El Ojo del Gato: un acercamiento empírico
Estoy sentado en mi oficina, cuando de pronto se me llena la casilla de correos urgentes. No dos ni tres, sino once. No señores, no ha habido ninguna explosión en la empresa ni tampoco nos hemos convertido súbitamente en una civilización tipo II. Tampoco me he sacado el premio de la lotería ni me avisan que me he muerto (aunque morir por un rato, con el dolor de cuello que me aqueja hace dos días no es una mala perspectiva, por lo menos hasta que se me pase la tortícolis –que es por dormir mal y no por andar girando la cabeza por la calle).
En realidad me escriben con desesperación el director y el editor, que piden que haga uso de mis habilidades (con urgencia, ya que parece que el debut largamente esperado de la primera TauZero de este año es ahora – ahora sí– inminente) con una nueva serie de animación chilena, en vez de usarlas para analizar el caso de los restaurantes Eladio, que deberemos presentar con mis compañeros en la cuarta clase de administración del MBA. Al parecer esta serie la transmitieron por primera vez el viernes pasado, cuando junto a mi grupo le dimos las últimas puntadas al caso que presentaríamos con relativo éxito al día siguiente.
Salgo así, pues, de mi retiro temporal, para contarles que no tenía idea de esta serie que se llama El Ojo del Gato, cuya característica más novedosa es ser a base de animaciones 3D, en el más puro estilo de la ya añeja Reboot y la olvidable Transformers: Beast Wars. El toque porteño (ocurre en Valparaíso, puerto principal) le da el sabor local, mientras que unos íconos egipcios que vi en el trailer parecen darle el toque místico necesario para cualquier epopeya que se precie.
Debo informarles que no me siento cómodo comentando algo de lo que no tengo referencias en amplitud, pero valga el intento, y juro solemnemente no inventar nada. El origen parece ser un niño que sale desde un talismán egipcio encontrado en el fondo del mar que después pasa a ser protegido y criado por un cura (que de todo corazón espero no se llame Cox de apellido). Este hombre de fe es atacado por una versión translúcida del Capitán Garfio, lo que desata una serie de místicas transformaciones en nuestro héroe, que parece un adolescente común y corriente. En el centro de un círculo azuloso rotatorio lleno de cruces egipcias el protagonista se contorsiona para terminar transformado en un gato antropomorfo, que imagino que es Gato, no el vino ni el fallecido cantante de Los Jaivas, sino que el primer superhéroe chileno en 3D, creado por CGI. Y esto todo en el único trailer que he visto, así que para las almas hambrientas que ya se perdieron –como yo– el primer capítulo, no hay peligro de spoiler.
Qué puedo decir de la calidad de las voces? No mucho, porque el primer trailer tiene gritos y gruñidos y unas pocas interjecciones, amén de unas pocas exclamaciones. Sin embargo, en el sitio web (ojodelgato.cl) de el o los creadores de tamaña proeza, se dice que los diálogos son en español neutro, de modo que pueda ser exportable (no como la otra serie animada 3D de lamentable factura, que usan de relleno entre los comerciales de golosinas en las tardes: Bacanes, Flaites, Pinganillas o comoquieraquesellame) y entre cuyo elenco cuenta con la voz de Sandro Larenas, que otros de mi generación recordarán como la voz del entrañable adicto a la lasagna que es Garfield.
La calidad de las imágenes, pues… partamos diciendo que está modelado en 3DMax, con un promedio de 70.000 polígonos por personaje. Para los menos geek, el recuento de polígonos indica qué tan redondito es el personaje, es decir, los personajes de esta serie son bastante decentes. Las texturas fueron creadas en Photoshop 7 y Deep Paint 3D, que aunque no son lo mejor de lo mejor, no me cabe duda que han sido explotados al máximo por los artistas de Ojo del Gato.
Esta serie es el esfuerzo de un equipo de 15 personas, entre actores, dibujantes, modeladores, texturizadores y animadores, además de la guionista, Elizabeth Carmona. Si bien puedo señalar deficiencias en el aspecto general de lo que pude ver en el primer trailer, también es cierto que una serie de animación no debe buscar ser hiperrealista, sino que tener historias divertidas (como Los Simpsons o South Park) y que puedan cautivar al espectador, aun siendo protagonizadas por caricaturas.
Aunque esta nueva serie animada parece estar orientada a un público infantil, por el horario en que se presenta (23:30 los viernes y 1:45 los domingos) me hace suponer una trama algo más adulta –o menos infantil, debiera decir. Tal vez me esté equivocando, pero el personaje, de energías místicas y antiguas –al parecer– tiene un potencial a la oscuridad que podría rivalizar tanto con el Batman de Burton o el Sandman de Gaiman, manteniendo las distancias, claro. En dinamismo y realidad de movimiento me pareció muy superior a otras series animadas que he podido ver de pasada en el último tiempo, y si en algún momento pueden usar captura de movimientos para animar sus personajes, le diría al equipo que lo hicieran sin dudar.
Un punto que debería no callar antes de irme: si la serie la orientan a un público infantil, aquel que ve una y otra vez los Looney Toons repetidos semana a semana y se ríe con los impromptus gay de Bugs Bunny, creo que tendrá poca vida. Si mantienen la estética de caricatura pero introducen capítulos orientados a los adolescentes mayores de 14 años y con sesgos para que los adultos también podamos disfrutar de lo que de otra forma podría convertirse en un entretenimiento pueril, creo que puede hacerse imperdible.
Al equipo me atrevería a sugerirle que no cayera en lo políticamente correcto, sino que dieran una dimensión real al personaje, explorando dilemas éticos en su cotidianeidad, evitando caer en la inflexible bondad gagá de los superhéroes light de barbilla con hoyuelo y mandíbula cuadrada que nos proporcionan las editoras de EEUU. Para no mantener estática la constelación de personajes pueden irse agregando otros héroes (pienso en Watchmen). Para darle algo más de tensión dramática a sus capítulos pueden matar alguno de los personajes principales de vez en cuando, destruyendo de pena al joven que encarna al héroe, o tal vez adaptando alguna de las tantas aventuras de Sherlock Holmes (estoy pensando en El Sabueso de los Baskerville). De esta forma creo que la serie puede tener un éxito prolongado en el tiempo. Vale decir, para perdurar tienen que darle una manito de gato a ésta, la primera serie de animación 3D chilena que parece tener méritos para ser recordada. Suerte, muchachos.