por Rodrigo Mundaca Contreras
Algo recuerdo de aquella tarde, creo que fue en el otoño de 2003. Jorge nos invitó a su departamento. Era la primera vez que yo visitaba su casa y me llamó mucho la atención el decorado marcadamente oriental (nos tuvimos que sentar en cojines porque la mesa era bajita, al estilo japonés). Había muchísimos libros en los estantes, en donde convivían en armonía los de diseño y arquitectura junto a los de historia y mitología. Creo que también vi uno sobre dibujos de H.G. Giger y otro de MaTriX. ¿Ciencia ficción? Si vi algo la verdad es que no lo recuerdo…
En aquella época había salido a la luz del cibermundo el segundo número de TauZero, edición que llevaba como primicia un trozo de algo llamado YGDRASIL. Un texto sumamente raro, en donde se mezclaban en forma retorcida muchos conceptos sacados de diversas áreas de la cultura humana, y puestos fuera de sus contextos originales. Uno no podía evitar arrujar el entrecejo frente a tanta rareza que se describía en la historia.
Había cierto placer culpable en leer YGDRASIL. Las sutiles e infinitas formas en que el sufrimiento y el dolor se manifestaba en el relato, no hacía más que inducirle al lector a preguntarse ¿Qué clase de mente retorcida y anormal puede vomitar este tipo de historias?
Estoy seguro que vari@s podrían levantar sus dedos índice para contestar. Imagino que apellidos sonarían. Escucharía también aquella manoseada palabra “Cyberpunk”.
Pero la pregunta que yo hice era retórica, así que pueden bajar sus dedos. Cómo yo sólo puedo hablar desde mi experiencia literaria personal, y aquella se circunscribe principalmente a la ciencia ficción dura (navecitas y pistolitas de rayos y héroes y princesas en lejanos confines del universo), leer un texto como YGDRASIL, y en general todos los textos de Jorge, me resulta una situación que se ubica fuera del planeta que normalmente yo suelo orbitar.
Jorge está muy ligado con la historia de TauZero. De hecho fue el autor que inauguró nuestra publicación, con su extraño relato “La Conquista Mágica de América”. Me gustó tanto el texto, por la razón que indiqué más arriba, que comenzamos a conversar sobre la posibilidad de publicar YGDRASIL, por fragmentos, al estilo de las revistas clásicas del género.
Jorge, desde el principio muy entusiasta por apoyar TauZero, accedió de muy buen grado. Por lo demás, así comenzaba a difundir sus obras más allá de las paredes de su dormitorio. Cosa que muchísimos simplemente no hacen, vaya a saber uno por qué.
El primer fragmento apareció en TauZero #2.
Pero la ocasión en la que Jorge nos invitó por vez primera a su departamento, fue para algo distinto. Fue al hueso: Quería suspender la publicación por entregas de YGDRASIL. A mí y a Sergio nos sorprendió sobremanera aquella petición, pero concluimos que no la habría hecho sin una buena razón. Jorge no quiso entrar en detalles (¿superstición tal vez?), y sólo mencionó que había aparecido una posibilidad remota en otro lado, y que para evitar problemas ulteriores, era mejor guardar y no divulgar el material a lo largo y ancho de Internet. A buen entendedor, eso significaba que había una ventana de oportunidad para publicar en papel, el destino soñado de cualquier escritor…
Por supuesto, ante tal perspectiva no podíamos competir, y no pudimos (ni quisimos) decir otra cosa que aceptábamos su decisión. Pero no se las llevó peladas, pues tuvo que escribir un disclaimer y varios cuentos, material que están publicados en ediciones anteriores de TauZero. Así, todos quedamos felices y tranquilos.
Han pasado unos dos años desde entonces y veo con sorpresa y felicidad que los planes de Jorge llegaron a buen puerto. Al mejor puerto que existe. Jorge ha desembarcado con YGDRASIL en el puerto de Ediciones B, en la colección NOVA. Con esto se convierte en el primer latinoamericano en pisar esos territorios hasta ahora desconocidos para los autores de CF nacionales.
En ocasiones pienso que todo esto que ha ocurrido con YGDRASIL parece ser en sí una historia de ciencia ficción: una ficción anidando a otra. Es todo tan irreal que no puedo hacer otra cosa que maravillarme y disfrutar cada capítulo de la historia. Haber sido testigo de primera fila como una persona normal y sencilla de pronto se convierte en una celebridad del ambiente (independiente de lo que ocurra el día después), es algo que no me ocurre todos los días…
Para ejemplificarlo mejor: Hace algunos días se inauguró la 25 Feria Internacional del Libro de Santiago. Creo que es el evento cultural más importante que Chile realiza cada año. Aquel día salí de mi oficina y fui a la de Jorge, pues le estaba ayudando con la distribución de las invitaciones para el evento de lanzamiento de la novela. Lo encontré en medio de una reunión, de modo que tuve que esperarlo algunos minutos. Para cuando terminó me hizo entrega de las susodichas invitaciones, y me mostró el folleto publicitario de la novela. Tuve un pequeño y divertido shock cuando leí una frase en extremo rimbombante y marketera atribuida mi persona, en donde expresaba mi opinión de YGDRASIL:
“¡Una explosiva mezcla de animé, mitología americana, cyberpunk y violencia bizarra…!”
Momentos después nos dirigíamos a la Feria del Libro, que como ya dije aquel día se inauguraba. Jorge me mostró, sonriente, una credencial que lo acreditaba como invitado. Yo, en mi calidad de civil, tuve que hacerme pasar por el ayudante que colaboraba transportando la caja con folletos…
Y entonces entramos.
El lugar era en extremo amplio y luminoso. Impresionante. Caminamos entre stands repletos de libros, revistas, cómics. Todo nuevo, todo reluciente.
Pero aquel no era el momento para vitrinear ni comprar.
Seguimos caminando. Y llegamos al stand de Ediciones B. En rigor, deduje que habíamos llegado, pues una persona se acercó y saludó muy efusivamente a Jorge. Otro tanto hizo conmigo cuando fui presentado.
Luego se acercó un promotor, llamado por esta persona, ofreciéndonos algo para beber y picar. Y nos fue señalado el lugar donde estaba YGDRASIL, en el centro del stand. Y aquí comenzó una situación que estaba por completo ajena a mi experiencia: que yo recuerde nunca había escuchado tanto elogio junto, emitido por diversas personas, y dirigido a una en particular: Jorge.
Personalmente tiendo a desconfiar de las personas que elogian demasiado, pues siento que quieren congraciarse forzadamente para algún propósito que mi paranoia natural no es capaz de percibir. Y bueno, por eso aplaudo la actitud que Jorge ha tenido siempre, la de mantener un low perfil, no dejar que su ego se infle con los elogios que le dirigen (ya sean estos justificados o gratuitos).
Durante la ocasión, escuché varias veces la frase “tan humilde que eres, Jorge”. Es una frase que me ha hecho reflexionar bastante. ¿Significa que otro escritor en su lugar acusaría recibo de los elogios, inflando su ego a niveles ionosféricos? Entiendo que las personas del área de las artes y/o letras poseen una sensibilidad que las hace proclive a la necesidad de emitir y recibir elogios. Eso lo acepto. Pero no puedo evitar cierto grado de incomodidad, considerando el hecho que por formación profesional pertenezco a un mundo frío, donde las cosas siempre tienen que funcionar bien, y no existe ni es necesario que exista aquella vocecita que elogie y palmotee la espalda.
En definitiva, por estos días Jorge es la celebridad. Él sabe perfectamente que soy unas de las personas que más se alegra por lo que le está ocurriendo. Pero también sabe que eso no se traduce en palmoteos ni en elogios dulzones. No los necesita, ni tampoco es mi estilo…
Me pregunto que sucederá el día después. ¿Todos en la editorial seguirán siendo tan amables con Jorge? Si las expectativas se cumplen y el mercado exige una segunda parte de YGDRASIL, la respuesta es sencilla.
Pero, ¿y qué ocurrirá si eso no sucede? ¿Es todo esto el comienzo de una revolución editorial en Chile o simplemente YGDRASIL es y será una solitaria piedra lanzada al gran océano del Mercado, que si bien ahora está dando tumbos en la superficie y avanzando hacia el horizonte infinito, tarde o temprano se va a hundir en las aguas del Olvido?
Por supuesto que no sé la respuesta, pero dada mi autoimpuesta labor de cronista de los sucesos que están ocurriendo en el ambiente de la ciencia ficción local, estaré observando y documentando detenidamente lo que sucede.
Rodrigo Mundaca Contreras
Santiago, Octubre de 2005