Primero fueron los perros.
Al principio todos guardaron silencio. Pero con el correr de los días sus aullidos comenzaron a cubrir la ciudad. Era como un clamor general lanzado desde los más secretos rincones. Era como si estuviesen llamando a sus amos, los que tuvieron, otros simplemente se unían al coro. Los callejeros deambulaban por las calles y de vez en cuando tomaban un cuerpo y saciaban su hambre. Los que estaban en los departamentos simplemente quedaron encerrados hasta morir de inanición. Los que estaban en casas y jardines, corrieron hasta el cansancio y Continue reading «La Ciudad»