Obreros que trabajaban en la ampliación de los muelles de carga del puerto de Concepción, encontraron los restos que presuntamente serían los del mítico Arauco.
Como se sabe, en 1870 el Rey de la Araucanía, Oreille Antoine Tounnens, le declaró la guerra a Alemania, como “Gesto de nobleza hacia mis orígenes”, gesto que fue acompañado de una teatral entrega de los documentos correspondientes en la legación Alemana de Santiago. Pese a que su séquito de conas y machis, abogados y políticos estuvo acompañado de miles de personas, las puertas de la legación permanecieron cerradas, lo que el populacho interpretó como otra muestra de la apatía y poco sentido del humor germano, lo que fue premiado con el alegre apedreo y posterior incendio del edificio.
Oreille, que siempre había gozado de amplia popularidad en Chile por su extravagancia, regresó al exiguo reino que mantenía en Arauco, concesión del gobierno de Manuel Monnt que provocara en su época un escandalo político, debido que gran parte del congreso opinaba que el Rey de la Araucanía era un aventurero peligroso, que debía estar encerrado, o ser expulsado del territorio. Una colecta organizada por sus partidarios permitió la compra de un predio al sur de Coelemu, que Oreille llamó “Nueva Francia”, con límites desmesurados que el mismo decretó desde el BioBio hasta el estrecho de Magallanes, y de cordillera a mar.
En Coelemu, a su regreso de Santiago, lo esperaba el general Nathaniel Merrill, uno de muchos militares Estadounidenses llegados al país tras la derrota Unionista en la Guerra Civil Americana. Merril, cuyos servicios fueron rechazados por el ejército Chileno debido a su carácter e historial, se unió a la causa de Oreille, conviertiéndose en su factótum y embajador personal ante los gobiernos y cortes del mundo, amén de asesor en asuntos militares.
mira, todo en el marco de la guerra franco-prusiana. la guerra de Rimbaud.
Oreille es un tremendo personaje al que no se le ha sacado nada de partido.
salut por eso!!!