“La Historia es nuestra y la hacen los pueblos.”
Una mañana de septiembre.
5:19 AM. Mis ojos se abren de un golpe, como saliendo de un coma. Sacudo la cabeza. La pantalla enclavada en la sucia pared a los pies de mi cama ya está encendida, como siempre. Mis sentidos se recuperan tristemente rápido de ese dulce y confuso momento cuando no sabes si aún duermes o ya estás despierto; el momento en que no hay realidad ni vacío. Lanzo un suspiro pensando que así debe sentirse nacer. O morir. La voz aguda de la mujer en la pantalla hiere mis oídos. Quizás sea por esa confusión mañanera que inconscientemente busco el control remoto para apagar ese infernal sonido. Me sonrío. “Qué ingenuo”, me recrimino recordando lo obvio. No hay control. ¿Para qué iba a necesitarse si sólo existe un canal? No necesitas preocuparte por las opciones cuando no las tienes. Me quedo mirando embobado a la mujer del canal del Consortium por unos segundos y siento la necesidad enferma de salir de esa habitación. Tal vez aún algo dormido, algo turulato, corro hacia el baño con la esperanza de dejar esa voz cantada y cínica atrás. Me vuelvo a sonreír. Había olvidado que aquí también hay una pantalla. Y en la cocina. Y en el pasillo. Y en todas partes. No necesitas preocuparte por las opciones cuando no las tienes. Continue reading «Manzana Roja»