Imaginando la décima dimensión

10dimension.jpgBien, diez dimensiones para mí es como querer pellizcar un vidrio. Ya me cuesta lidiar con la realidad y ahora salen con esto. Sobretodo porque los días de resaca maldigo la existencia de una tercera dimensión.

Entonces se hace necesario que alguien baje de las atalayas de la ciencia y nos explique con manzanas y bananas cómo puede ser posible tanta complejidad. Ulularemos como micos, pero al final la comprensión se abrirá por el tercer ojo [no ése, Marlo].

¿Existe esta persona?

Of course, queridos. Se llama Rob Bryanton y lo explica bien en su libro La Décima Dimensión. Para el que no quiera comprarlo existe una exposición en Flash muy amena que los pondrá al tanto. También permítome recomendar su blog en inglés y este artículo sobre espacios infinitodimensionales (cómo les quedó el ojo, ¿ah?) de Genciencia.

En todo caso, se los puedo revelar aquí mismo y consiste en que… ¡Oh, viene mi jefa! ¡Nos vemos!

“Estación Hawksbill”. Robert Silverberg

hawksbillEn un foro lejano de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, se discutía sobre ciencia ficción “revolucionaria” en el sentido político de la palabra. “Estación Hawksbill” es una obra a la que se le podría asociar ese adjetivo.
Este libro de Robert Silverberg nos presenta un futuro donde el pensamiento político-ideológico diferente al del régimen es castigado con destierro. Destierro temporal, sin posibilidad de retorno ni comunicación con el presente. Una cárcel en la prehistoria profunda, donde la vida pasa, donde no hay esperanzas.
En “Estación Hawksbill” se habla de ideologías políticas, pero no es un texto propagandístico. Es un libro que muestra historia de hombres, usando la política como telón de fondo, donde la ciencia es usada sólo como una herramienta más del régimen en el poder, y no como LA herramienta del régimen.
La historia se maneja en dos planos, el presente y el pasado (presente para los convictos). No se entra en profundidad en el análisis del estado totalitario que inventa esta cárcel, pero los pocos datos que entrega sobre su llegada al poder son al menos preocupantemente coincidentes con algunas situaciones del mundo real de hoy. Los estados totalitarios se desarrollan en pequeños pasos, los que individualmente parecen inofensivos. Pero esa es otra historia.
Como en la “Estación Hawksbill” todos los desterrados tienen pensamientos políticos parecidos, una de las máximas entretenciones es crear eternas e inútiles discusiones sobre ideologías y modelos, entrando en detalles hiperconocidos y estudiados, pero sin acuerdo final posible. Cualquier semejanza con discusiones en foros sobre “que es la ciencia ficción” es sólo coincidencia
La lectura de este libro de Silverberg es muy ágil, sin llevar al lector a pozos oscuros, pese a que se trata abiertamente la locura y la desesperanza de los desterrados. La historia de desarrolla desde la perspectiva de un personaje central cuando ciertos eventos remecen la clara, establecida e invariable realidad de la carcel. Para más detalles, lean el libro.

En resumen, un libro entretenido que usa la ideología política-económica como escenario para una historia de ciencia ficción.
En la escala acoronaar de «me gustó el libro», le doy un 6,2 (siete es el máximo).

Estación Hawksbill, de Robert Silverberg.
Título Original: «Hawksbill Station», 1968.
Colección Mundos Imaginarios
P&J Editores, 2000

El Universo, una ilusión

MC EscherPara los que quieran conocer más del Universo, sus nuevos descubrimientos y que nos depara la vida, pueden asistir a las charlas dictadas en el centro cultural de Recoleta, organizadas por ACHAYA celebrando sus 50 años, orientadas a público general.

Los interesados deben llegar idealmente 30 min. antes, porque las actividades han tenido bastante concurrencia.

Ayer asistí a la charla dictada por el director de SAVAL, Luis paredes, quien dicto una charla titulada: «El Universo, una ilusión».

Comenzó la exposición situando al público en «Planilandia», es decir un mundo de dos dimensiones, y como afectaría un objeto de tres dimensiones a ese mundo (por ejemplo: un vaso sería solo un círculo). En este mundo no es concebible una 3a dimensión; del mismo modo que nosotros no podemos concebir una realidad de 10º dimensiones, que sería la cantidad que tendría nuestro universo, de acuerdo a la Teoría de las Cuerdas. Esta teoría unificaría la gravedad con la mecánica cuántica y permitiría a los astrónomos evidenciar lo que sucedió al inicio del big-bang… Para explicar las ideas en forma didáctica, el expositor nos hizo situarnos en mundos imaginarios con obras las de M.C. Escher, como Manos Dibujando, y una de las más conocidas (creo), «Escaleras».

Tras una hora de charla y media hora de preguntas, logré entender un poco más sobre estas novedades. Al no tener muchos conocimientos de física, quedé algo confusa con algunos conceptos; pero en general considero que Luis Paredes explicó adecuadamente el tema.

En la charla de hoy, 25 de enero, trataron el tema de las Naves no tripuladas, cerrando el sábado con una charla dedicada más bien a aquellos que quieran integrarse a la agrupación. También exhiben utilerías astronómicas (telescopios, espejos, etc.)

Otro panorama para el caluroso verano santiaguino…

Actividades 50° Aniversario

1899 (4ª PARTE)

MUSEO A LAS GLORIAS navales de la Guerra del Pacífico, estaba escrito, con grandes letras de bronce, en la puerta metálica de un pequeño muelle junto al malecón del puerto de Iquique. Seis y media de la mañana y un viento helado impulsaba la neblina que cubría el horizonte de la bahía. Hacía cinco horas que arribamos a Iquique en una aeronave de la línea nacional, servicio cómodo pero lento, si se le compara con la velocidad del aerocarril. Es una lástima que el gobierno haya encontrado inviable extender las vías hacia el norte, habríamos llegado antes. No sé si era necesario llegar antes.
Prat me indicó que esperara junto a Ginebra.
–Vengo en seguida-, dijo. Su delgada figura se perdió en la niebla.
-¿Tiene frío, inspector?-, preguntó mi mecánica compañera.
-Hace frío, Ginebra.
-Me gustaría sentirlo.
-Ustedes no sienten nada.
-Discúlpeme-, guardó silencio un momento. -¿Inspector, Uribe?
-Dígame.
-Aún no consigo entender que hacemos acá.
-Usted no tiene que entender nada, sólo acompañarme.
-¿Será verdad que el almirante está loco?
-Si vuelve a preguntarlo, le juro que la desconecto.
-Los números no podemos ser desconectados.
-La destruyo.
-Usted sabe lo que sucedería si soy destruida.
-Guarde silencio por favor.
Una nueva silueta apareció en la neblina junto a Prat. Una figura un poco más gruesa, que cojeaba del lado derecho. A medida que se acercaba reconocí su rostro. Alguna vez, tras lo ocurrido aquí mismo hace veinte años, la prensa lo llamó primer campeón de la era metahullana: Carlos Condell.
-Capitán Condell-, me adelanté a saludarlo.
-Inspector Uribe, el almirante me contó de usted. Y la señorita de plata debe ser…
-Puede llamarme Ginebra-, respondió su voz sin dimensiones.
La brisa parecía ser cada vez más fría.
-Es una número muy atractiva.
Si la máquina se hubiese ruborizado, juro que la mataba.
-Señores-, prosiguió Condell. –Y dama-, odié que la tratara así, de un modo tan humano, -como deben adivinar, tiempo es lo que menos tenemos. Vengan conmigo, en el museo nos aguardan. Por acá, por favor.
Prat me hizo un ademán para que me adelantara. La número vino tras mío.
Condell nos llevó hasta el borde del muelle, donde embarcamos en un pequeño bote de motor. Fui quien tuvo más dificultades para abordar, debí luchar contra el vértigo y la neblina. Prat saltó, habituado a esa clase de maniobras. Ginebra ni siquiera demostró molestia entre sus giroscopios, apenas un silbido en alguna juntura.
-No creo que despeje antes de las diez-, comentó Condell.
-Amigo mío, eso nos conviene mucho-, agregó Prat.
-Supongo inspector que anoche también soñó-, me habló Condell. –Lo que es yo, ya estoy extrañando a la mujer que se me aparece cada noche.
-¿De qué está hablando, capitán?
-Oh, inspector, creo que usted sabe muy bien de lo qué estoy hablando.
Miré a Prat, el almirante levantó sus cejas. Desde el primer instante supe que había sido un error acompañar al viejo.
Carlos Condell giró dos veces una pequeña llave de ignición. El pequeño motor de metahulla, instalado bajo el casco de la embarcación, comenzó a silbar mientras movía el eje de la hélice, impulsando el bote hacia el corazón de la neblina.
El museo flotante apareció entre la bruma, como una figura negra de altos castillos y mástiles gemelos alzándose frente y tras la única chimenea. Hasta un niño hubiese reconocido la silueta. Antes de la guerra, antes de la metahulla, era el horror de nuestras fuerzas navales. De a poco, a medida que nos aproximábamos, la sombría superficie adquirió un matiz a grís oxidado, marca indeleble de un centenar de batallas. El barco estaba prácticamente intacto a cuando el propio Condell lo capturó en mayo del 79.
-Bienvenidos al Museo Huascar-, pronunció Prat, mientras su compañero ataba el bote al pequeño portalón improvisado junto a la escalera de abordaje del que alguna vez fuera el monitor de guerra más poderoso de esta parte del planeta.
El barco más mortífero de una época en que los buques sólo navegaban.
Condell amarró el esquife y se puso de pie con una agilidad que negaba su evidente cojera.
-Señores-, invitó, desplegando una escalinata.
El y Prat me ayudaron a subir. La número lo hizo sola, como si el buque fuera su ambiente natural.
La cubierta del Huascar estaba humedecida. El puente y la torre de artillería principal habían sido completamente reconstruidas. Supuse que la idea era otorgarle a los visitantes una idea de cómo era, el otrora orgullo de la marina peruana, antes de ser emboscado por la aeronave Valparaíso. La boya, que recordaba el lugar donde la Independencia se había ido a pique, no conseguía distinguirse entre las nubes bajas.
Me adelanté hacia el puente de mando, justo al sitio donde se recordaba el momento en que Grau se rindió, entregando su nave y sus hombres a las fuerzas chilenas. El metro exacto en que un héroe absoluto se había convertido en el peor de los traidores.
-Me costó tomar esa decisión-, pronunció a mi espalda, una voz grave, de acento levemente británico, que no tardé en reconocer. –Pero tenía que pensar en mis hombres.
Giré despacio. Junto a Prat y Condell, aparecía un anciano completamente calvo, gordo y vestido de negro. Un parche cubría lo que había sido su ojo izquierdo. El hombre más odiado por nuestros vecinos del norte, el hombre que alguna vez había comandado la nave donde estábamos parados.
-Miguel Grau, para servirle-, me saludó estirando su enguantada mano derecha.
-Luis Uribe, inspector de la metropolitana de Nueva Arauco le respondí.
El apretón fue duro y helado.
-Usted debe perdonarme-, se excusó. -Aún no me acostumbro a ésto.
Se quitó el guante que cubría su mano derecha. Una prótesis mecánica, movida por cables verdes de metahulla reemplazaba la mano que le fuera amputada tras el juicio, por cargos de traición, que la armada peruana levantó en su contra al terminar la guerra.
-Los médicos de su ciudad, inspector, hicieron un buen trabajo-, agregó mientras volvía a enguantarse. Noté la completa ausencia del dolor que los expatriados y desterrados suelen mostrar en su mirada -Bueno señores-, alargó, -les parece que entremos, hace demasiado frío.
Seguí a mis anfitriones hasta el salón de oficiales, ubicado bajo cubierta, en la popa de la nave, tras el comedor principal. Las paredes estaban decoradas con fotografías pasadas y armas lustradas que hacía mucho tiempo no eran usadas. Sobre la mesa redonda, que ocupaba todo el centro de la habitación, había un periódico tamaño tabloide completamente extendido.
Los tres marinos notaron que me había fijado en el detalle. Ginebra se ubicó a un lado de Prat, con su cara de nada mirando en línea recta a algún punto tras Miguel Grau.
Prat me pidió que leyera la noticia que encabezaba la página de portada. Era un ejemplar de El Mercurio de Valparaíso.
-Lea-, insistió Condell.
Lo hice.
-En voz alta, si le parece-, agregó el ex comandante peruano.
-Desastre en Iquique-, pronuncié la primera línea. Luego: Sangriento enfrentamiento en la bahía de Iquique entre el navío chileno Esmeralda y el acorazado peruano Huascar, terminó con el hundimiento de la nave nacional y la muerte de su capitán, el comandante Arturo Prat.
Miré a Prat.
-¿Es una broma?
-Vea la fecha.
Lo hice: 24 de mayo de 1879…
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Ellos pueden saberlo

Ellos pueden saberlo. Los terroristas. Los olvidados. Los que se equivocaron. Los que se obsesionaron con la violencia y no entendieron que las reglas del juego habíian cambiado. Los que siguieron gritando «¡traición!» mientras el país entraba en la feroz democracia de los acuerdos. Los que asesinaron a Jaime Guzmán y fueron ajusticiados, capturados, castigados. Los que se fugaron. Los que se envilecieron robando bancos y asaltando sólo para sobrevivir. Los que fueron repudiados por todos, odiados por la Derecha, castigados por la Concertación, ignorados por la Izquierda, temidos por el pueblo al que decían amar. Los valientes más tontos del fin de siglo, los guerrilleros con miedo a mirar la realidad. Los que degeneraron en grupúsculos que hacían barricadas vaciadas de sentido y conciencia de clase en las poblaciones. Los que se obsesionaron con la violencia. Los que se equivocaron. Los olvidados. Los terroristas. Ellos pueden saberlo.

Pero están todos muertos, física o espiritualmente.

La misión del agente 28 de Junio de 1946 (nombre clave) comienza allí: en la búsqueda de el secreto que desapareció con ellos. Es 16 de junio de 2007, y después de que le notifiquen que un informante traidor ha muerto en el día de su cumpleaños, puede comenzar la búsqueda con la pista que ese informante escribió en la pared de su baño antes de morir.

Antes de salir a ver la pista, repasa la historia: FPMR, MIR, GAP. Repasa los nombres muertos, grises en sus fotografáis de intercambio. Repasa el video (nadie excepto la Unidad lo tiene) de la batalla del microbus en Apoquindo con Manquehue, el 21 de octubre de 1993, donde Carabineros de Chile mataron a 4 miembros del grupo Lautaro y 3 civiles inocentes, tras el asalto a un banco donde mataron a un guardia y a otro carabinero. Repasa las palabras del presidente Patricio Aylwin: «Yo avalo la actitud de los contingentes policiales». Repasa uno de los frames del video, donde una de las cientas de balas desparece frente al corazón de la niña de trece años que sería parte de los doce civiles heridos.

Y repasa la situación: los terroristas están muertos. Algunos están muertos físicamente, y la tecnología que permitirá rastrear su alma aún tardará varias décadas en desarrollarse. Otros están muertos espiritualmente, y el Agente 28-6 repasa recuerda mentalmente las carpetas donde dice ARREPENTIDO, DESAHUCIADO, CONVERTIDO, AMNÉSICO, ENLOQUECIDO, MUDO. No es hablando con ellos como encontrará el secreto. Pero la información ha saltado en los charcos de sangre donde ellos resbalaron, y se ha replicado en las declaraciones de los personeros de gobierno de esos años.

Se sabe que el secreto pasó de uno de los miembros del Lautaro al Carabinero que lo mató, pegándose como una mancha de sangre. Seguirla ahora es como seguir una cadena de contagio de VIH, 13 años después. Del carabinero a su oficial, del oficial a su superior, del superior al entonces ministro del Interior Enrique Krauss, de Krauss al presidente Aylwin, del presidente Aylwin a su retocador de discursos, y de él a su vecina, a quien le contó los hechos llorando. La vecina está muerta, su segundo nombre era Lucila, su color de ojos era castaño oscuro. Ahí el rastro se pierde. La pista del informante lo retoma unos veinte pasos después: en un vendedor de libros usados del persa Bío-Bío.

El Agente 28-6 repite su mantra personal, quema los papeles en su cocina, se asoma por la ventana antes de partir al persa. Sus humanos ojos sólo pueden ver lo que todos ven: un horizonte de edificios en una bruma plomiza, con transeúntes afanándose por las calles y micros multicolores rugiendo junto a autos demasiado veloces. Pero sabe que todo se está encaminando a la destrucción, cada vez con mayor velocidad: sabe que el otro nombre del país es Gomorra. Y sabe que sólo ellos, los agentes de la Unidad Secreta que nadie comprende ni apoya, pueden evitar que el océano cubra el territorio para castigar los pecados de sus hombres y dejar limpio el puerto de datos, como dirían los agentes enemigos en su lenguaje seudo-religioso. Sabe que la azarosa búsqueda de sentido en las pistas de sangre de un grupo de muertos-vivientes es un empeño más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara. Sabiendo todo eso, sabiendo que el destino está escrito y que su única misión es ayudar a encontrar el punto donde todo podría haber sido diferente, sale a la calle a buscar el secreto, la frase de quince palabras, la oración que no tienen los poderosos ni los famosos ni los empresarios. La canción que sólo ciertos seres anónimos y felices conocen.

Y piensa en los terroristas, en su destino, en sus ideales perdidos y, equivocados o no, finalmente derrotados y borrados de la historia humana. Y piensa en la paradoja que sólo su Unidad conoce: en un país que marcha decididamente hacia un futuro brillante, hacia la paz mundial, hacia el crecimiento económico y la justicia social, sólo los que se equivocaron, los olvidados, los terroristas, sólo ellos podrían saberlo.

Porque ama a su país, porque ama la verdad, porque no le queda otra solución, el Agente 28-6, conocido hasta hace dieciséis años como Jaime Guzmán Errázuriz, cierra la puerta y parte a cumplir su misión.

Unda in the news

Nuestro astrónomo residente, Eduardo Unda, aparece curiosamente en un periodico chilote (extremo sur de Chile), en circunstancias que él está radicado en Antofagasta (extremo norte). Nunca deja de sorprenderme la absoluta ubicuidad que nos regala internet.

El link aquí

Chilotes asombrados con cometa

«Lo empecé a mirar después de las nueve de la noche. Mi hijo me llamó desde la península de Rilán y me avisó, fue impresionante», relató una vecina castreña sobre un fenómeno que ha causado inquietud entre quienes lo han visto y la risa y hasta la incredulidad en quienes no han podido apreciarlo todavía.

Pero es real. Desde comienzos de este mes la Tierra está siendo «visitada» por uno de los fenómenos astronómicos más importantes de las últimas décadas. Es el paso del cometa McNaught, un cuerpo celeste del que poco y nada se sabía hasta ahora y que tiene pendientes a especialistas y aficionados a mirar los cielos.

Precisamente, durante los anocheceres de esta semana es cuando mejor se está captando al astro en el Hemisferio Sur, el que desaparecerá del ojo humano el 9 de febrero, según relató el astrónomo de la Universidad Católica del Norte, Eduardo Unda.

«Es algo completamente nuevo. La ciencia no tiene antecedentes de los cometas antes de su ingreso al sistema solar», explicó desde Antofagasta el especialista, ciudad donde se ha apreciado el McNaght en mejor medida cerca de las 21 horas y hasta poco antes de las 22.

Por ello, sorprendido se mostró el profesional al conocer que distintos observadores chilotes han reportado avistamientos desde las 21 y hasta las 22.45 horas, sobre todo en lugares como las cercanías de Ancud y Achao.

Los cometas, tal como se está divisando al actual, deben su «cola» o «cabellera», mientras se acercan al sol. Sus cuerpos formados por distintos materiales ahí subliman. Además, poseen órbitas de gran excentricidad y estarían compuestos de hielo, dióxido de carbono y diversos elementos.

BRILLO

A diferencia del Halley, que pocas personas pudieron divisar a simple vista en el horizonte, el McNaught posee un brillo que no se veía en un cometa en años. Según algunos portales desde 1935 y otros desde la década del ’60.

Sobre lo último se inclina el astrónomo Unda, quien indicó a modo de ejemplo que el ojo humano puede ver objetos con magnitud de luz de hasta +6. «Este cometa tiene una -2 a -3, lo que es alto, ya que con +1 ya es un cuerpo muy brilloso; a los +9 recién se puede ver algo con binoculares, a los +11 con telescopios ordinarios y +23 a +24 con el del Paranal», aseveró.

Así lo comprobó, por ejemplo, Luis Segovia, de Arica, quien paseando por la Costanera de Ancud, relató que «fue algo sorprendente». A su vez, Carlos Cárdenas, expresó que «iba camino a mi casa y un amigo me advirtió. De inmediato volteé. No tenía idea que era un cometa».

Para los curiosos, el científico Unda comunicó que la mejor manera de apreciar el astro lumínico es «desde la puesta de sol. Uno verá una luz brillante típica, que es Venus, pero si se gira un poco la cabeza, unos 10 o 20 grados, ahí estará el McNaught».

Novedades enero 2007

Se ha actualizado el sitio web con el siguiente material:

¿Dónde acceder al material?: en la Biblioteca TauZero

Editorial TauZero Especial Lluvia Ácida

Logo TauZeroHan transcurrido varios meses desde que se realizaron el par de entrevistas-coloquios con Lluvia Ácida publicados en este especial, y muchas cosas han pasado desde entonces. Desde mi memorable reencuentro con Héctor y Rafael en el lanzamiento de Tierras Magallánicas en Santiago, hasta la llegada a mis manos del DVD de Elemental en vivo.

Varias cosas de las que aquí se mencionan como futuribles probabilidades ya se han concretado, porque Héctor y Rafael son el tipo de creadores que concretan cosas. ¿Hay creadores que no concretan? Sí, por supuesto, o bien elaboran mundos completos en su cabeza sin nunca traerlos a la realidad, o han optado poéticamente por el silencio. Héctor y Rafael son distintos, posen el tezón, el empuje y la fuerza que tanto colonos como pueblos originarios tuvieron para vivir en el extremo sur de Chile, esa energía psicogeográfica que tan bien conozco.

Este es el homenaje que TauZero brinda a Héctor y Rafael, a LLuvia Ácida, con admiración y respeto.

¡Salve, oh pioneros sonoros de la indómita Tierra Australis!

diciembre de 2006

Llueve ácido al fin del mundo

INT. CAFÉ EL PASEO, VALPARAÍSO. ATARDECER

El salón está con las luces encendidas, todo es de metal y madera, unos alambiques de bronce incrustados en las paredes y una escalera caracol con aires victorianos dan el aspecto de estar navegando en el Nautilus de Julio Verne.
En la mesa cercana a la barra del bar estamos Marcelo Novoa y yo, disfrutando un capuccino vienés y conversando acerca de la carta de apoyo que me dará para Día Zero, mi próxima película y primer largometraje.
En esa conversación le comento a Marcelo sobre mi búsqueda musical para el film y él, amablemente, me recomienda un dúo electrónico llamado “Lluvia Ácida” proveniente de Magallanes. Marcelo me explica que ellos mezclan la electrónica y los sonidos industriales con instrumentos indígenas como ocarinas, palos de agua, charangos, etc y que además son asiduos consumidores de CF y Fantasía.

INT. LIVING CASA. NOCHE

En todo el viaje de regreso a casa pensé en la música de la película. Me siento frente al ibook y digito la url que me dio Novoa www.lluviaacida.cl, a primera vista me interesan.

Me contacto con Rafael Cheuquelaf, integrante de Lluvia Ácida, vía e-mail y al poco rato se concreta la entrevista de una de las bandas más australes del planeta.

Para comenzar ¿Quiénes son y qué es el proyecto Lluvia Ácida, cuál es el génesis de ustedes?

–Lluvia Ácida nace en 1994, como un proyecto de ruidismo casero de Héctor Aguilar, que en ese momento era vocalista de una banda de thrash metal llamada INFIDEL. En 1995 yo, Rafael Cheuquelaf, tomo conocimiento de esta idea y me integro a ella. Desde ahí en adelante, hemos desarrollado un trabajo constante de composición y publicación de discos, evolucionando desde un estilo frío y de perfil duro hacia un mestizaje de sonidos. Hoy somos un dúo que cultiva el género de la canción electrónica, que usa tantorecursos digitales y analógicos, así como instrumentos de viento y percusión latinoamericanos.

Ustedes se declaran ‘consumidores de CF’. ¿Esto influye en su música?

–Sí, desde el momento mismo en que nos conocimos. Vivimos a tres cuadras de distancia, pero ninguno sabía de la existencia del otro hasta que un conocido en común nos presentó a propósito de nuestros gustos literarios y musicales. Recuerdo haber mirado juntos muchas películas e intercambiado libros de autores como Arthur C. Clarke, Phillip K. Dick, Brian Aldiss, Stanislaw Lem, entre muchos otros. En Simulación (1996), nuestro primer disco, hay un tema dedicado a Hugo Correa llamado Los títeres y otros dos a Lovecraft, Hypnos y Marginalia. Y el primer tema del disco, llamado Sol verde, se inspira en una película de los años 70 llamada Soylent Green, que muestra un futuro apocalíptico de hambre y sobrepoblación. A pesar que nuestra música se ha orientado cada vez más a tratar temas de la realidad actual o histórica de Magallanes, siempre está presente la CF, que más que un género literario para mí es una actitud ante el arte y la vida. Es la conciencia de que lo que hoy es, mañana ya no será. O sea, que la realidad es perpetuo cambio y que no hayverdades permanentes. Es una idea libertaria y subversiva.

Con respecto a lo anterior, ¿Qué los inspira?

–Nuestra inspiración es el contraste entre la industria y los paisajes solitarios de la Patagonia. Aquí existe un ambiente ‘rural –industrial’, en donde lo tecnológico se hace presente en medio de parajes hostiles a la vida humana. Por ejemplo, en las plataformas petrolíferas en medio del Estrecho de Magallanes, en los yacimientos de gas en Tierra del Fuego, o en las bases antárticas. Por ello, nuestra música tiene poco que ver con la mayor parte de la música electrónica cultivada en Santiago o otras ciudades del país, que tiene una clara finalidad hedonista y es moldeada por las modas impuestas por los medios de comunicación. Nosotros no cultivamos una temática ‘urbana’ y nuestro sonido no es amniótico, tiene asperezas y busca situar al oyente en los parajes que nos inspiran, sacándolo de su casa y de su ciudad. Siempre hemos dicho que nos consideramos una mezcla de Francisco Coloane con Kraftwerk, la banda alemana fundacional del techno. Nuestros discos tienen un componente de aventura fronteriza y fueron hechos con un ánimo alejado de la globalidad. No usamos la música electrónica para sentirnos ciudadanos del mundo, sino para mostrar nuestra identidad patagónica al resto del planeta.

Cuéntennos acerca del proyecto «Antartikos», entiendo que es su más reciente trabajo.

–Es un disco que narra la historia geológica, biológica y humana de la Antártica, la última gran frontera de la Tierra. Es un tema que siempre nos ha atraído, a través de libros y documentales. Es un continente que ha sido escenario de historias conmovedoras y que aún guarda muchos secretos. Imagínate que los mapas lunares son más precisos y detallados que los de la Antártida. En Punta Arenas tenemos un contacto cotidiano con el tema y cuando miro los grandes rompehielos que atracan en el puerto, pienso que esos buques al servicio de los institutos polares internacionales son lo más parecido a naves espaciales exploradoras que voy a ver en mi vida. El disco fue rechazado por el Fondo de la Música, pero pudimos publicarlo en coproducción con el Instituto Antártico Chileno.

Hemos podido presentarlo en Santiago, en lugares como la Sala Master de la Radio Universidad de Chile y en la Sala SCD. Pero nuestro gran sueño está pendiente: presentar el disco en el mismo lugar que lo inspiró y ser los primeros que ofrezcan un concierto de música electrónica en el continente blanco. Al menos uno de nosotros ha logrado acercarse bastante, ya que en este momento Héctor se encuentra trabajando en un buque de pesca a la altura de las Georgias del Sur. Se ha contactado conmigo por medio de teléfono satelital y me ha contado que su barco ha pasado al lado de grandes témpanos. De experiencias como esa se alimenta nuestra música.

Por lo que vi en su página también cuentan con proyectos audiovisuales, la mayoría con temas de fantasía. ¿Alguna razón en particular?

–Hemos hecho algunos cortometrajes, aparte de nuestros videoclips propiamente tal. Dos de ellos están inspirados en obras de mi primo Oscar Barrientos, escritor de reconocida trayectoria e incluido en la antología Años Luz: Mapa Estelar de la CF en Chile. Yo veo esos cortos como una extensión de nuestra propuesta estética, que es mirar nuestro entorno inmediato con otros ojos e imaginar situaciones radicalmente distintas a lo que llamamos ‘normal’.

¿Qué es EOLO y por qué el nombre?

–EOLO es el nombre del dios griego del viento y de nuestro sello. Su logo es una representación gráfica de una turbina eólica. Es una imagen que para nosotros simboliza el único futuro viable, el de la reconciliación entre lo tecnológico y lo telúrico. En el caso de Magallanes, el viento es parte de nuestra vida y es un recordatorio del poder de la naturaleza austral, a veces benéfico, a veces letal.

Volviendo a su música. Independientes totales en la región más austral del mundo. ¿Cuál es el universo musical
magallánico, que los mueve?

–Magallanes está separado del resto del país por 500 kms. de hielo y recibió influencias culturales distintas a las de Chile en general. Imagínate que hasta los años 30 los magallánicos no tenían derecho a voto y la zona no era considerada región, sino como un territorio con un gobernador militar. Algo así como una colonia, pero que había logrado desarrollarse gracias a capitalistas audaces y sin escrúpulos. Al mismo tiempo que Punta Arenas encendía el primer alumbrado eléctrico del país, en Tierra del Fuego se cobraba una libra esterlina por cada cabeza de indígena Selk’nam. Así que el aislamiento ha marcado nuestra cultura, para bien y para mal. En lo musical, las influencias primarias son el folclor de la Patagonia Argentina y el de Chiloé, además de algunas manifestaciones heredadas de inmigrantes croatas. Aún hoy el folclor es la música que más vende en la región. También hay muchas bandas de rock de todos los estilos, e incluso una escena bastante desarrollada de hip hop. Pero siendo honestos, somos un caso especial, pues no tocamos en pubs y nuestras presentaciones son eventos especiales, que requieren una preparación cuidadosa. Y me parece que los músicos de acá siguen teniendo una mentalidad provinciana, en el sentido de idealizar lo que pasa en la capital y copiar todo lo que ven en televisión. Lo curioso es que a veces nos hemos sentido más comprendidos fuera que dentro de nuestra propia tierra, aunque lentamente nos hemos convertido en parte integral de la actual cultura magallánica.

¿Electrónica o industrial?

–Para nosotros no hay mayores distinciones, ya que en nuestro caso usamos la electrónica para emular timbres de tipo maquinal. Una fuente de inspiración constante para mí ha sido la pequeña industria metalúrgica. Mi abuelo tenía una y yo siempre iba allá, para escuchar los sonidos de los fierros y de las soldadoras, me parecía increíble y envolvente. Aún hoy me detengo cuando escucho un sonido interesante que sale de algún taller.

Según el archicitado Rodrigo Fresán, un país sin CF es un país sin futuro. ¿Cuál es su visión de nuestro Chile contemporáneo?¿Hay futuro?

–Claro que Chile tiene un futuro, ¿pero de que tipo? Veamos el presente primero: un país con grandes desigualdades sociales, gobernado por una clase política insensible desde una capital que parasita de las regiones. Hay algo que me molesta profundamente cuando veo los noticieros y leo los diarios y es el que se hable de Chile como una unidad homogénea, cuando en realidad solo se está pensando en Santiago. Mi idea del futuro es magallánica y patagónica, con imágenes de una economía sustentable y con un estatus de autonomía política. Si parece improbable, voy a contar lo siguiente: cuando Héctor y yo nos conocimos, especulábamos acerca una hipotética independencia, en onda CF. Años después, hay una bandera regional que está más presente que la chilena, que aquí simboliza a las Fuerzas Armadas y al Estado en general, pero no a nuestra tierra. Sé que estas ideas molestan a mucha gente, pero te aseguro que es lo que piensan miles de personas y no se atreven a expresar por temor a ser llamados antipatriotas. Estuve hace unos meses en Arica y vi en terreno la relación fría que tienen los chilenos con los peruanos y los bolivianos. Puro nacionalismo de ambas partes. Eso no se da entre los magallánicos y los argentinos patagónicos, y a pesar de cualquier medida que se tome desde Buenos Aires o Santiago, la relación va a seguir profundizándose. Esa es mi visión del futuro: autosuficiencia y hermandad entrelos pueblos australes para enfrentar los grandes desafíos que se vienen, que tendrán que ver con el Cambio Climático y el Fin de la Era del Petróleo. Al menos es el futuro con el que yo sueño.

Tú eres de apellido Cheuquelaf, sangre indígena corre por tus venas y usas la tecnología como arma para tu discurso. Me recuerdas a los personajes de Baradit (Ygdrasil) dónde lo tradicional se mezcla en forma violenta con lo hi tech, ciberchamanismo le llaman. ¿Cuánto de ese orgullo está en tú música?

–Es interesante que me preguntes eso, a propósito de lo anterior. En estricto rigor, soy descendiente de mapuche sólo en parte, ya que mi abuelo paterno ya era mestizo. Y por el lado de mi madre tengo ascendencia croata, belga y chilota. O sea que soy el resultado de varios flujos migratorios que confluyeron en Magallanes. Pero respecto a mi parte indígena, si estoy muy conciente de ella y siento una gran empatía con la cultura mapuche. Cuando he estado en los lugares que mis ancestros cultivaron, algo en mí es tocado. Hace unos años descubrí algo muy interesante. Resulta que el apellido Cheuquelaf se traduce literalmente como “ñandú de la pampa” y se originó hace siglos, no en Chile, sino en la Patagonia Argentina. Incluso encontré un pictograma que lo representa, una pintura rupestre con forma de ave corredora. De ahí el apellido cruzó los Andes en épocas prehispánicas, dando origen a un linaje en el que hubo varios caciques. Finalmente, mi padre llegó siendo niño a Magallanes y dejó la zona de La Frontera y el apellido regresó al mundo patagónico. Al pensar en ello, entendí mi relación con este lugar del mundo: de alguna manera yo era parte de una historia circular, de regreso a la raíz. Y yo me sirvo de la música para expresar esa idea. La historia de la música es una historia tecnológica, pero por primera vez siento que tenemos un abanico más amplio para explorar. Para mí, pueden convivir instrumentos de cualquier naturaleza, electrónicos y acústicos, si están al servicio de una idea clara. Creo eso se produce en nuestro caso, ya que sabemos quienes somos y qué queremos.

¿Algún próximo proyecto viene pronto?

–Nuestro nueva publicación la lanzamos en septiembre, que consiste en un DVD y un CD compilatorios, llamados ambos Elemental. Estos reúnen el trabajo de una década y lo mostraremos ante toda la comunidad. Algo más ambicioso es una cantata dedicada a la Federación Obrera de Magallanes, un colectivo anarcosindicalista de principios del siglo XX que llegó a ser muy poderoso y que finalmente fue exterminado por el estado chileno y la oligarquía local. Es una historia de lucha colectiva que merece ser recordada, porque el mundo actual se está pareciendo cada vez más al que ellos querían cambiar. Esperamos editar ese disco el 2007 o 2008.

¿Tocatas en Santiago o Valparaíso para verlos pronto en vivo?

–Por el momento no tenemos planes de tocar fuera de la región, la última vez fue en enero pasado en Santiago, ya que nos invitaron al Festival Teatro a Mil. Salir de aquí es difícil por el tema de los pasajes aéreos, que no son nada baratos. Si lo piensas bien, resulta que Buenos Aires es más cerca y más barato desde Santiago que Punta Arenas. Pero siempre hemos encontrado la manera de salir por lo menos una vez al año. Para nosotros es muy importante salir de la región y conocer nuevos públicos, de los cuales aprendemos tanto como ellos aprenden de nosotros. Solo así crecemos como músicos y como personas. Cuando pensamos que cada viaje es el último, ya se está gestando uno nuevo. ¡Así que es posible que nos veas tocar y comprueben si somos todo lo que se dice de nosotros!

© 2006, Rafael Cheuquelaf / Raul Pinto.

Austro Mutandis

Hace un par de meses en el café Rialto de Viña del Mar (me gusta este café porque se llama como un personaje de Jack Vance, ‘Rialto el Prodigioso’) Marcelo Novoa me comentó que había tomado conocimiento de una banda de Magallanes que se inspiraba en la cf: Lluvia Ácida. ¡Pero si yo los conozco!, dije inmediatamente, pero luego me pregunté… ¿de donde los conozco? Y fue así como los procesos mnemónicos comenzaron a operar y recordé a un individuo con el que fui compañero de curso hace como veinte años: Héctor Aguilar a quien todos conocían como Nego. Novoa me comentó que saldría algo sobre Lluvia Ácida en Puerto de Escape, pero antes que se publicara aquello y en mi calidad de editor de Tauzero, leí la entrevista que Raúl Pinto efectuara al otro miembro de Lluvia Ácida: Rafael Cheuquelaf. Nuevamente Mnemosine me susurró al oído y dije: yo a este tipo lo conozco, ¿o no? Escribí al mail de Lluvia Ácida y me respondió Rafael, quien está a cargo obligatoriamente de las relaciones públicas. El diálogo que se dio fue así:

Yo: “A ti te recuerdo del Liceo de Hombres pero en realidad no sé si llegamos a conocernos. Fuiste alumno de Hanny Berger en artes plásticas, ¿no? recuerdo haber visto u oído sobre un trabajo tuyo realizado con vinagre…”
Rafael: “Acertaste, fui alumno de Hanna Berger en el Liceo de Hombres. Y el Nego es ahora una especie de nómade moderno, que trabaja en varias cosas en lugares aislados de Magallanes. Una pregunta, tienes que ver algo con Sergio Amira? Porque yo sé que él fue amigo del Nego en la enseñanza básica. Yo lo conocí de pasada en un taller de dibujo, hace muchos años…”
Así que también conocía a Rafael Cheuquelaf aunque francamente sigo sin recordar nada de ese curso de dibujo salvo al profesor que era un tipo muy amargado que según me cuenta Rafael hasta el día de hoy usa la misma chaqueta. Rafael tuvo la amabilidad de enviarme todo el material de su banda (que no es poco) y junto al inefable e infalible rmundaca nos dijimos: Lluvia Ácida se merece un especial en TauZero, empezando por una entrevista-charla más extensa que la proporcionada por el amigo Pinto. Así que aquí vamos.

Yo estudié con Nego en el colegio (séptimo y octavo básico) y mucho me parece que Francisco Barría (Panchi) era hermano de un compañero de curso al que le decíamos “Chanchín”. ¿Me equivoco?

–Efectivamente, el Panchi es hermano de “Chanchín”. Claro que a él yo lo conocía por “Wicket” (el Ewok más famoso de la galaxia), un sobrenombre que le pusieron en la época del Liceo de Hombres.

Sí, ahora que lo mencionas recuerdo lo de Wicket, aunque considerando su contextura física más se asemejaba al Jefe Chirpa o incluso al Wampa.
¿Qué fue de Panchi? ¿Porque no siguió en Lluvia Ácida?

–Bueno, ahí lo que sucedió es que Panchi, que fue compañero de curso mío en el Liceo de Hombres, perdió el interés en LLUVIA ÁCIDA. No sé si le dio lata que me haya involucrado y se sintió fuera de lugar, o bien no le gustó lo que el Nego quería hacer: música electrónica en vez de ruidismo casero. Quizás hubo algo de ambos. Pero nunca nos hemos dejado de saludar. El estudió Técnico en Turismo en la Universidad de Magallanes y viaja de vez en cuando al Paine a trabajar. Él es una de las personas de nuestro ya largo pasado musical.

¿Cual era ese amigo en común que mencionas en el documental, ese que sirvió de nexo entre Nego y tú?

–Bueno, en realidad no era un amigo íntimo, más bien un conocido del cual no me acuerdo el nombre. Es un tipo muy extraño, al que conocíamos como “Ratonil” o “Nariz con ojo” (por lo narigón, se entiende), dedicado en su tiempo libre a traficar libros y discos. Si querías algo raro y difícil de conseguir, como un libro de García Márquez en rumano, bueno, ¡él te lo conseguía! Y a cambio de nada, sólo un poco de atención, pues era un tipo bastante solitario.

Mmm, me recuerda a Luis Saavedra.

Resultó que Ratonil conseguía artículos tanto para Héctor como para mí. Una tarde, en medio de un campeonato de ajedrez que teníamos con otros tipos, él me comenta acerca de alguien que vivía cerca de mi casa al que le gustaba la música electrónica. Y así empezó todo esto, con un trivial encuentro para intercambiar cassettes de Kraftwerk y de Depeche Mode.

Creo que fue en 1989 cuando supe de la existencia del Thrash Metal gracias a Nego, quien era un acérrimo fan de dicho tipo de música. Aun no tenía una banda (que supe por el documental se llamó Infidel) pero sí planeaba sacar un fanzine llamado Disneylandia si mal no recuerdo. ¿A ti te llamo la atención el thrash, el grindcore, death o cualquier tipo de música metalera en tu vida?

–La verdad es que no mucho, pero solo por ignorancia, no porque la encontrara mala. Es más, no escuchaba mucha música en mi época escolar, estaba más interesado en los cómics y en todo lo que fuera plástica en general. Aunque después empecé a valorar esa vertiente musical, en realidad cualquier cosa que se saliera de la norma. El thrash siempre lo encontré muy formal, demasiado virtuosismo ahí para mi gusto. En ese sentido me identifico más con el punk de los 70’s y el noise, siempre me ha interesado más los timbres que la cantidad de notas por segundo. Pero Nego es un metalero de corazón, de hecho hace poco volvió a cantar un tema de Infidel en un evento el año pasado. Y te puedo decir que sí sacó el fanzine Disneylandia y después otro llamado Possesor Terror. Se contactó con un montón de gente interesante dentro del estilo musical que abordaba. Pero eso es parte de su pasado primigenio. El siempre me dice que fue el único metalero de Punta Arenas que realmente evolucionó, que el resto se quedó pegado en lo mismo. ¡Y le encuentro toda la razón!

Digievolucionó querrás decir. Bueno, cuando escuchamos a Maiden vemos que tampoco han evolucionado nada (pese a que Armando Rosselot asegure lo contrario). El primer disco solista de Bruce Dickinson me gustaba mucho, ahí había un sonido diferente a Maiden, más Bowie, mas glam, mas T–Rex. ¿Has realizado música en proyectos solistas o con otra gente que no sea Nego en estos últimos diez años?

–Sí, la verdad es que he ocupado todo el tiempo libre que he tenido para hacer música, con o sin Nego (pero de preferencia con él). Publiqué tres discos con el seudónimo de NEBULA, proyecto solista que he presentado en vivo y que ha estado incluido en varias antologías chilenas y extranjeras. Y el primer disco de nuestro sello fue de un proyecto electrónico llamado LUMANIA, que grabamos con una amiga llamada Carol Vieytes y que ahora se dedica al diseño multimedia en Santiago. Pero LLUVIA ACIDA siempre está presente, es el único proyecto musical con el que realmente he logrado expresarme plenamente y recibir algún grado de respuesta.

Volviendo a Iron Maiden debo confesar que es una de las bandas que me ha marcado. Desde niño veía el Magnetoscopio Musical (que transmitían los domingos antes de los dibujos animados) y mis recuerdos de infancia están plagados de videos musicales, no sólo de Maiden, sino de otras bandas heavy metal como Twisted Sister, Accept, DIO y AC/CD. Cuando estaba en séptimo u octavo básico y era compañero de Nego, recuerdo que gracias a el se reactivó mi interés en Maiden e incluso fuimos juntos a comprar El Número de la Bestia a esa tienda en el caracol (¿te acuerdas como se llamaba?). En el documental cuentas que el re-diseño del logo que te encargaron marcó un antes y un después en Lluvia Ácida. Creo detectar una influencia del isotipo de Maiden en aquel diseño, ¿fue esto algo conciente de tu parte? ¿Escuchaste alguna vez a Maiden? Yo hasta el día de hoy los escucho aunque hasta el último disco antes que Dickinson se marchara.

–¡La tienda de la cual hablas es “Artecor” y todavía existe! Bueno, pasando al tema de Iron Maiden, sé que el Nego era un fanático de ellos. Yo no, pero me gustaban dos cosas: el tema Number of the Beast y las carátulas de los discos, no tanto el “Eddie”, sino los ambientes surreales en que aparecía.

Derek Riggs era el responsable de las portadas de Maiden y de los distintos looks de Eddie. Riggs fue artista exclusivo de Iron Maiden por años e irónicamente tras una década, descubrió que su ‘fatiga crónica’ se debía a envenenamiento por metales pesados. Y no me refiero al metal pesado al que estaba expuesto por su relación con Maiden sino a cosas como el mercurio en el agua y las tapaduras de sus muelas. La condición de Riggs lo hace sumamente sensible al metal, ¡el tipo se estaba envenenando sin saberlo! Pero volvamos al logo de LLUVIA ACIDA.

–Que horrible lo que me acabas de contar…, pero bueno, cosas peores pasan a cada rato. En esa época yo estaba pegado con H. R. Giger y por ahí había una conexión. El logo que diseñé para LLUVIA ÁCIDA tenía más que ver con una estética industrial, es como una placa de metal. La verdad es que cuando escuchaba los sonidos de los talleres metalúrgicos del barrio (mi abuelo tenía uno), no lo asociaba al Heavy Metal, sino a algunos pasajes de los primeros Depeche Mode, que era la música con la que rayaba en ese momento.

Bueno, si recuerdas mi casa (que se inundó por completo en ese aluvión del 87 u 88) estaba al lado de un enorme taller mecánico llamado Tovarias así que también tuve mi cuota de ruido industrial. Sobre Depeche, People are People tiene esos ruidos industrial al comienzo, ¿no? Es curiosa la relación entre la música y la literatura. Pablo Castro admite ser más influenciado por la música a la hora de escribir que otra cosa y dentro de sus grupos favoritos están Frontline Assembly, Rammstein y por supuesto Depeche Mode. Rammstein que versionó Stripped de Depeche, con un video donde se usan imágenes de las olimpiadas alemanas del Reich (pero donde no se ven swastikas ni a Hitler por ningún lado por supuesto). Rammstein me parece un grupo interesante a nivel visual más que nada ya que musicalmente no son distintos a Maiden en lo que a evolución se refiere. ¿Qué opinas de ellos?, ¿no han realizado nunca un cover?, ¿considerarían hacerlo? ¿Algún tema que a Nego o a ti les gustaría versionar?

-Nosotros tenemos esa misma influencia que mencionas, sólo que llegamos a eso por vías distintas, yo por el tecnopop y Nego por el death metal y el noise. En mi caso, a mí me parecía increíble la idea de una banda que no usara ni guitarras ni baterías tradicionales. Recuerdo haberme enamorado de ese concepto al ver una foto de Depeche Mode en vivo (en la época del disco 101), que un compañero de curso que se sentaba al lado mío tenía pegada en la tapa de un cuaderno. Ese concepto me sigue pareciendo futurista, a pesar que hoy se habla de “retrofuturismo”, “electroclash” o de otras lecturas revivalistas de ciertos timbres analógicos o de la primera generación de tecnología digital. Incluso a nosotros mismos nos han calificado de grupo “ochentero”, con una connotación tanto negativa como positiva. Cuando llevas haciendo música el tiempo que llevamos nosotros, te das cuenta que se trata de valoraciones cíclicas, que siempre vienen del mundo “urbano” (detesto esa palabra) santiaguino, en que tanto el snob como el ignorante (a menudo son lo mismo) están sometidos a los vaivenes de las modas y se camuflan con cualquier tendencia que parezca ‘cool’. Y, por supuesto, estas modas son dictadas en su mayoría desde el Primer Mundo e imitadas de un modo que inspiraría lástima a un europeo, creo yo.

Yo recuerdo con mucho cariño mis días de universidad en que mi única compañía era la música de Depeche Mode, Front 242, Front Line Assembly y otros similares. A los Rammstein los descubrí después y me gustaron al tiro, aunque viéndolo en retrospectiva, era más por su onda media wagneriana. Me gusta la idea de una banda que solo cante en alemán, aunque su envase musical sea bastante cercano al común del metal (con algunas programaciones). Me gustan sus videos y el uso que le dan a la imaginería nazi, ya que la usan como otros usan el satanismo o la pornografía dura. Siempre me llamó la atención que provoque más alarma una banda que utilice esos recursos expresivos que, por ejemplo, un cineasta. Eso lleva a pensar que la música es una expresión de tipo directa que no pasa por la racionalidad del oyente, va directo a sus emociones y estas son vistas como peligrosas por las clases dirigentes. ¿No decía Lenin que la forma más rápida de destruir una sociedad era por medio de la música? Sobre si hemos realizado covers, la respuesta es sí, lo hemos hecho. El primero fue Muevan las Industrias”, que para nosotros es un tema perfecto. No le sobra ni le falta nada. Pero no nos gustó el resultado, ya que es demasiado parecido al original, solo que un poco más rápido y con bajos más intensos. Y de ahí recién el año pasado nos animamos a versionar otras cosas. Tenemos un disco de siete temas del folclor magallánico en clave electrónica, citando a gente como Taller Alturas y Patagonia Cuatro, entre otros. Esperamos publicarlos algún día, ofrecen relecturas interesantes de temas que son parte del inconsciente colectivo local. Otra cosa que hicimos fueron dos temas de Víctor Jara, La partida (tiene un ritmo a lo ‘Trans Europe Express’) y El derecho de vivir en paz (en onda hip hip–industrial). Tocamos La partida la última vez que actuamos en Santiago, en enero pasado, con un soporte de imágenes de la época de la UP (marchas, trenes y mineros del cobre) y gustó bastante. Y El derecho de vivir en paz lo mostramos en un homenaje a Víctor Jara que se hizo el año pasado en Punta Arenas en presencia de su viuda y con muy buena recepción. Aún así, el hacer covers no es algo que nos entusiasme mayormente, ya que el poco tiempo que tenemos lo aprovechamos en cristalizar nuestras propias ideas, que todavía son hartas.

Cuando yo regresé de Inglaterra a mediados de 1992, Nego aun escuchaba Death y Thrash Metal pero también a Depeche Mode, Kraftwerk y Pink Floyd (de hecho se quedó con varios cassettes originales que me pidió prestados y nunca me devolvió el muy maldito, jejeje). Nos vimos poco durante aquel tiempo (yo estuve sólo cuatro meses antes de radicarme en Santiago), pero fue entonces cuando supe de la existencia del proyecto Lluvia Ácida. Curiosamente yo también estaba metido en la producción de experimentos sonoros, en Inglaterra junto a un tipo llamado Michael Vorhees (sí, Vorhees, igual que el de Martes 13) teníamos un dúo de electrónica experimental, yo componía, cantaba en español y me encargaba de plagar los temas con samplings. A mi regreso a Punta Arenas seguí con mis experimentos, tenía un sintetizador Yamaha y grabé algunas cosas de forma precaria bajo el nombre de Industrial Pollution. En esa epoca mis grupos favoritos eran KLF, Ministry, Nine Inch Nails, Faith no More, Beastie Boys y The Pop Will Eat Itself, entre otros. De no haberme ido de Punta Arenas, tal vez podría haber sido integrante de Lluvia Ácida, ¿o ustedes son como los Sith, sólo dos?

–Nego siempre me habló de ti, me contaba que te habías estudiado en Birmingham y lo decía con sincera admiración (él es una de las personas menos envidiosas que conozco). Qué interesante que me preguntes esto, porque Nego siempre me mencionaba tus gustos musicales y más de una vez pensamos que hubiera sido genial que estuvieras por estos lados. Hubiera sido un poco menos solitario el asunto. Pero, al menos en esa época, creíamos que ya habías tenido contacto con realidades más amplias que la nuestra y que era probable que no te interesara nada de acá. Un prejuicio, en todo caso, nacido de un provincianismo que estamos superando. La verdad es que siempre hemos sido sólo dos porque nunca nos hemos topado con alguien que compartiera nuestros objetivos, no porque seamos unos maniáticos egocéntricos. De más que podrías haber sido el tercer LLUVIA ACIDA, aunque no sé si te hubiera gustado el rumbo que tomamos. Quizás hoy sonaríamos muy distinto, o quizás no.

En el documental cuentas como fue el encuentro con Nego… me recordó un número de Ultimate X–Men donde Charles Xavier cuenta sobre la primera vez que conoció a otro mutante como él, a Magneto, y como la amistad se dio inmediatamente como algo natural. Esta pregunta, que parece de perogrullo, me parece sin embargo vital: ¿son tú y Nego amigos, más allá de Lluvia Ácida?

–Sí, somos muy amigos. No sólo se trata de juntarse a hacer música, se trata de compartir un sueño. Y también divertirse en cosas más triviales, viendo películas y tomándose una cerveza. Ambos hemos pasado momentos difíciles y siempre nos hemos apoyado. Después de diez años, te das cuenta que este proyecto musical ha durado más que relaciones de pareja o que otras amistades. Y se ha vuelto una parte esencial de nuestra vida. Es la parte irreductible, la que no transamos ni vendemos.

Sí, no es muy distinto a lo que ocurre con TauZero, Rodrigo Mundaca y myself. No llevamos tanto tiempo como ustedes sacando adelante nuestro proyecto, pero a estas alturas si no nos hemos mandado a la mierda creo que nunca lo haremos lo que auspicia una larga vida a Tau. En serio, creo que no podrías encontrar a dos tipos más diferentes que rmundaca y yo, nuestros gustos, referentes y cosmovisiones no podrían diferir más y supongo que eso es lo que hace que TauZero siga existiendo. En un nivel subconsciente y empujados por la forma en que vivimos hoy en día gran parte de las personas percibe a los otros en términos de rivales, de enemigos incluso. ¡Para qué hablar de las rivalidades literarias!, remitiéndonos sólo a algunos ejemplos nacionales: célebres eran las rencillas entre Huidobro, Neruda y De Rokha a quienes Eduardo Anguita bautizó como los tres antimosqueteros (todos contra uno y uno contra todos). O la rivalidad militante de los Mandrágora contra Neruda, o recientemente los enfrentamientos entre los ‘chicos de Marín’ y sus detractores, Zurita despotricando contra Bisama, Bisama enojándose con Marcelo Novoa, Novoa mandándome a la mierda a mí… Espera, esto aún no ocurre, debo estar vislumbrando un futuro posible… ¿Decías?

–Decía… Ah, bueno, la rutina diaria ya está llena de mediocridad y uno tiene que obedecer constantemente a cambio de dinero, haciendo cosas que en el fondo te interesan un bledo. Pero esta parte no la toca nadie y cualquier diferencia de opinión la conversamos directamente, sin ningún intermediario. Ya a estas alturas sabemos quienes somos y para que sirve cada uno, pero no hemos perdido las ganas de explorar nuevas posibilidades. Nosotros no tenemos grandes expectativas con esto, por lo que cualquier reacción favorable a nuestras creaciones, ya sea dentro o fuera de la región, nos conmueve y nos motiva a seguir, seguir y seguir hasta que ya no se pueda más.

Dices que sorprendentemente vivías a sólo unas cuantas cuadras de ese otro mutante llamado Nego y que nunca se habían conocido. De hecho y según me cuentas tu vivías a sólo UNA cuadra de mi casa y tampoco nos conocimos nunca (bueno, lo del curso de dibujo no cuenta por que al parecer no conversamos mucho, ¿no?). Yo he ido a Punta Arenas varias veces de vacaciones pero aun así nuestros caminos seguían sin cruzarse… Al parecer fue finalmente la ciencia ficción lo que posibilitó el encuentro. De verdad parece increíble que tipos que vivían tan cerca unos de otros, con intereses comunes no se conocieran antes o más.

–Si cosas como esa pasan en Punta Arenas, imagínate en Santiago. Millones de personas que se cruzan diariamente, pensando en el de al lado más como un posible enemigo que como un potencial amigo. Por eso, pienso yo, es tan importante cultivar pasiones, sobre todo las estéticas. Porque gracias a ellas es posible forjar nuevas amistades y retomar contacto con otras personas que rozaron tu vida. Si no fuera por LLUVIA ACIDA, Héctor probablemente nunca hubiera vuelto a saber de ti y yo no estaría conversando contigo. Y quién sabe, puede ser que algún día toquemos por donde estés tú ¡y celebremos ese encuentro como corresponde!

Sí, leyendo el Necronomicón en las playas conconinas para despertar a Chtulhu de su largo sueño, aunque no descarto regresar a Punta Arenas pese a no haber comido calafate ni babosear el lustroso dedo gordo del “indio” del monumento a Magallanes. Es bonita la plaza que fue escenario del video para Hotel Kosmos, sobretodo cuando ha caído nieve. Lo otro que es impresionante es el cementerio de Punta Arenas. En 1997 hice una exposición en la Galería Azul de Arte (de la cual fui curador y organizador) junto a dos buenos amigos: Ignacio Gumucio (hermano de Rafael) y Pablo Chiuminatto. Este último me dijo que el cementerio de Punta Arenas no tenía nada que envidiarla al Pere Lachaise de París (y Pablo vivió un tiempo en París). Tras el aluvión me mudé a Lautaro Navarro con Angamos, al lado del cementerio (de hecho de mi ventana se veían los nichos). Siempre iba a pasear al cementerio, incluso llevaba a mis pololas. ¿Cuál es tu relación con dicho lugar? ¿Filmará LLUVIA ACIDA un video allí algún día?

–Bueno, la Plaza de Armas que se ve en el video de Hotel Kosmos ya fue reformada, en un estilo que si bien no es feo, la hace demasiado parecida a otras del país. Onda estilo Bicentenario. Y el cementerio es un lugar fascinante sin duda. Sí tenemos un video con imágenes de allí, es de un tema del disco Magallania (2001) que se llama Plegaria, pero no está incluido en el DVD Elemental, por un tema de calidad de imagen. Pero no descarto volver a hacer algo parecido. De hecho, en el nuevo disco que vamos a empezar a componer va a aparecer sí o sí.

¿Estudiaste periodismo en Valdivia? Recuerdo haber visto una muy impresionante colección de freaks en la Universidad, terneros mutantes y bichos raros. ¿Tuviste la oportunidad de verlos?

–Yo estudié cinco años en Valdivia, así que durante nuestros primeros años LLUVIA ÁCIDA solo funcionaba en vacaciones de verano e invierno. Una vez, en 1998, el Nego me pasó a ver y aprovechamos de tocar en la Sala Ainilebu de la Corporación Cultural de Valdivia, junto a una banda de unos amigos llamada LADOSCURO. Nos caían muy bien, pero no tenían nada que ver con nosotros, eran algo así como La Ley con bases más tecno. Pero fue muy entretenido, pues era primera vez que tocábamos fuera de Punta Arenas. Tienes razón sobre la colección de terneros deformes de la UACH, estaba en la Escuela de Veterinaria y después los trasladaron al Museo “Carlos Adwanter” en la Isla Teja. ¡Bien impactantes los bichos en verdad!

En Valdivia vi la primer Batman de Tim Burton, aquel mítico verano de 1989. ¿Cómo convierto esto en una pregunta? Er… Tierras Magallánicas es un proyecto en el que Lluvia Ácida puso la banda sonora que no es muy distinto a lo que Danny Elfman hizo en Batman (lo logré). Recuerdo que a Metrópolis también le agregaron banda sonora pero a cargo de Freddy Mercury y otros cantantes pop de la época (la música de Lluvia Ácida sería más adecuada para el clásico de Fritz Lang ahora que lo pienso). Lluvia Ácida tiene una importante carga visual de la cual tú eres también responsable. ¿Qué cineastas, compositores de bandas sonoras o directores de videos te interesan o han influido en tu trabajo?

–Mis influencias visuales van por las películas de David Lynch, Andrei Tarkovsky, la ciencia ficción distópica de los 70’s, Star Wars y Star Trek (¡nunca he creído que ambas sagas se excluyan!), videoclips de Anton Corbijn, Chris Cunninghan, entre otros. También yo agregaría como influencias estéticas el Constructivismo Soviético, La Bauhaus, el Expresionismo Alemán, el Cine Negro, el Arte Precolombino, la Nueva Canción Chilena y la fotografía de registro de la Patagonia de comienzos de siglo XX. Sobre bandas sonoras, tengo una pequeña colección que incluye gente como John Williams, Jerry Goldsmith, Angelo Baladamenti, Howard Shore, Maurice Jarré, Wojciech Kilar, Nino Rota, entre otros tantos. Pero mi otra gran influencia es el cómic, concretamente Batman y series de la línea Vértigo de DC Comics, como los fundamentales The Sandman y Hellblazer. En general soy un fanático de la obra de Alan Moore, Neil Gaiman, Grant Morrison y Garth Ennis. Son tipos que renovaron todo el lenguaje del cómic y todavía no vemos en su totalidad las consecuencias de su obra.

Pues yo también aprecio mucho la obra de Alan Moore y Grant Morrison. Gaiman no me gusta tanto, leí su libro Humo y espejos y no era nada del otro mundo aunque si tenía una notable y perversa relectura a Blanca Nieves. Mis influencias a la hora de escribir (y de pintar también) proceden del cómic y de autores como Moore, Morrison, Warren Ellis y Kurt Buziek principalmente. De hecho hay un cuento mío en Aurora Bitzine titulado Anti 4 x F que dedico a Ellis y Morrison. Cuando por primera vez leí la Doom Patrol de Morrison allá por 1996 fue una experiencia casi equiparable a la de Ezequiel. Un verdadero punto de inflexión en mi manera de entender el proceso creativo y el arte en general. También ayudó la concordancia de Morrison con William Burroughs que ya se había convertido en todo un referente literario para mí.

–Que excelente es conversar con alguien que le da al cómic la importancia que merece. Bueno, Humo y espejos no es lo más notable que ha escrito Gaiman. Aparte de The Sandman, a mi me gustan sus novelas gráficas, como Violent Cases y Mr. Punch. ¿Viste Mirrormask, la película con guión suyo y con la dirección de Dave Mackean? A mí me gustó mucho, infantil y adulta al mismo tiempo, tenebrosa y luminosa a la vez. De Morrison he leído menos, tengo pendiente leer The Invisibles (para poder opinar si los Wachoswky la plagiaron). Oye, cambiando bruscamente de autor, el otro día vi el trailer de 300, la película basada en el cómic de Frank Miller. A mí me dejó estúpido, ojalá sea tan buena como aparenta.

Yo estoy a la espera de la película de los Transformers, vi una escena donde un helicóptero militar llega a una base, y sin que nadie cache nada, se transforma y empieza a dejar la cagaá. Putas, se me pusieron todos los pelos de punta. Pero volviendo a nuestro tema principal, ¿qué me puedes contar sobre Magallania?

Magallania, fue un videoclip con aspiraciones de cortometraje que hicimos en 2001. De hecho lo presenté en un festival local de cortos, pero no ganó. Sí se convirtió en el primer video que dirigí, siendo los actores el Nego y mi polola de entonces, Verónica Gallardo. Está grabado en Hi8 y en blanco y negro, en una playa a dos cuadras de mi casa, que estaba bastante más sucia que ahora. Recuerdo que trasladamos un maniquí como parte de la utilería y el viento casi lo derribó. Tiene una luz muy dura, algo frecuente aquí, lo cual le da una atmósfera algo radioactiva a la imagen. Ese video lo usamos para promocionar el disco del mismo nombre, que fue el primero que mostramos en Santiago, con una actuación en la SCD Bellavista, apenas una semana después de presentarlo en Punta Arenas. Ese momento fue como el fin de nuestra adolescencia musical, pues adquirimos más seguridad y fe en nuestra propuesta.

¿Me podrías contar algo sobre Mantiza? El encuentro de un músico thrasher y un new romantic parece tan probable como el de la máquina de coser y el paraguas de Lautreamont.

–MANTIZA fue una banda creada por Cristián Ponce en Punta Arenas en 1992. Yo me integré al poco tiempo de creada y durante un par de años fuimos un trío y posteriormente un quinteto, con un sonido bien extraño para el contexto magallánico, una suerte de banda dark con la torpeza de los primeros punk que después evolucionó a un tipo de ‘grunge progresivo’. El primer disco lo grabamos en 1995, se llamó El Refugio y fue el primero editado en un formato profesional y promocionado en serio en Magallanes por una banda de rock. Aprendí muchas cosas en ese período de mi vida musical, sobre todo en el ámbito de la grabación. Pero todo en MANTIZA giraba alrededor de la creatividad de Cristián y sus letras eran reflejo de su críptico mundo interior, así que yo no tenía mucha cabida ahí. Aunque sí compusimos juntos, sobre todo después de la disolución del quinteto, cuando grabamos Final del juego (título sacado de un cuento de Julio Cortázar). Pero nunca me sentí totalmente compenetrado en este proyecto. Por ello acepté inmediatamente la propuesta del Nego para dar impulso musical a LLUVIA ÁCIDA. Mientras que con MANTIZA tocaba teclados que apenas se oían, con LLUVIA ÁCIDA desde el principio tuve mucho que aportar. Durante un tiempo milité en ambos proyectos, siendo ambos parte del sello HARIJAN, pero a la larga esto se salió de las manos. Se empezó a cocer una mezcla explosiva de desconfianza, resentimiento y envidia. Y a principios de 2001, rompimos violentamente con Cristián y su hermano Jaime. Fue algo muy doloroso, sobre todo para mí, ya que los conocía desde casi diez años y éramos de verdad muy cercanos. Pero Nego y yo decidimos no bajar los brazos. Puesto que habíamos sido expulsados de un sello, tuvimos que crear el nuestro: EOLO. Con él que editamos todos nuestros discos y el de otros amigos que nos han propuesto publicarlos. ¡Y en eso estamos todavía!

En el documental haces alusión al olvido y escuchando y viendo la producción de Lluvia Ácida se ve que el olvido es algo contra lo cual ustedes combaten creativamente. Que me podrías decir con respecto al olvido y, en extensión, a la aparente mala memoria nacional.

–Creo que lo único cierto y seguro en el universo es que esté desaparecerá, al menos la versión en que actualmente estamos viviendo. Por ello el concepto mismo de eternidad parece vacío y sin cabida en el prosaico orden de las cosas. Pero sí existe en nuestros sueños, que son el reino de las cosas que nunca fueron, que no son y que nunca serán (estoy citando a The Sandman). Para nuestra mente, un instante breve puede prolongarse por días, años o siglos. Imaginamos conceptos como Eones o Gugoles, enormes cantidades de tiempo que nunca experimentaremos. Lo mismo pasa con las sociedades humanas, que están destinadas a desintegrarse para dar paso a otras. Pero la memoria, una de las capacidades distintivas de nuestra especie, es algo que nos salva de ser simples barcos de papel en la tempestad. Es la capacidad de saber de donde vienes y donde terminarás y que es lo que sucedió antes en el lugar por donde caminas. Si el arte es un combate contra el olvido, LLUVIA ÁCIDA es una lucha para perpetuar algo en un lugar donde cuesta levantar cualquier cosa. Magallanes está poblado hace más de 12.000 años, pero aquí se sigue considerando que la historia comenzó con la llegada de los europeos. Y eso tú lo puedes extrapolar a toda Latinoamérica, un continente donde la enorme mayoría no tiene rasgos caucásicos ni habla inglés y que tiene un riquísimo acervo cultural que constituye sabiduría para pocos y motivo de vergüenza para muchos. Yo creo que la memoria es algo frágil y que puede ser manipulada con una facilidad aterradora. Cuando pienso en la política chilena pasada y actual, recuerdo las historias de Phillip K. Dick, en que el pobre ciudadano a pie está inmerso en realidades diseñadas por poderes que no alcanza a distinguir, hasta el punto de no saber quién es realmente. Como artista, siempre me digo que tenemos derecho a reclamar el dominio de nuestra propia memoria, porque es lo único realmente nuestro. Y en el caso de LLUVIA ÁCIDA, esto no es pura palabrería. Nuestro próximo proyecto es una cantata sobre la Federación Obrera de Magallanes, un colectivo anarco-sindicalista que logró muchos avances hasta su exterminio en los años 20. Este es un tema sobre el cual aún hay un pesado manto de silencio y nosotros vamos a ayudar a ponerlo de nuevo sobre la mesa.

Lo de llamarse ‘Lindo amanecer en Magallanes’ era una broma de Nego, ¿no?

–¡Medio en broma, medio en serio! Lo que sucedió es que un conocido profe de música de Punta Arenas, el ‘Polo’ Romero (una especie de Italo Passalacqua local), en un espacio televisivo de ITV PATAGONIA criticó nuestro nombre, por considerarlo poco positivo. “¿Qué es eso de LLUVIA ÁCIDA?, ¡que feo! ¿Por qué no algo así como ‘Lindo amanecer en Magallanes’?” Así que cuando nos entrevistaron en el siguiente programa, hicimos un chiste sobre eso. Algo tan sutilmente bizarro que había que ponerlo en nuestro documental La dinámica del frío.

Sí, ubico a Polo Romero y sé que las comparaciones con Passalacqua se extienden más allá del simple gusto por la ópera. Él era un referente para muchos músicos o aspirantes a músicos jóvenes. Romero vivía junto a una radio, no recuerdo su nombre (parece que era Divina) pero era de un amigo de mi abuelo, Galmier Morales. Estaba al lado de la no tan famosa plaza de las focas… recuerdo una vez que fui de vacaciones y para mi sorpresa habían pintado cada una de las cuatro focas de la pileta de distinto color, ¡qué kitsh! Por ahí cerca había también una casa que en una muralla exhibía un mosaico muy extraño, como con una suerte de Moai alienígena o algo por el estilo.

–Sí, bueno, Polo Romero es un personaje algo controvertido, siempre figurando por cosas extrañas. Pero sé que hizo cosas importantes por la enseñanza musical en Punta Arenas, así que mejor no pelarlo más. Aunque te podría contar algo ‘off the record’ (ja, ja, ja!).

El primer tema que escuché de Lluvia Ácida fue Endurance y es junto a Sarmiento uno de mis favoritos. Mi primera reacción al oírlo fue de algo similar a Inti Illimani mezclado con The Future Sound of London. Una especie de Pato Manns electrónico… y la interpretación vocal se me antojó equiparable a la de Miguel Barriga y ¡oh sorpresa! Ahí veo en el documental al Sr. Barriga presentándolos en una tocata. Muchos recordaran a Sexual Democracia por sus canciones graciosas y pueriles, pero Barriga y los suyos tenían algunas interesantes composiciones como Sudamérica Suda que tuvo un video que hasta rotó en MTV. Sea como sea y como me pasó al leer el manuscrito de Ygdrasil de Jorge Baradit, el sonido de Endurance me noqueó como sólo algo nuevo pero con una gran tradición detrás puede hacerlo. Siguiendo con el ejemplo de Ygdrasil, esta magnífica novela de Baradit es muy nueva y contemporánea pero a la vez hunde sus raíces en el pasado, en las tierras que nutren y fortifican nuestro territorio. Es cf con color local, con identidad, algo que a ustedes les preocupa mucho y que se nota también. ¿Que me dices de la identidad y las raíces tuyas y de Lluvia Ácida?

–Endurance es un tema importante para nosotros. No sólo porque es parte de nuestro disco Antartikos y porque cuenta la odisea de uno de nuestros héroes, Sir Ernest Schakleton (que sobrevivió dos años varado en la Antártida, hasta ser rescatado por el Piloto Pardo). También lo es por su sonido, un híbrido entre tecnología y sonidos acústicos. También la forma de cantar tiene algo de arcano, no es realmente un tema de esta época. Y creo que transmite un sentido de aventura que siempre hemos buscado en nuestra música. Tú mencionaste al Pato Manns con toda razón. Soy un admirador de sus primeros discos, de hecho hay uno en mi equipo en este momento. Te voy a contar un talla: hace un par de años, el estuvo aquí a la vuelta de mi casa, en el quincho de los Buljan (¿te acuerdas de esa familia del barrio?). Nos pusimos a cantar juntos Arriba en la cordillera, yo tocando la guitarra. El me corregía los acordes, pero el huevón estaba tan curado que ¡yo tenía que corregirle la letra! Sé que suena bizarro, pero te juro que eso pasó.

Bueno, Manns vive aquí en Concón, no es precisamente mi vecino pero está en las inmediaciones. ¿Has leído alguna novela de Manns? Hace poco sacó una. En Concón también vive un poeta cuya obra me parece notable, Claudio Bertoni.

–Lo único que he leído de Manns es El corazón a contraluz, que trata de Julius Popper, un aventurero rumano que edificó un verdadero feudo en la isla de Tierra del Fuego. Claro que fantasea mucho y como relato de histórico no tiene nada, solo debes disfrutarlo como literatura, sin otra pretensión. A Bertoni lo he leído poco, cosas que publican en revistas o en la red, pero sí sé que es un tipo bastante desenfadado, que ve con distancia la admiración que su obra causa. Pasando a otro tema, ¿en serio mi voz parece la del Miguel Barriga? En un sitio web llamado www.disorder.cl mencionaron eso, ¡pero de una manera muy negativa! Ese comentario era sobre nuestra actuación en el festival PATAGONICA 2004, en que fuimos los únicos que cantamos y tocamos instrumentos acústicos. Para algunos talibanes de la electrónica fue una especie de sacrilegio, pero para otros fue un aporte. Sexual Democracia igual fue una banda que aportó, porque bajo esa fachada de grupo chistoso, los tipos tenían un cuento sureño que lograron popularizar. En lo personal, el Miguel Barriga se portó súper bien con nosotros. Gracias a él pudimos tocar por primera vez en Santiago en la Sala SCD, donde presentamos el disco Magallania. Imagínate que el tipo se consiguió plata con Entel Chile y nos la envió para que compráramos nosotros los pasajes de avión y puso a sus roadies a nuestra completa disposición. Si eso no es ser buena onda, ¿qué otra cosa sería?

Buena tela el flaco. Barriga también estuvo metido en la organización de Fixion 2000, aquella convención de ciencia ficción, fantasía, cómics, juegos de rol y todo lo concebiblemente ñoño que fue la causa por la cual me metí en serio en la literatura. Otro punto nodal más.

–No sabía que le gustara tanto el tema. Ojalá nos lo encontremos de nuevo un día de estos, de verdad que nos cayó muy bien. De nuevo cambio de tema: tengo hartas ganas de leer Ygdrasil. He leído varios artículos sobre ella y ya parece bastante claro que es un punto axial en la ciencia ficción chilena y latinoamericana, una suerte de contestación amerindia a Neuromante y The Matrix (¿estarás de acuerdo tú y el autor?).

Yo creo que Jorge estaría muy de acuerdo con dicha definición, aunque te aseguro que, por lo menos en mi opinión, Ygdrasil le tira cancha, raya y lado a Gibson y sobretodo a los Wachoswky.

El tema de las raíces es una de nuestras preocupaciones y de ahí volvemos al tema de la memoria. ¿Quiénes somos realmente? Yo lo tengo más o menos claro, sé que soy descendiente de mapuche, un pueblo que en algún momento de su historia emigró desde la actual Patagonia Argentina hasta la Araucanía. Mi propio apellido, Cheuquelaf, es un testimonio de ello. Significa ‘ñandú de la pampa’, una imagen definitivamente patagónica. También desciendo de croatas y de chilotes, ambos también pueblos de emigrantes. Pero si lo piensas bien, ¿qué pueblo no proviene de inmigrantes? LLUVIA ÁCIDA es una expresión de multiculturalidad, pero no de globalización acrítica, sino más bien de asumir que los magallánicos somos frutos de distintas culturas que encontraron en este confín del mundo su segundo hogar.

Pero Cheuquelaf es sólo uno de tus apellidos, el otro es Bradasic. Es decir, podrías haberte llamado perfectamente Rafael Bradasic y gente como Pinto jamás habría salido con aseveraciones onda: “Tú eres de apellido Cheuquelaf, sangre indígena corre por tus venas…” (sic). No tengo a mano los estudios sobre la genética nacional, pero Me parece que la gran mayoría de los chilenos, incluyéndome a mí y a Pinto, tenemos sangre indígena corriendo por nuestras venas. La excepción supongo serán la clase alta de ascendencia visigoda, por que hay quien asegura que los españoles que llegaron a Chile eran visigodos. Mi bisabuelo paterno llegó desde Grecia a Punta Arenas, por ejemplo, y de ahí mezcló sus genes con una chilena. Mis bisabuelos maternos llegaron desde España, y sus hijos que eran 100% europeos mezclaron sus genes con chilenos… O sea, a estas alturas, ¿Quién no es un mestizo?, ¿un crisol de etnias? Por lo demás el concepto de raza está comprobado obsoleto en términos científicos.

–Bueno, Raúl Pinto me preguntó sobre que significaba para mí llevar un apellido paterno mapuche. Esa pregunta no me parece errada, no porque crea que un apellido o ascendencia me hace genéticamente especial o algo así, sino porque un apellido, queramos o no, es portador de cultura. Si no me apellidara Cheuquelaf igual me interesaría por el pueblo mapuche, pero no podría citarte ciertas historias familiares que se han traspasado a lo largo de 300 años. Recuerda que los mapuches cultivan la oralidad e incluso tienen ‘géneros’ que no tienen paralelo fuera de su sociedad. Por ejemplo, el ‘ñitram’, que traducido aproximadamente significa ‘conversación con uno mismo frente a otra persona (pero sin hablarle a ella) mirando una fogata’. Si yo no me apellidara Cheuquelaf, creo que nunca me hubiera preocupado por entender esa idea. Hace un tiempo, en Bariloche, encontré un pictograma que representaba al ñandú, que fue algo así como un ave totémica para algunos antepasados míos y eso me emocionó mucho, pues me sentí conectado con un pasado remoto del cual solo soy una prolongación. También me emocionó escuchar a mis padres contarme sobre una visita que hicieron en verano a Croacia y su descripción de la isla de Brac, en la costa de Dalmacia. Y también he escarbado en la rama chilota de la familia de mi madre. Yo nunca he creído en el concepto de ‘raza’, es excluyente y a la vez eficiente como herramienta de manipulación política. Yo creo en las culturas y todos somos el resultado de una sumatoria de ellas y, de alguna manera, todos somos semillas de las culturas del futuro. Creo legítimo interesarse en las culturas a las que pertenecieron tus ancestros y comprobar si hay algo de ellas en ti. Yo lo he comprobado de manera personal e íntima y creo que eso nace de una elección que cualquiera puede tomar o rechazar. Como dijo Borges, porqué limitarse a una cultura, si podemos aspirar a todas. Para mí se trata de eso. La biología solo por sí misma no puede describir la increíble complejidad de una sola persona, solo la cultura termina de dar algún sentido a su existencia y el lugar que ocupa en el tiempo.

Así que en Perú estuvieron segundos en el ranking de las FMs, codeándose con Ramazzoti, Big Daddy y la Torroja. ¿Como ves la proyección internacional de Lluvia Ácida? En vuestro caso a diferencia (y excúsame los ejemplos) de la Ley, Los Tres, Lucybell o Saiko el radicarse en México seria un atentado contra el concepto mismo que anima al grupo, ¿no? A lo que me refiero es: pareciera que Lluvia Ácida no puede hacerse desde otro lugar que no sea Magallanes. La región es como el tercer integrante, ¿no? Sin ella no serian lo mismo.

–Es interesante que me preguntes eso, porque ahí está uno de los pilares de nuestro proyecto. Mira, nosotros nunca hemos criticado a nadie que se vaya de su terruño a tomar lo que éste ya no puede ofrecerle. Hablábamos hace un momento de la inmigración y de su importancia como formadora de nuevas culturas. Pero nosotros aspiramos a otra cosa, a algo ambicioso. La pregunta que formulamos es: ¿Será posible aprovechar las herramientas de la globalización para dar a conocer al resto del planeta quién eres tú y donde vives, sin renunciar a tu residencia e identidad? Digo que responder a esta pregunta es ambicioso, porque es difícil hacer arte aquí. Me refiero a un arte con objetivos altos. Tienes que soportar muchos ninguneos y escuchar demasiadas tonteras. Debes aceptar que cualquier tipo que se vaya de aquí y consigue algo de fama mediática, aunque sea a base de estupideces, es más valorado que nosotros, los que escogimos quedarnos y dotar a esta región de una nueva estética y de otra forma de contemplarse a sí misma. Más que un tercer integrante, nuestra tierra es la sustancia de nuestra música. Si nos fuéramos de aquí de manera permanente, todo lo que hemos cantado y grabado carecería de sentido, o al menos perdería toda conexión con nosotros, como si ya no fuéramos integrantes de LLUVIA ÁCIDA, sino de otra cosa. A veces nos hemos preguntado hasta cuando podemos mantener esa línea, cuanto material nos da nuestra tierra para seguir creando. Y cada cierto tiempo, aparece un nuevo tema, una nueva aventura de investigación, composición y grabación. Y después de cada disco y su promoción, siempre viene lo mejor: ¡el siguiente disco! Disfrutaremos de esa sensación todo el tiempo que podamos.

¿Que me dices de la recepción local? ¿Es Lluvia Ácida un grupo que escuchan sólo ciertos ‘iluminados’?, ¿música para músicos? ¿Son algo más que una ‘curiosidad’ para los medios? ¿Sienten que a nivel local son valorados como corresponde o debiera corresponder de acuerdo a vuestros propios estándares?

–Creo que ocupamos un lugar dentro de la cultura magallánica, pero la inmensa mayoría solo nos conoce por el nombre. Obviamente que para los medios locales seguimos siendo una rareza, en medio de un ambiente musical tan retrógrado como este, pero siento que la gente que nos ha escuchado nos respeta y ha entendido de manera clara cual es nuestro propósito. No tenemos problemas con la difusión mediática, incluso tenemos más facilidades en ese sentido que una banda de Santiago. Siempre pienso que todavía no se ha reconocido completamente nuestro aporte, pero sí vamos rumbo a eso, lo que en ningún caso se va a materializar en dinero o fama. Yo me conformo con que nos recuerden como un proyecto comprometido y original, original en el sentido de tener conexión con su origen. No llamaría ‘iluminados’ a quienes gustan de nuestra música, por muy pocos que sean. Son simplemente personas que se sienten fascinadas con los mismos temas que a nosotros nos importan. Y hay entre ellas músicos y no músicos. Todos tienen en común esto: que no les atraen las bandas ‘virtuosas’, sino las que portan ideas y nosotros definitivamente ofrecemos eso. Nosotros no creemos en la música como evasión y siempre van a haber personas que valoren eso, no importa si les guste el rock, el folclor o la electrónica.

De los videos me interesó particularmente Austro Mutatis, dirigido por Leonardo Medel. En dicho video ustedes a través de sus aparatos electrónicos convocan a una musa en lo que parece un teletransportador defectuoso ya que solo al final se vuelve corpórea por completo. Me recordó ciertos videos de Floria Sigismondi para Marilyn Manson y el stop motion de Harryhausen por supuesto. ¿Qué me puedes contar de este video?

–Ese video lo dirigió nuestro amigo Leonardo Medel, que hoy integra el Colectivo SURE, responsable de videos de artistas como Rosario Mena, Muza, Electrodomésticos y Gepe. Pero sus primeros videoclips, sino me equivoco, los hizo con nosotros. El es un fanático del stop motion y tiene una paciencia increíble para animar objetos y personas (¡pobrecitas!). Y le encanta… ¡Floria Sigismondi! Ese video lo hicimos en la casa de su mamá y él había acabado de salir de Cuarto Medio y varios compañeros suyos integraron el equipo de grabación. Nuestra musa holográfica se llama Daniela Kovacic, una talentosa pintora que actualmente estudia en Santiago. El Leo nunca quedó muy conforme con el resultado, pero a nosotros nos gusta mucho ese video, refleja muy bien la canción y su ánimo de transformación.

Supe por mi hermano que Daniela estudia en la Universidad donde yo hago clases, y que incluso es profesora ayudante. Ella fue polola de un amigo de mi hermano que a su vez es el hermano menor de un amigo mío de infancia: Juan Ramón Fernández Morrison alias ‘el Pollo’ que fue mi partner entre tercero y sexto básico allá en el campamento ENAP de Cullen, en Tierra del Fuego. Mi hermano también me comentó que tu primo Oscar Barrientos (antologado al igual que yo en Años Luz y cuyos libros de cuentos ambientados en Puerto Peregrino me han maravillado) pololeaba con una profesora de él. Mi hermano participó en un concurso de cortos donde también se presentó Austro Mutatis (ni él ni ustedes ganaron) y por último, tengo un cuadro de 1995 al cual titulé Austro Mutandis (no ‘mutatis’ pero bastante parecido) que ha servido de portada para el primer libro de poemas de mi amigo Armando Rosselot titulado Huesos de pollo bícefalo. Los puntos de conexión suman y siguen.

–Sorprendente, pero no tanto si lo piensas un poco. Basta con que ambos hayamos vivido en Magallanes y tengamos inquietudes y personas que las compartan cerca nuestro.

Tierra de Espectros es una de las formas en que Lluvia Ácida combate el olvido. Una colección de relatos de fantasmas, de experiencias sobrenaturales que hasta incluyen alienígenas. Se dice que Punta Arenas es una zona caliente en cuanto a avistamientos de OVNIs, yo nunca he visto uno (y mucho menos un fantasma) y si bien creo que el fenómeno existe, descarto que sean visitantes ‘extraterrestres’ y me irrita el vínculo que se hace entre los platillos voladores y al literatura de ciencia ficción. ¿Has visto algo raro en Punta Arenas?, ¿Qué opinas de los OVNIs? ¿Crees que OVNIs y fantasmas son parte de un mismo fenómeno como plantean ciertos investigadores?

–Mira, yo he visto un par de luces extrañas, pero nada que califique de ‘nave espacial alienígena’. Aunque muchos conocidos míos fueron testigos de un avistamiento hace más de diez años, cuando un enorme objeto sobrevoló Punta Arenas. Vi una filmación que hicieron y la cosa parecía el ‘Enterprise’ en la oscuridad. Así que no sería tan tajante en negar cualquier posibilidad de actividades alienígenas. Pero entiendo tus reservas sobre el tema, de hecho yo igual las tengo. Hay demasiado charlatán aprovechándose de la credulidad de la gente. Cuando con Nego grabamos Tierra de espectros, recolectamos historias de fantasmas contadas por gente de nuestra ciudad de distintas edades y ocupaciones (para después combinarlas con nuestra música). Pero no con la actitud de parasicólogos, sino más bien de antropólogos que estaban escarbando en las raíces de nuestra cultura. El miedo a la muerte y a lo que no vemos es universal, pero toma formas distintas en cada rincón del planeta. Para mí los OVNIS son parte de lo mismo. Es una forma concreta de nuestros temores y esperanzas. Antes eran las carrozas de los dioses y las hadas los que secuestraban gente. Obviamente que los mitos se ponen a tono con la tecnología (y no creo que al revés) y con la llegada de la era atómica se populariza el fenómeno OVNI. Quizás ya se están creando nuevos mitos y supuestos fenómenos paranormales relacionados con las actuales tecnologías informáticas y de telecomunicaciones. Pienso que se va a volver a la idea de los ‘Intraterrestres’, habitantes invisibles del planeta y popularizados por los ocultistas de principios del siglo XX, pero ya no surgirán desde el fondo de la Tierra, ¡sino que desde nuestras pantallas de plasma! Ahora, todo esto que acabo de decir se va a ir a la basura el día que veamos en CNN el arribo de una flota alienígena. Ahí se acabó la discusión…

Bueno, si vienen en son de guerra y son como los de Shyamalan, nos conseguimos unas pistolas de agua y cagaron, jejeje.

¡Bastante estúpidos serían si se les ocurre invadir un planeta cubierto en un 70% de agua!

Me dio mucha risa esa entrevista en Via X con Pia Ciccero y el Chico Jano. Nego tenía una cara de “cállate ahueonao” todo el rato y el chico ese decía: ¡que looooooooco! ¿Es idea mía o estaban un poco fuera de lugar? ¿Quien era el tercer tipo que estaba ahí? ¿Has escuchado a Lulu Jam?

–Ese ha sido uno de nuestros momentos más curiosos, sin duda. Ellos fueron muy simpáticos con nosotros, pero es difícil explicar nuestras ideas en un programa así, con música a todo volumen y con ese formato tan pendejo. Pero hicimos lo que pudimos. El que estaba al lado nuestro es Hugo Espinoza (aka Mika Martini), ex integrante de Ud. No!, y estábamos con él promocionando una tocata conjunta en La Batuta en mayo de 2003. El es uno de nuestros mejores amigos hasta el día de hoy y es parte del netlabel PUEBLO NUEVO, que sin duda es uno de los fenómenos más importantes de la nueva electrónica chilena. Una anécdota: la Pía Ciccero me dijo al final del programa que ojalá LLUVIA ÁCIDA y LULU JAM tocaran juntos algún día. Y yo le dije ¡ojalá, pues! A veces uno tiene que hacer esas cosas. Esto de la farándula, oye… (¡ja, ja, ja!). En todo caso, como proyecto mercenario de Daniel Vigliensoni LULU JAM es todo un acierto, ¡realmente lograr hervir hormonas! No toda la música tiene que ser tan seria, ¿no te parece?

¡Dime eso tú! A veces encuentro que LLUVIA ACIDA es demasiado serio. Ustedes no harían por puro wevear un cover de Erasure por ejemplo. Cómo que da la impresión que toda su música debe tener una justificación, un contexto histórico–regional, ser fruto de una investigación…

¿Tú crees que somos demasiado serios? ¡La verdad es que como personas no lo somos mucho! Y eso hace que nos volquemos a temas que no son para reirse precisamente. Suena contradictorio, pero así es. Y solo hablamos de temas que en verdad nos interesan. Y esos temas no justifican nuestra música, sino que esa música refleja nuestras inquietudes. Creo que ya hay bastante gente que juega a la parodia bastante mejor de lo que podríamos hacerlo nosotros. Eso del “kitsh” y el culto al plástico no me interesa mucho. Para que LLUVIA ÁCIDA hiciera covers de cosas “ultrapop” tendríamos que tener una necesidad que no sentimos, la de querer hacer reír al mismo tiempo que tocamos.

Como Les Luthiers

Para nosotros la música es un acto de construcción y concentración. Te doy un dato: antes de cada tocata nosotros ensayamos unas tres o cuatro veces como mínimo, porque en vivo cantamos y tocamos instrumentos tanto electrónicos como acústicos, no estamos mirando laptops. Creo que tenemos tanto que dar y tan poco tiempo para hacerlo que uno ya tiene clara sus prioridades. Pero eso no significa que no nos riamos con un tema de Sinergia, por darte un ejemplo. ¡Tan graves no somos tampoco!

En una entrevista radial dices: “quizás se podría decir que dentro de unos siglos la Antártida va a ser considerado el lugar donde el hombre se entrenó para explorar otros mundos.” Una gran frase sin duda. El continente blanco y la cf están íntimamente ligados, ahí tenemos Frankestein por ejemplo… ¿Has leído las aventuras de Arthur Gordon Pym y esa suerte de continuación de Lovecraft llamada En las montanas de la locura? ¿Has leído a Miguel Serrano?

–La Antártida es una de nuestras obsesiones y la compartimos con mucha gente. Una vez un escritor conocido mío, que hace años filmó un documental allá, me miró directo a los ojos y me dijo: “¿tú también tienes la fiebre, no es cierto?“. Es que los territorios polares son una especie de lienzo en blanco en donde los hombres vuelcan su imaginación. La Antártida es el lugar más hostil y primitivo del planeta y, como le comentaba a Raúl Pinto, es menos conocido que la superficie de la Luna. Es un territorio lleno de misterios, del cual conocemos solo su superficie. Por supuesto que he leído las obras de los escritores que me mencionas (te faltó “La esfinge de hielo” de Julio Verne).

Volviendo a Miguel Serrano, él ya en 1948 cuando publicó su ensayo La Antártica y otros mitos, dice que el Polo Sur es el sexo del mundo, su parte sensible e irracional, en las antípodas del Norte lógico y utilitario. Serrano especula que la Antártica puede ser en realidad al Atlántida, desplazada de su posición original por cataclismos y otros fenómenos geológicos. Serrano al igual que Verne y John C. Symmes (que influyó en Jeremiah Reynolds, impulsor de la primera expedición norteamericana a la Antártida), Serrano cree en la teoría de la Tierra hueca y ve en el Polo una acceso a ella. Debo confesar aquí y ahora, que no he leído La esfinge de hielo. ¿Qué me puedes contar de ella?

–La esfinge de hielo de Verne también es una continuación de Las aventuras de Arthur Gordon Pym. La escena final es inolvidable, cuando llegan a un Polo Sur coronado por una montaña magnética de color negro que atrae todo el metal a su alcance, desarmando barcos y matando a cuanto explorador intenta acercarse. Los protagonistas, con ropas desprovistas de metal, logran aproximarse y descubren un cadáver todavía pegado en la roca. Son imágenes muy poderosas, creo yo. Y sobre Lovecraft, debo decir que obra es una de las influencias primarias de LLUVIA ÁCIDA. El Nego me prestó hace diez años Las montañas de la locura y su argumento jamás se me ha olvidado. También he leído a Miguel Serrano. Más allá de sus creencias políticas (que no comparto en absoluto), es súper interesante constatar que a través de él se expresa toda una suerte de conspiranoia antártica: la expedición nazi al Polo Sur, la toma de posesión del territorio bautizado como Nueva Suavia (que fue real según mapas descubiertos recientemente), las supuestas bases enterradas en el hielo que habrían refugiado a los últimos nazis. De hecho, se menciona por ahí el dato acerca de la cantidad de soldados y submarinos destacados en Noruega que, en vez de rendir sus armas, simplemente habrían desaparecido. O el testimonio de balleneros de las Islas Malvinas que dijeron haber sido asaltados por un submarino alemán… en 1947. Más que a supuestos extraterrestres, habría que poner atención a esos hechos medios anómalos. Otro caso:

¿Has oído hablar del Lago Vostok? Es un gigantesco lago enterrado bajo 3.000 metros de hielo, el cual ha generado una serie de especulaciones. A principios de los 90, supuestamente se evacuaron bases que estaban cerca del lago y según testimonios apareció un equipo de la NSA (la más poderosa agencia de inteligencia de EE.UU.). Se habló de un virus o de contaminación radioactiva, pero nunca se aclaró oficialmente el motivo de esta presunta evacuación. Hace poco, se detuvo una perforación que se estaba haciendo para llegar al agua del lago. Se adujo como motivo la posible contaminación de un medio ambiente primitivo que se habría preservado bajo el hielo durante 40 millones de años. Suena razonable, pero las dudas de muchos aun persisten.

En la misma entrevista Nego también se manda una frase para el bronce, al ser consultado por el locutor (otro compañero del liceo, Reiner Canales) sobre si acaso Vangelis había hecho algo con la Antártida responde: “si pero él (Vangelis) es griego y vive en una isla en Grecia, muerto de calor po’h hueon”. Ahí tenemos una clara muestra de la “identidad” de Lluvia Ácida, de cómo el trabajo de ustedes sería una apropiación mas genuina del territorio y me hace recordar también ese fiero y hasta a veces justificado recelo del magallánico hacia los forasteros y el “norte” que es todo desde Puerto Montt para abajo (o arriba, depende como el globo terráqueo se mire). Supongo que Nego tiene razón, y Vangelis grabando Antarctica sería tan raro como Lluvia Ácida grabando Atenas. Pero por otro lado el nombre “Antartikos” está en griego, y su sello Eolo es el nombre del dios griego del viento… ¿en tu opinión, no podría Vangelis adoptar la misma actitud que Nego? Jejeje.

–Mmmmm, a ver… Bueno, es cierto lo que tú dices sobre nuestro afán de apropiarnos de lo que consideramos “nuestro espacio”. Pero los espacios físicos y culturales no están nunca totalmente separados de otros. Por ejemplo, el solo nombre ‘Antártida’ ya nos remite a la antigua Grecia, que es uno de los sustratos más importantes de la cultura occidental. Y el nombre de nuestro sello, EOLO, da cuenta de esa misma conexión. Esas palabras podrían haber sido latinas o germánicas, pero resultaron ser griegas, lo que realmente importa es lo que significan. En realidad el Nego se refería a otra cosa, no a la calidad musical ni a la honestidad de Vangelis (de hecho el Nego tiene el disco Antarctica), sino al valor que frente a eso tiene nuestra propuesta. Nuestro disco “Antartikos” tal vez no sea mejor, y definitivamente no es más famoso. Pero es la expresión de artistas que viven muy cerca del tema que aborda y creo que eso en sí mismo ya es algo especial. Tú mismo me decías anteriormente que no nos ves como un proyecto musical operativo fuera de nuestro contexto. Vangelis es conocido a nivel mundial porque compone una música preciosa más que por ser griego (aunque sigue siendo evidente en su sonido que lo es). Nosotros no aspiramos a ese status, no creo que nuestra música sea para un público amplio. Lo es solo para quienes se interesen de verdad en las temáticas que planteamos. Y afortunadamente, los interesados son muchos más de los que creíamos. Yo creo que un artista puede abordar el tema que se le antoje, pero ponte en nuestro lugar para entender nuestro punto de vista. Cada cierto tiempo tengo noticias de música inspirada en los selk’nam, por darte un ejemplo, compuesta por alguien desde Europa o en Santiago. Y puede haber sido hecha por un excelente e informado compositor. Pero algo va a faltar, eso que para mí es un componente telúrico, difuso pero real. Y eso no nos falta a nosotros, porque componemos sobre cosas cercanas a nuestra experiencia. Somos personas que han viajado por su región por aire, mar y tierra, hemos tocado el hielo con las manos y soportado los vientos de la pampa. Conocemos nuestra historia y hemos conversado que gente que sabe aún más de ella. Vangelis perfectamente podría grabar un bello disco sobre la Patagonia tal como lo hizo sobre la Antártida, pero el tema sería para el una abstracción, una expresión de paisajismo. Nosotros no hacemos música multifuncional y que sea bella solo por su sonido, sino que nos involucramos a fondo en el tema. Básicamente, contamos historias a través de medios acústicos.

El interés de Lluvia Ácida por exploradores como De Agostini puede sin mucha imaginación compararse a su exploración musical. Esto lo digo porque me parece que las temáticas de Lluvia Ácida refuerzan la identidad del proyecto, es una tautología pero después de todo y como diría Duchamp, todo es tautología.

–Es interesante lo que me dices, porque uno se pregunta a veces si el tema de la identidad es lo que te inspira o si realmente es uno el que ha creado su propia idea de identidad. La experiencia de ponerle nuestra música al documental Tierras Magallánicas de Alberto de Agostini nos dio una respuesta. Resultó que editarlo fue muy fácil, ya que a pesar de no quitarle ni un solo cuadro, la música se acomodaba perfectamente a las imágenes. No solo en ambientación, sino que también a nivel rítmico. Muchas personas me han preguntado si la música la compusimos especialmente para el documental y se sorprenden cuando les digo que no, que es una selección de nuestra discografía. Yo llamo a eso una ‘confluencia estética’. Creadores de épocas distintas estaban pensando en lo mismo y eso permitió superar la barrera del tiempo, pues nuestras visiones no se contrapusieron, sino que se complementaron. Cuando veas el documental te vas a dar cuenta de ello.

¿Cuál es tu visión u opinión sobre el extermino de los pueblos originarios de Magallanes?

–Es una horrible cicatriz que se ha querido mantener más o menos oculta. Digo más o menos porque actualmente ya es un hecho de conocimiento público que los capitalistas a los que se llama “pioneros” cometieron un etnocidio, pero sobre las ganancias que eso reportó para esos criminales de cuello y corbata y para sus actuales descendientes… no se habla. Así que falta mucho para recuperar plenamente ese fragmento de memoria trágica. A veces olvidamos que la historia está pavimentada de cadáveres, generalmente de inocentes sacrificados por el poder del dinero. Eso es lo que pasó aquí. Y si hay algo que siempre estará presente en el Magallanes actual y futuro es la ausencia de sus primeros habitantes. Cuanto conocimiento se perdió, cuanta belleza y sabiduría desaparecieron, nunca lo sabremos del todo. Lo único que tenemos son fragmentos de culturas enteras y ya eso es muy valioso para las generaciones venideras. Te cuento algo más. El año 2001, antes de grabar Tierra de espectros, recibí un encargo muy especial. La familia de Ursula Calderón, residente de Villa Ukika, Isla Navarino, y una de las últimas yaganas con dominio de su idioma original, deseaba registrar en nuestro estudio algunos relatos y canciones que ella todavía guardaba en algún rincón de su memoria. Por medio de la gestión de su hija Julia González y de Patricia Estivill, logramos concertar una jornada de grabación. Y llegó a nuestra sala de ensayo una anciana tímida y discreta, de ojos oscuros que miraban detrás de gruesos cristales y que con dificultad se acomodó frente al micrófono. “Ya, abuela, cuéntenos una historia”, le dijimos. Entonces algo cambió en la habitación, cuando con un delgado y susurrante hilo de voz la anciana comenzó a tejer historias que parecían datar de los inicios del tiempo. De sus labios brotaban imágenes que con el curso de los relatos se tornaban bellas o escalofriantes, hombres que se metamorfoseaban en animales o rocas que tomaban la forma de monstruosos gigantes. Escenarios como el Canal Beagle y el archipiélago austral, que nos resultaban familiares, tomaban una nueva y alucinante forma. A pesar de la precariedad técnica de nuestra grabación, en que los ruidos de la ciudad no están del todo ausentes, buena parte del ambiente que se creó en esa sesión quedó captado.

Después de aquella singular jornada, nuestra música comenzó a presentar cambios significativos. Seguía teniendo una base electrónica, pero comenzaron a asomarse timbres acústicos, de instrumentos de cuerda, viento y percusión. En lo temático, dejamos de fantasear con temas alejados de nuestra realidad circundante y comenzamos a investigar aspectos poco difundidos de nuestro entorno. El resultado fue el disco Tierra de espectros (Eolo, 2002), una colección de relatos fantasmales magallánicos combinados con nuestra música. Allí incluimos un fragmento de la narración de Ursula Calderón para el tema Los Hanush (hombres salvajes y peludos de la mitología yagana, que secuestraban mujeres y mataban niños). Fue presentando ese tema en una radio en Coyhaique, en el año 2003, que me enteré de su fallecimiento. Ahora solo nos queda su voz, en un registro que se había convertido en uno de los últimos restos de una cultura. Una que había sobrevivido durante miles de años en los confines del planeta, y que ahora enfrenta la amenaza del olvido. Esperamos editar este material algún día.

Justamente Los Hanush es el tema que me pareció más ‘terrorífico’ de Tierra de espectros. La Sra. Ursula habla sobre el hanush como quien intentara explicarle la existencia de un animal llamado perro a un extraterrestre, con toda la naturalidad del mundo. El hanush parece representar la esencia misma de ‘el otro’, ese ser de cuerpo velludo, qué como el Enkidú de Gilgamesh representa el ‘lado salvaje’ (saludos a Lou Reed) de la humanidad, esa criatura que amenaza con robarse a nuestros hijos y a las mujeres también en las que engendrará más hanush.

–Imagínate lo que fue escuchar esas historias de labios de una anciana de ochenta años. Fue como si algo la poseyera, como haber grabado la voz de un fantasma a través de sus labios. Nosotros lo disfrutamos mucho, ya que siempre nos ha llamado la atención la increíble galería de personajes maléficos que surgieron de la mente de las etnias australes. De hecho, en varios discos de LLUVIA ÁCIDA hay temas bautizados con sus nombres, como ‘Ayayema’ (espíritu kaweskar de las pesadillas), ‘Walichu’ (señor tehuelche de la muerte) y ‘Kawtcho’ (ser de tres metros de altura, rojo, con púas en la cabeza y dedos en forma de garfios). Como bien dices tú, si examinas esos personajes, encontrarás correspondencias con los mitos de otras culturas. Es porque el hombre, no importa en qué época y en que lugar, siempre le temerá a las mismas cosas: a la naturaleza, a la oscuridad y a la muerte.

¿Qué me puedes contar de Mankacen y Ud. No?

–Ellos son amigos y destacados músicos de la escena electrónica de Santiago. MANKACEN es el seudónimo de Alejandro Albornoz. MANKACEN en lengua selk´nam (alguna vez hablada en toda la isla de Tierra del Fuego) significa “cazador de sombras” y fue el sobrenombre que los indígenas le pusieron al misionero y fotógrafo Martín Gusinde. El fue miembro fundador de los pioneros del tecno en Chile, una banda llamada Artekknia que funcionó desde 1985 hasta 1995, dejando un disco llamado La última tierra. Hoy Alejandro está dedicado a la composición de música electroacústica y ha actuado en importantes escenarios, como el Festival de Bourges (Francia). UD.NO! es otra cosa, es el proyecto de otro buen amigo llamado Claudio Pérez, que está orientado al ciberjazz y al downtempo. Con él actuamos en La Batuta el 2003, donde presentó un excelente video de su disco Conexión Domeyko, su primer disco y que es un homenaje al científico polaco del mismo nombre (fundador de la mineralogía en Chile). Ellos dos, más otro amigo llamado Cristian Reyes (aka ANDROID), forman un grupo llamado COLECTIVO ELECTRONICO DE SANTIAGO, dedicado básicamente a la improvisación en vivo. El día anterior a la presentación de Antartikos, en la Sala Master en 2005, nos juntamos con Mankacen y UD. NO! A crear algunos temas. Estuvimos toda una tarde y salieron cuatro temas y material para un videoclip que yo edité aquí en Punta Arenas. El disco, que aún no tiene título, está esperando a ser editado. Es bien surreal y me parece que en algún momento hay darlo a conocer.

En una entrevista con Vladimiro Mimica, Hugo Espinoza (que es presentado como el ‘productor’ en Santiago de Lluvia Ácida) dice que al igual que al grupo Zinatel compuesto por un par de ex miembros de Illapu los anima la mezcla de electrónico y folclor. Habiéndolos escuchados a ustedes, a Gepe / Gepinto y sabiendo la existencia ahora de Zinatel te pregunto: ¿crees que se esta surgiendo un nuevo movimiento, estilo, subgénero o como se llame o son casos aislados? ¿La innovación de Lluvia Ácida es equiparable a la fusión de rock y folclore de Los Jaivas, por ejemplo?

–Nuestro ‘productor’, el ya mencionado MIKA MARTINI, también está trabajando en una interesante fusión de sonidos electrónicos y de viento andinos. Así que definitivamente tenemos algo en común con su búsqueda. ZINATEL está más en el plano de la canción, pero igualmente es interesante. Los tipos son buenos instrumentistas y por supuesto que lo que hacen es mucho más audaz que Illapu. Lo chistoso es que se lo dijimos y ellos pusieron cara de felicidad y dijeron “¿no es cierto que sí?”. Es interesante la postura que está surgiendo, en cuanto al rescate de sonidos folclóricos y su fusión con propuestas más actuales. Ahora que me mencionas a GEPE, te cuento que el estuvo hace unos días en Punta Arenas, actuando para un par de eventos que ayudé a gestionar. Estuve oficiando de asistente personal y llevándolo a conocer la ciudad. Nos llevamos tan bien que terminé alojándolo en mi casa y grabándole un tema en nuestro estudio, tema al cual LLUVIA ÁCIDA ya aportó con algunos arreglos. Me gustó su propuesta, la encontré honesta, emotiva y con una fuerza que solo da la sencillez. Espero que trascienda y se ponga por encima de cualquier moda pasajero en que la prensa quiera encasillarlo. Sobre esta mixtura entre lo folclórico y lo moderno, no tengo muy claro cual es nuestro lugar en este fenómeno, porque nosotros no nos consideramos parte del panorama musical chileno. O sea, vivimos en Chile porque hay un aparato administrativo que así lo dictamina y un buen montón de patriotas de uniforme (que están unos pocos años y se van sin dejar nada), pero lo que se considera ‘chileno’ es más que nada lo proveniente del Valle Central. Y nosotros estamos demasiado lejos como para ser una parte realmente activa de cualquier movimiento que está a 3.000 kms. de Magallanes. Ahora, sí creo que hemos llegado a coincidir con otros colegas en cuanto al rumbo que podría tomar la electrónica chilena. Digo “podría” porque no descalifico ninguna propuesta distinta a la nuestra. Ah, LOS JAIVAS son uno de nuestros grupos de cabecera. Obviamente ni soñamos igualar el impacto que ellos tuvieron en la música latinoamericana, pero creemos que ellos siempre serán una inspiración para quienes apuesten por fusionar lo tradicional y lo moderno. Pero sí que sería absolutamente increíble que alguien dentro de unos años, dijera “LLUVIA ACIDA hizo con la electrónica lo que Los Jaivas con el rock”. No sería un mal epitafio para este dúo.

Ningún escarabajo fue herido durante la filmación de Transpatagonia, ¿verdad?

–Te aseguro que ese pobre insecto fue bien tratado, como corresponde al actor de un video de LLUVIA ÁCIDA. Tengo una fijación con grabar imágenes de animales muertos (si revisas nuestro DVD “Elemental” vas a descubrir más de uno), ¡pero a los animales vivos los trato con mucho cariño!

Hace unos días hablaba con los santiaguinos que vinieron para una serie de actividades en Punta Arenas, entre otras cosas sobre el tema de la muerte. Ellos me contaban acerca de lo peligroso de las poblaciones, la delincuencia y todo eso. Aquí tenemos el mismo problema, pero aún así Punta Arenas sigue siendo un refugio. Yo creo que la naturaleza y la muerte van de la mano, sobre todo en esta zona. Ves animales muertos en la carretera, escuchas muchas historias sobre pescadores, ovejeros o trabajadores del petróleo que encontraron una muerte horrible en algún paraje solitario. Y me parece importante abordar ese tema por medio del arte.

TAUZERO
Octubre de 2006