Superhéroes for dummies

la fisica de los superheroes
Uno de los últimos títulos llegados a la redacción de Tauzero corresponde a uno de esos libros que todo estudiante de ingeniería aficionado al género fantástico de verdad hubiera agradecido conocer en la universidad. Se trata de “La Física de los Superhéroes” de James Kakalios, un doctor en ciencias físicas fanático de los comics quien, analizando los personajes de su devoción para determinar la plausibilidad de tales o cuales superpoderes, introduce al lector, de una forma indolora, en los principales conceptos de mécanica clásica, termodinámica, movimiento armónico simple, electromagnetismo, física de partículas, un brevísimo approach a relatividad especial y algo de mecánica cuántica. Todo condimentado con una narración que no se toma en serio a sí misma, muy amena y con altas dosis de humor.

Considerando que el aprendizaje de tales conceptos durante la universidad es un verdadero quebradero de cabeza para estudiantes de física e ingeniería, la fórmula pedagógica que introduce Kakalios es bastante efectiva. Sin ir más lejos, la inspiración del libro se origina precisamente en una cátedra universitaria de tópicos de física que, según cuenta la leyenda, no se caracterizaba por tener muchos alumnos inscritos. Una clase introductoria de física, siguiendo la norma reduccionista, normalmente utiliza objetos idealizados tales como esferas, bloques, planos inclinados, poleas sin roce y palancas. Si a ello se le suman ecuaciones diferenciales en derivadas parciales utilizando un sistema de coordenadas esféricas, la aridez de la clase tiende a infinito rápidamente…

Kakalios utiliza álgebra sencilla para demostrar que las hazañas de los superhéroes, contra todo pronóstico, muchas veces están de acuerdo a las leyes físicas (comenzando del supuesto que la existencia de tales superpoderes). Por ejemplo, para el Superman de la época dorada que no volaba sino brincaba, determina la velocidad inicial y fuerza con la que debe realizar el salto. Para el caso de Spiderman, determina, usando el concepto de momentum, que fue el mismo spidey el causante de la muerte de Gwen Stacy al detener demasiado abruptamente la caída con su telaraña.

Usando el mismo razonamiento, determina que otros superpoderes y hazañas son una completa fantasía (lo que no impide disfrutar de la aventura, por supuesto). Ahí está el caso de Cíclope, quien según la tercera ley de newton debería retroceder centenares de kilómetros (o romperse el cuello, mínimo) al lanzar rayos con sus ojos. Otro tanto para Warren Worthington III, quien no podría generar la suficiente fuerza en las alas adosadas a su espalda. Lo mismo para Namor y sus diminutas alas en los tobillos…

Dedica especial atención a Tony Stark, Ironman para los amigos, y a su armadura transistorizada, utilizándola para hacer un más que aceptable resumen de un curso de semiconductores. Como dato freak, mencionar que Tony Stark es ingeniero eléctrico, lo cual basta para explicar por qué es tan cool 🙂

El libro finaliza con una suerte de FAQ de lo más consultado por los alumnos en la clase que inpira el libro y entrega una lista de las fórmulas referenciadas a lo largo de la obra.

La física de los superhéroes un libro absolutamente recomendable para cualquier persona curiosa que desee averiguar sobre los fundamentos físicos del superhéroe de su devoción. De este modo en la lectura de su próximo cómic podrá, informadamente, “suspender la incredulidad”.

Título Original: La Física de los Superhéroes
Autor: James Kakalios
Ediciones Robinbook, 2006. 365 páginas.

Astérix: A veces es mejor dejar las cosas como están.

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Recorriendo mi modesta biblioteca de arte secuencial, con mucha alegría divisé la colección de Astérix que durante años me he esmerado por completar. Cuantas lecturas y relecturas de las aventuras de esos galos locos y los cada día mas majareta romanos, cuantas búsquedas de detalles nuevos en la viñetas, cuantas discusiones teóricas sobre si Obélix es o no parecido a algunos conocidos.
Las obras originales de la pareja Goscinny y Uderzo son divertidas, con ritmo, con dobles lecturas, con ironía. «Astérix Legionario» o «Astérix y Cleopatra«, por ejemplo, son joyas de esas raras.
El cambio es notable cuando comparo esos libros con los que, tal vez con buenas intenciones pero nada más, el solitario Uderzo lanza al mercado desde la muerte de Goscinny. Hay que reconocer que algunas no son malas, como «La Odisea de Astérix» o «Astérix en la India«, pero la magia ya no está.
La falta de ritmo, de sorpresa y chispa es evidente en la ultima entrega: «Astérix: ¡El Cielo se nos cae Encima!«. Una rara historia de galos, romanos y ovnis. Sí, ovnis. Tal vez no un mal concepto, pero el mundo antiguo creo que da todavía para muchas historias, sin armar cruces forzados ni buscar la broma de sketch de colegio.
Tengo una mezcla de desilusión y tristeza. Nunca pensé decir esto, pero espero que ya no salgan más Astérix.
Salve Goscinny y Uderzo, Morituri te salutam! Otro día hablamos de Lucky Luke o Iznogud.
Mejor me voy a cazar un jabalí para la cena, por Tutatis!!