En un foro lejano de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, se discutía sobre ciencia ficción “revolucionaria” en el sentido político de la palabra. “Estación Hawksbill” es una obra a la que se le podría asociar ese adjetivo.
Este libro de Robert Silverberg nos presenta un futuro donde el pensamiento político-ideológico diferente al del régimen es castigado con destierro. Destierro temporal, sin posibilidad de retorno ni comunicación con el presente. Una cárcel en la prehistoria profunda, donde la vida pasa, donde no hay esperanzas.
En “Estación Hawksbill” se habla de ideologías políticas, pero no es un texto propagandístico. Es un libro que muestra historia de hombres, usando la política como telón de fondo, donde la ciencia es usada sólo como una herramienta más del régimen en el poder, y no como LA herramienta del régimen.
La historia se maneja en dos planos, el presente y el pasado (presente para los convictos). No se entra en profundidad en el análisis del estado totalitario que inventa esta cárcel, pero los pocos datos que entrega sobre su llegada al poder son al menos preocupantemente coincidentes con algunas situaciones del mundo real de hoy. Los estados totalitarios se desarrollan en pequeños pasos, los que individualmente parecen inofensivos. Pero esa es otra historia.
Como en la “Estación Hawksbill” todos los desterrados tienen pensamientos políticos parecidos, una de las máximas entretenciones es crear eternas e inútiles discusiones sobre ideologías y modelos, entrando en detalles hiperconocidos y estudiados, pero sin acuerdo final posible. Cualquier semejanza con discusiones en foros sobre “que es la ciencia ficción” es sólo coincidencia
La lectura de este libro de Silverberg es muy ágil, sin llevar al lector a pozos oscuros, pese a que se trata abiertamente la locura y la desesperanza de los desterrados. La historia de desarrolla desde la perspectiva de un personaje central cuando ciertos eventos remecen la clara, establecida e invariable realidad de la carcel. Para más detalles, lean el libro.
En resumen, un libro entretenido que usa la ideología política-económica como escenario para una historia de ciencia ficción.
En la escala acoronaar de «me gustó el libro», le doy un 6,2 (siete es el máximo).
Estación Hawksbill, de Robert Silverberg.
Título Original: «Hawksbill Station», 1968.
Colección Mundos Imaginarios
P&J Editores, 2000
Hay un notable momento de la novela en el que arrecia el aburrimiento del personaje en esa era desprovista de todo. Echa de menos la civilización, las mujeres, la buena cerveza. Siendo un campo de concentración de izquierdistas, todos comparten las mismas ideas y no hay discusión. Por lo tanto lo que más extraña es un derechista con quien discutir.
Novela altamente entretenida, ilustrativa y para nada aburrida, de fácil lectura y comprensión.
Nos habla en efecto de un mundo futuro, pero con los mismos errores de todos los tiempos cometidos por la humanidad, como deshacernos de nuestros rivales, todo porque no piensan igual que nosotros. El viaje en el tiempo utilizado como venganza política, logrando quebrantar aun a las mentes más preparadas y a los luchadores más empedernidos y aguerridos.