En octubre de 1985, el Ministerio de Telecomunicaciones decomisionó el último Commodore 64 de sus oficinas. La noche anterior, un programador black hat, cuya identidad aún se desconoce, pasó un par de horas ingresando códigos en el computador. Dejó un glitch en la base de datos del Estado, una suerte de avatar cibernético… un ghost in the machine. Ha causado varios cortes de luz en la Región Metropolitana (dic. 88, oct. 93, enero 2000).
El glitch ya no aguarda el retorno de su programador. Ahora tiene acceso a la red. A veces entra a sitios Web 2.0, deja comentarios insólitos, mensajes cifrados para su padre. El black hat aún no responde.
El glitch ya no aguarda el retorno de su programador. Ahora tiene acceso a la red. A veces entra a sitios Web 2.0, deja comentarios insólitos, mensajes cifrados para su padre. El black hat aún no responde.
el glitch se expandió por América Latina y prepara un golpe de Estado.
La primera República Digital (para variar, usando América Latina como zona de experimentos políticos).
Tiene petróleo en Venezuela, Agua en Paraguay y Campos de Hielo Sur, zonas aisladas de desastres climáticos y nucleares, pulmón productor de oxígeno.
El sueño Bolivariano en versión cyber revolucionario, financiado por la droga.
y en esta nueva republica digital, el commodore 64 se convierte en objeto de culto, se abren escuelas de Basic, vuelven a fabricar los viejos floppy, y en los ojos del mundo se refleja el azul sublime de la pantalla C-64.
Madre santa, no dejas opción.
en algun lugar del persa -a media noche- alguien paga y guada una caja. dentro una trs-80. por la mañana sera vendida, y para entonces ya no sera virgen.
sobre el teclado, semen.