Por Jorge Balej
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña tu filosofía. – William Shakespeare – Hamlet-
Solo hay 2 cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera. -Albert Einstein-
La Parapsicología y los Fenómenos Paranormales
Telepatía, telekinesis, precognición, astrología son solo algunas de aquellas cuestiones consideradas por la mitad de los seres humanos como verdades indiscutibles, cuya creencia raya lo místico religioso y por la otra mitad como supercherías que son juzgadas indignas de discusión y mucho menos de investigación seria. En varias universidades parapsicólogos afirman haber realizado experimentos donde se demuestra la realidad de estos fenómenos, siendo por lo general criticados y menospreciados por los escépticos e investigadores de ciencias duras. Al mismo tiempo un número creciente de astrólogos, mentalistas y adivinadores de diversa extracción y nivel ético recorren los estudios de televisión, son consultados por políticos y famosos de toda especie y se llenan de dinero (o no, sin duda hay de todo) en sus consultorios. Ese es el estado actual de la cuestión. No pretendo llegar a ninguna conclusión definitiva sobre la existencia o no de fenómenos paranormales, simplemente intentaré presentar una opinión que espero sea mas o menos desprejuiciada y exponer algunas de las cosas que se saben (o se suponen) al respecto.
Los fenómenos parapsicológicos toman parte en muchas historias de ciencia ficción. Por ejemplo El hombre demolido y Tigre, Tigre de Alfred Bester con su batallón de telépatas y humanos capaces de teleportarse, Muero por dentro con el dramático relato de un telépata perdiendo sus poderes, Carrie, Ojos de Fuego y La Zona Muerta de Stephen King (por citar solo algunos libros de este autor) donde se sugiere que la posesión de tales poderes no hace necesariamente la vida mas fácil, la trilogía de Ender de Orson Scott Card en donde extrañas razas alienígenas se comunican telepáticamente, toda la serie del Imperio Galáctico y la Fundación de Isaak Asimov donde hasta los robots poseen habilidades de control mental, La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin con sus tejedores telepáticos, El señor de la luz y sus dioses humanos, El hombre en el castillo esa formidable ucronía de Phillip K. Dick basada en los hexagramas del I-Ching y tantos otros.
Ni hablar de las películas y series de televisión cuyos héroes o villanos tienen habilidades como telepatía, telekinesis o precognición, basta con citar Scanners de David Cronenberg y últimamente X-Men. En resumen, la idea de seres humanos poseedores de poderes especiales no resulta para nada absurda desde el punto de vista de la ciencia-ficción donde se supone que en un futuro (probablemente cercano) esta clase de cosas podrían convertirse en realidad.
¿Poseerá la raza humana tales poderes, al menos en forma latente? Los parapsicólogos afirman que sí, y aportan en defensa de su tesis la existencia de ciertas personas que tendrían habilidades tales como mover objetos con solo desearlo (telekinesis), transmitir o recibir los pensamientos de otros (telepatía), adivinar el futuro (precognición) o conocer el paradero de alguien desaparecido con solo tocar un objeto que le pertenezca (psicometría). Es difícil saber si los experimentos realizados con tales personas fueron llevados a cabo en condiciones de laboratorio controladas y con todas las precauciones necesarias para evitar el fraude. Según parece los poderes de muchos de estos mentalistas dejan de funcionar en condiciones de laboratorio y la mayoría se niega a presentarse ante audiencias de magos profesionales (el caso de famoso mentalista israelí Uri Geller es paradigmático). Esto último casi bastaría para descartar de plano la realidad de estas habilidades, pero la incógnita continúa porque sin duda todos nosotros hemos tenido experiencias donde la concatenación de hechos ha parecido casi mágica. En cierta oportunidad me encontraba caminando por una calle del centro de Buenos Aires cuando vino a mi memoria la imagen de una persona a quien no había visto en varios años (ni siquiera había pasado por mi cabeza desde mucho tiempo atrás), un minuto después me topé con ella doblando una esquina. Hechos como este me han ocurrido en varias oportunidades y creo no equivocarme si digo que esa clase de cosas son bastante frecuentes. ¿Quien no ha soñado cierta noche con un viejo amigo ausente durante mucho tiempo para recibir a la mañana siguiente un llamado telefónico de ese mismo amigo? (¡no me lo vas a creer, pero anoche te soñé!). En cuanto a mi anécdota, la probabilidad de que eso ocurra seguramente es bastante baja (no la he calculado, tampoco planeo hacerlo, no se preocupen), sin embargo se podría argumentar, y con cierta razón, que un hecho de baja probabilidad también puede ocurrir (todo lo posible puede pasar). Respecto a los sueños, todos los tenemos cada noche y seguramente conservamos en la memoria sobre todo aquellos que parecen relacionarse con cosas que nos ocurren al día siguiente mientras que olvidamos fácilmente los otros (la gran mayoría). De todos modos, aunque estas explicaciones sean absolutamente correctas pueden no resultar del todo satisfactorias. ¿Habrá algo mas detrás de estos eventos que la mera casualidad?
Un intento de respuesta podría comenzar con la observación de los seres no humanos que habitan la Tierra. Los biólogos han descubierto en los animales toda una colección de sentidos desconocidos para la raza humana. El oído del delfín y otros mamíferos acuáticos así como el del murciélago les permiten ubicar objetos por medio de un sistema de sonar increíblemente sofisticado (que obviamente existía mucho antes de que al hombre se le ocurriera la idea); la línea lateral de los tiburones que consiste de una serie de vesículas situadas a los costados del cuerpo del pez y parecen ser sensibles a los campos electromagnéticos que producen sus presas acuáticas al moverse; la capacidad de las aves para guiarse en sus migraciones utilizando el campo magnético de la Tierra; la sorprendente habilidad de los perros para encontrar el camino a sus amos, aun a distancias considerables o saber (aparentemente) que estos están por regresar a casa minutos antes de que lleguen (¿será solo cuestión de oído y olfato finos?). Rupert Sheldrake (PhD en biología de Cambridge) ha estado estudiando estos fenómenos, en particular en los animales domésticos, con el objeto de determinar si son producidos por efectos puramente físicos o de tipo paranormal y además averiguar si los humanos poseemos capacidades evolutivas similares pero, de alguna manera, recesivas. La página web de este investigador (ver links) es bastante interesante y sugiere una serie de experimentos para realizar sobre estos temas.
Puede que algunas de sus teorías resulten controvertidas (cosas como campos mórficos y telepatía animal) pero no creo que un trabajo serio pueda ser descartado sin mas. Volviendo a la cuestión del párrafo anterior, quizás la explicación para las anécdotas mencionadas sea también una cuestión de olfato u oído ultrafinos de los que no tenemos registro consiente, podríamos ser poseedores sin darnos cuenta de sentidos mas agudos de lo que pensamos, sentidos capaces de detectar a una persona sin verla y activar la memoria generando un recuerdo-imagen de ella.
Esto puede no ser tan absurdo considerando que nuestro cerebro recibe segundo a segundo el bombardeo de millones de unidades de información provenientes del entorno, por lo que debe evitar la sobrecarga filtrando esta información y permitiendo el paso solo a aquella fracción (muy pequeña) que sirve para vivir. Se calcula que de cada millón de estímulos que el cerebro recibe solo pasa uno. ¿No es posible que la información proveniente de tales sentidos haya sido descartada en los albores de la civilización simplemente por que no era necesaria para la supervivencia?
Supongamos por un momento que los fenómenos paranormales son reales. De ser así nos vemos obligados a hacer algunas distinciones. En primer lugar debemos decidir si la telepatía, precognición, telekinesis, etc. son fenómenos cognoscibles o incognoscibles. ¿Que significa que algo sea cognoscible? Significa que es factible investigarlo desde un punto de vista científico porque en definitiva es un fenómeno físico medible y cuantificable, esto no implica que sea sencillo de explicar sino que la explicación existe. Algo incognoscible, en cambio, es algo que por definición no es producido por una interacción física y por lo tanto no es analizable desde un punto de vista experimental. Por ejemplo, la existencia del alma es una de las piedras angulares de muchas religiones y según recuerdo, en el pasado hubo estudiosos que pretendían “pesar” el alma poniendo en una balanza a un moribundo y manteniéndolo allí hasta que se produjera la muerte, la diferencia de peso (de haberla) sería el peso del alma
No se si tuvieron éxito, me permito dudarlo ya que un hallazgo como este sería muy conocido, si fracasaron podemos suponer que el alma no presenta evidencia física de existencia, es decir, no interactúa con nada de modo que esa interacción se pueda medir. Entonces, y a todos los efectos, la existencia o no del alma sería irrelevante para la ciencia (al decir de algunos “es una hipótesis innecesaria”). Lo que quiero decir con esto es que el alma entraría en el terreno de lo incognoscible y la creencia o no en su existencia sería una cuestión de fe. Voy a hacer otra suposición: todo fenómeno que provoque alteraciones o interactúe con el entorno físico debe ser cognoscible. Esta es solo una hipótesis de trabajo, por supuesto, pero es lo menos que se puede pedir para que tenga algún sentido investigar estas cosas. Bajo esta hipótesis muchos fenómenos parapsicológicos (de existir) deberían ser cognoscibles pues producen alteraciones en la materia (movimiento en el caso de la telekinesis, alteraciones cerebrales en telepatía, etc.).
Otra cuestión es si estos fenómenos provienen de fuentes conocidas o desconocidas, esto es: la telepatía, por tomar un ejemplo ¿se produciría debido a una interacción conocida en la física actual o a una por descubrir? Es un argumento muy común entre los creyentes de estos fenómenos el que dice que siempre existen cosas nuevas en la naturaleza por conocer y que obviamente los científicos no lo saben todo. Por supuesto, esto es correcto, por ejemplo en el siglo XIX antes de Maxwell y de todos aquellos que sentaron las bases de la teoría electromagnética nadie sospechaba que existían ondas con las cuales se podrían transmitir mensajes, imágenes y todo tipo de información ni que de hecho vivimos sumergidos en un mar de estas ondas provenientes del espacio (y ahora, por supuesto, de fuentes artificiales). La ignorancia sobre este campo, siendo invisible e indetectable por los medios conocidos antes de su descubrimiento hubiera hecho pensar a cualquiera que un artefacto como el televisor era cosa de brujería. De modo que ¿por que no pensar que los fenómenos parapsicológicos son el resultado de campos físicos aun no conocidos? El argumento es bueno, solo le veo un defecto, bajo la misma presunción todo es posible. Quiero decir que absolutamente cualquier teoría o suposición debería entonces considerarse verdadera (por mas absurda que fuera) con solo decir que en un futuro indeterminado podrían descubrirse sus bases científicas.
Este no es el modo en que trabaja la ciencia. Para aceptar que es necesario crear una nueva teoría para explicar una serie de hechos primeramente se verifica que estos hechos sean reales mediante experimentos repetidos una y otra vez por muchos investigadores independientes (la fusión fría, por ejemplo, que fue noticia hace algunos años no sobrevivió esta etapa). Las mediciones obtenidas son analizadas para intentar explicarlas con las teorías conocidas. Si esto fracasa entonces se arriesgan teorías nuevas. Estas teorías pasan por el filtro de la crítica desapasionada (y a veces cruel, quien haya intentado publicar un paper alguna vez lo sabe) de otros científicos. Si son aceptadas se requerirá entonces de más experimentación para corroborar que las predicciones que arrojan las nuevas teorías son correctas.
Esto es lo que se ha dado en llamar el método científico. Sin duda es un método conservador, pero no para censurar lo novedoso sino para evitar el fraude. Aun con este método cambios dramáticos han ocurrido muchas veces en el campo de la física, pero el hecho de que esto haya pasado no implica necesariamente la verdad o falsedad de nada. Lo que quiero decir es que basar el valor de verdad de una afirmación en que “en el futuro se puede descubrir que es cierta” carece de sentido lógico.
Discutamos en particular la telepatía. Como en el párrafo anterior supongamos que existe y que su génesis es algo conocido. ¿De que manera se puede producir esta forma de comunicación? Ya expusimos el argumento de los sentidos ultrafinos pero esta puede no ser la única explicación. En la serie sobre la Fundación de Asimov, los miembros de la Segunda Fundación poseen un modo de comunicación no verbal que podría considerarse telepático, pero que se basa en la lectura de mensajes corporales, mientras que en la serie Dune de Frank Herbert la Bene Gesserit utiliza información de este tipo (“mirar a la manera Bene Gesserit”) para influir en la política del Imperio. Esta clase de transmisión de información es comúnmente aplicada en el reino animal y de hecho bastante conocida para la raza humana. La lectura de expresiones en el rostro humano y la postura corporal nos dicen mucho sobre el estado mental del portador; con frecuencia estas cosas nos informan mas que las palabras pues generalmente es muy difícil mentir con el cuerpo. Una nueva rama de la psicología llamada Programación Neurolingüistica aprovecha esta comunicación no verbal para obtener información del inconsciente de los individuos y utilizarla en terapia. Pero en un terreno mas próximo, muchos “adivinadores” acostumbran leer las expresiones y la posición del cuerpo de sus clientes utilizando estos datos para lograr aciertos en sus “predicciones”.
– Mmmm, creo que veo un viaje… -dice el adivinador (alzado de cejas escéptico en el cliente) -no, no… evidentemente no hay un viaje en su futuro próximo.- cambia de opinión el adivinador. ¡Si, acertó!, debe tener poderes…
Esta teoría suena bien, pero por lo general los que defienden la telepatía hablan de comunicación a distancia, sin contacto visual entre emisor y receptor, por lo tanto tendremos que descartar la lectura corporal. Profundicemos un poco mas. El cerebro funciona por medio de señales eléctricas. Las neuronas generan potenciales que se transmiten a través de sus axones, estos liberan en los extremos unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores que portan la información de la señal hasta los receptores en las dendritas de otra neurona. ¿Podría ser que la red de neuronas del cerebro, actuando como una antena, emita ondas electromagnéticas capaces de transmitir mensajes al cerebro de otra persona? En primer lugar el cráneo actúa como filtro para la mayoría de las ondas electromagnéticas, deja pasar solo las de baja frecuencia, por lo tanto si el cerebro actúa como emisor de radio solo podría emitir en frecuencias bajas. Esto no es absurdo, la longitud de la red de neuronas debe ser sumamente grande y podría producir ondas de baja frecuencia sin demasiados problemas (la frecuencia es inversamente proporcional a la longitud de onda, entonces baja frecuencia significa larga longitud, y la longitud de onda debe ser proporcional a la longitud de la antena), además cuanto mas baja es la frecuencia menor es la energía de la onda y no se requeriría un generador tan poderoso. El problema es que las ondas de baja frecuencia transmiten poca información. En los submarinos las transmisiones se hacen con ondas largas ya que son las únicas que pueden atravesar grandes masas de agua. Los submarinos llevan arrastrando tras de si un cable que puede tener longitudes del orden del kilómetro y que actúa como antena. Sin embargo las transmisiones son terriblemente lentas (un mensaje por teletipo podría tardar minutos en escribirse completamente), así que pueden imaginar lo que tardaría en transmitirse una imagen. Quizás el cerebro posea un formato de compresión mucho mas eficaz que el zip para archivos, el jpg para imágenes o el mp3 para música. No se rían, no es broma, no me parece ridículo que el cerebro posea sistemas de compresión eficaces considerando la cantidad increíble de información que alberga. Tal vez se transmitan archivos comprimidos que se descomprimen en el cerebro del receptor. Además, una onda de baja frecuencia rebotaría en la ionosfera y por lo tanto no requeriría de antenas retransmisoras para obviar el problema de la esfericidad de la Tierra. Existe, claro, una objeción que me parece difícil de superar. Los que afirman que la telepatía es algo real dicen que la transmisión es instantánea no importando la distancia entre emisor y receptor. Sabemos que las ondas electromagnéticas viajan a la velocidad de la luz (unos 300000 km/seg). Esta velocidad es muy alta y la comunicación para distancias terrestres es prácticamente instantánea pero cuando se trata de distancias mayores no es así. La luz del Sol, por ejemplo, tarda unos 8 minutos en llegar a la Tierra. Por otro lado, verificar que la telepatía es comunicación por radio no es muy difícil, basta con encerrar al supuesto telépata en una jaula de Faraday (simplemente un cubo con paredes de alambre). La jaula impediría la propagación de ondas electromagnéticas con lo cual no podría existir comunicación telepática. Supongo que si se ha hecho alguna investigación seria sobre el tema esto debe haberse tenido en cuenta, pero no tengo información al respecto.
En los libros de la serie de Ender de Orson Scott Card se plantea una teoría interesante. Se sugiere la existencia de unas entidades físicas primordiales llamadas “filotes” mas fundamentales que los átomos.
Estos filotes son como cuerdas que interconectan a los átomos entre si (¿Card se habrá inspirado en la teoría de supercuerdas?, esta fue popular en física durante la década del ’70 y se niega a morir), de modo que los seres humanos podrían estar conectados por cables de filotes a distancias astronómicas permitiendo la comunicación telepática instantánea para las razas mas evolucionadas (por medio de una onda transmitida por vibración del filote) y la construcción de ansibles (este es el nombre que se le da en muchos libros de ciencia-ficción al hipotético transmisor instantáneo) para los pobres humanos. Esta fantasía no es para nada absurda, algunos físicos están estudiando desde hace un tiempo el problema de la separabilidad de hechos físicos. Aparentemente, a partir de ciertas resultados de la mecánica cuántica es posible que todos los puntos del universo estén interconectados físicamente. Un hecho cualquiera en la Tierra podría afectar instantáneamente a otro en Alfa del Centauro. Aclaro que estas investigaciones despiertan cierto escepticismo pero considerando que se basan en una teoría sólida no son para descartar.
Respecto a la telekinesis (la capacidad de mover objetos con el poder de la mente) hasta ahora no he sabido de experiencias como las que aparecen en las películas (adolescentes que abren puertas, hacen volcar autos o derrumban edificios con solo desearlo). Tuve oportunidad de ver un documental donde una mujer rusa movía pequeños objetos, quizás usted lo haya visto también (según recuerdo hacia extraños movimientos con las manos al mismo tiempo). También leí un artículo en donde se contaba como se había desenmascarado a un farsante que fingía habilidades telekineticas utilizando pequeñas e inaudibles exhalaciones de aire (yo diría que ese talento ya es bastante sorprendente por si mismo). En lo personal no se me ocurre cual podría ser el mecanismo físico que permitiría la telekinesis (¿generación de poderosos campos magnéticos a distancia?, ¿alteraciones voluntarias del campo de gravedad?), pero tiendo a dudar de aquellas cosas que pueden ser reproducidas con facilidad por magos profesionales. El ya mencionado Uri Geller se hizo famoso doblando cucharas y poniendo en marcha relojes con (supuestamente) solo el poder de su mente. Además de su extraña (o no tanto) reluctancia a presentarse ante magos, muchos de estos últimos han mostrado que es sencillo hacer lo mismo que el famoso mentalista mediante simples trucos, así que no voy a agregar nada mas al respecto.
La precognición (también llamada profecía) es el conocimiento de hechos futuros sin disponer de ninguna información extra. Los relatos de gente que dice haber soñado con la muerte de J.F.K. antes de que ocurriera o con tragedias como caídas de aviones y terremotos son bastante frecuentes en todo el mundo. Generalmente se dice que las personas comunes en estos casos tienden a llevar la cuenta de los aciertos pero olvidan rápidamente los desaciertos, esto sin duda es verdad. Además muchas de las predicciones (las de Nostradamus, por ejemplo) son tan oscuras y ambiguas que solo son interpretadas a posteriori de la ocurrencia de los supuestos hechos, con lo cual la utilidad de conocer el futuro se pierde significativamente. La astrología occidental y oriental y otras formas de futurología compiten entre si por la aceptación del publico creyente.
¿Hay alguien que no lea su horóscopo todos los días en el desayuno? En algunos casos la creencia en tales cosas llega casi a nivel religioso. Lo que postula la astrología es que la posición de los planetas, Sol, Luna, etc. en el momento del nacimiento determina (o al menos ejerce gran influencia sobre) la personalidad del individuo. Cierta vez me hicieron la carta natal (mapa de las posiciones de los objetos celestes en el momento del nacimiento). El astrólogo hizo un estudio bastante detallado de lo que había observado y me entregó sus conclusiones por escrito. Si alguien quiere conocerme solo tiene que leerlo: soy extrovertido e introvertido, alegre y depresivo, moderno y conservador, ahorrativo y gastador, etc. Bien, podría explicarse que una persona es todo eso y mucho mas en distintas etapas de la vida, pero ¿para que me sirve una “información” tan ambigua? (debo aclarar que fue gratuito, de haber pagado ¿hubiese sido mas preciso?).
Vemos constantemente por televisión a los astrólogos de cabecera de diversos programas haciendo predicciones sobre el país, el destino de los famosos y el de las personas que llaman esperanzadas buscando solucionar los problemas de su vida, ¿realmente aciertan? Una revista argentina llamada Humo® (desgraciadamente ya no se publica) acostumbraba incluir en su número de fin de año un artículo donde pasaba lista de las predicciones hechas por los astrólogos mas famosos en programas de televisión y revistas del mundo del espectáculo. Era verdaderamente desopilante (y patético) leer la increíble cantidad de desaciertos que perpetraban estos personajes que, por supuesto, seguían el año siguiente cumpliendo con su aleccionador (y bien pago) papel televisivo. Sospecho que ha quedado claro que no me gustan los astrólogos, pero ¿que hay de la astrología? Sobre esto tengo mis dudas. La astrología actual se ocupa mas del análisis de la personalidad que de la adivinación del futuro, ciertos astrólogos aclaran que no hacen predicciones sino que marcan tendencias. Hace unos años leí un paper sobre un experimento realizado en cierta universidad norteamericana (pido disculpas no recuerdo cual era la universidad y no he podido encontrar el paper, mala suerte) para testear la capacidad de la astrología en el análisis de la personalidad. Con este objetivo se pidió a la Asociación Astrológica Norteamericana (creo que ese es su nombre) que recomendara a cien astrólogos para ser voluntarios en el trabajo, eligiera un test psicológico standard y proveyera de un programa de computadora para construir cartas natales. Con estos elementos se realizaron test de personalidad y cartas natales a cien voluntarios (personas normales no vinculadas a la universidad ni a los astrólogos). El experimento consistía en proporcionar a cada astrólogo tres cartas y el resultado de un test de personalidad, el test y una de las cartas correspondían a la misma persona. El astrólogo debía decidir cual era la carta natal correcta. El porcentaje de aciertos en el experimento fue (¿no lo adivinan?, es que no son astrólogos…) del 32.7%. Si usted o yo, pobres mortales sin los profundos conocimientos de estos profesionales, hubiésemos participado del experimento nuestro porcentaje de aciertos habría sido también cercano al 33% ya que es la probabilidad de éxito en la elección al azar cuando hay tres opciones. Sin comentarios…
¿Por que tengo dudas con respecto de la astrología? Hace un tiempo leí un libro escrito por unos ingenieros franceses en el que analizaban hallazgos de la cultura maya. El libro era “Las profecías mayas” de Adrian G. Gilbert y Maurice M. Cotterell. Respecto a sus conclusiones sobre los mayas no puedo decir nada pero en uno de los anexos del libro había una hipótesis bastante interesante. Nuestro Sol es un poderoso emisor de radiación y partículas que inundan el sistema, esto es lo que se llama viento solar. El viento solar, que es en su mayor parte filtrado por el campo magnético de la Tierra (de no ser así haría imposible la vida en nuestro planeta), es el responsable de las auroras boreales y las fallas en las comunicaciones que ocurren periódicamente. Lo interesante es que la cantidad de partículas y radiación que recibimos no es constante ya que está regulada por el inmenso campo magnético del Sol. Los ingenieros franceses desarrollaron un modelo del campo magnético solar para tratar de determinar las variaciones del viento solar sobre la Tierra. Este era un modelo sencillo ya que la rotación diferencial del Sol y otros efectos harían necesario algo llamado desarrollo multipolar (matemáticamente bastante complejo) para un modelo mas preciso. En resumen, estos investigadores compararon las variaciones calculadas del campo (en consecuencia de la intensidad del viento solar) con los signos del zodiaco distinguiendo aquellos signos que, según la astrología, representan personalidades extrovertidas e introvertidas. Obtuvieron un grafico donde los periodos de viento solar alto coincidían bastante bien con los intervalos del año correspondientes a signos de personalidad extrovertida y los de bajo viento solar con los de personalidades introvertidas. ¿Que significa esto? Puede no significar nada. Un viejo refrán de la estadística recomienda tomar con pinzas las correlaciones demasiado buenas entre datos no necesariamente vinculados. Estos franceses postulaban, en cambio, que las partículas del viento solar podrían causar alteraciones en el tejido cerebral del feto que modificarían la personalidad en un sentido o en otro (un mejor modelo podría explicar otras características de la personalidad). ¿Es esta teoría tan absurda? Quizás no. Me han comentado que psicólogos estadounidenses están investigando desde un punto de vista estadístico la posibilidad de que las personalidades descriptas mediante los signos astrológicos sean correctas, aparentemente con interesantes resultados en favor de la astrología. Además he tenido oportunidad de discutir esta idea con neurólogos y la consideran, cuando menos, posible. Algo que siempre me ha sorprendido es que los astrólogos no investiguen (o siquiera se pregunten) de que naturaleza es la influencia que según ellos ejercen los objetos celestes sobre los seres humanos. No se de que tipo podría ser esta influencia (¿gravitatoria?, ¿electromagnética?) pero de ser cierto que algo nos afecta, yo diría que el Sol es el mejor candidato pues la interacción de nuestra estrella sobre la Tierra es enorme y fundamental para la vida. Lo curioso es que cuando a alguien se le ocurre una posible explicación (que en este caso descartaría la influencia planetaria) es rechazada rápidamente por estas personas. ¿Será que perder el carácter “esotérico” de la astrología les hace temer por su negocio? Otra cosa interesante es la falta total de critica interna en el campo de lo esotérico. Los creyentes admiten que pueden existir astrólogos fraudulentos pero sostienen que también los hay serios. ¿Por que estos astrólogos serios no se encargan de desenmascarar a los estafadores (que deben ser conocidos en el medio) para limpiar su propio campo?
De todos modos ¿será posible predecir el futuro? Creo que el único modo en que esto podría ocurrir es si, de alguna manera, todo estuviera predeterminado, es decir, solo sería posible si existiera una suerte de destino inevitable. De no ser así el enorme número de hechos fortuitos, decisiones irracionales, etc. que podrían tener lugar en una vida humana (ni hablar de un conjunto de vidas humanas) hacen que el futuro sea algo mas bien. Una idea mas razonable curiosamente proviene de la ciencia ficción. Paul Atreides, Muad’Dib en la novela Dune de Frank Herbert posee el poder de la presciencia debido al consumo de especia y su condición de Kwisatz Haderach. Esta presciencia no implica ver el futuro inevitable, sino todos los posibles futuros y todas las acciones que permiten arribar a ellos. Paul se convierte en un diseñador de su propio futuro y el del imperio. Esta clase de presciencia no es para nada irrazonable, en cierto modo todos utilizamos algo así cuando hacemos planes a largo plazo (si hago esto… entonces pasará lo otro…) por supuesto nunca en el grado superlativo en que lo hace el Madi pues carecemos de cualquier poder especial.
Creo haber cumplido con la promesa hecha en el principio del artículo, no llegué a ninguna conclusión sobre nada. Me considero una persona escéptica, pero de un escepticismo constructivo. No me parece que una creencia, por mas absurda que parezca, pueda ser descartada simplemente diciendo que es una estupidez. Opino que primero debe ser comprobada y si resulta ser falsa, bien, entonces será una estupidez, pero aclaremos por que. Generalmente los racionalistas a ultranza descartan cualquier creencia o teoría no ortodoxa sin mas, pero ha habido casos donde estas probaron ser reales. Por otro lado tampoco considero que la forma de actuar de muchos creyentes tenga algún valor (esto es verdad, no se porque ni me importa y aunque se verifique que no es verdad, ¡en mi opinión, es verdad igual!), el exceso de credulidad no implica, como muchos piensan, poseer un alma evolucionada. He mencionado el método científico, en realidad este se puede resumir en la famosa navaja de Occam: cuando existen dos explicaciones posibles para un determinado hecho, a falta de certeza, la que debe elegirse es la mas simple, la que requiere de menos hipótesis por que probablemente es la correcta. Esto es puro y simple sentido común. Hace unos años aparecieron en sembradíos al sur de Inglaterra unos extraños círculos de plantas aplastadas. Los círculos se fueron multiplicando con el tiempo convirtiéndose en figuras mas complicadas. Estas misteriosas figuras dieron lugar a muchas especulaciones por parte de “expertos”.
Por ejemplo, se sostenía que era físicamente imposible hacer esos círculos con la tecnología conocida (???), que quedaban muestras radiactivas en la zona, que eran un mensaje para los seres elevados espiritualmente de este planeta por parte de otros seres, también elevados, pero provenientes de otras dimensiones. En resumen, tenemos dos posibles explicaciones: 1) la sostenida por ufólogos y esoteristas donde estas marcas serían la prueba indiscutible de que nuestro planeta recibe la visita de seres extraterrestres (de este universo o de algún otro) que se ocupan de dejarnos en los sembradíos profundos mensajes, 2) estas marcas fueron hechas por algún bromista.
La primera explicación requiere de un numero de hipótesis bastante grande. Debe existir una civilización extraterrestre con la tecnología para viajar a distancias interestelares que, además, disponga del suficiente tiempo libre para darse una vuelta por la Tierra de vez en cuando con el único fin de hacer dibujos incomprensibles en los campos sembrados. La segunda explicación no parece requerir de ninguna hipótesis extra considerando la extraña naturaleza humana. Si aplicamos la navaja de Occam solo podemos elegir la segunda. Con el tiempo aparecieron dos personajes que confesaron haber hecho los dibujos con una cuerda y un palo para divertirse al salir del pub. Demostraron como los hacían y admitieron que habían empezado a complicar los dibujos cuando vieron que estos aparecían en las noticias (si alguien afirmaba que obviamente sus hacedores venían del planeta Marte porque las espigas de trigo estaban inclinadas hacia la derecha, ellos hacían el próximo circulo hacia la izquierda). Y así, la navaja de Occam vuelve a triunfar. Huelga decir que los ufólogos se niegan a admitir que fue una broma y siguen sosteniendo el origen extraterrestre. Muchos desenmascaramientos como este se cuentan en el libro El mundo y sus demonios de Carl Sagan.
¿Por que personas educadas y racionales, que constantemente aplican el sentido común en sus vidas, sus empleos y sus relaciones olvidan emplearlo en estos casos? ¿Por que existen (y cada vez más) tantos mitos y creencias extrañas? Quizás esto lo pueda explicar un psicólogo, yo no lo soy (por suerte) pero probablemente se deba a que vivimos en un periodo de la historia bastante difícil, problemas económicos, sociales, culturales nos abruman y la necesidad de creer en algo (lo que sea) se vuelve imperiosa. Cierta vez conocí circunstancialmente a una mujer quien me contó que había consultado a un tarotista. Este había leído en las cartas que ella no tendría problemas de salud durante ese año. No volví a ver a esta persona, no se si enfermó o no. Pero lo que me hace recordarla es que me dijo que la visita a este tarotista le había dado una gran tranquilidad de espíritu. La predicción de que tendría buena salud la había aliviado de preocupaciones. Esta clase de tranquilidad (aunque pueda estar basada en una mentira) no la da la tecnología. ¿Seria bueno vivir en un mundo donde todos fueran racionalistas?, ¿un mundo donde no existieran creencias, fantasías o mitos? No tengo ni la menor idea, pero en lo personal este me parece mas divertido.
Jorge Balej