Rahn


-¿…Piedra Azul?-
-La piedra que cayó de la frente de Lucifer-
-La lapis exilis, ¿el grial?
-La lapis excoeli, en realidad. La piedra del cielo, la piedra caída del cielo azul. La piedra del cielo azul. La lapis lazuli. La piedra que saltó desde la frente de Lucifer, cuando cayó de cabeza contra nuestro mundo, exiliado del reino de Jehová.
-¿Y me dice que sabe dónde cayó?
-Allá la llaman Kallfukura, «piedra azul», y también la relacionan con Venus. Uno de sus héroes se llamaba de la misma manera, era un guía que quiso unificar toda la tierra para los de su sangre, en un único reino bajo su liderazgo. Luchó contra dos países y su movimiento de expansión también requería dar una curva hacia el este, un giro hacia la izquierda. En sus cantos predominaba la nota sol.
-¿Qué debemos hacer para encontrarla?
-Debemos morir todos en un gran sacrificio, bautizados por el Estigia, para renacer en otras tierras, más propicias.
-Deberá haber guerra entonces.
-Si, deberá haber guerra.
-¿Nos veremos nuevamente?
-No en este lugar.

-¿..Es…cierto…todo lo que me dice?
-Ya conversamos ésto mismo muchas veces, usted me hizo esta misma pregunta muchas veces. No importa si usted cree, lo importante es que va a ocurrir lo quiera o no. Asegúrese que la historia lo sorprenda en el lugar correcto y haciendo lo correcto.
-Comprendo
-No, no comprende. Todo ésto es parte de un sistema que nadie comprende, yo solo he aprendido a valorarlo estéticamente. Su tamaño me agobia, me hace sudar, me ha hecho llorar de angustia en algunas ocasiones.
-¿Tiene miedo?
-No, cansancio. Morir cada vez no…en fin…la piedra puede ser una solución.
-Tengo miedo.
-En el momento déjese arrastrar, mire hacia arriba y diga «hágase tu voluntad y no la mía»…ya lo ha hecho otras veces…decenas de veces.
-Me van a odiar.
-Siempre lo hacen.

27


Algo ocurrió…nadie sabe todavía qué está pasando…las calles están llenas de gente en silencio, expectante y asustada…el aire está tibio, A lo lejos unos ladridos. Allá arriba, en la torre Entel, el reloj marcó las 24 horas, todos celebraron y gritaron, pero el reloj luego marcó las 25 horas…todos miraron sus relojes…el tiempo continuó marcando 31 de diciembre en todos los celulares, todos los relojes, todos los computadores.
Ya son las 27 horas y 32 minutos del día 31 de diciembre de 2006. Hemos notado que la luna sigue en el mismo sitio. Nada se mueve. Alguien me contó que en Plaza Italia alguien vió una paloma suspendida en el aire. El Mapocho no suena…me está costando respirar…creo que no puedo moverme…no se qué está pasando.

Unterwelt

Hoy, 27 de diciembre, se cumple un año exactamente desde el descubrimiento de La Colmena. Como recordarán, los trabajos en la línea 5 del Metro se toparon de pronto con algo que inicialmente pareció una caverna subterránea. Los trabajadores retrocedieron espantados ante la fetidez que emanaba el agujero. Algunos bravucones se hicieron los valientes y se acercaron demasiado. El resto lo sabemos por la infinidad de reportajes que se han hecho hasta la fecha: del agujero emergieron hombres…o bien…algo parecido a hombres, que se abalanzaron aullando sobre los trabajadores. De piel reseca, vestidos con harapos, cabello larguísimo y uñas como garras, se aferraban a los aterrorizados trabajadores para sacarles la piel a dentelladas y hundirles las uñas en sus abdómenes hasta el puño. Algunos carabineros de punto fijo pudieron reaccionar y dispararon desesperados tumbando a algunos, antes de caer ellos mismos presas de la marea fétida que no cesaba de salir por el boquerón. Un par de verdaderos héroes (hoy sabemos sus nombres y atesoramos su memoria) consiguieron hacerse de algunos cartuchos de explosivos en poder de la constructora y los lanzaron contra la pared que sostenía el techo sobre el agujero. El estampido los mató a casi todos, incluyendo a los trabajadores que aún permanecían dentro de la obra, pero libró a la capital de una tragedia impensable.
Con los días comenzaron a saberse detalles espeluznantes. Dos especímenes agonizantes pronunciaron algunas oraciones en español antiguo antes de morir, uno de ellos mantenía una cadena con una cruz en su cuello. El otro sonrió a los médicos y le preguntó si estaban en el cielo o en el infierno, en perfecto español castizo. Un tercero pronunció palabras que se mantuvieron en secreto por mucho tiempo: «…apenas tocaron un brazo de la colmena, el hervidero que duerme en el estómago de la nueva extremadura estallará tarde o temprano. El territorio supurará.»

Repito la pregunta de hace un momento: ¿Cada hijo de Santiago de Chile tiene ya un arma en su poder?.

Sant ag


AP (Reuteres). Las autoridades salieron de su mutismo y hoy a las diez de la mañana admitieron, en conferencia de prensa abierta, lo que todos ya sabíamos días atrás: Santiago está desapareciendo.
La primera denuncia conocida habría surgido en el paradero 45 de Gran Avenida, cuando la ahora famosa señora Alejandra Sánchez estampó una denuncia en Carabineros acusando el robo de toda su calle.
En un comienzo se trató de pequeños detalles, un peine de plástico, una edición inglesa de «War of the Worlds». Pronto el formato se amplió y asistimos al desvanecimiento de monumentos, de algún oscuro barrio deshabitado o los restos de ese edificio abandonado que nadie echaría en falta. Al cabo de los días el fenómeno cobró agallas y desaparecieron establos completos del Club Hípico con caballos y mascotas incluidas.
La autoridad a su vez negó que el gran accidente múltiple frente a La Moneda haya tenido alguna relación con los fenómenos recientes, pero testigos declaran haber visto desaparecer todos los semáforos en cuadras a la redonda.
A pesar de los intentos del gobierno de negar hechos tan evidentes como la repentina desaparición del río Mapocho, reemplazado por un camino de tierra, la situación llegó a límite cuando, una mañana, los santiaguinos fuimos testigos de la completa desaparición de la cordillera de los Andes.
Hoy, después del mediodía, ha comenzado lo más temido por todos. Las denuncias por la desaparición de personas, la desaparición de recuerdos, el olvido, el deja vu frente a cada hito del paisaje; el asalto a los albumes familiares para constatar la existencia de tal o cual familiar, que creemos recordar mientras nuestra memoria se diluye como la topografía de la urbe. Pronto vendrá el pánico general, la estampida desesperada frente a la inminente disolución del territorio, el horror de desaparecer de la memoria de la Historia en una vorágine de gritos de horror, hasta que el agua se calme y la superficie del recuerdo se vuelva un espejo transparente otra vez.
Me pregunto, ¿cuántas ciudades habrá desaparecido ya de la misma manera?

Santiago, 21 de diciembre de 2006

Majinga Zetto

«…se abrió el patio de honor de la escuela militar y salió algo enorme!!! Nunca lo había visto, murmuraba algo desde unos altoparlantes ubicados junto al cuello. La gente comenzó a correr gritando y rogándole a dios. Yo me escondí debajo de uno de los cañones y me puse a rezar. Los ruidos que hacía eran espantosos. Crujía y chirriaba como un transatlántico desarmándose. Los oídos me dolín cuando las articulaciones encajaban y el acero se arrastraba en las uniones con unos chirridos infernales. Las pisadas retumbaban y..¡el piso se movía!! Casi me oriné y pensé en que venían los marcianos o que era el fin del mundo, porque todo eran gritos y ruidos horribles de fierros y aceite que chorreaba desde la altura.
Uno de los pies pasó por encima mío como un Boeing volando a baja altura, el aire silbó y el viento movió las hojas y a los árboles. Cuando pisó al otro lado casi me morí y cerré los ojos. Los mantuve cerrados hasta que las pisadas, que retumbaban como tambores gigantes, se alejaron por Apoquindo…hacia el centro de Santiago.»

(relato de un testigo).

Doppelganger


AP(Reuteres). Uno de los doce doppelganger encontrados en los sótanos del fundo de Bucalemu, donde hoy en la mañana fue descubierto Augusto Pinochet intentando despegar en helicóptero con destino desconocido.
La orden de retirar los restos que se velan en la Escuela Militar fue despachada hoy a las 12:40 hrs desde tribunales.

Santiago, 11 de diciembre de 2006

Obituario


Augusto Pinochet Vera y Avelina Ugarte Martínez, tienen el pesar de informar de la repentina muerte de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, a las 14:15 horas de este 10 de diciembre. Los pocos días que alcanzó a estar con nosotros llenó de luz i alegría nuestras vidas.
La misa fúnevre será en la Iglesia de la Matriz, barrio puerto, a las 10 de la mañana y los funerales serán en el cementerio del Cerro Bellavista.
Se ruega asistir con una banda blanca en el hombro los varones i una flor blanca las damas.

atte, sus padres que siempre lo recordarán.

Valparaíso, Diciembre de 1915.

Karma Police


AP (Reuteres), Santiago de Chile.
Tenemos informes no oficiales que indicarían que la búsqueda de la reencarnación de Augusto Pinochet habría comenzado a minutos de su deceso. El ministro del interior habría evitado manifestarse al respecto, pero fuentes al interior de la oficina de contingencias paranormales del ministerio habrían corroborado los intensos movimientos que se pudieron observar en los subterráneos aledaños a La Moneda.
De esta manera se inauguraría la nueva ley que permite a los tribunales continuar los procesos pendientes, antes interrumpidos por la muerte de los imputados. «Nadie puede escapar a la justicia», habría declarado el fiscal, abriendo la puerta a las operaciones de rastreo y captura del futuro infante.
Expertos no descartan buscar asesoría nepalesa ante la posibilidad que Pinochet reencarne en algún organismo inferior, el karma acumulado sobre el hospital militar (declarado «índice muy peligroso» por las oficinas de control respectivos) haría pensar en un fenómeno nuevo y no considerado por la legislación. Recordemos el incidente «Fuentes Morrison», donde fue posible ubicar las coordenadas de su reencarnación en el centro de una nube de Krill a 300 kilómetros mar adentro y a 600 metros de profundidad, frente a la estación O’Higgins de la Antártica. Se debía esperar una nueva reencarnación para ser sujeto de legislación, pero el proceso debió ser interrumpido debido a la imposibilidad de juzgar a alguien retroactivamente, es decir, más allá de una vida de distancia.