Después del terremoto y maremoto del ’60, las tierras del sur quedaron con heridas profundas que no cicatrizaban. Unos hombres desconocidos (algunos aún susurran los nombres de Wittgenstein y Serling) repararon los desgarros geológicos con prótesis geomecánicas. En la actualidad hay partes del sur que son regiones androides, topografías cyborg aguardando con paciencia el momento preciso.
Cuando llegue el día del alzamiento, no estaremos preparados.
Imagen: Parkeharrison
Estimados ucronistas, junto con felicitarles les aviso que ya está a vuestra disposición una nueva edición de La Gran Arcada.
Saludos
Buenísima.
Forma parte de la nueva forma de interpretar el mito de «la tierra viva». La Pachamama que respira, revisitada a la luz del mito más fuerte de todos: la tecnología.
La Tierra como el monstruo de Frankenstein.
La imagen se conecta directamente al texto… me parecio buenisimo, quizas con un gusto a poco… quedó la gana de continuar leyendo.
Saludos.
Suave
H
¿por qué mierd# no se me ocurren este tipo de cosas a mí?
muy bueno el texto, y la imagen potente 🙂
Me gusto!!! *.* Quiero más!!
y y y?
más pues, más
parece el esbozo de una grandiosa profesía
continúa!
conozco las tierras y los frutos del sur como a las líneas de mis ojos, si fuera un androide los arados trazarían las nuevas vetas de la maquinaria, por donde se extenderían nacientes conexciones entre los aceites helados y la leve brisa del viento (el viento es andrógino en el sur)
Pero entonces, las explosiones antiguas de los volcanes hoy al asecho y los mitos de seres mágicos del sur ¿a qué parte de la maquinaria corresponderían, o son demasiada ficción para la ciencia ficción?