¿Hacia una evolución 2.0?

Me van a disculpar la ordinariez, pero estoy hasta los huevos de documentales de astronomía. En serio.
No me malinterpreten, me gustan mucho, pero modestamente ya me conozco la trama de todos y ahora más bien ejercen una influencia «actualizadora» en mí (onda, poniéndome al día cuando aparecen descubrimientos nuevos), mientras que en un novato la influencia ejercida es «cautivadora» (onda, para recién atraer al curioso, cosa que yo ya no necesito :)).

Sin embargo, siento que algo les falta a esos documentales. Y no sólo de astronomía, sino de geología, biología marina, arqueología, y toda la amalgama que comúnmente uno encontraría en Discovery, NatGeo o History. Uno le habla de alguna ciencia a un lego, y no es muy difícil que a los 5 minutos te empiece a hablar de alguna idea pseudocientífica relacionada: al astrónomo le preguntan sobre OVNIs, al arqueólogo sobre los moais transportados por los alienígenas de Erich Von Daniken. A mí un profesor universitario me preguntó mi signo zodiacal y mi animal según el horóscopo chino. Pero… ¿qué diablos le pasa a la gente? Con tanto documental dando vueltas, tanta divulgación, tanto esfuerzo por hacer llegar la ciencia de la forma más entretenida y sencilla posible… y huevadas como la del falso alunizaje del Apollo sigue dando vueltas en el colectivo, ad portas del 40° aniversario de la mayor proeza espacial de la Humanidad (para mi gusto).

Intuyo que una solución sería que no sólo existan documentales de ciencias, sino documentales sobre qué significa la ciencia, y cómo la utilizamos en nuestra vida. Los documentales actuales sólo le sirven a la gente que en el colegio tuvo la curiosidad o la imaginación para darse cuenta que lo «misterioso», lo «fantástico» y lo «mágico» sólo es una perspectiva floja de la realidad, y que si nos lo proponemos, podemos darle respuesta a cosas que antes considerábamos inexpugnables y misteriosas, gracias a la ciencia. Pero quienes en el colegio se dejaron llevar por el sentido común, las leyendas de barrio o las historias de la abuela, y que su única formación científica fue una lacónica revisión a los pensadores griegos y aburridas clases de cultura egipcia, están absolutamente vulnerables a creerse (¡y defender!) cualquier barbaridad que no supera el más mínimo filtro serio. A ellos les dará igual que Carl Sagan se tome la molestia de cortar en rodajas una manzana para explicarte las características del espacio-tiempo, o que el episodio 10 de la 2° temporada de «El Universo» te enseñe las constelaciones: lo pondrán a la misma altura de una dudosa historia de abducción por alienígenas tetradimensionales, o el consejito semanal de Yolanda Sultana que llama a tener cuidado con los Géminis, «mira que como es el signo de los gemelos, su carácter es doble y contradictorio, no te fíes de ellos hoy…«.

La propuesta anterior también tiene una debilidad, pero su solución ya excede los limites de lo posible y entra al cienciaficcionesco. Y es que, si yo quisiera hacer una analogía «huevo-gallina» en la mente humana, diría que nuestra mente primero concibe la fantasía y luego la realidad. Nuestra explicación «biológica» a un fenómeno parte de una base de sentido común (ya sea emocional/mitológica/divina) que sólo después de un análisis, más rápido o más lento, recién llegará a la conclusión que ese fenómeno se puede explicar científicamente. Puedes creer durante 5 segundos que si escuchaste un ruido afuera de tu casa se trate de un ladrón, pero al segundo siguiente comprobarás «científicamente» que sólo se trataba de una rama de tu árbol que se cayó y crujió; mientras, tuvo que pasar largo tiempo para que los cometas fueran explicados científicamente en vez de creerse que eran portadores de desgracias. ¿Pero por qué ocurre eso? ¿por qué primero creemos y después razonamos? ¿Por qué uno actúa antes y mide las consecuencias después? ¿Hay un gen cerebral que lo controla? ¿Es un remanente obligado de la evolución darwiniana?

Aunque responder a esas preguntas requiere meterse en terrenos complejos -neurobiología, genética, antropología-, si especulamos con que todo se reduce a un elemento biológico y lo dimensionamos a toda la Humanidad, son inevitables las reminiscencias con los Ministerios de 1984 o los bomberos de Fahrenheit 451. Estaríamos ante una fuerza que hace de la creencia una regla y del escepticismo una excepción, al menos en términos biológicos, y aunque sólo se trate de una mínima parte del total de facultades mentales con las cuales la evolución darwiniana nos favoreció en desmedro de los monos, hemos de aceptar que la llevamos dentro, tal como un computador nuevo suele incluir por defecto un sistema operativo y mucho software en ocasiones inútil.

Si bien la capacidad de imaginar a seres sobrenaturales pudo ser una ventaja evolutiva en el pasado, hoy su papel es controvertido. Nadie sabe en qué sentido progresará la evolución darwiniana en el ser humano, pero no desmerezcamos la opción que de un giro en 360° y nuestros genes empiecen a valorar el escepticismo y eliminar la fantasía; que la epigenética gatille una revolución y el VMAT2, catalogado por el genetista Dean Hamer como el «gen de Dios«, mute o desaparezca; que el piloto de Tuninter que rezó durante un aterrizaje forzoso, los suicidas de Heaven’s Gate y la secta que se deshizo de sus propiedades para esperar el Apocalipsis en una fría cueva de Rusia, actúen de memes concientizadores en ese sector de la sociedad que creer tener las respuestas a todo tan sólo porque su cabeza puede imaginar las que le de la gana. Tal como yo puedo imaginar que el mundo se sostiene en cuatro elefantes reposando en el caparazón de una tortuga.

¿La literatura de ficción tiene algún futuro en una civilización que evoluciona erradicando lo sobrenatural? Por supuesto. De hecho, una evolución 2.0 no tiene por qué eliminar a conceptos tan extendidos como «Hercólubus», «Yeti», «chupacabras» o «astronautas de la antigüedad», sino que perfectamente pueden unirse al rico caudal de historias y seres que componen el género y han ganado tanto éxito. Los «chamanes» y «curanderos» tampoco tienen por qué ser rajados, sino simplemente hacerse ilusionistas, ese trabajo honesto que perfectamente te puede forrar en dinero (sólo si eres como Criss Angel, claro). Pero que quede claro: la ficción y la fantasía no son elementos intrínsecamente malos, sino la manera en que ciertos sappiens de la evolución 1.0 los procesan y asimilan a su vida, y quienes nos dedicamos o interesamos por la ciencia bajo ninguna circunstancia podemos desmerecer a este género, que en una hipotética evolución 2.0 actuará nada menos que de formador a todas aquellas mentes sedientas de fantasía, encaminándolas correctamente a la imaginación de «otros mundos».

8 thoughts on “¿Hacia una evolución 2.0?

  1. Evidencia de ese gen, o esa tendencia humana a lo metafísico, para nombrarlo de alguna manera. Es la cantidad de religiones que existen, nacen y crecen, aún en este momento de la historia humana en que la ciencia ha hecho gala de su método con gran victoria. Y la respuesta tradicional de los espíritus religiosos ¿cual es? pues que «La ciencia no tiene todas las respuestas» bueno… mi respuesta es ¡claro que no las tiene! porque la ciencia es intrínsicamente humilde, reconoce sus propios límites y luego, a través de un arduo trabajo y rigor, los amplía, lenta pero segura de su servicio a la existencia humana individual y colectiva.

  2. Sobre lo que señalas de los documentales, tu hastío es bastante más común de lo que parece. Hace unos meses la editorial de la Sky&Telescope tocó precisamente ese tema para hacerse cargo de la gran cantidad de protestas de los lectores, quienes señalaban que los contenidos de la revista cada año iban haciéndose más y más básicos.

    Y bueno, la explicación es que no es que la revista se haga más idiota, es el lector el que se hace más sabio (pero al parecer no tanto como para percatarse de ello) y por tanto el siguiente artículo le va aportar menos que a alguien que se enfrenta por vez primera a la publicación.

    Entonces, el editor reconoce ese fenómeno, pero declara que no va a poder hacer mucho al respecto pues la revista tiene que vender y crecer, y para ello tiene que atraer a todo tipo de lectores.

    En definitiva, lo mismo se aplica a los documentales en TV. Y si me preguntas, yo hace rato los dejé de ver (y no le dije a nadie) 🙂

    Con respecto al resto del post, puedo señalar que si bien comulgo con lo escrito, la verdad es que actualmente soy bastante menos hardcore que tú. Y es que todo el mundo tiene derecho a creer que su visión del mundo es la correcta. Y la mayoría lo ejerce a discreción. Entonces, cada persona consume la información de suerte que refuerce lo que ya cree. Lo que no se ajusta a la visión del mundo, se deja de lado.

    Así, los racionalistas y nihilistas desdeñamos con una risita pedante los escritos religiosos y los discursos de iluminados que nos prometen la vida eterna. A su vez, los religiosos sienten una piadosa lástima de nosotros, culpan a la ciencia de todos los males del mundo y viven y mueren esperando la vida eterna y la redención de los pecados. Y ahí tienes a las nuevas sectas que mezclan los dos mundos anteriores para concebir una cosmogonía mitad-mística mitad-seudocientífica, siendo no menor el número de personas que se nutren de esos postulados…

    ¿cómo decirle a un cristiano piadoso que conoce de memoria la biblia, que la única verdad eterna es la Matemática? ¿cómo podemos entender que una divinidad sobrenatural decida hacerse carne y sangre, sufrir y morir para servir de ejemplo a la humanidad? ¿cómo aceptar que los mensajes canónicos en realidad estaban codificados en un metalenguaje que sólo unos pocos han logrado descifrar y que si pagas mucho dinero en cash puedes aprender?

    Simple: no se puede. Y una vez que se acepta eso, todo es más fácil y divertido 🙂

    saludos

    R.

  3. Claramente las personas necesitan respuestas para todo. Antiguamente nacian siameses: Era obra del diablo. Hoy se sabe que es un problema congénito, donde los cigotos no logran su separacion. Actualmente se ha avanzado mucho en todas las ciencias, sobre todo en medicina, pero aun existen sucesos que no se ha logrado encontrar la respuesta de porque sucedio, catalogandolo como «Milagro», todavia no era su hora, Dios le asigno una msion en la tierra.. etc. Yo me pregunto: Cuando los metodos de diagnostico sean aun mas sofisticados, se encontraran las respuestas a estas incognitas??… Yo pienso que SI.

  4. Lo se, mi hastío es común y se que no se podrán cambiar ciertas visiones de mundo, por eso termino definiéndolo como el ‘software inútil’ con el que tienes que convivir. Y puede ser divertido, sí, si sólo se tratara de desdeñar risitas pedantes y ejercer la visión de mundo a discreción. Pero mientras tengas hueones estrellando aviones contra edificios en nombre de su visión de mundo, o barbaridades quizá peores, a veces uno se siente… incómodo.

    Ya, tienes razón wn, estuve puro dando la hora con el artículo. Total sin iluminados no tendría bufones de quién reirme. bye

  5. La premisa falsa del artículo es que partes de la base que un individuo evolucionado renuncia a la fantasia para dar paso a la ciencia. Yo al menos no tengo idea de cómo ha de ser el humano 2.0, como le dices.
    Entiendo un poco la postura porque cualquiera que ha salido de la caverna quiere volver a buscar a sus compañeros que quedaron en la oscuridad. Luego te pones a pensar que querer que todo el mundo sea como quieres (o como crees que debería ser) es un gesto un tanto mesiánico y no serás muy distinto de los otros tipo de creyentes.
    Estoy de acuerdo con R. en que aceptando como son las cosas uno está más tranquilo… con respecto a las convicciones al menos.
    Las barbaridades que se cometen en mundo hay para regalar y no todas son por la visión del mundo de unos pocos, sino que también hay otras en todos los campos (para qué voy a enumerar). Es decir, no creo que el mundo sea un mejor lugar, ni que las personas sean mejores por el hecho de que tengan conocimiento y rigurosidad científica. Yo creo que la base está en el respeto de los unos con los otros.
    Yo por mi parte admiro la capacidad de imaginar y soñar del ser humano. Pienso que ahí hay un motor que nos hace actuar. No me voy a los extremos. No me gustan los fanáticos de ningún bando.

    Saludos,

    1. «Es decir, no creo que el mundo sea un mejor lugar, ni que las personas sean mejores por el hecho de que tengan conocimiento y rigurosidad científica. Yo creo que la base está en el respeto de los unos con los otros.»

      Esa frase es la premisa de todos (presumo). El problema es ver que una sociedad (no solo científica) sino en un sentido más amplio podemos llamar racional, puede constituir un futuro mejor para todos, pues la moral, la bondad, etc, no es solo fruto del pensamiento religioso, sino más que nada de la actividad racional y reflexiva a la que progresa una sociedad que en su camino y de la mano de ese mismo pensamiento, produce la ciencia como metodo de conocimiento.

      Para no ser enredado, lo que quiero decir es que lo importante no es solo la ciencia, yo creo que la discusión tiene que ver con la idea del racionalismo, pues este engloba a la ciencia como su metodo de conocimiento de la realidad, pero también se requiere un metodo de interpretación de ese conocimiento, y eso es la Razón. Cabe destacar que por lo general la razón es de lo que carecede la religión, eso es lo verdaderamente preocupante.

  6. Mi visión a tus preguntas trascendentes.

    «¿qué diablos le pasa a la gente?»

    A la gente no le gusta la ciencia. Prefiere que la emocionen con misterios y supercherías. El astrólogo tiene más influencia sobre el vulgo que el astrónomo. El artista tiene más llegada que el matemático. Siempre ha sido así.

    «¿por qué primero creemos y después razonamos?»

    Pues porque para sobrevivir en la jungla se debía actuar primero y después recapitular para adquirir experiencia. Aquellos que siguieron otras conductas no dejaron descendencia.

    «¿La literatura de ficción tiene algún futuro en una civilización que evoluciona erradicando lo sobrenatural?»

    El futuro siempre será sobrenatural. Siempre será inalcanzable. Y mientras exista futuro y gente habrá especulación.

    Sin embargo, claro está que el chupacabras, los ghostbusters, el espiritismo y el chamanismo siempre serán más populares que la ciencia y la especulación científica. De eso no hay dudas.

  7. Luego de la popularidad de Dan Brown, The History Channel ahora se llena la boca con conspiraciones idiotas. A diferencia de antes cuando lo unico que hacía era mostrar documentales sobre los nazis.

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