Neanderthal Parallax, de Robert J. Sawyer

El Paralaje Neanderthal es una trilogía de novelas del canadiense Robert J. Sawyer, que relata los efectos de la apertura de un portal entre dos Tierras alternativas: nuestra Tierra, y otra, donde los Neanderthal fueron los homínidos dominantes. El contacto inicial entre ambas tierras ocurre en el Observatorio de Neutrinos de Sudbury, lugar que en la Tierra Neanderthal es también la ubicación de una instalación científica. El foco de la historia de la trilogía está centrado en las diferencias sociales, tecnológicas y espiriituales entre los dos mundos conectados accidentalmente por el portal.

La trilogía la conforman tres volúmenes: Homínidos (2002), Humanos (2003) e Híbridos (2003), de los que el primero de ellos fue el ganador del premio Hugo a mejor novela el 2003.

Esta novela me recuerda a los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift, en el uso de la mirada de una cultura extraña para criticar la nuestra. En el primer volumen de esta trilogía somos objeto de un análisis crítico por parte de un científico neandertal, quien nos observa desde una óptica de cazador recolector.

El segundo tomo el autor hace lo contrario, es decir, cuestiona nuestro modo de vida desde una óptica cromagnon, comparándonos con los neanderthal.

A medida que progresa el relato, a pesar de usar el término Neanderthal para referirse a los visitantes de la tierra paralela, se emplean los términos de la tierra paralela para distinguir entre las especies: los gliksins somos los Homo Sapiens, mientras que los barasts son los Homo Neanderthalensis.

Dado que los barasts no han pasado por un proceso de industrialización como el nuestro, su tierra es más limpia, más boscosa y más fría gracias a la ausencia de gases de invernadero. Nosotros disfrutamos de una tierra maloliente, sobrepoblada y ruidosa; hemos exterminado muchas de las especies que existen aún en la tierra Neandertal y hemos degenerado otras para nuestro provecho o entretención.

Los barasts son cazadores-recolectores y como tal no han desarrollado el concepto de agricultura; a pesar de ello son tecnológicamente avanzados, más que nosotros en muchos aspectos. Usan casas orgánicas, que no son construidas sino que cultivadas; la iluminación es química y cuando se trata de energía eléctrica esta es solar. Su población, menor que la nuestra, tiene unos lazos familiares muy intrincados por lo que su sociedad está muy unida, con lazos de parentesco que llegan al infinito, una alegoría a la humanidad (ya que en el fondo todos somos parientes).

Otra característica que distingue a los barasts de los gliksins es la aplicación de la eugenesia como pena a los crímenes violentos, no dudando en esterilizar a quienes compartan al menos 50% de los genes del agresor, evitando penas más graves para el agresor. Esto da como resultado una sociedad mucho más pacífica que la nuestra, lo que hace pensar que si bien la cárcel y la pena de muerte son disuasivos poderosos a la hora de cometer un crimen, hay criminales de cuello y corbata que difunden sus genes a lo largo de los años, empobreciendo nuestro acervo genético gliksin.

Bajo ningún motivo hay que pensar que en el pasado los barasts no fueron violentos, pero al tener menor población, los conflictos por recursos o territorio no forman parte de su historia. Sin embargo, gracias a la aplicación intensiva de la eugenesia en un pasado, los genes violentos fueron erradicados de la población, teniendo como resultado una mejor selección genética. Esto levanta un tema de debate: ¿la práctica de la eugenesia no tiene parecido a la limpieza étnica más selectiva?

Políticamente, cada región de la Tierra barast es gobernada por un Consejo Gris local, una junta de ancianos sobre los 65 años, mientras que el planeta completo es regido por el Alto Consejo Gris. No existen los países (que no deberían existir) y todos los barasts se consideran iguales a los demás. Nosotros, en cambio, invertimos vidas y recursos importantes en la organización de guerras para ganar más territorio, cuando no contaminando grandes áreas para ganar un conflicto.

Los dos primeros tomos hacen girar su trama principalmente alrededor de las diferencias que he mencionado, apuntando a nuestras falencias a través de ojos de barast en nuestra Tierra y de ojos de gliksin en la tierra barast. Sawyer pone bastante en evidencia el modo de vida depredador y destructivo que tenemos, y cómo a pesar de vivir en ambientes en relativa paz e higiene, vivimos en un vertedero terrible, contaminado y sobrepoblado. Y creemos estarlo haciendo bien.

Híbridos, el tercer tomo, gira sobre de la existencia de dios, y como esta puede ser una mera ilusión. Los barasts están fisiológicamente impedidos de tener experiencias religiosas debido a la estructura de sus cerebros, y por lo tanto el concepto de iglesia, religión, sacerdote o culto son desconocidos para ellos. Para un barast es inconcebible la vida después de la muerte, así como refinamientos tales como la teoría de Gaia, la reencarnación o el purgatorio.

Nosotros, gliksins, vivimos presa de nuestros cerebros distintos, que nos hace tener espiritualidad, sufrir de manifestaciones como los pastores de Fátima; incluso los ateos más nihilistas tienen alguna espiritualidad. Este sencillo hecho nos hace ser más fáciles de convencer o motivar que los racionalísimos barasts. No deja de ser interesante este análisis de la religión o espiritualidad como producto de un órgano, lo que vuelve inexistente a todos los dioses idolatrados en nuestro mundo. Sin embargo, la sociedad barast tiene artistas de las más diversas disciplinas, y el arte, tanto la creación como la interpretación, son impulsadas por las mas complejas manifestaciones espirituales.

Otro tema tocado por Híbridos tiene relación con la concepción inter-especie, que toca desde el punto de vista de la ficción el tema ético de la manipulación genética, un debate que como humanidad estamos recién empezando a tocar. En este caso una gliksin se enamora de un barast y planean emplear un manipulador de genes de tecnología barast para concebir un hijo, manipulando todas las características deseables: los ojos del padre, el color del pelo de la madre, los genes cromagnon o neanderthal.

Sawyer presenta la otra cara de la moneda: el mal uso de esta tecnología en el desarrollo de un arma biológica, genéticamente selectiva. También esto se puede interpretar como una llamada de atención a los intentos de patentar el genoma humano, lo que lo haría accesible a unos pocos y con propósitos limitados únicamente a la ambición humana.

En conclusión, El Paralaje Neanderthal es una novela que reinterpreta el choque de culturas, dándole varios giros interesantes al tema, sumado ello a un trasfondo ecologista no muy sutil pero efectivo, que llama la atención al lector acerca de los estragos que estamos dejando con nuestro medioambiente, producto de nuestra cultura, y como tenemos incorporada la violencia y la agresión dentro de nuestro diario vivir, dentro de nuestro léxico y dentro de nuestras actitudes. Agregarle a ello una completa investigación antropológica y una especulación sociológica muy ocurrente para tener en esta trilogía una serie de novelas cautivante y que no termina al cerrar los libros, sino que se extiende más allá, puesto que los temas ecologistas y éticos quedan abiertos al debate del lector conformando una muy buena serie de novelas para enriquecer la biblioteca y comentar con las amistades.[x]

Miquel Barceló en Chile

Esta entrevista la realizó Gabriel Mérida en el marco de la visita de Miquel Barceló a nuestro país el pasado noviembre de 2006.

Catalán irreductible y famosísimo editor de la COLECCION NOVA, la más importante del mundo para la Ciencia Ficción en castellano.
Por variadas razones no habíamos podido entregárselas con anterioridad, pero se dió naturalmente hacerlo en este número de celebración. Es bastante extensa, pero estamos seguro que la ocasión, el invitado y el contenido lo ameritan con creces.
La visita de Miquel Barceló a Chile es un hito histórico en el registro de la CF nacional. No todos los días puedes contar con la presencia del más importante de todos en tu pueblo, cenar con él, conversar y discutir alegremente sobre los temas que nos unen.
Esta conversación tuvo lugar antes de conocerse el resultado del UPC y antes de que Ediciones B de España decidiera publicar YGDRASIL en esas tierras, así que algunas reflexiones podrán sonar un poco fuera de tiempo, pero nada de eso le quita brillo al conjunto.

Con mucho orgullo, les entregamos este diálogo histórico entre Miquel y Gabo entre los andenes de la Estación Mapocho, durante el viernes 3 de noviembre del 2006.

enjoy it!!!

M: Partamos ¿Por qué dices que Ygdrasil es la revolución de la ciencia ficción en español?

B: He leído bastante de la ciencia ficción que se hace al menos en España, entonces cuando lees Ygdrasil te das cuenta de que hay un tono distinto. Desde el punto de vista literario, desde el punto de vista de la temática, la novela sorprende mucho. Es una ruptura, casi una revolución. Me parece sumamente original, porque a veces se copian modelos anglosajones, y otras veces se hacen modelos autóctonos, pero no con el poder y la fuerza de escritura que tiene Jorge Baradit.

M: Temáticamente, ¿qué fue lo que más te gustó de la novela?

B: Hay una cosa que sorprende, eso llamado cyberchamanismo. Yo creo que es una etiqueta, pero no la describe totalmente. Hay cyber, hay algo de chamanismo, y hay una interrelación curiosa de política con tecnología y religión… Hay muchas cosas que hacen muy rica la novela.

M: Como editor, ¿qué ocurre cuando te gusta una obra pero no estás seguro de publicarla?

B: El problema es que en España Jorge Baradit es un nombre que no pertenece al fandom español, con lo cual no lo van a acoger necesariamente bien, porque a pesar de todo, somos muy egoístas. Resulta que podrán decir: “¿Por qué publicas a un tío de Chile y no a un tío de España?” Mi respuesta es: porque la novela del tío de Chile me gusta más. Pero ahí puede haber un hueco, y el problema es que si yo me arriesgo a publicar Ygdrasil en España y vende menos de lo que ha vendido en Chile, sería un fracaso. Pero lo estoy pensando, le estoy dando vueltas.

Toda la CF

M: Hoy la ciencia ficción es un nicho de mercado. ¿Eso la perjudica o le otorga riqueza?

B: Como literatura la perjudica, porque el lector habitual de mainstream no quiere condescender a leer ciencia ficción. Le parece algo inferior, lo que no es cierto. Dan Simmons, Connie Willis, Neal Stephenson, William Gibson, no son literatura inferior ni mucho menos. Pero ese estigma queda. Y por otra parte, desde el punto de vista de un editor, la etiqueta, al menos en ciertos países, garantiza un umbral mínimo de ventas. Hay un núcleo de lectores que suelen leer toda la ciencia ficción que se publica, con lo cual es difícil que un libro sea un fracaso absoluto. Digamos que hay libros de literatura general, estilísticamente muy buenos, que se presentan en el mercado, y venden quinientos ejemplares en España, lo que es un fracaso. Incluso el que menos me ha vendido de autor español ha superado los mil ejemplares. Cualquier libro del género debería vender en España un mínimo de dos mil ejemplares. Pero además tiene un techo: conseguir que un libro de ciencia ficción supere los diez mil ejemplares, ocurre en casos muy especiales.


M: ¿Qué opinas sobre el cruce reciente entre la literatura más realista y la ciencia ficción? Pienso en Houellebecq, en Ishiguro, en Philip Roth, considerados “serios” por los críticos.

B: Hay quien decía hace unos años “la ciencia ficción ha muerto”, por la caída de todas las predicciones que se habían hecho. De alguna manera la realidad tecnocientífica va llegando y tomando esos campos, por lo que deja de ser ciencia ficción y pasa a ser mainstream. Se entiende que algunos lectores que nunca quisieran aceptar ser etiquetados toman temas de ciencia ficción y lo ponen en sus novelas. Ya lo hacía Doris Lessing, ya lo hacía Margaret Atwood, por qué no han de hacerlo otros. También ocurre que en ciencia ficción mucha gente tiene miedo a hacer especulaciones a doscientos años vista, porque el ritmo de cambio tecnológico y social es tan alto, que cualquier especulación va a quedar ridícula en seguida. Incluso se está especializando en lo que llaman near-fiction, el futuro cercano. Si la ciencia ficción hace eso, qué menos que la gente que trate de la novela de hoy, mainstream, digamos, movido por los grandes cambios tecnocientíficos (pero también sociológicos condicionados por la tecnociencia), de alguna manera también se metan con temas de la ciencia ficción.

M: ¿De dónde pueden venir nuevas fuentes para refrescar el género?

De cosas raras, como el cyberchamanismo de Baradit, o de gente queriendo recuperar su propia cultura. En todo el mundo hay dos maneras de escribir ciencia ficción: una a la estadounidense, y otra utilizando la cosmogonía, la cosmovisión y la cultura propia. Eso es algo que puede venir de fuera de Estados Unidos, pero lo que pasa es que estamos muy colonizados por el imperialismo, vemos su cine, vemos su televisión, tomamos su Coca-Cola, comemos sus hamburguesas, y también leemos sus libros. Pero incluso en el mundo de los estadounidenses lo que a mí me interesa más es la ciencia ficción que escriben las mujeres, en la línea que empezó tal vez Ursula K. Le Guin con La mano izquierda de la oscuridad, siguió Joanna Russ con El hombre hembra, y que han seguido gente como Sheri Tepper, o Eleanor Arnason con Círculo de espadas.

M: ¿Se trata de ciencia ficción más femenina?

B: Yo no diría eso. Diría una ciencia ficción que especula con futuros o con sociedades distintas. donde el reparto de poder no es el que se da en nuestra sociedad. En nuestra sociedad hay un dominio del varón bastante claro. Aunque las mujeres como parte de la revolución feminista del siglo XX están llegando a círculos de poder, están llegando haciéndose masculinas. Entonces hay gente que dice que hay que contemplar otro tipo de sociedades, que no sean de raíz patriarcal, como es la nuestra. Y en esto hay algunas mujeres que lo están haciendo brillantemente. Además, si la ciencia ficción tiene que hacer lo que a mí me interesa, provocar al lector, sugerirle ideas, hacerle pensar que su mundo no es el único que puede haber, que hay otras alternativas, que la alternativa tenga en cuenta al cincuenta por ciento del género humano me parece muy importante.

M: ¿Hay diferencias de calidad entre la ciencia ficción en español y la anglosajona?

B: Para mí hay sólo una diferencia, en calidad no tiene por qué haberla.
Lo que ocurre es que en el mundo anglosajón hay profesionales. Robert Sawyer sólo vive para escribir ciencia ficción. Puede escribir una novela al año, y en su vida publicará, pongamos por caso, cuarenta, cinco podrán ser obras maestras, cinco más que serán mediocres y otras que serán muy malas. El autor que escribe en español que suele tener una profesión y escribe como un hobby, tiene un problema muy serio, y es que, o le suena la flauta por casualidad a la primera vez, o bien no publica el segundo libro. Esa profesionalización del mundo anglosajón en España no se ha conseguido. El autor español ya puede estar contento si publica veinte novelas. En España sólo tenemos a Domingo Santos, que empezó a escribir en los años sesenta, es un poco nuestro prócer, como Hugo Correa puede serlo aquí.

M: ¿Qué ves en las dragonadas que se están lanzando, orientadas principalmente al público juvenil?

B: Hay un problema con eso. La fantasía heroica como género surgió de la ciencia ficción. El señor de los anillos no, pero sí DarkOver de Marion Zimmer Bradley y Terramar de Ursula K. Le Guin. En algún momento los editores de Estados Unidos se dan cuenta de que pueden separarlos. Muchos de esos son dragonadas, copias malas de Tolkien, pero hay muchas otras que están muy bien; de hecho en Nova a principios de los noventa en España sacamos una colección que se llamaba Nova Fantasía, llegamos a publicar treinta títulos, más pensados para adultos que lo que hacía la Dragonlance o lo que publicaba Timun Mas. En ese momento no es lo que pedía el mercado, lo que ocurre es que ha ido cambiando, y ahora el mercado pide fantasía, los editores de ciencia ficción en España están orientándose más a lo que llamarías fantasía, y te encuentras con que autores de los más nuevos que escriben fantasía. Javier Negrete, que publicó La mirada de las furias, que se tradujo incluso al francés, lo último que ha publicado es Los Señores del Olimpo, porque él es profesor de griego en el Instituto, habla de Zeus y de los dioses. Rafael Marín ha publicado Bienvenido Mr. Chaplin, que va de Charlotte y de Sherlock Holmes, y lo último publicado es Jugalar, sobre el Mío Cid, y es un autor de ciencia ficción que publica novela histórica. León Arsenal, que ganó el premio Minotauro hace tres años, ahora acaba de publicar un libro sobre las sociedades secretas. Supongo que intenta profesionalizarse y ampliar el mercado. De todas formas soy de los que creen que la ciencia ficción da para mucho más, intelectualmente y especulativamente, que la propia fantasía.

M: ¿Conoces más del panorama de la ciencia ficción en Latinoamérica, fuera de España?

B: Hace tiempo que no se conoce demasiado. Yo conozco cosas de Argentina, o las conocía más hace quince o veinte años. Ahora no tengo contacto más que con una o dos personas. De Chile ahora he tenido que estudiar un poco en los últimos tres meses de cara a este viaje. De alguna manera conozco algo de México, estuve hace un par de años allí con gente del género, y en principio diría que no soy en absoluto experto de la ciencia ficción latinoamericana. Diría que tuvo momentos mejores, al menos si hablamos de Argentina o México. Así como en Chile parece que hay una cierta efervescencia, un cierto rebrotar, me parece que en otros sitios no está tan claro.

M: ¿Qué te pareció la publicación de Cosmos Latinos, de Andrea Bell?

B: No la he leído entera, aunque he visto algunas cosas. Lo que me parece muy valioso es que es latino, y en Estados Unidos hay muchos latinos. Los más egoístas son los estadounidenses, les cuesta mucho adaptar o intentar entender cosas de otra cultura. Tienen esa visión de que el mundo se acaba en ellos mismos. Orson Scott Card hace cinco años intentó hacer un proyecto de publicar una colección con novelas de otros países, traducidas, pues él viajaba mucho, conocía otra gente. Y una persona como Card, con el peso que tiene en el mundo editorial, con lo bien que se venden sus libros, no sólo en el mundo anglosajón, no lo consiguió. Porque a los norteamericanos lo que se haga fuera de Norteamérica no les importa. Entonces el libro este, Cosmos Latinos, tiene la ventaja de que se refiere a algo cada vez más creciente, si los latinos están creciendo cada vez más y en Nueva York se pueden leer todos los anuncios en español. Entiendo lo de Cosmos Latinos; me sorprendería mucho más si publicaran un libro de ciencia ficción francesa o italiana o alemana.

M: ¿Qué sorpresa o decepciones o impresiones te causó la lectura de Años Luz?

B: Me parece que está muy bien construido, está haciendo un panorama amplio de la ciencia ficción chilena. Yo entiendo que lo de las primeras décadas es una proto ciencia ficción, con autores de literatura más bien general, que tocan temas que son raros en la literatura general y por eso tienen la etiqueta de ciencia ficción. Me parece que en el mundo latinoamericano partir desde los años ’50 o ’60 se da el género como tal. A mí me parece que es muy rico, ofrece como treinta autores, y que empieza con gente que está muerta y con gente terriblemente joven que todavía tiene mucho camino por correr. Han procurado hacer una selección literariamente decente. En la ciencia ficción, demasiadas veces por desgracia, en pro de la idea se pierde la mínima calidad literaria. Pero este libro da una idea bastante clara de la ciencia ficción chilena, y sobre todo en el último período da un poco la línea de las tendencias de lo que se está haciendo ahora, de lo que esta probando, digamos gente como tú, como Soledad Véliz, como el mismo Baradit y otra gente.

Autores de Ciencia Ficción

M: Eso de que se pierda el espesor literario en busca de la idea, ¿es algo muy dado en la ciencia ficción?

B: La propia ciencia ficción nació como género con Hugo Gernsback y la revista Amazing Stories, que comienza a hacer relatos que en el fondo son los mismos que él había metido en las revistas de electrónica, en donde decidió que también podía ir un cuento mostrándonos el futuro con maravillas tecnológicas. Esa es la ingenuidad del técnico que quiere escribir una narración, y entonces ésta está vinculada a potenciar la idea. Esto sigue con las revistas pulp que son bastante así, Asimov, Clarke, los grandes padres que conoce todo el mundo. Y cambia en los sesenta con la revolución de la New Wave que dice que hay que atender también a lo literario. Hoy tienes a gente como Gibson, como Dan Simmons, como Neil Stephenson, como Connie Willis: ese nivel literario existe. Fíjate que estoy citando siempre autores anglosajones, porque son un referente común de todo el mundo, porque vosotros en Chile seguramente no conocéis a los autores españoles, como la mayoría de los españoles no conocen a los autores de Chile. Claro, me habré leído un par de cuentos de Correa publicados en Nueva Dimensión, habré leído Ygdrasil, habré leído los cuentos de Años Luz, pero eso no quiere decir que pueda etiquetar su nivel.

M: Recomiéndanos tres o cuatro autores del mundo español, ojalá jóvenes.

B: En España a los autores jóvenes no los conozco tanto, conozco más a los de cuarenta, aparte de a los viejos del lugar, como Domingo Santos que sigue escribiendo. Eso como clásico, Gabriel Bermúdez Castillo como otro clásico. Los ya asentados y conocidos que incluso ya han escapado de la ciencia ficción y se han dedicado a publicar en otro tipo de género, para ampliar el mercado. Elia Barceló, César Valentín. Y que se mantuvieran hasta hace poco en la ciencia ficción, pues está Elías Javier Negrete, Rafael Marín, Rudy –Rodolfo- Martínez, y el que a mí me parece más potente, Juan Miguel Aguilera. Es el único autor que he publicado en Nova que ha vendido tanto o más que cualquier novela de autor estadounidense. Es La Locura de Dios, de la que luego vendimos los derechos en Francia, y sus novelas salen ahora antes en francés que en español, lo que es inédito.


Derecho de autor y edición

M: Hay muchos aficionados que leen libros en formato electrónico, ¿qué opinas del tema de los derechos de autor en la época actual, debería revisarse?

B: Además de editor y de escritor de ciencia ficción soy profesor en la universidad y precisamente uno de los temas que trato con los estudiantes de la facultad de informática es el impacto social, la ética. Uno de los tema que cada cuatrimestre discutimos es el derecho de propiedad intelectual. En el fondo, estos se siguen basando en el convenio de Berna de 1887, que está referido a una tecnología distinta. Walter Benjamin, ya en 1931, hizo un opúsculo hablando de los derechos y del arte, La época de la reproducción automática. Como de un cuadro se puede hacer una reproducción casi tan fidedigna como un cuadro, el mercado del arte depende de esa individualidad del cuadro, entonces cuando tienes una reproducción hecha con medios tecnológicos, de la misma calidad… Yo creo que todo esto va a tener que cambiar. Lo que hizo Shawn Fanning con Napster en 1999 cambió las reglas del juego, primero en la música y luego en el cine, en los libros. Ahora hay movimientos, Google está intentando crear una biblioteca universal, escaneando libros, está el problema de los copyrights, pero los libros que ya no tienen derechos de autor se pueden encontrar. Falta perspectiva histórica, pero va a haber cambios para las leyes de propiedad intelectual. Claro, como editor eso me puede caer mal, pero la realidad es la realidad, uno no puede negarla, y eso va a cambiar seguro. En la Universidad estamos usando cada vez más el tipo de licencia Creative Commons, por el tema académico, por artículos. Yo entiendo que las grandes multinacionales del cine, del disco, se puedan defender, pero me parece que tienen difícil defensa. Estamos hablando de un concepto de propiedad intelectual que es obsoleto para la tecnología de hoy.

M: Esta amenaza también podría servir como oportunidad, para que los escritores se encuentren con sus lectores además de la publicación en grandes editoriales. ¿Qué rol juegan en esto las editoriales pequeñas y la autoedición?

B: A todo autor profesional no le gusta la autoedición, porque significa que nadie como editor externo ha alabado mi obra como para publicarla, entonces yo me la publico. El tema es que en internet hay muchas cosas, lo que no significa que la gente las pueda encontrar. Por ejemplo hasta hace dos meses yo no sabía que había una cosa llamada TauZero en Chile. Posiblemente va a crear un problema pero por otro lado dará la oportunidad de que algo que estaba reducido a un círculo de amigos se pueda difundir en un círculo de amigos no tan reducido, reducido pero global.

M: A grandes rasgos, ¿cómo se realiza el proceso de selección y edición de libros en Nova?

B: Yo no suelo preocuparme por lo que digan los agentes, pues estoy bastante contento con el mundillo de la ciencia ficción, entonces cuando aparece un título que me parece interesante en cualquier parte del mundo, pues lo pido. Me leo el libro, con lo que mi hobby está satisfecho. Entonces debo decidir si este libro es publicable en España. Tengo un cupo de diez libros al año, uno por mes, descontando agosto y enero. De una oferta muy grande, entonces, debo seleccionar. Hay libros que no me gustan y no publico. Luego también hay libros que me gustan y no publico, como te comentaba sobre Ygdrasil de Jorge Baradit, que me gusta, pero el hecho de que a mí me guste no garantiza que se vendan los 4 o 5 mil ejemplares que Ediciones B quiere que se vendan. Y es lógico: el libro es un objeto de arte, porque vehicula una posible obra de arte, pero también es un objeto que se vende en el mercado, donde alguien ha invertido un capital y quiere obtener unos réditos, y punto. Si se hace toda la operación y el libro sale al mercado y vende quinientos o mil ejemplares, es un fracaso. Yo suelo pensar que el lector es tan inteligente como yo, y que si yo lo paso bien leyendo un libro, por qué el lector no, entendiendo que hay libros más fáciles y más difíciles.

M: De esos diez libros que se venden, ¿la mayoría son extranjeros?

B: En Estados Unidos sacan 250 títulos al año, entre ciencia ficción y fantasía, yo de los diez saco el premio UPC, que es lo que permite que muchos autores hispanos (no sólo españoles) puedan ser publicados. Otra es que como Nova salió en el año ‘87, busco clásicos, o sea el clásico de Nova que ha salido hace veinte años y que acá no se ha publicado. Yo creo que de los 200 que llevamos, tenemos 15 o 16 libros de autor español, son títulos que se venden menos que los otros. Ahora estoy publicando uno cada dos años. Pues sé que un libro de Scott Card va a vender cerca de diez mil ejemplares y tiene un coste de edición igual al de un autor español que va a vender menos. Mi problema es que yo no arriesgo mi dinero, arriesgo el dinero de Ediciones B, y debo ser honesto con ellos, tengo que hacerles ganar dinero. Tengo que comerme el hobby para pasar a ser un editor profesional que mira el mercado. Hubo una época en que saca uno de autor español cada año, hasta que me dijeron, oye, éstos vende menos, y tuve que pasar a publicar uno cada dos años, pero claro, voy intentando hacerlo. Ahora me pasa que material de autor español no me llega, porque la mayoría están escribiendo más cosas fantásticas, y de estos diez libros yo estoy publicando uno de fantasía casi cada año, incluso me parece que el 2007 serán dos. Pero claro, la mayoría proviene del mercado anglosajón. El premio UPC que comenzó en 1991, son quince volúmenes, unos 50 o 60 títulos de obras. De ellos habrá diez que vienen de inglés, pero los demás proceden de finalistas argentinos, españoles o mexicanos.

M: ¿Has encontrado buenas sorpresas en el UPC?

B: Sí, pero no hay continuidad, y ahí va lo que decíamos sobre la profesionalidad. Robert Sawyer, un canadiense que es profesional, un año envió un título y quedó segundo del premio UPC, al año siguiente envió otro y ganó premio ex aequo, al año siguiente envió otro y ganó. Por ejemplo, de México me llegó una historia bonita, ganó premio, pero luego no he vuelto a saber de este hombre. Lo que habría que hacer sería proponer estas cosas, o seguirse presentando al premio.

M: ¿Y las ventas, en comparación con la literatura “seria”?

B: Depende, la literatura muy seria puede vender de quinientos ejemplares hasta cien mil. El mercado del libro nadie lo entiende. Cuando te digo que una cifra normal para Nova es cuatro o seis mil, bueno, El juego de Ender debe llevar cien mil, el Criptonomicón debe llevar ochenta mil. Y algunos llevan quince mil. Y otros, desgraciadamente de autor español, llevan 1500 o 2000. La conjura de los necios había pasado sin pena ni gloria, hasta el día en que Truman Capote escribió en una crítica que era muy bueno, y se convirtió en un best-seller mundial. Es una cosa muy rara.

Definiciones

M: La CF es una definición, un límite, o un referente. ¿Pueden convivir distintas visiones?

B: La CF es básicamente una tradición. No me gusta citar a Nietzsche, pero él dijo que no se puede definir a aquello que tiene historia pues ha cambiado, y ninguna de las definiciones le puede ajustar a cada momento. Si tú dices ciencia ficción es Frankenstein de Mary Shelley, el Viaje a la Luna de Verne, el Hombre invisible o La máquina del tiempo de Welles, Fundación de Asimov, Cita con Rama de Clarke, pero también dices Neuromante de Gibson, o La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin, o Hyperion de Dan Simmons. ¿Qué tienen de común esos libros? Pues que se enmarcan en una tradición de literatura especulativa que por razones históricas ha dado en llamarse ciencia ficción.

M: ¿Y tu punto de vista personal, ese que dice la ciencia ficción debiera provocar con nuevas ideas?

B: A mí lo que me interesa de la ciencia ficción, a veces, es que sirve para el aprendizaje del futuro. Cuando salió lo de la oveja Dolly clonada todo el mundo comenzó a escandalizarse, pero los editores y autores de ciencia ficción hacía décadas que hablábamos de esa posibilidad, pues te entrena para vivir un futuro del que lo único que sabes es que no será como el presente que tienes, ni como el pasado porque el ritmo de cambio es muy acelerado. Entonces uno ha de aprender que la sociedad en que vive es de cierta manera coyuntural, con toda una historia, claro, pero que podría ser distinta. No sé, vosotros mismos o nosotros en España hemos pasado por períodos políticos que ponen una condicionante determinada sobre la vida de la gente, y la gente vive con una sensación o con otra. La ciencia ficción te permite un cierto relativismo cultural, cuando te describe otra sociedad te das cuenta de que la tuya no es la única posible, lo cual no deja de ser un fermento de cambio posible.

El fandom

M: Tú trabajaste algún tiempo con gente de fanzines y asociaciones. ¿Cómo está tu relación ahora con el fandom español?

B: Yo creo que en principio bien, pero tengo conciencia de que tengo una edad, y que la mayoría de la gente del fandom son más jóvenes, quienes deben integrarlo son los de veinte, treinta, cuarenta años. Ahora no estoy haciendo muchas cosas, aparte del UPC. El fandom como tal en España hoy en día se vincula a través de la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, que ha tenido sus altibajos. Se montó en un encuentro en la Haya en 1990, y ahí algunos aprovechamos de poner en contacto a los grupos, se creo la Asociación. y los estatutos. Ahora, al cabo de quince o dieciséis años, por la AEFCFT ha pasado bastante gente y ha tenido bastantes orientaciones distintas. Yo pertenezco a ella, soy uno de los números más bajos de la lista, pero nunca he estado en la junta directiva porque era editor de Nova, y me pareció que no era bueno. Sí he tenido contacto con algunos grupos de directores de ella. Y siempre me he puesto a disposición de todo el mundo, cada vez que se hace una Hispacon yo me ofrezco para dar una charla, una mesa redonda, y siempre colaboro, y si hay que ayudar a traer un invitado de afuera que yo conozca, ayudo. Lo que sí es que la AEFCFT publica una antología, Visiones, que fabrica un antologista designado por la asamblea cada año, y ese antologista tiene el derecho de pedir textos a quien quiera. Esto empezó así, pero de alguna manera empezó a parecer que dependiendo de quien fuera el antologista de ese año, salían sus amigos y no salían sus enemigos, etcétera. Entonces pareció que era bueno hacer otra antología de lo mejor publicado, y ésa es la idea de Fabricantes de Sueños.
El fandom funciona bien porque la Asociación le está dando continuidad. Otra cosa es que el fandom está creciendo mucho por los sitios en internet. Ahí yo reconozco que no me estoy metiendo por un problema de horas. Y también ocurre que Nova, tras casi veinte años de existencia y doscientos títulos, ha sido mucho tiempo un referente, y entonces mucha gente joven tiene que hacer este papel freudiano de matar al padre, y en este caso el padre es Nova y Miquel Barceló.

M: El tema de los fanzines, revistas especializadas, concursos, ¿crees que pueda ser un buen campo de cultivo para eso?

B: Eso siempre. La tradición dice que los autores de ciencia ficción aprendieron a escribir cuentos y luego pasaron a la novela. Escribir una novela larga es complicado, se deben ver defectos de estructura, de montaje, ese tipo de cosas. Lo dijiste tú mismo: esto es escritura de gente del fandom para que la lea gente del fandom. Entonces el problema es cuántos son del fandom, por ejemplo, Espiral y 500 ejemplares de un libro, ese es el mundo del fandom, cuatro librerías especializadas y por correspondencia. Una editorial como Ediciones B, si no vende tres mil ejemplares, no vale. Pero por ejemplo Factoría de Ideas está publicando mucho, Gigamesh, el grupo de A. J. E. C. de Granada, igual publican 2000 ejemplares y también reditan. El único problema de Visiones, de Fabricantes de Sueños, de los Fanzines, es que es una publicación que da salida al ego del autor pero que no está claro que lo hayan leído más de 50 o 100 personas. Entonces lo que el fandom acepte como bueno quizás el mercado no tenga por qué aceptarlo, el fandom es un lector muy especializado que va a estar más entrenado a leer un montón de cosas que el lector general del mercado, que lee ciencia ficción y un montón de cosas más, a quien quizás no le va a interesar tanto.

M: Aquí en Chile decimos que el problema con la literatura de género es que es endogámica, se lee a sí misma, se copia a sí misma y no recibe fuentes exteriores.

B: En el fandom de ciencia ficción tenemos la tendencia a creer que somos distintos a los demás, y lo somos: la gente que escribe policiales o romances no tienen convenciones donde los escritores se pueden encontrar con los lectores quienes les dicen qué les ha gustado y qué no, y hay feedback. Somos un género curioso con una vida interna curiosa. El fandom nació en la ciencia ficción, pero también tiene este problema: el lector unidimensional que sólo lee ciencia ficción, y sólo un tipo de ciencia ficción. Pero eso ha ocurrido siempre: las camarillas de escritores o de poetas que se recitan los poemas a sí mismos, pero nunca los publican para ver que opina el resto del mundo, eso ha ocurrido siempre. En el mundo científico también pasa eso, me temo que no es del fandom: es humano. Claro que en esa característica del fandom es mala (en la ciencia también) porque está dando una limitación de puntos de vista. En la literatura hay más cosas.

M: Para la efervescencia que has notado en Chile y en otros países de Latinoamérica, ¿qué consejos les darías a los escritores de ciencia ficción en el plano creativo?

B: No sirvo para dar consejos, pero la cosa es que yo pienso que un escritor es una especie de ser extraño, con la sensación de que tiene la necesidad de escribir y los otros la obligación de leerlo, lo que no es en absoluto cierto. Un escritor tiene que escribir porque él lo quiere, pero si además quiere publicar, tiene que pensar qué es lo que a los demás les puede interesar leer. Es una cosa que el mundo de los profesionales de Estados Unidos tienen muy claro, de vez en cuando se permiten escribir lo que les sale del corazón, pero matizado para que funcione afuera. Entonces, si uno vive sólo en un círculo de amigos y de escritores donde Fulano lee lo de Zutano y viceversa, eso va a tirar así mucho tiempo. Pero si se quiere salir de ese agujero, que alguien ha llamado ghetto, no sólo de la ciencia ficción sino del círculo cerrado del fandom tal vez, entonces hay que tener en cuenta un poco a los demás. En la literatura se produce siempre un enfrentamiento entre lo que el lector quiere leer y lo que el escritor quiere escribir. Se dice que el escritor acaba escribiendo el libro que él no ha podido encontrar y leer, y por eso lo escribe él, pero esos son sus gustos. Yo creo que habría que hacer es intentar abrirse, acudir a concursos, ser conocido por los demás. Yo siempre digo: ofrezco el premio UPC, que te garantiza que no se va a quedar en el mundo del fandom, se va a comercializar. Lo importante es que tú puedas publicar lo que tú quieres, y que luego puedas ver el juicio que da la gente de la calle, los otros lectores. Ese sería el único backup que de alguna manera te pueda hacer crecer en tus propias idiosincrasias, en tus propias manías y gustos.

M: Y para terminar, Miquel, ¿cómo lo has pasado en Chile?

B: Ah, pero muy bien, ayer lo comentábamos con mi esposa y mi hijo que también han venido. Para nosotros Chile es algo que aprendimos mucho, sobre todo la gente de mi generación, el 4 de septiembre cuando gana Allende, y el 11 de Septiembre cuando Pinochet lo mató. O pasó lo que pasó. Por ejemplo, haber ido a La Moneda y encontrarse que gracias a Lagos se puede entrar ahí, y te emocionas. Para mi generación fue una manera de decir que la Izquierda difícilmente podía llegar al poder sólo por las urnas. Bueno, para mí Chile tenía ese referente, y para mí Chile era Violeta Parra, Víctor Jara, Quilapayún, la Cantata de Santa María de Iquique, Pablo Neruda. Y un poco la referencia de que hay un tipo llamado Hugo Correa que escribe ciencia ficción en Chile. Cuando supe que tenía que venir, me enteré de que el país era largo y estrecho, y aunque en el medio había Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, y tendría que dejar para después ir a Iquique o Antofagasta, o Punta Arenas, intentaremos volver. Pero muy agradable, muy bien todo.

Hay una canción de la que alguien citó parte de la letra, y anoche me acordé de que la había escuchado en el colegio en Madrid, el año 67, 68, “si vas para Chile, ya verás viajero como cuidan en Chile, al amigo cuando es forastero”. Y es verdad, lo cuidáis muy bien, yo estoy muy contento y bien.

M: También estamos contentos de recibirte, Miquel.[x]

UPC 2007, una añada excepcional

Cuando pensamos en este número de celebración por el UPC obtenido, de inmediato surgió la posibilidad de pedirle una colaboración a Miquel Barceló, ese españolote simpático y amable que nos iluminó noviembre el año pasado con su impensada visita.
Miquel reaccionó con la amabilidad de siempre y nos envió como primicia, nada menos que la introducción que acompañará la salida del libro PREMIO UPC’06.
Aquí está, enjoy it!!

En el año 2006, el Premio UPC de Ciencia Ficción registró de nuevo, como ya viene siendo habitual, una aceptable cifra de participación: 76 novelas presentadas a concurso, de las que 33, algo menos de la mitad (un 43%), procedían del extranjero. Como suele ocurrir en los últimos años una gran mayoría estaban escritas en lengua castellana (un 68%).

Aún constatando un descenso de la participación hispana, el Premio UPC de ciencia ficción sigue teniendo un amplio predicamento internacional. La sinergia lograda por la colaboración entre la universidad que patrocina y organiza el certamen y la editorial que, hasta hoy, edita estos volúmenes ha logrado que tal actividad cultural universitaria sea, no sólo un festín lector para los miembros del jurado, sino una verdadera cita anual para los aficionados de todo el mundo: escritores que participan en el concurso y lectores que pueden disfrutar de los mejores títulos.

En el año 2006 se presentaron al concurso 76 narraciones, siendo 33 (un 43%) las novelas recibidas del extranjero procedentes de Argentina (7), Francia (7), Estados Unidos (6), Colombia (2), Cuba (2), Bélgica (1), Canadá (1), Chile (1), Ecuador (1), Gran Bretaña (1), Irlanda (1), México (1), Panamá (1) y Paraguay (1). La internacionalidad del Premio UPC de Ciencia Ficción, sigue siendo una de sus características más evidentes.

La mayor parte de los concursantes escribieron sus narraciones en castellano (52 novelas, es decir el 68%); los otros lenguajes utilizados fueron el inglés con 11 novelas (el 15%), el francés con 7 novelas (el 9%) y el catalán con 6 novelas (el 8%).
La decisión del jurado y la entrega de los premios se hizo pública el miércoles 29 de noviembre de 2006 en un solemne acto académico presidido por el vicerrector de política universitaria de la UPC, Dr. Josep Casanovas, y por la escritora Isabel Clara Simó en representación del Consejo Social de la UPC. El conferenciante invitado fue el joven escritor estadounidense Brandon Sanderson, autor de exitosas novelas de fantasía como Elantris y Mistborn, quien disertó sobre «La virtud de divertir: en defensa de la literatura de evasión».

El jurado estuvo formado, como ya viene siendo tradicional, por Lluís Anglada, Miquel Barceló, Josep Casanovas, Jordi José y Manuel Moreno. El contenido del acta con el fallo del jurado (traducida del original en catalán) dice así:

«El jurado del PREMIO UPC DE CIENCIA FICCIÓN 2006, reunido en la sede del Consejo Social el 10 de noviembre de 2006 para deliberar sobre el veredicto de los premios, ha decidido otorgar:

-El primer premio de 6.000 euros, a repartir ex aequo entre las obras:
Trinidad, de Jorge Baradit (Chile)
El informe Cronocorp, de Miguel Ángel López Muñoz (España)

-La mención especial de 1.500 euros, a la obra:
The End of the World, de Kristine K. Rusch (EEUU)

y quiere hacer constar el éxito de participación de esta decimosexta convocatoria internacional (76 originales recibidos), y hacer mención de las siguientes obras por orden de apreciación:

Carne verdadera, de Sergio Gaut vel Hartman (Argentina)
Cuarenta siglos os contemplan, de Sergio Mars Aicart (España)
L’épée de Jbril d’Alain Le Bussy (Bélgica)
Trancenso de Rodrigo Moreno Flores (España)
El jurado ha decidido otorgar la mención UPC de 1.500 euros, a la obra Crónicas de Malhaam, de Ángel Luis Miranda Barreras (Barcelona), y citar como finalista de la mención UPC a la obra La última extinción, de Eric Ros Ben-Hassan (Vilanova i la Geltrú, Barcelona)

Y, a los efectos oportunos, firman esta acta en Barcelona, el 10 de noviembre de 2006.

Tras la presencia en años anteriores de Marvin Minsky, Brian W. Aldiss, John Gribbin, Alan Dean Foster, Joe Haldeman, Gregory Benford, Connie Willis, Stephen Baxter, Robert J. Sawyer, David Brin, Juan Miguel Aguilera, Vernor Vinge, Orson Scott Card, Miquel de Palol y Elizabeth Moon; en el año 2006 la persona encargada de dictar la conferencia invitada en la ceremonia de entrega de premios fue el joven escritor estadounidense Brandon Sanderson quien disertó sobre «La virtud de divertir: en defensa de la literatura de evasión». Tras esta presentación se incluye el texto íntegro de esa conferencia.
La doble circunstancia de que Sanderson sea un autor novel y muy joven (autor, eso sí, de una primera novela de gran éxito internacional como es Elantris) además de haberse especializado en narrativa fantástica en lugar de en la ciencia ficción más estricta, confería a esta invitación un matiz peculiar. El presentador del conferenciante, Miquel Barceló, quiso destacar que se trataba de la entrega del Premio UPC por decimosexta vez, una especie de efemérides peculiar, sobre todo si se expresa en el sistema binario de numeración tan conocido en una universidad politécnica como es la UPC: edición número 10000. Al cerrar el acto, el vicerrector Josep Casanovas destacó también que, además de primo en el sistema decimal, el numeral (17) de la nueva edición, la de 2007, sería, manteniéndonos en el sistema de numeración binario, un espectacular capicúa (10001) y emplazó a los organizadores a encontrar de nuevo un conferenciante invitado particularmente «especial» y brillante como resultó ser Brandon Sanderson.

La publicación del Premio UPC 2006

En este volumen se incluyen las narraciones galardonadas en la decimosexta edición del Premio UPC de ciencia ficción. De nuevo mi labor como editor ha sido sumamente sencilla: he incluido todas las novelas que han obtenido premio, pero también he querido que se incluyera en este volumen una de las finalistas que, por su referencia muy explícita a Philip K. Dick y su mundo creativo, me ha parecido sumamente interesante. Como añadidura les diré que ya sé que en el confuso mundillo de la ciencia ficción española circula el rumor de que a mí no me gusta Dick… Como tantos otros rumores, es falso. Tal vez con esta decisión alguien se convenza al fin de que sé apreciar la obra de Dick (y posiblemente aún más la de Sergio Gaut vel Hartman…) y eso aún cuando demasiadas veces me cansen los exagerados e idólatras admiradores de Dick, esos a los que una vez denominé los «papanatas dickianos»…

En cualquier caso, con las cuatro novelas cortas premiadas y la que he decidido incorporar en mi irrenunciable labor de editor, creo que se configura uno de los mejores y más variados volúmenes de estas antologías sobre el Premio UPC de ciencia ficción. En términos vinícolas diríamos que estamos ante una añada excepcional. Que ustedes la disfruten.

En TRINIDAD, el chileno Jorge Baradit nos introduce en el nuevo «ciber-chamanismo» una original mezcla de elementos religiosos, esotéricos y tecnológicos. Mariana, una asesina profesional debe sabotear el proyecto del gobierno «Ciudadanía para el Ciberespacio»: una transferencia de las funciones cerebrales a un ciberespacio habitado por entidades psíquicas. Posteriormente, en dos historias entrecruzadas, Angélica, una IA, y Magdalena, una policía, descubrirán un trasfondo sórdido en ese novedoso proyecto del «movimiento de los sueños».

Les sugiero presten especial atención a esta narrativa de Baradit y a su peculiar estilo, ése que ha sido etiquetado como «ciber-chamanismo» y representa una verdadera novedad en el género. En junio de 2007, NOVA va a incluir en su catálogo la edición española de Ygdrasil la primera novela de Baradit, todo un éxito en Chile desde su publicación. Se ha dicho de ella que es una «verdadera revolución en la ciencia ficción escrita en español» y la novela corta que Baradit presentó al Premio UPC viene a ser una continuación (o narrativa previa, vaya usted a saber… con Baradit todo es posible) de esa Ygdrasil. Como una concesión al chismorreo, les diré que Trinidad era una de mis candidatas al premio (yo ya había leído Ygdrasil cuando llegó Trinidad y, como suele ocurrirme muchas veces con autores que ya han publicado, reconocí muy fácilmente el estilo y la temática). Pero lo cierto es que no creí que el resto de miembros del jurado la apreciara igual. ¡Resulta tan distinta a todo lo que se ha leído hasta hoy…! Mi sorpresa fue casi excepcional cuando la gran mayoría de los otros miembros del jurado también la habían seleccionado como ganadora. En cualquier caso, les aseguro que estamos ante una obra y un autor de los que se hablará largo y tendido.

En EL INFORME CRONOCORP, del madrileño Miguel Ángel López Muñoz, un investigador gubernamental de asuntos temporales expone los resultados de su estudio sobre los «unicronos», una especie de máquina personal para viajar en el tiempo. Un brillante fix-up que analiza diversas posibilidades de la nueva tecnología: nuevos crono-asesinos profesionales, repetición ad infinitum de la presencia de un mismo robot, turismo al pasado y un interesante etcétera.
Y, el hecho de haber compartido ex-aequo el primer premio con Trinidad, sólo indica el gran interés y la ajustada factura de esta primera novela corta de un joven madrileño, matemático y hoy estudiante de doctorado, sobre uno de los temas clásicos de la ciencia ficción de todos los tiempos: el viaje a través del tiempo.
Como les decía, hay muchas razones para considerar que la de 2006 ha sido, para el Premio UPC, una añada excepcional.

Y esa excepcionalidad se confirma en las otras obras galardonadas. Una de ellas de Kristine K. Rusch, la ganadora de la edición de 2005; y la otra, la que se otorga a los miembros de la UPC, la del profesor Angel Luis Miranda Barreras ya conocido por los aficionados españoles de ciencia ficción por su novela Mendietta publicada en la siempre recomendable colección Espiral que edita Juan José Aroz.

La estadounidense Kristine K. Rusch narra, en EL FIN DEL MUNDO, como en las obras de reforma de un complejo acuático, End of the World, se encuentran cadáveres sumamente extraños. ¿Hubo una masacre? ¿De quién? ¿Se trata de fantasmas? ¿Son tal vez extraterrestres? La investigadora Becca Keller intenta averiguar de qué o de quiénes se trata, mientras conocemos los temores de unos seres marginados y perseguidos precisamente por ser como son: distintos.

El barcelonés Ángel Luis Miranda nos cuenta en CRÓNICAS DE MALHAAM el colapso de un medio de comunicación y transporte (la «puerta Fusinika» usada por una civilización de colonos humanos en el Brazo de Orión), y la involución económica, social y política que su pérdida provoca. En un mundo en el que hábilmente se mezclan la fantasía y los restos de una potente tecnología cuyo origen se ha perdido, la única superviviente de la familia que gobernaba el reino de Ámbar, emprende un largo periplo a través de diversos reinos para intentar salvar la vida.

Y para finalizar una breve referencia a la novela que, como editor, he decidido incorporar a esta selección. El argentino Sergio Gaut vel Hartman nos presenta en CARNE VERDADERA un novedoso androide con la personalidad de Philip K. Dick, protagonista absoluto en un mundo sumamente «fashion» del futuro cercano. Emulando al añorado maestro, Sergio construye una historia verdaderamente dickiana sobre Dios y el fin del mundo. Un homenaje que, tal vez, supera al homenajeado…
Como siempre, junto a este amplio abanico con la mejor oferta de la moderna ciencia ficción, el volumen se completa con el texto de la conferencia de Brandon Sanderson (autor de Elantris y Mistborn) sobre «La virtud de divertir: en defensa de la literatura de evasión».

Y nada más, sólo constatar que las previsiones que hiciera Brian W. Aldiss en la edición de 1992 se siguen cumpliendo y, en una «añada excepcional», tras más de quince años de éxitos, el Premio UPC de novela corta de ciencia ficción nos ofrece de nuevo una excepcional selección internacional, sumamente interesante y altamente convincente. Una prueba más del alto grado de diversidad, sofisticación y calidad a que ha llegado el premio europeo con mayor convocatoria en la ciencia ficción de todo el mundo.
Para la edición del año 2007, el límite de recepción de novelas concursantes se mantiene hasta el 15 de septiembre de 2007. De las más afortunadas de esas narraciones seguramente trataremos en el futuro volumen sobre el Premio UPC 2007, al que les remito. De momento, disfruten las cinco narraciones aquí incluidas. Componen una lectura variada, inteligente y agradecida.

Y piensen ya en reservar la fecha del 28 de noviembre de 2007 si desean acudir a la entrega de premios de la nueva edición del Premio UPC de Ciencia Ficción. Nuestro invitado, «especial» cual corresponde a la edición 10001 (Josep Casanovas dixit), va a ser el británico Jasper Fforde cuya excepcional (y adictiva…) primera novela, El caso Jane Eyre (2001, NOVA número 1999), ya está al alcance del lector español.

Trinidad, ganadora del Premio UPC 2006

Pensamos que sería una buena idea incluir un fragmento de TRINIDAD, para sentirle el gustillo mientras esperamos la llegada del libro editado, que saldría a fines de Abril en España. Antes, unas preguntas lanzadas al email por Gabriel Mérida para dilucidar un par de interrogantes.
Aquí va, enjoy it!!


M: ¿De qué va Trinidad, Jorge?

B: Trinidad es una nouvelle en tres actos. Cad uno protagonizado por una mujer: Mariana, una asesina junkie, protagonista de Ygdrasil; Angélica, una Inteligencia Artificial en el cuerpo de una niña de trece años; y Magdalena, una policía con desequilibrios mentales muy particulares.

Cada cuento es autoconclusivo e independiente, pero hay una historia subyacente, la del “Proyecto para la ciudadanía del ciberespacio”, que parte como una iniciativa del gobierno para levantar mentes de modo permanente al ciberespacio de manera de potenciar las labores informáticas, pero que deriva en un desastre de proporciones cuando se descubre que en realidad se está preparando el regreso de entidades muertas hace siglos (por supuesto malignas) usando el ciberespacio como emulador sintético del más allá. El fondo es un proyecto, el “Proyecto Aurora”, desarrollado en el más allá por los primeros físicos cuánticos muertos que, en la post guerra, comenzaron a investigar la posibilidad de establecer comunicaciones con nuestro plano de realidad. Primero comenzaron usando transcomunicación (grabaciones magnetofónicas al aire libre, televisores en señal muerta, etc). Luego fueron desarrollando sistemas cada vez más complejos, hasta que fueron descubiertos por una organización biológica compleja, hecha de retazos de nazis, anarquistas, asesinos en serie y esquizofrénicos muertos violentamente que buscaron tomar el control del proyecto buscando regresar a nuestro plano.


M: ¿Cómo se relaciona con el universo presentado en Ygdrasil y en la precuela que tienes pensado publicar, Atacama?

B: TRINIDAD es antes de ATACAMA. Los hechos que relata TRINIDAD, son la base del desarrollo de la bestia ATACAMA y ésta, a su vez, el embrión del YGDRASIL.


M:Libro en Chile, premio en España. ¿Qué opinas?

Sorprendente. Hace dos años el panorama era paupérrimo para la Literatura Fantástica Nacional y de pronto tenemos nuestro primer ganador del UPC en la historia, el primer latinoamericano publicado en la colección regular de Colección Nova y toda la prensa haciendo eco del tema. De verdad creo que estos dos años, con la aparición de YGDRASIL, los libros de Teo Mercado, el NUMERO KAIFMAN, la antología AÑOS LUZ y el UPC, han sido los años más exitosos de la ciencia ficción chilena en su historia.

M: ¿Hay alguna relación entre la visita a Chile de Miquel Barceló y el premio?

Si. Cuando lo invitaron y me puse en contacto con él, me preguntó qué iba a venir a hacer a Chile, si desde acá nunca le llegaban participantes para el premio UPC. Entonces me puse nervioso, escribí TRINIDAD y la envié, en el anonimato junto a otros cientos de participantes. Sin esa presión, nunca habríamos conseguido el premio.

Ahora, vamos a lo importante.

Trinidad, por Jorge Baradit (fragmento)

El mito más difundido entre los coders era el de la IA del “Escándalo Fachel” convertida en una virgen en la net. Una madonna digital santificando el nuevo espacio abierto por las máquinas. Sin embargo, ahí estaba, un andrajo cubierto de barro, hedionda a orines y casi incapaz de moverse.
-Necesito información, Angélica- murmuró casi con ternura –Creo que eres la única que sabe todo lo que pasa.
-No se qué está pasando –lloraba desconsoladamente –hace años que me arrastro y pido ayuda pero nadie viene, Algo quiere salir a través mío. Tengo miedo. Sácame de aquí ¡Hay ruidos y alguien me amenaza!..
Magdalena levantó la mano y le enterró su cuchillo-coder en la frente, le pidió excusas y comenzó a extraerle su memoria. Continue reading «Trinidad, por Jorge Baradit (fragmento)»

Altair, el futuro de la animación chilena

Luis Saavedra es un tipo trabajólico, obsesivo, meticuloso y agradable. Vive en Viña del Mar en un departamento minimalista, sin cuadros, excepto uno que pintó su madre. Tiene lo esencial: una cama, un comedor, libros, CDs, DVDs. y una guitarra eléctrica. Las paredes de su productora “Altair Films” están empapeladas en bocetos y originales de lo que será la más ambiciosa creación de este diseñador industrial amante de la ciencia ficción: Una serie animada que lleva por título “ALTAIR Y LA LUZ DEL PODER”. Continue reading «Altair, el futuro de la animación chilena»

Cáceres, el tesoro oculto del cómic chileno

Hay pocas ocasiones en que uno se puede encontrar con alguien que calce con el mote de “maestro”, tan manoseado, repetido y endosado a cualquier peatón con alguna dosis de talento. Cuando conocí el trabajo de Martín Cáceres, la palabra se me vino a la mente de inmediato. De paso surgió la eterna pregunta: ¿Cómo es que nadie sabe de este verdadero tesoro oculto que ha vivido bajo las narices de todos nosotros durante tanto tiempo? Cómo es que no está en la primera línea deslumbrándonos a todos con su imaginería espectacular, construyendo el imaginario fantástico nacional que tana falta nos hace.
En fin, en la entrevista se responden algunas de estas interrogantes y nos enteramos un poco más quién es este Martín, tan conocido en el estrecho círculo de la ilustración y el comic, pero tan desconocido para el resto de los mortales como nosotros.

B: Hola Martín. Hagamos una entrevista inusual, digamos, empezar preguntando por qué Chile es un mal lugar para un ilustrador de tu talento. Así, sin anestesia.

C: No creo que eso pase por una cuestión de talento. Creo que el tema de la ilustración aquí en Chile nunca ha terminado de desarrollarse, es un tema inconcluso, trunco. El medio publicitario o editorial no privilegia tanto la ilustración como la fotografía, por ejemplo, Lo que ha minimizado el área de un mercado de por sí pequeño. Eso ha ido restringiendo la cultura de la gente respecto a este tema. Es una actividad mirada con cierto menosprecio y mucha ignorancia. Es un círculo cerrado compuesto por una oferta que es en general temática y financieramente poco atractiva, y por ilustradores nuevos que prefieren emigrar a otros mercados.

B: ¿Y cuál sería la salida óptima para este círculo, como para convertirlo en espiral ascendente?

C: Un cambio cultural. Un Cambio en la percepción de un instrumento de expresión visual tan válido como otros. Sobre todo por los que están a cargo, que por lo general son los que nunca se enteran de nada.


B: ¿Es una manera de decir que quienes están «a cargo» hoy, no tienen la cultura necesaria para apreciar y valorar cuestiones que les parecen «suntuarias»? Lo de recambio me suena a, «los ñoños de ayer serán los gerentes del mañana».

Je, algo así.

B: Es decir, ¿tu crees que el ilustrador mismo no puede hacer nada para superar el status quo que sufre hoy? ¿Qué el cambio debe venir de factores externos?

C: ¡Todo lo contrario! El principal factor de cambio es el propio ilustrador. No se puede depender de ese factor externo, por que eso implicaría que la situación va a seguir igual. El ilustrador debe tomar la iniciativa a través de la mejora de su trabajo, de asumir una mística profesional y de entender que puede ser un factor de cambio. El ilustrador debe ir a golpear las puertas.

B: Cuéntame un poco cómo comenzaste en esto de la ilustración, cuándo tuviste esa felicidad de sentir que «estoy haciendo lo que me gusta».

A ver….En segundo básico un día nos leyeron el cuento de Blancanieves, y luego nos pidieron que dibujáramos la parte que más nos había gustado. Mientras dibujaba la escena del “espejito, espejito”, me pasó algo bien raro, tuve una especie de iluminación divina, no se, pero fue algo muy concreto. Supe que dibujar era lo que me gustaba hacer, que mi realización como persona iba a ser a través del dibujo. Tenía siete años. Mi hermano tiene ese cuaderno, un cuaderno Colón de croquis, de hojas verdes. Hace años lo vi, y tuve una sensación de enorme nostalgia.

A partir de ahí ya no paré de dibujar. Mi paso por el colegio y el liceo fueron mis años de entrenamiento, fueron años donde sin saberlo estaba formando una disciplina de trabajo. A veces pienso que el dibujo, mi obsesión por dibujar, me hizo soportable el colegio, que es una de las peores experiencias de mi vida. Nunca aprendí nada. No me interesaba aprender nada, aparte del dibujo y de las materias que me atraían. No tenía cuadernos, y los que tenía estaban todos rayados.
Lo más curioso, es que mis viejos jamás, nunca, me reprimieron. Todo lo contrario. Siempre tuve papel y lápiz. Siempre me dejaron en mi rincón dibujando

B: Y dentro de este oficio que te gusta desde los 7 años, ¿hay temas en particular por los que te sientas atraído? ¿Cuáles son esos mundos particulares y por qué te atraen?

C: Los temas que me atraen son los temas con los que uno crece y en los que va descubriendo la vocación. Mi relación con las imágenes es muy temprana: En mi casa siempre hubo historietas y libros, y todos los fines de semana íbamos al cine del barrio. Aprendí a leer una imagen antes que un texto, cosa que hice muy tardíamente, con las historietas del Mampato. Todo lo que veía lo dibujaba, y creo que mi gusto por el tema genérico de la aventura viene de ahí, cuando tenía seis o siete años. Todo esto me dio el background visual que usaría más adelante.
Tengo temas que para quienes me conocen son casi obsesiones. La historia, La guerra, en especial la segunda guerra mundial. La fantasía y todo lo que eso puede englobar, desde robots hasta monstruos Lovecraftianos. Pero más allá del género mi preocupación siempre ha sido el hombre, el ser humano enfrentado a una situación límite, ir más allá de la mera realidad cotidiana. En este contexto siempre me ha obsesionado la violencia como vehículo de estas preocupaciones, y no el sexo o el erotismo, por ejemplo, que gráficamente no me llama para nada la atención. Una vez trabajé con Max Carvajal haciendo comic porno para un editor francés, y realmente nunca me he aburrido tanto con una historieta (El guión, además, era horroroso). Por eso me atrae tanto, por ejemplo, el género de la ucronía, porque puedo crear una realidad alterna, y construir un mundo tan creíble como el real. Y por lo mismo, mi otra obsesión es la documentación, a partir de la cual puede crearse un universo conceptual y funcionalmente coherente.

B: Hablando de editores franceses, nunca te he preguntado abiertamente por tus trabajos para el extranjero ¿Por qué no me cuentas cuáles han sido? ¿Cómo se ha hecho los contactos y cuál ha sido la recepción de parte de esos editores?

C: De las cosas que he hecho, la mayoría se han hecho acá. He hecho algunas cosas para afuera, y muchas de ellas no se han concretado. Siempre he tenido muy buena relación con los guionistas extranjeros con los que he compartido algún proyecto, pero por diversas razones estos no han prosperado. El cómic es una actividad que exige dedicación total, y es muy difícil hacer un trabajo profesional si te dedicas a otras cosas. En mi caso, hubo un tiempo en que las clases me absorbieron y dejé de lado todo lo que tenía que ver con el comic. Incluso he tenido que dejar algunos proyectos por el factor tiempo. Es un tema que me produce mucha desazón.

B: Sin modestia, man. Hay un trabajo con Alan Moore por ahí. Cuéntanos al menos de esa experiencia. Cómo te contactaron y cómo fue el desarrollo del proyecto «Magical Mistery Moore», las correcciones, el workflow and all of that.

C: Para ese trabajo me contactaron de una editorial española, Sulaco ediciones. El encargado del proyecto, Art Brooks, quería que participara en un libro en el que se iban a ilustrar las letras de canciones escritas por Alan Moore. Esto ya lo habían hecho antes, pero Moore nunca había quedado satisfecho con el resultado. Me mandaron el «guión» y mandé los lápices que fueron revisados por Moore, que le dió el visto bueno, de una historia de 8 páginas. Luego se publicó en España el libro «Magical Mistery Moore». Con cierto retraso recibí mi paga y algunos ejemplares. Hasta ahí todo bien.

Luego me enteré que Brooks (el seudónimo de un peruano) había sido separado de Sulaco. Pero al parecer este señor tenía los derechos de la obra de Moore en su poder, y le vendió el proyecto a Avatat Press de USA, libro por el que yo-ni nadie que participó en el-recibió un peso. Luego armó un libro homenaje a Moore donde nuevamente no recibí nada. De todo esto me enteré por el editor de Avatar y por internet. En todo caso puedo decir que dibujé un guión de Moore, y que fue muy fácil hacerlo, ya que especifica la puesta en página y detalla la descripción de cada viñeta.

B: Eso es interesante, también ¿Cuál es la modalidad de trabajo de Alan Moore? Por lo que dices parece que el tipo controla bastante la puesta en página de sus guiones, ¿te parece bien eso?

C: Son maneras de trabajar. Para algunos dibujantes puede ser muy cómoda la posibilidad de que el guionista le indique la puesta en página. . Por lo que se, Es común en Moore trabajar así. Especifica el vestuario, el ambiente, etc. Aquí podríamos discutir si la puesta en página (la distribución de las viñetas) es tarea del guionista o del dibujante. Los guionistas que lo hacen tienen un sentido visual y narrativo tal que les permite hacer esta parte del guión, en relación con lo que están contando. Moore usa puestas muy clásicas y en apariencia estáticas, pero que causan un gran efecto según se leen las historias. ¿alguien habría escrito Watchmen con la misma diagramación página tras página? algo parecido pasa en From Hell. Otros dibujantes prefieren lo contrario, plantear ellos la puesta en página. Cada cual ocupa el método que más le acomoda.

B: Pasando a otro tema. Circula una leyenda que dice que durante su vista a Chile, Moebius habría tenido la oportunidad de ver y alabar tu trabajo, ¿es cierto aquello?

C: Es cierto. Cuando vino acompañado de Jodorowsky, vió Lebbeus Rahn, que aún no estaba completo. Estuvo harto rato mirándolo, y me dijo que estaba muy bien y le llamó mucho la atención la documentación de la historia.

B: Parco y modesto. A mi me contaron un poco más.
Martín, me gustaría que describieras tu modalidad de trabajo, tu «estilo». En el fondo, me gustaría que me contaras qué buscas con tu trazo y manera particular de dibujar. En quiénes te ves reflejado y a quién de tu oficio admiras directamente.

C: Mi trabajo refleja lo que siento acerca de ciertos temas en términos visuales. Para mí la historia tiene que tener un soporte gráfico determinado por lo que se está contando. Puede parecer obvio, pero es el punto en que puedes marcar diferencias importantes. Es como enfocas tu dibujo, como lo posicionas dentro del trabajo global. A partir de esto busco lograr un impacto visual no solo desde el dibujo en si, sino también, y sobre todo, desde lo conceptual. Me he decantado por un dibujo lineal, desprovisto de sombras, que me obliga a una representación detallada, como si estuviera usando un bisturí en vez de un lápiz. Muchos creen que mi influencia directa es Moebius, pero las fuentes originales de mi constructo visual yo las buscaría en los dibujos y grabados medievales y renacentistas, y en dibujantes argentinos. Moebius llegó después.
Admiro el trabajo de gente que se ha esforzado en hacer un buen trabajo, sólido y profesional, que me gusta aunque tenga un registro muy diferente al mío. Desgraciadamente son pocos por ahora, pero Internet ha ido creando redes y núcleos de dibujantes e ilustradores que pueden prometer. El tiempo dirá.

B: Tu manera de dibujar es particularmente realista, ¿qué opinas del manga y la fuerza con la que ha entrado en los dibujantes jóvenes?

El manga es un universo cultural muy interesante, donde hay cosas notables. Me atraen autores como Masamune shirow o Katsuhiro Otomo, o historias como Blame. Son autores cuyas historias y soluciones gráficas las siento más cercanas a mi sensibilidad como dibujante. Si el manga sirve como punto de partida para una renovación artística o estlística, genial. pero esto lo está haciendo muy poca gente, los mas capacitados. El resto se está limitando a copiar el modelo original hasta la saciedad.

B: Hace un par de meses, hablando con Alvaro Bisama, le comenté algo que tu habías escrito y me dijo asombrado: “¿Martín Cáceres, el de Lebbeus Rahn? Hablemos de Lebbeus Rahn, cuéntame en qué consistió el proyecto, su formato, su desarrollo técnico, de qué se trata, cuánto tiempo te tomó…en fin…hagamos el making off de Lebbeus Rahn, extended edition.

C: Hagamos memoria…a fines de los Ochenta yo había participado en varias de las revistas que circulaban por ahí, como Äcido!, Bandido, Matucana. La mayoría de las historias las publiqué en Bandido, y para esta revista pensé en hacer una serie en capítulos, una serie de aventura con ingredientes fantásticos. Al final se publicó como libro, que creo fue bastante bien recibido. Lebbeus Rahn es el típico ejemplo de historieta como vehículo para mostrar lo que uno sabe, y donde el guión es una excusa para dibujar determinadas cosas. El guión nunca ha sido mi fuerte, y se nota harto aquí. Es la parte más débil, supongo. Me tomó cerca de un año dibujar las 50 páginas, las que iba escribiendo a medida que dibujaba, porque no tenía un guión completo sino un story line más bien difuso…La historia en sí misma no era muy complicada, pero de alguna manera me las arreglé para que la mayoría de la gente no la entendiera. La ambienté en Francia durante la Primera Guerra, y en un principio quise que uno de los personajes fuera mi bisabuelo, Charles Renere Larue, que estuvo ahí. No se porqué desistí de la idea. Ahora creo que fue una mala decisión.
Fue la primera historia donde empecé a dibujar con rotuladores, o plumones micropunta. Me sirvió para definir un sistema de trabajo que seguí usando de ahí en adelante: Un boceto pequeño de la página, como estudio de la puesta en página. Luego, el boceto a tamaño, donde hacía un dibujo lo suficientemente preciso para traspasarlo al soporte original, terminarlo allí y entintar. El formato era el de la revista Bandido, que era más o menos el europeo. El formato de comic-book americano aún no regresaba al mercado. Temáticamente están todas las cosas que me atraen dibujar, y donde caí definitivamente en la obsesión de la documentación previa al trabajo visual.
Lebbeus Rahn fue el primer intento que hice para entrar al mercado francés. De Humanoides Associes respondieron que, si bien era un trabajo interesante, aún no estaba maduro. Por ahí debe andar el fax.

B: Ahí hay otra leyenda en torno a tu trabajo: la famosa y apócrifa “Segunda parte de Lebbeus Rahn” ¿Qué hay de cierto. Existe, se está preparando?

C: Después de publicar el libro, empecé de inmediato la segunda parte. Cuando tenía unas diez páginas, empecé paralelamente a dibujar otra historia, llamada Odiseus. Era una especia de mito de Ulises en clave de ciencia ficción. Aquí me preocupé más del guión, y el dibujo es más suelto y seguro que en Lebbeus Rahn. Odiseus se publicó por capítulos en la revista Arte9, a mediados de los 90. Cuando la revista se cerró con 40 páginas publicadas, yo ya estaba en el tema de la docencia, y me empecé a distanciar de estas historias. Recuerdo también que al leer Rork, de Andreas, me desconcertó descubrir algunas similitudes con lo que había hecho con Lebbeus, y eso quizás haya influido en mis ganas de seguir con la saga.
Es cierto que la segunda parte de Lebbeus Rahn ya parece leyenda urbana, pero hace un tiempo empecé a pensar seriamente hacer un nuevo Lebbeus, una versión definitiva. Empecé con el diseño conceptual, sin apuro, como parte de un trabajo muy personal, aunque esta vez no me importaría trabajar con un guionista.

B: Hablando de trabajar con guionistas y ya acercándonos a la actualidad. Por estos días estás trabajando en un proyecto de comic con guión adaptado, un comic a partir de un cuento llamado Karma Police.
¿Puedes contarnos qué te motivó a aceptar el proyecto, de qué se trata y cómo ha resultado esa experiencia para ti como dibujante?

C: Me involucré en este proyecto por lo que te decía antes: la motivación viene del desafío que desde lo visual me impone un relato, y Karma Police me pareció muy atractivo desde ese punto de vista, independiente de su calidad literaria. El guión plantea además algunas exigencias narrativas que va a ser interesante resolver. Por otra parte, el autor-Jorge Baradit, autor de Ygdrasil- no tiene experiencia previa con guiones de comics, pero tieme muy claro lo quiere contar, y como. Aparte de algunos detalles irrelevantes, resolvió muy bien el guión.

Karma Police es un relato que pertenece al universo de Ygdrasil, que leí comenzado el proyecto. Es parte de la historia de Mariana, miembro de Karma Police, una unidad policial y antiterrorista de elite, una especie de secta fanática que sobrevive entre la maquinaria subterránea que mantienen con vida a Santiago. Si bien en un principio jorge insistió en que la locación debía ser un Santiago común, llegamos a plantear un futuro relativamente cercano, con una ciudad un poco mas caótica y deteriorada. Como dibujante, ha sido muy cómodo trabajar en este proyecto, ya que Jorge tiene clara la película, y sus historias son riquísimas visualmente. Hicimos un trabajo previo de concept que sirvió para acercar posturas, y debo reconocer que más allá de las peladuras de cable es un tipo súper riguroso con lo que hace. Desde un principio insistí en un dibujo muy detallado y barroco, que fuera una lente que mostrara en detalle este universo delirante, bizarro. No vamos a tener ninguna contemplación con los lectores.

B: Para finalizar ¿Tienes algún sueño inconcluso, algún deseo secreto? ¿Un proyecto que te gustaría llevar adelante?.

C: Hay hartos proyectos dando vueltas. No solo de comic, de ilustración, concept, incluso estoy trabajando en el diseño de un juego de cartas. El problema es el tiempo que le puedes dedicar a cada uno. Al final muchas de estas ideas van quedando tiradas en el camino. Me gustaría poder concretar, poder llevarlas a término. Todos mis sueños, deseos y frustraciones tienen que ver con eso.

B: Martín, te agradezco el tiempo y la molestia. Estoy seguro que cada día iremos escuchando más y más acerca de tu maravilloso trabajo. Gracias![x]

visita: http://www.ergocomics.cl/mcaceres

Sergio Meier, un punk de bastón y levita

Puede que Sergio Meier no sea un escritor nuevo, pero si novedoso. Las ideas que articula en su obra están en la vanguardia de las últimas teorías científicas y estéticas. Pero cuidado en apresurar juicios, porque estas mismas ideas se funden con saberes arcanos y esotéricos dando cuerpo a un texto llamado a convertirse, sin lugar a dudas, en un punto de inflexión sin precedentes en la literatura fantástica chilena. El mismo Meier resume esta convivencia entre lo contemporáneo y lo ancestral cuando se describe como un “punk de bastón y levita”. Un autor que desde su Providence particular, Quillota, cual Randolph Carter, viaja a través del tiempo y el espacio descubriendo realidades y universos paralelos insospechados.

A: Sergio, mientras la mayoría persigue la juventud perpetua, tú prefieres cultivar una imagen de hace trescientos años.

M: Absolutamente. Es una forma de ser revolucionario, de ser rebelde a mi manera. Por eso siempre digo que nací en el siglo XVIII, esa es la estética realmente en la cual me siento cómodo, incorporado.

A: ¿Sigues viviendo actualmente en el siglo XVIII?

M: Mentalmente vivo en el siglo XVIII, porque es la época que me acomoda, la época del iluminismo en que todavía estábamos con un pie en el pensamiento mágico del Renacimiento y con el otro en los territorios de la razón. Es cuando aparece por primera vez el concepto de lo “científico” y todavía podía existir un “filósofo natural” como Isaac Newton, un hombre capaz de generar las bases de una ciencia, de una física férrea, absolutamente racional y al mismo tiempo dedicarse al estudio de la alquimia, de la magia.

A: ¿Cómo lograste vivir en el siglo XVIII, durante fines del siglo XX y ahora en pleno siglo XXI?

M: El siglo XX lamentablemente no me permitió vivir en forma tranquila, demasiado empapado de la horrorosa ‘modernidad’, de ese avanzar en una sola dirección siguiendo la flecha del tiempo. En cambio, ya a fines del siglo pasado, aparece ese maravilloso concepto del posmodernismo que elimina la ilusión de avance constante y ofrece mirar hacia los lados y hacia atrás con ironía, permitiendo evoluciones paralelas y toda una serie de maridajes y combinaciones que dan origen, por ejemplo, a este tipo de literatura denominada steampunk; que sin embargo es la tendencia natural de los tiempos, es decir, la abolición completa de una época determinada, de un espacio, de un tiempo específico en pos de una combinatoria anárquica y delirante. Y es en ese momento que puede aparecer un personaje como el que aquí te habla, un personaje absolutamente validado por la posmodernidad.

A: Acerca del steampunk, podríamos decir que es un subgénero de la cf que adopta las convenciones y escenarios de la ficción especulativa del siglo XIX. Básicamente “cyberpunk ambientado en el pasado”, donde se cambia la tecnología de punta por las máquinas a vapor, con la actitud ‘punk’ del cyber. En ese sentido La segunda enciclopedia de Tlön sería un steampunk bastante inusual.

M: En efecto, se trata de un steampunk atípico. Parte en un supuesto universo paralelo anunciado por Borges, aparentemente más allá del siglo XXI, pero con una estética y personajes históricos. Es un steampunk que ha invertido el tratamiento tradicional de situar los hechos en el pasado. Es la primera novela asumida plenamente como steampunk aquí en Chile. Al mismo tiempo da a conocer, noveladamente, el paradigma holográfico, un concepto tan revolucionario como lo fue en su tiempo la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.

A: Cuéntanos un poco sobre la mónada holográfica, concepto clave de tu novela, que se desprende del paradigma holográfico.

M: En La segunda enciclopedia de Tlön creamos la “mónada holográfica”, basándonos en el revolucionario paradigma holográfico desarrollado por David Bohm, discípulo de Einstein que trabaja con la teoría que plantea que el universo completo estaría existiendo en estados de vibración de onda, y por Karl Pribram Jr., un neurocirujano que, tratando de descubrir cómo se almacena la memoria en el cerebro, llega a la conclusión que ésta se mantiene de forma holográfica en todas partes del cerebro. Luego Pribram deduce que si el cerebro es un holograma es por que el mundo que interpreta también lo es. El paradigma holográfico surge del encuentro de Pribram y Bohm y dictamina que el universo entero es una gran matriz holográfica de la cual formamos parte. Es como decía el Leibniz histórico que, en su elegante “Monadología”, sostiene que existirían distintos tipos de mónadas (unidades) que se diferencian entre las que no tienen conciencia y las que la tienen desde grado básico hasta superior, lo que diferencia a las diversas entidades que existen en el universo.

Pues bien, Leibniz dice otra cosa revolucionaria: cada una de estas mónadas refleja y es a su modo la totalidad del universo. Lo mismo que afirma el paradigma holográfico. El problema en Leibniz es que dice que las mónadas no tienen ventanas, no tienen comunicación intersubstancial entre ellas. Cada mónada refleja al universo entero pero está aislada. En el caso del paradigma holográfico no es así, las mónadas sí tienen ventanas y son capaces de conectarse a la totalidad del sistema. Cada uno de nosotros es un fragmento del holograma principal y refleja el universo entero y es el universo entero en sí. ¿Será que esto nos está explicando por qué existe la conciencia? ¿Será que esto es lo que nos dará finalmente la llave para entender por qué buscamos una trascendencia, por qué buscamos o creemos en un Dios?

A: ¿Crees que para ser escritor de ciencia ficción y ser bueno, primero hay que ser escritor, y no solamente escritor sino además poseer un acervo cultural mucho más amplio?

M: Sí, uno debe venir primero del mundo de la literatura, de las grandes ideas y revoluciones estéticas. Para eso necesitamos estudiar, obligarnos mutuamente, exigirnos mucha más disciplina, trabajo y rigor. Si vamos a tratar un tema científico debemos estudiar ese tema. Durante mucho tiempo la literatura de ciencia ficción chilena se conformaba con elementos mágicos. No ha existido una ciencia ficción dura en parte porque sus escritores, independiente de si contaban con una formación científica, no se atrevían a profundizar más allá.

Chile es un país donde fundamentalmente sus artistas no han sido reconocidos por este miedo, a lo que no es la normalidad, una normalidad tremendamente chata, aburrida y mediocre que nos sigue persiguiendo hasta el día de hoy.

Los lectores han sido considerados mediocres también. El autor no debe infravalorar al lector, no debe pensar ‘esto el lector no lo va a entender’, o ‘el público no está preparado para esta obra’. Basta de eso. Debemos atrevernos finalmente a escribir de acuerdo a nuestras posibilidades y seguir evolucionando como se ha hecho a nivel mundial. El fándom debe cambiar, debe demostrar su fortaleza no sólo a nivel de la ciencia ficción sino a nivel literario en general. Debe demostrar su conocimiento, su sabiduría y que ya no es un niño jugando con cosas que a los adultos nunca le van a parecer atractivas.

Pensemos que una de las características mas importantes de la ciencia ficción en el siglo XX es la capacidad que tuvo para popularizar conceptos, que antes pertenecían solo a un grupo cerrado de científicos. Pensemos en el hiperespacio, la mutación, la IA, el viaje más rápido que la luz, la realidad virtual, los agujeros negros, todos conceptos popularizados en libros y películas antes incluso que se confirmara realmente su existencia. Muchos creen que la ciencia ficción ha muerto porque hoy en día la computadora está en nuestro diario vivir. Pero no, “la ciencia ficción ha muerto, larga vida a la ciencia ficción”. Nos estamos acercando a un próximo paso evolutivo, una evolución que es literaria, artística, cultural, científica, una evolución en nuestra propia mente, nuevas posibilidades de desarrollo para alcanzar finalmente esa noosfera anunciada por Teilhard de Chardin y los más grandes escritores de ciencia ficción como Philip K. Dick en Sivainvi, Stanislaw Lem en Solaris, Frank Herbert en Duna. Los escritores de ciencia ficción hoy en día son lo que fueron en tiempos bíblicos los grandes profetas.

A: ¿Qué próximos proyectos nos depara Sergio Meier en su regreso a las letras?

M: Actualmente estoy trabajando en Memorias de un golem, una novela que eminentemente es de ciencia ficción pero que explora las leyendas de la cultura hebrea, que tiene una riqueza que va más allá del propio gólem y que incluye diversas categorías de homúnculos, dibbuks, los teraphim, etc. Estilísticamente es una obra mucho más intimista, después de los excesos de La segunda enciclopedia de Tlön, contada desde el punto de vista de un gólem que es de carne y puede hablar. También tengo como tarea pendiente la publicación de Una huída hacia la muerte, novela que terminé de escribir a los veinticinco años y que de alguna forma es mi Finnegans Wake. Quizás mi novela más íntima, personal y autobiográfica, dónde también se trata el tema de un universo paralelo relacionado con este.

A: Muchas gracias por tu tiempo, Sergio, y esperamos ansiosos la inminente llegada a este lado del holograma universal de La Segunda Enciclopedia de Tlön.[x]

La Segunda Enciclopedia de Tlön (fragmento)

3. Las señales de ruta

La librería de viejo se alzaba en una de aquellas calles secundarias, paralelas pero extraviadas de la avenida principal. La calle del Alighieri, con sus pintorescas y antiguas casas de chapa y yeso, de salientes aleros y desigual altura, pervivía únicamente por los muchos vendedores de libros que habían hecho que se le diera a la calle el sobrenombre de Cueva de los Libreros. Las modestas tiendas surtían de un producto cuya procedencia difícilmente sería comprobable como en las grandes y elegantes librerías del centro, pero que para un comprador avezado podían representar hallazgos sorprendentes, incluso por entre la mayoría de los mamotretos de más dudoso precio y calidad.

Ubicada entre las adyacentes Calle Valparaíso y Viana, en la sombría ciudad de Aras del Mar, en el Chile de la tercera Colonia, Alex llevaba ya cerca de dos meses visitando al anciano, y Scolástica le había hecho ver lo impaciente que estaba Chomsky, ante unos frutos que se habían considerado dados con mucha más rapidez.

El señor Segovia poseía una tiendecita del siglo XVIII, con puerta de arco, sobre la que había unas habitaciones refaccionadas donde vivía con su familia, compuesta por su esposa y dos hijos adultos.

Durante más de treinta y cinco años había estado vendiendo libros en la calle Alighieri, y a través de los cuarterones de vidrio de la ventana solía observar las cabezas de quienes se inclinaban sobre los puestos del exterior, donde vendía libros entre mil y dos mil pesos.

-Lo que le entregué a su amiga fueron fotocopias de estos antiguos libros y manuales -le estaba diciendo el desaliñado y pequeño librero a Alex, mientras encaramado sobre una silla en la bodega sacaba de encima de un viejo armario una maleta, a la que el polvo sin limpiar durante años se había adherido, formando una película gris sobre el resquebrajado cuero.

Mientras, Alex miraba a través de una pequeña ventana con cristales emplomados como algunos copos de nieve, empujados por el viento, habían penetrado bajo el toldo y deslustraban los brillantes libros de bolsillo en una de las cajas.

Se volvió al anciano sin hacer ningún comentario, esperando a que abriera la maleta, que ya tenía dispuesta sobre una mesa.
¿Qué era lo que podía cuidar tanto el señor Segovia, para tenerlo así escondido, siendo que de otras estanterías ya había podido constatar que se asomaban títulos valiosos y rarísimos, que colmarían los deseos de cualquier erudito? Casiano, la “Steganografía”, primeras ediciones del “Paraíso Perdido”, y hasta algún incunable de Aldus… Una colección que inspiraba respeto, incluso ante el no entendido.

Finalmente la maleta estaba abierta. Se felicitó porque había podido granjearse la confianza del librero y tener acceso a las “Cartas de los Umbrales Alternos”…

Miró los deformados volúmenes encuadernados en vitela y piel negra. No llevaban título alguno en el exterior.
El anciano le alcanzó primero un libro delgado, en dozavo y que contenía cuatro planos desplegables, algo manchados por los hongos.

-Desde hacía un par de años ella frecuentaba la librería, y ya sabe, en este negocio pronto uno entabla complicidad en la búsqueda de ciertos títulos curiosos. Su amiga era una mujer diferente… y no me refiero a que obviamente se veía como una extranjera al igual que usted, sino a que no parecía ser de “aquí”… Más bien era como alguien conocida en un sueño…

El Trazante, ajeno a lo que el anciano hablaba, examinaba con ansiedad uno de los planos del pequeño libro.

-Al principio no se atrevía a preguntar por nada -proseguía el librero-, pero pronto colegí el tenor de sus intereses… Y finalmente le ayudé a encontrar lo que en el fondo andaba buscando, ya que ni ella misma lo parecía tener muy claro…
Turbado por la imagen del grabado, Alex fue a tomar otro de los libros, este manuscrito y mayor que el anterior, y de nuevo lo mismo… ¡Insólitamente eran planos de antiguas catedrales!

El señor Segovia permaneció un momento en silencio, calibrando cuidadosamente su reacción, luego, en tono más grave continuó:

-La aparente discordancia en su selección de lecturas ya me había intrigado. Mezclaba a Cornelio Agrippa con textos exóticos de matemática y arquitectura, y por último de religión… Religión “muy” antigua. Entonces decidí constatar si estaba “iniciada”, y como respuesta me contó una leyenda fabulosa… Reconocí en el acto lo que me decía, o más bien recordé los sagrados enigmas de la Orden.

Repentinamente, la imagen del viejo y pobre librero había cambiado, revelándose ante Alex no sólo como el inconsciente custodio de una alta sabiduría, sino que como su depositario secreto.

Los ojos del señor Segovia brillaron con intensidad, sus movimientos y gestos mutaron, rejuveneciéndolo y dignificándolo con hidalguía… Y entonces el Trazante vino a saber cosas que ya había leído o escuchado con anterioridad, cosas que creía conocer profundamente, pero que ahora se le revelaban bajo una luz nueva y que le permitían entender las relaciones y las herejías… las Señales de Ruta.

4. Noticia aparecida en el periódico El Observador de Quillota, Viernes 28 de Febrero de 2003.

Isaac Newton, el padre de la ciencia moderna, afirmó que el fin del mundo sería en el año 2060. Esta creencia del científico publicada en el diario británico The Daily Telegraph se encuentra plasmada en uno de los manuscritos desarrollado por el estudioso hallados en la década de los 30 en una librería de Jerusalén.

Según Malcolm Neaum, productor del documental “El oscuro hereje”, transmitido por el canal británico BBC y que narra las creencias de Newton respecto al universo, “hasta ahora era desconocido que él (Newton) haya calculado una fecha para el final del mundo”.

“Lo que ha estado saliendo durante los 10 últimos años es que Newton era un pensador apocalíptico. Pasó algo así como 50 años escribiendo 4.500 páginas tratando de descifrar en qué fecha va a ser el fin del mundo”, agregó Neaum.

5. Materia Oscura

Halley y Newton descendieron del transporte, por una de las rampas alfombradas del puerto.
Las enormes y esbeltas grúas, con sus múltiples brazos, se movían bajo las sombras de cada nave estacionada, subiendo y bajando la tecnología de las grandes Casas. En una de las plataformas mayores, suspendida a muchos metros sobre el suelo, se esperaba el regreso de un carguero, que volvía de las colonias extrasolares.

Pequeños vehículos, de alas curvadas como tocas de monjas, prevalecían a esa hora en el tráfico aéreo.

-Leibnitz y su filosofía de las mónadas no son suficiente amenaza contra la habilidad de mis Matrices…- consideró Newton, mientras caminaban por un sendero de mosaicos hacia la Real Sociedad.
-No puedo negar, Isaac, que tu tesis del agujero negro me produce inquietud…- confesó el cardenal.
-Es el resultado obvio de tu propio trabajo, Halley. La estructura misma de las membranas de universos comunica con el Creador, se extiende a una dimensión transmaterial, la fuente viva de energía primera.
Hacía mucho, las teorías de cuerdas aún no estaban unificadas, y los científicos llamaban a la materia faltante en el espacio “materia oscura”, ya que percibían su influjo en el movimiento de los cuerpos siderales, pero no podían verla. El cardenal Halley, cuando joven, fue el primero en postular una tesis coherente con la existencia de otros universos físicos, (“membranas”) debajo del nuestro, como explicación al misterio de la materia faltante.
-Una cosa es teorizar, querido amigo- siguió el purpurado-, más otra es decir con toda seguridad lo que encontraremos en el interior. Recuerda que aún se considera imposible que alguien o algo sobreviva el viaje a través de un agujero negro… Si es que realmente conduce a algún lugar.
-Pues mi sonda ha regresado, y como tú mismo comprobaste, la intersección de los universos membrana produce los agujeros negros.
-Son sólo matemáticas, Newton; sólo matemáticas. Insisto en que te estas arriesgando demasiado. Leibnitz ha trabajado durante años en el manejo de la “Mónada Holográfica”, y ahora, con el inesperado anuncio de su regreso, ha despertado gran expectación por saber cuál de los dos terminará imponiéndose.
Leibnitz, por caminos distintos, siempre alcanzaba resultados similares a los de Isaac, lo que había creado una gran tensión antagónica entre ambos genios de la astrofísica. Y la última competencia, por su desproporcionada ambición, mantenía en vilo a todo el Imperio.
-Necesitaré de algunos días para prepararme y mostrar lo que trajo la sonda- dijo Newton.
Llegaron ante las escalinatas de la Real Sociedad. En el portal, dos enormes atlantes que sostenían el mundo eran el único adorno en el liso bloque del edificio.
Isaac Newton, seguido fielmente por Halley, entró a recibir los murmullos de la comunidad científica.


6. El misterio de las catedrales

Muchos conocimientos de magia antigua estaban grabados en la piedra de ciertas iglesias, de tal forma que sólo el sabio podía leerlos. Fulcanelli ya había expresado que en la Edad Media, ante las narices del clero confiado y del pueblo, eran agitadas nociones arcanas, con raíces en sistemas precristianos.

Era el Templario quien ahora se dirigía a Alex, refutando y confirmando sus conocimientos del lenguaje secreto. La planta cruceiforme de las iglesias góticas era una alusión no sólo a la cruz de Cristo, sino también al “crisol” alquímico y su proceso de tortura, muerte, resurrección y transformación de la materia, junto a la significación precristiana de los cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales.

Con el ábside elíptico, la planta de las catedrales se asemejaba al “ankh” egipcio, símbolo de la vida universal encerrada en la materia. Así, el símbolo de la cruz se convertía en la “piedra angular”, la primera fase de la Obra. Y en el interior de las iglesias como Reims, Auxerre, Poitiers, Bayeux, etc. aún se conservaban en el suelo los laberintos de mosaico que se ubican en el punto de intersección de la nave y el crucero. Este laberinto es un emblema del camino correcto a seguir por el Maestro, el verdadero hilo de Ariadna que permitió la salida a Teseo… (el nombre del templo de Cnosos en Creta era “Absolum”, el fin último, el “Absoluto”).

Pero las páginas cabalísticas escritas en piedra iban mucho más lejos que estas superficialidades. El Trazante veía de pronto no sólo las sombras sino las figuras reales que las proyectaban. Averroes, Guillermo de París y Nicolás Flamel, continuaban su ciencia medieval hasta el oriente, a la claridad del candelero de siete brazos, hasta Salomón, Pitágoras y Zoroastro…

Detrás de muchos “adornos” o símbolos primitivos, dramáticamente mutilados y remozados en el Renacimiento, se ocultaba una ciencia sobre el verdadero origen y destino de los hombres. Y la piedra filosofal buscada por los alquimistas no era la fabricación del oro. Lo esencial, más que la transmutación de los metales, era la del propio experimentador. El secreto de la alquimia se resumía así: “Hay una manera de manipular lo que la ciencia moderna llama campo de fuerza. Este campo de fuerza actúa sobre el observador y le coloca en una situación privilegiada frente al universo. Desde este punto privilegiado tiene acceso a realidades que el espacio y el tiempo, la materia y la energía, suelen ocultarnos.” Esto era lo que llamaban la Gran Obra.

Rea había alcanzado un equilibrio entre lo “físico” y lo “espiritual” permitiéndole observar la “totalidad misma”. Había leído las claves en los templos menores, pero que guardaban fragmentos del Templo Mayor, el Primero y del que derivara la Orden custodia.
Alex veía con cada vez más asombro, que los resultados de esa ciencia eran tangibles, y que en este otro universo alguien desde hacía mucho tiempo los estaba esperando… a Rea, a él o a otro de sus compañero de la Primera Colonia. Ahora el Templario le estaba hablando de la Matriz, algunas de las palabras eran distintas pero el concepto era el mismo.

-“He visto hombres que viven en la Tierra y, sin embargo, no son de la Tierra, defendidos por todas partes y no obstante sin defensa alguna y con todo no poseyendo nada más que lo que poseemos todos”.

Citaba a Apolonio de Tiana, quién en el primer siglo de la Iglesia de Cristo habría estado en un país no situado en el mapa. Allí visitó la ciudad de Iarchas, donde observó un modelo del sistema solar que se desplazaba sin ninguna clase de soporte, bajo la cúpula de zafiro de un templo… Le habló de las “puertas inducidas”, de los mapas y de las alienaciones, su simple técnica de fabricación y su redescubrimiento periódico; de las construcciones de razas desconocidas y de otras razas misteriosamente desaparecidas, los numerosos contactos con los habitantes de los pliegues desconocidos de la Tierra… ¿ Así que habían otros?, pensaba el Trazante, ¿otros prisioneros que en el pasado ya buscaban el Universo Real, o que provenían de mundos totalmente distintos al de la Matriz? ¿Y si en los Universos Artificiales además el propio tiempo tuviera sus repliegues, si hubiera un siglo suplementario entre el XVI y el XVII, o el siglo XXI se extendiera un poco al siglo III antes de Jesucristo, como se decía en una novela de Ashton Smith? Seguramente un matemático de su cofradía debería traducir las fórmulas que aparecían en los planos, a través del continuo de Cantor.

En la Primera Colonia los Alquimistas de la Matriz hablaban del universo fantasma de Nishimura, del universo de taquiones de Feinberg, y el Templario de “los mensajeros que van y vienen entre nuestros países y la Ciudad del Rey del Mundo, los guardianes del Centro”, pero, en definitiva, hablaban de la misma cosa: existen muchas Tierras, pero también un camino para encontrar la Verdad.[x]

¿Cómo suena el Sol?

¿COMO SUENA EL SOL?
Una nueva ciencia de una vieja ciencia

No hace mucho tiempo atrás el interior del Sol era impenetrable. Esos tiempos terminaron abruptamente cuando en 1962 un extraño fenómeno se detectó en la superficie solar. Un equipo de astrónomos observó que algunas zonas en la superficie de la estrella se movían “hacia arriba” y “hacia abajo”. Más sorprendente aún, el movimiento de esas zonas era constante y rítmico, con una clara frecuencia de oscilación de 5 minutos. Rápidamente esos movimientos se bautizaron como “oscilaciones de cinco minutos”, y con su descubrimiento se abrió una nueva e insospechada ventana para mejorar la compresión del interior solar. Durante la década de los setenta se llegó a la conclusión de que el fenómeno de las oscilaciones se podía encontrar en toda la superficie del Sol, y que ese movimiento superficial observado era la consecuencia de ondas sónicas resonantes provenientes del interior del Sol. En los años ochenta del siglo XX un nuevo término, heliosismología, comenzó a ser usado por científicos como Deubner y Gouch, quienes determinaron que esas oscilaciones podrían ser usadas para diagnosticar el interior solar. Desde entonces, nuestra manera de estudiar el Sol cambió para siempre.

¿Cómo se pueden usar esas ondas para estudiar el interior de una estrella? La respuesta está en una conocida ciencia terrestre. Tal como sucede en nuestro planeta, donde los geólogos pueden analizar ondas sísmicas para inferir la estructura interior de la Tierra, los astrónomos rápidamente concluyeron que podían utilizar las recientemente descubiertas ondas solares para analizar tanto el interior como los procesos internos del Sol. En términos simples, es como cuando la gente prueba si una sandía está madura. Se le dan golpecitos y se escucha. Según como suena, se sabe como está por dentro.
La heliosismología estudia el comportamiento de millones de diferentes ondas generadas por turbulencia en la zona de convección solar y que se desplazan a través del medio solar. El fenómeno de convección que existe cerca de la superficie genera flujos turbulentos, los que a su vez producen millones de distintos modos regulares de oscilación, el llamado ruido acústico.

No se debe olvidar que el Sol es básicamente una enorme bola de gas caliente, y que las ondas sónicas se transmiten bastante bien en ese medio, tal como son transmitidas en la atmósfera gaseosa de la Tierra. Adicionalmente, la forma esférica, sumada a las zonas de gran variación de presión que existen cerca de la superficie del Sol y al aumento progresivo de la velocidad del sonido en el medio solar, provocan un efecto de caja de resonancia, atrapando las ondas en una región limitada. El efecto es semejante al que se produce en una piscina cuando las ondas chocan con el borde y rebotan hacia el área central. Así se forman nuevas ondas, algunas veces estables, llamadas ondas acústicas resonantes. La mayor parte del “ruido” está en el rango sub-audible por lo que no “escucharíamos” las ondas, aunque pudiéramos acercarnos al Sol. El Sol tintinea como una gran campana luminosa cargada de ondas.

Existen distintos tipos de ondas en el Sol. Básicamente se puede hablar de ondas “acústicas”, “de gravedad” y “ondas de gravedad superficiales” (cuidado con confundir a las ondas “de gravedad” con las ondas “gravitacionales”, son cosas diferentes como se explica más adelante). Las ondas acústicas son las más comunes, y corresponden a las “oscilaciones de cinco minutos” observadas desde 1962. Se generan por acción de la presión y su dinámica está asociada con la variación de la velocidad del sonido en el interior del Sol. Las “ondas de gravedad” corresponden a un fenómeno hidrodinámico, según el cual el medio solar se mueve entre zonas de distinta densidad, y es restaurado a cierta posición por acción de la gravedad. Las ondas de gravedad superficiales son semejantes a las anteriores, pero debieran encontrarse cerca de la fotosfera. Ni las ondas gravitatorias ni las gravitatorias superficiales han sido detectadas de manera concluyente.

La heliosismología puede dividirse en dos tipos, la heliosismología global y la local. La heliosismología global estudia las oscilaciones resonantes en el Sol como un todo, y presenta algunas limitaciones para analizar fenómenos particulares. Por otro lado, en los últimos años se ha desarrollado la heliosismología local, la que mediante nuevas técnicas permite analizar las propiedades de un sector específico en el Sol. Estas técnicas, como holografía acústica o heliosismología tiempo-distancia, permiten estudiar fenómenos como la generación de manchas solares o los flujos de plasma. Así, hoy es posible dar explicación respuestas tanto a fenómenos particulares como generales del Sol. La heliosismología, por lo tanto, puede redefinirse como un complejo y rico set de técnicas de análisis de datos para analizar ondas solares.

La principal ventaja de estudiar el Sol utilizando ondas es que las ondas son un fenómeno visualmente detectable y medible. Las oscilaciones acústicas se detectan en imágenes solares y pueden ser analizadas como desplazamientos Dopler de líneas del espectro. Esto significa que el movimiento de una fuente única puede ser calculado comparando las líneas de emisión o absorción en su espectro, contra las líneas de una fuente similar en reposo. Este desplazamiento es llamado efecto Doppler, y su formula relaciona la cantidad de desplazamiento con la velocidad de la fuente emisora.

Como es sabido, la observación astronómica en la Tierra esta limitada por factores como la contaminación lumínica de las ciudades, la turbulencia atmosférica o el ciclo de día y noche, lo que hace imposible tener mediciones constantes de una estrella o del Sol. Así que, como lo probó el telescopio Hubble, para aumentar la precisión observacional, los instrumentos de medición deben ser enviados al espacio.

En 1995 la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA lanzaron un proyecto conjunto llamado Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) como parte del Programa de Ciencia Solar Terrestre (STSP). Este programa incluía un grupo de misiones y satélites destinados a monitorear y estudiar la influencia del Sol en la Tierra. La misión principal de SOHO es convertirse en una plataforma constante para monitorear y medir el comportamiento del Sol. Entre otras cosas, SOHO genera constantemente millones de imágenes de la superficie solar, las que pueden ser analizadas usando técnicas heliosimológicas.
Adicionalmente, un nuevo satélite solar fue lanzado en Septiembre del 2006. El Hinode (originalmente llamado Solar-B) es otra misión conjunta ahora entre NASA y la Agencia Espacial Japonesa que está entregando imágenes de alta resolución para estudios heliosismológicos y el clima solar.

Aplicaciones de la Heliosismología.

La cantidad de información que puede obtenerse usando técnicas heliosismológicas es enorme. Cuando se dispone de un espectro de oscilaciones suficientemente rico es relativamente simple relacionar esos datos con las propiedades del interior del Sol, como la profundidad de la zona de convección, dato que es considerado el primer resultado realmente importante de la heliosismología. Técnicas sísmicas han sido usadas para establecer que las zonas convectivas interior y exterior del Sol rotan a diferente velocidad, generando de esta forma los campos magnéticos solares, o para detectar actividad solar tal como manchas o flujos jet.
Otra aplicación de la heliosismología se relaciona con la medición de la abundancia de Helio. La abundancia o cantidad de Helio en el Sol no puede ser medida con exactitud espectroscópicamente, y es fundamental conocer su valor exacto para el estudio de la nucleosíntesis galáctica. Afortunadamente, análisis sísmicos inversos del Sol se pueden usar para estimarla, y con eso obtener la edad sísmica del Sol. Por otra parte, abundancia de elementos pesados también puede ser cuantificada con técnicas sísmicas, sin usar espectroscopia.

Algunos problemas conceptuales complejos, como el problema de la perdida de neutrinos o el cálculo del valor de G, pueden ser estudiados a partir de las ondas. Por ejemplo, uno de los valores clásicos de la física, la constante gravitatoria de Newton (G), puede al menos ser aproximadamente calculado usando técnicas sísmicas. Aún no hay suficiente precisión en las técnicas heliosismológicas para obtener mejores valores que en experimentos de laboratorio, pero hay un avance
Otra área de uso de la heliosismología es la predicción de los ciclos de actividad solar. Mejores predicciones pueden ayudar a minimizar el impacto de la actividad solar en las comunicaciones y en la seguridad de los astronautas.
Mucho del actual trabajo de la heliosismología apunta al estudio de los campos magnéticos solares, ya que las ondas acústicas son parcialmente transformadas en ondas magnéticas. Está naciendo la magnetoheliosismología, la que nos entregará información sobre procesos como el calentamiento coronario solar.

La información que puede ser obtenida por técnicas sísmicas es enorme. Constantemente, nuevos enfoques y técnicas se desarrollan para aumentar la precisión en el testeo de variables y teorías astronómicas. Nuevas misiones espaciales están entregando gigantesca cantidad de datos. Yendo un paso más adelante, el mismo enfoque heliosismológico usado para entender nuestro Sol está comenzando a ser usado para estudiar estrellas distantes. La asterosismología usa variaciones medibles en la velocidad radial de las estrellas para identificar su estructura y propiedades. Estas medidas pueden ser tomadas por los más grandes telescopios actuales, los cuales generalmente no son usados para analizar las estrellas más brillantes. Este concepto puede no parece nada nuevo par los astrónomos solares, pero es una revolución para los astrónomos estelares. En un futuro próximo, la heliosismología será probablemente considerada solo un caso particular de la asterosismología.

Finalmente, debemos siempre recordar que aunque el Sol sea solamente una simple estrella más, es el mejor laboratorio que tenemos para probar nuestro conocimiento de las estructuras estelares y sus procesos. El avance astronómico logrado en los últimos 30 años usando heliosismología es impresionante, y esta nueva ciencia puede ser considerada una revolución astronómica, comparable con el análisis espectroscópico estelar de Huggins de finales del siglo XIX.

Pero, entonces, ¿cómo suena el Sol?

La respuesta es simple. Suena como una sinfonía de un millón de instrumentos, lista para entregarnos los secretos escritos en las bellas y complejas partituras. Sólo debemos escuchar con cuidado.

Para leer/saber más:

Heliosismología:

Roca, T. “Los Sonidos del Sol”, disponible en:
http://www.iac.es/gabinete/difus/ciencia/soltierra/11.htm

Kosovichev, A. (2006); “Helioseismology”, Dissertatio Cum Nuncio Siderio III, Issue Number Two, IAU Conference, Prague, 2006.

Christensen-Dalsgaard, J. (2004); “An introduction to solar oscillations and helioseismology”, AIP Conference Proceedings, Vol. 731, pp 18-46, October.

Deubner, F., Gough, D. (1984); “Helioseismology: Oscillations as a Diagnostic of the Solar Interior”, Annual Reviews on Astronomy and Astrophysics, Vol. 22, pp 593-619.

Aplicaciones:

Antia, H.M., Basu, S. (2006); “Determining Solar Abundances Using Helioseismology”, The Astrophysical Journal, Vol. 644, pp.1292-1298, June 20.

Christensen-Dalsgaard, J., Di Mauro, M.P., Schlattl, H, Weiss, A., (2005); “On helioseismic tests of basic physics”. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Vol. 356, pp. 587-595.

Magnetoheliosismología:

Cally, P.S. (2005); “Local magnetohelioseismology of active regions”, Montly Notices of the Royal Astronomy Society, Vol. 358, pp. 353-362.

Asterosismología:

Kurtz, D.W. (2005); “Asteroseismology: Past, Present and Future”, Journal of Astrophysics and Astronomy, Vol. 26, pp. 123-138.