Según los registros históricos, la ciudad conocida como Santiago fue descubierta el 18 de mayo de 1980 por Ian Kevin Curtis, el líder de la conocida banda manchesteriana, Joy Division. El roquero/explorador post-punk dio con la ciudad tirándose de un avión y descendiendo en paracaídas cerca del Jumbo de Bilbao. De inmediato entendió la magnitud de su hallazgo, pocas veces en la historia se ha descubierto una ciudad prístina sin uso y sin la huella violadora de la humanidad (los únicos casos que precedían este descubrimiento eran Praga y Buenos Aires, ambos descubiertos en 1977 por el ya mitológico Iggy Pop). Curtis se tomó varias semanas recorriendo las avenidas, calles, pasajes y los túneles del metro de la urbe, registrando cada detalle en un cuaderno negro.
Al hacerse público el hallazgo, una ola inmigrante tomó posesión de la ciudad; primero los micreros en sus máquinas amarillas, luego un millar de políticos sobre zancos, después —habitantes, perros, moscas, maní, etc…