He visto un ángel

He visto un ángel, mas él fue ciego a mi mirada. Su figura, divina y majestuosa, anegaba con soberbia prestancia mi visión. Grande como una galaxia, ante su mole de épocas pretéritas sentí pánico y admiración.

He visto un ángel, pero sé que no debí contemplarlo. Tal magnificencia no debería estarles permitida a los mortales. Pero la visión se me había brindado, y en aquel momento indescriptible unas alas surgieron desde lo más profundo de mi corazón, impulsándome con su bombear allá donde nunca hubiera debido ir. Temeroso me acerqué, con la curiosidad mariposeando alocada dentro de mi alma. Poder, gloria. Sobriedad. He visto… belleza, elegancia, misterio… un ángel.
He visto un ángel, y en mi osadía busqué su rostro inhumano. Con mi alma incendiada por la emoción, estudié sus formas de fuego. Hebras de sol ardían en su cabeza, cegador tejido de luz, y desde ahí caían para cubrir su cuerpo con un manto de pura energía. Su flequillo –un millón de estrellas, hiladas como delicados tendones de arpa– caía sobre sus rasgos, ocultándolos. El suyo es un velo de luz con el que se ilumina nuestro universo. Aquellos cabellos flamígeros caían sin cesar, radiantes, sobre sus hombros bordando su túnica, moldeando su cuerpo, rasgando las tinieblas que le contemplaban con miradas rapaces. Su melena me deslumbró, y yo no podía apartar mis ojos de aquellas refulgentes llamas, de aquel sin número de constelaciones que formaban sus brazos, su torso, sus piernas. En mi arrobado atrevimiento, colocando mis manos a manera de parasol, lancé una mirada a lo que su flequillo de luz ocultaba, mas sus manos en actitud meditabunda ocultaban su faz.

He visto un ángel, pero él no se ha percatado de ello. Abstraído en su meditar trascendente, sumergido en sus pensamientos insondables, no fui para él más que una insignificante mota de polvo. Cubría su ciclópeo rostro con sus manos en actitud concentrada. Reflexionaba acerca del futuro y de lo inexplicable, y yo era testigo indigno de ello. Avergonzado, bajé la mirada hacia el abismo sobre el que pendíamos. Mas el vigoroso aletear de mi curiosidad venció mi pudor y me hizo alzar de nuevo la mirada. Estaba contemplando un ángel, y su figura marcada a fuego en mis retinas poseía mi alma. Su imagen, una droga a la que no podía resistirme. Le contemplé extasiado: su delgado cuerpo radiante se sentaba en un trono. Las lenguas de fuego que formaban su cuerpo, que le vestían –pura energía– se derramaban con languidez sobre el solio. La factura de éste parecía ébano intenso, más poseía un resplandor cegador, casi furioso. Nunca sabré cuanto tiempo transcurrió, conmigo paralizado contemplando aquello que ningún alma mortal debería ver. Le observaba desde una distancia incalculable, dichoso a la vez que avergonzado. Sin embargo, latido tras latido mis ojos se posaban obsesivos en el trono: algo extraño había en él. Aunque temeroso del gigante de fuego, me acerqué flotando hacia sus pies. Allí el calor se intensificaba, insoportable. Pero yo debía saber.

He visto un ángel, y preferiría no haberlo contemplado. Allí, entre las tórridas fraguas de sus pies, vislumbré la ruina del trono, la grieta en el reinado del Anterior. Sólo entonces tuve el valor de mirar a aquellos ojos enmarcados en el rostro colosal.

He visto un ángel. He afrontado su mirada, pero él me devolvió dos pozos de ceguera. Creo que a eso debo mi salvación. Porque lo que aquellos ojos me contaron, agrietados y resecos como un desierto, quemados por llamas más intensas que las del mismísimo infierno, resquebrajó mi alma. Desesperado, huí. Pero el estigma ya estaba sangrando en mi interior: una historia, narrada en un infinitesimal instante, fluía como lava incandescente por mi alma, devorándola, transformando lo que era esperanza en sarmientos de perdición y tristeza, al rojo vivo en un principio, moribundos después, como mi alma. Me fue relatada una epopeya colosal, de gloria, orgullo, traición, odio, lucha, muerte y victoria, culminada por aquello que ninguno de los contendientes hubo nunca imaginado: la Soledad.

He visto un ángel, y su absoluta Soledad final –cargada de triunfo, amargada en el Olvido– ya no tiene sentido.

He visto un ángel, y su nombre era Lucifer. Pero, tras su victoria final, su mirada ciega contempla el triunfo de Otro. Sus ojos están agrietados por el Vacío que una vez engendró el Universo. Ahora son eternos testigos del mecerse de hojas de abisal negrura, acunados por una brisa fantasmal surgida de ningún sitio. Hojas que visten las ramas de un ominoso árbol, vigía impasible en la cima de una colina perdida en un eterno mar de reseca hierba.

He visto un ángel. He atisbado el futuro del universo. Lo he contemplado a través del velo de la presciencia: el fin de una –nuestra– eternidad. Y ruego por todo lo sagrado no contemplar jamás el rostro del dueño de aquel horrendo árbol de cenizas, aquel en cuyo seno todo acabará devorado.

2001, por Francisco Ruiz Fernández.

Ciencia y Religión: ¿Un matrimonio imposible? y una visión renovada del Génesis

por Ronald Mennickent Cid

Se me ha pedido que escriba acerca de Ciencia y Religión, algo como agua y aceite según se me dijo, sin embargo, yo no lo veo así, y mi visión es lo que intentaré mostrar en este ensayo, para lo cual es necesario comenzar hablando acerca de los dominios de cada una de estas áreas del quehacer humano.

El Dominio de la Ciencia

La ciencia pretende descubrir cómo funciona el universo, y hasta el momento ha sido exitosa, en el sentido de que ha podido establecer la existencia de leyes que rigen el cosmos, al menos la parte visible de él (hasta el momento no parece haber leyes que gobiernen el pensamiento humano, ni determinen la capacidad de decisión de un individuo). Estas leyes le han dado a la ciencia una reputación y un poder de predicción enorme, que se ha materializado en un desarrollo tecnológico sin precedente en la historia de la humanidad. Hoy nuestra sociedad se caracteriza, a diferencia de sociedades del pasado, por el uso masivo de tecnología basada en el desarrollo de la ciencia básica, como las leyes del electromagnetismo y las de la mecánica cuántica, por ejemplo. Mira a tu alrededor y te darás cuenta de cómo la tecnología es parte de tu vida diaria y cómo ha invadido el mundo, literalmente.

El Dominio de la Religión

La religión, por otra parte, no pretende describir el universo en sus partes fundamentales ni tampoco su funcionamiento, sino que pretende dar respuesta al porqué existe el universo, y en particular porqué existimos nosotros, los seres humanos. La religión está íntimamente ligada al concepto de Dios, un ser superior de naturaleza no física (digamos espiritual) que sería el creador de todo cuanto existe y el cual puede darse a conocer a los humanos y establecer relaciones espirituales con ellos. Millares de personas han dicho creer en Dios, entre ellas eminentes científicos, como Nicolás Copérnico, Johannes Kepler, Galileo Galilei, René Descartes, Isaac Newton, Robert Boyle, Michael Faraday, Gregor Mendel, Lord Kelvin, y con sus propios matices acerca de la naturaleza de Dios: Max Planck y Albert Einstein. Por lo tanto, no se puede decir que la Religión sea sólo para gente ignorante o sin formación académica. Millones de personas han llevado y siguen llevando una vida satisfactoria y plena con el convencimiento íntimo de la existencia de Dios.

Existen científicos que dicen que Dios es una hipótesis innecesaria. Dentro de estos se encontraba Carl Sagan, astrofísico y famoso divulgador científico. Si bien es cierto la existencia de Dios no se puede probar experimentalmente, también es cierto que su no-existencia tampoco se puede probar. Desde el punto de vista científico, y despojándonos de toda arrogancia intelectual, creo que lo más honesto es decir que Dios no es tema de la ciencia ya que su existencia o no existencia sobrepasa las fronteras del ámbito en el cual la ciencia se mueve, es decir, nuestro universo sensorial. Su existencia es materia de fe.
La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, es decir, es un conocimiento de naturaleza distinta al científico, este último basado en la experimentación. La fe, no la ciencia, permite creer en Dios. Millones de personas tienen fe en Dios, creen en Dios, y otras no cuentan o no desarrollan esta cualidad del espíritu humano.

Por lo anterior creo que es posible creer en Dios y al mismo tiempo ser científico, complementando de esta manera una visión acerca de la naturaleza del hombre con una visión de cómo funciona el universo. Para un cristiano, por ejemplo, Dios se ha manifestado al hombre en el cosmos, la palabra revelada (el mensaje contenido en la Biblia) y Jesucristo. Para un cristiano, el estudio del cosmos permite admirar a Dios como creador, así como una persona puede admirar al pintor durante una exposición de sus pinturas.

¿Pero es posible saber, desde el punto de vista científico, si alguna religión es la verdadera? ¿Existen afirmaciones de tales religiones concernientes al mundo físico que las comprometan a la luz del moderno conocimiento científico? A mi modo de ver, esto es posible, aunque existen ciertas limitaciones. Los libros sagrados se han escrito con el propósito de revelar la naturaleza moral de Dios y del hombre. Ellos no se escribieron como tratados científicos aunque su alegada inspiración divina los compromete en el sentido de decir la verdad en relación al mundo y a su creación, por ejemplo.

El Génesis a la luz de la ciencia

Hoy en día existen pruebas fehacientes de que el Universo tuvo un comienzo, recientes descubrimientos astronómicos, como los llevados a cabo por los satélites COBE y WMAP avalan poderosamente esta afirmación y fechan la edad del universo en 13.7 billones de años. Esto nos llevaría a rechazar cualquier teología que presentase un universo eterno. Más aún, los estudios paleontológicos y geológicos han llevado a un cuadro de lo que pudiese haber sido el desarrollo del planeta tierra y la aparición de vida sobre él. En este sentido me gustaría mostrar que la descripción de la creación del mundo que aparece en el primer libro de la Biblia, el Génesis, contrario a lo que se cree, es compatible con los descubrimientos científicos modernos si el sistema de referencia del observador que describe los acontecimientos viene a ser la mismísima tierra. Las ideas siguientes acerca del Génesis provienen de The Genesis Question (Ross, 1998).

Génesis 1:1 En el principio Dios creó los cielos y la Tierra

De acuerdo a la cosmología moderna, el universo tuvo un comienzo en una gran explosión inicial. La ciencia no se pronuncia acerca de qué es lo que había antes de esa explosión ni qué fue lo que la desencadenó. La Biblia parte diciendo que el universo obedece a un propósito de un ser denominado Dios. Génesis 1:1 anuncia la creación de las dimensiones espacio-temporales, la materia y energía, de todo lo que compone nuestro universo, incluyendo estrellas y planetas, el Sol (todo lo anterior contenido en el concepto “los cielos”) y la tierra. Esta idea de un comienzo del Universo, que nos parece tan natural ahora, sólo fue establecida científicamente a principios del siglo XX, pero vemos que ya estaba declarada en la Biblia.

Génesis 1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

De acuerdo a las teorías modernas, la tierra primigenia era un lugar caótico y carente de vida, con una atmósfera densa y opaca a la radiación del Sol. La vida se habría originado en los mares hace más de 3.86 billones de años. La mención del Espíritu de Dios moviéndose sobre las aguas podría sugerir la generación de las primeras formas de vida, las cuales pudieron haber sido no basadas en la fotosíntesis, así como aquellas descubiertas recientemente cerca de volcanes submarinos. Más importante aún, este versículo sitúa nuestro sistema de referencia en la superficie de las aguas que rodeaban la tierra.

Génesis 1:3-5 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

Estos versículos pueden ser interpretados como la transformación de la atmósfera terrestre de opaca a translúcida, dejando pasar por primera vez la radiación solar y dando origen, desde el punto de vista de un observador situado en la superficie de las aguas que rodeaban la tierra, al ciclo de días y noches. ¿Está este proceso relacionado con la formación de la luna? Modernas teorías sugieren que la luna se formó cerca de 4.25 billones de años por el choque de un planeta del tamaño de Marte con la Tierra. Este acontecimiento fue vital para dar a la tierra la masa y densidad necesarias para retener los gases aptos para la vida. Si no hubiese sido por este cataclismo cósmico, la Tierra probablemente hubiese tenido una atmósfera densa como Venus y no apta para la vida. En los procesos de transformación de la opacidad atmosférica habría también que considerar la remoción gradual de los residuos de la nebulosa que dio origen al Sol, principalmente debido a su difusión hacia el Sol por gravedad y viscosidad.

Desde ahora en adelante Génesis registra todo el proceso de creación en siete “días”. La palabra hebrea para “día” es “yôm”, que puede significar un periodo de 24 horas como también un largo periodo de tiempo de duración definida (el hebreo antiguo tenía muy pocas palabras, por lo que muchas de ellas tienen varios significados). Es falsa entonces la idea de que Génesis 1 presenta la creación en un lapso de 7 días de 24 horas.

Génesis 1:6-8 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

Estos versículos son compatibles con la formación de una troposfera, donde la reside la humedad y ocurren los cambios climáticos. Son compatibles con el comienzo del ciclo del agua, movido por los cambios de temperatura productos de la rotación terrestre y la iluminación solar. Como nota adicional es bueno mencionar que en el lenguaje de la Biblia el primer cielo corresponde a la atmósfera terrestre, el segundo cielo al lugar donde moran las estrellas y el tercer cielo al universo espiritual. Los pasajes anteriores se referirían entonces al primer cielo.

Génesis 1:9-10 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra y a la reunión de las aguas Mares. Y vio Dios que era bueno.

Es posible que estos pasajes se refieran a los procesos tectónicos de placas y volcanismo que formaron (y siguen formando) la superficie de nuestro planeta. En algún momento pudo el fondo marino emerger sobre la superficie de los mares dando origen a un continente. La geología nos enseña que durante los 4 primeros billones de años de la historia de la tierra, las masas terrestres crecieron de un 0 a un 29 por ciento de la superficie planetaria. Además, durante el último cuarto de billón de años, los pedazos de un supercontinente original llamado Pangea han estado separándose unos de otros hasta formar los continentes actuales.

Génesis 1:11-13 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo pues la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya seminal está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

Aquí las palabras “semilla”, “árbol” y “fruto” tienen significados mucho más generales en hebreo que en español. Ellas podrían referirse a todo el mundo vegetal. El versículo no afirma que toda la vegetación apareció exclusivamente en este tiempo. Nótese también que la frase “Produzca la tierra” abre la posibilidad de que la aparición de vida vegetal haya sido por procesos naturales ocurridos en el suelo terrestre.

Génesis 1:14-19 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; he hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

Este versículo podría indicar el paso de una atmósfera translúcida a una transparente. La primera vez que aparecieron el Sol y la luna en el firmamento. Si Dios reveló a Moisés (el probable escritor de Génesis) estos acontecimientos mediante una visión, ubicándolo en el sistema de referencia antes señalado, es posible que él haya contemplado extasiado esta ventana histórica. La frase “E hizo Dios” no especifica cuándo hizo Dios las lumbreras (sugerimos que en el periodo correspondiente a Génesis 1:1), pero sí las frases siguientes indican que el sentido de esta afirmación es indicar alguno de los propósitos para los cuales fueron creadas.

Los siguientes versículos, de Génesis 1:20 a Génesis 1:27 muestran la aparición secuencial de seres vivos en las aguas, los cielos y la tierra para finalmente culminar con la aparición del hombre en Génesis 1:27. Esta secuencia temporal es básicamente consistente con lo encontrado en el registro geológico. En Génesis la creación del hombre es de tal importancia, que el capítulo 2 relata este acontecimiento con mayor detalle, pero no en orden cronológico. Al respecto podemos decir que los humanos somos las únicas criaturas del planeta que exhiben las siguientes características que podrían estar vinculadas al espíritu:

* Presencia de un código moral impreso en la conciencia.
* Preocupación acerca de la muerte y de la vida después de la muerte.
* Disposición a la oración y deseo de comunicarse con un ser superior.
* Conciencia de sí mismo.
* Impulso a descubrir y capacidad de reconocer la verdad y los absolutos.

Mucha gente rechaza de plano el Génesis al escuchar que presenta un Universo creado alrededor del año 4004 A.C. Desafortunadamente esta fecha fue determinada a mediado del siglo 17, cuando fueron disponibles las primeras traducciones de la Biblia en inglés, por el arzobispo anglicano de Irlanda James Ussher y el vicecanciller de la Universidad de Cambridge John Lightfood, a partir de una lectura directa de las genealogías que aparecen en Génesis. Sin embargo, es evidente al estudiar genealogías bíblicas paralelas en distintos libros de la Biblia, que éstas no se dan completas. Un ejemplo se puede encontrar en 1ª Crónicas 3:10-12 y Mateo 1:8. En hebreo bíblico la palabra “ab” (padre) puede significar abuelo, bisabuelo, tatarabuelo y así en adelante. Lo mismo ocurre con “ben”, la cual puede ser usada como hijo, nieto, bisnieto y así sucesivamente. Basándose en el estudio comparativo de genealogías bíblicas paralelas se puede estimar que el porcentaje de completitud de aquellas es entre 10% y 90%. De esta manera, usando sólo datos genealógicos, se puede estimar la edad de aparición del primer hombre entre 7000 y 60000 años atrás. Este rango coincide con el fechado antropológico de las evidencias culturales religiosas más antiguas, unos 24000 años. Es evidente que grandes primates bípedos con capacidades de usar herramientas existieron hace cientos de miles incluso un millón de años, cómo los australopitecos, pero ellos no manifiestan las características “espirituales” del hombre moderno. ¿Es posible que la “chispa de la conciencia” que caracterizó a los Homo Sapiens y que los hizo poner bajo sus pies a los elementos y a las demás criaturas (incluyendo a los Neandertales) hace unas decenas de miles de años, ganando así la batalla de la supervivencia, haya sido el “soplo de vida” mencionado en Génesis 2:7?

No es posible saber si Génesis 1 sugiere una directa creación de parte de Dios de los animales y el hombre, es decir, una creación “in situ” a partir de la nada, una creación completamente sobrenatural, o bien una intervención inteligente de Dios usando la fuerzas naturales ya existentes en procesos microscópicos y cuánticos. De la teoría cuántica sabemos que el universo no es determinista, en el sentido de que conociendo su estado actual podríamos determinar su estado futuro. Siempre existe cierta indeterminación y varios estados posibles a un sistema caracterizados por una mayor o menor probabilidad de existencia. Es posible que Dios actúe aprovechando estas “ventanas” en las leyes físicas, sin violarlas, pero dando un sentido al orden de acontecimientos del universo, específicamente a aquellos procesos que llevaron a la formación de la vida, específicamente el hombre. Al respecto, hay mucha discusión hoy en día si los procesos evolutivos solos pueden llevar, después de varios millones de años, al enorme nivel de complejidad exhibido por las estructuras biológicas existentes y los niveles de especialización de sus partes. Personalmente, me resulta difícil creer que el nivel de orden y especialización exhibido por los seres vivos es producto de fuerzas ciegas y de la selección del más apto, para mí, es más bien el resultado de un diseño inteligente. Esta idea es apoyada por el hecho de que el universo parece haber sido diseñado para la vida. La probabilidad de formar un universo con sus constantes físicas ajustadas tan finamente como para permitir la vida ha sido calculada en una parte en 101230 (Penrose 1989). De este número podemos pensar que hemos sido muy afortunados, pero… ¿es fortuna o diseño?

Al respecto, es interesante mencionar que el concepto de diseño inteligente a sido recientemente desarrollado como una teoría de la información por Demski (1998). La cantidad de información en un evento de probabilidad p ha sido definido como –log2p (Shannon & Warren 1949). De esta manera, mientras menos probable sea un evento, mayor información contiene. Además, ha sido demostrado por Demski (1998) que causas naturales como casualidad o leyes físicas no pueden generar información compleja y especificada (ICE) como la exhibida en muchos sistemas biológicos. Si tiro una moneda al aire 5 veces puedo obtener una secuencia de 5 caras, lo cual podría atribuir a chance, en este caso la información obtenida no es compleja pero sí especificada. Podría tirarla 100 veces y obtener una secuencia aleatoria de caras y sellos, en cuyo caso la información es compleja pero no especificada. Si tiro la moneda 100 veces y las 100 veces me aparecen 100 caras o bien, alternadamente, 50 caras y 50 sellos, dicha información es compleja y especificada. Ejemplo de este tipo de información son los sistemas irreduciblemente complejos, es decir, aquellos que pierden su funcionalidad faltando una sola de sus muchas partes, como el flagelo bacteriano o el mecanismo de la coagulación de la sangre descritos por Behe (1996). Demski (1998), quien ostenta un PhD en matemática en la Universidad de Chicago y un PhD en filosofía en la Universidad de Illinois en Chicago, además de grados en teología y psicología, muestra que el nivel de complejidad exhibido por muchos seres vivos necesariamente requiere del ingreso, en alguna etapa de su formación, de información inteligente (no necesariamente sobrenatural). Por supuesto esta aseveración es revolucionaria ya que confronta directamente el paradigma evolutivo imperante, haciéndolo temblar en sus cimientos. Por lo mismo ha sido resistido fervorosamente aunque hasta ahora sin argumentos contundentes y decisivos (por ejemplo ver el artículo del editor en jefe de Scientific American, Jonh Rennie, el año 2002 y los debates publicados por Pennock 2001).
Para mayor información sobre estos temas, puede visitar: www.discovery.org/crsc, www.reasonstobelieve.org, www.skeptic.com.

Referencias:
* La Biblia, versión Reina-Valera, Revisión 1960.
* Behe, M., 1999, La caja negra de Darwin: el reto de la bioquímica a la evolución. Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile.
* Demski, W.A., 1998, Intelligent Design: The Bridge between Science & Theology, InterVarsity Press.
* Demski, W., and Colson, Ch., 2004, The Design Revolution: Answering the Toughest Questions About Intelligent Design, InterVarsity Press.
* Pennock, R.T. (editor), 2001, Intelligent Design Creationism and Its Critics, Bradfort Books/MIT press.
* Penrose, R., 1998, The Emperor’s new mind, New York: Oxford, p. 344.
* Rennie, J., 2002, Scientific American #287, p. 62.
* Ross, H., 1998, The Genesis Question, Navpress Publishing Group.
* Shannon C. and Weaver W., 1949, The Mathematical Theory of Communication, Urbana: University of Illinois Press, p. 32.

Philip Dick y La Guerra

Por Pablo Castro Hermosilla

Introducción

Aunque la guerra es un tema muy presente dentro de la ciencia ficción, curiosamente no se la ha estudiado ni analizado en forma debida. Resulta extraño, pues gran parte de las obras que consideramos clásicas dentro del género fueron escritas en medio de una escena mundial repleta de situaciones de conflicto bélico. La misma ciencia ficción más contemporánea comienza a fines de la Segunda Guerra Mundial y le toca convivir de sobremanera con la llamada Guerra Fría. Por otra parte, la gran cantidad de autores que popularizaron la ciencia ficción representan al país que más ha luchado por desarrollar una hegemonía militar en todos los frentes. Sin embargo hoy en día no sólo es EE.UU. el país que más invierte en tecnología militar. Lo es también Inglaterra y en general todas las potencias desarrolladas. El estudio de la guerra en las obras de ciencia ficción ha sido más bien de tipo referencial, pero nunca se ha tratado de descubrir si existe una relación inmanente entre la guerra y la ficción especulativa. Las obras de ciencia ficción de los últimos cincuenta años reflejan bien el mundo belicista de ayer y hoy, aunque sólo reflejan la existencia y el peligro de la guerra en contra del hombre y la sociedad. Salvo quizás Robert Heinlein, no existen otros autores que hayan intentado hablar de la guerra en sus obras que no sea sólo para rechazarla o criticarla.
La guerra no es tema fácil y casi siempre genera muchos anticuerpos. Pero esto no quiere decir que al hablar de la guerra en una obra se esté abogando por ella, aunque debo decir que no es tampoco una actitud equivocada o perniciosa. Sabemos todavía muy poco de la guerra y me parece interesante que existan autores que intenten explicarla o incluso justificarla, salvo que exponga argumentos sólidos y no simples discursos. Lo peor que se puede hacer es cerrar los ojos frente a la guerra y negarla sólo porque sí. Para entenderla y dominarla es necesario enfrentar todos sus aspectos, desde todos los ángulos posibles de análisis. Este artículo intenta explicar el significado de la guerra en uno de los autores más emblemáticos de la ciencia ficción de los últimos años. La elección de Philip K. Dick no es al azar: en él la guerra está presente de sobremanera, pero también entre sus estudiosos se ha desarrollado una imagen antibelicista del autor. ¿Es esta imagen coherente con lo descrito en sus obras? ¿Qué papel juega la guerra en Dick y porqué el autor desarrolló muchas de sus tramas en escenarios bélicos?

Dick y la guerra

En su introducción al primer tomo de los cuentos completos de Philip K. Dick, Steven Godersky habla sobre la fascinación y terror que despertaba la guerra en Dick, como uno de los puntales no reconocidos de su obra. Esta visión de Godersky es tremendamente certera y tal vez una de las más lúcidas respecto a la obra del escritor norteamericano. Curiosamente pocos han recogido el guante. En los últimos años la tendencia ha sido destacar a Dick sólo por su cuestionamiento permanente de la realidad, como si fuese lo único destacable en él. Se trata de otro cliché: Los cientos de artículos que hablan de esta característica de Dick sólo reflejan la obsesión del autor, pero no explican su motivación última de tal cuestionamiento. En ese sentido Godersky tampoco logra en su introducción develarnos el por qué de la fascinación por la guerra que sentía Dick. Explica sí en parte su temor. Dice: Tal vez Dick, que inició su carrera de escritor en Berkeley, California, absorbió la sensibilidad de una ciudad que había contraído un firme compromiso liberal. Tal vez Joe McCarthy y la guerra de Corea sensibilizaron la imaginación de un autor principiante. Conocemos muy poco sobre sus años juveniles durante la segunda guerra mundial, pero no es posible identificar un temprano y consistente recelo hacia la mentalidad militar, el temor causado por lo que había visto de la maquinaria bélica de ambos bandos… Esta apreciación es correcta, pero es necesario explicarla. En principio, digamos que el liberalismo de Dick no fue consecuencia de su estadía en Berkeley, si no de su propia personalidad. En varias oportunidades tuvo discusiones con compañeros de universidad que no le perdonaban ciertas actitudes de Dick consideradas como reaccionarias. Aquí vemos un primer signo de lo que sería más tarde la personalidad del escritor norteamericano: una constante confusión de tipo existencial, basada en el principio instintivo de que todo lo que existe alrededor es una farsa o mejor dicho una trampa ilusoria. De ahí que Dick sintiera una motivación casi instintiva en su búsqueda por cuestionar la realidad adyacente. Fue el producto de su propio carácter no conciliador con posiciones dogmáticas y preestablecidas, sean liberales o conservadoras. Por eso es que es inútil seguir calificando a Dick de liberal o anti-reaccionario. Su espíritu no calzaba con ninguna de esas apreciaciones. De ahí su crisis metafísica en sus años posteriores. Ciertamente, como dice Godersky, las guerras sensibilizaron a Dick. Pero como bien dice, el recelo del escritor fue más que nada contra la mentalidad militar y la maquinaria bélica. La guerra es otra cosa, por más que aquellos elementos estén demasiado relacionados. Hacemos aquí una división fundamental para entender la fascinación de la guerra para Dick. Guerra no es sólo servicio militar, armas, sistemas de combate, o uniformes. Esos pueden ser condimentos, pero no la guerra en sí misma.

El porqué de la guerra

No existe en el área de las ciencias sociales un fenómeno más controvertido y difícil que la guerra. Desde las obras de Tucídides hasta Toffler, la guerra ha despertado una fascinación sólo comparable a las religiones. La razón es muy simple: la guerra acompaña al hombre desde sus inicios y sigue siendo un elemento fundamental de su sociedad. Lo que llama la atención es que por más que las guerras sean sinónimo de muerte y destrucción (material y simbólico) el hombre sigue empeñado en librarlas. ¿Cuál es entonces la motivación última que generan las guerras? Se han esgrimido causas de todo tipo (desde la economía al psicoanálisis), y cada una puede resultar certera en su momento, pero aún así, no se ha logrado un consenso teórico para explicar este fenómeno. En un relato de Dick llamado La Calavera (1952), se muestra a una civilización cuyos dirigentes aprueban la guerra como una forma de selección social, donde sobreviven los mejores y más aptos.

Ahora bien, guerra (vista en forma tan despectiva) no es sinónimo de reclutas o militares, a pesar de que estos son preparados durante toda su vida para enfrentar con éxito una guerra. Esto sucede una vez en sus vidas o a veces nunca, por ende el militar no puede emularse con las guerras. Su existencia no siempre las ha desencadenado. En realidad los militares existen justamente para que las guerras sean desarrolladas de una forma profesional y ordenada, lo que por supuesto no ha sido siempre así. Las guerras se han hecho más destructivas, pero también más cortas si las comparamos con las campañas de la antigüedad o de siglos recientes.

Cuando Godersky nos habla del recelo de Dick a la mentalidad militar, ¿a qué se refiere exactamente? Si apelamos a lo obvio, se refiere a la visión convencional de que los militares son seres distintos a los civiles, inmersos en una cultura, formación y valores distintos a los nuestros y cuya vertiente más despreciable es su visión estrecha y chata de cómo deben hacerse las cosas, sobre todo cuando hay una guerra de por medio. Hablamos de la caricatura del militar, del ser disciplinado, solapado y aferrado a pensamientos incomprensibles e inaceptables para la sociedad civil. Sin embargo, esta caricatura es a veces bastante errónea. Flota sí en las mentes de muchos. En países como el nuestro se une a tristes episodios de tortura y desapariciones. Sin embargo, esa mala imagen viene incluso desde antes y responde a la necesidad de ciertos círculos culturales y sociales de desprecio del militar como el enemigo a vencer, sinónimo de reaccionario y conservador.

Esta situación no debe de haber sido muy distinta en los Estados Unidos que se involucraron en la SGM, en Corea o en Vietnam. Dick fue testigo de esos conflictos y pudo percibir la mentalidad militar inserta en ellos. ¿Pero hablamos de la mentalidad militar del soldado común o del general que dirige la guerra a distancia y que calienta el asiento en el Pentágono y que va al Congreso a lidiar con los senadores para obtener mayores fondos militares? Vietnam, por ejemplo, fue una guerra librada en su mayoría por conscriptos, es decir, por hombres con una muy básica preparación militar. La gran mayoría de la tropa no estaba constituida por soldados profesionales, esto es, por hombres de armas que eligen la carrera militar, que aceptan y hacen suyos tradiciones, códigos y en especial, un modo de vida. Pero también los hace compartir con los suyos una cultura muy especial, en la cual son parte de un cuerpo o institución que tiene memoria viva como así también valores especiales. En realidad, cualquiera que pertenezca a una organización en particular absorberá características especiales, que los diferencian del resto de los mortales. Sin embargo hay una diferencia abismante entre, por ejemplo, los boy-scouts y los militares. Y ésta es dada porque los últimos son entrenados toda su vida para enfrentar la guerra. Siendo la guerra un fenómeno tan complejo, es obvio que los militares tendrán diferencias con los civiles, pero ¿qué pasa cuando los civiles se convierten en soldados de un día para otro, cuando son lanzados a una guerra sin estar preparados?

La SGM fue el conflicto en el cual millones de civiles tuvieron que ponerse el uniforme y salir a combatir. Se hicieron soldados en el campo de batalla, no en entrenamientos. La división SS Hitlerjugend, por ejemplo, estuvo compuesta por muchachos de no más de 19 años. Estos jóvenes fueron capaces de detener a las fuerzas anglo-canadienses en Caen por casi un mes. Su valor y entrega fueron extraordinarios. Y así en ambos bandos hasta el fin de la guerra. Los civiles demostraron en el campo de batalla que su espíritu de lucha era comparable al de un militar de carrera. Sin embargo, las batallas fueron dirigidas por hombres adiestrados para el combate, por profesionales. Entenderemos entonces que si bien la guerra es un fenómeno que afecta a todos los seres humanos, el militar está algo más familiarizado con sus características. Pero la diferencia fundamental entre el militar y el civil se construye precisamente cuando no hay guerra, o bien cuando parece no haberla.

La guerra que no fue

El advenimiento de la llamada Guerra Fría entre EE.UU. y la URSS manejaría los hilos del mundo por casi 50 años. Las armas nucleares evitaban un enfrentamiento directo. Las guerras serían ahora limitadas en ciertas regiones del mundo, donde ambas potencias velaban por sus intereses, apoyando a uno u otro bando.
Dick fue un observador de este momento especial y extraño de la historia en la cual existía una guerra indirecta que desangraba a terceros y en la cual se luchaba por ideales que terminaban siendo tan contradictorios como ajenos. Sin duda que la Guerra Fría, como momento social y político influyó a Dick para tratar el tema de la guerra en sus primeras narraciones. El tema nuclear, por ejemplo, tan presente en la ciencia ficción de esos años, tuvo en Foster estás muerto (1955) una desgarrante llamada de atención sobre la inutilidad del esfuerzo militar para enfrentar una amenaza apocalíptica. En este cuento ya Dick cuestionaba la guerra convertida en negocio, donde los búnkers se venden como electrodomésticos y versiones mejoradas inundan el mercado, mientras un niño abrumado por el advenimiento de un apocalipsis nuclear deambula por las calles sucumbiendo emocionalmente.

La crítica de este notable relato se entiende a la luz de lo acontecido en EE.UU. durante la década del cincuenta, donde la propaganda política minimizaba los efectos de una guerra nuclear. Pero Dick va más allá: nos previene del peligro de vivir en una sociedad en la cual la guerra es sólo una parte de un sistema económico, tan brutal como injusto. Esto se puede desprender del Hombre Variable (1953), un relato largo donde la humanidad ha pasado por varias guerras nucleares pero se ha organizado para estar constantemente preparándose para una nueva guerra (esta vez de tipo interestelar.) Es el esfuerzo social y económico por la guerra que viene, la que define la estructura de la sociedad. Dick apostaba ya por un mundo sin paz o lo que es peor, por un mundo donde la paz no existe como ideal o propósito. La crítica entonces no es la guerra en particular como fenómeno ineludible, sino a la sociedad que se organiza para una guerra que no tiene por qué necesariamente venir. ¿Es la guerra entonces una consecuencia directa de una preparación para realizarla? En el Hombre Variable, los dirigentes de esa sociedad no libran una guerra hasta el momento en que las computadoras le entregan resultados estadísticos que aseguran el triunfo, en una relación de variables que está constantemente cambiando. Vemos en ese relato una gran lucha política por decidir el momento para una guerra. Pero esta decisión es compleja. La razón es la permanente confusión a decidir si las estadísticas son objetivas o dependen de las acciones de los hombres que preparan la guerra: un verdadero círculo cerrado. Pero si lo analizamos no es muy distinto a lo que sucede hoy.

Este asunto del esfuerzo de la guerra, que podríamos analogar como “carrera armamentista” es decidor al ver que gran parte de la obra de Dick se escribió bajo ese particular estado de cosas. La Guerra Fría comenzó como una carrera entre dos bloques para ver quién podía obtener un poder militar capaz de intimidar y presionar al otro. En una importante novela llamada Tiempo desarticulado (1959), Dick alude al problema del complejo militar-industrial en Estados unidos. El término “complejo militar-industrial” fue acuñado por un discurso de Eisenhawer, y creció como una especie de teoría para explicar la necesidad de las guerra en nuestra época más actual. Esta teoría es atractiva e interesante y diría que en gran medida, certera. Sin embargo no explica aún muchas facetas de la guerra, pero alude a un problema más inquietante: la posibilidad de que las guerras sean el resultado no de causas sociales ni causas inciertas, sino de un plan hecho con anterioridad, es decir, la teoría de la conspiración, de la cual Dick también alude en varios libros. Esto explica el interés de Dick por la guerra moderna y futura: por un lado, la denuncia de un sistema que planea guerras para fines oscuros; y por otro lado, como metáfora de un mundo controlado desde el principio de los tiempos.
Hay ahí una crítica ya no a la guerra en sí misma, sino a la guerra como un instrumento. Para Dick una guerra de ese tipo sólo trae beneficios para unos pocos, en medio del sufrimiento de muchos. Y por otra parte, una guerra como instrumento avanzado de control trae consecuencias para los sobrevivientes de tal guerra. Si esta guerra es instrumento de control o si bien es efectuada por sofisticados robots que han sido programados para librar tal guerra, ¿quién garantiza que esos sistemas no continúen funcionando después?

La Post-guerra

Los relatos de Dick que se sitúan en escenarios de post-guerra tiene un común denominador: muestran cómo sistemas automáticos de defensa han despersonalizado la guerra, librándola bajo consideraciones que nada tiene que ver con, por ejemplo. Un auténtico y legítimo derecho a defensa. En El Gran C (1953). Dick nos muestra a una supercomputadora que ha sobrevivido a una guerra nuclear, guerra que por lo demás no tiene sentido al colocar como fin último la aniquilación total. En medio de ese escenario, la supercomputadora sólo lucha por su existencia, alimentándose de los sobrevivientes, quienes se mueven por la Tierra como los antiguos pueblos aborígenes. El mensaje es claro: en un mundo que crea máquinas para librar guerras sin sentido, la sociedad es finalmente aniquilada. En principio no es sólo la guerra el problema en sí: son las motivaciones y los objetivos que convierten la guerra en un ejercicio autodestructivo y sin sentido. En otro relato titulado El Cañón (1952), un grupo de humanos vuelven a la Tierra y se encuentran con toda la civilización acabada. Un cañón automático abre fuego contra lo que ve y la única forma de destruirlo es acercarse por tierra y anularlo. Los humanos lo hacen, pero al emprender vuelo unos sistemas reconstructores arman otro cañón. La moraleja parece obvia: las máquinas terminan por rebelarse contra quienes las construyeron. Pero en realidad Dick nos está diciendo que estas máquinas de guerra no se detendrán cuando termine la guerra. Vemos aquí un ejemplo de la deshumanización de los conflictos, entendiendo la deshumanización no como actos de crueldad o destrucción, sino corno el reemplazo del hombre en la conducción y control de la guerra por sistemas que luchan de forma automática, sin consideraciones morales o sociales. En otras palabras, una guerra sin objetivo y en la cual no existen motivos moralmente justificados para la lucha.

Aún así, Dick se da el tiempo de ofrecer otras variaciones: la posibilidad de que las máquinas se liberen de la programación humana y reconstruyan el mundo, tal como sucede en Los Defensores (1953). Aquí las máquinas mantienen una guerra ilusoria, mientras se dedican a limpiar y diseñar un mundo mejor. Es una visión insólita por la confianza que pone Dick en los sistemas autónomos. Pero estos sistemas están en el fondo luchando contra la propia sociedad humana que sigue estructurándose en función de una guerra que creen que aún continúa. Sean máquinas o humanos. Dick critica la conformación de una sociedad basada en dichos preceptos. Como dice Godersky: La victoria a cualquier precio en pro de la Democracia, la Libertad y la Bandera devienen aforismos carentes de sustancia cuando el precio de la victoria es la sumisión totalitaria a una burocracia militar despiadada: Phil temía que ése fuera el futuro que nos aguardara.

Podríamos decirlo de otra forma: la lucha por la Democracia y la Libertad es sospechosa cuando, nuevamente, se transforman en instrumentos de control. Pero creo que Dick iba más allá de lo que señala Godersky en cuanto a sus temores. No era sólo la posibilidad de una burocracia militar despiadada, sino la posibilidad de un sistema social y económico que libra guerras sin sentido, porque responden al interés de unos pocos, que en Dick me parecen son los intereses de los grandes conglomerados capitalistas o en otras palabras, a los intereses generados por la fuerza del dinero y la usura. Dick no fue un defensor de los sistemas de tipo marxista, sino que defendió un sistema donde la libertad económica garantizara la existencia de pequeños artesanos y empresarios en pos de la creación de productos para garantizar el bien común. Y en ese plano la existencia de una poderosa industria de defensa sólo crearía problemas y escenarios para alentar la existencia de conflictos y guerras.

La guerra del mañana

Si el esfuerzo de la guerra y la guerra misma carecían de sentido en los años en que Dick escribía sus obras, era imposible vislumbrar para el futuro un cambio sustancial a este estado de cosas. Los grandes poderes manejarían los hilos para destruir el esfuerzo del hombre en una guerra permanente sin victoria y sin derrota, sin gloria, sólo olvido. Veterano de guerra (1955) muestra el desprecio de los civiles por el soldado valiente que vive en un mundo que ya no valora a quienes dan su vida en el combate, a la posibilidad de los héroes. La guerra del mañana sería sólo una actividad de tipo empresarial, una especie de emulación falsa y vacía de las guerras pasadas, manejadas por burócratas o entes autoritarios. Esta es una visión común en otros escritores de ciencia ficción. La diferencia en Dick, es que en sus relatos, como el recién nombrado, podemos encontrar pequeños ejemplos en los cuales el autor admira, respeta y valora a los verdaderos combatientes, el verdadero sentido del combate, que no son otros que aquellos que por valentía o decisión dan su vida o parte de ella. Una anécdota fundamental de sus años en Berkeley, contada en el libro de Capanna, muestra a varios amigo de Dick denostándolo por tener un póster donde se mostraba a civiles alemanes luchando contra un tanque soviético. En otra ocasión se le ve abandonando un cine donde muestran a un japonés devorado por las llamas, mientras el público aplaude. Dick no detestaba precisamente la guerra. Lo que detestaba era la estupidez, el odio, la entropía, la maldad que emergía de los hombres cuando libraban la guerra de una forma carente de sentido y de necesidad. No podemos dejar de lado la relación entre hombres y máquinas, tan presente en toda la obra de Dick. Si relatos como El Cañón o Los Defensores muestran el papel de las máquinas en escenarios futuristas, otros cuentos exponen bajo esa ambientación la clásica pregunta dickiana sobre qué significa ser humano. La Segunda Variedad (1953), cuento que dio pie a la película Screamers, muestra cómo sofisticados sistemas de armas pueden copiar la identidad humana con el fin de derrotar la capacidad combativa de los hombres (en ese sentido, Terminator es también por esencia un fume típicamente dickiano). En La Segunda Variedad las máquinas son capaces de evolucionar y de decidir por sí mismas a sus enemigos, en este caso los humanos. Pero en este caso, y a diferencia de cualquier película, Dick comprende que si la guerra tiene su propia lógica no puede ser distinta también para las máquinas. Estas se vuelven humanas precisamente cuando al final del relato el protagonista advierte que están ya luchando entre sí. Dick reconoce en este cuento la permanencia de la guerra en este mundo, pero fundamentalmente la existencia de la guerra como una actividad humana, en la cual hombres y máquinas son sólo instrumentos. ¿Pero qué fascinaba entonces a Dick?

A mi juicio, la influencia de la guerra en el hombre y su relación indivisible con el pasado y con el futuro. Por ejemplo, desde el punto de vista estético las armas tienen un perfil futurista y su diseño está amarrado a tecnologías del mañana. Pero también subyace siempre en el inconsciente de la gente la posibilidad del estallido futuro de una guerra, como pasa con los terremotos o huracanes, pues siempre nos han acompañado. La guerra también, y no es raro que Dick eligiera escenarios o situaciones de guerra para retratar de forma más certera e ilustrativa cómo sería el futuro de nuestra sociedad. Dime qué guerra y te diré qué sociedad eres. A diferencia de otros escritores, Dick no muestra la guerra como un hecho meramente simbólico, sino que por el contrario se preocupa de mostrar con inusitado interés el diseño y funcionamiento de naves, soldados, armas, adelantándose a muchos escritores en la actualidad, cuando hablan de M-16 o Kalashnikovs. En La Calavera, Dick llama SLEM a un fusil especial, y no por simple creatividad, sino para caracterizar de forma más certera el futuro. Pero por cierto que hay también una fascinación cultural por éstos detalles, por darle a los elementos de la guerra una sustancia más reveladora y por ende más cercana. A primera vista parece contradictorio, pero a mi juicio no es más que una genuina preocupación por Dick para darle a la guerra en su totalidad un lugar de primera importancia, para observaría y entenderla a cabalidad en todo su funcionamiento y no despreciarla porque sí. Pero también una certera visión de cómo la guerra en sus detalles estéticos y de funcionamiento seria abordada por una cultura popular cada vez más amplia y adherida a todo.

El complejo militar-industrial, que hoy identificamos como la industria de defensa se ha diversificado de tal forma que no existe ciencia o tecnología que no pueda ser usada o aplicada en ese campo. Su fin es diseñar y construir sistemas de defensa para los servicios armados dependiendo de las nuevas tácticas de combate que ellos desarrollan. Si lo analizamos, es tema muy relacionado con la ciencia ficción. Hoy en día esta relación surge casi de forma natural. Los videos juegos y su relación con los sistemas de armas es el ejemplo más patente de esto último.

Sin embargo, la idea de la guerra que vendrá no es tratada por Dick como un ejercicio de especulación social o científica. También hay un interés en la idea de que una guerra siempre está por venir, de que es un fenómeno social ineludible e inquietante, que está presente en el inconsciente colectivo de las personas. En un excelente relato llamado Desayuno en el crepúsculo (1954) Dick sintetiza mucho de esto y de lo que ya hemos expuesto con anterioridad. El relato trata de una familia típica norteamericana que se prepara para enfrentar un nuevo día. Súbitamente su casa es transportada siete años en el futuro. Una patrulla militar entra violentamente en el hogar y el resultado es un diálogo tenso y dramático entre dos mundos completamente diferentes: los soldados están en plena guerra y su mundo se haya organizado de forma fría y proletariada para aguantar ataques de los soviéticos. La familia descubre que está en el futuro y el lector puede observar de forma impactante los contrates de ambas realidades. Mientras los soldados muestran los efectos terribles de la guerra, tanto en indumentaria como en su lenguaje, la familia parece una flor a punto de marchitarse. Al final la familia logra retornar al pasado, pero en sus espaldas cargan con el estigma de saber que la guerra estallará pronto.

Hasta ahí, Dick juega brillantemente con los detalles y con el desmoronamiento de la realidad. Pero no se queda ahí: cuando la familia vuelve se encuentra con los vecinos que de forma instintiva sienten que estas personas han visto algo terrible que llegará muy pronto. Es un efecto psicológico extraordinario, donde Dick nos muestra a una sociedad norteamericana temerosa aún en su poderío. Pareciera que Dick hubiese adivinado el advenimiento de la guerra de Vietnam, que destruiría toda esa paz e inocencia que se muestra en los integrantes de la familia cuando comienza el cuento.

Si la ciencia ficción de esos años era en gran parte sobre el futuro, hay que decir que Dick veía tal futuro como un escenario permanente de guerras, en todos los niveles.

La verdadera guerra

En palabras de Godersky, para Dick la única contienda aceptable era contra el mal, que reconocía como “las fuerzas de la disolución”. Este es un punto interesarle si tomamos en cuenta la visión metafísica de Dick presente de forma explícita en obras como Valis (1981) o la Invasión Divina (1981) Esta lucha no se libraría con el poder de las armas en un ambiente externo, sino en un plano interno del ser humano, en una búsqueda incesante por encontrar una verdad o un mundo que no estuviera dominado por fuerzas oscuras. Aunque no creo que Dick haya logrado desarrollar una cosmogonía coherente en función de estos preceptos, sí creo que de forma instintiva pudo llegar a un punto en el cual tuvo claro que el mundo real funciona más bien como una trampa que intenta disolver o destruir al ser humano. Vemos acá una reedición de la lucha entre el bien y el mal, que siempre estuvo en su obra. Basta recordar su cuento El Ahorcado (1953) o Estabilidad (1947). Donde el mal espera su oportunidad para penetrar en este mundo. Me parece sin embargo que en sus relatos posteriores ya Dick tenía claro que estas fuerzas de) mal se habían infiltrado en este mundo hacía muchos años.
La idea de un combate entre el bien y el mal es importante en Dick porque rescata la idea de que la lucha es necesaria e importante, por la sencilla razón de que es eterna. En ese sentido las palabras de Godersky me parecen certeras y explican en gran medida la fisonomía de la obra y de la vida de Dick en sus últimos años. Sin embargo no creo que Dick haya sido un antimilitarista, tal cual como este concepto se popularizó en la década de los sesenta. Un antimilitarista no sólo está en contra de la guerra, sino también en contra de los mismos militares, que por lo demás son seres humanos. Curiosamente, la palabra militar tiene más relación con creencias y mitos de la antigüedad: Militar viene de milicia, que a su vez viene de mile, el soldado, y corresponde a un grado de la religión esotérica de Mithra.

Pero Dick, insistimos, no cayó en posiciones rígidas como el antimilitarismo, sino que escribió y analizó el fenómeno de la guerra desde una perspectiva más profunda, como los efectos de la guerra en la alteración de las relaciones humanas y en la exigencia que hace de las personas para ir hasta las últimas consecuencias. En otros relatos podemos ver el interés de Dick en los efectos psicológicos profundos que acarrea la guerra, como en ese hermoso relato llamado El Constructor (1954), en la cual un veterano de guerra se siente incapaz de seguir relacionándose con la sociedad humana y decide construir un barco en su casa.

Una pregunta queda sin respuesta en Dick: la razón última de por qué el hombre sigue librando guerras, si éstas dejan una amarga estela de horrores y tragedias. ¿Son las guerras el producto de una sociedad cruel e imperfecta? ¿Es imposible vivir sin ellas? ¿Son los horrores que vemos por televisión la consecuencia directa de una sociedad que se ha edificado sin sentido? ¿O bien esos horrores son parte de un plan misterioso y diabólico programado desde el comienzo de los tiempos para destruir al hombre? “Puede que la guerra no te interese, pero tú le interesas a la guerra”, decía Trotsky. ¿Qué habrá querido decir? ¿Que la guerra tiene conciencia de sí misma y establece los designios del hombre? Es un tema no resuelto. Pero aún así Dick fue un escritor visionario sobre la influencia de la guerra en nuestro mundo y sorprende la cantidad de relatos y obras que se sitúan o se relacionan con este particular fenómeno. Creo que a medida que pasen los años encontraremos más aspectos de la guerra en nuestra sociedad que ya estaban descritos en el mundo dickiano. Otra razón para seguir disfrutando de sus notables obras.

por Pablo Castro Hermosilla

El último hijo de Kryptón

por Sergio Alejandro Amira

¿Quién no conoce a Superman? Bueno, deben existir una o dos personas pero podríamos asegurar que Sups es, no sólo el superhéroe más popular, sino uno de los tres personajes de ficción más conocidos en el mundo entero (los otros dos son Mickey Mouse y Sherlock Holmes, según me informan).

La primera película que vi, a la edad de 5 o 6 años, fue justamente la de Superman y fue a través de este medio y no el de los cómics que mi generación supo de la existencia de este personaje. Recuerdo que sólo tras el estreno de la segunda película de Superman comencé a leer sus cómics, ¿antes de eso no llegaban a Chile? Es muy probable.

Superman II fue mejor aún que la primera ya que incluía al General Zod y sus secuaces. Ningún superhéroe está realmente completo sin un supervillano y Lex Luthor por más brillante que fuese no calificaba en esta categoría. El superhéroe es un personaje de acción y lo suyo siempre serán las peleas cuerpo a cuerpo como fue magistralmente escenificado cuando Superman y sus enemigos destrozaban Metropolis arrojándose contra los edificios y lanzándose buses por la cabeza.

Como ya he apuntado en el texto Andrade contra los superhéroes (Calabozo del Androide #4), el superhéroe cómo lo conocemos es un invento de los norteamericanos. Pero en un nivel más profundo, no es otra cosa sino una reactualización de los mitos y los grandes héroes que han existido desde siempre. Dentro de los mitos estructurados en torno a Superman, por ejemplo tenemos el del paraíso perdido, el destierro del héroe y la supervivencia tras el cataclismo. La cámara matriz o cápsula en la que Superman viaja por el espacio hasta estrellarse en la Tierra no es otra cosa sino la frágil canasta de Moisés, siendo el abandono de un niño por otro lado, un cliché mítico que anticipa la relevancia que este ha de adquirir y que es tema reincidente en varios de los relatos sobre personajes célebres como Ciro, Dioniso, Edipo, Perseo, Rómulo y Remo, el mismo Moisés, y hasta Gokú de Dragonball Z.
Estas coincidencias no son para nada sorprendentes. En su libro The Hero With a Thousand Faces (1949), Joseph Campbell propone la existencia de un círculo compuesto por una serie de eventos que reunidos forman la base de todas las estructuras mitológicas: el patrón monomítico. Superman (y todos los superhéroes que le siguieron) se inserta dentro de este patrón y en ese sentido su existencia es mucho más profunda que la de un simple divertimento para adolescentes inmaduros.

No soy un fan de Superman y fuera de las dos primeras películas no me volvió a interesar si no hasta su “muerte” a manos de Doomsday. La saga El reino de los supermanes (distribuida por editorial Vid en Chile en 1995) me atrapó por completo pero tras el regreso del Superman real perdí todo interés y volví a invertir mi dinero en cómics de los X-Men. Pese a no ser uno de sus fans más acérrimos, respeto a Superman (“el que fue primero” como le llaman en ese notable cómic de Spawn a cargo de Dave Sim) y creo que merece que se le dediquen unas líneas en TauZero. Si ustedes comparten esta idea, les invito a que sigan leyendo.

El origen de Superman

Jerome “Jerry” Siegel, nació en Cleveland, Ohio, el 17 de octubre de 1914 y era un ávido lector de ciencia ficción, a los 17 años conoció al dibujante canadiense Joe Shuster, nacido en Toronto, el 10 de julio 10 de 1914. A principios de 1932, la recien formada dupla creativa publica una revista mimeografiada de ciencia ficciónbajo el titulo de “Science Fiction”, que contó con seis números. En la tercera entrega de su revista Siegel y Shuster plasman la historia seminal que dará origen a Superman y al género de superhéroes, esta historia se tituló Reign of the Superman y narraba las fechorías de un villano superpoderoso proveniente del espacio exterior.

Durante los años siguientes Siegel y Shuster continúan colaborando y su objetivo es lograr vender un cómic strip similar a Buck Rogers a los periódicos. Durante este tiempo el concepto original de Superman evolucionó de un genio malvado a un héroe con superpoderes. Tanto Siegel como Shuster eran ávidos lectores de los pulps de su época por lo que no es de extrañarse que mantuvieran la identidad de Superman en secreto mediante la utilización de un alter ego a la usanza de personajes pulps como the Shadow, the Spider y the Whisperer. De hecho, pese a que Siegel afirmara que el nombre de Clark Kent fue inspirado por Clark Gable, este parece haber sido tomado de dos de los más populares héroes pulp de los 1930s: Calrk Savage Jr. (Doc Savage, “el hombre de bronce”) y Kent Allard (The Shadow).

Siegel y Shuster intentaron si éxito vender su cómic a todos los periódicos hasta que Donnefeld y Liebowitz decidieron en 1938 crear un nuevo cómic book llamado Action Comics, y publicar la historia de Superman. Siegel y Shuster adaptaron las tiras al formato del cómic book y ampliaron una de las viñetas para la ya clásica portada. Supuestamente a Donnefled no le pareció buena idea poner a un tipo levantando un automóvil sobre su cabeza en una portada, pero Liebowitz lo convenció de que esto atraería la atención de los lectores. Action Comics #1 fue un enorme éxito, vendió todo su tiraje de 200,000 copias e inyectó nuevos bríos a la incipiente industria del cómic. El resto ya es historia. En 1939 Donnenfeld y Liebowitz decidieron darle a Superman su propio cómic y así se publicó en el verano de 1939 Superman #1, que se vendió aún mejor que Action Comics. El éxito de Superman provocó una avalancha de competidores intentando repetir o recrear la formula y en un par de años docenas de cómics protagonizados por “superhéroes” repletaban el mercado. La Edad de Oro de los cómics había nacido.

Cabe señalar que si bien Siegel y Shuster se basaron para el personaje de Superman primeramente en Hércules y Sansón, parecen luego haberse apropiado de elementos de la novela Gladiador (1930), de Phillip Wylie. De hecho las semejanzas entre Superman y Hugo Danner, el protagonista de la novela de Wylie, hasta hacen pensar que la joven dupla simplemente plagió el concepto.

Gladiador: el primer superhombre

Gladiator, la primera novela publicada por Phillip Wylie, es un comentario social sobre como un superhombre podrías desarrollarse y encajar (o no encajar) en un mundo de humanos normales. Hugo Danner, el superhombre en cuestión, es el resultado de los experimentos de su padre, un genio en química que, sin revelar sus verdaderas intenciones, inyecta a su fanaticamente religiosa esposa con un suero que producirá un super-niño, un hombre invulnerable.

La descripción del bebé en esta novela es muy similar al del pequeño Kal-El: Un bebé atractivo y viri, nacido con cierta cantidad de cabello negro –cabello tan oscuro que aparenta ser casi azul. Los poderes del infante quedan inmediatamente en manifiesto y a la semana de nacido ya es más fuerte que un humano adulto, por lo que sus padres deben encerrarlo en un corral con barrotes de acero. Al igual que Superman, Hugo es instruido a ocultar su enorme fuerza de los demás. A la edad de diez años, Hugo redescrubre sus reprimidos poderes y encuentra particular goce saltar por sobre un edifico y correr como una locomotora. Al consultar con su padre el origen de estas extraordinarias habilidades obtiene como respuesta lo siguiente: El suero alteó la estructura de tus huesos, músculos, sistema nervioso y sangre. Hizo que tu cuerpo fuera muy distinto a la débil fibra de la gente ordinaria… ¿Alguna vez viste una hormiga acarrear un objeto mucho más pesado que ella? ¿O un grillo saltar hasta cincuenta veces su tamaño? Los insectos tienen mejores músculos y nervios que nosotros. Yo mejoré tu cuerpo hasta hacerlo relativamente así de fuerte. ¿Puedes entender esto?

El joven Hugo contesta afirmativamente, y agrega: Soy como un hombre hecho de hierro en vez de carne. Exactamente, replica el padre de Hugo para luego explayarse en como la gente le temerá si descubren sus poderes, que tiene que ser bueno y que tiene que poner su fuerza al servicio de una causa noble, etc., etc.

A diferencia de Clark Kent, sin embargo, Hugo Danner no hace de su vida una constante lucha por “la verdad, la justicia y libertad”. En la universidad usa sus habilidades para convertirse en una estrella del football, luego trabaja como hombre fuerte en un espectáculo circense en Coney Island. Hugo luego se alista en la Legión Extranjera Francesa durante la Primera Guerra Mundial dejando un reguero de sangre a su paso. Después de la guerra Hugo se dedica al trabajo minero y no es sino hasta muchos años después, en el lecho de muerte de su padre, que promete convertirse en un “agente invisible del bien”, un “super-reportero”. Pero después de semanas luchando contra la corrupción en Washington DC, donde el lugar dejado por un político sucio es ocupado inmediatamente por dos más, Hugo se decepciona y sus planes idealísticos se ven frustrados. En un arranque de ira, Hugo le exige a Dios le envíe una señal y del cielo cae un rayo y lo mata.

El superhombre de Nietszche

La pregunta esencial con respecto a Superman parece obvia pero es de vital importancia para establecer la verdadera dimensión del personaje: ¿es Superman un superhombre en el sentido nietszcheniano? De buenas a primeras podríamos toparnos con un infranqueable “pero”. Superman es kryptoniano por lo tanto, analizarlo a la luz de un concepto ligado netamente al ser humano sería tan ridículo como preguntarse si puede darse el superhombre en otras especies animales. Lo cierto es que Superman “nació” en el planeta Tierra y fue criado por una familia humana. Superman fuera de su capacidad de cargarse de energía solar y las super habilidades derivadas de este proceso, es idéntico en apariencia física al Homo Sapiens, cosa que Larry Niven en su hilarante artículo Hombre de acero, mujer de kleenex, atribuye a una evolución paralela de la misma manera en que los marsupiales de Australia se parecen a sus contrapartes mamíferas, pero no nos engañemos, Superman definitivamente no es humano por lo que no podría postular a la categoría de superhombre en el sentido que da Nietzche. ¿Pero cual es este sentido? Hagamos un poco de historia.
Walter A. Kauffmann, en su libro Nietzsche: Philosopher, Phychologist, Antichrist, propone que el bigotudo filósofo no habría acuñado el término Übermensch (superhombre). Puede encontrarse hyperanthropos en los escritos de Luciano, en el siglo II después de J. C. (en Kataplous, 16) –y Nietzsche, en su calidad de filósofo clásico, había estudiado a Luciano e hizo frecuentes referencias a él en sus philologica–. En alemán, la palabra había sido usada por Heinrich Müller (Geistliche Er Quickunsgsstuden, 1664), por Herder, por Jean Paul y por Goethe, en un poema (Zueignung) y en Fausto (Parte I, verso 490), donde un espíritu manifiesta su desprecio por el atemorizado Fausto que lo ha conjurado y que lo llama Übermensch. Por tanto es característico que el joven Nietzche aplicara el término al Manfredo de Byron y que lo llamara un Übermensch que controla a los espíritus.

Puede que efectivamente Nietzsche no acuñara el término en cuestión pero es sin duda el responsable de hacerlo famoso ¿Pero que es lo que entiende Nietzsche por ‘superhombre’? Esta es una pregunta un tanto difícil de circunscribir y para serles franco es mucho más simple precisar lo que el superhombre no es en Nietzsche. Pues bien, primero que nada el superhombre no es el “gran hombre” en cuanto celebridad histórica (como Napoleón o Julio César), tampoco es un hombre biológica y evolutivamente superior a nosotros, no es héroe ni santo ni cualquiera de los tipos “idealistas” ya que estos tipos representan los valores que el superhombre ha derribado y superado. El superhombre no se caracteriza por ninguna creencia, ningún acto; se caracteriza únicamente por ser.
La definición de “que” es lo que es el superhombre se hace una tarea ardua porque el superhombre propiamente tal no existe (o para ser más precisos no existe aún). José Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía de Bolsillo señala: El superhombre es anunciado por Zaratrusta como “el sentido de la tierra”. Ni los grandes ni los pequeños hombres que Zaratrusta ha visto son superhombres; ambos son “demasiado humanos”. Parece, pues, que el superhombre sea para Nietzsche un “ideal”. Y en alguna medida lo es, en cuanto que es “cosa del futuro”. Pero se trata de un ideal distinto de todos los ideales, porque consiste en ser “el ser más real de todos”. El superhombre es respecto al hombre lo que éste es respecto al mono; el superhombre es el otro cabo de la cuerda sobre la cual anda, como un funámbulo, el hombre. El superhombre es, pues, algo que, por decirlo así, “tira del hombre”. El superhombre es todo lo contrario de la mediocridad, de la conformidad a lo establecido, porque aspira a erigir una nueva tabla de valores.

De acuerdo a Kaufmann (op. cit) el superhombre nietzcheano es el “hombre dionisiaco” en el sentido de hombre que se ha disciplinado a sí mismo en tanto que esta disciplina es una consecuencia de la suprema libertad. La idea niestzcheana de superhombre es la idea de algo que “culmina” pero no como un final, sino como el gozne del eterno retorno.

Recientemente, en un artículo publicado en el periódico Página 12 bajo el titulo Superman y Übermensch, José Pablo Feinmann aborda la relación entre el superhombre de Nietzsche y el de Siegel y Shuster, en sus palabras …uno de los enfrentamientos político-culturales más complejos, más fascinantes del siglo XX. Feinmann hace notar como en publicaciones recientes se está optando por traducir übermensch no como “superhombre” sino como “transhombre”. Según Feinmann esto se debería a que el superhombre que se ha impuesto en la historia y hasta en la cultura de masas de la humanidad no es el de Nietzsche sino el de Siegel y Shuster, quienes adosaron a su creación todo el peso de la cultura pop, de los cómics, de los pulps del ‘30, de esa cultura “baja” que los traductores de Nietzsche escasamente toleran o, al menos, no desean mezclar con las desmesuras filosóficas del creador de Más allá del bien y del mal.

Según Feinmann “transhombre” suena mejor que “superhombre” para la “alta” cultura. Si uno, además, dice “transhombre”, tal vez su interlocutor piense en Nietzsche o –¡por lo menos!– no pensará (como necesariamente lo hace desde décadas) en la criatura de Siegel y Shuster. En lo que a mi respecta sigo prefiriendo el término superhombre ya que por lo menos no me hace pensar en un transexual cada vez que lo escucho.

En un comienzo dijimos que Superman no puede ser un superhombre en el sentido nietszcheniano debido a que no es un hombre propiamente tal aunque lo parezca, no es humano. Pero aún más importante, no puede serlo porque Superman llega a la Tierra para “hacer el bien” y cómo señala Feinmann el “bien” para el Übermensch, es “basura cristiana” (sic).

La pseudociencia de Superman

A diferencia de personajes como el Capitán Marvel (mejor conocido como Shazam) o El Espectro, Superman desde un principio estuvo fuertemente atado a la ciencia ficción de los pulps y se empleó a la ciencia, por más pueril e inexacta que fuera, para justificar sus sorprendentes poderes que originalmente no eran tan espectaculares (ni siquiera podía volar). Con el paso del tiempo, sin embargo, y a medida que los desafíos a los que se enfrentaba fueron creciendo, asimismo fueron aumentando sus superhabilidades hasta que para 1960 ya nada parecía poder derrotarlo. Esto provocó que su historia fuera reescrita a mediado de los 1980s incluyendo grandes cambios como no matar a sus padres adoptivos, eliminar su estúpida etapa de Superboy y disminuir ostensiblemente sus poderes e invulnerabilidad.

En Action Comics #1 se nos dice que Superman puede saltar un octavo de milla; brincar por sobre un edificio de veinte pisos… levantar tremendos pesos… correr más rápido que un tren expreso… ¡y ni siquiera una bala puede penetrar su piel!. ¿La explicación de sus creadores para estos asombrosos poderes? Superman proviene de una cultura biológicamente más avanzada que la nuestra, lo que por extrapolación implicaría que nosotros seriamos más fuertes que nuestros ancestros homínidos cuando hasta un orangután adulto es más fuerte que un hombre promedio. Pero es que no tenemos en cuenta que mientras a nosotros nos separan solo unos pocos miles de años del Neandertal o el Cro-Magnon, la raza de Superman nos superan en ¡millones de años!

Para la publicación de Superman #1 Siegel y Shuster se encargaron de aclarar más el asunto del origen de los superpoderes de Sups: Superman llegó a la Tierra proveniente del planeta Kryptón, cuyos habitantes han evolucionado, luego de millones de años, hasta alcanzar la perfección física. El tamaño más reducido de nuestro planeta, con una menor gravedad, permite a los tremendos músculos de Superman ¡realizar milagrosas demostraciones de fuerza!

Ambos conceptos entregados para justificar los poderes de Superman eran ciencia ficción pulpesca en estado puro y los lectores de aquella época no deben haber cuestionado estas aseveraciones. ¿Una raza millones de veces más evolucionada que la nuestra que terminó viéndose igual a nosotros? ¿Perfección física en una anatomía idéntica externamente a la nuestra? ¿Un planeta más grande y con mayor gravedad? ¡Andaaaá!

Por supuesto que cuando aplicamos un pensamiento científico a un personaje de cómic como Superman prácticamente todo lo que este hace parece imposible por no decir ridículo. Levantar un automóvil por sobre su cabeza puede parecer plausible para el lector poco informado que no se preguntará, como menciona Carlos Andrade Gubbins, como es que el suelo bajo los pies de Sups no se resquebraja, o como es que el vehículo no se despedaza cuando Superman lo sacude para arrojar fuera a los criminales. De cualquier forma y aunque parezca un ejercicio inútil, no deja de ser entretenido buscar justificaciones científicas para lo injustificable. Tomemos el caso de la gravedad superior. ¿De que tamaño era exactamente Kryptón? Esto revelado en Action Comics #14: Superman proviene de un planeta extinto, el planeta Kryptón. El tamaño similar a Júpiter de Kryptón y su sol rojo mantenían a la raza kriptoniana débil, mientras que en la Tierra el último hijo de Kryptón ¡es el más poderoso de todos!

El hecho que Superman pueda sobrevivir en la Tierra demuestra que Kryptón era muy parecido a nuestro planeta, con un clima y atmósfera similares y probablemente compuesto en su mayoría de roca y agua, con un núcleo de metal fundido. De esto podemos deducir entonces que Kryptón debía ser un planeta muy pesado si tomamos en cuenta su jovianas proporciones. Como todos sabemos Júpiter está compuesto casi totalmente de gas, con sólo un pequeño núcleo de roca en su centro. Por lo tanto, pese a que Júpiter es 1321 veces más grande que la Tierra, sólo pesa 318 veces más. Kryptón en cambio, que en vez de gas estaría compuesto de agua y rocas, pesaría 1321 veces más que la Tierra. La gravedad de nuestro planeta es de 9.8 metros/seg2, pues bien, de acuerdo a los cálculos proporcionados por nuestro estimado amigo Julio Oliva (ver anexo), la gravedad en Kriptón sería 111 veces más fuerte que en la Tierra y como indica Guy Consolmagno, un planeta con incluso 50 veces la gravedad de la Tierra es esencialmente imposible de construir, dadas las condiciones físicas de la materia sólida como la entendemos.

No sólo las leyes de la física impiden la existencia de Kryptón, sino a eventuales organismos vivos que lo habiten. Superman debería poseer huesos y músculos mil veces más fuertes que los nuestros para sobrevivir en su planeta natal y no existe material alguno capaz de crear estructuras óseas o musculares o incluso órganos internos necesarios para soportar la vida en esas condiciones tal y como la conocemos. Lo que es más, en un planeta como Kryptón para que un cohete como el de Superman pudiera despegar, tendría que hacerlo a tal velocidad que ninguna reacción química (que es con lo que funcionan los cohetes) podría producir semejante energía.

¿Dónde exactamente estaba Kryptón? Pues no precisamente a la vuelta de la esquina como pareciera sino a ¡tres millones de años luz de la Tierra! (según Superman #12). Esta distancia es realmente gigantesca tomando en consideración que nuestra galaxia tiene tan sólo 100.000 años luz de diámetro, Sups por lo tanto no es sólo extraterrestre, ¡sino extragaláctico! Cómo fue que su padre se las arregló para localizar nuestro planeta es todo un misterio, ¡bah! Verdad que fue a través de un telecopio, pero si Kryptón está a tres millones de años luz Jor-El tendría que haber contemplado la Tierra de hace tres millones de años atrás y no ver una instantánea de fines de los años 1930s (sobre este punto recomiendo leer Las Cosmicómicas de Italo Calvino).

En 1960 la explicación de los poderes de Superman se modificó para incluir además su habilidad de cargarse de energía solar proveniente de un sol amarillo en vez de uno rojo como era el astro en torno al cual giraba su planeta. Pero la luz es luz y la proveniente de un sol rojo sólo poseería una menor incidencia de frecuencias altas y algo más de luz infrarroja y eso sería todo, no existen características tan grandes como para diferenciar la una de la otra, menos aún para justificar la existencia de superpoderes.

Actualizando el mito

Para mediados de los 1980s el “Hombre de acero” ya estaba algo oxidado tras casi 50 años de aventuras. Las ventas de sus títulos habían bajado drásticamente y los mandamases de DC consideraron urgente el revitalizar a su personaje insigne sometiéndolo a una “cirugía cosmética” que lo librara de todo lo que se había vuelto intolerablemente absurdo para los nuevos lectores de cómics (bueno, prácticamente todo menos el asunto de las gafas, claro). Dicha tarea quedó en manos de John Byrne, reputado guionista y dibujante de títulos como The Uncanny X-Men y The Fantastic Four, muy del gusto tanto de críticos como de los fans.
Byrne comenzó por confeccionar una lista de las cosas que deseaba cambiar del personaje la cual denominó “demandas razonables” y el equipo de ejecutivos a cargo de las nuevas ideas para mejorar a Superman estuvo de acuerdo con gran parte de ellas. Estos son algunos de los cambios más significativos:
Los padres de Superman están vivos. En la versión antigua ambos habían muerto siendo Clark aún un adolescente; Byrne decidió que Sups necesitaba del apoyo de una familia para lidiar con su naturaleza “superheroica”.

Clark Kent no sería más un reportero “amanerado”; tendría una personalidad más asertiva, acudiría a un gimnasio para explicar su contextura atlética e incluso usaría una cola de caballo durante un tiempo (algo muy de moda a principios de los 1990’s, ¡hasta yo usé una!).

Lois Lane sería mucho más autónoma, una mujer “de carrera” menos interesada en descubrir la identidad secreta de Sups y capaz de cuidarse así misma.
El villano Lex Luthor fue transformado del científico loco que dominó gran parte de la cf temprana en un despiadado hombre de negocios que bajo al apariencia de un hombre respetable contrataba a otros para hacer su trabajo sucio.

La ridícula etapa de Superboy fue borrada y Byrne estableció que Clark Kent viste su característico traje por primera vez siendo ya un “adulto joven” de 25 años. Byrne además deja en claro que Superman “nació” en la Tierra ya que su padre, Jor-El no había enviado un bebé en la cápsula sino sólo el material genético.

Byrne, además, eliminó las variadas formas de krytonita, los alter-egos superheroicos de Jimmy Olsen, Krypto el Superperro, la Fortaleza de la Soledad, y a varios personajes secundarios molestos (aunque estos elementos serían utilizados eventualmente de una u otra forma).

Con todos estos cambios incluidos debutó la mini-serie de 6 tomos titulada The Man of Steel (primer nº, junio 1986) llamada a convertirse en un hito en la historia del cómic de superhéroes. Nada, sin embargo, llamó tanto la atención del público no especializado como la “muerte” de Superman, uno de los pocos sucesos acontecidos en las páginas de un cómic que ha logrado convertirse en una noticia de escala global.

Tras el remozamiento efectuado por Byrne, Superman llegó a protagonizar cuatro títulos diferentes a principios de los 1990s: Superman, The Adventures of Superman, Action Comics y Superman: The Man of Steel (un quinto titulo, Superman: The Man of Tomorrow, sería agregado en 1995). Los cuatro títulos estaban interconectados lo que significaba que los seguidores de Superman debían comprarlos todos si es que querían seguir las historias. Pero DC decidió no dormirse en los laureles y por fin se decidieron a matar al redivivo Superhéroe, tarea que quedaría relegada a un misterioso nuevo villano bautizado “Doomsday”, una criatura incapaz de razonamiento que tras sembrar la destrucción a través de los Estados Unidos, además de derrotar a toda la Liga de la Justicia, llega a Metropolis donde finalmente es confrontado por Superman. Ambos combaten a muerte y terminan como es lógico, bien muertos.

Este desenlace no nos sorprendió mucho a los aficionados al cómic, largamente acostumbrados a la muerte y resurrección de nuestros personajes favoritos, pero la gente menos familiarizada con el Noveno Arte pensó que la cosa iba en serio y periódicos, revistas y noticieros de TV informaron al público sobre la muerte de Superman como si se tratara de una persona real. Con tanta difusión Superman #75 se convirtió en uno de los cómics más vendidos del siglo XX. La ausencia del personaje principal no significó por supuesto que dejaran de publicarse los títulos que protagonizaba y durante los meses subsiguientes, que nos mostraban a los familiares y amigos de Superman lamentando la perdida, se descubre que el cuerpo del héroe ha desparecido del mausoleo que lo cobijaba. Acrecentando aún más el misterio cuatro nuevos personajes hacen su aparición en Metropolis aduciendo ser la nueva encarnación de Superman: un adolescente con los poderes de Sups; un Afro-Americano provisto de una armadura tipo Iron-Man; un sujeto idéntico a Superman pero carente de sus escrúpulos y un cyborg. Se dio inicio de esta forma a la más interesante de las sagas de Superman a mi juicio, el ya mencionado Reino de los supermanes que retomaba el título de la primera historia escrita por Siegel y Shuster cuando el concepto de su famoso personaje aún no maduraba del todo.

Como ya he dicho abandoné los títulos de Sups luego de esta saga y desde entonces le he perdido la pista. En lo que a los cómics se refiere, he sabido que finalmente se casó con Lois, que le cambiaron el traje y sus tradicionales poderes por ciertas habilidades electromagnéticas, que lo dividieron en dos (un Superman azul y otro rojo) y que lo han sometido a todas las variantes posibles los Elseworlds (un título que juega con las ucronías). Mención aparte merece Kingdome Come (1996) de Mark Waid y Alex Ross, una lectura altamente recomendable sobretodo para aquellos que no lean regularmente cómics, Rodrigo Mundaca Contreras puede dar fe de ello.

En cuanto a la presencia de Superman en otros medios pude enterarme de la existencia de un par de series basadas en él pero a juzgar por lo poco que vi estaban orientadas más bien a un público “femenino” por decirlo de alguna forma. También haciendo zapping últimamente me he encontrado con la serie Smallville que al parecer explota todo ese rollo del adolescente que descubre sus poderes, no la he visto más de 5 segundos. La verdad es que el Superman de esas series de televisión no es el verdadero Sups y el único lugar donde he podido contemplar una versión más o menos fiel ha sido en la Liga de la Justicia del Cartoon Network.

En lo relativo a una nueva versión fílmica no nos queda más que esperar. De cualquier forma será un gran desafío para el actor que decida vestir el traje de Superman igualar la interpretación de Christopher Reeves, recientemente condecorado por nuestro gobierno por el apoyo que brindó a los actores chilenos amenazados de muerte durante los años 1980s.

Anexo

Cálculo de aceleración de gravedad disponible en la versión pdf de TauZero #6.

El Código Da Vinci: A la caza del Santo Grial

Por A. César Osses Cobián

Esta novela había estado en las estanterías cuanta librería he recorrido en este último tiempo, hasta que decidí comprarla. Todo ello gracias a los curas católicos conservadores. Fue tanto el polvo que levantaron los señores de las sotanas negras (no tanto como el que se levantó al saber el gusto de estos bueyes viejos por el pasto tierno), criticando sin haber leído, alzando sus rosarios y cruces al viento para impedir que leyéramos, que me dije: El escritor tiene que haberles puesto el dedo en la llaga. Y con sal.

Para ser honesto, el libro no me había llamado la atención, al extremo de ni siquiera levantarlo para leer las solapas. El título del libro no me decía mucho, así como tampoco el nombre del autor: Dan Brown, hijo de un matemático y una cantante de música sacra, un perfecto desconocido para quien, como yo, no es muy amigo de los best sellers. Algunos he leído, pero prefiero leer textos más demandantes: algún clásico, algo de Chomsky, algo de ciencia ficción dura (Greg Bear) y reciente/tardíamente he descubierto a Sagan transmitiendo en frecuencias que hace ya un tiempo escucho.

El Libro

La portada no dice mucho: unas puertas cerradas sobre un fondo rojo con facsímiles en bermellón de la escritura invertida de Leonardo Da Vinci y, bajo ellas, la intrigante mirada de la Giocconda. Nada. La versión en inglés contiene un secreto oculto en la tapa, en forma de unas coordenadas, las que puestas en un buscador (en Internet), entregarán una pista para la siguiente novela de Brown, que se cree verá la luz en 2005. No me he fijado si la edición de Umbriel (la que se vende en Chile) tiene esta misteriosa clave oculta en su portada.
El día en que compré el libro leí finalmente las solapas, en las cuales pude informarme que Dan Brown ya ha escrito (con éste) cuatro best sellers, todos ellos basados en investigación para representar hechos y lugares con acuciosidad. En mi opinión, investigación para poder relatar acertadamente la forma en que los curadores de los museos marcan las obras que van a ser restauradas, o la ubicación de las calles en París o Londres, de forma que si un curador o un parisino/londinense leen el libro no hallen divergencias con la realidad. Pese a lo anterior, Dan Brown escribe best sellers, al fin y al cabo.
La novela es un buen thriller. Entiéndase que thriller es sinónimo de acción y suspenso, no actividad intelectual. Brown trata el misterio mediante el recurso de ocultar/retener información al lector, aunque no es necesario un CI muy elevado para adelantarse un poco a los acontecimientos.

No es Dan Brown un Arthur Conan Doyle moderno, ni tampoco un Hitchcock en términos del suspenso de su historia, o un Neruda, en el lirismo de su pluma. El final puede ser dual: imaginado/inesperado. No es un mal final, aunque podría ser mejor; si consideramos que la próxima novela de Brown partirá donde termina El Código Da Vinci, el final tiene otro aspecto dual: final/principio.
El Código Da Vinci es pródigo en persecuciones, y bastará decir que los personajes principales son una criptóloga y un simbólogo, para entender que hay códigos, y muchos. A lo largo de la historia se tienen que ir resolviendo, entregando un acertijo que contiene en sí mismo la pista para su respuesta. Invariablemente.

Casi todos los acertijos son duales: acertijo/respuesta. Las respuestas en sí mismas son duales: respuesta/pregunta. Este es un aspecto de la novela que Dan Brown explota muy bien: la dualidad de las cosas. No es que los símbolos/claves/pistas sean ambívocos: por lo general su significado es uno solo, pero el símbolo/pista/clave es a la vez otra cosa, así como algunos de los personajes también son duales.

Sin embargo, y aquí empezaré a referirme al fondo, las pistas para resolver los acertijos/códigos/claves son milenarias, centenarias, y están en las obras de Da Vinci (La Virgen de las Rocas, la que está expuesta en el Museo del Louvre, y no la Galería Nacional de Londres, o La Última Cena, por ejemplo), de Newton, Disney (sí, sale mencionado), Botticelli y Víctor Hugo, entre otros.

La Historia

La trama del libro gira sobre la existencia del Priorato de Sión, organización que tuvo como tropas de choque a los Caballeros Templarios, y cuya misión es proteger un secreto que los hace muy poderosos; secreto que la iglesia católica quiere para sí, para proteger la integridad de una fe que hace agua por todos lados.

Esta organización secreta europea, fundada en 1099, ha sido presidida en tiempos
antiguos por los notables que he mencionado anteriormente, amén de otras figuras no tan notables pero por ello no menos importantes. Sus nombres fueron conocidos cuando, en 1975, la Bibliothèque Nationale de París descubrió los documentos llamados Les Dossiers Secrets.

El secreto del Priorato es la identidad del Santo Grial, que no es un cáliz (aquel en que se supone Jesús bebió vino durante la última cena) sino una persona: María Magdalena. Y aquí es donde las sotanas se agitaron, los curas alzaron sus breviarios, y no me cabe duda que algunos incluso se convulsionaron en un éxtasis paranoide, temiendo una conspiración (ya que está de moda) del ateísmo y laicismo internacionales para desprestigiar a la iglesia católica. Nótese que la escribo con minúsculas.

María Magdalena fue la esposa de Jesús, y con Jesús tuvo hijos e hijas. María no era prostituta, sino que la iglesia católica desprestigió de esta forma la imagen femenina, desterrando de esta forma a la mujer en la nueva (en ese entonces) religión, hasta los días de hoy. Esta religión, creada por un emperador romano, amalgamando ritos y creencias de religiones mucho más antiguas y de distinta procedencia, fue diseñada a medida para unificar un imperio que se caía a pedazos.

Paréntesis

Tengo que hacer una pequeña disgresión, y referirme al satanismo. Todos conocen la iconografía del satanismo: pentáculos, altares de piedra, personas en túnicas negras, antorchas, ritos circulares. Todos se imaginan que el diablo tiene pezuñas, y cachos, y barba, y porta un tridente. Todo esto es, para resumir en una sola palabra todos estos conceptos, pagano.

¿Qué es pagano? Pagano viene de la palabra latina pagan, que significa campesino; éstos tenían sus rituales, todos centrados en la divinidad de lo femenino, en la fertilidad de la tierra, y sus símbolos son los que la iglesia desprestigió asociándolos a la máxima expresión de maldad: Satanás, también llamado Baphomet (nombre original del dios pagano de la fertilidad). El tridente pertenece a Neptuno/Poseidón, por si acaso: no es inventado.

Así, desprestigiando la imagen de la religión que adoraba a la mujer como divinidad procreadora de vida, desprestigiando a la mujer de Jesús, la religión católica se formó en base a la premisa de que Jesús era un ser divino; la existencia de María Magdalena, casada con Jesús, y madre de sus hijos echaría por suelos la teoría del Jesús hijo de un dios, y daría pie a la más racional idea de un Jesús muy especial, pero humano al fin y al cabo, y no divino.

Reflexiones

No sé cuánto del libro es realidad y cuánto fantasía: los mismos sacerdotes (y sus respectivas alimañas) que denostan esta novela ni siquiera la han leído antes de decidir que sus corderos no deben leerla, antes de vetarla porque pareciera que el contenido no les gustará (o podría descorrerles el velo). La verdad es que esta novela no provocará que un creyente convencido o un fanático deje de lado sus creencias ni que un agnóstico sea más ateo; simplemente entrega una visión de Jesús, distinta a la monopolizada por el Vaticano. Y la tomas o la dejas.

El gran elogio que puede hacérsele a este libro, al margen de las obvias críticas, es que expone en forma amena y cautivante la existencia del Priorato y la historia de los Caballeros Templarios, la existencia de una imagen de Jesús alternativa a la que venden los curas, se da vueltas por los terrenos de la simbología en las obras de Da Vinci, la verdad de las Cruzadas (tal vez) y los diversos mitos que rodean al Santo Grial y su búsqueda. Es decir, expone un conocimiento existente y soterrado en forma accesible al pueblo.

En esencia, la historia que relata Dan Brown resulta ser una moderna búsqueda del Santo Grial, que empieza en París, se extiende a Londres y regresa a París. Insisto, no sé cuánto de lo contado es realidad, y cuánto es ficción; da la impresión de estar bastante documentado, pero para creerle completamente, falta algo muy importante: las referencias. Así que se me ocurrió visitar el sitio web de Dan Brown (www.danbrown.com). Los resultados los presento al final. De hecho, las pinturas, ubicaciones, los documentos históricos y las organizaciones descritas en la novela existen realmente.

Es interesante la dualidad del libro, como vehículo de entretención/difusión, libro/puerta. Puerta para que quienes se sientan interesados por lo que los personajes del libro relatan, puedan adentrarse por su cuenta a profundizar en textos que investigan a los Templarios, o que profundizan en la simbología presente en las distintas obras artísticas contemporáneas o pasadas. Incluso puedan llegar a encontrar textos acerca del contenido de los pergaminos del Mar Muerto, que también son mencionados, aunque de pasada, en El Código Da Vinci.
A pesar de (o tal vez debido a) las quejas de tanto religioso de sotana y capello, El Código Da Vinci se está volviendo un éxito de ventas. No hay que olvidar que es un producto de la imaginación del autor, y que como tal puede tener imprecisiones o errores; sin embargo es un texto que cautiva desde las primeras páginas, y se lee como una adicción. Léanlo, que nadie va a excomulgarlos por ello.

Bibliografía parcial de El Código Da Vinci

* The History of the Knights Templars, Charles G. Addison
* Rosslyn: Guardians of the Secret of the Holy Grail, Tim Wallace – Murphy
* The Woman With The Alabaster Jar: Mary Magdalene and the Holy Grail, Margaret Starbird
* The Templar Revelation: Secret Guardians of the True Identity of Christ, Lynn Picknett & Clive Prince
* The Goddess in the Gospels: Reclaiming the Sacred Feminine, Margaret Starbird
Holy Blood, Holy Grail, Michael Baigent, Richard Leigh & Henry Lincoln
* The Search for the Holy Grail and the Precious Blood, Deike Begg
* The Messianic Legacy, Michael Baigent
* The Knights Templar and their Myth, Peter Partner
* The Dead Sea Bible. The Oldest Known Bible, Martin G. Abegg
* The Dead Sea Deception, Michael Baigent, Richard Leigh & Henry Lincoln
* The Nag Hammadi Library in English, James M. Robinson
* Jesus and the Lost Goddess: The Secret Teachings of the Original Christians, Timothy Freke & Peter Gandy
* When God was a Woman, Merlin Stone
* The Chalice and the Blade. Our History, our Future, Riane Eisler
* Born in Blood, John J. Robinson
* The Malleus Maleficarum, Heinrich Kramer & James Sprenger
* The Notebooks of Leonardo da Vinci, Leonardo da Vinci
* Prophecies, Leonardo da Vinci
* Leonardo da Vinci: Scientist, Inventor, Artist, Otto Letze
* Leonardo: The Artist and the Man, Serge Bramly & Sian Reynolds
* Their Kingdom Come: Inside the secret world of Opus Dei, Robert A. Hutchison
* Beyond the Threshold: A Life in Opus Dei, Maria Del Carmen Tapia
* The Pope’s Armada: Unlocking the Secrets of Mysterious and Powerful New Sects in the Church, Gordon Urguhart
* Opus Dei: An Investigation into the Secret Society Struggling for Power Within the Roman Catholic Church, Michael Walsh
* I. M. Pei: A Profile in American Architecture, Carter Wiseman
* Conversations With I. M. Pei: Light Is the Key, Gero Von Boehm

Editorial Tauzero #6

Por Rodrigo Mundaca

Y cumplimos un año de vida. Un año. Se comenzó como el caballo inglés, rápido y potente, pero al cabo de poco tiempo, los problemas aparecieron y el proyecto entró en fuga criogénica (para quienes no han leído Hyperion, algo así como animación suspendida). Los detalles del problema fueron comentados en la editorial #3 correspondiente a diciembre de 2003. En aquel número, hicieron su aparición las dos personas con quienes se formó el grupo de trabajo conocido como “El Núcleo”, el comité editorial.

Normalmente, no se esperaría que las personas que forman este comité editorial tuvieran mucha afinidad entre sí, y de hecho no la tenemos. ¿Qué cosa en común pueden tener un cientista político, un artista visual y un ingeniero electrónico? bien, pues aparte del gusto común por la literatura de ciencia ficción, absolutamente nada.exxPero lejos que nuestra natural inclinación a diverger en todo sea un obstáculo, aquello se ha convertido en una fortaleza. ¿Y cómo es eso? de la siguiente forma: si el comité editorial posee valores y creencias distintas, aquello necesariamente debe reflejarse en nuestra criatura, TauZero.

El resultado es que TauZero es una vitrina para que cualquier tipo de persona interesada en colaborar, pueda hacerlo. No importan sus creencias o no creencias religiosas ni sus preferencias privadas (bueno, en rigor si nos importan, pero hacemos la vista gorda aquí, jejeje). Lo único que nos importa es la historia que se quiere contar, el mensaje que se desea transmitir, el conocimiento que se desea enseñar y la opinión que se desea compartir.

Esta edición de TauZero es particularmente un reflejo de nuestras naturales diferencias. Vamos viendo:

Ronald Mennickent Cid, astrónomo, cristiando devoto y profesor-tutor del trabajo final de universidad de quien redacta estas líneas, ha escrito, a petición mía, un ensayo en donde nos habla sobre ciencia y religión. Un tema siempre escabroso, siempre conflictivo. Yo mismo tengo mis reservas en el tema y por eso mismo pensé que un científico hablando sobre religión y de como esta sí puede ser compatible con la ciencia sería muy valioso para quien se interesa en estos temas. Y aquí lo tienen…

A. César Osses, amigo personal y colega en la universidad, es en lo que a creencias religiosas se refiere, el exacto opuesto de Ronald. Hace tiempo que le había pedido que escribiera para TauZero, pero no se había dado el tiempo para escribir algún relato. Pero sucedió que cayó a sus manos el texto que por estos días venden en todos lados, y dado el tema que se trata, decidió escribir una reseña sobre él. El libro en cuestión es el Código Da Vinci, de Dan Brown.

Los relatos de ficción son tres en esta oportunidad, debido a la longitud de dos de ellos. Hay uno, muy breve, que mezcla habilidosamente la religión y la ciencia ficción. Se titula He visto un Ángel, y su lenguaje pródigo en adjetivos y descripciones, me resulta muy bello. Por otro lado La Caja de Santiago Eximeno, es un relato que pese a su longitud, logró horrizarme. No mucho, pero lo logró. Por último, No es Oro, de José Carlos Canalda es un cuento con una clara ironía ecológica. Alvin Toffler en su libro El shock del futuro señala que la ciencia ficción es un tipo de literatura sin restricción en donde todos los puntos de vista son explorados. En el relato, se presenta a nuestro planeta desde una curiosa perspectiva que más de alguna reflexión logra extraerle a uno.

Tiempo atrás, Pablo, un gran admirador de Philip K. Dick, escribió un ensayo para el fanzine Fobos. Aquel ensayo apareció en el #18 (junio de 2003) y se tituló Philip K. y la guerra. Debido al valor de aquel trabajo, se ha creído que es una buena idea el divulgarlo también en TauZero.

Por otro lado, el buen Sergio, alguna vez me comentó que estaba preparando un ensayo sobre mi superhéroe favorito: Superman. En algún momento me envió un borrador para que evaluara los cálculos sobre la gravedad kryptoniana y la terrestre. Los resultados distaron mucho de dejarme conforme y así se lo hice saber. Pero el buen Sergio, desconfiado por naturaleza, no aceptó mis razones y exigió una opinión experta. Suspiré y decidí buscar la opinión autorizada que me solicitaba. Buscando y buscando, finalmente logré convencer a mi amigo Julio para que hiciera los cálculos necesarios… cuando se los enseñe a Sergio, parece que tampoco estuvo conforme… desafortunadamente para él, los resultados matemáticos son irrebatibles… De todas formas, para tener la última palabra en la discusión, me exigió que en la editorial me explayara sobre la razón de mi gusto por este superhéroe que usa la ropa interior encima de sus ridículamente ajustados pantalones.

Superman es un ser con características únicas en nuestro mundo. Criado por gente sencilla, este extraterrestre adquirió una moralidad casi idealizada. Estos valores únicos, unidos a sus extraordinarias habilidades, las utiliza para ayudar a los humanos, defendiéndolos de super-villanos y diversas catástrofes que, de otro modo, producirían un gran perjuicio en la civilización. El ser un estorbo para los inmorales planes de los chicos malos le ha obligado a utilizar un alter ego de actitud diametralmente opuesta a la del héroe, con el objeto de poder llevar una vida normal, hasta donde ello sea posible…

Y bueno, la verdad es que personalmente me identifico con este personaje. Por supuesto que no ando por ahí vistiendo mallas ni capa ni me lanzo desde los techos de las casas; pero de alguna manera me siento con la obligación de ayudar a los humanos. De forma similar al amigo kryptoniano, normalmente soy de carácter apacible, inocente e incluso hasta tengo cara de tonto, según algun@s. La verdad es que aquello no me afecta en lo más mínimo, pues prefiero que se me vea así, en vez de un ser arrogante y desagradable, por ejemplo. Aquella actitud, sin embargo, tiende a acabarse en cuanto siento que se intenta vulnerar mi dignidad o la de alguna persona que goza de mis simpatías: en aquel momento rasgo mis vestiduras, dejando al descubierto una gran “S” en el pecho, la aparente cara de tonto se desaparece, un risito me cae en la frente, y todo el poder dormido en el interior emerge para castigar y poner en su justo lugar al insolente. De todas formas, aquello no ocurre con mucha frecuencia, pues la mayor parte del tiempo y con la mayor parte de los villanos no vale la pena utilizar mis poderes… A diferencia del kryptoniano, yo no soy completamente invulnerable, pero al menos lo soy de actitud jejeje. Mi punto débil, mi kryptonita, es la sangre. Soy hemofóbico y la sola vista de la sangre muchas veces me marea y, algunas veces, me induce al desmayo. Podría continuar señalando paralelos, como por ejemplo el equivalente de Lois Lane, pero la verdad es que no quiero hacer de esta editorial un libro, de modo que finalizo aquí.

Hasta la próxima!

Rodrigo Mundaca Contreras

Editorial TauZero #5

por Rodrigo Mundaca Contreras

Cierta persona me dijo, tiempo atrás, a modo de explicación por ciertas actitudes desconcertantes que le había observado, que «cada loco tiene su tema». Incluso señaló que tal frase era parte de su «dogma», una suerte de constante universal no sólo en su vida, sino en *la vida*.

Cada loco tiene su tema. Confieso que la frasecita no me gustó mucho en aquel momento, pues era una explicación muy vaga para justificar su comportamiento. De alguna forma me recordó a Aenea, la mesías de la tetralogía de Hyperion y su famoso y enigmático “Elige de nuevo”.

Aun así, la frasecita me quedó dando vueltas. Cada loco tiene su tema. Comencé a evaluar su validez pensando en diversos tipos de personas y en sus motivaciones evidentes: la política, el altruismo social, la música, el deporte, el trabajo, las fiestas, la religión… y así ad infinitum.

Cada loco tiene su tema. Supongo que debo conceder que aquella persona tenía razón. Hay tantos temas como locos respirando bajo el sol. Y todos deben coincidir en que la cantidad de locos es enorme.

Por ejemplo, uno de estos locos soy yo. ¿Cuáles son mis motivos? me he preguntado en más de una ocasión. Algunos de ellos son clásicos, en el sentido que son comunes a la mayoría de las personas normales. Pero hay otras motivaciones que no sé si son ni tan clásicas ni tan comunes.

Por ejemplo, le tengo una gran animadversión a la ignorancia. Me desagrada profundamente no saber algo. Y esto no sólo se limita a mi persona, sino que es extensivo al resto del mundo: me desagrada que la gente esté desinformada, que ignore cosas que a mi juicio son fundamentales (problema aparte es lo que yo considero como fundamental). Y aquí aparece entonces uno de mis motivos: el tratar de enseñar, el querer divulgar lo poco y nada que, en mi corta vida, he logrado asimilar.

Tratando de tener un comportamiento claramente belicoso hacia la ignorancia y la desinformación se explican algunas de mis actividades. Durante mi vida universitaria he enseñado algunas materias a mis colegas de grados menores. En el club de divulgación astronómica al que pertenezco realizamos actividades para acercar *la ciencia* a las personas sencillas. Cada vez que practico deporte en sectores de riesgo social trato de hablar con los chicos y chicas aconsejándolos en diversas formas: que no abandonen el colegio, que tengan cuidado con su sexualidad, que en vez de estar perdiendo el tiempo fumando en alguna esquina es mejor tomar un libro… y cosas así…

¡Libros!, ¡aaaah!, con esa última frase confieso que nunca puedo sustraerme a los libros. Y también confieso que no puedo evitar el pensar en el género literario que goza de mi predilección. El mismo que es desprestigiado hasta el hartazgo por el cine y el mismo que no se desarrolla como quisiera en mi país…

…Y así se llega a la publicación que en este instante estás leyendo. Es un proyecto que tiene como objeto el ser una pequeña luz en torno a la cual se puedan aglomerar las personas que, como yo, deseen apoyar el desarrollo de la literatura de ciencia ficción y, por otra parte, tengan interés en lo que a divulgación científica se refiere. Una pequeña luz, nuestro granito de arena, que puede ser capaz de iluminar (o al menos hacer menos oscura) las tinieblas de la ignorancia.

Para la ejecución de este proyecto, tuve la fortuna de encontrarme con dos personas que sacudieron la desidia que, tras el segundo número de esta publicación, se había apoderado de mí. Estas dos personas tienen la misma visión que poseo en lo que a desarrollo y divulgación literaria se refiere. Dos personas, dos amigos, que sin su ayuda, TauZero no sería lo que ahora comienza a ser. Me refiero a Sergio Amira y Pablo Castro.

Con Sergio, Pablo y yo se gesta, a mediados del año 2003, una entidad cuya existencia hasta ahora había sido un secreto, un grupo de trabajo con opiniones dispares pero objetivos en común, que se reúnen a conspirar en torno a la creación y difusión literaria y que convenientemente se ha denominado *El Núcleo*.
*El Núcleo* ejecuta sus planes a través de TauZero. Define lo que se desea para el proyecto y lo que no, sugiere cambios y propone nuevas ideas, sin mencionar las labores editoriales asociadas a la elaboración de esta publicación.

Estamos a punto de cumplir un año de vida y, lo que comenzó como un proyecto personal, se ha transformado en un proyecto de *El Nucleo*. Un cambio que ha contribuido a la buena salud de TauZero.
¿Y que ofrece TauZero en esta ocasión?

Nada más y nada menos que dos cuentos del excelente Pablo Castro Hermosilla. Yo los definiría como soft-cf pues no sólo no poseen muchas maquinitas ni artefactos, sino que más bien son emotivos.
Sergio Alejandro Amira nos habla de los distintos tipos de mutantes que han aparecido en la literatura a través de las décadas, y de cómo los mutantes literarios retroalimentan a los mutantes del cómic. ¡Imperdible para los fanáticos de los superpoderes!

El circunspecto y taciturno Carlos Emilfork, especialista en series de televisión y cine de cf, comenta el último filme del universo trekkie, Star Trek Nemesis. Emilfork, la persona que conozco que más sabe de Star Trek, tiende a escribir pensando que todo el mundo conoce al Capitán Kirk y a Mr. Spock. Como ello no es efectivo, agregué algunas notas de ayuda al lector que no ha visto la mayoría de los capítulos ni las películas.
En la sección de divulgación científica, el reflexivo mexicano José Camacho mezcla sus añoranzas de pequeño con un concepto muy importante en el mundo de las mediciones como son las “cifras significativas”.

Por otro lado, el grandioso fundador y parte del comité editorial de TauZero baja de su Olimpo, dejando de lado sus preocupaciones cósmicas y obligaciones mundanas, para atormentar a los pobres y simples mortales narrándoles el destino que les tiene preparado el Universo cuando envejezca.

Finalmente, la amiga Soledad Cabrera nos expresa su particular opinión sobre un libro que de un tiempo a esta parte se me aparece hasta en la sopa. Con traducciones a una cantidad importante de idiomas, con afiches publicitarios en las calles y hasta con publicidad en tv, Hercólubus o Planeta Rojo es puesto en el foco de nuestra lupa crítica. Es de esperar que los comentarios/análisis de este tipo de libros sea una actividad que se mantenga en el tiempo… hay varios de ellos puestos en la mira, y oportunamente se irán comentando aquí.

Y este es el contenido de TauZero #5. Bastante misceláneo ha resultado el menú en esta ocasión ¿no? Es que cada loco tiene su tema, podrá decir más de algún lector a modo de explicación, con lo cual validaría lo que me dijo la persona que mencioné al principio de estas líneas. Tal vez no me guste mucho la frasecita, pero finalmente concedo que es indiscutiblemente correcta.

Y para finalizar, una pequeña gran sorpresa: hemos organizado un concurso internacional, interestelar e interdimensional de cuentos de ciencia ficción, destinado a todo escritor de habla hispana, de cualquier país, planeta, galaxia o continuum. La historia de dicho concurso y sus bases la encontraran en este mismo ejemplar. Espero que la iniciativa tenga una excelente acogida entre los lectores de esta publicación. Estoy seguro que la mayoría de los lectores tienen más de alguna idea cienciaficcionesca para poner por escrito: pues bien, ahora tienen una oportunidad y un pequeño incentivo monetario para plasmar esas ideas. Suerte a todos/as.

¡Hasta el próximo número!

Cordialmente
Rodrigo
Director TauZero


Editorial 2, por Pablo Castro Hermosilla

Cuando Rodrigo me planteó, por allá a fines del 2002 y comienzos del 2003, en qué consistía TauZero no imaginé que lentamente su proyecto iba a alcanzar el status que hoy tiene. Tampoco imaginé que yo iba a formar parte importante del núcleo que decide las políticas y la conformación del e-zine. En aquella oportunidad le expresé a Rodrigo mis impresiones sobre la forma de trabajar en ciencia ficción, junto a varios puntos de vista y convicciones producto de mi experiencia con el género.

Hacer ciencia ficción en Chile representa un cúmulo de dificultades, malos ratos y problemas que no son fáciles de manejar. Se necesita mucha convicción y una política clara de trabajo que sirva para darle constancia y consistencia a un proyecto que se ambiciona como de largo plazo. Me complace que Rodrigo esté cada día asumiendo esa responsabilidad, aprendiendo y asumiendo las enseñanzas que los años van dejando. Rodrigo, tiene gran receptividad, sabe escuchar y lo que es más importante asume su trabajo con tranquilidad y mucha fe en lo que se está haciendo. Y por otro lado está Sergio Amira, con una capacidad de trabajo y voluntad que ya no se ve en estos tiempos.

Para los que creen que detrás de TauZero hay sólo un grupo de amigos que reúne material disperso y lo lanza inconscientemente a la luz pública debo decirles que están totalmente equivocados. Tanto Rodrigo, como Sergio y quien les habla realizan un trabajo que en cualquier revista especializada tildarían de profesional. Que las circunstancias con las cuales haya que trabajar escapen a veces a esa calificación es otro problema. Afortunadamente los colaboradores de TauZero están respondiendo a esta forma de hacer las cosas y esperamos que la gente nueva que llegue a TauZero entienda esta posición.

Soy de la creencia absoluta que privilegiar las relaciones de trabajo por sobre la amistad u otras dimensiones es el único camino para lograr objetivos en la ciencia ficción en Chile. No hay otra forma. Una relación de amistad puede resentirse (pasa casi siempre) pero si la relación de trabajo es sólida sobrevive a esas vicisitudes garantizando la continuidad de un proyecto.
Tanto Rodrigo como Sergio y yo creemos en esta política de trabajo, y es por eso que hace ya un tiempo formamos el Núcleo. El nacimiento de este grupo de trabajo fue casi instintivo y condensó inmediatamente nuestros propósitos personales respecto al trabajo en ciencia ficción.

Hoy el Núcleo es el motor donde se decide la morfología y el destino final de TauZero. Es más que un comité editorial, pues también se discuten, analizan y proponen diversas ideas y proyectos que van más allá de la conformación mensual del e-zine. De ahí surgió la posibilidad de lanzar un concurso internacional de relatos breves, en cual esperamos que ustedes participen. Las oportunidades de este tipo en Chile son muy escasas (el otro concurso internacional de ciencia ficción organizado en Chile es realizado por el fanzine Fobos), así no hay razones para no aprovecharlas.

Es importante que los escritores nacionales y extranjeros aprovechen estas opciones, que hasta hace muy poco no existían. Y sobre todo recordar que espacios como TauZero son una oportunidad real para alcanzar diversos lectores. Esto también es válido para ensayistas y divulgadores científicos. Siendo esta última dimensión muy importante en el e-zine es de esperar mayores colaboraciones en un área de escasa presencia en la escena nacional, pero de gran relevancia para un país donde la ciencia al igual que la educación son siempre expuestas como grandes políticas de estado, pero que carecen lamentablemente de contenido.

Tengo confianza en que la ciencia ficción en Chile y en Latinoamérica tiene todavía chances que jugar, que pueden proponerse cosas interesantes. Pero hay que entender que este es un género que sólo puede crecer basado en un compromiso personal de las personas involucradas, mucho trabajo, mucha paciencia y mucha claridad para hacer las cosas.
Esperamos que este esfuerzo llamado TauZero tenga su recompensa, aunque trabajemos a veces sin necesitarla.

por Pablo Castro Hermosilla


Editorial 3, por Sergio Alejandro Amira

Hola, ¿están ahí? No les reprocharía el haber abandonado la lectura de la editorial, ¡cinco páginas es como mucho! Pero la ocasión lo ameritaba, y yo no podía ser menos. Probablemente esta sea la única vez que el Núcleo se exprese en su totalidad en esta sección del e-zine por lo que no crean que esta editorial a tres voces será una constante a futuro.

Finalmente se ha develado la existencia del Núcleo, una organización tanto o más secreta que la Golden Dawn o el Colegio Invisible. Y en buena hora. Tres cabezas piensan mejor que una y es por eso que nuestro símbolo es Baphomet, la cabeza de tres caras a la cual los templarios supuestamente rendían culto.

Como le dije alguna vez a Rodrigo, es difícil que la gente se comprometa con proyectos unipersonales, con publicaciones regidas por un “amo y señor” absoluto. Lo que es más, un proyecto de esta naturaleza no puede ser dependiente de los estados de ánimo del “director” o de sí la gente responde o no responde. La experiencia me ha demostrado que los lectores en su gran mayoría son perezosos y no van a molestarse en redactar tres palabras de admiración (y ni siquiera de repudio) por el trabajo que uno hace. De más está decir que lo anterior no significa que nuestro hipotético sujeto no haya leído TauZero, e incluso no significa que no le haya gustado (tal vez le encantó, tal vez es lo mejor que ha leído después de Brian Weiss). Simplemente hay algo misterioso que le impide expresarse, dar su opinión, ser participativo.

Tomemos a utopika, por ejemplo. La gente inscrita en el foro de esta comunidad (algo más de 1000 personas) supuestamente sería el principal target de TauZero. Si hay alguien descargando el e-zine (¡y vaya que sí tenemos descargas!) deberían ser ellos. Mas nunca nadie salvo una ocasión ha posteado algo referente al e-zine. ¿Qué quiere decir esto?, ¿qué no están leyendo el e-zine?, ¿qué realmente sólo les preocupa pedir este o aquel libro de Moorcock?, ¿qué TauZero les importa un carajo? Pueden ser todas las anteriores o ninguna. Da lo mismo. Como escribí en la editorial del Fobos #18: …tal vez sea que el aficionado, el fan, el ñoño (del cual tanto se ha hecho mofa, pero que finalmente es el responsable de la existencia de convenciones, fanzines y en definitiva: de un movimiento cultural), efectivamente se ha convertido en una pieza de museo, siendo reemplazado por un tipo al que podemos definir simplemente como “lector”. Un sujeto que lee indiscriminadamente desde Harry Potter hasta Fundación y que como una esponja absorbe y absorbe, y que como una ardilla recolecta y atesora, pero que en definitiva no procesa ni devuelve nada. Individuos que celebran la existencia de una publicación especializada gratuita siempre y cuando no tengan que moverse de sus cómodos traseros para obtenerla.

Mantengo lo dicho en aquella editorial, y agrego algo que me dijo Rodrigo en alguna ocasión: “por ell@s, con ell@s, sin ell@s o a pesar de ell@s”, o algo por el estilo (¿ven como aprendí lo de las arrobas?).

por Sergio Alejandro Amira

Amor en Vano

por Pablo Castro

El teléfono sonó un minuto antes de salir. Era Verónica. Quería saber de mí, que por qué no la había llamado y que cuándo podíamos juntarnos.
–¿Te parece el viernes? –Pregunté. Era lunes.
–Bueno. ¿Dónde y a qué hora?
–Yo te llamo.
–Eso dijiste la última vez. ¿Por qué no nos juntamos hoy?
Hoy voy a salir con Jimena. Jimena Urzúa.
–Verónica, voy saliendo. Te llamo el jueves en la noche para confirmar.
–Bueno. Pero trata de ir. –Su voz notaba la frustración. Como psicóloga era buena, pero como amiga le costaba convencerme de sus motivaciones.
Salí en dirección a Jimena. Me esperaba en un restaurant del centro, pero como de costumbre llegué antes. Pedí un vaso de agua, mientras me dedicaba a observar otras mujeres. Había un par de tipas interesantes, otras demasiado bien acompañadas y algunas que se atrevían a mirarme de cuando en cuando.
Me concentré en algunos rostros. Sí, podía ser. No, no hay opción. Demasiado exigente. A esa no le gusta lo que hago. Esa es muy católica. Esa es muy atea. Esta es resentida social, aunque lo finge bien. No, no estoy dispuesto a soportar el izquierdismo cultural de ésta. ¿Lesbiana? Lo descubro tarde.
Apareció Jimena. Vestía bien, igual que esa primera vez, cuando concluí que era una mujer elegante. También era atractiva. Del tipo de belleza que puede enamorarte.
–¿Estás hace mucho rato?
–No. Siéntate.
Jimena Urzúa era ingeniero comercial. Trabajaba en una empresa de headhunters e imaginaba que sabía cómo tasar a una persona. Quizás me ofrecía trabajo. Bueno, por eso nos conocimos.
Logramos superar la conversación vacía y llena de frases sin dirección hasta la comida. Pidió un par de tragos. Yo encendí un cigarrillo.
–Estuve viendo la posibilidad para un trabajo y creo que algo puede salir.
–Te lo agradezco.
–Cuéntame un poco qué planes tienes.
–¿En caso de que no resulte?
–No, en general, independiente del trabajo. ¿Piensas casarte, formar una familia?
Cuidado, me está probando. Necesito el trabajo.
–Sí. Es algo que he pensado más de una vez.
–¿Y?
–¿Y qué? ¿Por qué no estoy casado? No sé. Imagino que todavía no encuentro a la mujer adecuada.
–¿Y cómo puedes saber qué mujer es esa? –Dijo sonriendo. Me tomé unos segundos.
–Buena pregunta. Supongo que con la que pueda vivir.
–Pensé que ibas a decir con la me enamore.
–Aparte de eso, claro. Una mujer con la que me enamore, me case y quiera formar una familia.
–Dime una cosa –Se acercó coqueta–: ¿Cuántos hijos te gustaría tener?
–Tres.
Sonrió:
–Igual que yo.
Sonreí.
–¿Tampoco has encontrado al tipo adecuado?
–Quién sabe. A lo mejor está al frente mío y no me he dado cuenta.
Pagó la cuenta y dejamos el restaurant. Nos fuimos directamente a su departamento en Alto Barnechea, no sin antes que pidiera el día libre. Después de varias horas de sexo necesitado supe que la cosa iba en serio. Me dijo “te quiero” como mil veces y tuve claro que llevaba años deseando decirlo con ganas a alguien dispuesto a recibirlo de igual forma.
Fueron tres meses de una relación más que plena. Intensidad y cariño se fundieron en una misma frecuencia. Jimena buscaba ese amor capaz de engendrar libertad y tranquilidad. Aunque vestía de forma dura y moderna, su cuerpo era un mar de sentimientos tradicionales, los sentimientos que las mujeres querían siempre por más que las revistas de modas aconsejaran lo contrario. Nada de experimentos, nada de sensaciones extremas, ni juegos peligrosos.
Quizás vio en mí esa misma mirada de los seres que buscaban algo tan simple como un amor bien correspondido. El amor que se basaba en una necesidad mutua y en el trabajo por mantenerlo. Amor basado en lo que debemos ser y no en lo que podemos ser. Así que nos llevamos bien. Y encontré trabajo.
De pronto algo sucedió. Llegaba más tarde que de costumbre y se sentía cansada. Ya no tocaba el tema de los hijos y por momentos buscaba irritarme en discusiones sin sentido. Un día domingo me despertó a las seis y media de la mañana y noté por su cara que no había dormido. La pieza olía a cigarro.
–Luis, tenemos que hablar.
–¿Qué pasa?
Se había enamorado de otro tipo. Un gringo que llevaba un año al frente de su empresa. Quería la nulidad porque se irían a México. ¿Se había percatado de sus verdaderos sentimientos estando ya casada o es que su jefe era la persona adecuada y no yo?
–Quién sabe. A lo mejor está al frente mío y no me he dado cuenta.
–No lo creo –respondí muy sereno mirándola con absoluta tranquilidad.
Desilusión. Su rostro se aleja y su cuerpo está preparado para moverse automáticamente. Pagó la cuenta y prometió llamarme “si tenía alguna novedad”.
Nos separamos. Caminé hacia el metro, recordando que era una pérdida de tiempo llamar a Verónica. Me subí a un carro. Frente mío había una pelirroja de unos 25 años, probablemente estudiante de periodismo. No, tampoco. Ni siquiera alcanzamos a cumplir seis meses.

Creo en el amor. El problema es que el amor no cree en mí.
Escribí esa frase a los 24 años, una madrugada después de una fiesta universitaria. Fue la primera cosa que escribí con olor a escritor. Desde entonces he estado escribiendo y publicando. Es mi oficio, no mi profesión, aunque de alguna forma la primera se las arregla para comerse a la segunda. Por eso me cuesta tanto encontrar trabajo.
En los últimos siete años después de graduarme mi vida se había mantenido en un estado de cosas que podía definir como bloqueada. No iba a ninguna parte, pero tampoco retrocedía. Bueno, si no se avanza, tampoco se retrocede.
Tenía muchas teorías y una de ellas era que sin amor la vida se olvida de ti. Te deja a un lado, fuera del plan eterno y constante de la vida. Todos debemos amar y ser amados. Si eso no pasara no habría más raza humana. En algún momento la evolución creó o fomentó el amor como una fuerza para asegurar la continuidad de la especie. Si llegáramos a la conclusión que amar es una pérdida de tiempo y energía no tendríamos ningún interés en crear relaciones interpersonales. No habría intimidad, es decir, la creencia de que se conoce a los seres amados casi de la misma forma que uno mismo.
Puedo conocer a una mujer apenas la vea. No su vida, ni sus sentimientos personales, sólo su vida respecto a mí. Es como una visión simultánea, una imaginación espontánea que surge como una película en todos sus ángulos y tomas exactas.
–¿Hablas en serio? –Preguntó la doctora Verónica Sanhueza.
–¿Diría una mentira tan poco creíble para justificarme?
Pero no fue algo inmediato.

Se llamaba Alejandra y había llegado al colegio a principio de año. Yo tenía 17, y recién me daba cuenta que las mujeres eran algo más que compañeras de clase. Qué puedo decir, el amor no me importaba. Había siempre cosas más importantes que hacer. Me entretenía solo esperando que nadie me interrumpiera. ¿Mujeres? ¿Fiestas? ¿Pero cómo iba a perder toda una noche batiendo el récord de algún video-juego?
Pero Alejandra también detestaba las fiestas. Nunca iba, según me contaban. Bueno, para todos era una tipa extraña, silenciosa y siempre mirando a cada uno de nosotros como si no fuera a olvidarlos. Me topé con esos ojos una vez y creo que me habló. Escuché sus palabras silenciosas que decían algo, algo que tardé en comprender. Por eso se acercó. Por eso me llamó un día para invitarme a su casa.
Fui casi corriendo.
La belleza o lo que nosotros consideramos bello es en el fondo algo que ya hemos visto. La belleza es el reconocimiento; el mirar por segunda vez. Esas eran las palabras que escuché de ella. Era eso lo que me decía, mientras me hablaba de otras cosas.
Describir a Alejandra es inútil. Yo ya casi no la recuerdo físicamente. ¿Para qué recordarla? Prefiero esperar a reconocerla otra vez.
Fue mi primer amor, claro. Mi primera relación íntima y completa. La primera vez que mi cuerpo habló por sí solo el lenguaje de lo imposible. Fue extraño y noble. El tiempo pareció dilatarse, mientras el paisaje alrededor se hacía más comprensible y cercano. Sentí que había salido de las aguas de la realidad. Y que ahora flotaba sobre ellas.
Alejandra dormía y no dejé de observarla todo el tiempo del mundo. Estábamos solos, y aún era temprano. Puse mis ojos en su rostro e imaginé lo que sería de nosotros dos hasta el fin.
Imaginé que nos gustaban las mismas cosas, los mismos detalles reveladores. Las mismas impresiones y los mismos comentarios. Imaginé que nuestras palabras eran parte de una misma historia, de un mismo párrafo. Imaginé que seguíamos juntos, estudiando, sacándonos las mejores notas, celebrando los cumpleaños, bailando los mismos temas, juntos en todas las fiestas, con otros amigos u otras parejas, las mismas vacaciones, en el sur a dónde le gustaba, postulando a la misma universidad o a la misma carrera, bueno en lo que quisiéramos, en la misma ciudad o en distintas, hablando por teléfono, sincronizando nuestros viajes para estar juntos los fines de semana, en distintos buses, esperándola que llegase a la hora que me dijo, esperando, esperando, hasta que un llamado me dijera que había muerto.
Me estremecí. La visión fue tan potente, tan vívida que no me di cuenta cuando mis ojos se volvieron lágrimas y su cuerpo se hizo borroso.
Me levanté con cuidado, temiendo horriblemente despertarla.
Al poner los pies sobre el suelo sentí que volvía a hundirme en las aguas que conocía bien.

–¿Y qué pasó?
–Exactamente lo que imaginé. Ocurrió exactamente lo que vi. Un año y medio de relación y Francisca terminó muerta. El bus en que viajaba se hizo pedazos. Igual que ella. Tal como lo había visto.
La sensación de que veía más allá del tiempo y del espacio se hizo algo común. Las veía a ellas y a mí mismo. Cada detalle, cada sensación juntos. Cada silencio y cada final sin sentido y sin explicación. Pensé desde que se trataba de alguna enfermedad, alguna de esos males con sabor a psicología: paranoia, esquizofrenia, alucinaciones. Ninguna se ajustaba a lo que veía, pero tampoco deseaba arriesgarme a que un tipo de blanco decidiera por sí mismo que estaba loco o completamente enfermo.
Néstor Niemand, el escritor famoso por sus relatos de mutantes y evolución dice en uno de su libro Tiempo de Evolución que existen personas productos de genes latentes que se escapan a los márgenes de la evolución y de la vida conocida. Dice conocida, porque, agrega, no todas las funciones del hombre son aquellas que reconocemos como tales y que pueden existir algunas que se nos escapan.
–Por ende, una persona puede ser un mutante sin saberlo, pues tiene alguna cualidad sobrenatural que le permite hacer o no hacer algo en su propio beneficio. Las cualidades o también llamados “poderes” responden a una necesidad y a un fin, así como la vida ha dotado a ciertos animales a ver en la noche o rastrear el sonido a kilómetros de distancia.
Nadie tiene un poder sólo porque sí. Hay un plan oculto y misterioso que otorga cualidades a ciertos seres para que se desenvuelvan mejor. ¿Es eso lo que quiere decir Niemand? Si es así, entonces, ¿en qué me beneficia saber lo que ocurrirá con cada una de mis parejas antes de relacionarme con ellas?
He pensado mucho en eso y no encuentro aún una respuesta clara. Debo aplicar la lógica: si puedo ver lo que ocurrirá con cada pareja errónea quiere decir que puedo evitar relacionarme con ellas sin pérdida de tiempo y energía. Esos serían los beneficios. Me ahorro tiempo y energía gastada en un amor en vano.
ex¿Pero de qué me sirve eso?
Si ahorro tiempo y energía quiere decir que debo ocuparlos en otra cosa. Usarlos en otra actividad más importante o más idónea. No gastarlos en amor.
O puede ser que mi mente y corazón resistan sólo un amor y al ver simultáneamente mis futuros con otras mujeres puedo discriminar para acceder a eso. Suena razonable. Entonces sólo debo ser paciente y esperar.
Y así lo he hecho.
Uno puede perder las esperanzas cuando las cosas no son como se desean. Digamos que tengo esperanza en algo y al mismo tiempo una magnífica convicción. En los días de verano salgo a caminar por los cafés del centro o por Providencia.
Como un reptil me poso en alguna parte y espero. El sol cae sobre mi espalda y a través de mis lentes oscuros observo los rostros de las mujeres que deambulan alrededor. Las hay de todo tipo y de todo gusto. Las acecho con mi mirada, mientras las visiones dentro de mí se multiplican. Extraigo de ellas cientos de posibilidades, cientos de variables y las conjuro con mi vida.
Nada. Puros esfuerzos en vano. Sólo sueños malheridos que caen al final.
No hay nada qué hacer. Nada qué probar.
El reptil se levanta y vuelve a su refugio antes que llegue la noche.

Verónica no dejaba de fumar y mirarme. Yo le hacía el quite a sus ojos, mirando el relieve de los rostros femeninos alejándose o caminando cerca.
–Me gustaría ayudarte.
–Después de tres meses de sesiones creo que es suficiente.
–No como psicóloga.
–Para eso sirven ustedes. Para asegurarle a la gente que van escucharlos. Si le cuentas a tu mejor amigo algo, nunca estarás seguro que te escucha en verdad. En cambio tú estás obligada por ética profesional. Pero tengo mis dudas. ¿De verdad escuchan? ¿De verdad se sienten con la obligación de hacerlo?
–No me cambies el tema. Estoy acá como amiga. Los amigos se ayudan.
–Eso dicen. Pero tú no me puedes ayudar.
–¿Por qué no?
–Porque ya no siento que esté sumergido en un problema. Ahora lo entiendo. No debo amar. Ni siquiera tratar de imaginarlo.
–Esa no es una solución. Nadie vive sin amor. Sin ser amado.
–Mentira. Yo he vivido sin amor. ¿Por qué el resto no podría hacerlo?
–Te sientes diferente. Y así justificas tu actitud.
–Soy diferente. Puedo ver qué ocurrirá con mi corazón. Tengo esa ventaja. Sólo debo buscar la forma de aprovecharla.
–¿Y qué has pensado hacer?
–Lo que sea. Un hombre que no es consumido por el amor, tiene mucho tiempo y energía para hacer muchas cosas.
–¿Cómo cuáles?
–En eso estoy.
Podría seguir escribiendo. Concentrar todos mis esfuerzos en escribir y publicar. Tengo 32 años, todavía soy joven. Y lo seré si no sigo amando. Definir mi camino en forma paralela a la vida, sin mezclarme con ella.
–Luis, mírame a la cara.
–¿Qué cosa?
–Que me mires. Cada vez que hablo contigo evitas mirarme.
–Veo muchas cosas cuando veo un rostro.
–¿Y qué ves en mí?
–No querrás saberlo.
–Si quiero.
–¿Por qué?
–Porque te amo.
No era una novedad. Sólo un contratiempo. La había visto una vez y fue suficiente. Pero ella no lo sabía. Esa primera vez era sólo un paciente común, con algún problema típico.
La miro fijamente, con mucha tranquilidad. Noto sus ojos expectantes y nerviosos esperando algo. Entonces bajo la vista y enciendo un cigarrillo.
–¿Y? –Pregunta temerosa.
–No hay ninguna posibilidad.
–No te creo –dice molesta.
–¿Acaso viste algo?
–Lo he visto desde que entraste a mi oficina. Tus ojos no mienten. Hasta una psicóloga sabe eso. Pero también veo miedo. Miedo y resignación.
–No importa lo que veas. Importa lo que crees. El amor nunca creyó en mi. Y ahora yo no creo en él. Esa es la razón de mi visión remota: convencerme a mí mismo de que el amor es un acto en vano. Esa fue su labor: ver cientos de fracasos, cientos de frustraciones. Sólo desilusión. Y ahora que estoy convencido, soy libre. Libre para hacer lo que la vida reservó para mí.
–Espera, dime antes qué fue lo que…
–Es irrelevante.
Me alejo del café dejando que Verónica pague la cuenta. Camino tranquilo, sin necesidad de escapar de nadie y de nada. Ni siquiera de mí mismo.
Me detengo frente a una librería y busco algún libro de Niemand. Veo que está Tiempo de Evolución y me las arreglo para dejarlo en algún lugar donde todos puedan encontrarlo. Quizás haya otros que necesitan respuestas claras de alguna ciencia. Saber qué se mueve dentro de uno, que genes increíbles esperan su oportunidad.
Tal vez seamos capaces de activar nuestros propios genes latentes. Quizás la muerte de Alejandra activó en mí la capacidad de ver más allá del presente. Un hombre que no ama, crea. Un hombre que es soledad, piensa.
Todo puede contribuir a la normalidad si así lo aceptamos. Podemos siempre encontrar una salida, si en verdad lo deseamos. Podemos inventar un mundo si nos rechazan. Vamos, nada es imposible. Sólo hay que aceptar los sacrificios, la pérdida y el dolor como algo propio de las cosas.
Camino durante una hora hasta mi departamento y siento la enorme satisfacción de alcanzar mi hogar sin que mis ojos se perdieran en el rostro de ninguna mujer.

Pablo Castro Hermosilla

Einherier 5.0

Por Pablo Castro Hermosilla

1.0
Anarquía. Caos y disolución.
La ciudad se llama Santiago. El país, Chile.
Mas, se trata de cualquier ciudad. Podría ser el pueblo donde naciste o la capital de un país que está en las noticias.
El caos es a veces una noticia en vivo y en directo o a veces, una fuerza invisible y silenciosa carcomiendo los cimientos, las bases de una nación.
Entropía, corrupción, desidia, injusticia, estupidez… Todo parece algo deliberado y siniestro. Alguien o algo está detrás de todo.
Creadores del cáncer social, diseñan metástasis en las zonas vulnerables del corazón, de la mente humana.
Les llaman sueños vivos. Neurofantasías de alta definición. Sistemas cyberorgánicos que emulan vivencias, imaginaciones, deseos ocultos… Simuladores de realidad sintética que atrapan a las mentes débiles, a las conciencias agotadas y sin esperanzas.
Los sueños vivos. La gente los compra en distintos formatos: pistolas lásers que cargan neuronas sintéticas, pastillas con proteínas de información, cultivo de células digitales para visores oscuros y viejas consolas de RV.
Por algo de dinero puedes introducir un sueño en tu mente y vivirlo como si fueras el protagonista de una película. Hay muchos sistemas, versiones distintas y actualizadas. Hay sueños que sólo te permiten vivir lo que un guionista ha escrito para sí. Hay sueños que puedes jugar en línea con otros soñadores. Hay paquetes especiales donde puedes modificar el sueño a tu voluntad y colocar patrones de comportamiento de gente que conoces. Puedes emular a tu mejor amiga muerta para que te acompañe en un viaje a un país distante. O sueños inteligentes que moldean tu entorno absorbiendo tus propias emociones y sentimientos. O bien puedes encargar un sueño específico donde te devuelven a la infancia o a ese momento que siempre has querido revivir, con las personas que en verdad te querían.
Todo sería soportable si no fuese por los sueños ilegales, lo sueños proscritos. Neurofantasías distorsionadas y con una moral desconocida. Sueños vivos que erosionan lo establecido, sin reconstruir nada. Sueños donde alguien le provoca un aborto a la mujer que amaba. Sueños donde alguien mata al sujeto que odia. Sueños donde cientos destruyen el país que no soportan. Sueños que atacan a la nación que tú amas.
Si durara un momento podrías aceptarlo. Si sólo fuese un sueño de vez en cuando…
Las neurofantasías son adictivas. Sumergen al individuo en un deseo del que la mente no puede escapar. Te vuelves adicto, te vuelves esclavo del sueño. Aunque no haya dinero, aunque destruyas tu propia vida no puedes vivir sin el sueño.
Si sólo durara un momento…
El dinero no es eterno. Los sueños deben recargarse. Y cuando los adictos deambulan en su desesperante realidad buscan transformarla, buscan convertir la realidad en sueño.
Y entonces matan al sujeto que odian. Destruyen el país que no soportan. Atacan a la nación que tú amas.
Eres capitán de la policía. Quince años de servicio. Muchos problemas, mucho combate en vano. Pero no te quejas. Entraste porque tenías vocación de servicio. Porque creías en lo que hacías. Dejaste de lado profesiones de lucro y una vida confortable, porque amas el país que se llama Chile. Has visto tantas cosas, tanta locura, que parece que nunca solucionas nada. Eres policía. hacías. Dejaste de lado profesiones de lucro y una vida confortable, porque amas el país que se llama Chile. Has visto tantas cosas, tanta locura, que parece que nunca solucionas nada. Eres policía. Orden y patria es tu lema. Tantas horas a pie por la ciudad, tantas noches lluviosas soportando el frío.
Y sin embargo te odian. Ves como se ha fomentado el odio a tu uniforme. Ves como algunos adictos te miran como lobos, acechándote, esperando un descuido para poder liquidarte.
Cinco meses atrás una pandilla de adolescentes ha acribillado en el suelo a tu compañero de unidad. Se llamaba Sergio Gutiérrez. Tenía esposa e hija, igual que tú. Treinta tiros en la espalda.
Conoces la pandilla. Son adictos al DeadPolice, Mataverdes o CopKiller, sueños donde tú eres el objetivo a matar.
La pandilla sale en libertad dos semanas después gracias a un abogado que factura diez veces más que tú.
Lo recuerdas todo. Lo analizas y no logras entenderlo. Manejas de noche en dirección a tu casa. Tu superior acaba de informarte que habrá una rebaja de sueldos. Cultura es más importante, más necesaria dicen los opinólogos.
Puedes ver como los adictos extienden sus fantasías en el mundo entero, en la ciudad donde habitas, en el país llamado Chile. Puedes ver como distorsionan las relaciones humanas, volviéndolas ajenas y los Puedes sentir como las leyes protegen a los criminales y liquidan a la nación. Queman tu bandera, cambian tus escudos. Destruyen tus héroes, postergan la vida. Puedes sentir como las leyes protegen a los criminales y liquidan a la nación.
Vas al cementerio de la policía y dejas una flores sobre en la tumba de tu compañero. Lloras en silencio.

2.0
Noviembre 15, 2056.
05:43 AM
Santiago-Este.
La Unidad de Contra-Informática decomisa miles de sueños vivos ilegales encontrados en el subte de una discoteca. La gente reacciona y ataca a los agentes. Llega la policía, pero algunos exaltados portan armas de fuego. El tiroteo es intenso y parece un antiguo video-juego, lo que excita a los sueño-adictos. Mueren tres policías. Hay más de veinte heridos. El gobierno decreta estado de alerta urbana y ordena clausurar las salas de neurofantasías clandestinas que bullen en los sectores donde un sueño vivo es aún algo…
La violencia surge como un cáncer alimentado por fuerzas extrañas y sin rostro. Santiago se vuelve campo de batalla. Los sueño-adictos no toleran vivir demasiado fuera de sus fantasías. Grupos de vándalos desalojan las tiendas de sueños emulando sus propios sueños y fantasías. Descubren que pueden extenderlas y llevarlas hasta límites inconcebibles. La realidad los excita, los vuelve en entes virtuales sin miedo y sin ataduras.
Adictos a Vandalik destruyen las casas comerciales y oficinas públicas. Adictos a Anarkia queman banderas y monumentos, destruyen estatuas de antiguos héroes nacionales. Adictos a Violator rasgan las vaginas y los traseros de mujeres en sus casas. Adictos a DarkPark y Urban Sniper disparan desde la oscuridad. Adictos a Sodoma buscan niños en las zonas marginales.
Una noche noviembre el caos y la violencia dejan a la policía incapaz de reaccionar. No hay efectivos suficientes y por tres días seguidos amplias zonas de Santiago se vuelven tierra de nadie. El gobierno declara estado de sitio y recuerda que tiene fuerzas armadas. Unidades del Ejército cubren las principales avenidas mientras los mantarrayas de la Fuerza Aérea apoyan desde el cielo con disparos certeros ahuyentando a la masa enloquecida y desbocada.
mientras los mantarrayas de la Fuerza Aérea apoyan desde el cielo con disparos certeros ahuyentando a la masa enloquecida y desbocada.
El gobierno está impotente, pero la Fuerza Aérea (Fach) y el Ejército ya ha hecho planes de contingencia, formando en silencio grupos de respuesta urbana. El Ejército y la Fach tienen experiencias después de múltiples misiones de imposición de paz bajo mando de la ONU.
Aparecen las primeras SA o Secciones de Ataque. Al parecer las fuerzas armadas están ya preparadas, acostumbradas a la entropía y estupidez de la sociedad civil. En menos de dos días, logran controlar la situación. Los adictos entienden que las SA no están para juegos. Comprenden que no tienen vidas extras para enfrentar secciones de ataque. Y que no hay sueños que las hayan concebido.
Todo vuelve a la normalidad. La mayoría de la población aplaude el accionar de las fuerzas armadas y respeta su autoridad. La población de Chile, por mandato histórico y racial, puede tolerar la corrupción y el mal gobierno, pero no el desorden. Los medios internacionales se sorprenden de este fenómeno y lo comparan con lo sucedido en Sao Paulo, Vancouver y Liberia.
Pero el saldo aterra al gobierno y a la clase política liberal. Hay más de 350 muertos, entre ellos 60 policías. Temen que en las próximas elecciones la gente desapruebe su accionar. Al parecer no han leído bien el momento histórico. Saben que sin la fuerza no hubiesen podido frenar la situación. Pero se ven abrumados por las hordas de opinólogos, sociólogos, grupos de derechos humanos y ultraizquierdistas que piensan lo contrario. Los atacan de reaccionarios, fascistas, asesinos, criminales y exigen justicia para condenar a las SA. Piden un plebiscito para sacarlos del poder. No quieren un estado militar y piensan que lo sucedido prueba que las fuerzas armadas no debieran existir.
Al final el gobierno cede. Manda un proyecto de ley al Congreso y éste lo aprueba inmediatamente. Surge la Ley 616 de contingencia urbana. Sólo la policía puede disparar contra los ciudadanos, pero con armas de corto calibre. Las SA seguirán actuando, pero sólo en caso de alerta urbana. No podrán dispararle a nadie menor de 17 años, no importando si se trata de terroristas, vándalos comunes, criminales o simples ciudadanos.
La ley no gusta a nadie y siguen los problemas. Aparecen los sueños donde despedazan a las SA. Las Fuerzas Armadas buscan que sean ilegales, pero nadie los escucha. Todos tienen derechos a soñar que los maten, dice un opinólogo en tv neural.
Ves ese programa: sientes la rabia y la desilusión. Es el peso de la noche que se traga la verdad y extiende la mentira. Es el manto oscuro que cubre los hechos inmediatos y disuelve el pasado distante. Sabes que en poco tiempo nadie recordará a tus camaradas muertos. Sabes que no habrá monumentos a esos caídos. Sabes que nadie recordará el accionar de las SA y su responsabilidad histórica. La misma responsabilidad que sentiste desde niño, la responsabilidad que a nadie le gusta asumir, que todos quieren olvidar, la responsabilidad disuelta en una maraña infinita de derechos de miles de ciudadanos que no aceptan sus deberes y que mandan a otros para que se hagan cargo de ellos, los mismos ciudadanos que después no toleran el olor a sangre en sus uniformes.
Un rumor llega a tus sentidos. Las SA están escasas de personal. La reducción de personal en la Fach y también en el Ejército hace imposible mantener un servicio extra de apoyo a la policía en la lucha urbana. Recuerdas las leyes aprobadas para transformar los ejércitos en fuerzas espectrales, en virtud de los nuevos escenarios de combate: guerras infoneurales, ataques furtivos, centros de bio-información, etc. Escenarios donde el campo de batalla no necesita grandes contingentes y unos pocos pueden producir igual daño.
La policía decide trasladar gente experimentada a la Fach. Se puede renunciar al servicio y formar parte de las filas de la Fuerza Aérea, pero eso significa perder parte importante de tu jubilación. Lo discutes con tu mujer y le dices que siempre serás policía, pero que las fuerzas armadas son el último refugio que le queda al país. No lo entiende, pero ya lo tienes decidido. No te importa el dinero o las asignaciones. Sientes que el policía que solías ser murió la noche de noviembre. Y ahora quieres renacer como algo nuevo.
Ingresas a la Fach. El entrenamiento es intenso y por momentos crees que no lo vas a lograr. Te instruyen con tácticas de lucha urbana. Te dicen cómo moverte en ciudades semi-destruidas, a discriminar blancos, a saber descubrir cuándo o quién te acecha. Te enseñan a disparar con armas de largo alcance. Te enseñan a usar sistemas de combate que nunca has visto: fusiles de alta precisión, visores de proximidad. Te sumergen en sueños vivos donde vuelas hacia un foco de lucha y desde el aire debes liquidar a tus enemigos. Sueños donde estás bajo fuego y debes reaccionar con rapidez, mientras decides las acciones certeras a seguir. Cumples de forma extraordinaria y bates cada vez tus propias marcas. Tu rango de capitán de policía te da autoridad y te asignan cuatro hombres, policías igual que tú:

Gustavo Valenzuela: 31 años. Teniente.
UCI, Inteligencia, Experiencia de lucha callejera.
Separado, sin hijos.
Tu brazo derecho. Leal y decidido. Futuro líder de sección.

Rodrigo Sáez: 28 años. Sargento.
Miembro de Operaciones Especial. Zona Norte.
Soltero.
Un verdadero soldado. Capaz de acertarle a un tipo desde dos kilómetros de distancia.

Juan Escalona: 26 años. Cabo Primero.
Sector Oriente.
Soltero.
Antes que le des una orden ya la ha cumplido.

Francisco Hernandez: 24 años. Cabo Segundo.
Sector Centro.
Casado, un hijo.
Lo miras y te ves a ti mismo. Es joven, lleno de entusiasmo. Aplicado, valiente. Aprende rápido.
Todos se reflejan en él. Todos lo cuidan. Sabes que en el futuro soldados como él, serán escasos y necesarios.

Esos son los hombres a tu mando. Toman nombres claves que serán sus distintivos, siguiendo la tradición de la Fach: Vectra, Siegfrid, Exel, Husar. Junto a ti son ya la Sección de Ataque Aerotransportada 505 o SA-505.
Te sientes parte de algo grande, como cuando eras niño y algo inmenso latía dentro de ti. Eres el capitán Emilio Enríquez. Líder de la SA.
Eres Einherier.

3.0
Desde el cielo puedes ver tu nuevo hogar.
La Fach te asigna a Arauco-1, la base del escuadrón Luftwaffe, que alberga a cinco secciones aéreas. La base está situada al sur de Santiago. Las mantarrayas vuelan a gran velocidad y pueden alcanzar su objetivo en cinco a diez minutos.
Arauco-1 es una base pequeña, acondicionada para albergar a las SA. Sin embargo, el gobierno ha colaborado para construir un lote de departamentos dentro de la base, pues es preferible que en caso de emergencia extrema estén todas las secciones y no sólo por turnos.
Es ideal, pues no sólo estás lejos de Santiago sino que además muy cerca existe una pequeña comunidad que dispone de todos los servicios de la gran exxEs ideal, pues no sólo estás lejos de Santiago sino que además muy cerca existe una pequeña comunidad que dispone de todos los servicios de la gran ciudad. Hay un colegio para tu hija y la posibilidad de un trabajo para tu esposa. Toda el área es una zona tranquila, donde sabes que habrá seguridad para tu familia.
Tu sección sobrevuela Santiago en turnos preestablecidos. La sensación es increíble. Nunca ha sentido tanta ansiedad, tanto estremecimiento como cuando atraviesas el cielo nocturno de Santiago la ciudad. Aunque las noches se han calmado un poco, igual sientes algo inmenso, potente cada vez que sobrevuelas la ciudad junto a tus hombres.
Alerta Urbana. La policía descubre el escondite de un guionista de sueños vivos ilegales. Un par de tipos armados lo protege. Seguramente trabaja para algún cartel que distribuye los sueños en las salas de simulacros que abundan en los barrios bajos o bien las vende directamente.
La policía inicia la redada y se trenza a tiros con los delincuentes. Estos suben a un auto, y dejan atrás a los policías. El coche vehículo avanza rápido pero antes de tomar una vía rápida el mantarraya desciende y bloquea la huída. Bajas con tus hombres y avanzan hacia el vehículo.
Uno de los tipos dispara su M-66 desde la ventana. Grave error. Todos arriba del auto superan los 17 años. El auto hace un giro pero ya es tarde. Húsar abre fuego y les destroza los neumáticos. Los hombres salen del auto en distintas direcciones, pero Exel y Siegfrid les cierran el paso, con sus fusiles apuntándoles. El tipo de la M-66 cae herido. El guionista va hacia él y toma su arma. No se da por vencido y trata de recargar el M-66. Te cercas a él, con la mira láser en su cuerpo.
–Vamos, hazte un favor y dispárame –le dices, con el fusil sin apuntar.
El hombre duda y cree poder ganar. Ha matado SA antes en los nuevos sueños vivos y no siente que ahora sea distinto. Pero tiene miedo. Si falla, no tendrá otra sesión de sueño para superar ese nivel. Lo sabe. Y ahora es cuando el frío de la noche alcanza su piel y se le mete por los poros.
–¿Eres el guionista? –le preguntas.
–La realidad dura una sola vez, ¿verdad?
El tipo bota el arma. Tus hombres reúnen a los otros delincuentes y los tiran al suelo, con las manos en sus espaldas.
–¿Cómo te llamas? –le preguntas.
–Gabriel Castell
–No. Tu otro nombre. El que usas cuando firmas tus sueños.
-No… no tengo por qué decírtelo.
Vectra le coloca una pistola en la sien.
–Este no es tu sueño. Es la realidad. Y yo pongo las reglas. O me dices tu nombre o te vuelo los sesos.
El tipo sabe que no podrían matarlo, de acuerdo a las leyes, pero ya nada existe en ese momento.
–Me dicen Cuervo.
Tu cuerpo se pone rígido. Tus manos apretan el fusil. Cuervo, el guionista de sueños mata policías. Los adictos que mataron a tu compañero.
–Arrodíllate. Vectra, Exel, las manos.
Te acercas y sacas tu corvo. Colocas el filo en una muñeca.
–¿Digitas con una o mejor te corto las dos?
–Por favor, no me cortís las manos… – aúlla.
–Entonces elige.
–No, no, no me cortís… ¡Perdónenme!
Lo agarras del pelo y enfrentas su rostro.
–Deja de diseñar porquerías, porque si te vuelvo a pillar en la realidad te cortaré todo lo que tienes. ¿Me oíste?
Lo sueltan y lo juntan con el resto. Minutos después llega un vehículo de la UCI. Se bajan dos agentes y se te acercan.
–Buen trabajo –dicen.
–¡Milico culiados, me iban a cortar las manos! –gritan desde atrás.
–¿Qué le pasa?
–Nada. Debe estar soñando. ¿Sabe quién es?
–No.
–Un asesino de policías.

Vuelves a la base. Tus hombres ríen y conversan entre sí. Los espera el hogar, sus seres queridos. Esta noche han dado un buen golpe y el descanso sabrá distinto.
Pero cuando entras a casa encuentras a tu mujer llorando. No entiendes qué pasa. Le preguntas qué ocurre, pero la mujer no puede hablar en medio del llanto histérico y desesperante.
–¡La violaron! –grita de pronto–. ¡Violaron a tu hija!
Logras calmarla y te cuenta cómo ocurrió, aunque ya lo sospechas. Vas entonces a la pieza de Ignacia y está durmiendo. Te quedas mirándola, pensando en qué vas a hacer. Mientras eso ocurre sientes que te vuelves nada. Sientes otra vez la inutilidad de la vida. De tu propio trabajo.
La violaron…
Le das un beso con cuidado para no despertarla. Luego vas a un velador y sacas tu pistola no reglamentaria. Te quedas toda la noche con ella, pensando, mientras el ruido de los mantarrayas se introduce en tu mente.
Por la mañana recibes un mensaje por canal neural.
–Einherier. Preséntese a líder de escuadrón.
Le dices a tu mujer que duerma. Ella te mira cómo si no fuese capaz de proteger nada de lo que te rodea. Tú también lo sientes así. Sales del departamento y caminas hacia el puesto de comando. Ves salir una SA a bordo de un matarraya volando hacia Santiago. Deseas más que nunca ir con ellos.
Tocas la puerta y entras. Menasor está sentado detrás de un escritorio.
–¿Quería verme coronel?
–Siéntate, Emilio.
El coronel Meneses es alto, pelo al rape y un cigarro en la mano. Ha estado en numerosos combates, en las antiguas operaciones de imposición de paz. Es un hombre valiente, duro y despiadado: el prototipo de lo que debe ser un comandante a cargo de un escuadrón de SA.
–¿Cómo está tu hija?
–Durmiendo. Pero no sé qué le voy a decir cuando despierte.
–Tu mujer dio aviso y requisamos el sueño. ¿Dónde lo compraste?
–Lo encargamos vía red. Era un simulador para aprender francés básico. Petit Francais, versión 2.0. Ignacia llegaba del colegio y lo cargaba sola. A la hora de once se ponía a recitar cosas en francés. Une table… le pain… le fromage. Lo hacía muy bien.
–Sé por lo qué estás pasando. Cuando estuve en el Caúcaso, vi cómo violaban a mujeres y niñas frente a mí sin poder hacer nada.
–Coronel, esto no es el Caúcaso. Tampoco Angola, ni Kachemira. Es Santiago. Chile. ¿Cómo vamos a dejar que violen a nuestras familias así no más?
–Tú cumples un trabajo que trata de terminar con eso. Ahora esta situación te pilló fuera de tu casa y a lo mejor tu mujer piensa que podrías haberlo evitado.
–¿Y qué podría haber hecho yo? La niña cargó el programa, apareció la maestra digital que se convirtió en un tipo que comenzó a golpearla y penetrarla por detrás. Fue lo que la niña le contó a mi mujer. Pero no sé qué otras cosas le habrán hecho.
–Mira es mejor que no los sepas. Trata de olvidar el asunto. Sé que es difícil, pero tienes un trabajo que debes hacer con mucho cuidado.
–¿Qué quiere decir?
–Vamos, Emilio, ¿a quién engañas? ¿Crees que no sé lo que estás pensando? Quieres que llegue un alerta urbana lo más rápido posible y sacarle la cresta al primero que encuentres. Ojalá un sueño adicto. O mejor todavía, exx–Vamos, Emilio, ¿a quién engañas? ¿Crees que no sé lo que estás pensando? Quieres que llegue un alerta urbana lo más rápido posible y sacarle la cresta al primero que encuentres. Ojalá un sueño adicto. O mejor todavía, un diseñador, un guionista. Si tuvieras enfrente al tipo que diseñó la violación de tu hija que infiltró su sueño lo mataría sin pensar. ¿Cierto?
–No lo sé.
–Ahora no, ¿pero y en el momento en que lo tengas frente a ti?
–No sé… bueno quizás lo mataría.
–No puedes dudar, Emilio. Ese es el punto. Y me preocupa. Porque no tenemos mucha gente y no puedo permitir tener a un líder de sección que pierda el control frente a sus hombres. Estamos en una guerra que nadie quiere reconocer y no tenemos la iniciativa. No es mucho lo que podemos hacer y tú lo sabes. Nadie nos va a ayudar, nadie va a hacer campaña por nosotros. Lo único que tenemos es a nosotros mismos. Por eso quiero que te mantengas con la moral en alto. Tú y tu sección. Y que controles tus impulsos. Fuiste un buen policía, pero ahora eres militar. Un soldado. Y acá no somos asesinos. Somos secciones de ataque. ¿Entiendes?
–Sí coronel. No se preocupe. No voy a manchar este uniforme.
–Bien. Ahora escúchame. Hay una persona que he asignado para que investigue lo que pasó con tu hija. En realidad la pedí personalmente porque la conozco y sé lo capaz que es.
–¿Inteligencia está investigando?
–Sí. Creen que el diseño vino de algún tipo escondido quién sabe dónde. De seguro un maricón que se cree especial imaginando y diseñando porquerías. Si fuera por mí lo mataría inmediatamente, sin compasión.
Piensas que tú también lo harías, si supieras quién fue. Sientes que la duda sigue sobreviviendo dentro de ti.
–Pero no son ellos exactamente los que van a encontrar al guionista o diseñador o cómo se llame. Hay otra gente trabajando ya en esto. ¿Has oído hablar de Los Espectros?
–Sí.
Los Espectros. Nadie sabe mucho de ellos. Se supone que son la sección especializada de las Fuerzas Armadas en el combate de sexta generación: infiltración de centros de comando y control, ataques furtivos a los sistemas de inteligencia artificial, destrucción de puntos neurálgicos, tácticas de bio-informática, control de conciencias emuladas… toda una zona de combate invisible pero en permanente conflicto.
No se conoce mucho sobre la identidad de Los Espectros, pero hay rumores que se trata de mentes emuladas en ambientes digitales. Mentes de oficiales ya muertos o bien en estado de suspensión neural permanente. Los norteamericanos usan fetos que cultivan en órbita para entrenarlos en combates de bio-redes. Quizás son puros rumores y se trata de personas comunes y corrientes entrenadas para el combate de sexta generación.
–No es fácil que Los Espectros hagan este tipo de trabajo porque están siempre en modalidad de combate, pero uno de ellos se dará el tiempo de trabajar en esto. Se llama Minerva. Es una de las mejores oficiales de rastreo y búsqueda. Te ayudará a encontrar quién fue el tipo que infiltró el sueño.
–¿No daremos cuenta a la UCI?
–No, esto lo llevaremos nosotros. La UCI está lenta y abrumada por los reglamentos.
–¿Dónde encuentro a Minerva?
–Ella te encontrará. Pero no esperes verla. Los Espectros casi no existen en la realidad.

4.0
Durante varios días esperas el llamado de Minerva.
A tu sección le dan unos días de descanso. Aprovechas de estar con Ignacia, pero la niña no habla, y sus ojos están fijos en algo que tú no puedes ver. La llevas al psicólogo de la base, pero no hay demasiado progreso. Tendrá no puedes ver. La llevas al psicólogo de la base, pero no hay demasiado progreso. Tendrá secuelas permanentes. ¿Cómo explicarle a una niña que lo sufrido no fue real? ¿Cómo explicarle que sólo lo bueno es real y lo deforme un sueño?
No tienes respuesta. Sabes que necesitarás de mucho tiempo para que sane esa herida. En ti y en tu hija. En todos.
Pero en medio de los vuelos de reconocimiento, de las noches sin turno, te preguntas qué sentido tiene encerrar a criminales y violadores, cuando un tipo puede destruir la vida de tu hija a distancia, sin necesidad siquiera de salir de su casa.
Te preguntas cómo combatir eso. Te preguntas si tiene demasiado sentido.
Desde el mantarraya se pueden ver las luces de la ciudad como una galaxia, expandiéndose y alcanzado la oscuridad. Pero sientes que es al revés. Es la oscuridad la que se mantiene ahí, en silencio, esperando el momento.
–Sección de Ataque A505, este es Arauco-1, cambio.
–Arauco-1 este es SA-505, cambio.
–Diríjanse al cuadrante K16, Santiago-Oeste. Policías bajo ataque, repito, policías bajo ataque.
–Enterado Arauco-1, este es SA-505. Vamos hacia allá.
El mantarraya zumba y sus hélices silenciosas susurran en la noche sin viento, en dirección oeste. El piloto inicia los sistemas furtivos y un par de minutos después alcanzan el objetivo.
Es un antiguo barrio de Santiago-Oeste, la parte más afectada por el terremoto del 2040. Sus edificios bajos y grises parecen ruinas de bombardeo. Es territorio de nadie hasta que sin previo aviso llegan las pandillas de tecnokupas a someter los escombros.
–Exel, termográfico. Enfoca a la patrulla.
En la pantalla aparecen fantasmas de colores vivos en medio de un azul oscuro y vacío. Una llamarada emerge incesante, mientras a pocos metros unos tonos rojos y amarillos forman una figura humana desplomada sobre sí misma.
–Escáner médico.
El hombre se mueve con dificultad sobre la calle mientras en la pantalla las líneas de la vida forman pequeños montículos, moviéndose lentamente.
–Arauco-1, tenemos patrulla incendiándose. Oficial muerto dentro de ella. Oficial herido necesita ayuda. Solicito neutralización de posibles blancos hostiles, repito, solicito neutralización de posibles blancos hostiles.
–¿Cuál es el estado del oficial vivo?
–Contusiones múltiples, heridas de balas en la pierna, brazo y cadera.
Estado crítico.
–¿Edad de los blancos?
–No lo sabemos. No hay rastro visible de ellos.
–Desciendan e investiguen. Rescaten al oficial. Silencio de fuego, repito, silencio de fuego. Esperen confirmación de atacantes.
El mantarraya gira sobre sí mismo y busca un lugar protegido. Desciendes con tus hombres y preparan sus armas.
–Ya saben, silencio de fuego. Avancen por la calle hacia la patrulla. Siegfrid, Vectra, primero. Húsar, tu conmigo. Vamos.
Avanzan por la calle en dirección a la llamarada que ilumina la oscuridad del sector. La calle desemboca en un pasaje rodeado de edificios bajos, de no más de cuatro pisos.
–20 metros. Capitán, no veo nada –dice Sigfrid.
–¿Manta, que ven?
–Nada capitán.
–Bien. Siegfrid, Vectra, saquen al policía. Arrástrenlo hacia la pared de ese edificio.
–Comprendido.
Los hombres avanzan hacia la patrulla con los fusiles en alto.
Ráfagas de disparo.
–¡Emboscada, emboscada! –grita Exel
–¡Emboscada, emboscada! –grita Exel
Un hombre cae al suelo. Vectra.
–Le dieron, le dieron.
–¡Mueran milicos fascistas! –se escucha desde algún lugar.
Ráfagas… Gritos de júbilo.
–Vectra, Siegfrid, retrocedan.
Siegfrid se incorpora y toma del brazo a Vectra.
–Arauco-1, tenemos oficial herido de la policía bajo fuego. Solicito permiso de netralización.
–Confirme edad e identidad de los atacantes.
–¡Están en las ventanas de los edificios!
–¡Exel, que ves!
Optrónica de alta densidad.
La visión cruza los muros derruidos por la humedad, el polvo en suspensión y alcanza la piel. Capta los píxeles de colores. La visión se aleja para ver el tatuaje. La calavera negra y roja de un feto atravesado por una cuchilla, rodeada de un rápido nombre:
Deadheads
–Capitán, son Cabezas Muertas.
Cierras los ojos.
Los Cabezas Muertas usan adolescentes como vanguardia de combate. Sus cabecillas los dirigen a distancia. Quienes te disparan no tienen más de 17 años.
No podrás disparar.
–Arauco-1, este es SA-505. Ninguno de los atacantes supera los 17 años. Solicito permiso de neutralización.
–Negativo. Repito, negativo. Rescaten al herido y salgan de ese lugar.
–Arauco-1, imposible rescatar al herido. Estamos bajo fuego, repito estamos bajo fuego.
–SA-A505, conserve su posición y espere refuerzos. Unidades de la policía se dirigen al sector. Mantenga su posición.
–¿Tiempo estimado de llegada?
–Veinte minutos.
–¿Veinte minutos? ¡Capitán, van a hacer mierda a Vectra en cinco minutos!
–Arauco-1, tenemos hombre seriamente herido en la línea de fuego. No podemos evacuarlo y está bajo fuego. Si no neutralizamos a los atacantes estará muerto.
–SA-A505, conoce la situación. No puede hacer fuego a menores de 17 años. Mantenga su posición y espera los refuerzos.
–¿Están cagados de la cabeza?
–Siegfrid, silencio.
–¡Están matándolo! ¡Lo están matando como si fuera un juego, esos hijos de puta! –grita Exel.
–Capitán, tenemos que responder –dice Vectra. Notas que tiene una voz distinta.
–Los voy a liquidar. Puedo verlos. Un disparo más y los liquido a todos – Siegfrid no deja de apuntar.
–Siegfrid, ¿qué cresta estás haciendo? Si disparas te retirarán del servicio.
–No me importa. No dejaré que maten a ese hombre.
Una disparo hace estallar el lector de audio y se incrusta en la pierna del oficial. Se escucha un grito.
–¿Qué hacemos? –Pregunta Húsar.
Las llamas se han ido apagando y una tenue lluvia comienza a caer. El policía sigue desplomado y ya casi no se mueve.
–No creo que sobreviva –apunta Vectra.
Desde el otro lado se escuchan gritos.
–¡Vengan milicos de mierda! ¡A ver si son tan valentones los hijos de puta!
–Capitán…
Otro disparo. Ahora el grito es ahogado, casi con rabia.
No sabes qué hacer. Tienes ahí un tremendo poder en tus manos, equipo que vale casi millones y no puedes usarlo. Sólo esperar a que llegue la policía que sí puede disparar. Pero tienes claro que apenas aparezcan los Cabezas Muertas se esfumarán buscando otros escombros donde pasar la noche y dispararle a la nada.
El policía sigue aún vivo y desde el mantarraya monitorean sus signos vitales.
El policía sigue aún vivo y desde el mantarraya monitorean sus signos vitales.
–Manta, ¿cómo sigue el oficial?
–Grave, capitán. Espere, creo que dice algo.
–Retransmite.
Todos se mantienen alerta.
–Salgan… de… a… quí.
Otro disparo.
–¡Conchesumadres! –Grita Siegfrid.
Entonces ves a un Cabeza Muerta, casi un niño, avanzar con una molotov en su mano. Se acerca sonriente al cuerpo del policía. Le lanza una patada y luego su brazo hace estallar la botella ardiente en todo su cuerpo. El policía se retuerce en el suelo, aullando, mientras se escuchan gritos de júbilo y disparos. Luego todo queda en silencio.
Observas la escena, el cuerpo ya inerte del policía que se hace borroso a pesar de no llueve.
Minutos después una patrulla llega al lugar.

Vuelas en silencio hacia Arauco-1. Observas el rostro de tus hombres y puedes ver la amargura e impotencia convertidas en silencio.
–Maldita ley… maldito Congreso.
–Calma Siegfrid. Esa es la democracia. Que no te sorprenda si después nos quitan las armas –dice Vectra.
–A la mierda la democracia. Capitán, ¿vamos a quedarnos así, viendo cómo nos matan?
No sabes qué responder. Sabes que no hay posibilidades de cambiar las cosas. Sabes que el cáncer jamás se cura, sólo se pospone, con medicamentos inútiles: Policías, UCI, SA. Nunca serán suficientes. La enfermedad está ya demasiado extendida, demasiado protegida para causarle un daño quirúrgico.
¿Entonces qué queda por hacer? ¿Qué sentido existe para seguir luchando?
Una voz te trae una respuesta. Penetra en tu canal neural privado, rompiendo tus barreras de protección. Sabes quién es. Sabes quien puede penetrar así, como un espectro.
-Einherier, soy Minerva. Coordenadas 4-5-67. La policía va en camino. Necesitarán el apoyo de tu SA.
Miras a tus hombres, desmoralizados. Piensas en el cuerpo de ese policía, sin vida, sin forma buscando una respuesta. Recuerdas a Sergio. Piensas en Ignacia.
–Piloto. Fija nuevo rumbo a estas coordenadas.
–Pero volvemos a la base.
–Aún no. Hay trabajo que hacer. Vectra, Exel, Siegfrid. Preparen armas.
Los hombres se sorprenden por unos cuantos segundos, pero pronto vuelven sus rostros serenos, los rostros del deber que de tanto en tanto ves en alguna esquina de tu ciudad.

El sueño termina. La versión 4.0 se eclipsa.
–¿Qué te pareció? –Le pregunto, a través del canal neural.
–Extraño. Me sentí como si fuera yo.
–Bueno, pero si eres tú –le digo.
–Es un decir.
Se levanta y sacude la cabeza. Después del retiro las cosas siguen existiendo, piensa y yo capto ese pensamiento, con dos minutos de retraso.
–Es extraño sentirse uno mismo después de tanto tiempo –dice.
Después del incidente con los Cabezas Muertas tuvo que abandonar la Fach. Estuvo en prisión cinco años y en ese tiempo pensó mucho en todo lo ocurrido, en todo lo que estaba pasando. Los sueños ilegales eran casi invencibles; nadie los combatía en la realidad. ¿Y por qué no entonces combatirlos en su propio territorio, con sus mismas cartas?
¿Por qué la gente no podía sentir ni vivir lo que él estaba pasando? Quizás si alguien se metía en la vida de un policía juzgaría mejor sus convicciones. Si todos viviéramos las vidas de otros, comenzaríamos a entender nuestros propios errores, creía.
Fui yo quién se lo sugirió, aunque la idea rondaba en Fach desde hacía tiempo. Pero siendo su caso emblemático, de conmoción nacional, sería bueno errores, creía.
Fui yo quién se lo sugirió, aunque la idea rondaba en Fach desde hacía tiempo. Pero siendo su caso emblemático, de conmoción nacional, sería bueno presentar otra perspectiva, más personal que juegos como NATIONAL STATE 3.0, FRENTE INTERNO 2.3, HUSAR 4.0, o FRONTLINE 5.0.
Diseñar un sueño vivo, a partir de una experiencia vivida no es tan difícil cuando es tan intensa o tan significativa. Por eso creí que era mejor mostrar la cosa poco a poco. Una versión progresiva de los hechos tras otros. Unos fragmentos de vida.
EINHERIER 1.0 había llamado la atención de varios soñadores y tanto las versiones 2.0 y 3.0 dejaban en claro hacia donde iba el sueño. Bueno, en realidad hacia dónde va, pues no todo terminó ahí después que le envié la posición de Sade, el diseñador-guionista que había violado a su hija.
La versión 4.0 era acaso la más difícil pues no reflejaba la realidad de lo que había ocurrido. Es una frase curiosa tratándose de un sueño vivo, pero creo que era un secuencia muy fiel a lo que pudo haber pasado.
–Creo que igual ha quedado bastante bien. Pero hay todavía hay mucha gente que espera una versión 5.0 o 6.0 donde por fin liquidan a los Deadheads. He rastreado esa parte de tu memoria. Aún es una imagen muy viva.
–No habrá necesidad. Cada vez que termine la versión 4.0 sentirán esa rabia inmediata, pero después se calmarán. La rabia se volverá entonces pensamiento y el pensamiento convicción. Y cuando llegue el momento, cuando la lucha sea abierta y completa, todos ellos serán como Einheriers luchando por salvar este país. Combatiendo a las fuerzas de la disolución. La lucha se dará en la mente, como ha sido siempre. Pero tú ya lo sabes ¿verdad?
–¿No quieres que diseñe lo que realmente pasó esa noche? Digo, si no piensas aún emularla de tus recuerdos y quieres revivirla.
–Me parece que el dolor no se olvida. Y es más real cada vez, aunque difuso. Quizás por eso duele tanto. Quizás en la versión 5.0 puedas diseñarlo de esa forma: como un recuerdo fragmentado, que te alcanza de distintas formas, de distintos lugares. No una imagen directa. Sólo una sensación de cómo fueron las cosas. O de cómo uno las siente y recuerda.
Ignacia lo sorprende cerrándole los ojos. La joven es extrañamente silenciosa. Gracias a un programa de disolución mnemotécnica ha podido olvidar por momentos lo ocurrido. Pero su silencio es especial. Quizás llegue a ser un espectro como yo.
Los dejo solos y me alejo de su mente. Vuelo a través de las corrientes invisibles hacia alguna zona de combate.

5.0
–Arauco-1, solicito permiso de netralización.
–Negativo, no pueden disparar.
El Deadhead caminando, con su sonrisa joven, ya distorsionada. La molotov en su mano. El fuego consumiendo al policía y sus gritos sin esperanza.
–¡Vectra, Siegrid, Exel! ¡Prepárense a disparar! Neutralicen objetivos. A mi señal.
–Capitán, pero…
–Yo asumo la responsabilidad.
–¡Al fin! Estoy con usted Capitán. ¡Vamos Exel!
–¡Abran fuego! A la mierda la ley 616.
–A la orden líder. ¡Vamos Sección de Ataque, disparen a matar!
Seleccionaron sus blancos. Luego los fusiles de pulsos hicieron fuego: dos, tres, cinco, diez cuerpos silenciados.
–¡Nos disparan, nos disparan!
Luego todo terminó.
Los SA corren ahora hacia los edificios para registrar los cuerpos.
Un cuerpo joven, agonizando.
Un cuerpo joven, agonizando.
El niño estaba envuelto en una angustia terrorífica, en una inmensa sensación de desamparo. Su cuerpo se agita, con desesperación.
Te acercas y le tomas la mano.
Los Cabeza Muertas eran sólo niños indefensos, niños que habían llegado demasiado lejos. Nadie les había advertido, nadie les había dicho la secuela más dura de los sueños vivos:
El miedo primitivo y humano a la realidad.

Pablo Castro Hermosilla

Star Trek Nemesis : El último viaje de la nueva generación

por Juan Carlos Sánchez

Tras meses de continuas postergaciones y precedida de malos resultados económicos, la última película de Star Trek (diciembre de 2002) pasó al limbo de los filmes que no llegaron a las salas de cine chilenas y recién en 2004 se le ha comenzado a ver en video. Sin embargo, esto no quita que no haya una buena razón para arrendarla o comprarla en formato dvd, especialmente si se es un fan de la serie y se piensa que se trata posiblemente del último y definitivo filme de la tripulación del Enterprise.

La Historia

Siguiendo el esquema de Star Trek VI, Némesis muestra el intento de la Federación por finalizar de una vez por todas varios siglos de hostilidades y débiles alianzas y concretar una paz definitiva. Un nuevo gobierno Romulano a manos del misterioso pretor Shinzon, saca al Enterprise de su investigación del extraño descubrimiento de un androide idéntico a Data para llevarlo a Romulus, allí le espera el encuentro con la más poderosa arma conocida desde los tiempos de la guerra contra el Dominio: el Scimitar, un crucero con un sistema de ocultación perfecto que le permite disparar mas de cuarenta cañones sin ser descubierto. Los peores temores de la tripulación del Enterprise saldrán a la luz cuando se den cuenta que su capitán es el oscuro pretor Shinzon, un clon de Picard que se ha valido del plan de paz para tratar de dominar a su versión original antes de proceder a destruir la Tierra.

Explorando nuevos mundos

Desde que comenzó Viaje al Estrellas parte de su slogan ha sido “buscar nuevos mundos, nuevas formas de vidas, viajando temerariamente donde nadie ha estado antes”. Pero en realidad la búsqueda que inició Gene Roddenberry hace mas de 30 años fue la de la misma humanidad, el ser humano y todo lo que lo define.
El fin de las series de televisión y la continuación de la historia en los filmes ha sido la razón para afrontar desafíos de mayor escala no solo en el plano de la acción sino también en el de la exploración misma. Esta vez ya no se trata de ofrecer un puñado de respuestas para una pregunta sino establecer en su justo peso el valor de lo que resulta de la interrogante (algo que otros grandes de la TV han explorado con términos aun mas sencillos y a la vez mas complejos).
Si se ve desde la perspectiva de The Next Generation, el gran comienzo que tuvo en la pantalla grande a través de Generation era la búsqueda del sentido de la existencia, de cómo cada individuo trazaba su propio camino en su lucha por crear su propia visión de la inmortalidad. Con First Contact la conquista del Borg y el fin de la tercera guerra mundial definía la necesidad de encontrar una identidad en medio del caos que permitiese crear un nuevo orden, de ahí que la lucha tanto de Picard como de Cochrane (1), por asumir un rol que les permitiese seguir existiendo como un ser único con sus virtudes y defectos (Picard necesitaba alejarse de lo que sus enemigos habían creado de él mientras que el científico lo hacia al mismo tiempo de la imagen idealizada que tenia la tripulación del Enteprise y que era la de millones de personas en el futuro).
Con Insurrection, en apariencia, Jonathan Frakes retomó el profundo trabajo de David Carson (Generations) orientándolo a una perspectiva mas romántica, pero en el fondo también siguió utilizando elementos de First Contact, ya que con la presencia de los Son’a y los Baku (2), vuelve con el tema de la identidad y como el tiempo se convierte en el peor enemigo cuando la búsqueda y aceptación de ésta no encuentra respuestas satisfactorias a las preguntas mas básicas. La esencia del paraíso en que se envuelven yace en el florecimiento del propio espíritu de cada ser, la oportunidad de realizarse como tal sin las máscaras. De ahí que la crítica de Picard no sólo apunte al acto corrupto del almirante sino también de cómo disfraza su trabajo pervirtiendo la naturaleza de las leyes que juró defender. Es ahí donde la lucha se convierte en algo personal al verse vulnerado no sólo ese mundo sino también la propia identidad de quienes han estado allí.
Este tema cuya complejidad demuestra que se requiere más de un par de películas reaparece nuevamente con Némesis, bajo otra perspectiva. La búsqueda llega a su punto culminante cuando la alteración de la identidad corre el grave riesgo de ser alterada de forma negativa ante la necesidad de seguir evolucionando. Es ahí donde entra Shinzon quien como le dice a Picard “soy un espejo tuyo”, generando la interrogante: ¿qué es lo que refleja el espejo?, que en el fondo es ¿quién soy? Con ello Picard toma el dilema de su identidad de manera mucho más personal que en otras ocasiones tratando de encontrar una salvación para sí mismo en Shinzon, quien a diferencia de él, sufre el calvario de la respuesta a su duda en una vida con un pasado sin futuro.
De ahí que su ancla es otra vez Data quien esta pasando por un proceso emocionalmente tan fuerte como él con la aparición de B4 (un robot idéntico a Data) que podría ser la clave de su evolución hacia un ser humano.
Ambos saben que del éxito de esta última misión como “familia” no depende tan solo la Tierra misma sino también sus propias existencias. Esto coincide con lo que vive Shinzon quien ve como última esperanza de seguir existiendo no sólo la muerte de su fuente de vida sino todo aquello a lo que nunca podrá acceder, para él no existe una tercera alternativa como ocurrió con Tom Riker (3), especialmente cuando su mundo ideal, aquel que nace en su memoria genética ha sido pervertido por los romulanos. Por eso no es de sorprender que vea la Tierra como a Romulus, haciendo de su destrucción la venganza idealizada contra sus torturadores, quienes irónicamente son lo que tienen más posibilidades de valorar su labor (o al menos lo espera). En medio de esta exploración se valdrá de todos los recursos necesarios para tratar de romper el espejo creando una imagen única y distinta a la original, razón suficiente para agredir sexualmente a Diana y retrasar la conquista del Enterprise.

El Pretor

En Shinzon nos encontramos con uno de los villanos mas emocionalmente complejos desde Star Trek Generations, un individuo que al igual que Soran (4) esta dispuesto a todo por liberarse del dolor que lo consume y cuya fuente en este caso es el mismo Picard, esto sirve para darle mayor profundidad al conflicto que ya se había visto en la serie de televisión a través de Tom Riker. A diferencia de este último Shinzon no solo comparte emociones y algunas memorias sino también el trauma de no formar parte de nada, un imperio que lo condenó a la esclavitud en ese foso llamado Remus, una sociedad en la que no puede existir por no poseer la misma raza de sus esclavizadores. Esta también resulta ser su debilidad ante Picard quien, consternado por su existencia, se da cuenta que nuevamente esta poniendo en riesgo a su nave y su mundo en una forma no muy distinta a la de Wolf 359 (5) y por eso su necesidad de explorar la psique de su clon tanto para redimirse a si mismo como para evitar una catástrofe.
Esto le da a la película una vital y muy humana revisión del tema de la clonación a su vez que brinda algunas de las mejores frases que se han visto en estos filmes.

No todo es perfecto

Sin embargo la debilidad de Némesis es su intento de explorar nueva fronteras a través de viejos recursos es decir: un guionista que demuestra su afición a la saga en forma notable con un director que carece de la experiencia requerida para darle fuerza a la historia. Tanto con David Carson como con los dos trabajos de Jonathan Frakes, había un más que loable manejo de las escenas las que brillaban por su carácter épico y a la vez romántico (especialmente Insurrection), incluso en la oscuridad de la trama Frakes supo darle emocionalidad a First Contact mientras que Stuart Baird no solo desaprovecha muchas escenas sino también filma de forma casi mecánica otras, en este sentido Némesis deja que mucho desear en relación con sus predecesoras.
Lamentablemente no se puede decir algo distinto de la banda sonora de Jerry Goldsmith quien en las películas anteriores sorprendió por su capacidad por reinventarse a sí mismo manteniendo cierto grado de originalidad, primero lo hizo con Star Trek V en donde entregó algunos temas (la mayoría inéditas) muy acordes al tema en cuestión, mientras que en First Contact le dio una vitalidad única al filme fortaleciendo su textura épica con temas absolutamente distintos a lo hecho con anterioridad y que incluso otorgaban cierta luz a lo que se suponía iba a ser una historia oscura, transformándola en un argumento sobre la esperanza y el nacimiento de una nueva era. Con Insurrection se adentró en el romanticismo y en el mismo tema del paraíso. Sin embargo, ahora sin Jonathan Frakes como guía parece haber perdido el rumbo desaprovechando la oportunidad de hacer otra gran obra cayendo en una repetición de lo mismo. Su falla como compositor confirma el rol importante que tiene dentro del filme a no poder brindarle la emoción requerida a muchas de las escenas y con ello debilitando más el trabajo de Baird.

Tanto Baird como Goldsmith pecan no en no poder hacer algo nuevo con situaciones semejantes a otros filmes sino en desaprovechar enormemente la posibilidad de reinventar como ya lo había hecho el segundo. Sin embargo en el caso de Baird la falta es grave ya que evidencia una falta de compromiso no sólo con la saga sino también con la historia misma no aportando nada que no pueda hacer un director cualquiera. Finalmente, su sobrevalorado talento como editor debe estar por el suelo ya que cortó mas de media hora del metraje original y no se incluyó casi ninguna escena de las vista en los trailers, algunas de ellas hubieran ayudado enormemente al desarrollo emocional del argumento.
Tan solo cabe soñar con que Paramount continuara haciendo filmes de Star Trek (contando con directores de verdad), pero como dice la canción “algún día un día”…

Notas
(1): Zefram Cochrane: científico inventor del motor Warp, el método de propulsión hiperlumínico utilizado en Star Trek. La primera aparición de este personaje fue en Star Trek First Contact.

(2): Son’a, Baku: Razas antagónicas que se enfrentan en Star Trek Insurrection.

(3): Tom Riker: Un clon del comandante William Riker, creado en un accidente ocurrido en el rayo de transporte en el planeta Nervala IV. (episodio TNG Second Chances).

(4): Tolian Soran: Científico obsesionado con el fenómeno del Nexus, antagonista de Pickard en Star Trek Generations y responsable de la muerte de James T. Kirk.

(5) Wolf 359: Lugar de una de las mayores masacres sufridas por la federación, producidas por un cubo Borg (episodio TNG The Best of both Worlds)