Michelle no me vio llegar, nadie lo hizo.
Mi calibre .38 estaba justo en su garganta mientras que con mi mano izquierda tocaba sus pezones. Suavemente me acerqué a su oído, justo por encima de la mordaza que rápidamente puse en su boca. -Siempre quise joderme al poder y esta es la primera vez que puedo poner mi miembro entre sus piernas-. La sentí temblar de temor. Le arranqué su ropa con violencia. Ella gemía como un gato hasta que derramé mi semen por todo el salón presidencial.
Michelle lloraba, no la culpo, no tengo nada personal en contra de ella.
Desnudo abrí la ventana del balcón, nunca solté el revolver.-Váyanse todos a la mierda!!!- grité sonriendo, mientras saludaba de la misma forma en que lo hizo Pinochet hace ya varios años.
24 balazos destrozaron mi pecho y rostro, menos mi sonrisa, que quedó suspendida en el aire durante varios segundos después que mi cuerpo cayera destrozado contra el pavimento.
estaba demasiado glorioso como para dejarlo así, no pude evitar editarte, man. pero fue solo un poquito.
Great!
GRAX!!!
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