The end is always near

Nombre: James Douglas Morrison
Alias: Jim, El Rey Lagarto
Grupo de filiación: The Doors
Nació en: Melbourne, Florida, EE.UU., el 8 de Diciembre de 1943
Falleció en: Paris, Francia, el 3 de julio de 1971

Nombre: William Seward Burroughs
Alias: Uncle Bill, William Lee, el Hombre Invisible
Grupo de filiación: Beatniks Nació en: St. Louis, Missouri, EE.UU., el 5 de febrero de 1914
Falleció: en Lawrence, Kansas, EE.UU., el 2 de agosto de 1997

Nombre: James Howlett
Alias: Wolverine, Logan, Arma-X, Patch
Grupos de filiación: X-Men, Alpha Flight, Fantastic Four, Clan Yashida, New Avengers, etc.
Nació en: Alberta, Canadá, a mediados del siglo XIX
Falleció en: un par de futuros alternos que no llegaron a ocurrir

De la anterior lista estoy seguro que mis potenciales lectores estarán familiarizados con al menos una de las personas citadas, porque he de hablar de personas y no de personajes ya que los tres son para mí igual de reales, ya que, cómo diría Miguel de Unamuno en Tres novelas ejemplares y un prólogo: ¿Cuál es la realidad íntima, la realidad real, la realidad eterna, la realidad poética o creativa de un hombre? Sea hombre de carne y hueso o sea de los que llamamos ficción, que es igual. Porque Don Quijote es tan real como Cervantes; Hamlet o Macbeth tanto como Shakespeare…

Es muy probable que de las tres prominentes figuras que he llamado a comparecer en mi escrito los dos James: Morrison y Howlett se disputen el cetro al más popular, de hecho tal vez no sería mala idea verlos enfrentados a muerte en el Celebrity DeathMatch de MTV, pero dudo que Jim Morrison fuese un digno rival para el mutante de las garras de adamantium, aunque ciertamente que se han visto resultados insospechados en el programa de Johnny Gomez y Nick Diamond. Tal vez si fuese una pelea de relevos, Morrison podría acudir a Ray Manzarek para que aburriera hasta la muerte a Wolverine con uno de los interminables solos de su órgano hammond, sabemos lo sensibles que son los oídos de Logan. Pero si se trata de una pelea de relevos Wolverine podría tener de compañera a Dazzler, que como todo marvel-zombie sabe puede convertir el sonido en energía y hacer estallar en pedazos a Manzarek y su órgano tal y cómo ocurre al final del video para Epic de Faith no More.

¿Será necesario que me adentre en la biografía de Bill, Jim y Logan antes de exponer las redes que los conectan? Tal vez valga una breve reseña, después de todo siempre cabe la posibilidad que estas notas posean algún propósito pedagógico para las nuevas generaciones (lo que no deja de ser discutible).

El Rey LagartoJim Morrison se interesó tempranamente por la literatura, era un alumno sobresaliente y poseía un CI de 149. Estudió Artes Teatrales en la Universidad de California y junto a su compañero de estudios Ray Manzarek (tecladista), John Densmore (en batería) y Robbie Kriger (guitarra), formaron el grupo que bautizarían en 1965 como The Doors, nombre proveniente del libro sobre la mezcalina de Aldous Huxley titulado The Doors of Perception, a su vez una cita un poema de William Blake: If the doors of perception were cleansed / All things would appear infinite. El primer álbum de la banda data de 1967 e incluía clásicos como Break on Through (to the Other Side) y The End. En julio de 1967 la banda tuvo su primer hit con Light My Fire.

Tal y como los beatniks a fines de los 1950’s intentaron unir el jazz y la poesía, Morrison encontró en la música una forma de canalizar su proyecto poético añadiéndole aspectos teatrales. El mítico alter ego de Morrison, el Rey Lagarto, apareció por vez primera en al álbum Waiting for the Sun (1968) en un poema impreso en el interior de la carátula del vinilo llamado Celebration of the Lizard King. Morrison decidió “explorar los límites de la realidad” abusando del alcohol y las drogas lo que afectó notablemente su performance artística. En 1969 en un concierto en Miami, Jim fue acusado de exposición indecente al mostrar su pene a una audiencia de 10.000 personas y fue arrestado luego del concierto para no provocar un estallido de violencia en el público. Luego de esto Jim tomó distancia de sus fans, se dejó crecer la barba y dedicó su tiempo a proyectos que no involucraban a los otros Doors. Morrison estuvo sentimentalmente ligado a Pamela Courson a quien llamaba su “compañera cósmica” y a Linda Ashcroft pero contrajo nupcias con la crítica de rock Patricia Kennealy en 1970.

Luego de finalizar las grabaciones para L.A. Woman, Morrison huyó a París donde esperaba seguir una carrera literaria. Su primer libro, The Lords and the New Creatures, fue publicado por Simon and Schuster en 1971. El 3 de Julio de 1971, Jim fue hallado muerto en el baño y enterrado en el cementerio Pére Lachaise de París, desde donde algún fanático robaría su lápida posteriormente. La única persona en ver el cadáver de Morrison fue Pamela Courson que llamó a un médico quien firmó un certificado de muerte ilegible y de quien nunca se volvió a saber. La causa del fallecimiento fue señalada como un ataque cardíaco.

Uncle BillJim Morrison murió a los 27 años mientras que William Burroughs a los 83 por lo que imaginarán lo extensa que es su biografía en comparación.

Desde muy temprano William Burroughs fue considerado como un joven brillante pero extraño y “algo siniestro”. Bill nació en una familia prestigiosa y acaudalada, su abuelo paterno, quien se llamaba igual que él, inventó una máquina calculadora que derivó en máquina registradora, mientras que la madre de Bill, Laura Lee, era descendiente del general confederado Rober E. Lee. Su padre, Mortimer Burroughs, poseía la compañía The Burroughs Corporation. Pese a esto y a recibir la mejor educación que un entorno social y familiar como el suyo podía ofrecer (incluyendo Harvard), Bill dejó todo de lado y se marchó a Nueva York donde se involucraría con criminales de baja calaña, drogadictos y toda clase de perdedores aparentemente sólo por “diversión”. Pese a que muchas familias acomodadas hubiesen exiliado inmediatamente a tal oveja negra los padres de Bill aceptaron su estilo de vida y no le privaron de su generosa mesada. Bill llegó incluso a estudiar medicina en Viena pero solo por seis meses ya que hubo de huir de regreso a casa ante la inminente invasión Nazi.

En 1940, Bill estuvo internado en un hospital psiquiátrico durante un mes luego de cortarse un dedo para impresionar a uno de sus amantes. Dos años después fue llamado a enlistarse para luchar en la Segunda Guerra Mundial pero fue descartado ya que el Ejercito de los Estados Unidos no deseaba pacientes mentales entre sus filas (menos aún si estos eran pacientes mentales gays). Desechado por su país, Bill permaneció en Nueva York en compañía de sus amigos criminales y desempeñándose de exterminador de plagas, obrero de una fábrica, redactor y barman. Para ese entonces Bill ya se drogaba habitualmente con benzedrina, morfina y heroína y, además de los delincuentes de poca monta su círculo de amistades lo componían junkies, homosexuales, e intelectuales jóvenes que incluían a los estudiantes de la Universidad de Columbia Allen Ginsberg y Jack Kerouac.

Durante esta época Bill conoció a la inteligente y hermosa Joan Vollmer, con la que dejó de lado sus preferencias homosexuales y contrajo nupcias. Fue un periodo feliz de drogadicción, orgías y discusiones de alto nivel intelectual para Bill que terminaron con su arresto por falsificar recetas médicas para obtener droga. Poco después, Joan fue internada por una psicosis derivada de su prolongado uso de benzedrina. Apenas Joan salió del manicomio y Bill logró solucionar sus problemas legales, ambos abandonaron Nueva York dirigiéndose a Texas a cultivar naranjas. Durante este vida de granjeros Joan dio a luz a William Burroughs III (ella ya tenía una hija de cuatro años de un matrimonio anterior). Los Burroughs parecieron “sentar cabeza” y Bill estaba contento de poder disparar sus armas a su antojo al poseer un terreno de tierra tan amplio como la granja. Pronto se les unió un viejo amigo junkie y el consumo de alcohol y drogas empezó nuevamente.

Alrededor 1948 la familia Burroughs se mudó de Texas a Nueva Orleáns y de ahí a México donde Bill comenzó a redactar en 1950 su primer libro a instancias de un viejo compañero de Harvard. El manuscrito se título Junkie. Complacido con los resultados, Bill escribió otro libro semi-autobiográfico llamado Queer. Pese a que Junkie fue publicado en 1953 en formato pulp, Queer no encontraría una editorial que se atreviese a publicarlo sino hasta 1986. El 7 de septiembre de 1951, un alcoholizado Bill mató a Joan de un disparo en la cabeza jugando a Guillermo Tell. Fue detenido por imprudencia criminal y encarcelado mientras esperaba su juicio. El abogado de Bill consiguió que lo liberaran bajo fianza pero luego el mismo abogado terminó matando a alguien y huyendo del país. Bill optó por seguir su ejemplo y comenzó su periplo por América del Sur en busca de la ayahuasca usada por los chamanes, supuestamente más poderosa aún que el LSD en sus efectos alucinógeno-místicos.

Luego Bill se trasladó al Norte de África he hizo de Tánger su residencia. Tánger era un paraíso de droga y jovencitos que se prostituían, el sitio ideal para Bill. Durante esta época comenzó a gestarse el célebre Almuerzo Desnudo.

Kerouac y Ginsberg ayudaron a Burroughs en Tánger en 1957 a reunir y editar los manuscritos dispersos y Gysin y Sinclair Beiles de Olympia Press hicieron otro tanto en Paris en 1959. Una vez que Maurice Girodias de Olympia publicó El Almuerzo Desnudo en Francia en 1959, Grove Press comenzó los preparativos para su publicación en los Estados Unidos, concientes de los posibles problemas legales. El amante de Lady Chatterley, Aullido y Trópico de Cáncer eran objeto de censura judicial en aquel tiempo y el servicio de Aduana tenía órdenes de confiscar todas las copias del Almuerzo… traídas de Francia. Luego que Grove publicara El Almuerzo Desnudo en 1962 tuvo que defender la novela contra la censura de los académicos, de la Oficina Postal de los Estados Unidos, del Departamento de Aduana, y de los gobiernos estatales y locales ante la corte de Boston, además de preparase para hacer lo mismo en Los Ángeles. El caso en Los Ángeles fue sobreseído en 1965 pero el juez de Boston determinó declarar El Almuerzo Desnudo obsceno. El caso fue apelado en la Corte Suprema de Massachussets y la decisión del juez de Boston fue revertida en 1966. El juicio de Boston marcó un precedente muy importante al ser el último gran juicio de censura de una obra literaria en los Estados Unidos.

La nueva visión que presentaba El Almuerzo Desnudo era una forma experimental derivada de la pintura, la fotografía, el montaje cinematográfico y el Jazz (justamente las manifestaciones artísticas que principalmente me interesaban.) La técnica básica que Burroughs eligió emplear es la yuxtaposición, llamado collage o montage en las artes visuales. La estructura de El Almuerzo Desnudo es un montaje de “rutinas’”que teóricamente pueden ser leídas en cualquier orden. Burroughs anuncia esta estructura en el Prefacio atrofiado cuando dice, Puedes meterte en El Almuerzo Desnudo en cualquier punto de intersección y La Palabra está dividida en unidades que juntas forman una pieza y así deben de ser tomadas, pero las piezas pueden ser consideradas en cualquier orden.

Luego de esto y mientras residía en París, Bill se obsesionó con la técnica del “cut up” desarrollada por su amigo Brion Gysin en 1959 cuyos resultados literarios pueden apreciarse en Nova Express y que Bill no sólo se limitó a la palabra escrita sino también a las imágenes fotográficas y grabaciones sonoras (de estas experiencias llegó a la idea del lenguaje como virus). Bill también se involucro por aquel entonces con la Cientología del escritor de ciencia ficción convertido en gurú L. Ron Hubbard, pero a medida que se involucraba más en la “Iglesia” Bill descubrió que Hubbard era un fascista cuyo único interés era el control mental de su seguidores para asegurarse su lealtad y dinero. Bill abandonó la Cientología y denunció todo lo que había visto allí.

Bill continuó explorando nuevas formas de liberar la mente del control del lenguaje así mismo como explotar su rol de celebridad underground que lo llevaría desde aparecer en la célebre carátula del Sgt. Pepper de los Beatles a colaborar con músicos y bandas tales como Ministry, Skinny Puppy, Laurie Anderson, the Disposable Heroes, R.E.M, U2, etc.

Bill también apareció en un par de películas como Drugstore Cowboy de Gus van Sant y Even Cowgirls Get the Blues.

Como ironía final cabe señalar que el autor de obras tan perturbadoras y revolucionarias siempre fue recordado por quienes le conocieron como una persona extremadamente amable y educada.

Arma-XWolverine debutó en las páginas de Incredible Hulk #181 (noviembre, 1974) siendo presentado como “el primer superhéroe canadiense” (aunque técnicamente hablando, Wolverine apareció inicialmente en la última página de Incredible Hulk #180). En su primera misión presentada a los lectores, Wolverine fue enviado por su gobierno a detener la monstruosa furia destructiva de Hulk y el Wendigo y podría perfectamente haber caído en el limbo de los segundones luego de esto de no ser por el ya clásico Giant-Size X-Men #1. Tras cinco años durante los cuales habían estado a punto de ser cancelados, Marvel entregó a los mutantes en manos de Len Wein y Dave Cockrum, los que en una decisión sin precedentes para aquella época, ensamblaron un grupo con personajes de países que no fueran Estados Unidos, y etnias que no fueran la anglosajona. Tras su encuentro con Hulk, Wolverine fue reclutado por el Departamento H para tomar el mando de Alpha Flight y es cumpliendo dichas funciones que lo encuentra Charles Xavier quien estaba en la búsqueda de mutantes que le ayudaran a rescatar a sus pupilos de las manos de Krakoa, la isla viviente. Una vez derrotado Krakoa, Wolverine decide permanecer con los X-Men al enamorarse de Jean Grey.

Wein sólo realizaría guiones para los números 94 y 95 de esta exitosa nueva etapa dejando el título en manos de su asistente Chris Claremont que se encargaría de relatar las aventuras mutantes durante diecisiete años interrumpidos (a partir del número 96 hasta el 279 de la colección).

Cuando Wolverine pasó a engrosar las filas de los X-Men, Claremont decidió que había que darle algún poder ya que además, no le agradaba la idea que las garras de adamantium fueran parte de los guantes, ya que cualquiera que se hiciera con ellos podría ser Wolverine. Por esto Claremont decidió que las mortíferas zarpas retráctiles provendrían de los antebrazos del canadiense, revelándose posteriormente que no sólo estas, sino todo el esqueleto de Wolvie era de adamantium.

Claremont además estableció que Wolverine era mayor de lo que originalmente se había planeado agregándole además el factor de curación y el background samurai que le ayudaría a controlar sus excesos salvajes. En cuanto al origen del adamantium de Wolverine, Claremont lo vincula con el proyecto de armas especiales canadiense denominado Arma-X y da pistas que el proceso mediante el que este metal puede ser adherido a células óseas habría sido robado a un noble japonés llamado Lord Dark Wind. Las circunstancias mediante la cual Wolverine llega a obtener el adamantium son descritas en Arma X, publicada originalmente en 1990 en los números del 72 al 84 de Marvel Comics Presents con guión y dibujo de Barry Windsor-Smith. Arma X nos muestra a un Logan secuestrado por un grupo de científicos (con el Dr. Cornelius a la cabeza) que además de inyectarle el adamantium lo someten a un complejo lavado de cerebro, implantes de memorias falsas y a duros entrenamientos que incluían luchar contra lobos, osos salvajes y tigres siberianos. A cargo del proyecto está un misterioso personaje conocido sólo como el Profesor, el que a su vez parece trabajar para un desconocido con el que se comunica vía telefónica.

La idea detrás del proyecto Arma X era la creación de supersoldados que luego serían devueltos a la vida pública como “durmientes”, sujetos con memorias adulteradas que llevarían vidas comunes y corrientes hasta ser despertados para cumplir órdenes. Un software denominado Shiva sería el encargado de vigilar a los supersoldados que, en caso de descubrir su verdadera naturaleza, serían eliminados mediante el uso de robots (Wolverine logró engañar a Shiva haciéndole creer que lo había matado).

Junto a los X-Men, Wolverine enfrentó amenazas de todo tipo, pero no fue sino hasta su enfrentamiento con Omega Red que comenzó a dudar de los recuerdos que poseía. Los recuerdos de haber sido un Samurai en Japón; un operativo mercenario para el Servicio Central de Inteligencia; y un hombre salvaje en los bosques canadienses, bien podrían ser falsos debido a los extensos implantes mnemónicos a los que fuera sometido por Cornelius y compañía.

Logan tiene por lo menos un recuerdo verdadero de su pasado: haber conocido al Capitán América durante la Segunda Guerra Mundial, hecho que fue verificado por este último y que ha sido llevado a la pantalla tanto en la serie de X-Men para Fox Kids (donde Wolverine y el Capitán América luchan contra el nazi Cráneo Rojo) como en X-men: Evolution (que los muestra en un operativo de rescate en un campo de concentración, del cual Logan salva a un joven Magneto).

Los hechos descritos en Arma X supuestamente transcurren poco después de la segunda guerra mundial, por lo que no se sabe nada de Wolverine hasta que es encontrado por James Hudson (líder de Alpha Flight) y su esposa Heather, durante su luna de miel en el parque Wood Buffalo National, donde Logan aparentemente habría estado viviendo como un animal salvaje desde que se escapara del proyecto Arma X. Los Hudson ayudaron a Logan a rehabilitarse y cuando el mutante estuvo de nuevo en forma se unió al Departamento H del gobierno canadiense con el nombre clave de Wolverine. A partir del crossover Atracciones Fatales es que Wolverine descubre que las garras que él creía producto del proyecto Arma X son en realidad extensiones de su propio esqueleto, la forma en que se entera de esto sin embargo no podría ser más dolorosa: durante una batalla en la estación espacial Avalon, Magneto le extrae el adamantium a Wolverine a través de sus poros (X-Men #25). Como argumento adicional es revelado que el adamantium estaba previniendo a Wolverine de seguir mutando, sin el metal Logan fue convirtiéndose rápidamente en un ser de instintos feroces y sentidos agudizados hasta extremos insoportables (Wolverine #92). Como resultado de esto Wolverine abandona a los X-Men hasta que Xavier vuelve a solicitarle ayuda para rescatar a sus pupilos de otra amenaza: la invasión Falange.

Posteriormente Logan es capturado por el enloquecido hijo de Cable: Tyler Dayspring (alias Genesis) con el propósito de convertirlo en uno de sus jinetes. Genesis había obtenido adamantium destruyendo el cuerpo del mercenario conocido como Cyber, y planeaba recrear el proceso mediante el que se había unido el indestructible metal al esqueleto de Wolverine. Esta vez sin embargo Logan rechaza el implante e involuciona a un estado semi-salvaje con un factor de curación aún más acelerado. La novia de Daredevil, Elektra, se encargaría de recuperar al hombre ‘atrapado’ al interior de la bestia.

Durante siete años Wolverine permaneció sin adamantium y los lectores se dividieron entre los que querían que el metal fuera enlazado nuevamente al esqueleto de Logan y los que no (a una pequeñísima minoría nos daba lo mismo). Ganaron los primeros, y en el aniversario número 25 en las páginas del Wolverine #145, Logan recupera el indestructible metal. Esta no es la única sorpresa ya que este número además nos revela que un Skrull había estado reemplazando al verdadero Logan desde Uncanny X-Men #371 siendo este impostor el que moriría a manos del más temible de los Jinetes del Apocalipsis, ¡qué a su vez no sería otro sino el mismísimo Wolverine!

El 2001 Joe Quesada, Bill Jemas y Paul Jenkins decidieron que ya era hora de contar el verdadero origen de Wolverine, cosa que hicieron junto a Andy Kubert en una miniserie de seis números titulada Origin.

Origin transcurre a fines de 1880 y está narrada desde el punto de vista de Rose, una chica canadiense, que tras quedar huérfana, es llevada a trabajar para los Howletts, una rica familia que reside en una vasta hacienda. Los Howletts conforman un curioso grupo: el señor de la casa parece un buen tipo, pero su esposa vive encerrada en su habitación y Rose descubre accidentalmente que luce marcas de garras en su torso. El hijo de este matrimonio, James, es un niño enfermizo y sensible. Ninguno de ellos parece haberse recobrado de la misteriosa muerte del hermano mayor de James pocos años antes. El abuelo, patriarca de la familia, es un viejo amargado que constantemente le reprocha a su hijo John, ser demasiado blando. Además están Thomas Logan, el capataz alcohólico que detesta a sus patrones (aunque ha tenido un affaire con la Sra. Howlett), y su hijo apodado Dog, que en un principio establece amistad con James y Rose pero que posteriormente se vuelve contra ellos a causa del constante abuso físico al que le somete su padre.

Logan es despedido luego que su hijo mata al perro de James, durante la noche ambos entran armados a la casa de los Howlett tomando por rehén a Rose a la que obligan llevarlos al dormitorio de sus patrones, una vez allí Logan intentará convencer a la Sra. Howlett que se marche con ellos. Pero en eso entra John y Logan lo mata de un disparo. El joven James que ha sido despertado por el ruido se encuentra con la sangrienta escena y su poder mutante se manifiesta en la forma de garras de hueso con las que asesinará a Logan y rasgará el rostro de Dog. Tras estos terribles hechos la madre de James se suicida y este huye de casa siendo encontrado por Rose que sin saber que hacer, acude al abuelo Howlett que les dará dinero para que desaparezcan. Y así, James y Rose, abandonan Alberta y se dirigen hacia British Columbia en Canadá donde llegan a un pequeño pueblito minero donde deciden trabajar para ganarse el alimento. Cuando le preguntan a James cual es su nombre Rose se adelanta y responde “Logan” (no olviden que James estaba siendo buscado por las autoridades). Smitty, el tipo a cargo de la mina entabla amistad con los jóvenes fugitivos y James, o mejor dicho Logan, además de trabajar como minero se convierte en un hábil cazador y en el macho alfa de una manada de lobos, con los que se terminará marchando luego de matar accidentalmente a Rose de la cual tanto él como Smitty, se habían enamorado (éste es un resumen del artículo W de Wolverine publicado en el x-pecial mutante del Calabozo del Androide #1, julio 2003).

Vasos comunicantesLuego de estas breves biografías ya podemos encontrar ciertas afinidades entre nuestros sujetos de estudio. Para empezar tanto para William Burroughs como para Jim Morrison su principal interés era la escritura (algo que no vemos presente en Wolverine, aunque sabemos que es un buen lector (gracias a los seis primeros números que Greg Rucka y Darrick Robertson realizaron del título) entre cuyos autores predilectos destacan principalmente autores norteamericanos como Henry Thoreau, Edgard Allan Poe, Chuck Palahniuk y Joseph Heller, autor éste último de la clásica novela anti-guerra Catch-22 (1961).

Algo que une a los tres: el Séptimo Arte, Wolverine ha aparecido (encarnado competentemente por Hugh Jackman) en las tres entregas de X-Men, Bill actuó él mismo en películas y cortos y Jim Morrison apareció (interpretado por Val Kylmer) en la película de Oliver Stone y en el olvidable filme El Mundo de Wayne 2 (que según recuerdo le causó ciertos problemas a Mike Myers con los herederos de Morrison).

Otro ente aglutinador: Los Simpsons. Ésta serie ya ha pasado a convertirse en algo así como el aleph de Borges ya que pareciera contenerlo todo. ¿William Burroughs?, referencia a la versión cinematográfica de David Cronenberg para El Almuerzo Desnudo en el episodio 3F17, Bart on the Road (31, marzo, 1996). ¿Jim Morrison?, referencias en el episodio 7G03 Homer’s Odyssey (21, enero 1990) donde Homero canta The End y en Selma’s Choice (9F11, 21, febrero 1993) donde una intoxicada Lisa proclama ser “La Reina Lagarto”. ¿Wolverine?, episodio DABF13 I Am Furious Yellow (28, abril, 2002) nos muestra a Stan Lee en persona (o en dibujo) reemplazando un cómic de la tienda El Calabozo del Androide por una de X-Men con Logan en la portada.

Podríamos, además, añadir otros detalles demasiado obvios que unen a Bill, Jim y Logan: su anhelo de libertad, su condición de rupturistas, su confrontación con la ley, etc. Pero ahora me voy a concentrar en conexiones mucho más específicas que los vinculan a los tres.

En cuanto a la relación Burroughs-Morrison el 15 de noviembre del 2000 fue lanzado al mercado por el sello Elektra Stoned Immaculate–The Music of the Doors, un disco tributo con la participación de los miembros originales de la banda. Este álbum difiere de los tributos usuales en ese aspecto y en el que además de las bandas “jóvenes” se incluyeron a músicos que fueron de influencia para los propios Doors como los bluseros John Lee Hooker y Bo Diddley. Bill participa de éste álbum con Is Everybody In?, una de las composiciones más destacables donde le podemos oír recitando The Celebration of the Lizard King mientras Morrison le acompaña en forma de sampleo gritando y repitiendo “is everybody in?”

En lo que a la relación Morrison-Burroughs respecta todo lo que sé es que El almuerzo desnudo fue una de las tantas lecturas de Jim de acuerdo a cierto fan acérrimo de los Doors que consulté. El mutante de las garras de adamantium por su parte cita tanto a William Burroughs como a Jim Morrison en dos de sus cómics. El primero corresponde al Arma-X #3 con guión de Larry Hama (1995) como decía el bueno de Billy Burroughs… “paranoia sólo es conocer la verdad”.

La cita a Jim Morrison acontece en la última página de la miniserie Snikt! (2003) De Tsutomo Nihei, Cómo decía ese tal Morrison, el futuro es incierto y el final está siempre cerca, murmura Wolverine tras regresar del futuro precisamente y aludiendo a una de las canciones mas bluseras de los Doors, Roadhouse Blues, la primera del álbum Morrison Hotel donde Jim canta: Well, I woke up this morning, and I got myself a beer / Well, I woke up this morning, and I got myself a beer / The future’s uncertain, and the end is always near. Tanto para Jim Morrison como para William Burroughs el fin (al menos de su existencia biológica) ya llegó, mientras que Wolverine seguirá viviendo al filo de la muerte. Sea como sea e independiente de niveles y méritos, los tres ya han alcanzado la inmortalidad en la memoria colectiva.

tres puntos de intersección

La película más noticiosa, publicitada, esperada, y finalmente vista en Chile durante el año 1999 fue sin lugar a dudas La amenaza fantasma, de la cual no pocos seguidores de la Guerra de las Galaxias salimos totalmente defraudados. 1999 también fue el año de M. Night Shyamalan y su Sexto Sentido, de la obra póstuma del sobrevalorado Stanley Kubrick, de Neo y sus piruetas cyberpunk, del regordete Brendan Fraser luchando contra una poco creíble momia generada por computador, del insoportable Bellini y del Rumpy y su Chacotero sentimental. Pero el panorama no fue tan malo cómo parece, aquél último año de la década y el siglo nos deparó la llegada por primera vez de obras de Kitano, Oliveira, Imamura, Kiarostami, y de títulos como Post coitum, Estación Central y ¿Habrá nieve en navidad?

En lo que a mi respecta la mejor película de 1999 fue Carretera Perdida de David Lynch, que por razones que sólo competen a las grandes distribuidoras llegó con un par de años de atraso. Ya antes de entrar a la sala de cine padecía de un ligero dolor de cabeza que se fue acrecentando a medida que avanzaba el film. Lo primero que pensé, cuando logré pensar luego de engullir dos aspirinas, fue que éste filme de Lynch guardaba ciertas semejanzas con El Almuerzo Desnudo, película basada en el libro homónimo de William Burroughs. Sobre estas semejanzas es que más de seis años más tarde, re-escribo el presente artículo.

The Naked Lunch

Partamos con El Almuerzo Desnudo. Éste filme data de 1991 y fue dirigido por David Cronenberg. La película no es una trascripción literal del libro sino más bien un ensayo ficcionado sobre Burroughs y el nacimiento de su célebre novela. Más que sobre las drogas y la adicción trata sobre el proceso creativo, sobre la relación entre el autor y su obra. Para alimentar su película, Cronenberg se sirve no sólo de El Almuerzo Desnudo sino también de otros libros cómo Junky y ¡Exterminador!, asimismo como de la propia biografía de Burroughs. Estos detalles biográficos son a su vez más metafóricos que literales.

Llevar a la pantalla El Almuerzo Desnudo era un proyecto largamente ambicionado por Cronenberg que entretanto rodó otras cuatro películas más y perdió una cantidad considerable de tiempo escribiendo y preparando un proyecto basado en un relato de Philip Dick que se acabaría rodando siete años después por Paul Verhoeven: Total Recall (que en Chile se conoció con el pueril titulo de El Vengador del Futuro). Con respecto a la temeraria aventura de filmar lo por muchos considerado “infilmable”, Cronenberg declaró: El hecho mismo que se considerase a El Almuerzo Desnudo imposible de filmar significa que soy libre para inventar algo nuevo. Si trabajas con un libro de Stephen King, lo cuales son eminentemente filmables, de inmediato estas constreñido por el marco de expectativas del público. Con El Almuerzo Desnudo no ocurre eso, nadie espera ver el libro convertido en película por lo que no saben realmente con qué se van a encontrar en la pantalla

El Almuerzo Desnudo comienza con Bill Lee (Peter Weller), un exterminador de insectos en la Nueva York de 1953. Lee aún no es un escritor, o por lo menos no a la manera que sus amigos Hank y Martín (modelados a partir de Jack Keoruac y Allen Ginzberg respectivamente, y a quienes vemos discutiendo en una cafetería), lo son. De acuerdo a Hank el método de escritura más apropiado radica en la exhaustiva revisión y corrección de los borradores hasta que cada palabra sea la perfecta; Martín en cambio, insiste que cualquier tipo de revisión conflictúa la naturaleza misma del acto creativo al censurar las ideas e imágenes que primero acuden a ala mente. Entra en escena Lee y es consultado por sus amigos en torno al asunto que les ocupa. Exterminen todo pensamiento racional, es su recomendación.

Cuando Lee regresa a su casa encuentra a su esposa Joan (Judy Davis), con una aguja hipodérmica de insecticida clavada en su pecho. Lee comprende entonces el por qué de la disminución de su polvo amarillo mata-insectos. Es una volada muy literaria dice Joan. Una volada kafkiana… Me hace sentir como insecto. Lee es llevado posteriormente a una estación de policía por dos agentes de narcóticos que están convencidos que es él quien está usando el polvo adictivo. Tras un breve interrogatorio los policías depositan sobre la mesa un enorme escarabajo que usan para “catar” la sustancia amarilla. El escarabajo le revela a Lee que en realidad es un agente secreto y que además debe matar a su esposa, una agente enemiga de InterZona, territorio productor de droga de África del Norte. Lee golpea al bicho con su zapato y huye. Asustado por lo que considera una alucinación, Lee visita al Doctor Benway (Roy Scheider) quien, para lograr que Joan deje el hábito, le prescribe otra droga –un polvo hecho con la carne negra del ciempiés acuático brasileño–, que le recomienda mezclar con el insecticida. Lee prueba la efectividad del compuesto en el mismo y tras encontrar a Joan fornicando con su amigo Hank sobre el sillón de su departamento (mientras Martín lee un fragmento del Almuerzo Desnudo), informa a su esposa que es el momento de realizar su “rutina de Guillermo Tell”. Hank se retira y Joan coloca un vaso de vidrio sobre su cabeza, que será atravesada por una bala ante los impertérritos ojos de Martin.

Tras éste hecho Lee se refugia en un bar, donde conoce a una extraña criatura llamada Mugwump (chaquetero en la traducción al español), quien lo felicita por la misión cumplida y le entrega un pasaje a InterZona, desde donde deberá redactar y enviar reportes regulares. Lee intercambia su revolver por una máquina de escribir Clark Nova y a la salida se encuentra con sus dos amigos que le advierten que la policía esta tras él por la muerte de Joan.

Lee huye a InterZona y siguiendo las instrucciones del Mugwump, comienza a redactar informes en su confiable máquina de escribir portátil que de cuando en cuando se transforma en una especie de escarabajo que habla a través de un orificio anal bajo sus alas.

Lee se encuentra con varios personajes en Interzone, como Hans (Robert A. Silverman), dueño de una fabrica de carne negra, y Tom y Joan Frost (Ian Holm y Judy Davis), dos escritores norteamericanos modelados a partir de Paul y Jane Bowles. Joan, resulta ser idéntica a la fallecida esposa de Lee. Éste, siguiendo las instrucciones del Mugwup, la seduce instándola a escribir pornografía en la máquina de su esposo, la que se transforma en una especie de vagina sanguinolenta. El acto de necrofilia ectoplásmica es interrumpido por el ama de llaves-dominatrix de Joan, quien luego resulta ser Fedela… que luego resulta ser el Dr. Benway.

Cronenberg ha eludido sabiamente la tarea de trasladar el libro directamente a la pantalla y ha optado por un guión que trata metafóricamente sobre el proceso y los factores que influenciaron la creación de El Almuerzo Desnudo que además retrata muy bien dos de los aspectos más interesantes de Burroughs, el de satirizador social paranoico y el de escritor de ciencia ficción (en su novela Burroughs se nos presenta como un continuador de Jonathan Swift al mismo tiempo que precursor del cyberpunk). La película puede ser considerada por los espectadores más impresionables como obsesiva y extraña, pero no es ni un tercio de lo pertubador que es el libro. El filme de Cronenberg posee una historia de amor heterosexual que no está presente en la novela, hay menos insectos por centímetro cúbico de metraje y menos énfasis en los aspectos de control totalitario, las temáticas homosexuales son minimizadas y la adicción a la heroína es reemplazada por la del polvo amarillo. El Almuerzo Desnudo de Cronenberg es, ciertamente, una fusión de dos personalidades artísticas, …como si hubieran pasado por el transportador genético de La mosca (Weinrichter). Con respecto a la proximidad de Cronenberg con el mundo de Burroughs, el primero declaró: Su obra forma parte de mi sistema nervioso hasta el punto de que todos mis filmes contienen algún elemento suyo. La primera vez que leí a Burroughs, lo que sentí fue una sensación de reconocimiento.

Lost Highway

El guión de ésta película es el fruto de la colaboración entre David Lynch y Barry Gifford, autor de Wild at Heart: The Story of Sailor and Lula, llevada al cine por Lynch en 1990 (la inspiración para Carretera Perdida nace justamente de un párrafo leído por Lynch en la novela Night People, de Gifford.) Lynch, además de declarar que su película es un relato de horror negro (noir) del siglo XXI, la comparó con una cinta de Möbius. En efecto, Carretera Perdida es una película circular, como La Jetée o 12 Monos, como El Almuerzo Desnudo, hasta cierto punto, pero no nos adelantemos.

Los protagonistas de Lost Highway son Fred Madison (Bill Pullman), un saxofonista de jazz y su esposa Renee (Patricia Arquette). Al comienzo de la película se hace evidente que la pareja está teniendo problemas de comunicación y es más, Fred sospecha que su mujer está engañándolo con otro, sospecha que es reafirmada cuando Renee se niega a acompañar a Fred a su concierto de esa noche, además de no contestar el teléfono cuando éste la llama. Al llegar a su casa sin embargo, Fred encuentra a Renee dormida. Al día siguiente, una cinta de video aparece en la puerta de los Madisons. El contenido de la cinta es una breve toma del frontis de la casa. Esa noche, tras hacer el amor desganadamente, Fred ve por uno segundos a Renee con el rostro de un desconocido. Otro video es encontrado por la mañana, aparentemente filmada en el dormitorio, ésta cinta muestra a Fred y Renee durmiendo pacíficamente. Ante tal muestra de invasión a la privacidad los Madisons llaman a la policía. ¿Tienen una videocámara?, pregunta uno de los oficiales. No, Fred las odia, responde Renee a lo que Fred acota: Me gusta recordar las cosas a mi manera. No necesariamente tal y como ocurrieron.

Por la noche pareja asiste a una fiesta en casa de Andy, un amigo de Renee (a quien Fred creé haber visto con su esposa entre el público la noche del concierto). Fred, que no se siente muy cómodo en aquel ambiente se aleja solo a la barra y apresura una copa, en es momento, se le aproxima un sujeto extraño (el Hombre Misterioso, interpretado por Robert Blake), cuyo rostro reconocemos cómo el que sustituyera fugazmente al de Renee la noche anterior. Lo que sigue es, cómo señala André Hispano, una de las conversaciones más alucinantes del cine:

Hombre Misterioso: Nos conocemos, ¿verdad? Fred: No lo creo. ¿Dónde cree que nos conocimos? Hombre Misterioso: En su casa. ¿No lo recuerda? Fred (sorprendido): No, no lo recuerdo. ¿Está seguro? Hombre Misterioso: Por supuesto. De hecho, estoy ahí ahora mismo. Fred (incrédulo): ¿A que se refiere? ¿Dónde dice que está? Hombre Misterioso: En su casa. Fred: Eso es absurdo El Hombre Misterioso busca un teléfono celular en el bolsillo de su chaqueta y se lo entrega a Fred. Hombre Misterioso: Llámeme. Fred gesticula cómo si se tratara de un mal chiste. Hombre Misterioso: Marque su numero. Hágalo. Fred llama a su casa, del otro lado de la línea se escucha la voz del hombre misterioso. Hombre Misterioso: Le dije que estaba ahí. Fred: ¿cómo ha hecho esto? El Hombre Misterioso apunta hacia el teléfono. Hombre Misterioso: Pregúnteme. Fred (disgustado): ¿Cómo se metió en mi casa? Voz telefónica del Hombre Misterioso: Usted me invitó. No es mi costumbre prsentarme donde no soy requerido. Fred mira al tipo frente a él, pero vuelve a hablar al teléfono. Fred: ¿Quién es usted? El sujeto ríe tanto en persona como al teléfono. Voz telefónica del Hombre Misterioso: Regréseme mi teléfono.A la mañana que sigue a éste inusual encuentro, Fred recoge otra cinta de la puerta de su casa y la ve solo. La cinta lo muestra en el dormitorio junto al cuerpo mutilado de Renee. Fred grita horrorizado y es devuelto a la realidad por un puñetazo en la cara propinado por uno de los policías. ¡Díganme que no la he matado!, exclama Fred sangrando por la nariz.

Fred es condenado a muerte por el asesinato de su esposa. Mientras espera su ejecución en una claustrofóbica celda, Fred se convierte en otra persona. Pete Dayton (Baltasar Getty), el joven que ahora ocupa el lugar de Fred es liberado y entregado a sus padres. Pete regresa a su trabajo de mecánico, Mr. Eddy, un mafioso local, recoge a Pete para que “atienda un ruidito que hace su Mercedes”. La chica de Mr. Eddy trae el Cadillac al día siguiente al taller mecánico para que Pete lo revise. La chica no es otra sino Renee (aquí llamada Alice), con el cabello rubio. No me extenderé más en el argumento de ésta película, ya que he mencionado los puntos de intersección, entre Carretera Perdida y El Almuerzo Desnudo, que me interesan.

InterseccionesPunto 1: Asesinato. Éste es el alcance más evidente. Tanto Lee cómo Fred asesinan a su esposa. Los motivos de Lee no quedan del todo claro, ¿la asesina por hastío?, ¿por que la encontró follando con Hank?, ¿la mató para que no lo echaran del trabajo o sólo estaba obedeciendo las ordenes recibidas? El móvil de Fred es más claro: asesina a Renee por celos.

Punto 2: Huída. Una vez cometido el crimen Lee huye a Interzona, Fred por su parte, huye de su propia identidad.

InterZona, cómo el mismo Cronenberg señala en una entrevista, no es un sitio geográfico propiamente tal sino un espacio proyectivo, un lugar inspirado geográficamente en Tánger pero que se parece mucho al Inconsciente o a un estado de conciencia alterada, es obvio que InterZona es un estado mental, y es allí donde radica su significancia. Él (Lee) jamás abandonó Nueva York, probablemente ni siquiera abandonó su departamento, esta fue una travesía interior (Cronenberg). El contraplano de una estación de autobuses donde Lee se encuentra con Hank y Martin (totalmente fuera de tono con la ambientación de InterZona) hace explícito éste hecho. InterZona es un lugar creado por Lee para re-escenificar el hecho traumático de la muerte de su mujer (el cual logra asumir, al “repetirlo”). De la misma forma los Mugwumps y las máquinas de escribir-escarabajos son todos fragmentos de su alucinógena imaginación, siendo los informes redactados por Lee no otra cosa que las páginas de lo que terminará siendo El Almuerzo Desnudo.

Fred, al igual que Lee, ha perdido la razón y …ha malgastado su locura en repetir las circunstancias que le llevaron a matar a su mujer (Hispano). La imaginación es todo lo que tiene Fred para escapar de la situación que se encuentra, de la misma forma que Cronenberg sugiere que Lee nunca abandonó su departamento, es probable que Fred nunca dejara su celda en la prisión. De acuerdo a Hispano, Fred entra en estado de shock al darse cuenta de lo que ha hecho, siendo todo lo que viene a continuación en la película, al igual que en El Almuerzo Desnudo, una reconstrucción que tiene lugar en su mente, lo que excusaría todas las contradicciones del relato.

Punto 3: Lee conoce a Tom Frost en una fiesta. En medio de la conversación, Frost informa a Lee que su charla esta siendo llevado a cabo telepáticamente y le insta a observar que el movimiento de sus labios no se corresponde con las palabras que Lee está oyendo. Fred conoce al Hombre Misterioso en una fiesta y la conversación que sostiene telefónicamente con el extraño sujeto mientras éste se halla parado frente a él evidencia un claro fenómeno de bilocación.

ConclusiónCómo hemos establecido tanto El Almuerzo Desnudo como la película de Lynch tratan sobre un mundo simbólico, en ambas el protagonista se reencuentra con su esposa fallecida, ambas narraciones son circulares y… ahora que lo pienso hay una tercera película que contiene éstos elementos, Solaris. Pero eso sería ya hilar muy fino.

2002, Sergio Alejandro Amira

Ilión: el asedio

Supuestamente en este número de TauZero debía continuar con mi nota sobre el Punto Omega, específicamente con el segundo apartado que llevaría por título Las enseñanzas de San Teilhard, pero ocurre que para ello se me hace imprescindible disponer de mi ejemplar de El ascenso de Endimión que ingenuamente presté hace ya medio año. De acuerdo a Jorge Tellier los libros prestados no se devuelven. De lo contrario no existirían muchas bibliotecas. “Hay dos tipos de tonto”, le escuché decir alguna vez al viejo cascarrabias de Daslav Merovic, “el que presta un libro y el que lo devuelve”. De todas formas no pierdo las esperanzas y que esto sirva de presión para que el malicioso rufián que capturó cual Helena de Troya el último tomo de la tetralogía de Dan Simmons salga de su fortificada ciudadela y me restituya mi libro. Sólo entonces podré continuar con mi nota sobre el Punto Omega, saldando así mi débito con rmundaca, único a quien el Gran Espíritu de TAU habla en sueños.

Y ya que mencioné a Helena de Troya, supongo que podría aprovechar de hacer un breve comentario de Ilión, una de mis últimas lecturas a la fecha. ¿Qué puedo decir de un libro de Simmons que ya no se haya dicho? Nada supongo. ¿Cuál puede ser mi aporte? El característico sello autorreferente y digresivo que suele endilgarme el Sr. Director de este e-zine para quien yo soy un sujeto que goza del conflicto. Y como eso aparentemente es cierto según atestiguan mis más cercanos, ¿cómo no iba a disfrutar Ilión que se apropia de uno de los conflictos más célebres de la historia de la humanidad? Pero antes de perderme en las rizomáticas callejuelas de mi propia verbosidad presumida y jactanciosa, concentrémonos en el libro en sí.

Desde ya la portada nos dice todo cuanto debemos saber del libro:

Es de Dan Simmons.
Tiene a unos tipos en armadura combatiendo que parecen salidos de la película Troya.
Es la Iliada de Homero en clave de ciencia ficción. Y la Iliada, por supuesto, versa sobre la Guerra de Troya.

Todos estos son antecedentes más que tentadores para adquirir el libro, pero si nos queda alguna duda, basta leer la contratapa. Asistimos al desarrollo del asedio de Troya guiados de la mano de erudito Thomas Hockenberry. Se trata de un personaje misteriosamente revivido y presente en este Marte del futuro, cuyo Monte Olimpo se ha convertido en la morada de los posthumanos, quienes, con nombres como Zeus, Palas Atenea, Ares y otros ya conocidos, se comportan como los dioses de la saga homérica. Hockenberry tienen como misión constatar si lo que ocurre ante las murallas de Troya se ajusta precisamente a lo narrado por Homero y, desde el distanciamiento del estudioso, nos proporciona, además, una sugerente lectura comentada de la Ilíada. Una novela absorbente, fruto de la maestría de un escritor con múltiples registros y de inusitado talento. Una obra única, maravillosa e irrepetible.

Debo mencionar aquí otra obra de Simmons, se trata de Los vampiros de la mente una novela de 1214 páginas leí de un tirón allá por el verano del 2001. Escrita en 1989, su título original es Carrion Comfort y recomiendo encarecidamente su lectura. Es cierto que el título en español es pueril y nos remite a lo peor del cine clase-B, pero no permitan que eso los ahuyente de la lectura de este verdadera joya del horror que no cuenta con páginas de más ni de menos. Si menciono esta antigua novela de Simmons (que tuve la fortuna de encontrar a un precio ridículo) es porque me hubiese sentido muy defraudado de llegar a la mitad y no poder seguir la lectura, y lo que es peor, esperar a que llegara la segunda parte si es que imprimían la segunda parte. De lo contrario, obligado a comprar la versión en inglés por Amazon y comenzar a leer desde el principio ya que no es lo mismo. Me ocurrió con los Cantos de Hyperion. Tuve la suerte de encontrar Hyperion y la Caída de Hyperion al mismo tiempo. Luego pude adquirir Endimión pero El ascenso de Endimión no llegó nunca y pese a que mi hermana lo tenía en inglés me negué a leer una versión (aunque fuese la original) donde al Alcaudón le llamaban the Shriek. Pasó el tiempo y por fin y gracias a mi hermanita que viajó a España, pude tener mi copia de El ascenso de Endimión en spanish, la misma que está capturada en la fortaleza de López junto al Parque Forestal.

Lamentablemente lo que no me pasó con Vampiros de la mente, sí ocurrió con Ilión ya que lo que leí de esta obra, titulada por Ediciones B como Ilión: el asedio, es la mitad del primer libro de Simmons que comprende esta trama (el segundo es Olimpo). Miquel Barceló explica en el prologo que la extensión de la traducción (de Rafael Marín) los ha obligado a publicar Ilión en dos volúmenes al igual que se ha hecho en Italia (y posiblemente en Francia). Esa dilatada extensión y las bajas tiradas de la ciencia ficción en algunos países europeos como España explican esa mala costumbre en la que hemos incurrido la mayoría de los editores europeos de ciencia ficción en concreto, al menos en los últimos años. Debo reconocer que no me gusta tener que hacerlo, pero la realidad, y sus presiones, es la que acaba decidiendo.

Dados los antecedentes anteriores me sorprende que Ediciones B haya publicado e Los vampiros de la mente de Simmons en un tomo que dobla en páginas a Ilión y que seguro habría sido la forma que debió haber tomado la novela de haberse salido Barceló con la suya. Ahora no me queda más que esperar que llegue a nuestras librerías la segunda parte de Ilión titulada La rebelión. Pero no esperaré de brazos cruzados, no señor, sino que me sentaré a escribir una reseña en mi ordenador como dicen por allá en España. ¿Qué ya lo estoy haciendo? Ah, sí. Bueno, entonces hablemos del libro.

Tal y como dice Miquel Barceló los lectores que conocen a Simmons, recuerdan (diré con suma satisfacción) el carácter absorbente y dinámico de sus novelas, escritas con las mejores y atrayentes técnicas de los best-selleres más al uso, pero dotadas de una profundidad reflexiva y emotiva mucho mayor. Ilión no es una excepción a la regla (cómo si lo fue para mí por lo menos la lectura de El bisturí de Darwin que dejé botada a las 50 páginas) y no cabe la menor duda que Simmons es un autor en cabal domino de sus herramientas narrativas como suelen serlo los norteamericanos. Claro que esto a veces significa caer en ciertas fórmulas o gratuidades innecesarias y de escribir algo que puede terminar siendo muy predecible, pero eso sí que nunca aburrido, no señores. Nadie quiere leer libros aburridos, ¿no?

Sobre las virtudes de Dan Simmons como escritor ya me extendí lo suficiente en mi nota sobre el Punto Omega, pero ya que no pretendo que el lector de esto tenga que perder tiempo buscando y leyendo aquel artículo recurro al copy and paste: De acuerdo, Simmons es un autor exitoso tanto en ventas como en críticas y gracias a ello es que tipos como yo hemos podido leerlo. Pero finalmente no voy a recomendar su lectura por estas razones, sino por su eclecticismo; su falta de pudor a la hora de meter en la coctelera todo lo que se le vino en mente; por amalgamar con maestría géneros y subgéneros como la space-opera, el cyberpunk y la novela negra; por beber de las fuentes mitológicas y religiosas; por llevar las ideas a sus últimas consecuencias; por ser extremadamente original a la vez que sumamente conservador; por crear personajes entrañables; mundos espectaculares; sociedades increíbles…

Y en Ilión: el asedio, Simmons vuelve a meter elementos de diversa índole a la coctelera brindándonos un trago refrescante y adictivo porque seamos honestos, ¿quién sino Simmons puede poner a dos robots a discutir sobre las virtudes literarias de Marcel Proust y William Shakespeare y hacerlo de forma amena y creíble? ¿Y qué tiene eso que ver con el asedio a Ilión y los humanos de la Tierra del futuro llevando una existencia propia de los Eloi de Wells? Puesto así aparentemente nada, y avanzada la lectura del libro tampoco, pero pronto las piezas van encajando hasta que todo tiene sentido, al menos hasta donde el mutilado libro permite.

Siempre he tenido una particular cercanía con la mitología griega. Mi bisabuelo, Panayotis Amirás Stamnás, era griego y en casa de mis abuelos paternos había varios objetos griegos, principalmente esos jarrones negros con estilizadas figuras blancas. Creo que mi interés por la mitología griega se despertó con películas como Furia de titanes y las criaturas del maestro Ray Harryhousen. De ahí derivé a la lectura de dos libros que fueron clave: Los mitos de los dioses griegos y Los mitos de los héroes griegos de las chilenas María Luisa Vial Cox y Gabriela Andrade Berisso, una excelente forma de introducirse al cuerpo mitológico de la antigua Grecia pensada especialmente para el lector adolescente (cosa que yo era en aquella época). Luego leí Los mitos griegos de Robert Graves (célebre autor de Yo Claudio quien es citado por Simmons en los agradecimientos de Ilión), La Iliada y La Odisea, por supuesto, En el palacio de Cnossos de Nikos Kazantzakis, Los reyes de Cortazar, etc. ¿A qué quiero llegar con toso esto? A que si Dan Simmons hubiese tenido en mente el perfil de un “lector ideal” para su obra habría sido alguien similar a mí (aunque de seguro más simpático).

Debido al pequeño background que acabo de proporcionarles entenderán con cuanto entusiasmo y placer leí Ilión en el lapso de dos días y lo ansioso que estoy por seguir la lectura. Sobretodo al localizar numerosos puntos de coincidencia entre la obra de Simmons y la que debería ser mi primera novela en ser publicada, escrita entre el 2001 y el 2003 y revisada y corregida desde entonces. Por suerte la inscribí en el registro de propiedad intelectual durante el 2004 por lo que nadie podrá acusarme (como de seguro querría hacerlo para su propia diversión rmundaca) de “plagiar” el Ilión de Simmons, que juro solemnemente no haber leído sino hasta el presente mes de julio, 2006.

La narración ha sido articulada por Simmons en torno a tres ejes: la guerra de Troya escenificada en el planeta Marte por un lado, con los posthumanos dioses olímpicos y sus observadores escólicos; la existencia disipada y epicúrea de los escasos e ignorantes humanos que habitan la Tierra; y la expedición a Marte emprendida por los moravecs (organismos autónomos, sentientes y biomecánicos) que han evolucionado por su cuenta y han construido una civilización en los planetas exteriores del Sistema Solar. Al principio del libro cada uno de estos ejes narrativos parece correr por su cuenta, inconexos y como si de tres novelas distintas se tratase (como es el caso de Fin de las noticias del mundo de Anthony Burgess que es una biografía de Freud, una novela de ciencia ficción apocalíptica y un espectáculo musical sobre la visita en 1917 de Trotsky a Nueva York). Esto al principio me descolocó un poco mientras intentaba imaginar como se las arreglaría Simmons para hilar juntas sus tres madejas. Debo confesar que en comparación a la guerra de Troya marciana o los preparativos y desventuras de la expedición de los moravecs (alternadas por las discusiones acerca de Proust y Shakespeare sostenidas entre Orphu de Io y Mahnmut) los capítulos dedicados a los bucólicos humanos en la Tierra me parecían bastante flojos y exasperantes y Simmons debe haber estado conciente de eso por que incluye el ataque de un Alosaurio para sacudir la pereza. ¿Qué necesidad había de incluir dinosaurios en Ilión? Pues ninguna fuera que nuestra hamburguesa extra-queso con pepinillos, lechuga y tomate tenga también tocino. De cualquier forma la trama de los humanos en la Tierra mejora sustancialmente cuando parten en busca de la judía errante y terminan hallando a Odiseo en persona.

Varios elementos presentes en los Cantos de Hyperion se reiteran en Ilión, incluso algunos conceptos. Si bien los humanos no utilizan los teleyectores poseen nódulos-fax que cumplen la misma función aunque mediante un mecanismo diferente. También se menciona a los ARnistas “artistas del ARN, independientes de la recombinación, rebeldes sociales y bromistas graciosos con tanques regen-piratas y secuenciadotes”(sic) que en el universo de Hyperion son los responsables, entre otras cosas, de las patas de chivo del poeta Silenus y de las deformaciones inhumanas de los pandilleros en Lusus. La aparición de los ARnistas en Ilión es empleada por Simmons para justificar la presencia de criaturas prehistóricas como la macrauchenia y los phrorushracos. En cierto momento Odiseo pregunta que hay de comer, y como el menú consiste en la misma insípida comida de siempre decide llevar a los recién llegados a cazar Aves Terroríficas (o macrauchenia). ¿Qué necesidad había de esto fuera de crear una instancia para que Odiseo se luzca combatiendo avestruces prehistóricas? Como en el caso del Alosaurio que se come a Daeman, ninguna, y es en estos detalles que notamos las “técnicas de best-seller” a las que alude Barceló y que son nuestro placer culpable, algo que sabe muy bien Simmons.

De más está decir que Shakespeare y Proust cumplen una función similar a la de Keats en Hyperion (el Bardo incluso aparece en persona, aunque sea en un sueño), creando un puente entre la “baja” y la “alta” cultura que hace tiempo fue derribado de cualquier forma. Y tenemos nuevamente la presencia de un personaje sabio, viejo, astuto y manipulador como es el rol que cumple Silenus en la segunda parte de la tetralogía. Savi es la judía errante con algo de Silenus y una pizca de Sol Weintraub. En fin, la enumeración podría continuar pero con eso basta.

Si usted, estimado lector, no ha leído aún a Dan Simmons, pues le recomiendo que lo haga inmediatamente. No se defraudará.

©2006, Sergio Alejandro Amira.

Editorial Especial Años Luz – Mapa Estelar de la CF en Chile

No fue sino hasta que Marcelo Novoa comenzó a alborotar la adormilada escena santiaguino-porteña con su proyecto Años Luz: un mapa estelar de la ciencia ficción chilena, que supe de mi pertenencia a un gueto. Marcelo lo ha dicho en reiteradas ocasiones, en público y en privado: los escritores de literatura fantástica estamos encerrados en un gueto del cual él mismo nos invita a salir como leerán en la entrevista realizada a mi amigo y editor por Daniel Guajardo: quisiera decirles a los autores del fándom que saquen un poco sus cabezas de las madrigueras y asomen un pie fuera del gueto: les haría bien ser parte de la literatura chilena.

Pero vamos por partes, primero que nada, ¿Cuál es la definición exacta de gueto? En la Wikipedia dice algo más o menos así:

Un ghetto o gueto (del veneciano ghetto, «fundición de hierro», por la fábrica alojada antiguamente en el barrio posteriormente reservado a los judíos) es un área separada para la vivienda de personas de un determinado origen, o , voluntaria o involuntariamente, en mayor o menor reclusión. El término se empleó, originalmente, para indicar al ghetto de Venecia pero luego se extendió a los vecindarios de otras ciudades donde los judíos eran obligados a vivir. El término correspondiente en alemán es Judengasse; mientras que los ghettos árabes se denominan mellah. Ghetto hoy en día puede aplicarse a cualquier área urbana pobre.

Bueno, en primer lugar yo no creo pertenecer a esa entelequia denominada “fándom” que en el artículo de la revista Qué Pasa dedicado a Jorge Baradit es definido errónea (pero más poéticamente) por la periodista Yenny Cáceres como la abreviación de “fantastic kingdom” cuando en realidad lo es de “fanatic kingdom”. Yo no soy ningún fanático, detesto los fanatismos de cualquier clase y es por ello que no adscribo a ese fándom que ni siquiera estoy seguro que exista. Citando nuevamente a Yenny Cáceres en su nota para QP:

Históricamente, el fándom criollo se ha reunido a través de diversas agrupaciones, como la Sociedad Chilena de Ciencia Ficción o Ficcionautas. La muerte natural de estas asociaciones, sin embargo, no mermó el entusiasmo de algunos por seguir escribiendo. Además, el panorama actual es otro. Los clubes de Toby han desaparecido. Los nuevos escritores de ciencia ficción están lejos de ser un grupo de nerds sin vida que se la pasan discutiendo sobre la rivalidad entre los trekkies y los seguidores de Star Wars. Los de ahora provienen de diversas áreas y, en su mayoría, ya superaron los 30 años. Sus referentes, además, son variados y más allá de la literatura. El cine y la música tienen también su lugar.

Yo no pertenezco ni he pertenecido a ninguna organización como los Ficcionautas, el Fan-club de René de la Vega o el Círculo de amantes de la literatura decimonónica. Tampoco me considero un activista. Sólo soy un tipo que llegada cierta edad consideró que debía “devolver” todo lo que el arte (en general) le había entregado, a través de la creación, la divulgación, la crítica y otras instancias. Pero no soy fanático de nada que no sea mi familia y Dios.

Por lo tanto, y pese a ser el editor de este pasquín electrónico, haber colaborado con el mítico Fobos y escribir regularmente para varios sitios Web especializados, creo estar muy en la periferia como para ser parte de un fándom y mucho menos de un gueto, aunque sí me considero dentro de la descripción proporcionada por Yenny Cáceres sobre los nuevos escritores de ciencia ficción.

El tener cierta exposición pública no garantiza nada, sobretodo en Internet. Pasa con mi otro proyecto, el e-zine de divulgación y apreciación del cómic Calabozo del Androide. Ya voy para los 30 números publicados pero eso no significa que me hayan invitado alguna vez a esas convenciones que se realizan de cuando en cuando, o que me lleguen por correo las últimas publicaciones chilenas para ser reseñadas como Caleuche o Bilis Negra. ¡Sí hasta los amigos de Ergocómics pensaban que mi modesta revistilla era española! Yo sólo me remito a leer y comentar los cómics que tengo a mano, y por suerte hace tiempo que no necesito recurrir a las comiquerías, sitios en que la atención solía ser pésima y donde cualquier ñoño creía estar en el derecho de entablar conversación contigo sobre el cambio de traje de Superman o la enésima muerte de Jean Grey.

Nunca me propuse escribir ciencia ficción, fantasía, horror cósmico, novela detectivesca, poesía metafísica o lo que fuese. Simplemente me puse a escribir, participé en un concurso de literatura de cf y obtuve una distinción. Cómo me había ido bien en ese género, me entusiasmé y escribí otro cuento, y participé en otro concurso, y obtuve otra distinción. En el camino fui conociendo gente sobretodo a través del fanzine Fobos y comencé a involucrarme porqué básicamente no había nadie más dispuesto a hacer el trabajo. Cómo cantaba Chuck Mosley primero y Mike Patton después en We Care a Lot: “Oh it’s a dirty job but someone got´s to do it”.

Según el amigo Novoa nos haría bien a nosotros (y a nuestros escritos que muy pocos leen) ser parte de la literatura chilena. Él contempla “desde fuera” todo este asunto de la ciencia ficción chilensis, y sí dice que somos un gueto, pues probablemente lo seamos.

Después de todo a veces suele ser verdadero aquel viejo adagio que señala que los árboles no dejan ver el bosque. Yo por lo menos he dado un paso fuera de ese supuesto gueto al confiar la publicación de mi primera novela al amigo Novoa y su editorial Puerto de Escape. Creo que no podría estar en mejores manos.

Y esa hubiese sido una excelente forma de rematar esta editorial de no ser porque aún debo informarles sobre los contenidos del presente TauZero dedicado íntegramente a Años Luz y a su autor, el amigo Novoa. Pero antes hablemos de los Beatles.

De seguro los lectores de TauZero han escuchado alguna canción de los Beatles en su vida y es más que probable que conozcan Penny Lane de McCartney o Strawberry Fields Forever de Lennon que versionaran los Fabulosos Cadillacs a dúo con Debby Harry de Blondie. Pues bien, ocurre que estas dos canciones iban a ser incluida en el famoso Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band que saldría al mercado el 1 de junio de 1967, pero la afirmación de Lennon sobre la popularidad de su banda por sobre la de Jesús unida al descenso en las ventas como consecuencia de la retirada de la banda de las giras hizo que la discográfica decidiera lanzar Strawberry Fields Forever y Penny Lane como single anticipatorio del Sgt. Pepper. ¿De quién fue la brillante idea?, pues del llamado no sin justicia “quinto Beatle”: George Martin, quien alguna vez tuviese el dudoso privilegio de presidir el jurado en el Festival de Viña, y que declaró esto en 1995:

Strawberry Fields y Penny Lane no fueron incluidas en el nuevo álbum porque nos parecía que si sacábamos un single, no debía figurar en un álbum. Era una tontería, y me temo que fui parcialmente responsable. Hoy en día nadie piensa en eso, pero por aquel entonces intentábamos dar algo a la gente a cambio de su dinero. Realmente, la idea de una doble cara A surgió de y de mí. Brian sólo pensaba en recuperar la popularidad, así que queríamos asegurarnos de que fuera un bombazo. Vino a verme y me dijo: “Necesito un single realmente magnífico. ¿Qué tienes” “Bueno, tengo tres temas —le dije—, y dos de ellos son los mejores que haya grabado nunca. Podríamos juntarlos y sacar un single sensacional. Lo hicimos, y tuvo un éxito increíble…, pero también fue un terrible error. Hubiéramos vendido muchos más discos y subido mucho más en las listas si hubiésemos sacado un single con, digamos, When I’m Sixty-Four en la cara B.

Y así como Strawberry Fields y Penny Lane no fueron incluidas en el que es considerado el mejor LP de la historia del rock (pero sí en el siguiente álbum), Marcelo Novoa dejó fuera dos cuentos de Años Luz que ahora nos entrega para deleite de nuestros lectores. Además
tenemos una entrevista inédita al amigo Novoa realizada por nuestro periodista y apicultor residente, Daniel Guajardo; el comentario de Omar E. Vega (que no es un Nexus-6) a la antología: la impresiones empíricas de Jorge Baradit: y las divagaciones usuales y sinsentido de quien escribe.

Excelsior!

Sergio Alejandro Amira
Editor Tauzero
Santiago de Chile, 13 de junio, 2006

Les refuses

por Sergio Alejandro Amira

El viernes 28 de abril de 2006 mientras iba caminando por Pedro de Valdivia rumbo a la Universidad donde gratamente ejerzo de profesor recibí una llamada a mi celular. Era Rodrigo Mundaca que entusiasmado me recomendaba adquirir cuanto antes El Mercurio ya que en su suplemento literario incluía una entrevista a Marcelo Novoa a propósito del lanzamiento de su antología Años luz. Mapa estelar de la Ciencia Ficción en Chile. Apenas mi camino se cruzó con un kiosko hice precisamente lo que rmundaca indicaba y complacido leí la entrevista a Marcelo, al que conozco no hace mucho pero a quien he llegado a apreciar considerablemente.

Entrevistado por María Teresa Cárdenas, el amigo Novoa (Poeta y padre de familia en primer lugar, profesor de Castellano y licenciado en Literatura en la UCV, presentador, prologuista, jurado, editor, crítico literario, guionista de cómics, “facilitador cultural”, confidente de escritores rechazados y escritor de ciencia ficción “para más adelante”) expresa que el deseo de realizar una antología de cf le rondaba desde que en 1988 leyera la de Rojas-Murphy ya que esta obra contaba con muy pocos autores, los temas eran “muy fomes”(sic) e incluso faltaba Hugo Correa. El amigo Novoa se preguntó: “¿es ésta toda la ciencia ficción que existe en Chile?” y comenzó a interrogar a sus amigos conocedores del género entre los cuales de seguro estaba Sergio Meier (con quien, tras el lanzamiento de Años luz en Santiago, tuve la oportunidad de compartir una fascinante charla sobre el maestro Lovecraft, el hereje Derleth, Yog-Sothoth, Nyarlatothep y los demás Primordiales).

El caso es que tal y como cuando un niño levanta una piedra o un tablón depositados sobre la tierra húmeda comenzaron a surgir ante el sorprendido amigo Novoa un sinnúmero de nombres y obras que al igual que los insectos y lombrices habrían regresado al fértil pero oscuro amparo de sus escondrijos de no mediar la determinación del poeta por cazarlos y exhibirlos.

De la misma forma en que el amigo Novoa al leer la Antología de cuentos chilenos de Ciencia Ficción y Fantasía de Rojas-Murphy se preguntó si acaso esa era toda la ciencia ficción chilena, algún lector despierto de Años luz podrá formularse la misma inquietud pese a lo exhaustivo y extenso que es este libro en comparación al citado anteriormente. Y es que como el mismo Marcelo mencionó durante los lanzamientos de Años luz (tanto en Valparaíso como en Santiago), muchos escritores quedaron fuera del libro y a ellos, a los escritores ignorados “injustamente” o a aquellos en ciernes, el amigo Novoa invitó a realizar su propia antología. Porque permítanme decirles que no hay nada de justicia en una antología o en una colección de cuentos que reúna la obra de diferentes autores, y no tiene por qué haberla tampoco.

Una antología es primeramente un gesto. Baste recordar la notable Antología del verdadero cuento en Chile (1938) donde Miguel Serrano, además de publicarse a sí mismo, incluye básicamente a sus amigos y camaradas. Cabe recordar también al respecto la antología poética de Eduardo Anguita y Volodia Teiteilboim que apenas adentrados en la veintena de edad no sólo se incluyen ellos mismos, sino que excluyen a poetas como la Mistral, por ejemplo (no hay nada más impresentable que antologarse a sí mismo dice Alvaro Bisama en su columna de la Revista de Libros).

Permítanme detenerme un momento en la antología de Serrano que el amigo Novoa reconoce como una de las tres obras que guiaron su camino. En la Antología del verdadero cuento en Chile Serrano pretende asentar un axioma que señalaría al género cuento como la forma precisa y exclusiva del ser chileno y otorga al cuento la jerarquía de una escritura sagrada. Tal y como señala Eduardo Anguita (y teniendo en cuenta toda la exageración del aserto) esta declaración encierra una voluntad metafísica por fundar una suerte de nacionalismo del espíritu, mítico y místico, inspirado en las revelaciones del “paisaje anímico” de nuestra tierra.

Como queda ejemplarmente demostrado en la antología de Miguel Serrano un proyecto de este tipo no sólo “puede”, sino “debe ser” antes que nada un gesto del recopilador y en la medida que se asuma como tal es impermeable a toda crítica debido a la presencia o la ausencia de fulano o zutano. De hecho y como anécdota puedo comentarles que yo no estaba considerado dentro de la selección que para “The Next Generation” realizó el amigo Novoa, pese a contar con un segundo y tercer lugar en dos certámenes chilenos de cuentos de cf, haber sido seleccionado para la antología Visiones en su versión 2005 por la Asociación Española de Ciencia Ficción Fantasía y Terror y poseer cuentos en varias publicaciones de Internet como Aurora Bitzine y NGC 3660 (y para qué hablar de TauZero). De hecho, si usted toma la revista Qué Pasa #1800 (8 de octubre, 2005) y va a la página 56 podrá leer en un recuadro sobre el “fándom local” (inserto en una nota dedicada a Jorge Baradit) lo siguiente: Aunque no está incluido en la antología, otro que ha logrado traspasar las fronteras es Sergio Amira (32). Licenciado en artes visuales, se declara admirador de la saga “Duna” de Frank Herbert y de Dan Simmons…

La antología a la que Yenny Cáceres alude en su artículo, por supuesto, no es otra sino Años Luz del amigo Novoa, mencionado también en la nota junto a Luis Saavedra, Pablo Castro y Gabriel “Ultrón Pospu” Mérida.

No puedo negar que la omisión la tomé como una afrenta (no soy un borg insensible como rmundaca), sobretodo al ver que prácticamente todos mis amigos y camaradas de generación estaba incluidos. ¿Por qué yo no estaba considerado?, simplemente porque cuando Marcelo arrojó su red en aquel mar que recién estaba conociendo yo nadaba a unas cuantas leguas de distancia. Pero mis buenos amigos Jorge Baradit, Pablo Castro y Luis Saavedra lo convencieron de incluirme y fue así como terminé figurando en Años luz aunque por poco y quedara fuera.

Este punto de quienes quedan dentro y quienes fuera es esencial en toda antología y hay muchas que son más célebres por sus omisiones que por sus inclusiones. Basta recordar al polémico El canon occidental de Harold Bloom (1930) que desde su cátedra de Yale asistió al derrumbe de la Nueva crítica (versión norteamericana del formalismo literario) y elaboró su propia interpretación del posestructuralismo (sacralizadora y neorromántica) para avocarse luego a los “estudios culturales”.

Bien hace Bisama al comparar las antologías con las bombas de racimo ya que …hasta la más académica de las compilaciones ha provocado una que otra herida en la piel de los autores nacionales. También concuerdo con él cuando asevera que …nuestras mejores antologías literarias son aquellas que hacen de sus imperfecciones un ejercicio de estilo capturando estados de ánimo, consignando errores o vanidades y valentías para la posteridad.

Por supuesto que este asunto de las inclusiones y exclusiones de obras y artistas no sólo se remiten al ámbito literario. Cabe recordar que yo soy pintor y no sólo desde esta disciplina es que planteo como escritor, sino que también es de allí donde se me vienen primero a la cabeza la mayoría de mis referentes. ¿Podrá alguien hoy en día comprender la ruptura, el desafío, la rebelión que significaron los pintores impresionistas durante la segunda mitad del siglo XIX, por ejemplo? Creo que no. A nuestros ojos contemporáneos el arte impresionista es “bonito” e incluso “decorativo” pero situémonos en el contexto en el cual esta tendencia germinó.

Durante el siglo XIX el principal medio por el cual los pintores conseguían aceptación era a través de los Salones o Exposiciones Nacionales y el no ser aceptado en un Salón suponía la marginación y el fracaso. La decisión de incluir o excluir las obras competía a los jurados formados por autoridades académicas cuyos criterios se basaban en las tradiciones más conservadoras por lo que rechazaban las obras que supusiesen una ruptura con el arte oficial. En 1863 se organizó una exposición con las obras que el jurado no había admitido. A esta exposición se la llamó Salón de los rechazados y entre los artistas allí expuestos se encontraba nada menos que Manet. Algunos años más tarde, en 1874, el Salón de los rechazados da origen a la primera exposición impresionista con Monet, Cézanne, Renoir y Pissarro, entre otros.

¿Quién es el Manet de Años Luz?, ¿Quiénes los visionarios que escaparon a la exhaustiva búsqueda del amigo Novoa?, ¿quiénes serán los grandes ausentes de las próximas antologías a ser publicadas?

Esas son las preguntas que ansioso espero ver respondidas para eventualmente armar mi propia antología que llevará por título (obviamente) El Salón de los Rechazados. Editoriales interesadas en este proyecto ya saben donde ubicarme.

©2006, Sergio Alejandro Amira

Novoa en Catalejo

por Sergio Alejandro Amira

Oficialmente conocí al amigo Novoa a fines del 2005, pero tras una amena charla que sostuvimos de regreso a la V región tras visitar a Hugo Correa me enteré que le conocía desde mucho antes. ¿Cómo es eso? Pues bien, ocurre que allá por 1989 yo residía en la austral ciudad de Punta Arenas donde era bastante difícil conseguir algún cómic, chileno o no. Una amiga viajaba a Santiago y le imploré que me consiguiera algunos y fue así como entre otros títulos llegó a mis manos Catalejo, un cómic “made in Valparaíso” cuya portada inmediatamente llamó mi atención. Pasaron los años, mi interés en el cómic descendió considerablemente tras mi partida a Inglaterra y se renovó a mi regreso a Chile. Pero lamentablemente entre tantos viajes y mudanzas perdí todos mis cómics chilenos con dos notables excepciones: El Cuete y la ya mencionada Catalejo. ¿Cómo es que estos dos ejemplares lograron sobrevivir?, no tengo la menor idea pero me alegro que haya sido así tras perder toda mi colección de Bandido, Trauko, Ácido y Matucana.

Pues bien, ya con el conocimiento que el amigo Novoa había participado de Catalejo consulté mi copia al llegar a casa y sí, en el cuarteto editor figuraba un Novoa junto a Ariel Pereira, Bonaparte y Jucca. ¿Era ese Novoa el mismo que yo conociera por intermedio de Luis Saavedra? Al parecer odo indicaba que sí.

En cuanto a Catalejo cabe mencionar que el número en mi poder era el #2 y dentro de los cómics que valían la pena se encontraba el Anarko IV y IV ½ de Jucca (Anarko nunca defraudaba); El otro Valpo de Vitro, donde los objetos del baño tales como el water, el espejo y las llaves del lavamanos intentan disuadir al dueño de casa de no cometer suicidio; Otra visión y La zona de Ariel Pereira; ¿Está Tánax? de Richie, que nos presenta a un simpático y jocoso grupo (si es que puede existir tal cosa) de lo que parecen ser a todas luces neo-nazis porteños; y finalmente Extra, de Ve Jota en lápices y el amigo Novoa en guión. Ni toda la lujuria del mundo conmueve la palidez de tu anonimato, podemos leer en la última viñeta- ¡Esto es poesía, señores!, como la que Marcelo tan hábilmente despliega en el poemario que tuvo la gentileza de obsequiarme aquel día en que no pudimos ver a Hugo Correa tras su post-operatorio a los ojos pero sí intuimos su presencia sentados en el living de su casa mientras charlábamos con su señora.

Arte Cortante se llama el libro de poemas del amigo Novoa que tras leerlo no entrega ningún indicio de sus inclinaciones cienciaficcioneras pero sí una excelente experiencia poética de contemplación infusa. El pincha-libros Alvaro Bisama dijo de Arte Cortante que es un metatexto que recurre a la estética de la estática cuya voluntad poética funciona como el escombro prefecto de una tradición colapsada en el nuevo siglo (¡esa onda!).

Pero más allá de lo que puedan decir los periodistas o críticos, los amigos o ex-amigos, los traficantes de harmalina rebajada, los escritores de sensibilidad telepática, los investigadores de infracciones denunciadas por suaves ajedrecistas paranoicos, los repartidores de autos de procesamiento fragmentarios y escritos en taquigrafía hebefrénica acusando de inconcebibles mutilaciones del espíritu, los burócratas de oficinas espectrales, los agentes de estados policía sin constituir, los vendedores de orgones envasados, los corredores de sueños y recuerdos exquisitos probados en las células sensibilizadas de la carencia de droga y permutadas por voluntad en bruto y los médicos experimentados en el tratamiento de enfermedades latentes en el polvo negro de ciudades en ruinas, hay que dejar que los poemas hablen por sí solos:

Nunca bailé la horrorosa onda disco

juro que vi cuerpos hinchados de tedio, pies lastimados
por ningún rito, insomnes parejas muertas en las cunetas.

tristes luminarias pobres galpones alumbrando su torpe
contento, apenas un delito de multitudes. afuera tierra
baldía donde tirar bajo la luna desvanecida de una
coca-cola.

entonces bebimos licor barato, temprano para retornar a
casa poblada de objetos fantasmales que amaron nuestros
padres. donde soñar siquiera una fosa i domir, al ocupado
mediodía de los demás.

En efecto, el amigo Novoa no utiliza mayúsculas en sus poemas, y su libro tampoco cuenta con números de página. Por lo demás, ¿dónde diablos queda Huanhualí?

© 2006, Sergio Alejandro Amira

Un dios que evoluciona

Exordio

Poseo una deuda histórica con TauZero que me he propuesto saldar. Hace varios años, cuando me hallaba pesquisando los resultados del concurso Fixion 2000 (ver Finding Shklovski en TauZero #1) llegué al ahora extinto foro de Utopika cuando sí se debatía sobre ciencia ficción y temas afines. Uno de mis primeros post (lo recuerdo muy bien) versaba sobre una nota aparecida en el “prestigioso” suplemento Artes & Letras del diario El Mercurio sobre un ciclo de cine de Tarkovsky. En el artículo, un poco informado periodista se maravillaba ante la imaginación del cineasta, capaz de “concebir” un planeta viviente como Solaris. Mis descargos, obviamente, apuntaban hacia la omisión de Stanislaw Lem, verdadero “padre” de la criatura.

Luego de este post al que nadie respondió (al parecer a los contertulios Lem y Tarkovsky les parecían algo aburridos) intenté abrir un debate en torno a la teoría del Punto Omega de Frank Tipler, a la que había llegado tras la lectura de un par de libros que me impresionaron muchísimo: Hyperion y La caída de Hyperion de Dan Simmons, pero el único que respondió solicitando info al respecto fue rmundaca. Al parecer mi post había llegado tres años adelantado ya que posteriormente los mensajes relativos a los Cantos de Hyperion (como se conoce a la saga) inundarían el mentado foro propiciando incluso la creación de una página Web para descargar las versiones digitalizadas de la tetralogía (e Hijos de la Hélice).

El caso es que desde la fundación de TauZero que rmundaca esporádicamente continúa demandando una nota sobre el Punto Omega. Extenuado (al igual que Unda Sanzana con lo del “Moon Hoax”) de su permanente hostigamiento he decidido escribir algunas líneas sobre el Punto Omega usando como pretexto los Cantos de Hyperion de Dan Simmons, tan íntimamente ligados a la historia de TauZero como yo mismo y sobre los cuales, sin embargo, jamás hemos hecho referencia alguna. Por esto mismo, y antes de adentrarnos en el territorio de la filosofía teológica, cabe referirnos brevemente a Dan Simmons y sus Cantos de Hyperion.

Lo primero que podríamos decir de Simmons, sin duda de particular importancia en una sociedad exitista como la nuestra, es que el tipo puede clasificarse dentro de la casta de los autores de “bestsellers”, no al nivel de ese monstruo que es Stephen King, por cierto, pero sí de gente como Tom Clancy o Michael Crichton. ¿Y qué diantre es un bestseller?, pues no sólo un libro que vende mucho, en mi humilde opinión, sino un libro que trasciende el “género” al que supuestamente pertenece.

Tomemos un ejemplo cercano: Ygdrasil de Jorge Baradit es un bestseller, si usted va a la librería Antártica del mall Alto las Condes en Santiago (como fue mi caso) no va a hallar la novela de Jorge relegada a un oscuro anaquel en la sección de cf y fantasía, no señor, lo encontrará entre lo último de Dan Brown y J. K. Rowling. ¿Estrategia de marketing de la editorial? Posiblemente, en un país donde la cf no es una etiqueta vendedora la mejor táctica es alejar el producto lo más posible de tal denominación genérica. Pero también es cierto que Ygdrasil (como Hyperion) es una obra transversal que puede ser accedida por cualquier tipo de lector, libre de las expectativas que normalmente nos impone tal o cual “género”.

Esto lo sabía muy bien el maestro William Burroughs, con cuya obra alguna vez comparé Ygdrasil. “Es cómo Expreso Nova pero coherente”, le dije a Baradit tras leer el manuscrito que me confió sin saber que Norman Spinrad había calificado de igual forma su novela Incordie a Jack Barron (publicada por entregas en New Worlds en 1968). Como bien lo dijiste, Jorge, todos escribimos “el libro”.

Hay ciertos intelectuales pedantes a los que una obra bajo el rótulo de bestseller podría causar escozor, yo como no soy un intelectual pedante quiebro una lanza por el bestseller. ¡Vivan Barbara Wood e Isabel Allende!, ¡vivan Harry Potter y El Código da Vinci!.

Recuerdo una definición que leí alguna vez de lo que sería un “clásico” en literatura: “un libro que todo el mundo sabe que debería leer pero nadie lee”. ¿No son los bestsellers lo contrario justamente a esto?, ¿no se escriben los libros para ser leídos al fin y al cabo?

Ahora bien, hay quien puede asegurar que bestseller no es sinónimo de calidad, que no puede compararse a la Dra. Cole con Finnegan’s Wake. Cierto, y es aquí donde debemos recurrir al género para establecer que la primera es una obra notable dentro de los parámetros de las novelas románticas para señoras mientras que el segundo lo es también para los intelectuales pedantes de esos que sacan una cita de la nada como ésta: The fall of a once wallstrait oldparr is retaled early in bed and later on life down through all christian minstrelsy. The great fall of the offwall entailed at such short notice the pftjschute of Finnegan, erse solid man, that the humptyhillhead of humself prumptly sends an unquiring one well to the west in quest…

¿Y como medimos calidad en términos literarios, por cierto? La forma más pedestre sería comprobar si el autor cuestionado posee algún premio. ¡Y vaya si Dan Simmons los tiene! (de él estábamos hablando, ¿recuerdan?) Su primera novela, La canción de Kali, obtuvo el World Fantasy Award mientras que Hyperion, el prestigioso premio Hugo. Los galardones de Simmons se acumulan: varios Locus y Bram Stoker Awards, el French Prix Cosmos 2000, el British SF Association Award, el Theodore Sturgeon Award, etc.

De acuerdo, Simmons es un autor exitoso tanto en ventas como en críticas y gracias a ello es que tipos como yo hemos podido leerlo. Pero finalmente no voy a recomendar su lectura por estas razones, sino por su eclecticismo; su falta de pudor a la hora de meter en la coctelera todo lo que se le vino en mente; por amalgamar con maestría géneros y subgéneros como la space-opera, el cyberpunk y la novela negra; por beber de las fuentes mitológicas y religiosas; por llevar las ideas a sus últimas consecuencias; por ser extremadamente original a la vez que sumamente conservador; por crear personajes entrañables; mundos espectaculares; sociedades increíbles… En suma, las mismas virtudes que hacen de Ygdrasil una obra notable.

Tras todo este divagador preámbulo y consciente que el tema puede extenderse más de lo recomendado la siguiente nota será dividida en tres partes.

Tomaremos como inicio entonces la siguiente pregunta formulada por Joseph Severn (alias del segundo cíbrido de John Keats): ¿Es posible que una deidad evolucione a partir de la conciencia humana sin que la humanidad lo sepa? Esto da pie al fragmento que sigue:

–Yo enseñé que según san Teilhard, esto era posible –señaló fatigosamente Duré–, pero si ese Dios es un ser limitado, que evoluciona tal como hemos hecho los demás seres limitados, pues no, no es el Dios de Abraham y Cristo.

Monseñor Edouard asintió.

–Hay una antigua herejía…

–Sí –dije–, la herejía sociniana. Oí que el padre Duré se la explicaba a Sol Weintraub y al cónsul. Pero no importa como haya evolucionado esta… potestad, ni si es limitada. Si Ummon dice la verdad, nos enfrentamos a una fuerza que usa cuásares como fuentes de energía. Es un Dios que puede destruir galaxias, caballeros.

–Eso seria un dios que destruye galaxias –enfatizó Duré–. No Dios.

–Pero si no es limitado –repliqué–, si es el Dios del Punto Omega, la conciencia total acerca de la cual usted ha escrito, si es la misma Trinidad que la Iglesia de ustedes formula y teoriza desde antes de Santo Tomás, si una parte de esa Trinidad ha retrocedido en el tiempo hasta aquí y ahora, ¿qué pasa?

El anterior diálogo ejemplifica muy bien los dilemas teológicos que conciernen a la Saga de Hyperion y que básicamente tiene que ver con la posibilidad de Dios o un “dios” que no es Creador sino criatura. Simmons da particular importancia a las ideas del sacerdote jesuita Teilhard de Chardin (a quien convierte en “san” Teilhard) y menciona de paso la “herejía” sociniana y más acabadamente el concepto del Punto Omega que trascendió los ámbitos de la religión para instalarse en la ciencia de la mano de Frank Tipler y John D. Barrow con el libro The Anthropic Cosmological Principle (Oxford Univ. Press, 1986), que a su vez sirvió de base para la teoría de Tipler desarrollada en «Física de la inmortalidad. Cosmología moderna, Dios y la resurrección de los muertos» (1994). Los tres apartados de esta nota denominada Un dios que evoluciona obtendrán sus títulos a partir de los enunciados del anterior fragmento de la novela de Simmons y serán, en orden cronológico: La herejía sociniana, las enseñanzas de san Teilhard y finalmente (y para delicia de rmundaca) El Punto Omega.

Apartado 1: La herejía sociniana

El Socinianismo es un movimiento religioso de teología unitaria que tomó forma gracias a dos teólogos del siglo XVI: Lelio Sozzini (o Socino), y su sobrino Fausto Sozzini quien, perseguido por sus creencias, encontró refugio en Polonia donde se unió a otros reformadores liberales y antitrinitarios en el grupo denominado Hermanos Polacos (destruido posteriormente por la Contrarreforma Católica). Antes de explicar en qué consiste la herejía sociniana a la que alude el segundo cíbrido de Keats, sin embargo, debemos establecer en que consiste la teología unitaria y el antitrinitarismo.

El Unitarismo encuentra sus orígenes en los primeros siglos del Cristianismo y se fundamenta en el rechazo a la idea de la Trinidad considerándola como contraria a las enseñanzas originales de Jesús. La imposición del Credo católico y del dogma trinitario en los Concilios de Nicea (325) y Constantinopla (381) condenó como herejías estas ideas y supuso la persecución de sus seguidores. Al estallar la Reforma y dentro del espíritu protestante de libre examen de la Biblia numerosos intelectuales publicaron sus propias interpretaciones acerca de la doctrina cristiana sin esperar por supuesto la aprobación de la “corrupta” Roma. Uno de estos intelectuales fue el médico y teólogo español Miguel Servet (1511-1553) que en su libro De Trinitatis Erroribus debatió racionalmente la doctrina trinitaria, ideas que se consolidarían posteriormente en su obra cumbre Christianismi Restitutio. Las heterodoxas opiniones de Servet le convirtieron en un proscrito en toda Europa, siendo perseguido tanto por la Inquisición como por Calvino y sus partidarios, quienes finalmente le aprehendieron en Ginebra y condenaron a morir en la hoguera.

Las críticas propiciadas por Servet de las doctrinas tradicionales fueron retomadas por los humanistas de Italia del norte que, independiente de Lutero, Calvino y otros reformadores, desarrollaron sus propias teologías liberales. Y es aquí donde entran Lelio y Fausto Socino.

Antes y después de la muerte de Servet, varios religiosos italianos que adherían a su pensamiento huyeron de la Inquisición buscando refugio en Ginebra y Zürich, dentro de ellos se encontraba Lelio Socino (también conocido como Laelius Socinus), nacido en Siena (Toscana) en 1525 y fundador del movimiento intelectual Antitrinitario. La influencia de Lelio fue mucho mayor tras su muerte que en vida y su mayor aporte fue demandar respuestas racionales a preguntas teológicas, posición que por supuesto no aceptaba dogma alguno; las Escrituras eran vistas como un testimonio y no un depositario de dogmas inventados. El rol del la voluntad e intelecto humanos adquirieron mayor relevancia pudiendo el hombre controlar sus propias decisiones morales realizadas en trono a una base racional. La Iglesia perdió toda su aura sobrenatural y se convirtió en una sociedad de creyentes. Los sacramentos fueron despojados de sus poderes mágicos y se convirtieron en ceremonias. A decir verdad los conceptos de Lelio eran similares a la doctrina de Servet pero sin la metafísica filosófica que había servido de poderoso instrumento para negar los dogmas Cristianos. El pensamiento de Lelio posteriormente llegaría a su máxima expresión con la escuela creada por su sobrino Fausto: el socianismo
Fausto Socino (1539) nació en Siena al igual que su tío y provenía de dos familias muy distinguidas de la república de Toscana. Perdió a sus padres a muy temprana edad y es poco lo que se sabe de sus años de juventud. En 1561 Fausto dejó Italia y marchó a Lyon para adquirir experiencia como mercante. Allí entró en contacto con los movimientos religiosos radicales y particularmente con el pensamiento de su tío Lelio. Tras la muerte de Lelio en 1562, Fausto abandonó Lyon y se marchó a Zürich donde adquirió los manuscritos y notas de su tío (posteriormente, en una carta escrita a un amigo de Transilvania, Fausto confesaría que no tuvo otro maestro humano en la vida excepto los escritos de Lelio).

Fausto Socino escribió gran parte de sus trabajos teológicos en Suiza e incluso en Italia y el corazón de sus doctrinas concordaba con aquellas de la Hermandad Polaca:

  • Antitrinitarismo o negación del concepto tradicional de la Trinidad.
  • Unitarianismo o negación de la preexistencia del Hijo (Jesús).
  • El concepto de redención a través de actos morales.
  • El concepto de dualismo radical, es decir, diferencia radical entre Dios y humano.
  • El estatus de moralidad de Adán antes de su caída.
  • El concepto de religión practicado como principios éticos, o sea, la convicción que órdenes morales como el Sermón de la Montaña deben ser practicados.
  • La convicción que el hombre es capaz de desarrollar la voluntad de seguir a Cristo y así obtener la salvación.
  • La oposición al misticismo que requiere cierta iluminación especial para acceder a la verdad religiosa.
  • La convicción que el razonamiento natural del ser humano es suficiente como para etender e interpretar las Escrituras.
  • Socino aceptó la posición empírica que dicta que todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia sensorial: Nam, ut dictum est a Philosopho, nihil est in mente, sive in intellectu, quod non prius fuerit in sensu.
  • Ahora bien, en cuanto a la Cristología Antitrinitaria, Socino en su primer tratado escrito en 1562 bao el titulo Explicatio primae partis primi capitis Evangelii Joannis, entrega una interpretación distinta de las palabras de Juan (Juan 1:1-3) que niegan el dogma Trinitario. Tradicionalmente, este capítulo fue interpretado sobre la base de la filosofía y religión griega que asumía la existencia de una segunda persona, el Hijo de Dios o Verbo o Logos, que era una entidad cósmica preexistente con Dios Padre y unido a él por la misma sustancia. De acuerdo a esta exégesis posteriormente el Hijo de Dios se volvió “carne”, o sea un ser humano, Jesús, pero sin dejar de ser Dios.

    El argumento de Socino contra esta interpretación se apoya en la falta de consistencia que guarda con otros pasajes de las Escrituras. Tanto en Lelio, como Fausto el “comienzo” no se refiere al Génesis sino que debe ser entendido como el inicio de las enseñanzas de Jesús. La noción de la preexistencia del Verbo (Logos) como una entidad cósmica ha sido aceptada en la teología tradicional bajo la influencia de la filosofía platónica y no como algo emanado de los Evangelios. En los Evangelios el término Logos (palabra) se refiere al Jesús histórico (el hombre que fue crucificado) y no el Verbo eterno y cósmico. Al llamar Palabra a Jesús, Juan quería decir que Cristo estaba proclamando la palabra de Dios.

    De acuerdo a Socino, el verdadero entendimiento de la expresión escritural “el hijo de Dios” aplicada a Jesús no significa que Él haya nacido gracias a la intervención del Espíritu Santo, sino que se refiere a su “similitud” al Padre en tres funciones:

    1. Conocimiento: Jesús conocía las mentes y corazones de hombres y mujeres como ningún otro profeta o ángel.

    2. Inmortalidad: Jesús ha sido el primer y único ser humano en obtener la inmortalidad (pese a que las Escrituras mencionan que Enoch y Elías fueron llevados al cielo, no resucitaron y tampoco existe evidencia que hayan sido hecho inmortales).

    3. Poder: Jesús tenía poder sobre las mentes y cuerpo de los demás seres humanos. Además dirige buenos y malos espíritus y juzga a los seres humanos de acuerdo a sus meritos recompensándolos con vida eterna o castigo. Pero el poder de Jesús se extiende sólo sobre la gente que pertenece a la Iglesia. Y la Iglesia se entiende como la gente que tiene conocimiento de Jesús, incluyendo quienes lo niegan.

    Por último cabe mencionar que la expresión “Espíritu Santo” para Socino no denota una tercera persona o Dios. El Espíritu Santo no es una entidad cósmica, es el poder de Dios y la efectividad de sus acciones, el poder de santificar a las personas.

    En el contexto de La saga de Hyperion podemos concluir que la herejía sociniana se refiere específicamente a la visión de Jesucristo “sólo como un hombre” (aunque revelación por excelencia de Dios) lo que se ejemplifica muy bien en el siguiente pasaje del El ascenso de Endimión, durante el sermón de Aenea en T’ien Shan:
    Liberado de las restricciones del tiempo al vislumbrar la atemporalidad del Vacío Que Vincula. Jesús comprendió que él era la clave… no sus enseñanzas, ni las escrituras basadas en sus ideas, ni la servil adulación de él o del Dios del Antiguo testamento, un Dios en quien creía con firmeza y que de pronto había evolucionado, sino él, Jesús, un hombre humano cuyas células contenían la clave para abrir el portal. Jesús sabía que la aptitud para abrir esa puerta no residía en su mente ni en su alma sino en su piel, sus huesos y sus células… literalmente, en su ADN.

El sueño de Hierro

La novela de Normand Spinrad El sueño de hierro (1972) no es sólo una ucronía, sino además una ucronía dentro de una ucronía. Spinrad propone un mundo producto de la divergencia creada por un Adolf Hitler que, tras intervenir un breve periodo en actividades políticas extremistas en Alemania, emigra a Nueva York en 1919.

En la ucronía «principal» que propone la novela, Hitler se convierte en ilustrador de pulps de ciencia-ficción, iniciándose como autor de dicho género en 1935 y llegando incluso a dirigir una revista llamada Storm y a ganar un Hugo póstumo en la convención de 1955 por su novela El señor de la swastika. Esta otra ucronía, que compone el grueso del libro, es la historia de Feric Jaggar, un joven genéticamente puro quien habita una Tierra alterna cuya población ha sufrido los efectos de una guerra termonuclear que ha causado horrendas mutaciones de las cuales la más peligrosa es la representada por los malignos y telepáticos «Doms» de Zin (capaces de coaccionar y someter a los demás seres convirtiéndolos en títeres). La agenda de los Doms incluye la infiltración de la capital de los «hombres verdaderos», Heldon, y la corrupción del caudal genético de sus ciudadanos.

Feric, al igual que el propio Hitler, ha nacido fuera de la nación que terminará liderando (es hijo de exiliados políticos), y una vez cumplida la mayoría de edad, viaja a Heldon para someterse a las pruebas de pureza racial y así obtener la ciudadanía helder. Apenas Feric arriba al control fronterizo descubre que los funcionarios están bajo el sistema de dominio de un mutante de Zin que permite la entrada de todo tipo de aberraciones genéticas, y al que Feric intenta desenmascarar sin éxito.

Feric volverá más tarde sin embargo, encabezando una muchedumbre de hombres verdaderos que rescatará a los oficiales fronterizos eliminando al Dom. A partir de este punto Feric, convencido que el triunfo de Heldon, la pureza genética y la verdadera humanidad se han fundido con su destino personal, inicia una meteórica carrera política que le llevara, tras hacerse del mítico Gran Garrotte de Held, a convertirse en el Comandante Supremo de Heldon y a declararle la guerra a los mutantes. Al mando de sus ejércitos Feric llegará hasta la capital misma de Zin, destruyéndola por completo antes que un Dom sobreviviente detone el arma definitiva de los «antiguos» que en cuestión de minutos envía al aire millones de toneladas de polvo radiactivo. Las matrices de tus preciosas mujeres de sangre pura sólo producirán enanos jorobados, caras de loro, pieles azules y docenas de nueva mutaciones, quizá incluso nuestra propia especie, sentencia el anciano Dom antes de ser destrozado por el Gran Garrote de Helm (este vil ataque de los Doms no será un contratiempo para Feric por supuesto).

El señor de la swastika está escrita en el mismo tono que un panfleto propagandístico fanático. Feric Jaggar es prácticamente invencible, un übermensch cuyos enemigos están descritos con una vileza tal, que justifica todas las atrocidades contra ellos cometidas en nombre de la humanidad “verdadera.”

Al final de El sueño de hierro nos es posible conocer algunos aspectos del mundo alternativo en que El señor de la swastika fue escrita, esto gracias al comentario de un tal Horace Whipple que ridiculiza la obra de Hitler, un libro, según él, pletórico de obsesiones fálicas, fetichismo, y homosexualidad, …escrito en seis semanas por un escritor de pulps que nunca demostró talento literario, y que bien pudo haber escrito el libro mientras sufría los primeros síntomas de una paresia.

La lectura del comentario de Whipple nos muestra los alcances, más allá del mundillo literario de la ciencia ficción de la edad de oro, de una Tierra donde Hitler nunca lideró el partido nazi. En esta versión alterna de nuestro mundo la Gran Unión Soviética ha alcanzado niveles de antisemitismo tan atroces como los de la Alemania nazi (pereciendo cinco millones de judíos en la ultima década), además de dominar Eurasia, la mayor parte de África y las republicas sudamericanas, alzándose sólo Japón y Estados Unidos como últimos bastiones de la libertad, en un mundo que parece destinado a perecer bajo la marea roja. Whipple, basado en ciertos indicios que señalaban que el incipiente partido nazi de su mundo habría sido antisemita, especula que los Dominantes de Zin tal vez simbolizaran a los judíos de no ser por que evidentemente son una alegoría de la Unión Soviética, a raíz de esto Whipple se muestra desconcertado con respecto a los mutantes que infestan El señor de la swastika, no encontrando paralelo alguno para ellos con la realidad contemporánea. Esta incapacidad de extrapolación, dada por el contexto histórico de la realidad divergente de El sueño de hierro, hace que Whipple además, considere altamente inverosímil el surgimiento de un ser como el protagonista de la obra de Hitler, y más aún, la idea que una nación se arrojara a sus pies …por obra de manifestaciones multitudinarias de fetichismo publico, de orgías de estridente simbolismo fálico, y de asambleas de oratoria histérica adornadas con antorchas. Un personaje como Feric Jaggar, concluye Whipple, podría ofrecer un liderazgo férreo a una nación, pero a un alto precio, podríamos ganar el mundo, pero perderíamos nuestras almas.

© 2006, Sergio Alejandro Amira

Título: El Sueño de Hierro.
Autor: Norman Spinrad
Título original : The Iron Dream (1972)
Traducción: Aníbal Leal
Portada: Manuel Calderón
Precio: 15.95 euros
Páginas: 270
ISBN: 84-96013-25-1

Los Dominios de Grumm

A fines del 2004 llegó a la redacción de TauZero un mail de un joven autor que nos ofrecía un par de cuentos para que considerásemos su publicación, lo avalaba el haber publicado en otros sitios Web y el estar preparando una monumental novela. Los dos cuentos eran lo que se podría denominar fantasía heroica o épica, capa y espada o derechamente dragonadas. Porque déjenme advertirles que en los cuentos de este chavalillo había dragones a mogollones. Ni a mí ni al Sr. Director de TauZero nos llamaba mayormente la atención este género, pero una vez que leí la prosa del amigo valenciano quedé enganchado y convencí a rmundaca qué debíamos publicarlo ya que prometía bastante. Tal fue mi entusiasmo que incluso me ofrecí a ilustrar sus cuentos: Cubil abyecto (TauZero #10, diciembre 2004) y La Sangre del Sistrian (TauZero #12, febrero 2005).

Pero mi entusiasmo lejos de decrecer aumentó y me atreví a solicitar a quien ahora consideraba un amiguete, la utilización de uno de sus personajes en un cross-over que tenía planeado. Pero la tarea no fue fácil, yo sólo quería utilizar a un personaje, a Larva, aquel mercenario zombie de Cubil abyecto que había dibujado (con y sin armadura), pero debía saber más de su mundo, más sobre Argos, sus dioses, continentes, países, costumbres y de esta forma terminé leyendo las biblias que Tobias Grumm (alias David Mateo) redactó para conformar su mundo (¡cómo si no fuese poco con entender mi propio universo de Caro data archangeli ahora debía adentrarme en la Tierra del Dragón). Bueno, el resultado le gustó a jóvenes y talentosos escritores como Gabriel Mérida y… Gabriel Mérida, entre otros (recomiendo leer Para no estar solos para comprender este mal chiste).

Bueno, la idea no era extenderse más de la cuenta en esto, que debía ser una mención al lanzamiento de la segunda novela de Tobias Grumm: El último dragón. Cuando el Equipo Sirius nos envíen un par de copias de este libro (para el director y el editor respectivamente) y aprovechen de adjuntar Nicho de reyes (que seguimos esperando), las reseñaremos como es debido.

Felicitaciones a Grumm desde este lado del charco y no olviden leer mi cuento El Unicornio en el primer número de Tierras de Acero, la revista del polifacético autor David Mateo, fan #1 en Valencia de Spider-Man y Amaral.

Título: El Último Dragón / La Tierra del Dragón 2
Autor: Tobías Grumm
Editorial: Equipo Sirius
Colección: Transversal. ISBN: 8496554082
544 páginas
Rústica con solapas

De Trato Bestial a Danny Chilean

Conversación con Jorge Baradit por Sergio Alejandro Amira

Sergio Alejandro Amira: En Latinoamericana existe una notable tradición de literatura fantástica con autores como Carpentier, Rulfo, García Márquez, Macedonio Fernández, Felisberto Hernández, Borges, Cortazar y Bioy Casares. Sin embargo y pese a esta notable tradición la narrativa chilena insiste en la maldita ficción testimonial, dejando de lado prácticamente la literatura de género. María Luisa Bombal, Braulio Arenas, Teófilo Cid, Hugo Correa, no alcanzan a ser suficientes como para marcar una tendencia. José Donoso decía que en Chile no se le perdona a ningún escritor que no sea realista. ¿Qué comentarios te merece todo esto?, ¿somos un país de poca imaginación, un país que le teme a la imaginación acaso?

Jorge Baradit: Creo que lo hemos comentado muchas veces. Tengo la impresión que la estrecha relación de los artistas chilenos con los movimientos de izquierda marcó a fuego la idea de arte como una actividad con fuerte compromiso social. El arraigo del arte a la cuestión social significó un fuerte arraigo del arte hacia la realidad. El arte es denuncia o es escapismo.

Además, somos un pueblo ordenadito y disciplinado con temor de la excepción. Nos asustamos con el que se sale de la fila, y la imaginación es salirse de la fila cada vez que se pueda.

Sergio Alejandro Amira: Sergei Esenin se cortó las venas y se ahorcó. Con su sangre escribió su último poema. ¿Si fueras a suicidarte, cómo lo harías? ¿Que rituales, si es que, implementarías? ¿Dejarías una nota, un texto críptico con tu sangre en una pared?

Jorge Baradit: El suicidio es algo personal, es la última conversación con uno mismo. Definitivamente no es una “puesta en escena”, al menos para mí. Recuerdo haber leído de una actriz mexicana que preparó una suite llena de flores para escenificar su muerte soñada entre almohadones, joyas y terciopelo. Pero las enchiladas le jugaron una mala pasada al combinarse con los barbitúricos y la encontraron muerta con la cabeza metida en el water.

Los grandes suicidios no responden a puestas en escena artificiales, el telón de fondo es el contexto histórico en el que deciden hacer su gran gesto final, como Salvador Allende, que convirtió su suicidio en la apoteosis y final de toda una época, al menos para nuestro país. Los chilenos tenemos ilustres suicidas: Balmaceda, Pablo de Rokha, La Violeta, Allende, y Arturo Prat, que se suicidó usando un barco completo en vez de pistola. Lástima que el suicida con el que todos soñamos haya decidido apagarse entre babeos y pañales para adulto en su hacienda de Bucalemu.

Los únicos que ganan muriendo son los héroes. Los poetas y “bleeding hearts” que se quitan la vida porque ya no soportan el mundo son una manga de mamones sin ningún honor.

Para responder tu pregunta. Si me suicido sería en el fragor de algo imprevisto que me quemara de urgencia y en pro de algo relevante, te aseguro que no tendría tiempo de escribir ningún mensaje en ningún lado.

Sergio Alejandro Amira: hay famosos artistas adictos a las drogas, al cigarrillo o al alcohol. Escritores como Poe o Dylan Thomas eran alcohólicos y murieron de esa forma. Dylan Thomas prácticamente se suicidó bebiendo y sin embargo no podríamos afirmar que su corta vida haya sido peor que la larga vida de cualquier vegetariano new age. ¿Prefieres, como Aquiles, elegir una vida breve y gloriosa a otra larga pero oscura?

Jorge Baradit: ¿Se puede elegir una vida larga y gloriosa?

Sergio Alejandro Amira: No, supongo que elegir una vida no es como elegir un tomate maduro en la vega, pero sin duda que Aquiles pudo elegir entre quedarse en casita y no ir a Troya. Permíteme reformular la pregunta: ¿Qué te parece el maldito estereotipo del artista suicida, del artista muerto joven?

Jorge Baradit: Nuestros más grandes artistas se murieron de viejos, después de una larga y hermosa vida llena de batallas y glorias donde murieron y renacieron varias veces. A veces me patea esa canonización automática que sufre el artista muerto joven independiente muchas veces de la calidad de su obra. En términos populares ni hablar del sobrevalorado Jim Morrison, alabado sólo por ser un alcohólico, limítrofe y suicida estrafalario. Hay que recordar que el más salvaje de todos los jóvenes, Rimbaud, huyó de la poesía y se fue a vivir lejos. El más terrible de todos huyó.

Sergio Alejandro Amira: El bosque de indicios donde el poeta surrealista permanece al acecho no es el bosque de símbolos donde Baudelaire permanece a la escucha… ¿A que bosque penetró Baradit para encontrar su árbol?

Jorge Baradit: Al único posible, al que queda adentro mío. Al bosque de Logres que cada uno tiene detrás de los ojos. Hoy escuché en el cine una frase que se quedó a vivir en mi interior: “Nunca, nunca abras la puerta que hay en el suelo…”. Ygdrasil es el nombre grabado en mi puerta del suelo.
Al decir “Bosque de Logres” recordé los libros de Joseph Campbell. Cuando decidí escribir Ygdrasil escogí la estructura de “quest” para la historia. La estructura más básica de todas y la más humana, quizá por lo mismo. La diferencia con el “Viaje del Héroe” de Campbell es que en Ygdrasil el arquetipo está torcido y las cosas ocurren entre engaños que no reivindican a nadie.

Ygdrasil es mi columna vertebral, ese árbol que distribuye con sus ramas los impulsos eléctricos de microintensidades que se transforman en imágenes desenfocadas de lo que ocurre en las profundidades de mi pandemonio.

Sergio Alejandro Amira: El Yggdrasil de la mitología nórdica es el mundo-árbol que alberga a los nueve reinos de Asgard, Ljossalfheim, Midgard, Svartalfheim, Hel Jötunheim, Muspelheim, Vanaheim y Nifelheim. Según tengo entendido su nombre significa “El Caballo del Terrible”, siendo este terrible no otro que Odín o Wotan. ¿Qué es Ygdrasil para ti?

Jorge Baradit: Ygdrasil es el árbol donde se colgó Wotan, pero también es el árbol del paraíso, donde primero colgó una serpiente que le otorgó visión al hijo de Jehová. El árbol desde el que se sacó la madera para que dios volviera a colgarse a sí mismo. El árbol que cada hombre tiene en su columna vertebral, por donde sube la misma serpiente kundalini a repetir la historia, a despertar al hijo del hombre de su sueño, para que se ilumine e intente una y otra vez traicionar a su creador recombinando las runas, inventando máquinas, intentando darle vida a torpes esbirros electrónicos en su afán de revancha.

Sergio Alejandro Amira: Hace algunas semanas atrás leí el libro de Víctor Frankl El hombre en busca de sentido. El libro entero me impactó mucho, pero sobre todo el siguiente párrafo: Algunos detalles, de una muy especial e íntima grandeza humana, acuden a mi mente; como la muerte de aquella joven de la que yo fui testigo en un campo de concentración. Es una historia sencilla; tiene poco que contar, y tal vez pueda parecer invención, pero a mí me suena como un poema.
Esta joven sabía que iba a morir a los pocos días; a pesar de ello, cuando yo hablé con ella estaba muy animada. “Estoy muy satisfecha de que el destino se haya cebado en mí con tanta fuerza”, me dijo. “En mi vida anterior yo era una niña malcriada y no cumplía en serio con mis deberes espirituales.” Señalando a la ventana del barracón me dijo: “Aquel árbol es el único amigo que tengo en esta soledad.” A través de la ventana podía ver justamente la rama de un castaño y en aquella rama había dos brotes de capullos. “Muchas veces hablo con el árbol”“, me dijo. Yo estaba atónito y no sabía cómo tomar sus palabras. ¿Deliraba? ¿Sufría alucinaciones? Ansiosamente le pregunté si el árbol le contestaba. “Sí” ¿Y qué le decía? Respondió: “Me dice: Estoy aquí, estoy aquí, yo soy la vida, la vida eterna.”
Esta muchacha me hizo pensar en Mariana, y el árbol con el que hablaba obviamente Ygdrasil.

Jorge Baradit: Mariana es una metáfora de la coniunctio. Hizo todo lo posible para huir de su destino pero le resultó imposible. El destino la clavó a ella misma. Su vida es un samsara reducido a una sola vida con muchas muertes. Un trabajo histérico del cosmos para hacerla entrar al nirvana en una sola vida, pero a un nirvana de eterno dolor. Los chips sufren dolor cuando son atravesados por las descargas eléctricas de microintensidades.

Sergio Alejandro Amira: Una de las películas que más me impacto de niño (y que tuve la suerte de ver en el cine) fue Pinocho pero no fue sino hasta el presente año que leí el libro de Carlo Collodi. Me sorprendió ver lo mucho que difería la historia real de Pinocho con su adaptación fílmica. Está llena de crueldad, de actos violentos y muerte, como Ygdrasil. Y es más, Pinocho es tallado por Geppetto a partir de un trozo de madera “que lloraba y reía como niño”. Esto me hace visualizar a Mariana como una suerte de Pinocho. Mariana y el árbol Ygdrasil parecieran no ser dos entidades separadas sino una.

Jorge Baradit: Mariana nació de un tronco, su madre mutilada. De un remedo de cuerpo. De un cuerpo purificado de sus excesos, preparado sólo para sostener la columna vertebral y el útero (pista de aterrizaje para su espíritu ingresando a nuestro plano). Luego, Mariana renació del tronco de un árbol cuando el selknam la reconstruye (la historia no lo dice pero era un fresno de 500 años, plantado por cabalistas con el único objetivo de servir como eventual nuevo útero para la hija de la rebelión). Finalmente, Mariana cuelga del árbol definitivo. Como una magdalena crucificada contra el sephirot algorítmico, diciendo: Yo soy un árbol. Mis pies se hunden en el inconsciente colectivo de la humanidad y mis brazos se extienden como dendritas infinitas hasta cubrir la curva del universo. Soy el eje en torno al que giran los pensamientos de dios, el procesador que administra su buenaventura”.

Sergio Alejandro Amira: Lo primero tuyo que leí fue Angélica, cuento que presentaste para el taller que Pablo Castro y yo dirigíamos. De seguro recordarás lo que te dije en aquella ocasión. Pues bien, Angélica era el segundo cuento de una trilogía con un interesante pie forzado que dictaminaba que cada relato debía terminar con tres personas en una habitación cerrada y un disparo que lo resolvía todo. En el tercer cuento, reaparecía supuestamente Angélica (no como protagonista) y se atarían los cabos sueltos. ¿Qué ocurrió con ese tercer cuento que iba a llamarse Soledad y luego cambiaste a Magdalena?

Jorge Baradit: ese tercer cuento comenzó a crecer desaforadamente y terminó convirtiéndose en ATACAMA, la segunda novela de la que ya tengo completa la estructura y sus contenidos y que sólo me resta tomar el lápiz y comenzar a escribir. Me gusta escribir con lápiz, en lo posible esos lápices gordos de pasta azul que te regalan con logotipos de empresas o detergentes. Lo ideal es escribir sobre un block de roneo marca COLÓN. Su superficie blanda y rosácea me hace sentir que estoy labrando con fuerza con un punzón sobre la piel de alguna mujer. Mis páginas tienen relieve, como los cuadros de Van Gogh: furia medida.

Sergio Alejandro Amira: Una anécdota de Angélica es que el malvado militar originalmente se llamaba Gabriel Mérida, pero tuviste que cambiarle el nombre a Gabriel Calatrava a petición de su homónimo en el mundo real. Posteriormente se levantó cierta polémica porque Gabriel utilizó el nombre de Pablo en uno de sus cuentos. Esto me hace pensar en la clásica advertencia de la ficción televisiva que dice “todo nombre con personas vivas o muertas es pura coincidencia, etc.” Esto no es una pregunta, sólo una nota al margen, sigamos.

Jorge Baradit: OK.

Sergio Alejandro Amira: Alguna vez te dije que ser promiscuo en la lectura es fundamental y estuviste de acuerdo, es más, aseguraste que la promiscuidad literaria te cruzaba a todo nivel y que el único factor aglutinante entre los géneros que consumías era la fantasía.

Jorge Baradit: Sí, me interesan todos los mundos nuevos que el arte puede crear. Surrealismo, fantasía, religión, ciencia ficción, psicología profunda, mitología, etc. Ese gran libro de literatura fantástica que es la Biblia, la maravillosa fantasmagoría de Miguel Serrano. Hallo placer en Camelot o Bespin. El Walhalla o Agharta.

Sergio Alejandro Amira: Has dicho que no has leído mucha ciencia ficción, también me dijiste que no conocías a los escritores chilenos publicados el último tiempo. ¿Has leído algo de los autores que reseñan Ygdrasil en su contratapa al menos?

Jorge Baradit: ni idea. Espero tener el placer de conocerlos algún día.

Sergio Alejandro Amira: Mencionaste a Miguel Serrano. Varios de nuestros amigos y compañeros de “generación” lo han leído y admiran su prosa cuando no está divulgando sus ideas nacional-socialista-hitleristas-esotérito-herméticas (y si lo hacen nunca lo admitirían en público). Justamente la época en que te conocí a ti y a Pablo Castro comenzó a gestarse una suerte de reconocimiento a Serrano, algo escribió Lafourcade en el Mercurio, Warnken lo entrevistó a propósito de ese bellísimo libro que es Las visitas de la Reina de Saba, la revista Paula le dedicó un reportaje… ¿Crees que algún día será reconocido Miguel Serrano como el gran escritor que es? ¿Crees que llegará el día en que aquellos influenciados por su obra no teman gritarlo a los cuatro vientos?

Jorge Baradit: Ya está comenzando a ocurrir, como tu bien dices. Y está sucediendo de la misma manera que con todas nuestras otras grandes plumas: Se toma su obra, se limpia muy bien de cualquier “impureza” poco académica o por lo menos poco “aconsejable” y se rescata un aspecto menor, el menos subversivo, el menos incendiario. A los grandes se les desactiva igual que a una bomba. ¿En qué se convirtió la gran desgarrada, la crítica y luchadora social de nombre Gabriela Mistral? Se convirtió en una autora de poemas para niños. ¿Parra? En un payaso de la contingencia. ¿Neruda? En un buey que arrastra poemitas de amor. ¿En qué están convirtiendo a Serrano? En el viejito excéntrico que escribió Las visitas de la Reina de Saba, prologado por un famoso. El resto de su obra será considerada “un mero desatino de este gran genio de la poesía críptica”. No me cabe duda.

Sobre lo que dice Serrano acerca de cada punto de la Historia no me merece ningún comentario. Soy sólo un espectador de sus mistificaciones y maravillas como alguien que mira un atardecer que estalla en naranjas y morados incendiarios. ¿Qué se puede opinar del Tigre? ¿Se puede opinar de su conveniencia o inconveniencia? ¿Sobre su derecho a existir o no? Al tigre solo se puede asistir con sorpresa y abismo. Que otros busquen significados y explicaciones.

Sergio Alejandro Amira: Eduardo Anguita observa que el chileno presenta una curiosa conducta que se muestra en dos formas opuestas y contradictorias que darían para un ensayo antropológico. Una. Todo lo chileno es extraordinario; hay que rechazar lo extranjero. Un ejemplo: un crítico santiaguino (que ya no vive) reprochó reiteradamente un ciclo de conferencias –y todas muy inteligentes– que se efectuó, durante dos o tres semanas , en conmemoración del Dante. “Mejor hay que preocuparse y estudiar a nuestros autores”, comentó. La otra actitud: Un poeta chileno ha terminado una obra de poesía: le confía a un amigo bastante inteligente: “Esto podría firmarlo Rilke”. Respuesta: una sonrisilla compasiva. ¡Cómo va a ser posible que éste, que yo veo casi todos los días, que estudió conmigo en la Universidad…!, etc. No. Imposible. Yo lo veo casi a diario. Curioso constatar como aquí siempre está lanzando “La primera convención de ciencia ficción y Fantasía”, “La primera novela chilena de ciencia ficción”, etc.

Sergio Alejandro Amira: El año 2002 tuvo lugar una curiosa tertulia que contó entre sus asistentes a la catedrática norteamericana Andrea Bell, Luis Saavedra, Rene Weber, Pablo Castro y este servidor. Durante el almuerzo celebrado en un restaurante italiano caro y malo (sugerido por Weber) se trató no sólo el tema de una ciencia ficción chilena, sino latinoamericana.

Quedó claro que para los amigos del país del norte la CF latina era más bien una “curiosidad” como los Innuits que ciertos científicos inescrupulosos llevaron com “muestra viva” al Museo Americano de Historia Natural de Nueva York en 1897, curiosidad como lo fueron los tallados africanos para Picasso que hasta último momento negó haberlos visto previo a las Demoiselles de Avignon.

Durante dicho almuerzo pude ver por vez primera la portada del libro editado en EE.UU. que incluye el cuento de Pablo y debo decir que en una primera instancia me sentí ofendido por la representación de un maya sentado frente a un computador a la usanza de la iconografía precolombina. No tengo nada en contra de dicha iconografía, muy por el contrario, yo mismo me he servido de ella ampliamente en mi pintura y pasé por una fase de varios años que ahora denomino: “período influenciado por la imaginería precolombina”. Pero me ocurre lo mismo que a los afroamericanos que pueden decirse “niggers” entre ellos pero cuando un blanco ocupa la palabra ésta es ofensiva. Para mí la portada del libro fue ofensiva y me retrotrajo a mi estancia en Inglaterra donde todos mis profesores esperaban que yo pintara como Diego Rivera, Guayasamín o Frida Khalo por el simple hecho de ser un “indio”. Esto me significó varias peleas y hasta ser discriminado académicamente por no seguir el plan que me tenían delineado. Curiosamente no fue sino hasta que regresé a Chile y volví a entrar a la universidad que se despertó en mí el interés por los pueblos originarios y su arte.

Mi visión es que la gente de los estratos socioeconómicos medios y altos de Chile no se diferencia culturalmente de una forma tan radical a la de Estados Unidos. Por lo tanto, ¿por qué tendría que ser nuestra ciencia ficción tan distinta a la de ellos? Luis, o Pablo le señalaron a Andrea que si se cambiaban los nombres de los personajes de un cuento de Hugo Correa por ejemplo, sería imposible de identificar como chileno. Claro que hay temas que van a identificarnos y un investigador voluntarioso podrá identificar de seguro estos elementos y decir: la CF chilena es así o asá, pero esto no será más que un ejercicio taxonómico.

Lo que de verdad me molestó de la visión de Andrea Bell es esa búsqueda de “exotismo” propio de los conquistadores, esa imagen que la CF latinoamericana es un “indio con computador”, esa actitud de “miren, los indios también escriben CF, ¿que curioso, no?”

Puedo estar totalmente equivocado en mis apreciaciones, pero esa fue la impresión que obtuve de nuestros amigos norteamericanos durante dicha reunión. Una frase de la Sra. Bell aún me da vueltas: “ahora en Estados Unidos están interesados en la CF hecha por latinos, en el futuro podrá ser la CF escrita por los payasos”.

Jorge Baradit: Mmm… me habría encantado estar en esa reunión. América (nosotros) somos un pueblo en estado de formación. Todavía nuestros parientes del resto del mundo nos tratan como cuando miras a un bebé y dices -Uy, se parece a éste, o a éste otro- todavía no hay nada muy propio que decir. Entiendo perfecto tu molestia. Uno de los temas que más me ha interesado a lo largo de mi vida es el de la identidad americana. Nosotros, los americanos, que no somos ni indios ni europeos, estamos flotando sobre el territorio, ni siquiera sabemos los nombres reales de las montañas que vemos, los ríos que atravesamos o los valles que cultivamos, estamos en un entresueño. Vivimos mirando a nuestro padre que está lejos y que nos ve como hijo bastardo (Europa), y vivimos negando a nuestra madre que está debajo de nosotros y que no vemos por estar demasiado ocupados mirando hacia arriba, hacia el cielo, hacia la mente, hacia Europa (“no, si mi familia viene de Italia”). La otredad americana es una cazuela que recién tiene los ingredientes puestos en la olla, van a pasar 500 años más antes de ver qué sale de todo esto. Mientras tanto sólo nos resta patalear.

Yo también vi el monito de marras (paráfrasis de la losa mortuoria de Pacal Votan, sacerdote maya, y adoración de Erich Von Daniken porque sería un extraterrestre en su nave voladora). La encontré chistosa y cliché. Desgraciadamente, Sergio, SOMOS exóticos (Gracias a dios, Sergio, SOMOS exóticos). Contra lo que hay que luchar es contra la caricatura.

Cuando hablo de Ciencia Ficción a la chilena no pretendo poner a mapuches en x-wings. pero si insistir en que cultura tiene que ver con RESCATE de la cultura. La cultura es un ouroboros que se alimenta de ella misma. Los occidentales comos los únicos artistas parricidas que tenemos que matar lo anterior para construir lo nuevo entre las ruinas. Eso es lo que ha llevado al arte moderno al nivel de dispersión y muerte del que adolece hoy, donde la fealdad (y esto no es una crítica a las expresiones en sí. Siempre me ha parecido que el arte es, entre otras cosas, un “síntoma” libre de juicios morales) y el hedor son parte del paisaje de muerte que plantea el arte. Los japoneses, en cambio, no se rebelan contra sus padres y llevan miles de años levantando una estructura segura y sólida. Los manga, el animé, la arquitectura, la poesía, la ciencia ficción japonesa, abreva de sus mitos y las mismas visiones que los han atacado y seducido desde siempre. Ellos no buscan LO NUEVO, como lo novedoso, buscan la reinterpretación de sus mitos a través de AGREGAR, a la luz de lo contemporáneo. Hablo de “rescatar”. Y no de un “rescate museístico”. No somos mapuches. García Márquez no intentó rescribir el Popol Vuh cuando escribió Cien años de soledad. El rescató. Lo único que digo es: ¿por qué en vez de escuchar y aceptar tan fácilmente a los elfos, no escuchamos y trabajamos con los invunches? En vez de magos artúricos, conocer a los brujos chilotes. los chamanes, las meicas. Eso no es exotismo, eso es mirar lo que tenemos en frente y que despreciamos por tener “olor a chileno”, esa cosa pequeña de “lo de afuera es mejor”. No porque lo “de acá” sea mejor sino que porque, querámoslo o no, está dentro nuestro y eso, lo que está dentro, es la materia de trabajo de cualquier artista. No hablo de “folklore”, sino de aceptar lo que tenemos y elevarlo. Tampoco hablo sólo de rescatar “temas”. Sino de rescatar la poesía americana (la poesía es el lenguaje por excelencia de las eras épicas, como la que vive América desde su Independencia). De rescatar la escritura americana. Se que puede sonar sospechosa la palabra, pero hay toda una carga “mágica” en nuestra tierra que puede impregnar nuestra obra si nos dejamos seducir. NUNCA vamos a poder escribir como norteamericanos. Escribamos como americanos, entonces. Yo no soy mapuche, pero tampoco soy europeo, eso es lo único que sé. Soy un fantasma flotando sobre el territorio. Un alma que aún no se encarna. Detesto el “indigenismo”. Pero me acerco a ellos porque ellos tienen pueblo, nosotros no. Anduve por la sierra peruana y hay quechuas que con cueva se han enterado que todo esto ahora se llama América. Ellos siguen en lo suyo. Ellos saben dónde están, no tienen que andarse buscando como nosotros. En fin, tanta cháchara me habría gustado expulsarla en una mesa con ustedes, pero así están las cosas. Fue significativo, en todo caso, que para hablar de CF americana, los haya convocado una gringa.

Sergio Alejandro Amira: Varias veces para apoyar ciertos puntos de vista has citado a Philip K. Dick, desde tus declaraciones en el antiguo foro del Taller Fobos hasta la entrevista apócrifa de Vak y la autorizada de Gabo. Recuerdo la primera vez que nos reunimos tú, yo y Ángela fuera del contexto del taller, me confesaste haber leído muy poca cf y de Dick sólo un cuento de unos robots que me apresuré a indicarte era un capítulo de Galaxias como Granos de Arena de Aldiss. Pero de seguro si has visto varias de las adaptaciones de Dick al cine, que parece ser el escritor de CF más llevado a la pantalla grande (con resultados menos desastrosos al menos que el rey del terror Stephen King). ¿Hay alguna de estas películas que rescates? ¿Cuál es la mejor, cual la peor?

Jorge Baradit: Sería muy tonto si no te dijera que Blade Runner. Aunque te aseguro que no pude leer más de 20 páginas del libro y, si no me equivoco, Ridley Scott hizo un enorme y maravilloso trabajo de reinterpretación del texto original. Me encanta porque es la madurez de un género, la cf aparece como un contexto, no como el tema, pero lo maravilloso es que el tema surge desde el mundo de la cf: los androides y la pregunta de siempre: la permanencia, la existencia en el interior de estas réplicas. La capacidad de una máquina de ser más humana que el humano.

¿Cuál es la peor? No tengo idea porque no he leído a Dick. Te puedo decir cuál es la peor película basada en un cuento de Dick, definitivamente Paycheck, de John Woo. No se qué era peor: la trama, la química entre Ben Affleck y Uma Thurman o la decadencia de la rubia más linda del Universo, convertida en una escoba vieja sin ningún sex appeal.

Sergio Alejandro Amira: Nuestro amigo Gabriel Mérida escribió lo siguiente el 2003: el 90% de los escritores de ciencia ficción escribe y escriben sus voladas sin orden ni concierto, como si nunca hubieran leído literatura de verdad y les sale bien. Incluso los publican. Incluso los publican en la Fobos. Aunque es verdad que de ese des-orden y des-concierto salen joyas de la imaginación como Ygdrasil. En su momento esto te desconcertó y solicitaste un “extended play” del asunto. ¿Qué te parece la declaración de Gabo ahora que ha transcurrido el tiempo?

Jorge Baradit: Creo que Gabo es tan bocón como yo. A él también le gusta escucharse decir frases que suenen a aforismos.

Sergio Alejandro Amira: A propósito de aforismos, hay uno de Cioran que no me canso nunca de repetir: Nada seca tanto la inteligencia como la repugnancia a concebir ideas oscuras. Creo que compartes esta visión, como puede uno constatar al leer cualquiera de tus cuentos, como Karma Police, por ejemplo.

Jorge Baradit: Las frases son acumulaciones de letritas y no tienen ninguna importancia. Todos sabemos que hay maravillosas frases para apoyar las ideas más opuestas entre si. Además que cuando la palabra inteligencia sale en las conversaciones, me dan ganas de sacar mi revólver. No hay nada mas sobredimensionado en estos tiempos que la “inteligencia” en las personas, esa capacidad humana que te permite “imaginar” cómo matar a otra persona sin ser sorprendido, engañar y sacar provecho de los más débiles, idear la mejor manera de distribuir droga entre escolares y otras linduras por el estilo. La inteligencia produce bestias que pueden arar campos o arrasar poblados completos. Lo que me preocupa es la casi inexistencia de buenos administradores para las bestias que producen los “inteligentes”.
Las ideas oscuras no son producto de la inteligencia, sino de todo lo contrario. Sólo vaciando la cabeza de inteligencia les haces lugar a estos animales que suben lentamente desde el sótano a tomar su lugar entre las cosas de tu vida cotidiana.

Sergio Alejandro Amira: Alguna vez citando a mi gurú Steven Shaviro te dije que en el mundo posmoderno, los fragmentos y ruinas no son más recuerdos melancólicos de un orden perdido y se han transformado en las grotescas piezas de un juego de construcción colosal de un niño hiperactivo.

Jorge Baradit: Bueno, en ese entonces yo no sabía de la existencia de una “literatura postmoderna”. Siempre había considerado a la postmodernidad como una condición de la cultura toda, donde quizás algunas expresiones la transparentaban más o menos. Pero, cómo NO SER postmodernos hoy? Desde Madonna vistiéndose de diva de los años 1950s pero cantando pop de los 1990s hasta Aldiss con su Frankenstein Unbounded… Discrepo con esa visión apocalíptica de la postmodernidad. Concuerdo en que se trata de “fragmentos”, pero discrepo con que sólo sean “ruinas”. Adhiero más bien a esa visión que dice que la PM es el momento en que la cultura se volvió consciente de sí misma, dejó de avanzar creyendo ciegamente en el ideal de progreso (todo tiempo pasado fue peor), se detuvo y giró la vista hacia atrás para revalorarlo todo. Adhiero a esa visión de la PM que dice que la cultura giró y se encontró con toda la Historia a su disposición, al alcance de su mano para ser usada, reutilizada, reciclada y reordenada con plena libertad. Ahora, por qué giró? Ahí es donde el debate todavía no termina. De repente tenemos permiso para re entender las cosas y manipularlas a nuestro antojo, alegre e irresponsablemente. Por qué? No se, no voy a ser yo quien responda. Porque a veces se confunde el “por qué” con el “cómo”, sobre todo en nuestra cultura. Creo que los “por qué” son misteriosos e inexplicables, son metafísicos y resbaladizos. Los “cómo” son más fáciles y la humanidad se haya feliz respondiendo con “cómos” en vez de “por qués” desde hace harto rato, para qué molestarlos con angustias trascendentales, mejor me voy a jugar a armar castillos con mi “Lego” postmoderno.

A veces me pregunto si este resucitar de todos los muertos que es la posmodernidad (toda la historia está disponible), no será el equivalente al momento previo a la muerte donde toda la vida te pasa por delante.

Sergio Alejandro Amira: Volvamos a Mariana. Alguna vez me dijiste que era demasiado común que las mujeres de las historias sean o muy minas o muy masculinas y que casi siempre terminan siendo Rambos con grandes tetas a lo Simon Bisley. Entonces te pareció bien la idea de una mina muy carreteada, doliente y toda cagada, nada de Laras Crofts, ni Ripleys. Una junkie, que actúa por adrenalina y odio, descontrolada, en picada por la vida. También me dijiste que cada vez que pensabas en Mariana te daba pena…

Jorge Baradit: Quería una mujer real, nada más.

Sergio Alejandro Amira: Angélica en cambio es muy distinta a Mariana, se parece a Alita que es una ginoide que al comienzo se ve frágil pero resulta que es una temible arma de combate. Nihil novum sub sole. Aunque Angélica es una niña siempre asustada que no controla su poder, finalmente igual usa conscientemente su fuerza y es una Terminator de todas maneras. Pese a esto y al igual que Mariana, Angélica parece ser tu0 comentario sobre “la fragilidad femenina expuesta al poder masculino”.

Jorge Baradit: Sí, Todos mis cuentos tienen que ver con la penetración sexual en su sentido violento, la violación del cuerpo de un ser más frágil. Todos sabemos que no hay nada más despreciable ni más atractivo que eso.

Sergio Alejandro Amira: Por último, el personaje que cerraba la trilogía, que se iba a llamar Soledad y cambiaste por Magdalena, fue esbozada como la mujer pecadora que llora a los pies de NSJ. Me explicaste que Mariana era una espada, Angélica una katana (delgada, frágil, liviana pero mortífera) y Magdalena sería una daga… pero la daga que atraviesa el corazón de María en el icono cristiano. Una daga ritual. No dejo de pensar ene se dicho que indica que la mujer es una espada… más peligrosa cuando está desnuda, y tampoco puedo excluir el hecho que en tu casa tienes una espada y una katana a la vista, pero no una daga. Una vez no voy para ningún lado. Callejón sin salida.

Jorge Baradit: La daga todavía no me ha sido dada. La espada la soñé, la katana la encontré y la daga me tiene que ser dada. La daga es una condecoración, no la puedo comprar. Hay algo que debo hacer para que me sea entregada pero aún no me he topado con ese momento.

Sergio Alejandro Amira: ¿Recuerdas aquel ejercicio que comenzamos a fines del 2003 y que terminaste en el avión mientras viajabas a la vieja Europa? Se titulaba La Colmena y si bien no resultó el híbrido de aquella experiencia surgió uno de los cuentos tuyos que más me gusta: Los Vampiros, y mi cuento Caro data archangeli. Sin duda fue una experiencia provechosa y lamento que más de estos ejercicios no puedan realizarse. Recuerdo haber escuchado alguna vez de lo poco que interactuaban los músicos locales, Buddy Richards cantando con Los Tres es una rara excepción si comparamos la cantidad de duetos y colaboraciones en países como USA e Inglaterra. ¿Responderá esto a otra de nuestras características idiosincrásicas o como país pobre cada cual debe rascarse sus propias pulgas y luchar por su pedazo de carne?

Jorge Baradit: Creo que se hacen muchas colaboraciones. Pero también es evidente que somos un país de envidiosos. No nos gusta que otro suba más que nosotros. Quizá por eso nos cuesta cooperar para que otro crezca con “nuestras” ideas, como si las ideas tuvieran dueño.

Sergio Alejandro Amira: Armando Uribe cuenta que le pidió a Neruda que le dedicara un libro del gran editor italiano Tallone. ¿Cuál? le preguntó, ¿el mío? Le dijo no; este otro que tengo aquí, el purgatorio del Dante. “¡Pero como te lo voy a dedicar, si es de Dante! Ponle no más tu nombre en la primera página le dijo Uribe. Mientras lo escribía Neruda musitó: <>

Jorge Baradit: Je, je…las dos únicas veces que le he pedido a un autor que me firme un libro han sido de otros autores. Miguel Serrano me firmó de muy mala gana el artículo Wotan de C.G. Jung “En recuerdo del profesor Jung, Miguel Serrano”. A Jodorowsky le pedí que me firmara “La leyenda del Grial”, de Marie Louise Von Franz. Le expliqué que su biografía estaba muy cara y no la encontraba muy buena. El “payaso gurú” sonrió forzadamente y estampó su apellido en la primera página con una gran mueca de pregunta.

Ygdrasil es la expresión visible de un suelo mental común, la flor del inconsciente colectivo. No es que todos seamos el mismo, la humanidad está incompleta porque no somos el mismo, pero tendemos hacia allá. El día que estemos todos conectados como las hormigas, que no son una especie sino un solo gran animal hecho de muchas unidades, habrá llegado el reino de dios a la tierra. Quizá Internet sea un remedo de ese sueño o la semilla remota de una estructura mental futura donde todos seamos todos, en un éxtasis glorioso como un nirvana digital.

Sergio Alejandro Amira: Alguna vez aseguraste, de alguna forma escindiéndote de aquella entelequia que sería supuestamente nuestra generación. Que tú eras más contemporáneo que nosotros (entendiendo por nosotros a los que dirigíamos el taller) y acuñaste el término “dickeados” para referirnos. Dijiste estar influenciado, a diferencia de “nosotros”, no sólo por la literatura sino también por el cine, las multimedia, la Internet, la fragmentación informática, la animación, la junk-data y la música electrónica, el trance y la hiperactividad neuronal de las mentes de HOY. Todo esto por un comentario donde aventuré la hipótesis que tu literatura estaba más influenciada por el cine que por los libros, continuaste diciendo: Declarar que estamos más influenciado por lo que hemos visto que por lo que hemos leído tiene hasta un tinte peyorativo. Me he dado cuenta la manera ridícula como miras en menos el cine (onda, “no si yo voy muy poco al cine”, como si fuera pecado). Esa estupidez de considerar la literatura como una cosa mayor, más alta. Yo voy al cine y también leo, veo animación y me encanta el cine porno, sobre todo donde salen muchos negros tirándose a una jovencita, recojo todo lo que la cultura tira para ese lado. ASPIRO A SER UNA MENTE DE MI TIEMPO. Anda a ver Kill Bill, o mejor, lee Cock&Bull, una novela que está haciendo furor en Europa, y te vas a enterar de lo que estoy hablando. Ahí hay cine, literatura, cómic y animación mezclados. Uno entrando en el otro en una orgía sin limitaciones, una rave extática, intensa y predatoria, nada de dickeadas mamonas y melancólicas, “narrativas” y “literarias”. Lo curioso de tus acusaciones es que yo creo exactamente en lo mismo que tú, menos en lo de los negros tirándose a la jovencita ya que soy un católico muy conservador, y leyendo mis cuentos notarás como se suceden todo tipo de influencias. Gabo en casa de Armando dijo como para justificar mi “conducta”: él puede citar a Felipe Avello o Heidegger indistintamente, y estaba en lo correcto. Leo Las Ultimas Noticias por la mañana y la Summa Teológica por la tarde. Pero bueno, supongo que aquellas palabras fueron motivadas por una falta de conocimiento de mi producción literaria, ¿o no? Otra curiosidad, me invitabas a ver Kill Bill, la película que destrozaste en tu artículo para El Calabozo del Androide…

Jorge Baradit: Después de un año descubrí que Kill Bill me había hipnotizado con malas artes y que después de los 365 días el débil embrujo se había disipado sin dejar huellas, sólo un detestable olor a podrido. Dejo fuera la maravillosa secuencia de animación de Production IG.

Sergio Alejandro Amira: El domingo pasado mi hijo Bastian de 2 años y 8 meses fue impactado por un Jeep en lo que ha sido el momento más doloroso e impactante de mi vida. A Dios gracias tuvo nada más que unos rasguñotes y las mayores heridas quedaran para los adultos, quienes finalmente somos los responsables. Después de pasado el incidente recordé que en febrero 2004 un automóvil impactó tu moto y te salvaste sin que ni los médicos de la posta entendieran cómo dadas las características del accidente. Lo mismo que ocurrió con mi hijo, como si ambos fueran “unbreakables” como en la película de Shyamalan. Tú consideraste un milagro el haber salido caminando de la posta sin nada roto y sólo un par de heridas abrasivas considerando que un auto cruzó con luz roja y te impactó de lleno lanzándote con moto y todo directamente a la cresta. Yo tuve la misma sensación mientras abandonaba el siniestro hospital público de Viña deseando no tener que regresar nunca más en mi vida. Pero la de la moto no fue tu primera experiencia cercana a la muerte, la primera fué en el Qosqo (aka Cuzco).

Jorge Baradit: Sí, viajé solo durante el fenómeno del niño del ’99 (que paralizó perú con inundaciones y tormentas). Me intoxiqué con verduras a medio cocer. Comencé a sentirme mal como a las 9 de la noche, en la plaza de Cuzco, lo confundí con puna y me fui al hostal para darme una ducha de agua MUY FRIA. Salí de nuevo porque estaba mareado y el ambiente estaba gélido. Cuento corto, me vino un enfriamiento y terminé acostado en el segundo piso de un hostal que estaba vacío excepto por mí, con tercianas, sudor frío y mucha fiebre. A las doce de la noche comenzaron los vómitos y la diarrea acusando intoxicación. A las dos de la mañana descubrí que no podía moverme ni pedir ayuda. Los temblores eran violentos. Sentía un frío de muerte pero caché que estaba ardiendo en fiebre porque tenía taquicardia. Intenté calcular mi fiebre con el reloj (se supone que por cada grado de temperatura tu pulso sube 10 unidades). Como a las cuatro empecé con alucinaciones. Me levanté de la cama, movido por la adrenalina supongo, para buscar aterrorizado unos papeles que la policía de cuzco (que según yo estaba allanando todas las casa en esos instantes) me iba a exigir o sería expulsado a las llanuras de nieve que rodeaban la ciudad. Como a las 6 de la mañana recuperé la noción de realidad (supongo que eso ocurre cuando cachai que estabai pelando el cable, aunque suene a juego de palabras), pero era incapaz de moverme, estuve así, despierto e inmóvil, sintiendo que me desvanecía en cualquier instante (la imagen se me volvía un círculo lejano rodeado de negro), hasta las doce del día, absolutamente deshidratado y afiebrado, hasta que un niñito-guía (niños pobres de cuzco que hacen de guías turísticos informales a cambio de algún dinero) golpeó la puerta para acompañarme a conocer la famosa piedra de los = doce ángulos (el día anterior nos habíamos puesto “providencialmente” de acuerdo para ello). No podía contestarle a través de la puerta, menos abrirle así que emití un gruñido (no es hueveo) y él se asustó y fué a buscar a la dueña que abrió la puerta y me encontró en pelotas arriba de la cama. Desde ahí no recuerdo mucho hasta que estaba sentado sorbeteando un tecito envuelto en una frazada. Estuve con cero fuerza toda esa tarde. Al otro día fui caminando a un médico usando al niño como lazarillo. Me debo haber demorado horas porque me movía como un anciano de 90 años. El médico me dio antibióticos, una dieta mínima y el consejo de regresar a chile. Pero a los tres días estaba levantadito a las 6 de la mañana (con un cargamento de galletas de vainilla y mucha hoja de coca) esperando el bus que me llevaría a Ollantaitambo para comenzar el camino de cuatro días por la sierra peruana hacia la ciudadela de Macchu Pichu. Pero esa fue otra historia. El punto es que desde ese momento en que llegué a Macchu Pichu, después de cuatro días de mierda, me siento capaz de todo, de llegar a la luna si quiero.

Sergio Alejandro Amira: La otra experiencia fue en México…

Jorge Baradit: En México “algo” me atacó un punto de mi abdomen donde no tenemos nada en especial, después de visitar el complejo de Tula, en Hidalgo (la casa de los Toltecas), un recinto sumamente importante pero poco “turístico”, lugar de magos y chamanes hasta el día de hoy. El punto es que también pasé una noche asquerosa con alucinaciones extrañas (sentía que me “iba” por las esquinas de la habitación) y terminé en “urgencias” de un hospital mexicano donde me dejaron abandonado en un rincón, sin zapatos, sin lentes de contacto, sin dinero ni identificación. Los enfermeros estaban más preocupados del montón de tipos baleados y acuchillados que llegaban a cada rato que de un chileno desvanecido que hablaba huevadas. Fué otra noche de terror. Al otro día llegó Wash, hermano mexica, indio maravilloso, con todas mis cosas y me sacó de manos de los “carniceros” como les dijo. Este par de historias (muuuuy resumidas) hacen parecer bicoca lo de la moto. Aunque confieso que tuve temor de morir, pero más por morir a manos de un viejito asustado de 85 años que por el accidente mismo. Habría sido muy poco digno.

Sergio Alejandro Amira: A los quince años formé en Punta Arenas junto a un amigo apodado “Porno Rockett” la banda de punk-experimental Necroaxila, que se transformó en una verdadera institución en mi pequeño círculo de amistades. Tú también tuviste una banda, cuéntame de esa experiencia.

Jorge Baradit: Año 1986, plena dictadura. Adolescente entrando de cabeza a la guerra que le deparaba su generación. Bad idea: o eras de derecha o eras de izquierda ¿Punk de izquierda? olvídalo. Cero posibilidad de permanecer en la JJCC sin chaleco de lana y morral diaguita. ¿The Clash?… ummmm… ¿alienado pro-yanqui? En fin, tocábamos hardcore punk en lugares muy precarios, los pacos acechando, mucha violencia en el ambiente. Dead Kennedys, DRI. Yo tocaba bajo y cantaba, mis amigos el anfeta, el pelao y el bototo eran los que sabían tocar música de verdad.

Mi dudoso aporte a la resistencia por lo menos me crió la vena anti-dependencia tribal, porque los punkis también me consideraban “poco punki” y éramos discriminados por los más discriminados (¿habrá algo más patético?).

Sergio Alejandro Amira: ¿Cual era el nombre de tu banda?

Jorge Baradit: Trato Bestial. El peor nombre de la historia musical chilena, sólo superado por “Danny Chilean”.

Sergio Alejandro Amira: Como bien mencionas en la entrevista de Gabo, la literatura chilena tiende al “realismo”, la cosa social, y eso permea todos los ámbitos creativos sobretodo en el cine que tímidamente se ha ido abierto a otros géneros recientemente pero sin mayor éxito. Hasta la excelente serie en animación 3D Pulentos, la cual sigo y considero de muy buena factura, opta por una aproximación de “realismo social” como podríamos denominarlo. Recuerdo cuando vimos el primer capítulo con mi hermano y él exclamó: “¡Viven en nuestra pobla!”, porque yo en Concón vivo en una población de “blocks” de ladrillos rojos, almacenes con señoras ancianas y perros vagos por doquier. Como seremos de rascas que una vez hasta se robaron los cables del tendido telefónico. Bueno, el caso es que si por plantear un escenario identificable por la clase media-baja se trata, la serie lo hace magistralmente, pero está claro que tendrá que pasar un tiempo antes que veamos una serie de dibujos animados tipo Chicas Superpoderosas, Megas XLR o Bob Esponja. Recuerdo que tú tenías un proyecto de dibujo animado que compartiste conmigo y que encontré muy bueno. Sin descuidar lo “social” incorporaba los temas que te interesan, la magia de los pueblos originarios, la aventura… Cuando más me gustaba Mampato era cuando viajaba a esos futuros imaginados por Themo Lobos con Tortugas gigantes y Hombres-ñandúes, no cuando visitaba la época de la colonia, pero cuando hicieron la película que historia decidieron contar?, la de Rapa Nui. Aún en los cómics o en el dibujo animado, donde con menos recursos puedes crear escenarios, situaciones y personajes increíbles se sigue con el mismo enfoque social. Después e toda esta perorata, ¿qué opinas?

Jorge Baradit: Lo mismo que tú. En las producciones audiovisuales la lucha es por la identidad, como el único elemento diferenciador que nos puede agregar valor frente a los megaproductos gringos. Como cuando digo: ¿Para qué publicar a un chileno que escribe como P. K. Dick? Mejor publiquemos al original.

Sergio Alejandro Amira: Magritte, antes de alcanzar la fama, hacía “picassos”, no copiaba originales, sino que adoptaba el estilo picasiano de aquella particular época y colocaba la firma. ¿Crees que estas obras de arte son menos arte o menos meritorias acaso? Yo particularmente las considero lo más interesante de la obra de Magritte.

Jorge Baradit: Como dijo una amiga que ya no me quiere ni ver: Hoy día el arte puede ser cualquier huevada. Casi que arte es toda aquella actividad que se proclama como arte.

Sergio Alejandro Amiraa: Pasando a otro tema, la mayoría de las encuestas en Israel predicen que el primer ministro, Ariel Sharon, ganará el 28 de noviembre las elecciones primarias del Likud que elegirán el candidato del partido para las nuevas elecciones de primer ministro… ¿sabes?, Me parece curioso que en la mitología griega Charon (Caronte) sea el barquero de los muertos. Todo esto para preguntarte que opinas del conflicto entre Israel y Palestina.

Jorge Baradit: Lo mismo que todos y que nadie se atreve a decir: que es una patudez del mismo pueblo que sufrió persecución repetir la experiencia de esta manera tan brutal y a la vista de todo el planeta. Antes de la invención del Estado de Israel esos territorios se llamaban PALESTINA y vivían judíos, cristianos y musulmanes en relativa armonía, como colonia inglesa pero sin agarrarse a peñascazos entre ellos. Cuando llegaron los judíos europeos expulsaron a todos los palestinos que habían vivido en esas tierras desde siempre y expandieron sus fronteras violentamente a costa de los países vecinos. ¿Cómo crestas pretenden que los quieran y respeten?

Sergio Alejandro Amira: Adorno dijo que no se puede escribir poesía después de Auswichtz (aunque el mismo se refuta en su Mínima morallia). ¿Qué opinas de esta afirmación?

Jorge Baradit: Pura demagogia. Auschwitz es una cosa y la poesía es otra. La discusión Arte-Política es, además, una discusión que le tiene sin cuidado al mundo desde los años 70, es una cuestión añeja que ya no tiene cabida.

Sergio Alejandro Amira: Lo que yo creo que Adorno quiso decir es que no se puede tomar lo que pasó en Auswichtz como un hecho banal, no se puede analizar como un fenómeno más de la violencia en la historia. Yo creo interpretar eso en su pensamiento profundo. Tal vez responda a la relación entre literatura y política: hay cosas de la política que realmente tienen poco interés, como quién va a ganar una elección, pero hay momentos en que la política es el hombre en sociedad, y ese es un componente esencial. Hobbes no llamaba Leviatán al Estado sino a la sociedad. Lo político y lo metafísico están muy ligados, no se pueden separar. Personalmente yo no descreo de la política sino de los políticos.

Otros sujetos que me sacan de quicio tanto como los políticos son los denominados “ufólogos” ¿Has oído alguna vez a alguno de estos sujetos mencionar siquiera la Paradoja de Fermi? No son más que un montón de lunáticos, igual de locos que el que vocifera la llegada del anticristo en la plaza. Por supuesto que creo en el “fenómeno OVNI” pero no creo que se trate de naves tripuladas por extraterrestres…

Jorge Baradit: Puchas… ahí discrepamos. Yo no puedo no creer, esa una condición natural. Creo que los OVNI son extraterrestres, creo también que son los vimana nazi de Serrano, creo también que son humanos del futuro, creo que son los dioses que regresaron… creo que son ángeles… creo, creo…
Creo… porque… es más entretenido. Como no va a ser entretenido pensar que realmente existen alienígenas visitándonos, sean “grises” o “plutonianos”.
Creo que para mí todo es literatura fantástica, desde la Biblia y sus maravillosas matanzas con mares y rayos desbocados aplastando masas de seres humanos por la furia divina, hasta los “horizontes de eventos” en los agujeros negros. Creo en la Atlántida, en el jet bajo la pirámide de Keops y en que Elvis vive… pero en Marte. Creo en la conspiración para matar a Kennedy, en que Walt Disney está criogenizado y en que la Coca Cola contiene nanotecnología de la CIA para espionaje y esclavitud. Pero al final del día no creo en niuna huevá tampoco…es raro. Todo es literatura fantástica…incluso La Tercera (de El Mercurio ni hablar).
Por supuesto que los ufólogos son psicotipos (no se si existe esa palabra) primos hermanos de los Jimmy Swaggart, de los comunistas duros, de las tías pechoñas y los fascistas extáticos. Son fundamentalistas incapaces de ver lo que no coincide con lo que quieren ver. Son huevones capaces de reordenar la realidad de todo el planeta si eso les hace calzar sus teorías, por eso producen teorías tan hermosas, si no se tomaran en serio y escribieran mejor producirían las mejores novelas de cf del planeta.
Mi visión renuncia a ser científica (ops, que suena anacrónica esa palabrita). La ciencia se me hace una tabla de la que uno se agarra para sentirse seguro mientras flota en un mar infinito bajo un cielo infinito. He encontrado campos que permiten un jugueteo más liberador. He optado por tener una opinión filosófica, una científica, una religiosa, una poética, una lúdica, una política, …hasta una ética y una aética. Todas se contraponen y viven felices en mi cabecita en un eterno carrete, una orgía de proteos mentales porque todas saben que “para qué tanta huevá si no hay como cachar nada. para qué tanta huevá si somos todos hermanos. Transhumanismo extrópico?…Pase compadre, póngase al lado de la Ataraxia Epicúrea que le está agarrando el poto a la Panspermia exobiológica”. Pero ese soy yo y mi desorden y mi desconcierto. Mi incapacidad por tomar en serio alguna posición. Mi volubilidad geminiana. Pura tontera no más. Total, como escribí una vez por ahí acerca de mi manera de ver la vida: venimos de cabeza y nos vamos de espaldas. En ese salto apenas nos alcanza para un suspiro, dos o tres balbuceos y algún polvito. El resto, pura paja.
Mi personalidad toma esto y lo aquello…pero no se queda con ninguno. Mi interés por las certezas es igual de intenso que el de cualquier buscador de respuestas, lo único que ocurre es que igual tengo a un arúspice tras mi oreja (cual pepe grillo) diciéndome siempre que no hay UNA respuesta, que no hay una cosa SERIA, que no hay una forma de conocer al elefante completo en este mundo de ciegos que sólo ven una ínfima parte del espectro de ondas disponible. Entonces, en vez de angustiarme, hago una fiesta…pero nada más.

Sergio Alejandro Amira: Así como tú acuñaste el término “Dickeados”, nuestro amigo y Director de TauZero hizo lo propio con las “Baraditadas”, esto es lo que dice al respecto: Una Baraditada es algo que es bello de leer pero que carece de sentido cuando uno se la piensa dos veces. Una frase escrita en un lenguaje retorcidamente barroco, recargado. Tanto que a veces satura, pero que siempre desconcierta. Por otro lado, una Baraditada normalmente posee elementos ElectroEspirituOrgánicos, a veces condimentados con conceptos orientales. Una Baraditada es, por definición, muy original, pero en ocasiones muy recargada. Rmundaca finaliza su tesis recomendándote cautela en el uso de las Baraditadas, so pena de agotar la gallina de los huevos de oro y aburrir al lector con “más de lo mismo”. ¿Qué opinas de la hipótesis de Tino?

Jorge Baradit: Que tiene razón.

Sergio Alejandro Amira: Y ya que hablamos de rmundaca, la primera vez que supe de ti fue por Rodrigo, quien estaba muy impactado tras leer los 2 primeros capítulos de Ygdrasil que le enviaste para ser publicados en TauZero. ¿Crees que Tino aportó algo al brote público de Ygdrasil?

Jorge Baradit: Creo que Ygdrasil todavía no brota para ningún lado. Pero Tino es fundamental en la difusión de nuestros textos. Sin tipos como Tino los tipos como nosotros no tendríamos donde exhibir nuestras partes pudendas en público.

Sergio Alejandro Amira: Brindemos por Tino entonces, ¡salud!

Septiembre 2005