Una Carta


LA CARTA DE ERNESTO RODRIGUEZ QUEZADA

Dos años atrás en la casa en que había vivido el Empresario Ernesto Rodriguez Quezada y su familia; su mujer Noelia Oyarzo Carrasco y sus dos hijos de 4 y 12 años, se encontró la carta que dejó antes de cometer el parricidio contra su familia e inmolarse con 50 kilos de explosivos en las nuevas oficinas , recién inauguradas del Servicio de Impuestos Internos en la comuna de Las Condes en Santiago, destruyendolas completamente y causando la muerte de 101 personas. Ahora se da a conocer su contenido a la opinión pública.

A Quien lea esto.

Nací en Chimbarongo hace cuarenta y cinco años. Tenía sueños propios y los de mis padres, de mi familia, que siempre trabajaron bajo el capricho de alguien. Estudié en Santiago y a la edad de veinte años me titulé de Administrador de Empresas.
Trabaje algunos años en varios rubros del comercio como calzado, vestuario y en la construcción. Hasta que decidí hacer mi propia empresa.
Ya no doy mas, todo es dinero y el estado quiere mi dinero, mi casa mi hijos, mi esposa, mi cuerpo. NO. No se los daré jamás, es más, este estado deberá aprender que no sólo se recibe, que hay que saber dar a su gente, y no hablo de los pobres, si no de todos los que nacen en esta tierra, todos los que respiran este aire, todos los que luchamos por este país; y no de ese pseudo estado de aprovechadores que lo tienen y se lo llevan todo como cerdo en engorda, es momento que el cerdo sea sacrificado.


Como se sabe el atentado marcó un gran cuestionamiento sobre los métodos tanto legales como sociales en relación a la carga tributaria del pueblo Chileno, luego, en 1999 se cambió la ley de IVA y el código tributario, colocando como prioridad los intereses del «Estado Humano» por sobre el Estado Político.

EXTRACTO «De las Cartas de los Hombres a las Cartas de las Leyes» de José Manuel Ilabaca, editorial Lexis, Santiago Chile, 2055.