Con una multitudinaria presencia se dio inicio a las festividades del Te Deum, en la explanada del Templo Evangélico de Maipú, antiguo templo votivo católico. La muchedumbre, calculada en unas veinte mil personas, escuchó entre gritos y alabanzas las palabras del Obispo Bisama, quien impartió bendiciones para todos. El aniversario del primer año del credo evangélico como religión oficial de Chile, tras la proscripción del catolicismo, se vio empañada por la ausencia de personeros de gobierno, incluido el presidente, Patricio Aylwin, quién señaló no poder asistir debido a su avanzada edad.
La ceremonia se cerró con la esperada presencia de Yiye Avila, profeta y sanador que nos bendice con su visita. Después de realizar la milagrosa cura de lisiados y no videntes, Avila fulminó a seis miembros de nuestra iglesia que habían abjurado públicamente de La Fe. La visión de sus cuerpos estallando en llamas fue sobrecogedora, pero la multitud entendió que el Profeta lo hacía por mandato divino, y miles de agradecidos fieles se postraron embargados por las lágrimas.
Esperamos que este Te Deum convenza a nuestras autoridades de colocar definitivamente a Yiye Avila en la presidencia de Chile, para terminar con la creciente polarización y el odio que parece crecer en los corazones de la ciudadanía.
Artículo editorial, revista Atalaya evangélica