Todos a ver el Cometa McNaught

Cometa

Vía Foro TauZero

El Cometa McNaught (C2006 P1) pasó a máxima velocidad por su perihelio el 14 de enero recién pasado y ahora está ya en los cielos de nuestro hemisferio Sur, gloriosamente visible para nosotros, los moradores de las regiones australes de este planeta. El Cometa pasó apenas a 25 millones de Km. ENTRE el Sol y la Tierra y no por «Detrás» del astro rey, de manera que a partir de ahora mismo ya comienza a alejarse otra vez hacia el exterior de la órbita de Mercurio, planeta que dista 57 millones de Km de la estrella solar.

A medida que pasen los días, el Cometa podrá verse más y más tarde en la noche, es decir en cielos más oscuros. Sin embargo, el «offset» consiste en que debiera ir perdiendo brillo, porque la cabellera es activada por las radiaciones solares, las cuáles varían (aumentan o disminuyen) según el cuadrado de la variación en distancia. Pero no hay problema, todavía el celeste visitante está sumamente cercano al Sol, de modo que seguramente tendremos muchas noches para observarlo en toda su gloria. Para aquellos que deseen verlo en pleno día, pueden intentarlo tapando al disco solar con algún objeto plano.

El cometa está al Sureste del Sol, con su cola apuntando hacia arriba y algo hacia la derecha, es decir hacia el Noroeste. Al anochecer aparece el melenudo objeto sobre el horizonte del Oeste, al Sur de Venus, según los astrónomos con una magnitud visual superior a la del astro del amor, es decir -4 o más brillante todavía. Al decir de algunos entusiastas, el Cometa McNaught podría llegar a convertirse en el más brillante de los últimos cuatro siglos. Quizá no sea para tanto, pero sí esta claro que ya es el más luminoso de los últimos cuarenta años. Cada noche se irá observando más hacia el Sur y más alto en el cielo nocturno, hasta que en abril el cometa vagará a medianoche cerca del polo celeste austral, pero para ese entonces seguramente será difícilmente visible.

Espero que lo podamos disfrutar a partir de esta misma tarde, aunque el tiempo ha estado algo nuboso por estas comarcas, condición que torna algo «lechoso» al cielo. El ideal es «Transparencia Máxima», igual como se aconseja para nuestro venerable ambiente político nacional.

Tractatus Zone (episodio final)

Para cuando llegó la década de los 80, varios funcionarios importantes y miembros de la clase hegemónica ya habían perdido su alma. Este hecho les era sumamente inquietante, comenzaron a sufrir pesadillas idénticas y simultáneas. En un acto de desesperación, el Estado recurrió al dúo excéntrico de Serling y Wittgenstein. Para entonces, habían vuelto a ser arrestados por varios delitos menores y estaban pudriéndose en una cárcel antofagastina. Se les ofreció un indulto a cambio de una solución a este dilema metafísico. Wittgenstein, siendo un hombre de principios, se rehusó a brindarles un remedio que dependiera de lo metafísico, alegando que semejante concepto era inefable. Ante esta traba, Serling le propuso a su amigo que articularan una prótesis mecánica que pudiera aliviar la minusvalencia espiritual. Después de pasar varias semanas en el laboratorio, presentaron un aparato protésico que suplía la función del alma.
El siguiente texto es el testimonio del primer voluntario:
Activé la ortopedia espiritual. La máquina se animó, al comienzo todo parecía normal. Cuando me acerqué… tomó posesión de mí. Se depositó en mi vacío. Me rearticuló. Se infiltró en mi carne, diseccionó mis tendones, sus garras metálicas se incrustaron en mis huesos… mis tejidos rajados por la brutalidad de sus circuitos. Creció en mí, alimentándose de mis órganos… En este momento lo puedo sentir… un alma de metal y electricidad se retuerce en mi cuerpo. He recuperdo la esperanza.
Después de fabricar un número desconocido de prótesis, Wittgenstein y Serling fueron llevados a un terreno baldío y acusados de herejía y suplantación deífica. Se escucharon dos disparos.

Inflexión


Hoy pasé frente a La Moneda…pero no estaba. Pregunté a la gente pero todos dijeron que nunca había habido un edificio llamado «La Moneda» en el lugar. Se alejaban asustados. La señalética decía que la calle se llama Alameda de las Delicias. Algo cambió en algún momento…no quiero llamar a mi casa…¿y si no existe?…saco mi carnet…hay otro nombre ahí…

Creo que se trata de un nuevo tipo de guerra…¿cargas de profundidad enviadas a momentos de la historia de un país?…¿inventé algo así alguna vez?…
Llevo dos días deambulando…hay palabras que han cambiado…

Claramente fuimos derrotados…por alguien.

Nacimiento, Capítulo III


Llevo 3 semanas y 5 días caminando a través de Santiago, o mejor dicho, lo que queda de Santiago…

En varias ocasiones me he encontrado con una alfombra de cuerpos inertes sobre el pavimento. Mujeres, niños, perros, abuelos, carabineros, oficinistas, políticos, nadie se salvó.

He gritado por toda la ciudad (y en la carretera), no hay respuesta, sólo el silencio, este maldito silencio…

-¿Será posible de que sea el único?-

He llorado varias veces, pero ya no de pena ni de rabia, sino para que el sonido de mi llanto acompañe mis pasos…

Iré al sur, alguna vez escuché que sería un lugar seguro en caso de un desastre nuclear, aunque dudo que eso haya sido lo que pasó.

Si no hay nada intentaré cruzar a Argentina y de ahí seguir al norte, hasta que encuentre a alguien, alguien que me explique que cresta está pasando o para que simplemente me haga compañía.

Recogí unas latas de comida y unas botellas de agua de las ruinas de un Líder y unos trozos de pan con sésamo que encontré en un Mac Donald. Antes de partir dejé un mensaje con unas latas de pintura en la Alameda, en los túneles del metro y en el monumento de la Plaza Italia que, extrañamente, aún se mantenía erguido.

«Seguí al sur por la carretera, no he encontrado a nadie, esperaré un par de semanas en Osorno antes de seguir»

Puse mi nombre y lo que creo que es la fecha de hoy 14/01/07.

Recordé el tema de la película «Midnight Cowboy», comienzo a silbarlo mientras aparece la carretera en el horizonte…

Capítulo I
Capítulo II

El Affaire Bello


El affaire Bello es, ya no cabe duda alguna, una muestra más del genio adelantado a su época de ese gran político y experto avant garde en marketing: Ramón Barros Luco. Su slogan «Hay dos tipos de problemas: los que se solucionan solos y los que no tienen solución», con lo cual defendió la -aparente- parálisis gubernativa, es el antepado directo de «Imposible is nothing». Se trata de dos maneras de entregar una visión elegante y calma de una actividad en realidad frenética y altamente riesgosa, de manera de impedir que nuevos competidores entren al mercado -ya que como un mercado con barreras de entrada nulas es un mercado que no ofrece ninguna ganancia- manteniendo el control del mismo. Barros Luco fue, lo sabemos ahora, quien sugirió que el desastre de Bello (con la destrucción de una nave impagable entonces para cualquier privado y que podía volver a la opinión pública en contra del gasto en una tecnología insegura y peligrosa, pidiendo en cambio que se usaran esos fondos, por ejemplo, en desarrollo industrial o mejoras en la salud) fuera apostrofado como una desaparición, una pérdida casi lúdica, creando un misterio «simpático». Lo que ahora parece una acción cortoplacista y rastrera no lo es en absoluto. Por el contrario, podemos decir, casi cien años más tarde, que el esfumarse del Teniente Bello fue el punto bisagra que determinó que todo el siglo XX chileno se convirtiese -contra la esperanza de aquellos años- en una era de apabullador éxito conservador. Sólo la poesía logró escapar de ese cepo de hierro, no irónicamente gracias a la acción audaz de Vicente Huidobro que lanzó poemas sobre Santiago precisamente desde un avión (acción que imitaría luego Raúl Zurita, escribiendo poemas con humo sobre Manhattan). Como muy bien lo anticipó Barros Luco, la sumatoria de ambas acciones (se sabe que él mismo instó al joven Huidobro a tal acción) sellaron el destino del país, al asociar permanentemente los conceptos de innovación, tecnología, cambio acelerado y riesgo creativo con los del volar, unión que se selló con la impronta despectiva que en el lenguaje común chileno tiene la palabra «volado», dado que «volado» es, desde ya (cosa incomprensible en otras versiones del castellano), «perdido». En cambio alguien «aterrizado» conlleva los mayores elogios. Aparente ironía, gran éxito encubierto: desde entonces el país cree poder «despegar» una y otra vez, bajo el liderazgo de una elite «aterrizada». Y todo sigue igual.

Stephan Ralsuy (en «Chileneia», Vico Ediciones, Esplugas de Llobregat, 2006)

Colaboración de Rodrigo Lara, corresponsal de UcroníaChile en Buenos Aires.

el huacho


«…es demasiado vergonzoso para nuestro orgullo nacional. No puede ser que nuestro principal enemigo regional sea a la vez quien nos liberó del yugo colonial. Esto se está volviendo un asunto de relevancia nacional. Me preocupa la sensación de tutelaje psicológico que nuestro pueblo acarrea por esta situación.
El conflicto será inevitable, en diez, veinte o cincuenta años. Estamos ad portas del siglo XX y ésto se ha vuelto casi un tema estratégico. Pero, ¿qué podemos hacer?

-Reinventar la historia, señor presidente.

-¿Cómo dice?

-Estudiando nuestros documentos, descubrimos que antes de la llegada del ejército argentino a cargo de San Martín, hubo un levantamiento, bastante patético, liderado por el huacho O’Higgins. Este hizo todo lo posible por esconderlo cuando asumió el mando de la Nación después que San Martín se retiró a Buenos Aires, era demasiado vergonzoso hablar de una campaña tan desastrosa, corta y frustrante. El huacho no ganó, dicho sea de paso, ninguna batalla comandada por él en toda su carrera. Luego de ese fracasado levantamiento debió huir a Argentina y refugiarse tras las faldas de la masonería. Regresó a Chile junto al ejército argentino, pero no aportó ni con el más miserable triunfo para la guerra de independencia diseñada por San Martín. Incluso cayó estúpidamente herido antes de la batalla decisiva y sólo se atrevió a aparecer cuando todo estaba definido.

-Estamos de acuerdo en que era un inepto, pero no entiendo a dónde va con todo ésto.

-Es bastante sencillo. Sólo basta con validar ese levantamiento inicial fracasado con la campaña posterior y decir que fueron dos etapas de lo mismo. Hacemos aparecer al huacho como triunfador en Maipú y con su posterior cargo comandando el país completamos el cuadro. Aparece en las tres etapas, el resto se trata de ajustar ciertos hechos y obviar otros para que parezca protagonista de la historia.

-¿Cuál es su nombre, joven?

-Manuel de Sagredo y Montilla, señor.

-Don Manuel, lo que me plantea es una estupidez, ¿Quién podría creer semejante imbecilidad? Todos sabemos quién fue el huacho O’Higgins, por favor!…ahora déjenme solo, he escuchado demasiadas tonteras esta mañana…El huacho ese, dictadorcillo patético. La República consiguió deshacerse de él con enorme esfuerzo y ahora usted, ¿pretende convertirlo en nuestro libertador?…
Dios!…lo que tengo que oir…¡como si la gente le fuera a creer!

-Señor presidente, la historia es nuestra…no la hacen los pueblos…

-¡Lárguese, antes que convierta a Prat en un santo iluminado…o a Caupolicán en artista de vaudeville…!…Por Dios…estos jóvenes de hoy tienen las ideas más estúpidas…!!! El progreso y los automóviles los han convertido en unos cretinos…

El Reino

Tras la muerte de Augusto Pinochet, el Reino de Chile se volvió una nación silenciosa. No faltaron las crisis de carácter socioeconómico, pero el clima se caracterizó por su carencia de manifestaciones sociales, acrecentando la sensación de un panorama complejo que llegaría tarde o temprano.

Cuatro meses después, de la muerte de Pinochet, un guardia de seguridad del Cementerio Nacional, apareció en una entrevista televisada asegurando que la tumba del ex General Supremo se encontraba vacía. Al principio, nadie tomó mucho en cuenta las declaraciones del sujeto, pero más tarde un comunicado oficial de los representantes del nuevo orden, confirmaría tal declaración: el cuerpo del ex General Supremo habría sido hurtado.

La crisis explotaría en toda la nación.

Las diversas teorías, que entrecruzaban complot y religiosidad, sólo se aclararían unas semanas más tarde con la aparición de cuatro seres que asegurarían ser el ex Gerneral Supremo retornado a la vida.

El primero de ellos respondía al nombre de Militar de Acero, un soldado en una armadura de metal tan sofisticada que le permitía realizar grandes hazañas con tal de reestructurar el orden de la nación. Si bien, este personaje nunca aseveró ser la reencarnación del ex General Supremo, no faltaron quienes observaron en él las mismas características del sujeto en cuestión: gallardía, violencia, megalomanía.

Luego vendría El Fantasma, una suerte de ánima en pena, con una fisonomía bastante cercana a la de Pinochet, pero con características sobrenaturales que ocasionaría gran caos en la nación.

Algo similar provocaría Clon –como se le llamó−. Precisamente se trataba de un clon del ex General Supremo, que se habría creado de forma ilegal en su paso por Inglaterra en 1998. Clon trabajaría para el gobierno, y sería el encargado de eliminar cualquier teoría de reencarnación de Pinochet, sin embargo este experimento genético tenía una gran falla: carecía de moral, sin saber en realidad si este «defecto» era, en realidad, una arista más de su DNA original.

Pero sin duda, el más devastador de todos ellos resultó ser General Cyborg, de procedencia desconocida, aseguraba que habría sido creado a partir de la cruza del cuerpo sin vida del ex General Supremo con un virus procedente de internet. Éste fue el culpable de la conocida “Caída de Santiago del Nuevo Extremo” en el año 2008.

Extraído de: “Historia del Nuevo Reino de Chile for Dummies”, págs. 65. Ed. Zig-zag. 2065.

Nacimiento, capítulo II

-¡Conchetumadre, estoy muerto!- Fué lo primero que dije al despertar, la cabeza duele demasiado, el cuerpo apenas responde. Cuando logré enfocar algo quise estar realmente muerto. No había nada, no vi a nadie. Los pensamientos se confunden, apenas recuerdo mi nombre…Raúl, me llamo Raúl. –GRITO-. No hay respuesta, definitivamente no queda nadie acá. Las cenizas se cuelan por mis calcetines. El cielo está gris. -¿Cómo sobreviví?.- Recuerdo el gran árbol, la crisálida, su voz, el grito,
-arrepientanse- dijo, (creo que me arrepentí) luego una gran explosión… y silencio, un silencio terrible.
Valparaíso ya no existe. Caminaré hacia Santiago, tal vez allá quede algo…lo dudo…
Una mariposa de látex se posa sobre mi hombro.

Capítulo I

Proyecto Vril: El misterio Lammerding (1)

Kurt Lammerding llegó a Chile en octubre de 1946. Como tantos refugiados alemanes, huía de una Europa en ruinas, y de la caza antinazi de los aliados. Gracias a la ayuda de la red ODESSA, Lammerding pudo cambiar su identidad, y dejar atrás su pasado de antiguo arquitecto de la organización Todt, colaborador de Speer y con un grado honorífico de Obersturmbannführer de la SS.

Lammerding encontró trabajo sin dificultad en Santiago, empleándose como asistente en una empresa constructora. Durante diez años trabajó apenas escalando posiciones, construyendo un personaje de difícil recuerdo, un empleado gris sin rasgos sobresalientes.

En 1959 Lammerding renuncia a su trabajo y se postula para una vacante en el ministerio de obras públicas. El currículo que presenta, en gran parte falso pero a prueba de verificaciones, le permite ocupar un puesto de arquitecto en las obras que se preparan para el mundial de fútbol de 1962. Presenta el plano de un estadio para 350.000 personas, parcialmente techado. La agresividad y monumentalismo de sus ideas le consiguen una entrevista con el presidente Alessandri, quien lo nombra presidente de la comisión encargada de las instalaciones deportivas para el mundial.

La actividad de Lammerding en este período es febril: demuele el estadio Nacional, y gran parte de las manzanas que lo rodean. Ordena excavar enormes cimientos para la construcción del megaestadio. Según colaboradores más cercanos, realiza numerosos viajes al sur del país, de los cuales regresa a veces acompañado de indígenas o campesinos, a los que lleva a inspeccionar la obra.

En 1961, un obrero descubre en la obra los restos de diez cuerpos sin identificación. Los peritajes correspondientes indican que son mapuches, todos de sexo femenino. Los cuerpos no presentan huellas de violencia y están cuidadosamente dispuestos en un círculo, en una cámara excavada a 150 metros bajo el arco norte del antiguo estadio. Las investigaciones son trabadas por la burocracia estatal, y tras un tiempo, el caso insólitamente es sobreseído. Toda alusión a lo sucedido es borrada o deformada de diarios y archivos de radio, lo que es denunciado por sociólogos de la universidad de Concepción como el “Primer intento exitoso de alteración de la realidad”.

Imagen: Lammerding (al fondo, fumando) como parte del equipo de Speer en su visita a Mauthausen, 1944.