Metro

Las primeras desapariciones empezaron, según se cree, hacia el mes de Julio. El nivel de usuarios del metro había aumentado a casi 8,2 personas por metro cuadrado, consecuencia de la crisis de la huelga de los microbuseros del Transantiago. En un principio, no se relacionaron las personas perdidas con las escenas dignas del metro de Tokio o de México DF. Hacia Septiembre, las desapariciones se elevaban a casi un centenar, y empezó a filtrarse que ocurrían en el metro, en el interior de los vagones atestados y siempre en movimiento entre estación y estación. La gente simplemente desaparecía entre el calor y el apretujamiento. Nadie veía nada. Nadie sentía nada. La gente entraba y se apretaba, buscando algún tipo de seguridad en los cuerpos que se aplastaban dentro del vagón, en silencio y en orden. En las estaciones las escenas de llanto o histeria se hicieron comunes: mujeres que bajaban sin sus parejas, padres que buscaban a sus hijos…las investigaciones nunca dieron un resultado concreto, y lo más inverosímil es que el metro nunca detuvo su funcionamiento, y nunca bajó el promedio de pasajeros.

3 thoughts on “Metro

  1. weno kw decir ….cada dia mas complicados….mas atravesados con esta ciudad…es bueno leer otras percepciones acerca del mismo tema …justamente yo he escrito algo sobre aquello…

  2. Ta güeno…interesante sería descubrir quién se las está llevando o si solo se disuelven en la muchedumbre, como cuando le cortaron el pelo al tío cosas 🙂

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