Día del orgullo friki: la celebración que no pedimos

El 11 de mayo de 2001 murió Douglas Adams, el reverenciado autor de la saga «La guía del autoestopista galáctico». Para recordar su vida y obra se eligió una fecha, justo dos semanas después de su fallecimiento (posiblemente para hacerlo coincidir con la fecha del estreno de star wars), para conmemorar el llamado Día de la Toalla. Durante ese día los ingleses llevan una toalla, un absurdamente divertido homenaje cuyo uso está en perfecta concordancia con la novela. Una celebración de un fino humor que indirectamente homenajea a todos los lectores de novelas de género que Adams parodia en su obra.,

Por otro lado, a nivel hispanoparlante tenemos el día del orgullo friki, una celebración que también se realiza el 25 de mayo, para reconocer el derecho de las personas a ser frikis y no ser despreciadas por ello. Una celebración que en mi opinión, produce en general el efecto opuesto: mayor rechazo.

Lo anterior lo digo considerando que acá en TauZero, siendo un sitio dedicado a la difusión de la ciencia ficción, no nos caracterizamos por hacer una apología del género. Es más, nos burlamos de él. No sólo no se requiere defender el género, sino que hay que tomarlo, estrujarlo, darlo vuelta, pisotearlo, extenderlo y redefinirlo. ¿Por qué? No siendo experto en literatura pienso que del mismo modo como el idioma va mutando, agregando nuevas palabras y condenando al olvido otras, para tener actualmente un lenguaje que es muy distinto al que hablaba el Mio Cid, los géneros literarios deben hacerse cargo del dinamismo del lenguaje y la cultura del momento. La ciencia ficción en particular, que en teoría es el género que debe dar cuenta del futuro, de la vanguardia y la innovación.

Pero en vez de tener personas trabajando en pos de lo anterior, tenemos gente mirando el futuro con la nuca y movimientos como el dia del orgullo friki, que intentan llamar la atención de forma bastante ridícula con convenciones anacrónicas, eventos y disfraces tan vistosos como indignos (ojo con el final, jaja). Los frikis le hacen un flaco favor a los que somos entusiastas del género y hacemos una labor de difusión digna y quitada de bulla; en la misma medida que travestis desnudos desfilando y gritando por el centro de la ciudad, abogando por los derechos de las minorías sexuales, ayudan a la aceptación de los gays en general.

He escuchado y leído de personas que declinan invitaciones a eventos sociales de sus amigos, pues en ellos el tema de conversación es banal y normalmente gira en torno del alcohol, el fútbol y las mujeres (u hombres, dependiendo de las preferencias). Y en cambio sólo aceptan en la medida que haya personas con quienes comentar el último capítulo de Stargate Atlantis, Farscape o The Big Bang Theory, como si un show de televisión fuera menos banal que el fútbol.

Es más o menos común entre seguidores de ciertas filosofías de vida, escucharles pontificar sobre las maravillas del veganismo, como si comer lechugas otorgara una superioridad moral que no poseen quienes consumen carnes rojas. Análogamente, pareciera ser que los frikis, con su experticia en juegos de rol y cosmogonía élfica, conocimiento acabado de las clasificaciones del género y una videoteca digna de una productora de tv, se sienten más inteligentes o superiores que los expertos en fútbol y por ello decidieran no mezclarse con ellos y, más aún, exigir reconocimiento.

Entonces, por un lado tenemos a personas que se segregan voluntariamente de la sociedad mainstream, renunciando a la oportunidad de interactuar con personas con otros intereses, creencias y cultura; y por otro tenemos movimientos que le reclaman a la sociedad mayor aceptación del frikismo.

¿Soy yo el míope o aquí hay una paradoja?

Imagen: Towel Day @ Flickr

30 thoughts on “Día del orgullo friki: la celebración que no pedimos

  1. Por supuesto estoy absolutamente en desacuerdo con tu hipotesis y sus argumentos.
    Los espacios culturales son propiedad de quienes los reivindican. Es cierto que los movimientos culturales son fluidos y sus formas y limites mutan constantemente. Pero las fuerzas detras de estas transformaciones provienen de multiples factores y tienen su dinamica propia, ajena tanto a los interes de los grupos nucleares de fanaticos incodicionales, como de los elementos más marginales que se confunden en el mainstream.
    Cabe señalar aquí lo obvio; que los elementos marginales tienen visiones diametralmente opuestas a los grupos nucleares sobre la naturaleza del movimiento, sus objetivos y su destino. Es una tensión permanente en cualquier movimiento cultural, y en la CF en particular.
    La pregunta es, ¿quienes son los dueños de la pelota? A mi parecer son dueños de ella quienes reivindiquen con más fuerza y convicción su posesión. Por ello mi voto es para los que declaran a los cuatro vientos que aman la ciencia ficción. Que lo hagan de cuello y corbata o disfrazados de klingon da lo mismo. Y creanme que da lo mismo porque he visto a editores, escritores, lectores, y fanaticos, todos emborrachandose de la misma botella.
    Y a muy pocos se les habría ocurrido trazar una linea en el piso como se hace en este articulo.
    En efecto, caes en una contradicción cuando comprendes la naturaleza dinamica de la CF, pero al mismo tiempo pretendes aislar y segregar a uno de sus componentes. Mas aun pretendes hacerlo desde el borde, cuando ellos están en el centro.
    Así que la reflexión final es, ¿quien es mas snob?; ¿los que «se sienten más inteligentes» por juntarse con espiritus similares a divagar sobre el Big Bang Theory y Farscape, o los que pretenden ser aceptados por un «mainstream» supuestamente docto y letrado?

    En definitiva soy de aquellos, sin saber si soy no soy freakie, secundaré su derecho a hacer la convención que quieran y disfrazarse de lo que quieran. En el fondo, si, me gustan aquellos que siguen siendo cabros chicos y no se creen el cuento de ser 2.0 (porque eso si que es ser esnob, ¿o no?).

    1. Me parece curiosa la pregunta «¿quiénes son los dueños de la pelota?», considerando que mi post no apunta en esa dirección sino al factor «mala publicidad» que los fans que describo realizan y que provocan, en la opinión pública, el efecto contrario que persiguen: ser aceptados y difundir el género.

      Insisto en la analogía de forma (no de profundidad conceptual) con el movimiento gay (pido por favor que se haga un esfuerzo por entender el contexto): si se quiere lograr la aceptación en todo estrato de la sociedad, hay que tratar de evitar las manifestaciones más radicales y extremas, que son precisamente las que quedan en la retina de los conservadores (y legisladores). Por supuesto que tienen todo el derecho a expresarse y la yegua loca es tan dueña de la pelota como el que aún no sale del clóset (porque comparten el género), pero el primero, con sus actitudes provocativas no ayuda a que la sociedad acepte la homosexualidad en forma tranquila y respetuosa (es más, la ciega), pues sigue pensando en libertinaje, promiscuidad, excesos, enfermedades y caos moral.

      Y bueno, blabla más, blablá menos, si no se entiende mi punto entonces no voy a insistir en él pues la última vez que alguien convenció a otro por internet fue en 1800; y mejor me voy a ver el último capítulo de the big bang theory, jeje.

      saludos xD

      R.

      1. Hice el esfuerzo por entender el contexto y tienes razón, ambos movimientos son análogos en la forma. En cuanto al efecto que producen en la sociedad la yegua desatada con sus actitudes radicales y el friki con accesorios, estás por convencerme, lo que marcaría un hito histórico, luego de esa honrosa oportunidad en 1800 a que aludes.

  2. Estimado, me gustó el artículo que, como siempre en tus posteos, entrega sustancia sin dejar de lado el humor.
    Pero considero que comparar o sostener como equivalentes el día del orgullo friki con el día del orgullo gay (con todas las similitudes que puedan tener en cuanto a la ridiculez de los atuendos o el entusiasmo de sus participantes) es un poco forzado o inexacto.
    Principalmente por cuanto el primero no celebra el reconocimiento del derecho a existir fuera del closet y ejercer derechos civiles como cualquier ciudadano o, en países como Chile, precisamente reclamar a gritos normas que reconozcan dicha igualdad. Los frikis, hasta donde estoy informado, a lo más han sido ridiculizados, pero dudo que hayan visto sus derechos negados, ¿Alguna vez entraron policías o carabineros a algún club de frikis y los detuvo por su afición?, más aún, no tengo conocimiento de ningún país que contemple como delito la condición de friki (como fue en Chile, respecto de la homosexualidad hasta hace pocos años, o en países de África, donde las penas pueden llegar a la sentencia de muerte, previo azote público). El frikismo es un hobby, una afición, las inclinaciones sexuales no. El frikismo ha sido ridiculizado, la homosexualidad ha sido tipificada como delito.
    Por otra parte, no podría decir que me gustan los desfiles del orgullo gay (nunca he participado en alguno), a veces los considero muy provocadores (soy un poco conservador parece) o poco sutiles. Pero creo que tienen el derecho a manifestarse. Pienso que constituyen algo asi como la punta de lanza o la carne de cañón que, empujando las barreras de lo tolerable para la sociedad, permiten que ésta, incluso al contraerse nuevamente, se hagan un poco más flexibles. Pero siempre se está al filo de lo conveniente. Si la presión es mucha, el elástico se puede cortar y resultar contraproducente. Pero ese riesgo siempre va a existir.
    Soy vegetariano, pero no voy a entrar en eso por ahora.
    Y no creo que seas miope.

  3. Pues yo en lo que más coincido con el artículo es la analogía con el día del orgullo gay. Y es que el apellido «orgullo friki» arruina sus intenciones, porque «orgullo» suena a una resignación sarcástica, pero resignación al fin, de que lo que estás celebrando es menospreciado (como si fuera algo malo), y no me refiero por supuesto a los atuendos ridículos, sino al mero placer por ser ñoño.

    Yo soy de las personas que declinan invitaciones a eventos con temas de conversación banales, pero creo que exageras con el extremo opuesto. Creo que estás confundiendo a los frikis que de lo único que saben hablar es de series ñoñas (porque no conocen otra cosa), con aquellos que por naturaleza no se sienten estimulados con las conversaciones banales (hasta el aburrimiento), y prefieren hablar al menos de algo más interesante o constructivo, no necesariamente ñoñerías. Yo también me sentiría incómodo en un lugar donde el 100% del tiempo se hable y alabe a Star Wars, porque ya no estaría asistiendo a un evento de individuos pensantes, sino a un evento de marionetas en blanco que parlotean y halagan hasta el más mínimo detalle de su serie favorita sin un ápice de crítica, como el peor de los fanboys de Apple.

    Opino que el verdadero friki es simplemente el que conserva su propia personalidad y se reconoce friki sin importar lo que diga el resto, así como es capaz de pensar, amasar, pisotear y burlarse del género, como dices tú. El friki falso es un bobo que sigue como oveja obediente a un rebaño de tábulas rasas, sin personalidad alguna y para ello necesita vestirse de Batman, Spock o Superman, resfregándolo en la cara a los no entendidos, gritando al unísono que se respete su fundamentalismo superior y que está «orgulloso» por eso. No lo pedimos, efectivamente.

  4. me cargan los frikies, y ese término, y todo eso que pretende alzarlos como una especie de «venganza de los nerds» versión criolla.
    soy lector de las mismas obras que los ñoños, (tolkien, comic, rol, etc.) , pero me molesta esa extraña necesidad, de que se les reconozca.
    ser inadaptado es muchas veces una postura, que sólo busca ser aceptado por un grupos social, y poco tiene que ver con los fundamentos que sustentan a tal o cual estílo de vida (punks y su anarquia, metaleros y satanas, pokemones y la ambiguedad sexual, todos con sus excepciones).
    ahora cierto sector de los adeptos a la cultura ñoña, quieren ser reconocidos como una especie de tribu urbana, y al fin y al cabo, es cosa de ellos, aunque no este deacuerdo.
    así como los pokemones elevaron los ingresos de las peluquerías, tiendas alternativas, esta nueva ola nerd, de obtener algun eco (cosa que dudo), puede que eleve las ventas de las tiendas de comics, o aumente la salida de lentes poto de botella, y chalecos con rombos man.

    1. Hago eco de «la búsqueda de pertenencia». Todos pasamos por ahí en la adolescencia y más de algun@ sigue en la senda. Y es en este punto donde los jóvenes pueden perderse en los oscuros laberintos del frikismo, gastando sus mesadas en figuritas de colección y olvidando que existe un mundo muy complejo ahí afuera. El frikismo (en cualquiera de sus variantes) les da propósito. Aunque al final sólo sean objetos del mercado.
      Te pongo como ejemplo la Tercera Ola, donde un grupo de jóvenes llegó a extremos de autoritarismo deleznable a partir de un simple experimento sociológico. Ver wikipedia para cachar el mote.

  5. ¿Que onda? ¿Feliz día del posteo largo y denso?

    No me gusta la palabra friki y no creo que star wars debiera ser el referente que nos resuma. Douglas Adams, me parece, es mucho mejor embajador que George Lucas(sin querer odiar a Mr.L, y reconociendo siempre lo importante de su obra).

    Un amigo está de cumple hoy. Siempre nos cantaba una canción que sus compañeros de curso le inventaron para su cumpleaños:

    El 25 de mayo,
    me la culié en el baño.
    El baño estaba roto,
    me la culié por el poto.

    De más está decir que es el único cumpleaños que nunca se nos olvida. Ahora supongo que tampoco olvidaré towel day.

    En fin. No se asusten, y cuando se encuentres perdidos en el camino de la vida, recuerden que 42.

    Feliz día de la toalla.

  6. No seas tan grave. Por estos lados no se hace nada al respecto, pero me parecería personalmente divertido llevar una toalla el día de hoy. La ñoñez es solo un gusto divertido, un tema que algunas personas tenemos en común. No soy de los que se disfrazan, pero si de los que buscan excusas para reunirse a hablar de libros – y el día de la toalla es tan bueno como cualquier otro.

    Por otro lado, creo que Douglas Adams está muy subvalorado. Sus libros son capaces de alegrarle el día a cualquiera. Después de todo, no cualquiera escribe algo como «»Hay una teoría que afirma que si alguien descubriera lo que es exactamente el universo y el porqué de su existencia, desaparecería al instante y sería sustituido por algo aún más extraño e inexplicable. Hay otra teoría que afirma que eso ya ha ocurrido» y logra que suene realmente bien.

    Vamos Mundaca, recuerda que esto es solo un juego, no te tomes tan en serio aquello que solo tiene por objeto la entretención. Creo haberte escuchado decir que la CF no servía mas que para eso.

  7. Los frikis son fanáticos. Eso lo resume todo. Cualquier persona que ve la realización de su vida en la identificación extrema con un modelo externo es un cojo mental patológico. Un tipo que es incapaz de encontrar sentido más allá del abrazo enfermizo a un conjunto de creencias y símbolos de cualquier tipo (barra brava, mundo literario, ideología política, religión, serie televisiva o marca de computadores) es un subhumano deleznable.
    ¿Orgullo friki? Las huevas. Un trekkie o un jedi me producen tanto asco como el barrabrava más longhi o el opus dei más excluyente.

    1. Sin embargo hay una diferencia entre los fanaticos politicos o religiosos, que quieren imponerte su modo de pensar a la fuerza si es necesario (es decir, que tienen vocación mesianica, hegemónica), y aquellos movimientos que apuntan en sentido contrario, a ser «especiales» pero nosotros no más sin pretender convertir a nadie.
      Eso es inocuo, y por lo tanto la palabra aquí es tolerancia.

      Por supuesto también estoy en contra de sectas y grupos tipo cofradia, pero claro, no creo que los trekkies pretendan conquistar el mundo.

    2. Espero que lo del «subhumano deleznable» no aplique a quienes nos gusta tomar café en cierta cadena americana 🙂

      Para lo demás, completamente de acuerdo. Algo malo pasa en la cabeza/corazón del fanático irreductible de cualquier cosa.

    3. Pues que yo lo pasé shansho en mis años de friki-otaku-cf. De ninguna manera se me pasó por la mente que podía cambiar el mundo, aunque me la pasaba de epifanía en epifanía leyendo a Herbert o viendo Ghost in the Shell y Star Wars: a New Hope.
      Y sí, los que se rallan al extremo de encausar sus vidas en las artes de los jedi, por ejemplo, están un poco tocados del mate, carencias afectivas y wá, pero no les deseo mal. A cualquier la pasa y al final *casi* todos se pegan el alcachofazo.

    4. Me encanta la sutileza de tu comentario Jorge, pero corres el riesgo no dejar clara tu posición sobre lo que se discute. Incluso me recuerdas a Armando Uribe, otro pensador famoso por emitir juicios tibios.
      Saludos!

      1. «Comentario tibio»???
        O.O
        Chuatas, creo que fui extremadamente claro al rechazar el «frikismo» como una forma de fanatismo inconducente. La conversación paralela que surgió acerca de si el «orgullo friki» se puede igualar al «orgullo gay» me pareció sin sentido y no la pesqué, nada más.
        Ahora, si quieres mi opinión, te la puedo dar: Enorgullecerse de ser gay me parece bien, es reafirmación de una condición válida en un contexto adverso. Enorgullecerse de ser friki me parece una pelotudez, como enorgullecerse de ser obeso. El frikismo es una patología, no una condición. My point of view.

      2. Tu me recordaste un poco lo que no me gusta de las militancias: esa posición que obliga al resto de la sociedad a definirse sobre temas político sociales y a ponerse en tal o cual trinchera a través de la interpelación pública. Simplemente no pesqué la otra línea de conversación y me dediqué a hablar acerca del artículo. Punto.

        1. Puta que soy malo con la ironía escrita. Y pensé que con mi referencia a Uribe (que no tiene opiniones tibias) nadie se confundiría. Creo que tendré que renunciar a ese recurso expresivo… :´(

          Jorge, fuiste muy claro en tu rechazo al frikismo y usaste adjetivos bastante vehementes como para dejar dudas. Mi «interpelación», como la llamas, no era tal, sólo tenía por objeto celebrar con una ironía la intensidad de tu juicio.

          Tu opinión sobre el orgullo gay la sospechaba y, por lo mismo, no buscaba que la dieras públicamente. Por lo demás, mi comentario original, que admito, es tangencial al tema del artículo (Mea culpa), no busca la opinión de nadie sobre el aludido orgullo, sólo quiere dejar claro que considero a ambos grupos y sus respectivos orgullos y desfiles varios, distintos en la naturaleza de su origen y, sobre todo, en las consecuencias de su «ejercicio» del derecho a ser.

          No milito en ningún grupo y también me molestan las militancias, pero tengo derecho a hacer precisiones o correcciones donde creo que correspondan, incluso aunque escapen del tema central.
          Espero que el «Punto» con que concluyes, sumado al ceño adusto de tu avatar no signifiquen que te hice rabiar….

          1. O sea, la mayoría de las veces la animosidad adjudicada a un texto es sola responsabilidad del que la adjudica, especialmente cuando lo escribes en lo que te parece un «tono» que luego es interpretado en otro «tono». Tengo más experiencia de la que quisiera tratando de explicar lo que *no quise decir* en tal o cual frase redactada a la rápida, así que te comprendo plenamente. Si te veo por ahí, podré llorar en tu hombro.
            Una manera de evitar el entuerto, es poner el parche antes de la herida diciendo cosas como «estoy siendo irónico» o «mi intención no es molestar»… aunque la que mejor es simplemente no insistir en el tema. Y cuando me tocan demasiado los cojones pregunto cosas como «¿dónde escribí eso que dices que yo dije?» y así dejo que mi interlocutor se pise la cola explicando cómo es que dije lo que claramente no dije.
            Son gajes del oficio.

  8. Mi opinión sobre el tema central del artículo (por fin) es que con todo lo ridículo que nos puedan parecer las manifestaciones fanáticas (en política, religión, deportes, literatura u otros campos), sus cultores tienen todo el derecho a expresarse dentro de los márgenes que la ley les garantiza pero, al mismo tiempo, tendrán que soportar las descalificaciones que puedan recibir de parte de los que sientan vergüenza ajena por ellos.
    Derecho a la libre expresión, «que le dicen».
    Por otra parte, si tales manifestaciones producen un efecto negativo en la percepción general que la sociedad tiene de esos grupos, manchando de humillación a los que, teniendo gustos similares, no los expresan igual, es algo que estos tendrán que sobrellevar, pues pues los primeros no desistirán (no sin experimentar antes un cambio en su percepción de la realidad y su forma de relacionarse con los demás). Ambos derechos pueden coexistir sin riesgo para la paz social.

    1. Cada cual puso lo suyo. Ya está todo claro.
      Y sobre lo segundo, les cuento que el que en youtube llaman perro se llama Triumph the insult comic dog, y ya es una celebridad (o fue, porque no le he visto cosas nuevas), nació en el 97 en el Late Night show de Conan O’Brien, con el objeto de burlarse de celebridades, políticos y ahora, de cualquiera que se le cruce, como los frikis.
      Una de sus recursos típicos es terminar una frase que comienza como halago con «… for me to poop on!», con la que anula y revierte su sentido original.
      La competencia es dura para Guayec, pero creo que estará a la altura.

          1. Hmmm… Tal me parece que tengo la información equivocada. Busqué videos de Triumph y lo vi en la Comicon del 2008, no es Jeff. Mi error, pero te juro que desde hace años que creía de guata que sí lo era.

          2. Triumph the insult comic dog es Robert Smigel, humorista, comediante y guionista de la sección de dibujos animados «TV Funhouse» de Saturday Night Live.

  9. Hay una interesante diferencia (que ya la han mencionado antes). Está el adherente a una causa, que me parece bien y sano. El seguidor de un personaje, de un equipo deportivo, de un programa de TV o lo que sea.
    De ahi viene el fanático, que le gusta aquella manifestación del arte como una forma de complementar la existencia. No sé, usará alguna polera, no se pierde capítulo de algo, «sigue al equipo»… y de ahi viene el patológico, aquel que se «enorgullece» de ser algo y trata de pontificar desde su personal e insignificante punto de vista. Ahí está el que es capaz de dañar a alguien más por sus creencias o de buscar conscientemente el ridículo.
    Coleccionar cómics y tener vida es compatible, muchachos.
    Grande Triumph!!!

  10. Me gusto la discución que genero el post.
    La polémica, lo diversos puntos de vista (alguno los comparto otros me parecen adecuados y otros siommplemente los ignoro).

    Los seguire leyendo por eso!

  11. Tienes razón, se produce una paradoja…. que irónico xD bueno que se le va hacer la sociedad humana siempre intenta clasificar a las personas, tu eres gótico y tienes que estar con tu clase, tu eres friki y tu tienes que estar con tu clase. Pero que ganamos con eso?? nada sólo se crean mitos en torno de esas categorías, por eso ya no se puede diferenciar del gótico con el emo, por que no sabemos nada de él xD
    pero parece que me estoy hiedo por las ramas o no?
    en fin vale por tu comentario me hizo reflexionar más sobre este asunto espero que estés bien saludos

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