No me canso de citar la increíblemente lúcida frase de Jorge David, Dr. Zombie: “Son los ñoños postergados de ayer los que están haciendo las cosas entretenidas hoy. Los buenos para el fútbol y para las minas están detrás de sus escritorios viviendo una vida de mierda”. Por supuesto, como todo, esa frase ha mutado, ha derivado y quizá nisiquiera Zombie recuerde bien qué fue exactamente lo que dijo, pero no me cabe duda que la versión que el inconsciente colectivo ha ido depurando con el tiempo hasta convertirla en estandarte de batalla, refleja a cabalidad lo vivido el pasado 1 de noviembre en la Feria Internacional del libro de Santiago. La venganza de los nerds.
Hagamos un poco de historia. Corría el año 2005 y la literatura fantástica chilena era un fantasma, un cadáver tan muerto como el último bastión del fandom noventero que el año anterior mismo había dejado de respirar definitivamente, la revista FOBOS, de Luis Saavedra. Lo curioso es que ese año 2004 también había ocurrido en paralelo un hecho secreto que tomaría la posta sin habérselo propuesto: Andrea Palet, editora de Ediciones B, estaba a la caza de “algo” que pudiera remover un poco la literatura chilena, cansada, aburrida, llena de polvo y atragantada de sushi, hamburguesas y fomedad urbana cool. El punto es que gracias a ella, ese noviembre de 2005 habíamos tres pelagatos en la inauguración de la FILSA de ese año: la Enkeli, Rodrigo Mundaca y yo. Nos tomamos una foto con nuestras poleras de merchandising y nos lanzamos al mar de gente dentro de la estación Mapocho a repartir volantes, si señores, como promotores cualquiera repartiendo folletitos y volantes a personas desinteresadas de todo, ese era el profético espíritu en medio del desierto de la indiferencia generalizada.
Pasaron muchas cosas en estos dos años. La revista TauZero subió el índice de colaboradores y el número de “bajadas” a niveles insólitos, aparece la Editorial “Puerto de Escape”, de Marcelo Novoa con su sitio homónimo, se editan libros en editoriales grandes y pequeñas, ñoños latentes comienzan a salir del closets en revistas y periódicos de circulación nacional para hacer patente su freak pride. Comienzan las colaboraciones de los nuevos autores en revistas de cultura, diarios, radios y universidades. Y lo más importante, surge repentinamente una oleada de autores originales, poderosos y heterogéneos. Algunos literalmente de la nada, como un servidor, que entró por la ventana del fándom; otros resucitados en el momento preciso, como Sergio Meier; otros con años de búsqueda en la espalda, como Sergio Amira y un puñado de pendejos talentosos con la nueva mirada en los genes, como Mérida, Gaona, la Toncy y otros.
Es por ésto que, en la conferencia que ese día primero encabezamos Pancho Ortega (Número Kaifman), Marcelo Novoa (Puerto de Escape), Francisca Solar (La séptima M) y yo, insistimos en que se trataba de una celebración. Personalmente sentía que era el apoteósis de un tiempo duro en que a punta de meternos en todos lados conseguimos establecer un punto no menor: La Literatura Fantástica Chilena existe, goza de buena salud y, señores, ésto es sólo el comienzo.
Uno de nuestros principales objetivos es crear un frente común en la literatura fantástica chilena. Aprovechar esa “buena onda” que mencionaba la Francisca Solar y como se dijo ese día “militar en la literatura fantástica hasta que sea mainstream, después pelearnos si la ciencia ficción es mejor que la fantasía heroica”, está claro que hacerlo antes es restar fuerzas y caer en peleas de perros chicos inconducentes. Ese día se comprobó la verdad de la afirmación cuando mirábamos desde el escenario y veíamos a vampiros junto a ñoños de la cf, fans de la Fran Solar junto a jedis en la reunión más exitosa de todas las que hubo este año en la Estación Mapocho. En el fondo, reunimos a todos los que quieren que la búsqueda de nuevos mundos que no son éste estalle en la cara de las editoriales y las haga ver algo que vaticinamos ese día: “El futuro ES fantástico”. Me pregunto si no se dan cuenta que hoy, 8 de diciembre de 2007, en la lista de libros más vendidos que publica la revista de cultura de La Tercera, aparecen 5 títulos de literatura fantástica entre los 10 más vendidos de la semana, y que los textos que transcurren en departamentos de solteros, en road movies o en la mente aburrida de veinteañeros y sus tracklists de música indie brillan por su ausencia.
El mensaje es claro, la realidad más real ES fantástica, está cruzada de ciencia ficción y hechos improbables. Ya no se le puede hacer el quite a la paranormalidad.
La FILSA del 2007 fue ponerse los pantalones largos, fuimos capaces de exhibir más de una docena de libros editados, de anunciar nuevos trabajos en editoriales grandes y pequeñas, proyectos de animación, comic y colaboraciones entre integrantes de distintas áreas del fandom. Fue una fiesta donde celebramos a nuestros muchos hijos literarios en una ceremonia que confirma el camino correcto: la fuerza está en la producción de obras, no en esfuerzos mastodónticos por “promocionar” la literatura fantástica, la ciencia ficción o la introducción a autores extranjeros, porque después de la orgía no queda nada, sólo deudas y salones vacíos. Un movimiento se basa en la producción de obras, en la promoción de esas obras, en la venta de esas obras y en la militancia de sus colaboradores. Ese fue el mensaje de la FILSA, según mi parecer, el momento más alto en la pequeña historia de nuestro género, y seguramente no el último.
Sip, fue buena. Ahí estuve. Desde el lado oscuro del auditorio, se vio bien… pasión a borbotones de todos los panelistas, y también de alguno del público, en especial este físico que pidió el micrófono y no lo quiso devolver ¿Cómo se llama?
Sólo algo: tengo una de esas despreciables vidas detrás de un escritorio y salgo de «closet» para involucionar a ñoño con creciente dificultad… El lastre de la responsabilidad ta pesao.
El físico apasionado que tanta gente recuerda se llama Miguel Lagos, y es el autor de «Los Pilares del imperio» (2005, Planeta) y «La carpeta Roja» (2007, Mago Editores). O sea, es del gremio 🙂
Involucionar a ñoño, no creo. Evolucionar!!…Uno nunca deja de ser lo que es, aunque la armadura diga otra cosa 🙂
Me gusto el sentido histórico de este articulo. Que bueno rescatar estas imágenes y anécdotas, llenas de referencias cruzadas, que nos hacen sentirnos parte de un proceso. Felicitaciones por todo, pero especialmente por este articulo.