TAZA DE LECHE
Alguna foto
no de ahora
quillotana
de algún muerto enterrado
en el Cerro Mayaca
me alegra el almanaque
porque este muerto
está muerto
de la risa
por Patricio Alfonso
Me imagino que una nota de este tipo, si se refiriera a otra persona, empezaría con las palabras “va a hacer un año que se fue” o “por estos días hace un año que no está entre nosotros”. Pero ocurre que estamos hablando de Sergio Meier, es decir, de un bromista tan inveterado y absoluto – en su propio estilo, que no excluye sino más bien lo contrario la máxima pulcritud y corrección – que ni la muerte ha sido capaz de detenerlo. Es más; al parecer no ha hecho sino proporcionarle nuevos materiales para su lúdico quehacer. Prueba de ello es el texto, que no sé si llamar poema, que figura a manera de epígrafe al comienzo de estas líneas. Lo escribí cuando Sergio estaba vivo y nada me hacía suponer siquiera que pudiera encontrarse enfermo. Fue luego de un paseo de ambos al cementerio situado en las no tan altas alturas de Quillota, el mismo que ahora alberga su tumba. Sólo Sergio es (no voy a decir “fue”) capaz de hacer este tipo de bromas cósmicas, de coger la materia del universo y enlazar de este modo lo cósmico y lo cómico, que acausalmente en el papel difieren por sólo una letra, y también lo trágico ( En vida perpetraba jugarretas parecidas, como cuando programaba un eclipse para recibir a sus amigos).