Inminente lluvia de meteoros en las Leónidas

Entre el 14 y el 21 de noviembre de 2006, se podrá apreciar la lluvia meteórica de las Leónidas. leonidas.jpg

Según la IMO (International Meteor Organization), se espera que el máximo para esta lluvia de estrellas ocurra el 17 de noviembre, a las 20h50m UT. (17:50h en Chile).

La IMO informa, además, que la tasa esperada de meteoros por hora va desde 10 meteoros por hora, a 100.

Valga mencionar que esta lluvia meteórica recibe el nombre de Leónidas debido a que es visible en la constelación de Leo.

A continuación les dejo con un artículo sobre meteoros, meteoroides, meteoritos y lluvia de estrellas.

¿Qué son las lluvias meteóricas?

Todos los días la Tierra recibe más o menos 3 millones de kg de material proveniente del espacio. Esto parece mucho, pero si se le compara con los 5973700000000000000000000 kg que hacen su peso normal, en realidad no es gran cosa. En masa es equivalente a agregarle cada día unos cuatro glóbulos rojos a un ser humano.

Este material que viene del espacio en su mayoría consiste en «meteoroides», es decir, cuerpos que vagan por el espacio interplanetario y que tienen un tamaño que va de las centenas de micrones hasta las decenas de metros. Nuestra atmósfera constituye un escudo natural ante estos cuerpos errantes, de modo que la mayoría se consume en ella sin ser detectados visualmente. No obstante, unos pocos cada hora tienen un tamaño suficiente para producir una traza de luz visible durante su paso por la atmósfera terrestre hacia la superficie del planeta.

Si alguna vez pediste un deseo al ver una estrella fugaz, entonces viste un meteoroide cruzando nuestra atmósfera, lo que en jerga técnica llamamos un «meteoro». Si el deseo se te cumplió, tuviste lo que en jerga técnica llamamos «un tremendo golpe de suerte» 🙂 Cuando el meteoro es capaz de sobrevivir hasta que algo del meteoroide original impacta en la superficie de la Tierra, ese pedruzco recibe el nombre de «meteorito».

A los meteoroides corrientes se suman en ciertas fechas fuentes más espectaculares de meteoros, lo que permite detectar desde decenas a miles de ellos por hora. En estos casos hablamos de «lluvias meteóricas» para retratar con el vocabulario la intensidad del fenómeno. A tal frenesí llega en ocasiones la descarga de meteoros que históricamente hallamos registros de más de una vez en que una lluvia meteórica particularmente generosa pareció para la gente de la época preludiar el fin del mundo. Aunque menos apocalíptico, su origen es igualmente interesante y tiene que ver con las apariciones de otros objetos celestes tradicionalmente asociados con augurios de buena o mala fortuna: los cometas.

El Sistema Solar es constantemente visitado por cometas, que son básicamente grandes bolas de hielo y polvo. Algunos de estos cometas hacen un único paso por nuestro sistema solar y no sabemos más de ellos. Otros quedan capturados por la gravedad del Sol y se convierten en visitantes periódicos. El más famoso de estos últimos es el Cometa Halley, que fue visible por última vez en 1986 y volverá a serlo en 2062. Pero no hay viaje gratis. La tarifa que los cometas periódicos pagan por su paseo es un creciente desgaste de su estructura. Este desgaste ocurre en parte por la misma acción gravitacional del Sol y de los planetas por cuyas vecindades transitan, pero también por efecto del viento solar, que arranca partículas al cometa formando su cola. Esta progresiva fragmentación del cometa produce que a la larga éste deje de existir, sobreviviéndole nada más un conjunto de partículas de variado tamaño, las que se distribuyen a lo largo de toda la órbita del cometa original, exhibiendo una concentración más elevada en torno al lugar donde antiguamente estaba el núcleo. Sin embargo, mucho antes de que el cometa cumpla este destino, su órbita completa se encontrará poblada de partículas que la cola habrá ido sembrando a su paso. Estas partículas no sólo se distribuyen a lo largo de la trayectoria del cometa, sino que también se esparcen radialmente, alejándose de la órbita, de modo que ella engorda y vuelve altamente probable un encuentro con su enjambre de partículas. Para algunos cometas cuya aumentada órbita ahora intersecta la órbita terrestre, la fecha anual de este encuentro es bien conocida, de modo que es posible preparar la observación de tales eventos con anticipación.

Quizás la lluvia meteórica que año a año causa mayor expectación es la de las Leónidas, asociada al cometa progenitor 55P/Tempel-Tuttle. Cerca de noviembre 17, es posible observar fácilmente uno o dos meteoros por minuto emergiendo desde un punto en la constelación Leo. Esto es un espectáculo vistoso, digno de presenciar, pero la naturaleza reserva sus mayores placeres para quienes la cortejan con paciencia. 55P/Tempel-Tuttle tiene un período aproximado de 33 años. Cuando el cometa ha pasado recientemente cerca de la Tierra, la concentración de partículas en su órbita es mucho mayor que cuando han transcurrido ya varios años desde su aproximación. Consecuentemente, también cada 33 años las Leónidas exhiben un máximo en el conteo de sus meteoros. La lluvia de 1833, propiamente tildada muchas veces de «tormenta meteórica» permitió a muchas personas ver miles de meteoros por hora. Una verdadera cascada de fuego celestial. Los periódicos europeos de la época relatan que l@s vecin@s se despertaban un@s a otros con gritos que proclamaban el Juicio Final; el mismo destello de los numerosos «bólidos» (meteoros de mayor tamaño y brillo que los ordinarios) iluminaba los dormitorios impidiendo que la gente durmiera. Más importante para la astronomía es el hecho de que ésta fue la primera lluvia que, por el interés general que concitó, atrajo los esfuerzos de los astrónomos de la época por estudiar este fenómeno científicamente.

No todas las Leónidas observadas cada 33 años, o incluso las comunes observadas cada año, tienen la misma intensidad. La lluvia de 1966 fue mucho más rica que la de 1999, por ejemplo. Esto se debe a que las trayectorias de los cometas cambian ligeramente con el paso del tiempo. Como ya hemos visto, cada paso de 55P/Tempel-Tuttle deja una estela de partículas a lo largo de su órbita. Órbitas distintas implican, entonces, estelas distintas. Cuando la Tierra se encuentra simultáneamente con dos o más de estas trayectorias, el fenómeno es muchísimo más intenso que cuando la intersección tiene lugar con una sola de ellas. Si encima una de estas estelas ha sido creada tras un paso reciente del cometa, entonces el resultado es una tormenta meteórica en toda regla.

Entre muchas otras lluvias, algunas de intensidad importante y visibles desde el Hemisferio Sur son las Eta Acuáridas (mayo 6), las Oriónidas (octubre 21) y las Gemínidas (diciembre 14).

Más información en IMO

7 thoughts on “Inminente lluvia de meteoros en las Leónidas

  1. Todavía recuerdo mi gran fiasco en la observación del máximo de las Leonidas del ’99. Fuimos casi una veintena de astrónomos amateurs a un lugar retirado de la ciudad, y esperamos y esperamos y esperamos y esperamos. No vimos ningún meteoro.

    Me frustré muchísimo pues era época de exámenes en la universidad, y no me sentí bien haciendo perder el tiempo a los amigos, con la promesa de un espectáculo estelar de primer nivel.

    Al día siguiente se nubló o yo tenía mucho sueño y un examen como para repetir la excursión… y bueno, esa noche fue el máximo de meteoros… y me la perdí 🙁

  2. Bucha k lata, lo que es yo, aunque nadie lo crea las vi, estuve toda la noche esperando las famosa lluvia hasta que comenzo el genial espectaculo.
    ha sido lo mas espectacular que he visto, fue maravilloso …en realidad no tengo palabras para describir lo que vimos esa noche…hasta me dieron ganas de llorar de lo hermoso que era ver esas estrellas hermosas cruzando es espacio y saltando de un lugar a otro…..es cierto!!!!!! preguntenle a mi hermana ella las vio conmigo jaja

    saludos a toditos los rastritos…
    http://www.fotolog.com/jacko_butterfly posteen a la ex rastrita…algun dia volvere!!!!!!!
    jajja

    xaup!!!!

  3. Volveré!!? palabras como esas las he escuchado durante años de diversas personas que al final no cumplieron sus promesas… 😛

    En todo caso si vuelves lo harías allá y no acá. 🙂

    saludos

  4. Juan también volverá… algún día. Y RASTRO debe esperar vigilante Su segunda venida 😀

    Para quienes se dan la lata de leer los comentarios, un par de caramelos de información extra:

    – Las Leónidas se podrán ver recién como a las 4 AM, hora a la que Leo estará a suficiente altura sobre el horizonte.

    – Para encontrar Leo necesitas una carta estelar, pero aproximadamente puedes simplemente mirar en dirección Este.

    – Si vas a observar las Leónidas, abrígate. Observar estas cosas requiere paciencia, y los tiempos largos de inmovilidad en un ambiente a baja temperatura afectan a numerosas personas.

    – Para que tus ojos se adapten a la oscuridad necesitas al menos 15 minutos de no estar observando otras fuentes que te deslumbren. En otras palabras, no estés entrando y saliendo de tu casa, no mires las luces de autos que pasen, no estés encendiendo cigarros, etc.

    Y por sobre todo, pásalo bien, recuerda que estás haciendo esto por gusto… Mejor si estás con alguien durante la observación, y pasan el tiempo conversando de la vida, el Universo y todo lo demás mientras esperan al ocasional meteoro espectacular que les arranque los «oooh» y «aaah» de rigor.

  5. holas!!

    si emm nu creo que vuelva la jacko, mi hermanita esta definitivamente en otra….de que entre a la U que dice que vuelve jijij y ya han pasado 3 años de eso :S.

    asp! Si aun que dice ella que nadie le cree, siiiiiii vimos millones de estrella’s en el cielo, fue espectacular…ya ni me acuerdo eso si de todos los deseos que pedi jijij es que fueron muchos «ooooh» y «aaaaah», lejos una experiencia inolvidable que espero que se repita este viernes por la noche 😉

    ushas Mundaca ojala que este año puedar apresiar tal espectaculo 🙂

    saludos 🙂

    aioz!

  6. M.e gustaria saber la fecha y la hora en que pasan por Santiago de Chile las Leonidas en 2009 y tambien saber a que punto cardinal mirar .Muchas gracias

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