por Carolina Nishii
Comentario del libro “El Shock del Futuro”, de Alvin Toffler.
El Shock del Futuro fue publicado en inglés en 1970. A partir de esta fecha ha sido re-editado varias veces y traducido a muchos idiomas (algunas de sus últimas ediciones en español: Plaza & Janes 1981, Bantam Doubleday Dell Publishing Group 1984, Plaza & Janes 1993).
Toffler, norteamericano, fue entrenado como periodista y actualmente se desempeña en su propia empresa como futurólogo (los futurólogos, de forma similar a un oráculo, proyectan un futuro posible basándose en análisis de las características más relevantes actuales).
En su libro, Toffler nos explica con sólidos argumentos las razones por las cuales la sociedad actual puede sufrir de la enfermedad del Shock del futuro; nos cuenta las consecuencias que el futuro nos acarrea física, psicológica e intelectualmente. Finalmente, Toffler nos enumera cuales son los posibles focos de infección de la enfermedad del futuro. Tal vez, si se conocen dichos focos infecciosos, se puede prevenir el contagio…
A) Desarrollo
Si hemos de separar los pasos del hombre hacia su desarrollo, debemos decir que la agricultura fue el primero. El segundo paso está marcado por el industrialismo y el tercer paso es el que estamos viviendo en la actualidad y es el superindustrialismo. La tecnología es el motor que ha generado el cambio a este tercer paso. Podría decirse que a mayor tecnología, mayor es el conocimiento que se adquiere y este conocimiento a su vez alimenta nuevamente a la tecnología, en un círculo que se refuerza a sí mismo. Esta cantidad de conocimientos es muchas veces mayor al que poseía la sociedad hace tan solo 200 años atrás.
B) Brecha Generacional
En la actualidad el 70% de la población está viviendo en el pasado, dependiendo de la agricultura. Un 25% lo forma la sociedad industrializada, desde la primera mitad del siglo XX, moldeados por la mecanización y educados en masa. El restante son sólo algunos millones que viven en los centros de cambio tecnológico y forman la sociedad del futuro. Esta diversidad de sociedades en un mismo espacio puede ser causa de conflictos entre generaciones, padres e hijos, maridos y esposas, pues todos reaccionamos diferente frente a los cambios y la aceleración del ritmo de vida.
C) Duración y transitoriedad
La duración de los productos que nos rodea es cada vez menor, por ejemplo: las envolturas de los alimentos sólo sirven una vez, la duración media de las viviendas ha variado notablemente (hoy vemos un edificio y en un mes ya lo han destruido y construido uno nuevo), tenemos pañales desechables, pañuelos de papel, platos y cubiertos desechables…etc.
Por otro lado, la tecnología ha logrado bajar los costos de fabricación rápidamente y a su vez logra mejorar los objetos con el paso del tiempo. Si, por ejemplo, se descompone un aparato electrodoméstico, resulta más económico y mucho mejor comprar uno nuevo que tenga más ventajas sobre el modelo antiguo y cuyo precio es menor al de la reparación.
D) Movimiento
Para muchos millones de personas y en particular para la «gente del futuro» el hogar está donde cada cual lo encuentre. La economía exige movilidad, obligando a buscar nuevos empleos y dejar atrás las antiguas viviendas para obtenerlos. Este traslado destruye una serie de relaciones antiguas, estableciendo nuevas. Este cambio origina la pérdida del sentido de compromiso. No sólo se cambia de casa, sino de peluquería, supermercado, parada de autobús y junto con este, las relaciones del lugar.
E) Duración de relaciones humanas
Los lazos humanos han alcanzado un carácter temporal, la duración media de las relaciones humanas se ha visto disminuida aumentando las relaciones con una parte de la persona, con un módulo de su personalidad. Cada personalidad tiene miles de módulos los cuales podemos cambiar. Nos interesa un zapatero en cuanto a su eficiencia en satisfacer nuestras necesidades, pero no nos interesa sus sueños, esperanzas o frustraciones, este hombre será plenamente intercambiable con cualquier otro zapatero igualmente competente.
Una relación de duración larga es aquella en la que exigimos y se nos exige mayor comprensión y mayor compenetración con la otra persona, pero no es así en una relación modular o de corta duración en la que nos da igual si el zapatero profesa nuestra religión, nuestra doctrina política, si es heterosexual o no.
El paso acelerado de personas por la vida implica no sólo el atar lazos, sino también el romperlos. Esta capacidad de hacer y deshacer amistades, de tomarlas como simples “conocidos”, es la habilidad de adaptación para la cual algunos parecen más capaces que otros.
F) Organización e información
No sólo hemos encontrado aceleración en el ritmo de cambio de las situaciones, de las cosas, lugares y personas, también existe el cambio en las organizaciones, las cuales en su gran mayoría son burocráticas, es decir, se caracterizan por la permanencia, la jerarquía y la división del trabajo. Sin embargo existe otra forma de organizar a la gente. Hoy en día las organizaciones cambian de forma interior con mucha frecuencia, cambian los títulos, se transforman los cargos, se desplazan responsabilidades. El cambio se puede apreciar con mayor facilidad en lo que se denomina actualmente «proyecto» o «unidad organizada», los cuales son grupos de trabajo formados para determinada función, la cual una vez terminada, el equipo se disuelve también. En la estructura administrativa, como en la arquitectónica pasamos de formas duraderas a temporales, de permanencia a transitoriedad. Pasamos de la burocracia a la ad-hocracia. El hombre superindustrial no se encasilla permanentemente ni realiza tareas rutinarias cumpliendo órdenes, sino que siente la necesidad de asumir responsabilidades y tomar decisiones. Necesita ser emprendedor.
Tenemos también la información que nos llega por medio de los mensajes que recibimos, ya sea por medio de los medios de difusión o por las personas que nos rodean, las celebridades cambian y se destruyen velozmente, los libros pueden ser traducidos y editados con mayor rapidez que antaño, la música ha aumentado la cantidad de información auditiva que transmite durante un período de tiempo dado, el lenguaje es bombardeado continuamente con jergas que cambian constantemente y todo este cambio en el mundo exterior nos obliga a aprender de nuevo el medio que nos rodea, exigiendo más al sistema nervioso así como un nuevo nivel de adaptación.
G) Novedad
Los cambios que se suceden están creando una nueva sociedad. Nuevas fuentes de energía, nuevos medios de transporte, nuevos alimentos son algunos de los indicios de lo que se avecina. En la ciencia se logrará criar animales especializados o quizá robots domésticos para servirnos, se podrá integrar tejidos vivos en procesos de mecanismos físicos, se podrá lograr la clonación, se podrá transplantar nuevos miembros (como el cerebro) de un cuerpo a otro y no podremos negarnos ante el cambio.
Cuanto mejor se satisfagan las necesidades materiales básicas del consumidor, mayor energía económica se invertirá en satisfacer sutilezas variadas y personales. Se podrá escoger viajar en un avión con características romanas, francesas o inglesas, se podrá experimentar con ambientes simulados que brindarán aventura, peligro o excitación sexual sin poner en verdadero riesgo la vida o la reputación.
La familia no se salvará de los cambios, los optimistas dicen que con el tiempo sobrante que dispondrá la familia se estrecharan los lazos, pero los pesimistas dicen que la familia servirá tan sólo para procrear y criar por tan solo los tres primeros años de vida de la persona.
El industrialismo requería trabajadores capaces de trasladarse cuando el empleo lo requería, y la familia numerosa se transformó en la familia «nuclear» formada por los padres y un número pequeño de hijos. Pero el superindustrialismo exige una mayor movilidad, lo que nos lleva a pensar que las personas del futuro opten por reducir a la familia en un hombre y una mujer.
Las parejas aplazarán la tarea de criar hijos hasta después del retiro, o podrían engendrar y confiar la tarea del cuidado de los niños a grupos padre-madre preparados para desempeñar ese trabajo. No se puede pedir que en estas condiciones el amor dure indefinidamente, la transitoriedad y la novedad se han vuelto contra éste, pues ahora vemos que los matrimonios también se han vuelto temporales.
H) Exceso de opciones
Corremos hacia un exceso de opciones, la decisión del comprador ya no será tan sólo individualizada, sino compleja. La producción material y la nueva tecnología, más que fomentar la estandarización, nos lleva a la diversidad superindustrial. Asimismo la educación ayudada por las computadoras, la instrucción programada y otras técnicas aumentarían la diversidad en las aulas.
Por otro lado, hay un sinfín de segmentación en el mercado, encontramos locales para homosexuales, películas para niños, discotecas para mujeres, etc.
Infinidad de especialistas han nacido, especialistas que tienden a agruparse con los de su propia clase, formando sub-cultos. Podemos ver sub-cultos dentro de científicos, dentro de médicos, incluso formamos grupos de acuerdo a la edad, de acuerdo a los hobbies, de acuerdo a las creencias.
El estilo de vida que se ha decidido seguir, impone un orden, una serie de principios o criterios en las opciones a tomar.
No sabemos el origen de estos modelos que seguimos, que pasan desde James Bond, a los yupies, los hippies o las celebridades, pero esta decisión ayuda a reducir el campo de alternativas con las que nos enfrentamos al futuro.
I) Estrategias de supervivencia
Algunas personas parecen anhelar los cambios más que otras, una casa nueva, un carro nuevo, otro trabajo y más cambios sin que les parezca afectar, pero al analizarlos encontramos zonas de estabilidad en sus vidas: algunas relaciones duraderas cuidadosamente mantenidas a pesar de cualquier otro cambio. Esta quizá es una táctica personal que amortigua de cierta manera la exposición de los cambios, por ejemplo tenemos una persona que puede cambiar de trabajo o de casa o de novia con facilidad, pero que se aferra a su antiguo y viejo auto.
Así como el amortiguador del shock del cambio, del shock del futuro, se deberían crear en general para la sociedad. Un ejemplo de este amortiguador, es llevado a cabo en algunos sistemas carcelarios, en los cuales el reo antes de re-integrarse a la vida en libertad, se le traslada a una institución intermedia donde regresa en las noches luego de trabajar fuera. Se podría usar algo parecido para aquellos que se deban jubilar, para no realizar un cambio tan brusco en sus vidas o se podrían crear clubes de ayuda para aquellas personas que se encuentran a las puertas de un gran cambio en sus vidas, ya sea el cambio de trabajo, el cambio de domicilio o el cambio de estado civil, esta visto que con tan solo encontrarse con personas que también sufrirán o han sufrido un contratiempo similar, ayudará a asimilar mejor el cambio. O quizá la creación de lugares en los que se pueda experimentar por etapas los futuros cambios, quizá ver en tercera dimensión la nueva casa a la que se mudará el futuro gerente, los nuevos vecinos, el lugar de la oficina, el nuevo colegio para ir aceptando poco a poco las cosas nuevas que sucederán.
En cuanto a la educación tanto padres como maestros saben que la educación es el medio que ayudará a los niños en el mundo del mañana, pero las escuelas basan sus enseñanzas mirando al pasado cuando ninguna de esas experiencias servirá a la persona en la toma de las decisiones del futuro.
Entre otros puntos como el fomentar la adaptabilidad enseñando al estudiante a aprender y olvidar y volver a aprender para dar lugar a los nuevos conocimientos que reemplazan a los conocimientos perecederos. Otro punto podría ser el educarlos en el problema del exceso de opciones.
Una de las estrategias del futuro será fomentar el sentido del futuro. Forzándolos a imaginar como serán ellos, sus padres, la gente que los rodea en 20 o 30 años. Citando textualmente el libro encontramos:
«…No tenemos una literatura del futuro para su empleo en estos cursos, pero sí que tenemos una literatura sobre el futuro, consistente no sólo en las grandes utopías, sino también en la ciencia-ficción contemporánea. La ciencia ficción es considerada como una rama desdeñable de la literatura, y tal vez se merece este desprecio crítico. Pero si la consideramos como una especie de sociología del futuro, más que como literatura, la ciencia ficción tiene un valor inmenso como ejercicio mental para la creación del hábito de anticipación. Nuestros hijos deberían estudiar a Arthur C. Clarke, William Tenn, Robert Heinlein, Ray Bradbury y Robert Sheckley, no por lo que éstos puedan decirles acerca de naves espaciales y máquinas del tiempo, sino porque pueden guiar a las mentes juveniles en una imaginaria exploración de la jungla de problemas políticos, sociales, psicológicos y éticos con que habrán de enfrentarse estos niños en la edad adulta. La ciencia ficción debería ser asignatura del primer curso de Futuro…»
La ciencia ficción es una de las puertas para preparar a los estudiantes poniéndolos en situaciones que quizá no sucedan, pero que son un excelente ejercicio para poder hacer frente a lo que les depare el futuro.
No sólo este es el camino, también se debe prever los efectos que podrían producir lanzar al mercado nuevos productos, nuevas ideas o nuevas edificaciones, debemos plantearnos situaciones futuras de la sociedad, reacciones negativas o positivas que nos harán crecer junto al futuro o que nos harán sentir invadidos o amenazados por el futuro, pues nadie gobierna a la tecnología y esta debe ser de alguna manera canalizada, fomentando aquellas tecnologías que sean inofensivas y socialmente deseadas y que sirvan como un instrumento para el mañana y no un beneficio inmediato sin pensar en las consecuencias.
Por último, cito nuevamente a Tofler: «…No es fácil tratar este crecimiento desenfrenado, este cáncer de la Historia. Tampoco existe una pócima mágica para curar la nueva enfermedad que es su secuela: el «shock» del futuro. Yo he sugerido paliativos para el individuo agobiado por el cambio y procedimientos más radicalmente curativos para la sociedad: nuevos servicios sociales, un sistema de educación con vistas al futuro, nuevas maneras de regular la tecnología, y una estrategia para conseguir el control del cambio. Pueden encontrarse otros medios…»
No nos abrumemos por un futuro que amenaza con devorarnos, debemos utilizar los recursos del futuro para canalizar el futuro.