La guerra ha terminado, por el momento, ni los premios Saturn lo pudo evitar, el error ya se cometió y pese a que la Warner Brothers reconoció públicamente que nunca debió cancelarla y que incluso quieren su regreso, esto no será posible hasta dentro de unos meses y no sin sentirse el alto precio que pagaron tanto los televidentes como el equipo tras uno de los mejores programas de fantasía de la televisión.
Porque quiéranlo o no sus detractores, Ángel no fue un spin off de la inolvidable Buffy, fue mucho más que eso, algo que quizás se pueda resumir en una sola frase: una saga netamente adulta.
Quizás fueron sólo cinco años de vida, pero el primogénito de Joss Whedon y David Greewhalt, tenia el respaldo histórico de tres años en Buffy, tiempo suficiente para establecer al personaje y darle vida a su oscuro camino que por méritos propios lo sacó del programa juvenil para darle sus propias aventuras.
Pero antes de continuar, para quienes llegaron tarde: Ángel surge como uno de los personajes principales de la ya mencionada Buffy The Vampire Slayer, en sus primeros episodios se revela que el joven vampiro (al menos en apariencia) se diferencia de sus congéneres en poseer un alma, esto le da conciencia de todo el mal realizado a lo largo de su vida y lo impulsa a ayudar a la “cazadora” (denominación que le dieron estos condenados dobladores) en su misión de luchar la especie vampírica al igual que toda forma de vida demoníaca.
Como parte del plan de Whedon de darle mayor seriedad a la serie y favorecer el desarrollo de sus personajes a algo lo mas alejado posible de la película a mediados de la segunda temporada (de Buffy) al tener relaciones con Buffy, Ángel siente verdadera felicidad lo que activa una desconocida maldición que lo lleva a perder su alma reviviendo a su incontrolable su incontrolable personalidad demoníaca Angelus, quien en poco tiempo saca al villano del año: Spike, un viejo compañero de andanzas quien había demostrado ser bastante inefectivo (pese a su legendario pasado), para enfrentar a Buffy de la forma más despiadada e impredecible imaginable, llevando a la serie a un inusual tono trágico.
En esta etapa durante unaÊ disminución de las hostilidades, en el episodio I Have Eyes Only for You, Angelus es posesionado por el espíritu de una mujer asesinada por su novio. El notable desempeño dramático del actor de David Boreanaz hace que Joss Whedon comience a planear darle su propia serie (en vez de sepultar al personaje, como el usual buen trato que reciben los villanos).
Tras el oscuro final de la segunda temporada de Buffy, Ángel regresa a principios de la tercera (bajo una explicación más lógica de lo esperable) sólo que consciente de todo lo que hizo Angelus y por tanto, más atormentado que nunca. Esto paulatinamente establece el camino al abandono de la ciudad (y por tanto de la serie) con la idea de ganar el derecho a ser humano nuevamente por méritos propios, cortando su relación con Buffy para evitar que se reactive la maldición.
La ciudad del infierno
Volviendo a los primeros párrafos, Whedon y Greemwhalt sacan a Ángel de Sunnydale (y por tanto la Boca del Infierno) para situarlo en Los Angeles, pero la cuestión no era repetir la exitosa fórmula sino ir mucho más allá trabajando con aquellos argumentos que no podían ser utilizados en una audiencia más joven, en otras palabras orientar el mundo de Ángel a un público adulto con interés en historias más complejas y a la vez más profundas. Si bien esto no implicaba el acabar con las usuales dosis de humor que se usaron en Buffy, si les daba la posibilidad del uso regular de la tragedia y por eso nadie se extrañó que la primera victima fuera Doyle (interpretado por Glenn Quinn, que en paz descanse), un individuo mitad demonio con un terrible pasado, que estaba atado a una extraña fuerza que le permitía saber cuando la vida de alguien estaba en peligro.
En solo ocho episodios, Ángel, con la ayuda de una desarraigada Cordelia, tuvo que lidiar con el mundo de Doyle para finalmente ser testigo de su públicamente anunciada muerte (sin resurrección): la primera víctima de la naciente guerra.
Era sólo el principio, en poco tiempo se estableció como principales villanos de la serie a Wolfgram y Hart, una de las ideas más brillantes de la dupla Whedon-Greemwhalt, una firma de abogados compuesta públicamente por gente normal que mantiene profundos vínculos con lo demoníaco. Esto limitaba enormemente el actuar de Ángel, dado que sus principios no le permitían matar a humanos sin importar cuanto lo desease. Como si fuera poco, debido a ciertas profecías, la firma pone los ojos en él y comienza una serie de complejas estratagemas para dominarlo entre las que incluye la resurrección de su antigua novia, Darla, sólo que en forma de humana pura.
Como ocurre con todo spin off, personajes y argumentos vinculados a su serie de origen tuvieron su desenlace en Ángel, pero más que una forma de afianzarlo, sirvió para explorar otros aspectos tanto del personaje como su nuevo entorno, la relación entre este y Buffy (un elemento que olvidé mencionar antes) se había manifestado como algo cercano a la de dos almas gemelas, de ahí que las consecuencias del resurgimiento de Angelus fueran más graves de lo que parecía, obligándolo no sólo a exiliarse para buscar una cura, sino también entender y hacer entender a Buffy que el conflicto contra otros aspectos tanto del personaje como su nuevo entorno, la relación entre este y Buffy (un elemento que olvidé mencionar antes) se había manifestado como algo cercano a la de dos almas gemelas, de ahí que las consecuencias del resurgimiento de Angelus fueran más graves de lo que parecía, obligándolo no sólo a exiliarse para buscar una cura, sino también entender y hacer entender a Buffy que el conflicto contra las tinieblas era mucho mas complejo y duro de lo que ella imaginaba; manifestándose en el rechazo del personaje a algunas oportunidades tanto de ser humano nuevamente, como de no ser afectado por el sol.
Lo que en Buffy significó seis temporadas, en Ángel se estaba logrando ya en su primera, lo que no implicaba que este tipo de historias y personajes llegaran a un punto muerto sino, por el contrario, era el nacimiento de otro tipo de conflicto derivado de un entorno mucho más hostil. Esto quedó en manifiesto cuando Ángel expulsó aÊ Buffy de su territorio cuando ésta intentó aplicar sus métodos con Faith, la rebelde cazadora a quien Ángel intentaba ayudar a encontrar su propio camino hacia la redención.
Por aquel entonces ya estaba programada la llegada de Gunn, el joven pandillero cazador de vampiros; a lo que seguiría la de Fred, una joven e inocente científica; y Lorne un demonio amante de los grandes espectáculos de cabaret cuyo no menos importante rol era quizás una de las pocas anclas que impedía que la serie se transformara en algo totalmente oscuro (recuerden a Brimstone).
Un punto aparte merece Wesley Windham Price, dado que fue el personaje en que se manifestaron de forma más brutal todos los cambios. El que fuera una vez el guardián de Faith, reemplazo de Giles (cuando fue despedido), un individuo con más debilidad, incompetencia y ego, se unió a Ángel conservando algunas de esas características, descubriendo en poco tiempo como su ingenuidad era un gran obstáculo en un entorno tan hostil, siendo torturado por las circunstancias para dar vida a un ser violento y despiadado, con una ferocidad que hacia palidecer al mismo Gunn y que llegó a preocupar a la misma Faith quien en algún momento lo sometió a torturas.
Las oscuras tácticas de Wolfram y Hart, el regreso de Darla y Drusilla y la aparición de Holtz, el más antiguo y humano de los enemigos de Ángel, suponían un cambio en las reglas de la guerra, algo que por poco le cuesta el alma nuevamente al personaje principal en su segunda temporada. Mas a poco andar el ya mencionado Wesley pagaría el precio de no haberse adaptado a lo que venía, cuando el mismo conflicto con Holtz y el nacimiento del hijo de Ángel sean la base de la aparición de un enemigo cuyo poder y complejidad supera con creces todo lo visto hasta entonces, llevando al equipo de una búsqueda de los recónditos más oscuros del pasado de Ángel a dilemas de tipo ético-morales concernientes al desarrollo de la humanidad.
La cuarta temporada fue el punto culminante de lo que se reveló después como una saga que duro más de dos años pero cuya evolución se sentía como si fueran dos historias. Las consecuencias de esto llevarían a Ángel al ojo del mismo huracán: el mando de Wolfgram y Hart, el que les fue entregado tras haber detenido la amenaza más reciente (y que costó la vida a gran parte de sus trabajadores humanos).
Esto supuso un gran cambio no sólo por el hecho de que los grandes enemigos de Ángel ahora fueran sus “aliados”, sino también por marcar el anunciado regreso de Spike, la principal baja de la última batalla de Buffy en Sunnydale. Lo que en un principio supuso un poco más de luz a la saga, poco tiempo después se revelaría que era el siguiente paso en los interminables conflictos y las consecuencias de lo ocurrido en Buffy se traducirían en que la alianza de Ángel con Wolfgram y Hurt no existía, ellos se habían pasado al bando del enemigo en el momento mas duro de la humanidad.
Como si fuera poco la reaparición de Spike suponía un grave problema para Ángel al darse la existencia de dos vampiros que cumplían con las características que la profecía sobre transformar a uno en humano. Ambos también seguían enamorados de Buffy lidiando con sus propios demonios pasados, pero al mismo tiempo ambos sabían que la guerra seguía cada día.
El fin de su rivalidad con Gunn por el amor a Fred pudo ser la oportunidad de Wesley de abandonar su oscuro comportamiento, pero su muerte sólo la acentuó especialmente tras irse revelando como la firma había manipulado a cada uno de los miembros del equipo de Ángel.
Todas esta líneas argumentales de lo que fue el último año redefinieron nuevamente el programa demostrando la habilidad de Wheddon y Greenwhalt para renovar su trabajo con nuevos e interesantes elementos sin perder la consistencia ni caer en infantilismo.
Se podrían mencionar muchos otros argumentos notables que se utilizaron, más aún el surgimiento de programas de fantasía que abusan del misterio y la monotonía sin ofrecer argumentos sólidos, como Carnivale, hacen de la cancelación de Ángel un pecado que ya lo esta pagando caro la productora ya que ninguno de los proyectos que justificaron su decisión salieron de la preproducción.
Habrá que esperar que en un futuro cercano cuando Whedon se haga tiempo y Boreanaz deje de aprender malos modales de Sarah Michelle Gellar, se retome la serie con el mismo interés que mostró el actor James Masters (Spike) ante una posible continuación, quien dijo regresaría con gusto a cualquier proyecto que tuviera Joss Whedon.
© 2004, Juan Carlos Sánchez. Sobre el autor: Periodista nacido un día trece de 1977. Escribe desde los 7 años. Ha escrito un puñado de novelas, más de 100 poemas y algunos cuentos entre ellos Trilogía de los malditos cuya primera parte: De las Cenizas de Sigalión participó en el segundo concurso de narrativa de su universidad. Si bien se he mantenido en el género de anticipación centrándose en personajes de complejos problemas psicológicos, ocasionalmente he escrito algunos dramas, algo de horror y recientemente alguna que otra cosa romántica. Sus mayores influencias son Frank Herbert, J Michael Strazynsky y Bruce Springsteen.