Chile se apaga

La nacion cultura domingo
Nuestro contertulio y amigo Jorge Baradit ha publicado un relato en el suplemento La Cultura Domingo (LCD). Hay que señalar, necesariamente, que desde hace varios años que no se publicaban cuentos en LCD. Con la creación de Jorge, se ha reiniciado el proceso. Tema no menor.

Desde la trinchera del fandom deseamos muchas felicidades a Jorge por este nuevo poroto anotado en el libro del activismo de género.

El relato, a continuación:

Finalmente el ansiado día, esperado por todos, llegó.

Hoy, a las 9:30 de la mañana, el presidente de la República, don Gabriel Aukamán Santander, apagó el último motor a combustión fósil que quedaba en funcionamiento en la capital de Chile. La ceremonia se llevó a cabo en la maestranza de aceros de Peldehue, donde hace dos meses se realizó la última de las conversiones integrales Kaifman-González, de acuerdo al plan estatal a 30 años, para convertir a Santiago en la primera capital de Latinoamérica completamente movida por electricidad. En unos años más, el país completo adquirirá la categoría inédita de «País limpio, nivel uno».

Lejos quedaron los oscuros días posteriores a la instauración de la Segunda República, cuando la insurrección y los grupos paramilitares se habían tomado los suburbios, producto del enorme descontento por los racionamientos energéticos y la debacle económica. La guerra con Argentina por los campos petrolíferos de la Patagonia motivó alianzas internacionales que impusieron un embargo asfixiante a Chile, que estranguló lentamente nuestra economía, absolutamente dependiente de la energía que llegaba desde el exterior.

La rendición de nuestras tropas en el sur, la caída del gobierno y un posterior período de anarquía hizo necesaria la intervención de fuerzas humanitarias de la ONU, asegurando un gobierno provisional encabezado por el entonces obispo de la Región Metropolitana, S.S. Luis Saavedra Canelo, prohombre de indiscutida honestidad que consiguió aunar en torno a su liderazgo a las primeras fuerzas políticas nobles capaces de levantar a un país que había tocado fondo. Fue el primero en hablar de la necesidad de una «segunda independencia de la República», sólo alcanzable con el absoluto autoabastecimiento de energía para nuestro país. «La energía es como la sangre de un país, es un regalo de Dios, no una mercancía para esclavizar a los pueblos», dijo en la recordada «Declaración de Antofagasta», en el décimo aniversario del conflicto que dejó al país de regreso en su antigua frontera norte. La enorme herida que la guerra había dejado en nuestra sociedad motivó la firme convicción de avanzar en esa «segunda independencia», a veces con demasiado ímpetu, otras de modos desesperados y descabellados. Nadie olvida la polémica decisión del sucesor de S.S. Luis Saavedra, el decano de la Universidad de Chile, Dr. Ernesto Guevara, de instalar enormes ruedas de hámsters en las cárceles para que los reos pagaran en voltios sus crímenes contra la sociedad. O la excéntrica solución del ministro Ortega de instalar monstruosos galpones alrededor de Santiago llenos de caballos corriendo sobre bandas sin fin, día y noche. Cientos de seudoinventores con las ideas más descabelladas hacían fila en las afueras del Ministerio de la Energía, todos con la firme intención de revolucionar la producción energética con golondrinas, explosivos, camarones de río o supuestos acumuladores que atrapaban la ira de perros rabiosos en celdas voltaicas.

PEDALEANDO

Fueron años duros para nuestra sociedad. Caudillo tras caudillo se sucedían en los peores años para nuestra República. El «Caso Chile» era materia de estudio en cursos sobre política internacional. Lo cierto es que éramos el ejemplo perfecto para hablar del fracaso.

Pronto comenzó el tráfico de energía. Mafias internacionales robaban generadores mecánicos en las postas rurales de Argentina para pasarlos de contrabando a los pueblos fronterizos chilenos. Una familia completa podía vivir decentemente generando energía clandestina para sus vecinos a través de cables subterráneos, pedaleando en la bicicleta de poleas día y noche, padres e hijos, en turnos agotadores. También estaba la mafia tailandesa que contrabandeaba baterías de automóvil y químicos activos venenosos que reemplazaban la iluminación de las casas.

Pasaron muchos años antes que la administración estatal se diera cuenta del gran error que habían estado cometiendo. La implementación de un GRAN PLAN a escala nacional era el equivalente a los enormes, pesados e inoperantes computadores de los albores de la informática. Lo que realmente se necesitaba era una red de esfuerzos locales interconectados. Que cada zona del país aportara con sus particularidades en la tarea. Para ello vinieron técnicos de todo el mundo respondiendo al desafío de construir una sociedad energéticamente limpia. Otro tipo de revolución impulsaba a jóvenes idealistas a cruzar el orbe y a instalarse en un país agonizante del tercer mundo.

RED LUZ

Repentinamente las lluvias dejaron de llegar como de costumbre y las represas dejaron de funcionar adecuadamente. El cambio climático se hizo realidad. Los países comenzaron a gastar sus exiguas reservas de petróleo en carísimos y muy contaminantes sistemas de generación por motores de combustión. Pronto llegaron las guerras por el control de las últimas reservas viables. Enormes movilizaciones de material bélico avanzaban como una plaga de langostas sobre pequeños países, que habían sido maldecidos por estar sentados sobre mares de esa melaza negra y maloliente, la «Venganza de los dinosaurios», como le llamaban sus detractores.

Mientras las grandes potencias se peleaban por el dominio de los nuevos pozos en el Índico, Chile llevaba décadas desarrollando el programa Kaifman-Gonzalez, en honor al equipo chileno-austríaco que desarrolló la Red Transversal de Esfuerzos Diversos o simplemente la Red Luz, como la conocía el ciudadano común.

Hoy en la mañana, mientras los reportes de las agencias internacionales son desalentadores acerca de los bombardeos sobre Barcelona y Frankfurt, nuestro país indica el camino del futuro. Decenas de residentes extranjeros de las potencias observaban desde lejos el acto del presidente Aukamán (ninguno aceptó sentarse en el mismo acto con sus contrapartes), comisionados por sus gobiernos para observar la experiencia chilena. El «Caso Chile» ha tomado una nueva connotación.

La mañana estuvo preciosa, la brisa de septiembre fue el mejor marco para la celebración. En el exterior de la maestranza, cientos de ciudadanos celebraban la ocasión. Para ellos se habían desplegado enormes origamis sintéticos de plasma que proyectaban nítidas imágenes del primer proyecto exitoso: las «Turbinas Niemand», enormes brazos flotantes que se extendían kilómetros mar afuera para capturar el ímpetu de la corriente de Humboldt. Su perfil orgánico, similar a tentáculos meciéndose con la corriente, era visible incluso desde aviones que volaban a grandes altitudes. Nuestro país parecía tener un hermoso cabello ondulando en las mareas del Pacífico. También aparecieron las inconfundibles «Flores Enkeli», esos prados infinitos de enormes hélices plateadas que cubren con su resplandor las pampas de la Patagonia chilena. Fundiéndose en hermosos tonos violeta, entraron a cuadro las exitosas «Unidades Fassler-Mundaca», cómodas unidades de arriendo inspiradas en los generadores mecánicos clandestinos, capaces de proveer a comunidades aisladas mediante tracción animal. Pero sin duda el proyecto más querido por la ciudadanía era «El jardín de los diaguitas», una construcción diseñada por un grupo de escultores, poetas, niños de ocho años, sacerdotes, un asesino convicto y dos profetas colombianos, que dibujaba imágenes y palabras en el desierto de Atacama utilizando miles de pozos de un kilómetro de diámetro, cubiertos con una tapa negra opaca de tungsteno. La energía geotermal producía gases que escapaban a enorme velocidad, moviendo paletas que generaban electricidad y mecían a la vez maravillosos móviles de madera y latón de hermosos colores tornasolados. La delegación británica invitada a la inauguración, dijo en su momento que esta obra era la primera piedra de lo que estaba llamado a ser «El nuevo Medio Oriente», «The sun is your new cupper, and here, in Atacama desert, is more powerful than in anyplace. You have here your new great wealth».

ESTUPIDEZ HUMANA

El presidente Aukamán, vestido con su impecable traje colector Armani, fabricado con microceldillas solares capaces de generar energía para un teléfono móvil y un hand PC, reveló el siguiente gran proyecto en el que el Estado invertiría todo su esfuerzo: hacer productiva la red de volcanes cordilleranos. Observó que prácticamente ningún país del planeta contaba con una fuente de energía tan potente, limpia y disponible como ésa. Habló con emoción acerca de la manera cómo finalmente la Pachamama nos regalaba todo su amor. De cuánto nos habíamos demorado en entender que debíamos respetarla, agradecerle y venerarla como el origen de toda vida y bondad por la manera desinteresada en que ella nos entregaba su sangre en la forma de energía sana, luminosa y transparente. Lo feliz que estaba de que finalmente nos hubiéramos unido a ella y trabajáramos juntos, no contra ella.

Cuando finalizó su intervención, todos aplaudieron rabiosamente. Siguieron con expectación las maniobras de la grúa que levantaba el vetusto motor a combustión y lo depositaba en un nicho preparado especialmente para la ocasión, tras unos gruesos vidrios que lo protegerían del deterioro. Porque quedaría allí, para siempre, como un mudo recordatorio de la estupidez humana. Para que nuestros nietos pudieran preguntarse en qué estaban pensando nuestros abuelos cuando envenenaban conscientemente el mismo aire que respiraban sus propios hijos.

publicado originalmente en LCD la cultura domingo.

8 thoughts on “Chile se apaga

  1. lo que me deja más contento es que este artículo deja claro que el tema «Ciencia Ficción» está instalado en los medios. Han habido consultas por temas medioambientales, políticos, energéticos y artísticos en general…todos desde nuestra posición de escritores de cf. Eso es increíble.

  2. Muy bien, Baradit! Efectivamente has tenido un rol fundamental en dejar instalado el tema de la C-F en los medios… Aplaudo que hayas elegido a Chile como escenario de tus fantasías, y de que esto salga en un medio masivo como es la prensa…

  3. Simplemente, Hermoso, bello bello bello.
    Y lo que más me sorprende, que en unas pocas planas se haya podido narrar claramente lo que podría haber sido el Dune Chilensis.
    ¡Muy Bien!

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