel ambiente se aleja solo a la barra y apresura una copa, en es momento, se le aproxima un sujeto extraño (el Hombre Misterioso, interpretado por Robert Blake), cuyo rostro reconocemos cómo el que sustituyera fugazmente al de Renee la noche anterior. Lo que sigue es, cómo señala André Hispano, una de las conversaciones más alucinantes del cine:

Hombre Misterioso: Nos conocemos, ¿verdad? Fred: No lo creo. ¿Dónde cree que nos conocimos? Hombre Misterioso: En su casa. ¿No lo recuerda? Fred (sorprendido): No, no lo recuerdo. ¿Está seguro? Hombre Misterioso: Por supuesto. De hecho, estoy ahí ahora mismo. Fred (incrédulo): ¿A que se refiere? ¿Dónde dice que está? Hombre Misterioso: En su casa. Fred: Eso es absurdo El Hombre Misterioso busca un teléfono celular en el bolsillo de su chaqueta y se lo entrega a Fred. Hombre Misterioso: Llámeme. Fred gesticula cómo si se tratara de un mal chiste. Hombre Misterioso: Marque su numero. Hágalo. Fred llama a su casa, del otro lado de la línea se escucha la voz del hombre misterioso. Hombre Misterioso: Le dije que estaba ahí. Fred: ¿cómo ha hecho esto? El Hombre Misterioso apunta hacia el teléfono. Hombre Misterioso: Pregúnteme. Fred (disgustado): ¿Cómo se metió en mi casa? Voz telefónica del Hombre Misterioso: Usted me invitó. No es mi costumbre prsentarme donde no soy requerido. Fred mira al tipo frente a él, pero vuelve a hablar al teléfono. Fred: ¿Quién es usted? El sujeto ríe tanto en persona como al teléfono. Voz telefónica del Hombre Misterioso: Regréseme mi teléfono.A la mañana que sigue a éste inusual encuentro, Fred recoge otra cinta de la puerta de su casa y la ve solo. La cinta lo muestra en el dormitorio junto al cuerpo mutilado de Renee. Fred grita horrorizado y es devuelto a la realidad por un puñetazo en la cara propinado por uno de los policías. ¡Díganme que no la he matado!, exclama Fred sangrando por la nariz.

Fred es condenado a muerte por el asesinato de su esposa. Mientras espera su ejecución en una claustrofóbica celda, Fred se convierte en otra persona. Pete Dayton (Baltasar Getty), el joven que ahora ocupa el lugar de Fred es liberado y entregado a sus padres. Pete regresa a su trabajo de mecánico, Mr. Eddy, un mafioso local, recoge a Pete para que “atienda un ruidito que hace su Mercedes”. La chica de Mr. Eddy trae el Cadillac al día siguiente al taller mecánico para que Pete lo revise. La chica no es otra sino Renee (aquí llamada Alice), con el cabello rubio. No me extenderé más en el argumento de ésta película, ya que he mencionado los puntos de intersección, entre Carretera Perdida y El Almuerzo Desnudo, que me interesan.

InterseccionesPunto 1: Asesinato. Éste es el alcance más evidente. Tanto Lee cómo Fred asesinan a su esposa. Los motivos de Lee no quedan del todo claro, ¿la asesina por hastío?, ¿por que la encontró follando con Hank?, ¿la mató para que no lo echaran del trabajo o sólo estaba obedeciendo las ordenes recibidas? El móvil de Fred es más claro: asesina a Renee por celos.

Punto 2: Huída. Una vez cometido el crimen Lee huye a Interzona, Fred por su parte, huye de su propia identidad.

InterZona, cómo el mismo Cronenberg señala en una entrevista, no es un sitio geográfico propiamente tal sino un espacio proyectivo, un lugar inspirado geográficamente en Tánger pero que se parece mucho al Inconsciente o a un estado de conciencia alterada, es obvio que InterZona es un estado mental, y es allí donde radica su significancia. Él (Lee) jamás abandonó Nueva York, probablemente ni siquiera abandonó su departamento, esta fue una travesía interior (Cronenberg). El contraplano de una estación de autobuses donde Lee se encuentra con Hank y Martin (totalmente fuera de tono con la ambientación de InterZona) hace explícito éste hecho. InterZona es un lugar creado por Lee para re-escenificar el hecho traumático de la muerte de su mujer (el cual logra asumir, al “repetirlo”). De la misma forma los Mugwumps y las máquinas de escribir-escarabajos son todos fragmentos de su alucinógena imaginación, siendo los informes redactados por Lee no otra cosa que las páginas de lo que terminará siendo El Almuerzo Desnudo.

Fred, al igual que Lee, ha perdido la razón y …ha malgastado su locura en repetir las circunstancias que le llevaron a matar a su mujer (Hispano). La imaginación es todo lo que tiene Fred para escapar de la situación que se encuentra, de la misma forma que Cronenberg sugiere que Lee nunca abandonó su departamento, es probable que Fred nunca dejara su celda en la prisión. De acuerdo a Hispano, Fred entra en estado de shock al darse cuenta de lo que ha hecho, siendo todo lo que viene a continuación en la película, al igual que en El Almuerzo Desnudo, una reconstrucción que tiene lugar en su mente, lo que excusaría todas las contradicciones del relato.

Punto 3: Lee conoce a Tom Frost en una fiesta. En medio de la conversación, Frost informa a Lee que su charla esta siendo llevado a cabo telepáticamente y le insta a observar que el movimiento de sus labios no se corresponde con las palabras que Lee está oyendo. Fred conoce al Hombre Misterioso en una fiesta y la conversación que sostiene telefónicamente con el extraño sujeto mientras éste se halla parado frente a él evidencia un claro fenómeno de bilocación.

ConclusiónCómo hemos establecido tanto El Almuerzo Desnudo como la película de Lynch tratan sobre un mundo simbólico, en ambas el protagonista se reencuentra con su esposa fallecida, ambas narraciones son circulares y… ahora que lo pienso hay una tercera película que contiene éstos elementos, Solaris. Pero eso sería ya hilar muy fino.

2002, Sergio Alejandro Amira

Divagaciones en una Clark-Nova

Antes de ver la película realmente estaba muy expectante, lo cual, en muchas ocasiones es algo perjudicial para la película, pues mis expectativas son muy altas. Desde el comienzo, partiendo por la estética de la presentación supe que realmente iba a ser algo memorable. Cronenberg resultó ser absolutamente astuto e innovador (y ambicioso), pues se plantea la trama como una cruza constante o líneas paralelas superpuestas o un continuo fluir de qué se yo, el asunto es que la película obviamente no aborda la vida de William Burroughs, ni al Almuerzo desnudo, pero al tiempo lo hace. Lo magistral del manejo estético es que se basa en la poética del escritor y hasta aún más en el proceso mismo de la producción, en este punto es interesante rescatar como biografía y ficción borran limites y en conjunto crean este híbrido, tal como se retrata en las obscenas y viscosas creaciones presentes gráfica y magistralmente sobre todo en las máquinas de escribir, seres de pesadilla que en sí mismos absorben toda la esencia de la Interzona.

Señalé como las líneas o niveles, llamémoslas ficción y no tan ficción, se van retorciendo en una orgía deliciosa (sexo y violencia; imagen tan recurrente en la filmografía de Cronenberg), no sólo a nivel de concepción de la obra, sino que también, este es un síntoma señalado, en la misma trama, pues como espectadores seguimos (somos cómplices voyeristas; como siempre) el tránsito difuminado y suave entre el mundo “real” y la Interzona.

El simbolismo, en este caso, se plantea como una problemática que da un matiz que punza constantemente al espectador, al ponerlos al servicio indistintamente a concepciones extratextuales, tanto del libro como de la propia película al utilizar elementos biográficos (o míticos) sobre la figura de William para establecer un rompecabezas convulsivo que nos señalan caos y espasmos que nos llegan como un recuerdo, y de los cuales nos sentimos como aquel que retorna con agrado a sus más febriles y naturales sentimientos.

El carácter de la narración tiene ese aire a oficinista rancio que deambula y recopila datos de los cuales absorbe esa esencia, la cual a fin de cuenta es la suya; propia. Esta visión urbana del proceso y de la idea del autor es tan desencantada y desinteresada que logra retratar aquella fuerza despojada de energía de esta generación de escritores, los cuales son en William Burroughs una sinécdoque (la especie por el género) del escritor como el gran adicto; vidente al fin de cuentas.

Dentro de la psicodélica argumental de la película podemos encontrar una lógica abrumadora, tal vez lógica no sea la palabra más adecuada para definir este mundo, pero son claro los patrones y fuerzas presentes, al igual que en el propio libro, pues la orgánica es tan clara y categórica que el vaivén y todos lo elementos presentes están tan bien insertados que se vuelve una masa que te golpea en un puñetazo preciso para despertarte (comentario: no es ni “puñetazo”, ni “despertar”, pero sin ser las palabras adecuadas señalan una idea que va más allá del significante que les es propio, pues ni “cachetada” ni “una burda Epifanía” son tan categóricas) y eso es lo que traduce Cronenberg en su filme, pues retrata ese instante abismal y helado que evoca la lectura del Almuerzo desnudo.

El silencioso retorno del mago

por Raúl Pinto

«Mucha gente piensa que mis trabajos son terroríficos. Personalmente, yo los encuentro hilarantes. Terroríficos para mi son, por ejemplo, los videos de las Spice Girls».

Chris Cunningham

ADVERTENCIA: El siguiente artículo está hecho por un fanático, así es, me declaro fanático de Chris Cunnigham, tengo sus DVD y he seguido su carrera desde que me tropecé con el primer video que vi de él. Por lo tanto, trataré de ser lo más objetivo posible, pero todos sabemos que eso es como que el director de TauZero haga una review de Superman.

Chris Cunningham ha regresado después de 7 largos años de silencio, y ha vuelto de la manera que sabe hacer, con su arte. Pero muchos preguntarán ¿Quién diablos es Cunningham? Bueno, lo relataré con mi experiencia…

El primer video que vi de Cunningham fue “Come to daddy” de Aphex Twins a mediados de los 90. Nunca antes había visto algo como eso. Niños con cara de adultos destruyendo la ciudad. Desde un televisor sale un bizarro ser, desnudo y asexuado, reúne a los niños y espantan a una anciana indefensa. El realismo de las imágenes, lo terrorífico del arte, la frialdad calculada de la fotografía y el montaje salvaje en sincronía con la ensordecedora ensalada de bits de Aphex Twins cambiaron mi visión de lo que es un video clip.

Pero la historia de Cunningham empieza mucho antes. De niño aficionado al dibujo empieza su carrera artística en la revista de cómica 2000AD bajo el seudónimo de Chris Halls. Luego incursiona en la escultura hasta que es descubierto por el equipo de Alien 3 y comienza a trabajar en los FX de la película, desde ahí no ha parado, le siguen los trabajos Alien Resurrección, el Juez Dredd y las maquetas de Hardware y Nightbreed. Hasta Kubrick lo llamó para el proyecto de AI.

En la música, de la mano de Warp Records en 1995, incursiona con el video de Second Bad Vibel para el grupo de electrónica experimental Autechre. Con la estética CF siempre involucrada, logra un video inquietante, cómo si constantemente estuviéramos mirando una pantalla de seguridad en medio de un proyecto alienígena. La sincronía entre música, imagen y edición es llevada al límite de lo conocido en la época. Cada imagen corresponde a un sonido, cada beat a un corte, cada ruido a una interrupción o movimiento de un personaje. Desde ahí no ha parado con el video clip, elevando lo que normalmente se conoce como un producto de marketing de una banda a un status de arte experimental. El mismo asegura que jamás se involucrará en una banda que, estéticamente, no le interese. Luego siguió haciendo videos para Squarepusher, Björk, hasta Madonna (el conocido video de Frozen, donde Cunningham reconoce nunca haber tenido tantos recursos para hacer un clip). Pero es en el trabajo con Aphex Twins donde más se ha involucrado, con un trabajo en conjunto logrando la perfecta combinación entre imagen y sonido,con trabajos como Widowlicker (1999), video censurado por MTV y luego el célebre Come to daddy en el que inauguró una nueva forma de hacer videoclips. Pero a pesar de esto no fue hasta el trabajo de All is full of love de Björk, video en donde construye dos androides blancos, asépticos, femeninos, que hacen el amor, ambos con el dulce rostro de la Islandesa, donde llega el reconocimiento total como el mejor director de videoclips del mundo.

Pero la creatividad de Cunningham no sólo se limita el videoclip también en la publicidad, realizando comerciales de televisión para marcas internacionales como Nissan, Sony y Xerox, siempre con su retorcida estética futurista

Entre sus otros trabajos destacan la videoinstalación Flex y los cortometrajes Monkey Drummer y Rubber Johnny, este último protagonizado por el mismo, todos ellos con música de Aphex Twins. Estas obras son el medio perfecto para que el artista insista en su particular estilo, caracterizado por su retorcida imaginación, su obsesión por las anatomías enfermas, sus sincronizaciones exactas y su particular sentido del humor Hi Tech.

Cómo dato curioso: el sueño de Cunningham ha sido dirigir una adaptación de Neuromancer de Gibson o Scanner Darkly de Phillip K Dick, espermos que esto suceda en algún futuro cercano, si es así, yo seré el primero en estar sentado en la sala con mi tubo de chocolates y mi agua mineral.

Ahora vuelvo a la noticia original, Chris Cunningham ha vuelto, sin grandes aspavientos, con el clip “Sheena is a Parasite”, para The Horrors, es su primer vídeo nuevo en siete años. Y espero que esté bombardeando nuestras retinas por mucho tiempo más.

por Raúl Pinto

Más info:

http://videos.antville.org/stories/1428557
http://www.director-file.com/cunningham/
http://www.rubberjohnny.tv/ (su trabajo rubber johnny)
http://www.imdb.com/name/nm0192260

El Ojo del Gato

El Ojo del Gato: un acercamiento empírico

Estoy sentado en mi oficina, cuando de pronto se me llena la casilla de correos urgentes. No dos ni tres, sino once. No señores, no ha habido ninguna explosión en la empresa ni tampoco nos hemos convertido súbitamente en una civilización tipo II. Tampoco me he sacado el premio de la lotería ni me avisan que me he muerto (aunque morir por un rato, con el dolor de cuello que me aqueja hace dos días no es una mala perspectiva, por lo menos hasta que se me pase la tortícolis –que es por dormir mal y no por andar girando la cabeza por la calle).

En realidad me escriben con desesperación el director y el editor, que piden que haga uso de mis habilidades (con urgencia, ya que parece que el debut largamente esperado de la primera TauZero de este año es ahora – ahora sí– inminente) con una nueva serie de animación chilena, en vez de usarlas para analizar el caso de los restaurantes Eladio, que deberemos presentar con mis compañeros en la cuarta clase de administración del MBA. Al parecer esta serie la transmitieron por primera vez el viernes pasado, cuando junto a mi grupo le dimos las últimas puntadas al caso que presentaríamos con relativo éxito al día siguiente.

Salgo así, pues, de mi retiro temporal, para contarles que no tenía idea de esta serie que se llama El Ojo del Gato, cuya característica más novedosa es ser a base de animaciones 3D, en el más puro estilo de la ya añeja Reboot y la olvidable Transformers: Beast Wars. El toque porteño (ocurre en Valparaíso, puerto principal) le da el sabor local, mientras que unos íconos egipcios que vi en el trailer parecen darle el toque místico necesario para cualquier epopeya que se precie.

Debo informarles que no me siento cómodo comentando algo de lo que no tengo referencias en amplitud, pero valga el intento, y juro solemnemente no inventar nada. El origen parece ser un niño que sale desde un talismán egipcio encontrado en el fondo del mar que después pasa a ser protegido y criado por un cura (que de todo corazón espero no se llame Cox de apellido). Este hombre de fe es atacado por una versión translúcida del Capitán Garfio, lo que desata una serie de místicas transformaciones en nuestro héroe, que parece un adolescente común y corriente. En el centro de un círculo azuloso rotatorio lleno de cruces egipcias el protagonista se contorsiona para terminar transformado en un gato antropomorfo, que imagino que es Gato, no el vino ni el fallecido cantante de Los Jaivas, sino que el primer superhéroe chileno en 3D, creado por CGI. Y esto todo en el único trailer que he visto, así que para las almas hambrientas que ya se perdieron –como yo– el primer capítulo, no hay peligro de spoiler.

Qué puedo decir de la calidad de las voces? No mucho, porque el primer trailer tiene gritos y gruñidos y unas pocas interjecciones, amén de unas pocas exclamaciones. Sin embargo, en el sitio web (ojodelgato.cl) de el o los creadores de tamaña proeza, se dice que los diálogos son en español neutro, de modo que pueda ser exportable (no como la otra serie animada 3D de lamentable factura, que usan de relleno entre los comerciales de golosinas en las tardes: Bacanes, Flaites, Pinganillas o comoquieraquesellame) y entre cuyo elenco cuenta con la voz de Sandro Larenas, que otros de mi generación recordarán como la voz del entrañable adicto a la lasagna que es Garfield.

La calidad de las imágenes, pues… partamos diciendo que está modelado en 3DMax, con un promedio de 70.000 polígonos por personaje. Para los menos geek, el recuento de polígonos indica qué tan redondito es el personaje, es decir, los personajes de esta serie son bastante decentes. Las texturas fueron creadas en Photoshop 7 y Deep Paint 3D, que aunque no son lo mejor de lo mejor, no me cabe duda que han sido explotados al máximo por los artistas de Ojo del Gato.

Esta serie es el esfuerzo de un equipo de 15 personas, entre actores, dibujantes, modeladores, texturizadores y animadores, además de la guionista, Elizabeth Carmona. Si bien puedo señalar deficiencias en el aspecto general de lo que pude ver en el primer trailer, también es cierto que una serie de animación no debe buscar ser hiperrealista, sino que tener historias divertidas (como Los Simpsons o South Park) y que puedan cautivar al espectador, aun siendo protagonizadas por caricaturas.

Aunque esta nueva serie animada parece estar orientada a un público infantil, por el horario en que se presenta (23:30 los viernes y 1:45 los domingos) me hace suponer una trama algo más adulta –o menos infantil, debiera decir. Tal vez me esté equivocando, pero el personaje, de energías místicas y antiguas –al parecer– tiene un potencial a la oscuridad que podría rivalizar tanto con el Batman de Burton o el Sandman de Gaiman, manteniendo las distancias, claro. En dinamismo y realidad de movimiento me pareció muy superior a otras series animadas que he podido ver de pasada en el último tiempo, y si en algún momento pueden usar captura de movimientos para animar sus personajes, le diría al equipo que lo hicieran sin dudar.

Un punto que debería no callar antes de irme: si la serie la orientan a un público infantil, aquel que ve una y otra vez los Looney Toons repetidos semana a semana y se ríe con los impromptus gay de Bugs Bunny, creo que tendrá poca vida. Si mantienen la estética de caricatura pero introducen capítulos orientados a los adolescentes mayores de 14 años y con sesgos para que los adultos también podamos disfrutar de lo que de otra forma podría convertirse en un entretenimiento pueril, creo que puede hacerse imperdible.
Al equipo me atrevería a sugerirle que no cayera en lo políticamente correcto, sino que dieran una dimensión real al personaje, explorando dilemas éticos en su cotidianeidad, evitando caer en la inflexible bondad gagá de los superhéroes light de barbilla con hoyuelo y mandíbula cuadrada que nos proporcionan las editoras de EEUU. Para no mantener estática la constelación de personajes pueden irse agregando otros héroes (pienso en Watchmen). Para darle algo más de tensión dramática a sus capítulos pueden matar alguno de los personajes principales de vez en cuando, destruyendo de pena al joven que encarna al héroe, o tal vez adaptando alguna de las tantas aventuras de Sherlock Holmes (estoy pensando en El Sabueso de los Baskerville). De esta forma creo que la serie puede tener un éxito prolongado en el tiempo. Vale decir, para perdurar tienen que darle una manito de gato a ésta, la primera serie de animación 3D chilena que parece tener méritos para ser recordada. Suerte, muchachos.

2001: Una Odisea Simbólica

Hace algunos años me tocó preparar un trabajo sobre el contenido esotérico de la película 2001: Odisea en el Espacio. Eran tiempos de intensos estudios humanistas y de búsqueda del patrimonio esotérico occidental perdido en el mundo moderno. En esa época era miembro activo de una institución fundamental para Occidente, en cuyo atanor se hornearon los valores más elevados de nuestra sociedad, y acaso de nosotros mismos: la Masonería. Continue reading «2001: Una Odisea Simbólica»

El Huésped

por Raúl Pinto

Prólogo

Esta es mi primera entrega para Tauzero, es probable que noten la falta de oficio para escribir una nota, pero bueno, según las palabras del mismísimo Baradit –“Sería interesante un comentario de cine hecho por un cineasta”. Creo que con lo de “cineasta”, Baradit subió mi ego y me convenció de esto, en fin, ahí vamos…

Un experimento fuera de control, estudiantes de medicina asustados, un monstruo 3D y, por sobre todo, mucho, pero mucho empeño.

A Coke Hidalgo se le pueden criticar muchas cosas, pero nadie puede negar que tiene cojones. Exactamente, cojones para hacer en Chile una película de género, con las características que todos conocemos (monstruo suelto devora a jóvenes, sólo el que descubre la verdad sobrevive), con alusiones directas a clásicos como Alien, Depredador, La Mosca, etc., con un monstruo 3D., y más encima con poca plata (20 millones de pesos). Veamos, aquí va la sinopsis de la peli, sacada de su página web.

“Cinco internos de medicina en un viejo hospital público deben enfrentarse a todos sus miedos al ser acosados por un extraño ser. Pronto descubrirán que algunos de sus profesores están coludidos en un experimento clandestino que se ha salido de control. El Huésped es la primera película de terror y ciencia ficción hecha en Chile.”

Si, está claro que la trama está muy repetida, recursos manidos y tiene todos (y cuando digo todos son TODOS) los clichés del cine de terror con monstruos. (Tal vez ese es el gran problema, la película es muy 1990.) ¿Por qué intentamos hacer cine como en Hollywood si estamos en Chile? Al ver la película no hay nada que me haga sentir empatía por el protagonista, en ninguna parte salté de mi asiento, no sentí identificación. Es todo muy, pero muy lejano, más aún con la mala actuación de los actores y el pobre diálogo.

Por otro lado la falta de recursos no gatilló la creatividad, el recurso de cámara o la solución de montaje, sino que Hidalgo pecó de soberbio y creó un monstruo sin personalidad, plástico y, al mostrarlo (queriendo ser la primera película chilena con un monstruo 3D) mató la magia y quedó como la primera película clase B chilena.

La fotografía y ambientación están bastante logrados, a pesar de los bajos recursos, los fondos se escondieron bien detrás del alto contraste que salvó la película logrando una textura bastante decente.

Ok, no le pidamos ser Wes Craven ni David Croenenberg a un director que recién empieza, pero si pidámosle ser más coherente con sus orígenes y más sincero con su discurso. Coke ¿qué nos quisiste decir con tu película?

No quiero ser lapidario, pues de verdad que valoro el coraje de hacer una película en nuestro país y, además, de género. Esperemos su próxima entrega, pues como dice el viejo proverbio criollo: “no hay primera sin segunda”. Por el esfuerzo, y esperando que la próxima salga mejor, le doy (en la escala del uno al siete) dos cohetitos.

Ficha Técnica
Título Original: EL HUESPED
Género: Terror – Ciencia Ficción
Formato Original: Digital
Duración: 80 minutos
Director: Coke Hidalgo
Guión: Julio Rojas
Producción Ejecutiva: Adrián del Solar
Producción: Adriana Cortés
Fotografía: Felipe Zaliz
Arte: Celeste Ahumada
FX. Sebastián Carvajal
Música: Manifesto / Rodrigo “Pera” Cuadra – Gamal Eltit
Distribuye: Microfilms
Mayor info http://www.elhuesped.cl

Seis Películas

Tras un agotador primer semestre de vuelta en la Universidad tuve unas merecidas vacaciones y tiempo para arrendar algunos DVDs que me pareció interesante comentar en TauZero, independiente de no adscribirse todos dentro del binomio fantasía-cf que preocupa a este e-zine. El siguiente es un ejercicio del cual dejaré fuera los bonus que todo DVD trae como los comentarios del director, escenas eliminadas, etc. Comencemos entonces.

Resident Evil: Apocalypse (2004): Hollywood se ha alimentado desde sus inicios de la literatura para desarrollar sus proyectos fílmicos; novelas, cuentos y obras de teatro han sido sus principales fuentes. Siempre en busca de nuevas expresiones que explotar, Hollywood recurrió a una forma literaria “menor”, el cómic, durante la década de los 1980s. Las primeras versiones fílmicas del mundo de las viñetas fueron desastrosas y durante un tiempo fueron dejadas de lado al descubrir los ejecutivos una nueva vaca que ordeñar: los videojuegos. De esta experiencia de principios de los 1990s resultaron películas aún más desastrosas y Hollywood también prescindió de ellas durante un tiempo para regresar a las adaptaciones de los últimos best-sellers de Michael Chrichton y Tom Clancy. El panorama cambió junto a la llegada del nuevo milenio y comenzamos a recibir adaptaciones dignas y competentes tanto de cómics como de videojuegos. Resident Evil fue una de ellas.
Dirigida por Paul W.S. Anderson, Resident Evil fue una adaptación bastante libre del juego del mismo nombre que conservaba de su fuente tan sólo los zombies humanos y caninos. Puede que esa sea la fórmula de llevar los videojuegos al cine, dirán algunos, distanciarse lo más posible del material que tan bien funciona con un joystick en la mano, pero si es así, ¿para qué hacerlo? Pues para profitar de un nombre, de una marca conocida como Resident Evil y asegurarse desde ya un público para llenar las butacas con los chicos que han jugado el videogame. Resident Evil fue una película competente, sorpresivamente elegante y sobria tratándose de un filme de zombies, con un saborcillo europeo que se agradece y una banda sonora que incluían composiciones del siempre lúdico Marilyn Manson (¿alguien se toma a este tipo en serio?) y Marco Beltrami que también realizó la banda sonora de la excelente película de Guillermo del Toro, Blade 2.
Resident Evil: Apocalypse no pareció gustarle a ningún crítico “especializado” (mucho menos a los no-especializados), pero en lo que a mí respecta, me agradó bastante. No extrañé a Romero ni a Fulci conciente que el terror no era el combustible de esta película sino la acción. Y al ser la acción su elemento clave, obviamente que no podía contar con los tiempos y la atmósfera que se experimenta en el juego.
Los juegos de Resident Evil son ejercicios exploratorios de suspenso, más thriller que horror y se basan en la resolución de problemas con algunas esporádicas pizcas terroríficas. El personaje del jugador no es particularmente fuerte o ágil, contra zombies y monstruos físicamente está en clara desventaja, pero aún así puede derrotarlos por medio del intelecto, encontrando las soluciones, las herramientas adecuadas, la llave, los fósforos para encender la mecha de la bomba… Los juegos definitivamente no son de acción, y cualquiera sabe que llevar el ritmo pausado y hasta monótono del videogame al cine no habría sido rentable. ¿Qué es rentable?, pues lo que el director Alexander Witt hizo basándose en el screenplay original de Paul W.S. Anderson: peleas acrobáticas, explosiones, motos volando a través de vitrales, explosiones, disparos en cámara lenta, más explosiones y a cambio de una chica hermosa y ruda: dos chicas hermosas y rudas. Yo al menos no me aburrí, y hoy por hoy suelo conformarme con eso, que ciertamente no es poco.
Resident Evil: Apocalypse se basa en el juego de consola Resident Evil 3: Nemesis, o mejor dicho utiliza referencias del juego conciliándolas con los elementos de la primera película, o más bien con Alice. Es por esto que la sexy Jill Valentine (Sienna Guillory), no puede ser otra cosa sino un personaje secundario. Al igual que en la primera esta es la película de Mila Jojovich, de Alice, y está hecha para su lucimiento. Ahora, personalmente encuentro mucho más atractiva a Sienna Guillory que a Mila, pero eso ¿a quien le importa?
Cuando una película de esta clase (u obra literaria o lo que sea) se convierte en un aporte es cuando agrega algo nuevo al mito que trata. Por ejemplo, Ann Rice agregó algo nuevo al establecer que los vampiros podían enfermar si bebían la sangre de un muerto. Y si bien puede alegarse que los zombies de Apocalypse no son más que “carne de cañón” sí encontré algunos elementos nuevos como las prostitutas-zombies, los inquietantes niños-zombies y el cura que alimenta a su hermana-zombie con cadáveres (en Braindead de Peter Jackson el protagonista alimenta a los zombies pero no con humanos). También se agradece la presencia de Nemesis, algo así como un “super-zombie”, similar al Deathlock de Marvel.
La trama de la película más que al videojuego me recordó al clásico filme clase-b Escape de Nueva York de John Carpenter, una ciudad aislada convertida en prisión, un sujeto a ser rescatado a cambio de la libertad y la amenaza de una explosión atómica, todo condimentado con zombies de toda clase incluyendo a los clásicos (esos que se levantan de sus tumbas al más puro estilo Thriller de Michael Jackson).

American Splendor (2003): Esta es una película extraña, así como extraño puede parecer verla después de Resident Evil: Apocalypse. A diferencia de su predecesora (en el orden en que las vi) éste es un filme pretencioso, empaquetado desde un principio con esa odiosa etiqueta de cine-arte y obtuvo premios en el Festival Sundance y de Cannes, recibiendo tantos aplausos como abucheos Resident Evil.
American Splendor recurre a distintas técnicas narrativas y el resultado final es un pastiche que no pega ni junta. Siguiendo con las adaptaciones, American Splendor es una adaptación de la vida de Harvey Pekar y de su cómic homónimo iniciado en 1976 y publicado a partir de principios de los 1990s por Dark Horse.
La película comienza bastante bien, cinco niños pidiendo dulces en Halloween, la amable vecina que abre su puerta y les entrega golosina los felicita uno a uno por sus disfraces: <<aquí tenemos a Superman, y aquí a Batman y su sidekick Robin, y a Linterna Verde…>> Cuando llega al último niño, que no está disfrazado, le pregunta quien se supone que es: <<Soy Harvey Pekar, sólo un niño del barrio>> contesta el mocoso con una actitud de “entrégueme los malditos dulces o váyase al demonio”. Como la amable vecina parece no entender nada, el niño se aleja ante las burlas de los demás, arrojando su bolsa de caramelos al suelo y pateándola. Esto es sin duda lo mejor de la película y algo que en palabras del propio Pekar en los bonus “pudo haber pasado”, aunque sabemos que no fue así.
La película habría sido mucho mejor si hubiesen permitido a Paul Giamatti hacer su trabajo, es decir, representar a Pekar. El introducir al verdadero Harvey Pekar con fórceps en la película interrumpe la “suspensión de la incredulidad” con la que todo espectador se recubre antes de ver un filme y convierte al Pekar de Giamatti en una pálida imitación de su patético referente, sobretodo en lo que al footage de sus visitas al show de Letterman se refiere. Si bien el Pekar representado por Giamatti es un perdedor, un pobre diablo mediocre y fracasado, conserva algo de dignidad quijotesca, la que se va al cuerno cuando contemplamos al verdadero Pekar en sus intervenciones televisivas. Hay una escena incluso en que el Pekar de Giamatti y el actor que representa a su amigo “orgulloso de ser nerd” se retiran a descansar mientras los verdaderos discuten sobre los sabores de unos caramelos y sus correspondientes colores. Es cómo si los directores Shari Springer Berman y Robert Pulcini quisieran decirnos: “¡Mirénlos, estos freaks son reales, no los inventamos!”
Los intentos por emplear elementos de los cómics, por otro lado, están presentes, pero no son explotados en todo su potencial. En ese sentido la pésima película The Hulk de Ang Lee es mucho mejor en lo que a edición y montaje se refiere. Y si la intención de la película es “demostrarnos” que los cómics pueden ser inteligentes, maduros y tratar temas reales, pues esa es una batalla que hace tiempo se ganó con obras como Maus, Hate, etc.
Por último, la película falla en su retrato de Pekar como un perdedor, Pekar no es un perdedor, es un tipo que si bien tuvo un trabajo aburrido, trabajó, que fue amigo de artistas influyentes como Robert Crumb y que pudo hacer su cómic y convertirse en una figura mediática underground. Frente a todo eso yo sí que soy un verdadero perdedor, aunque por otro lado y medido con los estándares de otro puede que sea un hombre de éxito (aunque lo dudo).

Secret Window (2004): Lo primero que se me vino en mente al ver esta película fue otra adaptación de Stephen King al cine: The Dark Half dirigida en 1993 por la leyenda del cine de zombies, George Romero, así que hablaré primero de este filme.
De niño, a Thad Beaumont (Timothy Hutton) se le detectó un tumor cerebral que resultó ser los restos no-desarrollados de un hermano gemelo. Más de veinte años después Thad es un escritor exitoso casado y con dos hijos. Los libros que escribe con su nombre real son “literatura seria” pero para mantenerse escribe novelas violentas bajo el seudónimo George Stark. Cuando un chantajista lo amenaza con revelar su nomme de plumme, Beaumont sale del closet y “sepulta” a Stark, lo que desencadena una serie de asesinatos de los cuales el propio Beaumont es el principal sospechoso pese a que no tiene idea de lo que está pasando. El asesino es por supuesto George Stark, y la pregunta que se plantea es si Thad sufre de doble personalidad o acaso su doppelganger realmente ha tomado forma corpórea tras el entierro simbólico.
En lo que a adaptaciones fílmicas se refiere el nombre de Stephen King suele ser sinónimo de baja calidad con notables excepciones (como The Shining de Kubrik). Usualmente el Sr. King niega toda asociación con dichas películas como en el caso de Pet Sematary 2 y The Lawnmower Man, pero por otro lado y desconcertantemente tuvo un rol activo en una de las peores películas de 1992: Sleepwalkers. En ese sentido The Dark Half si bien no está a la altura de The Shining es bastante digna gracias al oficio de Romero y los actores principales.
En cuanto a Secret Window del escritor de guiones ahora convertido en director David Koepp (Jurassic Park, Panic Room, y Spider-Man), ésta película es tan similar a The Dark Half que hasta comparte un actor: Timothy Hutton (que de protagonista es reducido a secundario). La película está basada en el cuento Secret Window, Secret Garden que es una suerte de reelaboración que King hizo de The Dark Half en un momento en el que aparentemente estaba más escaso de ideas que nunca.
película está basada en el cuento Secret Window, Secret Garden que es una suerte de reelaboración que King hizo de The Dark Half en un momento en el que aparentemente estaba más escaso de ideas que nunca.
El protagonista es Johnny Depp, algo que podrá servir como gancho para el público pero que claramente atenta contra la credibilidad del filme. Y es que Johnny Depp ya es una “estrella” demasiado grande como para encarnar a otro personaje que no sea el mismo. Hace tiempo que dejé de creer en los personajes de Johnny Depp, aunque debo admitir que no ha caído en las bajezas de Robert de Niro, una patética caricatura de sí mismo interpretando a Travis Brickle perpetuamente hasta en fiascos como la película de Bullwinkle. Cuando veo una película de Johnny Depp pienso: “Ese es Depp de pirata, ese es Depp de escritor, ese es Depp de investigador psíquico” y lo que es peor, desde la Novena Puerta en adelante que el bueno de Johhny no deja de darme risa. Es como si tras Ed Wood todas sus películas fuesen comedias.
En Secret Window Johnny Depp interpreta al exitoso escritor Mort Raney. Tras descubrir a su esposa poniéndole los cuernos, Mort se recluye en su cabaña ubicada en uno de esos puebluchos boscosos que tanto gustan a King. Repentinamente es visitado por un tipo que se identifica como Jim Shooter (un John Turturro muy similar al predicador de Poltergeist II: The Other Side) que lo acusa de haberle robado su historia. <<You stole my story>> repite con su acento sureño cada vez que entra en escena. Pese a su negativa Mort compara las dos historias percatándose que son idénticas salvo por el final de Shooter, que según él es mejor. Todo este asunto no deja de ser preocupante para Mort ya que ha sido acusado de plagio en el pasado, pero su historia fue publicada antes que Shooter escribiera la suya, cosa que puede probar mostrándole la revista donde fue publicada la que está en su ex-casa, donde vive su ex-esposa con su amante. Entonces alguien mata al perro con un desatornillador, desaparece un vecino, se quema la casa, y muere más gente, todo a causa de la incompetencia de Mort por convencer a Shooter que no le ha plagiado. ¡Por supuesto que Mort no ha plagiado a Shooter!, ya que Mort es… Bueno, ya lo saben.
La escena que destaco de la película es la recreación del cuadro de Magritte que utilizamos como ilustración para el artículo de Sandra Leal Lo fantástico en el escenario de la vida (TauZero #4).

Lost in Translation (2003): He aquí una película que quise ver desde su estreno, por varias razones. La primera de ellas, porque estaba protagonizada por Bill Murray que ha sido uno de mis actores favoritos desde Ghostbusters, si bien su filmografía no es muy extensa ha estado presente en varias de las películas que más me han gustado como son El Día de la Marmota, Los Excéntricos Tennenbaum y Ed Wood. El papel que mejor realiza Murray es el de aquel tipo desencantado y aburrido de la vida, ese sujeto que está de vuelta de todo y que parece haber perdido cualquier seña de entusiasmo. Como señala Anton Bitel: <<Desde sus apariciones de mediados de los 1970s en Saturday Night Live, su expresión de resaca y martini-seco siempre lo hizo parecer de un cinismo más allá de sus años, y ahora que realmente es viejo, interpreta la crisis de la mediana-edad como si hubiese nacido para ello.>>
La segunda razón fue motivada por alguien que vio Lost in Translation y me dijo que me identificaría con Bob Harris, el personaje de Bill Murray, lo que fue totalmente cierto. La tercera razón consistía en ver a Murray cantando More Than This de Roxy Music, ya que sólo lo había escuchado en la radio aunque podía imaginarme perfectamente su expresión de derrota y hastío.
Lost in Translation de Sofia Coppola fue exactamente lo que yo esperaba que fuese y por lo tanto la sitúo dentro de mi lista de filmes favoritos de todos los tiempos. Ahora un poco de autorefencia de esa que tanto detesta el incompetente director de TauZero:
Estando en Inglaterra estudiando Arte & Diseño y llegado el fin del primer semestre, se organizó un viaje de estudios a Ámsterdam. Viajamos en bus, de noche, zarpamos en un enorme ferry desde un lugar llamado Felixtowe y finalmente llegamos a Holanda donde alojaríamos en el Hotel Lankaster. Estuvimos cinco días, durante los que a excepción de uno nunca me sentí más solo en toda mi vida.
Estaba inserto en un grupo de gente distante para quien no era más que el “extranjero” de procedencia indeterminada entre sus filas, en un país en el que a duras penas podía comprender lo que pasaba y cuyas peculiaridades y costumbres me eran tan extrañas como yo debía serlo para mis compañeros. Fui al Red Light District, miré boquiabierto a las chicas de las vitrinas pero sólo eso. Estuve en el Café Bob Marley y en el Café Pink Floyd pero no fumé marihuana, sólo tomé té. En el museo de Van Gogh me acerqué tanto a un cuadro para ver las pinceladas que comenzó a sonar una alarma y en dos segundos tenía un guardia encima, en las calles y cuando andaba con mis compañeros ingleses, yo era siempre a quien los traficantes se acercaban a ofrecer sus productos (incluso un tipo me pidió que le vendiera droga cierta ocasión que me quedé parado en una esquina más tiempo del requerido). Por las noches mis “amigos” se iban a beber o bailar y yo me quedaba en el dormitorio del hotel que compartía con dos de ellos. Sólo una vez me invitaron, durante la primera noche, ¿y a donde fueron?, a un pub inglés a beber one pint of lager y escuchar Queen y The Rolling Stones.
Al día siguiente me desperté completamente solo, mis compañeros de habitación no estaban. Bajé a desayunar y tampoco encontré a nadie, le pregunté al tipo de la recepción donde estaba todo el mundo y en un inglés más precario que el mío me explicó que se habían marchado en el bus a un paseo o algo así. “¿Por qué no estás con ellos?”, me preguntó. “nadie se molestó en despertarme”, le contesté. Así que regresé al bar-restaurant en busca de mi desayuno y fue entonces cuando la vi sentada en una mesa, bebiendo un jugo de naranja o algo por el estilo. Tenía rasgos asiáticos pero era británica, estaba acompañando a su padre que se encontraba en Holanda por asuntos de negocios y tras desayunar nos fuimos a recorrer las calles de Ámsterdam. Vimos muchas esculturas, desde los típicos bustos de próceres hasta las más vanguardistas, vimos un enorme molino, una estatua de piedra de un Tiranosaurio a escala natural y un galeón fuera del Museo Marítimo. Pasamos todo el día juntos, el mejor día de toda esa maldita semana, por la tarde nos despedimos y no la volví a ver nunca más. End of the story.

Collateral (2004): Hubo una película chilena que como suele ocurrir con todas las películas chilenas (espero que nadie me acuse de antipatriota por esto) no vi ni planeo ver: Taxi para Tres, que ganó un importante premio no sé donde. La premisa de éste filme era el “volante o maleta”, frase con la que ciertos delincuentes invitan al chofer de un taxi a participar del atraco previsto o meterse en el portamaletas a esperar que todo pase. El protagonista de Taxi para Tres elige “volante” y a partir de ese momento se desarrolla una estrecha colaboración con el par de criminales que lo involucran en sus fechorías hasta que estos descubren a Jesucristo y enmiendan sus vidas.
Bueno, la premisa de Collateral es parecida a la del filme chileno en lo que a un taxista obligado a convertirse en cómplice de actos criminales se refiere. La historia es bastante simple y va más o menos como sigue: Max (Jaime Foxx) ha sido taxista durante varios años en Los Angeles mientras espera ahorrar lo suficiente como para comenzar una compañía de limosinas. Max recoge a una pasajera con la que tiene “onda” que resulta ser una abogado (Jada Pinkett Smith) trabajando en un importante caso. Ella parece tener onda con él también y le deja su tarjeta. A continuación Max toma como pasajero al que parece ser un hombre de negocios elegantemente vestido, Vincent (Tom Cruise), quien le ofrece 600 dólares a cambio de llevarle a cinco distintas locaciones en L. A. donde atenderá sus reuniones de negocios. Y no nos habríamos enterado de cual era el negocio de Vincent si a éste en un inexplicable descuido no se le hubiese caído su primera víctima desde el cuarto piso y justo sobre el taxi de Max. A partir de ese momento el taxista es obligado a seguir con los planes del asesino a sueldo que contempla eliminar a cuatro sujetos más. Pronto la dupla tiene a la policía de Los Angeles, los Federales y a unos mafiosos tras ellos pero aun así Vincent se las arregla para cumplir con sus obligaciones, hasta que Max decide ponerse los pantalones y rebelarse.
No hay peor película para mí que aquellas que tienen potencial y se diluyen en una falsa promesa traicionándose a sí mismas. Prefiero una película mala que termine bien que una buena que termina mal.
xxMichael Mann no es el más prolífico de los directores, realiza una película cada tres o cinco años, pero sus filmes suelen valer la espera. No es el caso de Collateral, que pese a todos sus méritos falla estrepitosamente al recurrir a las manidas fórmulas hollywoodenses que uno francamente no espera de Mann. Tras una hora y media me sentí estafado, el Sr. Mann se burló de mí, me pasó gato por liebre y eso no lo tolero.
Resulta que la última potencial víctima de Vincent es justamente la bella abogado que ocupó el taxi antes que él y con la que Max tuvo “onda”, y a causa de eso es justamente que el taxista convertido en caballero de brillante armadura reúne el valor para enfrentarse al malvado asesino y derrotarlo para quedarse con la princesa que, además, es afronorteamericana como él (ya que a Hollywood no le gustan las parejas interraciales). Todos los otros testigos que Vincent elimina merecen morir porque son malos, el traficante latino menor, el abogado especialista en liberar a criminales, el oriental mafioso dueño de un club nocturno e inclusive el músico de jazz involucrado con la gente equivocada, todos menos la “bella abogado”. Ella es buena, no puede morir, ¿verdad?
La escena que rescato es aquella donde Max es obligado por Vincent a hacerse pasar por él frente al temible Felix (Javier Bardem). La metamorfosis de asustado cachorrito a fiero león que recita las mismas frases de Vincent es digna del oscar.

Dodgeball: A True Underdog’s Story (2004): No soy muy adepto a las comedias norteamericanas, a menos que Ben Stiller esté presente. Dodgeball (dirigida por un tal Rawson Marshall Thurber) no está a la altura de la hilarante Zoolander pero se defiende. Si en la película anterior Stiller hizo mofa del mundo del modelaje aquí su víctima son los gimnasios y la obsesión por mantenerse “en forma”. El sumamente vanidoso pero ingenuo y bienintencionado Derek Zoolander es reemplazado por White Goodman, igualmente vanidoso pero malévolamente ambicioso y vengativo. No sé si el Dodgeball sea un deporte que se esté practicando en Estados Unidos o cualquier otro lugar del mundo, pero sí seguramente sigue estando presente en los patios y gimnasios de los colegios. Cuando yo era un escolar jugaba bastante a una versión simplificada del Dodgeball que denominábamos “quemadas”. El juego consistía en “quemar” a los otros participantes de un pelotazo en cualquier parte del cuerpo, el quemado entonces cogía la pelota e intentaba a su vez conseguir un blanco que golpear. Por supuesto que este juego estaba diseñado para infringir dolor y era la perfecta oportunidad para que los sádicos hicieran de las suyas pero no recuerdo que nadie resultara herido, lo que no puede decirse de cuando jugábamos a Titanes del Ring (versión chilena de principios de los 1980s de la WWF), donde corrió harta sangre de narices y varias piezas dentales (aunque fuesen dientes de leche) fueron perdidas.
La película no vale la pena comentarla, es una completa idiotez que debe verse para disfrutarla. Sólo tengo una queja: Vince Vaughn, el actor que interpreta al antagonista de Stiller es el tipo más monótono y carente de entusiasmo que he visto en película alguna. Aburrido, inexpresivo, tieso, ha de haber sido el reemplazo de Owen Wilson que de seguro estaba ocupado en algún proyecto más “serio”.

Chronicles of Riddick (2004): La última película que vi durante mi ciclo de DVDs rentados y la única que podría considerarse auténtica ciencia ficción (que es el género que principalmente atañe a TauZero despues de todo).
No tenía mayores expectativas con este filme (a diferencia de Lost in Translation, por ejemplo) por lo que me agradó bastante pese a ser un flagrante refrito de varias otras cintas de acción, fantasía y cf (o tal vez a causa de ello). A estas alturas de mi artículo ya estoy algo cansado, por lo que me excusarán si recurro a una cita al comentario de Joaquín R. Fernández en la revista de cine La Butaca como introducción a mi crítica:
<<Más de cien millones de dólares es lo que se ha gastado la Universal en una película que pretende ser una continuación de otra que en su día recaudó poco más de cincuenta en las carteleras de todo el mundo (si bien en aquella ocasión su presupuesto era cinco veces menor que el de su secuela). Y es que Las Crónicas de Riddick toma al personaje más carismático de Pitch Black, aquella entretenida cinta de David Twohy que, al carecer de pretensión alguna, no molestó a casi nadie, y lo introduce en un mundo más vasto y pretencioso, transformando una pequeña obra de culto (o eso es lo que afirman algunos) en toda una superproducción de Hollywood.>>
No vi Pitch Black y ninguna película de Vin Diesel antes de Las Crónicas de Riddick. Por supuesto que estaba al tanto del asenso de Diesel como el nuevo héroe de acción llamado a ocupar el sitio vacante dejado por Schwarzenegger, Stallone y Bruce Willis (¿alguien recuerda a Jean Claude Van Damme?), aunque me sorprende que haya derivado tan pronto a las comedias familiares. Schwarzenegger, por ejemplo, hizo varias competentes películas de acción antes de derivar en este odioso género con filmes como Twins y Kindergarden Cop.
No voy a extenderme en la trama de Las Crónicas de Riddick ya que me parece un ejercicio mucho más interesante deglosar las influencias/citas/plagios/tropos que se articulan en ella, limitándome sólo a otras películas y series de televisión:
Superman: Riddick es el último miembro de una raza que ni el mismo conoce (aunque como suele ocurrir en estos casos no es del todo cierto, recordemos Superman II).
Dragon Ball Z: Lord Marshall, el poderoso líder de los Necromongers, teme a la profecía según la cual un Furian será quien lo derrote, razón por la cual destruye a toda esa raza, aunque conserva a unos cuantos a su servicio. Freezer, poderoso líder de una coalición de alienígenas dedicados a conquistar y vender planetas teme a la profecía según la cual un Saiyayin será quien lo derrote, razón por la cual destruye a toda esa raza, aunque conserva a unos cuantos a su servicio.
Duna: La estética de los Necromongers es muy similar a la del filme de David Lynch. Los Elementales son una suerte de Bene Gesserit y la lucha final entre Riddick y el Lord Marshall en el salón del trono es idéntica a la de Paul Atreides y el sobrino del Barón Harkonnen.
Conan: Inadvertidamente y agotado tras la lucha, Riddick se sienta en el trono del Lord Marshall convirtiéndose así en el líder de los Necromongers cuya máxima es: “Puedes conservar aquello que matas”. La pose y actitud meditativa de Riddick es igual a la de Schwarzenegger al final de la segunda parte de Conan.
Star Trek: Toda la secuencia en el planeta prisión Crematoria es muy similar al cautiverio del Capitán Kirk y el Dr. Bones McCoy en un gélido mundo Klingon. Los feroces perros con disfraz de los Klingons son reemplazados en Las Crónicas de Riddick por unos felinos escamosos generados por computador.
Escena destacable: El sacrificio del Purificador, un tipo que creíamos el más fundamentalista de los Necromongers resulta ser un Furian como Riddick.

© 2005, Sergio Alejandro Amira.