Glenn Gould vs. Thomas Mann

Acercamiento a las tres últimas sonatas de Beethoven
Para Glenn Gould las opiniones más interesantes, las frases más brillantes y reveladoras provenían siempre de personas que dominaban cabalmente algunos temas. Las revelaciones más instructivas, decía, proceden de áreas sólo indirectamente relacionadas con el entrevistado. Así refiere una entrevista a un teólogo sobre tecnología, a un inspector de aduanas sobre Williams James, a un economista sobre el pacifismo y a una dueña de casa sobre la codicia en el mercado del arte.
Siguiendo esta misma lógica, ¿podemos entrevistar al arte sobre moral? ¿O a la moral sobre arte? Mi respuesta es que sí se puede. Pero esta afirmación conlleva una numerosa lista de acotaciones. Quiero aquí referir una sola por medio de la crítica que hace el mismo Gould a la visión de Thomas Mann acerca de las últimas sonatas de Beethoven.
Kretzschmar, en Doktor Faustus, dicta una serie de conferencias sobre música, una de ellas dedicada a las sonatas. “Lo mismo que el tema de aquel movimiento”, dice Kretzschmar, refiriéndose al del último movimiento de la sonata op.111, “que pasa por medio de cien destinos, de cien universos de contrastes rítmicos, acaba de superarse así mismo y se pierde en las alturas vertiginosas que podrían llamarse las del más allá o de la abstracción, así el arte de Beethoven se había sobrepasado así mismo (…) había llegado a la esfera donde ya no subsistía más que su esencia personal, un yo dolorosamente aislado en lo absoluto y, además, desprovisto del elemento carnal, por la pérdida del oído”.
¿Esencia personal desprovista de elemento carnal? ¿Eso es el hombre en su cumbre espiritual? Para colmo, el conferenciante de Mann es tartamudo y, al inspirarse, casi se revuelca con estertores y toses estruendosas, queriendo asociar la cumbre de lo espiritual con la nulidad del cuerpo.
Gould critica estas opiniones por dos motivos: primero porque se alejan del análisis netamente musical y, segundo, porque estas sonatas “se nos muestran como construcciones calcificadas e impersonales de un alma insensible a los deseos y tormentos de la existencia.” Más allá de la evidencia de a disputa entre ambas posturas, quiero destacar que no sólo el segundo motivo de Glenn Gould es de carácter moral. En cierto sentido, todas las opiniones de Gould estaban teñidas de una carga moral.
Pero lo sorprendente y lo insólito y perturbador de esta disputa es que ambos estaban en total acuerdo en los conceptos musicales (o si se quiere artísticos) de estas obras. Mann se refería a la “confluencia de subjetividad armónica y objetividad polifónica”. Por su parte, Gould hablaba de la unión de una “descuidada espontaneidad y disciplina objetiva.” El aspecto central consistía en la radical conjunción de los mayores opuestos dentro de las últimas sonatas, lo que producía su particular nivel de tensión.
La diferencia entre las opiniones de Mann y Gould se encontraría entonces no en la interpretación de estas obras, sino en la interpretación de la interpretación. Es decir en el trayecto que se elige para regresar a las obras luego de haber reflexionado sobre ellas. Dicho camino de regreso suele estar obstruido, plagado de puntos ciegos, son numerosas incertidumbres que exigen respuesta inmediata.
Por eso, y regresando a la idea inicial de Gould sobre las opiniones, en el sentido de sus palabras quizá haya que descubrir una vocación por la demora, el retardo en ese camino de regreso. Posiblemente ni siquiera se trate de un problema referido a la aplicación de preceptos morales o éticos a la interpretación de obras de arte. Quisiera estar confiado en que todo conflicto de la interpretación no se traducirá en un aplacamiento de las opiniones de regreso, que no cundirá e temor a ser malinterpretado. Quisiera que se propagara ese “carácter destructivo” que no sólo no teme a ser malinterpretado, sino que persigue serlo.

F d. S.

The Numan principle

por Sergio Alejandro Amira

Lo primero que escuché de Gary Numan fue su single Cars, una de esas canciones que había oído cientos de veces sin preocuparme de averiguar quien la interpretaba. Luego, durante mi estadía en Inglaterra a principios de los 1990’s entablé amistad con una chica que oficiaba de bibliotecaria y que era fan de Gary Numan y sólo entonces me enteré de la importancia que este sujeto tenía para la música “pop” y sus vínculos, además, con la ciencia ficción.

En la biblioteca de Lowestoft (cómo imagino en el resto de las bibliotecas del Reino Unido) no había sólo libros, sino también películas en formato VHS que iban desde El Acorazado Potemkin hasta Querida Encogí a los Niños y CDs que incluían desde Brahms hasta Sepultura. Los ingleses parecían entender muy bien el amplio abanico de géneros musicales, literarios y artísticos que, en definitiva, componen la cultura y no dejaban nada fuera. Como imaginarán aquella biblioteca fue mi sitio predilecto durante los seis meses que pasaron antes de ingresar a la universidad y saqué toda clase de libros y CDs (pero no videos ya que no teníamos donde reproducirlos en casa).

En cierta ocasión y al no encontrar nada nuevo, decidí llevarme un álbum de Gary Numan (Pleasure Principle de 1979) lo que dio pie a que entablara una conversación más allá de las corteses formalidades con Trish (diminutivo de Patricia). La bibliotecaria me habló de lo fantástico que era Gary Numan, que ella había ido a uno de sus conciertos hacía muy poco, etc., etc. La verdad es que yo no le estaba prestando mucha atención a lo que Trish me decía sino al hecho que jamás hasta entonces había notado lo atractiva que era. ¿Es que a esas alturas ya estaba tomándoles el gusto a las pálidas féminas inglesas? Hechos posteriores demostrarían que sí, pero el presente artículo se supone versa sobre Gary Numan por lo que dejemos de lado mis particulares anécdotas (se me suele acusar de autoreferente y algo propenso a las divagaciones, guilty as charge).
El muy británico Gary Numan es uno de los “padres” de la música “pop” con sintetizadores y creó a fines de los 1970’s un mosaico sonoro con influencias provenientes de Kraftwerk, Brian Eno y David Bowie, mezcla que le otorgó dos álbumes Nº 1 y un devoto fanclub que hasta el día de hoy le rinde culto.
Como frontman de la banda Tubeway Army, Numan hizo su debut musical con los singles punks post-Sex Pistols That’s Not It y Bombers. Poco después abandonó la banda, enchufó su teclado electrónico y se apoderó del Nº 1 de los charts Británicos con el single Are Friends Electric? que con sus letras sobre androides y sonidos futuristas dio inicio al pop electrónico o “electropop”. Pleasure Principle, el álbum de 1979 que yo me llevé de la biblioteca produjo el famoso single Cars, que alcanzó el Nº 1 en el Reino Unido y logró posicionarse dentro del Top 10 norteamericano. Posteriormente Numan obtendría muchos otros hits adquiriendo el estatus de leyenda viviente del pop.

Tras mi regreso a Chile me olvidé de Gary Numan en especial por que cada vez que lo escuchaba me venía Trish a la memoria y todos los buenos momentos que pasamos juntos. Poco antes de mi partida de Inglaterra había estallado el fenómeno Nirvana y regresé a Chile convertido en todo un looser grunge. Puedo asegurarles que junto a mi amigote Marcel González fuimos los primeros grunges sino de Chile, al menos de la austral ciudad de Punta Arenas.

La moda grunge me duró hasta el mediados de 1993, cuando ya hasta las Multitiendas sacaban colecciones de ropa inspiradas en este movimiento. Mi atención hacia Gary Numan, sin embargo, no regresó hasta cuando en diciembre de 1996 adquirí el álbum Songs In The Key Of X, banda sonora de mi serie favorita de aquel tiempo: The X-Files (aunque de todas las canciones incluidas en el disco sólo escuché una en la serie).

Pues bien, en dicho álbum Foo Fighters, la banda del ex-Nirvana Dave Grohl, hizo un cover de Numan: Down in the Park (tema incluido originalmente en el disco Replicas de 1979). Al oír esta nueva versión me regresaron los deseos de escuchar a Gary Numan y poco después, con el advenimiento de Napster, comencé a recolectar todos los MP3s que pude dentro de los cuales hallé un cover de Cars por Fear Factory junto al mismísimo Numan y otro de Down in the Park a cargo de Marilyn Manson. Este último tema es de particular interés ya que Mr. Manson incluyó al comienzo un sampling de una de mis películas favoritas, El Príncipe de las Tinieblas (1987) de John Carpenter, donde actúa Alice Cooper quien también posee una canción cf llamada Clones (We’re all) del LP Flush the Fashion de 1979 (versionada por Smashing Pumkins para el álbum Bullet with Butterfly Wings de 1996).

El fragmento del filme utilizado por Manson corresponde a la transmisión que recibían los protagonistas desde el futuro mientras dormían: …you are receiving this broadcast as a dream. We are transmitting from the year 1999. You are receiving this broadcast in order to alter the events you are seeing. Este inquietante monólogo le venía como anillo al dedo a Down in the Park, uno de los temas a mi juicio más cf de Numan quien, sin embargo, desdeña su vínculo con el género que nos convoca en estas páginas.

En entrevista con electronicmusic.com, y ante la pregunta ¿Qué tanto ha influenciado la ciencia ficción la manera en que percibes el mundo?, Gary Numan responde: La ciencia ficción no tiene ninguna influencia en mi música, especialmente en las letras, y especialmente ahora. Siendo honesto sólo he escrito un puñado de canciones que están remotamente conectadas a la ciencia ficción y eso fue hace 20 años atrás. El ábum Réplicas, o partes de él; una o dos cosas en The Pleasure Principle y otro tanto en Telekon. Diría que unas 15 o 20 canciones de un total de 300 que he compuesto hasta ahora tienen algo que ver con la ciencia ficción. Creo que por el hecho que adquirí notoriedad con la música electrónica, algo nuevo hace 20 años, y específicamente con la canción Are Friends Electric? (que inauguró mi carrera en el Reino Unido de cualquier forma) que me etiquetaron como Sci Fi, algo que ha permanecido incluso después de mi evolución hacia otras cosas. Pero debo agregar que amo la tecnología. Disfruto de las películas de ciencia ficción y de las series de TV pero honestamente la cf no es una influencia en mi música o la forma en que veo el mundo.

Y esa es la posición que tiene, al menos hoy en día, Gary Numan. Entiendo muy bien su alegato contra la etiqueta de músico “Sci-Fi”, recuerdo mi época de estudiante cuando siempre me decían que mis cuadros parecían tener influencias de los cómics, algo que yo no creía cierto y que incluso llegó a molestarme profundamente. Puede que existiera un influjo superficial del Noveno Arte en mi pintura, pero era sólo eso: superficial. Nada digno de ser puesto en primer plano hasta definir mi obra como hereditaria del cómic, de la misma forma que las influencias de la ciencia ficción en Gary Numan no son tantas como para definirlo como el músico que dio cuerpo sonoro a este género que, de acuerdo a Pablo Castro, siempre será literario, por fundación, desarrollo y futuro.
Aún así no puede negarse que canciones como Down in the Park son cien por ciento cf. Analicemos algunos fragmentos de la letra: …en el parque con un amigo llamado Cinco. ¿Quién puede llamarse Cinco a menos que sea un robot? Johnny Five de las películas Cortocircuito I & II acude a mi mente, también R2D2 y C-3PO, por supuesto. Tenemos también la frase: …puedes ver a los humanos tratando de escapar, que sólo podría proferir un no-humano, y no somos amantes, no somos románticos, estamos aquí para servirle, que refuerza la idea que quien canta es un robot (también hay alusiones a una máquina-violadora, similar al orgasmatrón de Barbarella, supongo).

Un par de cosas que me gustaría comentarles sobre Gary Numan antes de finalizar este artículo. La primera es que Numan es piloto de aviones, lo que se denomina “air display pilot”. Vuela aeroplanos de combate de la Segunda Guerra Mundial en exhibiciones acrobáticas aéreas por toda Europa. La segunda es que NuWorld, el sitio en la Web de Numan, ha sido confeccionado por él mismo, razón por la cual no es actualizado muy frecuentemente pero como él mismo dice: tiene cierta gracia que la gente que visita el sitio sepa que cada palabra, imagen, logo y botón ha sido creado y codificado por mí. Hasta donde tengo noticias Gary Numan es el único músico más o menos reconocido del mundo avocado a estas dos actividades de forma profesional y competente.

El último álbum con canciones inéditas de Numan fue Pure de octubre del 2000. Luego de eso se han editado varios LPs en vivo, recopilaciones y remixes siendo el último de estos Resonator (2002-2003).

por Sergio Alejandro Amira